POR: EDUARDO BLANCO
El exjugador pasó del escándalo a un camino de fe: ahora predica en una iglesia y dice haber encontrado su propósito en la espiritualidad.
El escándalo que envolvió a Dani Alves comenzó la noche del 30 de diciembre de 2022, cuando una joven denunció haber sido víctima de agresión sexual dentro del baño VIP de la discoteca Sutton, en Barcelona. La mujer afirmó que Alves la forzó, la insultó y le impidió salir del lugar. Esta versión quedó asentada en la denuncia formal presentada días después.
El 20 de enero de 2023, cuando el futbolista regresó a España, fue detenido por los Mossos d’Esquadra. La jueza ordenó prisión preventiva sin fianza, al considerar que existía riesgo de fuga dada su residencia en Brasil y su capacidad económica. Al día siguiente, Pumas UNAM rescindió su contrato, cerrando de manera abrupta su paso por el futbol mexicano.
Después de vivir lo que él mismo llama “uno de los momentos más oscuros” de su vida, Dani Alves decidió darle un giro radical a su existencia. Tras ser absuelto de una acusación de agresión sexual que lo llevó a prisión, Alves reapareció como predicador en la iglesia evangélica Elim de Girona, donde ha compartido su testimonio de fe.
En un emotivo mensaje ante los feligreses declaró:
“Hay que tener fe en Dios. Yo soy una prueba de ello. Yo hice un pacto con Dios.”
A sus 42 años, el ex-lateral del FC Barcelona y exjugador de clubes como Sevilla, Juventus, PSG y recordado por su paso fugaz por el fútbol mexicano ha optado por dejar atrás los reflectores del deporte para abrazar la espiritualidad. “En medio de las turbulencias, en medio de la tempestad, siempre hay un mensajero de Dios”, afirmó durante su participación en un servicio religioso.
Acompañado de su esposa, la modelo Joana Sanz, y tras la confirmación del nacimiento reciente de su hija, Alves parece decidido a reconstruir su vida desde la fe: su cuenta de redes ahora refleja su nueva identidad como “discípulo de Cristo Jesús”.
En un video viralizado en las redes sociales se puede ver al brasileño predicando la palabra en una iglesia de Girona:
Este giro marca no sólo una reinvención personal, sino también un mensaje de superación: Alves apuesta por el perdón, la redención y una nueva misión que trasciende las canchas.
