El exsecretario mexicano reaparece en los negocios tecnológicos, aprovechando contactos políticos de su pasado en detrimento de la imagen de México.
Luis Videgaray, exsecretario de Hacienda y de Relaciones Exteriores de México, volvió a la vida pública como cofundador de Brain Co., una startup de inteligencia artificial (IA) con sede en San Francisco. Su socio es Jared Kushner, yerno de Donald Trump, y junto a ellos participa el inversionista Elad Gil. La empresa promete acercar el talento de Silicon Valley a grandes corporaciones y gobiernos al ofrecer soluciones de IA para optimizar operaciones, desde automatización de trámites hasta gestión energética y logística.
La startup, fundada en 2024, salió del sigilo en septiembre de 2025 con una ronda de inversión Serie A por 30 millones de dólares, respaldada por Affinity Partners —fondo de Kushner—, Gil Capital y figuras como Brian Armstrong (Coinbase), Patrick Collison (Stripe), Reid Hoffman (LinkedIn) y Nikesh Arora (Palo Alto Networks). La firma cuenta con 40 empleados y alianzas estratégicas con OpenAI, atendiendo a clientes como Sotheby’s, Warburg Pincus, hospitales, cadenas hoteleras y sistemas energéticos.

La relación de Videgaray con Kushner tiene raíces polémicas, ya que durante la campaña presidencial de Donald Trump en 2016, Videgaray invitó al entonces candidato a México pese a sus constantes humillaciones y amenazas contra el país, incluyendo comentarios sobre drogas, crimen y un muro fronterizo financiado por México. Esta decisión generó protestas y críticas internacionales, por lo que terminó con la renuncia temporal de Videgaray a la Secretaría de Hacienda. Años después, esta relación política se transformó en una oportunidad de negocio privada, lo que ha beneficiado al exfuncionario, no a México.
Según Forbes, Brain Co. nació de una reunión informal en San Francisco en febrero de 2024, donde Kushner, Gil y Videgaray identificaron la falta de acceso al talento de IA en grandes instituciones. La empresa se presenta como un puente entre expertos en inteligencia artificial y líderes corporativos y gubernamentales, pero refleja cómo la experiencia política de Videgaray se traduce ahora en ventajas personales y conexiones con inversores internacionales, incluyendo capital de Arabia Saudita, Qatar y Emiratos Árabes Unidos.
Tras su salida del gobierno mexicano en 2018, Videgaray ha permanecido lejos de la política, pero sus decisiones pasadas y su nueva alianza con Kushner evidencian cómo el capital político puede convertirse en negocio privado, dejando una sombra sobre su trayectoria y la reputación institucional de México.
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