El derecho al matrimonio homosexual en Estados Unidos, vigente desde 2015, podría estar en riesgo si el Tribunal Supremo falla a favor de Kim Davis, exsecretaria del condado de Rowan, Kentucky, quien en su momento se negó a expedir licencias de matrimonio a parejas del mismo sexo por motivos religiosos. Davis fue sancionada con una multa y seis días de cárcel por desacato, pero ahora busca revertir la histórica sentencia de Obergefell vs. Hodges a través de un recurso que llegará al Supremo este otoño.
De acuerdo con información de El País, el abogado de Davis sostiene que la decisión de 2015, que estableció el matrimonio igualitario como derecho constitucional bajo la 14ª Enmienda, fue un “error flagrante” y su cliente está protegida por la Primera Enmienda de libertad religiosa. De prosperar, el fallo podría sentar un precedente para que los Estados legislen sobre el matrimonio, retrocediendo décadas de avance en derechos LGTBIQ+.

Este caso se enmarca en una ofensiva conservadora que busca revertir derechos obtenidos gracias a luchas y sentencias históricas. Organizaciones como Lambda Legal advierten que la apelación de Davis podría catalizar la aprobación de leyes estatales que restrinjan el matrimonio igualitario.
A pesar de los intentos de Davis, tribunales inferiores han desestimado sus reclamos, argumentando que no puede invocar la Primera Enmienda para eximirse de responsabilidades derivadas de su rol como funcionaria. Mientras tanto, la opinión pública muestra que el apoyo al matrimonio entre personas del mismo sexo, aunque amplio, se ha mantenido en torno al 70% desde 2020, según encuestas de Gallup.
La decisión del Tribunal Supremo será significativo para el futuro del matrimonio igualitario en Estados Unidos.