El Pentágono refuerza su presencia en el Caribe y apunta contra “narcoterroristas”, en medio de tensiones crecientes con Venezuela y un saldo de más de 80 muertos en bombardeos recientes.
El Pentágono anunció el despliegue de la operación “Lanza del Sur”, una maniobra militar encabezada por el Comando Sur (Southcom) y diseñada para atacar a los “narcoterroristas del hemisferio occidental”, según informó el secretario de Guerra estadounidense, Pete Hegseth. El anuncio llega tras la llegada del portaaviones USS Gerald Ford al Caribe y en un contexto de presión creciente de Washington sobre el gobierno venezolano de Nicolás Maduro.
A través de la red social X, Hegseth afirmó que la misión busca “proteger a Estados Unidos de las drogas que están matando a nuestra gente”, mientras reiteró que el presidente Donald Trump ordenó intensificar las acciones militares. La administración estadounidense ha adoptado el término “Departamento de Guerra” para referirse al Pentágono, subrayando un enfoque abiertamente bélico frente al narcotráfico en la región.
La operación se inscribe en un despliegue que incluye destructores, buques anfibios y nuevas unidades navales frente a la costa venezolana desde agosto. Washington asegura que estas acciones se dirigen contra embarcaciones vinculadas al tráfico de fentanilo, aunque la ofensiva ha dejado más de 80 personas muertas desde septiembre, tras al menos 20 ataques en el Caribe y el Pacífico oriental.
Fuentes del propio Pentágono confirmaron a medios estadounidenses que en días recientes murieron cuatro personas en otro bombardeo contra una supuesta narcolancha, sumándose a una serie de ataques en los que no ha habido sobrevivientes. Aunque Hegseth evitó ofrecer detalles tácticos, adelantó que un grupo de trabajo conjunto coordinará la operación, que podría abarcar la totalidad del actual dispositivo militar en la región.
En su mensaje, el secretario sostuvo que “el hemisferio occidental es la vecindad de Estados Unidos, y la protegeremos”, una declaración que coincide con el tono confrontativo de la Casa Blanca hacia Venezuela y marca una escalada en la política militar estadounidense en América Latina.


