Héctor “N”, conocido como “El Chesman”, fue arrestado en Chiapas por su presunta participación en el asesinato del padre Marcelo Pérez, ocurrido hace un año. La justicia aún busca a otros implicados y exige una investigación independiente.
En Chiapas, la policía detuvo a Héctor “N”, alias “El Chesman”, presunto líder de una banda delictiva y considerado responsable del asesinato del padre Marcelo Pérez. La captura ocurrió en coordinación con la Fuerza de Reacción Inmediata Pakal, en el marco del primer aniversario del crimen. La comunidad y familiares del sacerdote celebraron la noticia, pero también expresaron su frustración por la impunidad que aún prevalece.
El padre Marcelo, defensor de los derechos humanos y líder espiritual, fue asesinado el 20 de octubre de 2024. La comunidad indígena tsotsil lo recuerda como un símbolo de paz y lucha por la justicia. La noticia de su muerte generó tristeza y movilizó a organizaciones sociales que exigen que el caso no quede impune.
El fiscal general del estado, Jorge Luis Llaven Abarca, informó que Héctor “N” está vinculado a la investigación en la Fiscalía General de la República (FGR). Se le acusa no solo del homicidio del sacerdote, sino también de delitos como pandillerismo y atentados contra la paz y la seguridad de la comunidad. El 7 de octubre de 2023, el acusado y un grupo armado intimidaron a transeúntes y comerciantes, exigiéndoles dinero y causando temor en la localidad.
La fiscalía detalló que ya existe una orden de aprehensión de carácter federal. Héctor “N” se encuentra bajo custodia y enfrentará el proceso judicial para definir su situación legal. Hasta ahora, solo Edgar “N” fue condenado a 20 años de prisión por ser el autor material del asesinato.
El Centro de Derechos de las Víctimas de Violencia Minerva Bello lamentó que, a un año del crimen, aún no exista justicia plena. La organización denunció que el asesinato del padre Marcelo forma parte de una estrategia de terror, alimentada por la impunidad y la complicidad de autoridades. La ONG exige una investigación independiente y que el caso se reconozca como un crimen de lesa humanidad.
El legado del padre Marcelo sigue vivo en la lucha por la justicia y los derechos humanos. La comunidad y organizaciones sociales continúan exigiendo que se esclarezca por completo el crimen y que se castigue a todos los responsables. Solo así, aseguran, se podrá avanzar hacia una verdadera paz en Chiapas.

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