Un lujoso despilfarro de bienes por parte de la esposa de Hernán Bermúdez, supuestamente para mitigar el aburrimiento, habría sido el detalle que permitió a las autoridades dar con su paradero y concretar su detención.
Hernán Bermúdez Requena, presunto líder del grupo delictivo “La Barredora”, fue capturado gracias a una pista inesperada: los gastos excesivos de su esposa. Al revisar evidencias incautadas durante la operación en su residencia las autoridades hallaron joyas, vinos costosos y grandes sumas de dinero asociadas a compras sin una justificación clara.
Según informes de inteligencia, su esposa habría empleado esos recursos como forma de entretenimiento o “caprichos” ante el aislamiento y el aburrimiento que implicaba una vida en la clandestinidad. Ese comportamiento llamó la atención de los agentes, quienes rastrearon sus movimientos y establecieron vínculos que condujeron al entorno de Bermúdez.
Al momento de la detención en su opulenta vivienda, los operativos se toparon con evidencia clara: fajos de billetes, objetos de lujo y registros contables que evidenciaban un patrón de gasto elevado sin respaldo legítimo. Esa información fue incluida en los cargos que se formularon contra el líder criminal.
El caso ha generado sorpresa entre analistas del crimen organizado, pues muestra cómo pequeños descuidos en el círculo más íntimo pueden derrumbar estructuras criminales bien protegidas. Bermúdez había logrado mantenerse prófugo durante meses, pero esta filtración interna habría sido decisiva para su captura.
Las autoridades mexicanas esperan que este arresto permita seguir el rastro financiero de “La Barredora”, debilitar sus redes de apoyo y garantizar que los bienes recuperados se reintegren al Estado. A su vez, investigan si hubo complicidades dentro de las instituciones o en niveles locales que facilitaron el ocultamiento de sus operaciones.
Con información de Proceso.
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