En Irapuato, Guanajuato, fueron hallados al menos 12 cuerpos en una fosa clandestina dentro de una vivienda en la comunidad Molino de Santa Ana. Peritos de la Fiscalía estatal y el Colectivo de Búsqueda Hasta Encontrarte localizaron restos humanos, ropa, credenciales y objetos personales que permiten identificar a algunas de las víctimas. De acuerdo con la organización, la vivienda llevaba más de un año abandonada y la zona se suma a otros puntos del corredor Irapuato–Silao–Guanajuato capital donde han aparecido múltiples fosas.
La Fiscalía General de Guanajuato y el Colectivo de Búsqueda Hasta Encontrarte confirmaron el hallazgo de 12 cuerpos en una fosa clandestina localizada dentro de una vivienda en la comunidad Molino de Santa Ana, al norte de Irapuato. En el sitio también se recuperaron credenciales oficiales, ropa, tarjetas bancarias y diversos objetos personales que permitirán avanzar en la identificación de las víctimas.
Emilio, María Guadalupe, Marcela, José María y Víctor Manuel son algunos de los nombres que aparecen en las identificaciones encontradas entre la tierra y el lodo. De acuerdo con el recorrido realizado por Milenio, el inmueble se ubica a solo dos kilómetros de Rancho Nuevo de Llanito y a seis kilómetros de La Calera, comunidades donde en meses recientes se han descubierto otras fosas con decenas de cuerpos.

El colectivo informó que el miércoles fueron hallados inicialmente cinco cuerpos de hombres y el de una mujer. Al día siguiente, las labores de búsqueda —con apoyo de maquinaria pesada— permitieron ubicar seis cuerpos adicionales, aunque aún no se ha precisado el sexo de las víctimas. Karla Martínez, representante de Hasta Encontrarte, confirmó que ya han podido identificar a tres personas a partir de tatuajes y prendas localizadas en el lugar. “El miércoles se estuvieron publicando las prendas, los tatuajes de las personas que se localizaron… ya pudimos identificar a tres personas de las que fueron localizadas”, aseguró.
Las imágenes difundidas por el colectivo muestran restos con tatuajes religiosos y faciales, además de pertenencias apiladas: once gorras, seis pantalones, cuatro pares de zapatos completos, celulares, anillos y cadenas. Entre los documentos figuran una credencial del INE a nombre de José María Tapia Calderón, una identificación de ahorro de María Guadalupe Aguilar Estrada y una licencia de motocicleta de Marcela Berenice Calderón Domínguez. También se hallaron identificaciones con los apellidos Delgado Gómez y una tarjeta bancaria de Víctor Manuel Delgado.

La vivienda, de unos 15 por 100 metros, llevaba más de un año deshabitada, según vecinos consultados. En el patio se observaron excavaciones junto a un árbol de gran tamaño, presumiblemente utilizadas para ocultar los restos. Habitantes de la zona relataron a Milenio que nunca notaron movimientos extraños y que la comunidad había sido tranquila. Sin embargo, la proximidad con otros sitios de hallazgos refuerza la sospecha de un corredor de inhumaciones clandestinas en la región.
El colectivo adelantó que ampliará sus brigadas hacia comunidades como Aldama y San Vicente, aunque sin precisar fechas ni ubicaciones por motivos de seguridad. “La brigada no busca responsables, lo único que queremos es ayudarlos a regresar a casa. La diferencia entre la Fiscalía y la brigada es que nosotros hacemos nuestros resultados públicos”, explicó Martínez. La vocera llamó a la población a compartir de manera anónima información sobre posibles puntos de enterramientos ilegales.
El hallazgo se suma a otros registrados este año: en mayo pasado se localizaron al menos 16 cuerpos en Rancho Nuevo de Llanito, a tan solo dos kilómetros de Molino de Santa Ana, y más víctimas en La Calera. Escuelas y familias de la zona se dijeron sorprendidas por la magnitud del descubrimiento y por la irrupción de autoridades en un lugar que hasta hace poco consideraban seguro. La presencia de múltiples fosas clandestinas confirma el nivel de violencia que atraviesa Guanajuato y deja en evidencia la deuda del Estado con cientos de familias que siguen buscando a sus desaparecidos.
Con información de Christian Ortiz para Milenio
Fotografías: Daniela Béjar / Milenio
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