Categoría: Cristian Galarza López

  • Gay naco, chinto y chairo

    Gay naco, chinto y chairo

    Está por terminar el sexenio del líder del Pueblo de México, Andrés Manuel López Obrador, y a la oposición todavía no le queda claro qué fue lo que ocurrió. ¿Por qué perdieron las “riendas” del país? Precisamente, fracasaron por tratar a las personas como ganado.

    El Segundo Piso de la 4T representa la continuidad de un proyecto de nación en el que por el bien de todos primero los pobres, Claudia Sheinbaum lo sabe, ella comprende que somos las clases populares, trabajadoras, las poblaciones históricamente vulneradas, las que le estamos pasando el mando.

    ¿Qué papel jugamos las Comunidades LGBTIQ en el proceso transformador? Seamos sinceros, no somos una fuerza electoral significativa. Lo que sí somos es impulsores definitorios de la Revolución de las Conciencias. México es un país conservador y lo seguirá siendo por algún tiempo, sin embargo, los avances en materia de Libertades y Derechos los hemos empujado en buena medida los luchadores sociales de la Diversidad Sexual.

    Cuando se legalizó el Matrimonio Igualitario no solo se derribaron barreras legales para que las parejas homosexuales accedieran a la igualdad de derechos, también se comenzó a hablar seriamente de los gays. Las familias, las empresas, y hasta las iglesias, comenzaron a reflexionar sobre nuestra influencia en el quehacer social. Cuando ocurrió el reconocimiento legal de la Identidad de Género, no sólo ganaron las mujeres y hombres trans, también quienes aman a estas personas trans, poco a poco se han normalizado las relaciones amorosas, laborales y de toda índole donde se desenvuelven mujeres trans y hombres trans.

    Al final de la lucha, quienes se cuelgan las medallas son senadoras, senadores, diputadas y diputados, pero el origen de todas estas transformaciones son las personas LGBTIQ “nacas, chintas y chairas”.

    En México el término “naco” es uno despectivo. Las clases altas y los aspiracionales, usan mentado insulto para referirse a todos y todas quienes nos atrevemos a ejercer los mismos derechos y libertades que antes se creían privilegios de los fifís.

    “Chinto” es un término despectivo para referirse a los pueblos originarios. Las personas LGBTIQ somos parte de esos pueblos. Históricamente, las clases altas y los aspiracionales han sido quienes escriben y publican leyes homo-transfóbicas, cómo las autoridades victorianas en Reino Unido, o las élites porfirianas en México que condenaron a Los 41.

    Finalmente ser LGBTIQ y no ser chairo es una contradicción hasta biológica.

  • Purísima homofobia

    Purísima homofobia

    Durante el PRIDE de la CDMX que se llevó a cabo el pasado 29 de junio del 2024, se llevaron a cabo diversas manifestaciones del Orgullo LGBTIQ. Una de las que más llamó la atención durante el recorrido en Paseo de la Reforma así como en redes sociales, fue el performance que ofreció el carro alegórico del popular bar “La Purísima”.

    Tras su plataforma, La Purísima acarreó una enorme cruz forrada de papel dorado, en la que iba montado una Drag personificando a Jesucristo, rodeando iban guapos jóvenes ataviados como soldados romanos. La decoración y la idea principal del performance son obra de Gamaliel Islas, conocido artista de la comunidad.

    El objetivo se cumplió, cuando publiqué la foto de dicho suceso, comenzó el debate en torno a la influencia de la Iglesia Católica como institución opresora de la diversidad sexual. Y es que no debemos olvidar que hasta el día de hoy las religiones judeocristianas en México juegan una suerte de represoras entre la sociedad conservadora.

    En el pasado no debemos olvidar el caso de Cotita de la Encarnación, enjuiciada y quemada viva en la hoguera el El martes 6 de noviembre de 1657 por la Santa Inquisición; ya más en nuestros días las Terapías de Conversión ofrecidas por distintas congregaciones católicas, evangélicas y cristianas, que prometen “curar la homosexualidad”, una forma de tortura que ya está prohibida por la ley, con una reforma publicada recientemente por el presidente Andrés Manuel López Obrador.

    Sin embargo y a pesar de los avances legislativos en materia de respeto a los derechos y libertades de las Comunidades LGBTIQ, es obvio que sigue existiendo la homofobia, la transfobia y el odio hacia las personas que ejercen las libertades sexuales, de expresión y de manifestación. Como lo pueden ver en los comentarios de las dos publicaciones que un servidor realizó en la red social X (antes Twitter):

    Los mensajes que recibí fueron de odio e intolerancia hacia las Comunidades LGBTIQ. Unos señalaban que lo único que provocamos es el odio de la sociedad, admitiendo con esto que sigue existiendo la homofobia y que cualquier pretexto se convierte en argumento para atacar a las personas LGBTIQ. Otras de plano fueron expresas amenazas: “Ojalá que te mueras”, “Arderás en las llamas del infierno”, “Esperemos que te llegue el final como al magistrade Ociel Baena”, “Por eso los matan”, entre otras.

    ¿Cómo combatir la homofobia y la transfobia en una sociedad abiertamente conservadora? Tal vez baste con recordar a las personas cristianas, católicas y evangélicas, sus 10 Mandamientos, pero ligeramente modificados, a ver si así entienden:

    • Amarás a Dios sobre todas las cosas. Y cómo Dios es amor, y amor es amor, debes amar a los gays, a las lesbianas y a las personas trans.
    • No tomarás el nombre de Dios en vano. Por lo tanto no debes pronunciar o utilizar el nombre de Dios para amenazar a las personas LGBTIQ.
    • Santificarás las fiestas. Como la fiesta del Orgullo, cada año deberás celebrar a tus hermanas, hermanos y hermanos LGBTIQ.
    • Honrarás a tu padre y a tu madre. Si en tu hogar te han enseñado amor y respeto, pues demuestra tu buena cuna: ama y respeta a todas las personas LGBTIQ.
    • No matarás. No cometerás crímenes de odio contra las personas LGBTIQ, de hecho deberás hacer todo lo que esté en tus manos para proteger a este grupo históricamente vulnerado.
    • No cometerás actos impuros. Si eres mujer heterosexual: no desearás al hombre gay que nunca te corresponderá. Si eres hombre heterosexual: no desearás a la mujer lesbiana que nunca te corresponderá. Si sientes atracción por una persona trans la respetarás y amarás.
    • No robarás. No lucrarás con las luchas de las personas LGBTIQ y si sacas algún provecho económico de las poblaciones LGBTIQ deberás retribuirles un porcentaje. Obviamente queda prohibido robar propiedades, dinero o cualquier pertenencia a las personas LGBTIQ.
    • No darás falso testimonio ni mentirás. Para todas aquellas y todos aquellos que difaman a las personas LGBTIQ, sepan que su Dios los está observando y no les gusta que inventen que las personas LGBTIQ somos pedofilos, violadores, criminales. Tampoco está bien visto que con tal de encarcelar a personas LGBTIQ den falsos testimonios o difundan mentiras de ellas, ellos y elles en redes sociales o por cualquier medio de comunicación.
    • No consentirás pensamientos ni deseos impuros. Es decir que no codiciarás la felicidad y las libertades que ejerzan las personas LGBTIQ. No debes tener envidia. Es mejor que te unas y tú también ejerzas tus libertades y derechos plenamente.
    • No codiciarás los bienes ajenos. No codiciarás la marcha del Orgullo o el PRIDE. No dirás cosas como: “Entonces también debería haber un Día del Orgullo Heterosexual”.

    Así que ya lo saben amiguitos, la homofobia y la transfobia son malos pensamientos, son pecados que deben ser extirpados de nuestras sociedades conservadoras. Si queremos acabar con el odio y la injusticia, debemos ver primero en el interior de nuestras almas y eliminar los prejuicios hacia las Comunidades LGBTIQ.

    A él le gustaría que un día todas, todos y todes pudieramos vivir en libre albedrío y paz bajo un arcoíris de su infinito amor.

  • Figurar o no figurar, esa es la cuestión

    Figurar o no figurar, esa es la cuestión

    Hace 46 años muchos de nosotros ni siquiera habíamos nacido, mucho menos figurábamos en el mapa. Con la primera “Marcha del Orgullo” nació un movimiento pacífico que lograría la “Revolución Sexual” de México. 

    Empezó con un puñado de homosexuales y lesbianas, también personas trans, principalmente. Quienes salieron a las calles de la Ciudad de México para asumir su “orgullo” por tener una orientación sexual distinta a la heterosexual y por expresar su identidad de género tal cuál la sentían. Eran tiempos oscuros en los que surgió el arcoíris. 

    Actualmente nos identificamos como Comunidades LGBTTTIQ, quienes este 29 de junio del 2024 a las 10 de la mañana, nos daremos cita en el Ángel de la Independencia para dar inicio al PRIDE / Marcha del Orgullo que transcurrirá por Paseo de la Reforma, Avenida Juárez, Eje Central, 5 de Mayo, para desembocar en el Zócalo donde se celebrará un concierto gratuito. 

    Esta manifestación pacífica estará integrada por una diversidad de identidades y consignas. Se trata de manifestar repudio hacia la homofobia, la transfobia y la doble moral de la clase conservadora. También se trata de rendir un sentido homenaje a las, los y les integrantes de nuestra comunidad, quienes lamentablemente han perecido en una de las tantas batallas que libramos día a día: contra los crímenes de odio, las terapias de conversión, la discriminación, el VIH, la derecha conservadora. Pero también se trata de un día para celebrar nuestras victorias; éste año yo destacaría dos triunfos colectivos: primero la entrada en vigor de la prohibición de los ECOSIG (Esfuerzos para Corregir la Orientación Sexual y la Identidad de Género) y por otro lado la unión de varios de los comités para llevar a cabo en unión el Pride / Marcha del Orgullo, que después de muchos años contará con un solo escenario emblemático en el Zócalo capitalino. 

    Los tiempos de las Comunidades LGBTTTIQ son perfectos. Poco a poco se van disipando las diferencias internas, pero no debemos forzar ese proceso. El debate está abierto y nadie debe quedar fuera pues el PRIDE / Marcha del Orgullo no le pertenece a nadie, más bien contiene a todos, todas y todes. 

    Preguntaba un sabio: “¿Por qué desechar a los no buenos?” 1. La respuesta no la tengo yo, evidentemente. Para empezar, ¿quién es bueno, quién no bueno, o quién es malo?. Sería un poco incongruente que dentro de nuestras Comunidades LGBTTTIQ incurriéramos en clasismo. Pienso que en este movimiento todos, todas y todes deben figurar. 

    Cuando ocurrió la primera marcha del orgullo era fácil identificar los liderazgos, Luis González de Alba o Nancy Cárdenas, pero actualmente somos millones de líderes. Cada uno de nosotros hace lo que mejor puede desde su trinchera, se trata de una revolución pacífica y horizontal en la que cada voz es importante, no hay premio o trofeo que valide más a uno de nosotros, ni crítica que haga menos el esfuerzo de los otros. 

    Definitivamente estamos viviendo un momento histórico en México, con la elección de la primera mujer presidenta se abren también mayores posibilidades para las Comunidades LGBTTTIQ, porque las mujeres y nosotros siempre hemos ido de la mano. Por eso es importante aprovechar esta ola transformadora, imponernos en todos los espacios, impulsarnos entre nosotros y figurar hasta en la sopa, principalmente en la que se tragan con amargura las y los conservadores. Ellas y ellos son los enemigos en común, para derrotarles será necesaria la unión. 

    No teman figurar, es justo el momento de hacerlo. Empezando por este sábado 29 de junio, vamos juntes y figuremos en nuestro PRIDE / Marcha del Orgullo, es el espacio seguro en el que caben todas las manifestaciones a favor de la Diversidad Sexual y en contra de la clase conservadora. 

    ¡Juntes seguimos haciendo historia! 

    1 Lao Tsé, Tao Te King.

  • “Reina Gay”

    “Reina Gay”

    Durante décadas el “Imperio Gay” nombra a sus reinas, así en femenino; se trata de mujeres y hombres que inspiran de alguna manera a la Comunidad LGBTIQ. Pero ojo, no se trata de imponer un régimen monárquico con sus títulos nobiliarios y privilegios para unos cuantos, lo que hace la “comunidad” es elegir de entre el pueblo a líderes que precisamente defienden o abanderan las causas de la diversidad sexual.

    Al resignificar la corona, la comunidad la arranca de las cabezas de los monarcas elegidos por “mandato divino” y las coloca en las cabezas de todo el pueblo; es por eso que durante el Pride / Marcha del Orgullo vemos a todas, todos y todes portar coronas de plástico, papel, cartón, bisutería, tela, materiales reciclados, etcétera.

    Se trata de una forma lúdica a través de la cual las poblaciones LGBTIQ se burlan del estatus quo, del sistema y de las élites conservadoras, caracterizadas por su rancia y retrógrada forma de ver el mundo. Quien reciba la “corona gay” debe sentirse responsable de un liderazgo que defiende las verdaderas luchas del pueblo, en especial de las personas LGBTIQ, las, los y les más vulnerados entre los vulnerados.

    Este año la “Reina Histórica Eterna” será la actriz y cantante Lucía Méndez, quien durante la pandemia del SIDA en los años 80s fue de las pocas en usar su bella imagen para defender a la comunidad, incluso protagonizando una campaña para Conasida.

    Fuente:

    Pero hablemos de otra “corona”, la de convocantes y organizadores del Pride / Marcha del Orgullo. Y es que los comités integrados por poblaciones LGBTIQ siempre han sido los convocantes y organizadores, sin embargo año con año la intervención del gobierno de la CDMX se percibe cada vez más peligrosa.

    Desde pasadas ediciones el Gobierno de la Ciudad de México ha querido intervenir en la organización, asignando el orden de los contingentes a pie y a bordo de carros alegóricos, incluso se han servido de malas mañas como difundir difamaciones para intentar manchar la reputación de los comités y finalmente oficializar la manifestación del Orgullo más importante de Iberoamérica.

    La semana pasada los comités denunciaron la publicación de una “convocatoria” por parte de SIBISO a través de @DiversidadSexualCDMX. Los comités señalaron que son precisamente las organizaciones del pueblo y los activistas independientes, los únicos que pueden convocar a la movilización, así como organizar todo lo que conlleva. La responsabilidad del gobierno recae en garantizar la seguridad de todas, todos y todes quienes asistan, punto.

    Uno de los representantes de Sibiso, cuyo nombre me reservaré a fin de mantener la cordial colaboración entre las partes, admitió el error y prometió “subsanar” lo provocado tras dicha publicación.

    Esto pareciera un detalle meramente anecdótico, incluso insignificante, pero para ejemplificar: imagínense que el gobierno metiera las manos en la convocatoria y organización del 8M, o que impusieran castigos a las participantes o que incluso amenazaran con emprender acciones legales contra algunas de las más radicales. Eso sería grave definitivamente. Y es grave en el caso del Pride / Marcha del Orgullo, porque pareciera que la actitud del gobierno de la ciudad es diferenciada, discriminatoria, casi homofóbica hacia la manifestación anual del Orgullo. ¿Por qué querer controlarla, manejarla? No hay argumento que valga debido a que no hacen lo mismo con otras manifestaciones.

    Por eso se ha dado la oposición de los comités LGBTIQ, quienes hacen un respetuoso llamado a Martí Batres para que le recuerde a sus colaboradores que el Pride / Marcha del Orgullo tiene un espíritu autónomo y que más allá de controlarla, deben preservar su buen desarrollo, sin incidentes que lamentar. No olvidemos que si bien para las poblaciones LGBTIQ el Pride / Marcha del Orgullo tiene múltiples significados políticos, sociales y culturales, para la CDMX representa además una fuente millonaria de derrama económica, atracción turística y consolidación internacional como capital de las libertades.

    La corona gay por tanto, debe permanecer en las cabezas del pueblo y en especial de las poblaciones LGBTIQ, y ningún gobierno debería pretender usurparla.

  • No dormir en nuestros laureles

    No dormir en nuestros laureles

    Durante las más recientes campañas electorales la derecha conservadora se puso muchos disfraces, uno de ellos fue el de “progresistas aliados de la comunidad LGBTIQ”, pero bastó que se anunciara la contundente derrota del PAN para que candidatas, candidatos, opinadoras y opinadores, se soltarán el cabello de las expresiones homofóbicas y se vistieran de reinas de la intolerancia.

    En una reciente entrevista concedida al periodista Ciro Gómez Leyva, el líder del Cártel Inmobiliario y aspirante a presidente del PAN Jorge Romero, nos recordó a todos que su partido tiene una tradición conservadora, cristera, y ultraderechista aliada del Yunque y de Vox en España.

    “… Yo creo que tenemos que ser un partido que haga muchas cosas pero primero que regrese a sus causas originales, sin miedo, sin vergüenza… El PAN tiene que defender la vida con absoluta claridad … nosotros queremos defender la familia, no porque queramos excluir ningún tipo de asociación sino porque la familia es la base, es la primera institución social”, aseguró Romero.

    Estas palabras son la primera señal de lo que se avecina, el endurecimiento del discurso homofóbico orquestado desde las bases del conservadurismo más rancio y feroz.

    Y es que la derecha conservadora fue humillada en las urnas y buscará venganza, así sea contra los pobres, contra los meseros, contra las trabajadoras domésticas, o en contra de las personas LGBTIQ.

    Los conservadores creen fervientemente que las personas LGBTIQ y otros grupos históricamente vulnerados, somos inferiores a las clases sociales “decentes”; porque nuestra diversidad sexual les duele en su aspiraciones de superioridad moral, económica, académica y social. Para las y los conservadores somos solo un grupo de depravados, enfermos mentales que necesitamos ser sometidos a sus métodos de rectificación, corrección, control y censura. Como en los tiempos de la santa inquisición, o de las paralelas eras victoriana y porfiriana, o de los sangrientos años 60s y 70s.

    Pero ¿quién querría retroceder al oscurantismo social cuando hemos logrado disfrutar cierto brillo del arcoíris transformador?. Pues hay millones de personas en el mundo que se sienten amenazados por los movimientos sociales de izquierda progresista que les han arrebatado privilegios.

    Los europeos por ejemplo. Viendo que en América Latina los pueblos están logrando transformaciones a su favor, temen el avance de la revolución de las conciencias y con tal de seguir viviendo a expensas del “tercer mundo”, vuelven a votar por líderes ultraconservadores como la italiana Giorgia Meloni.

    Ella es una feroz impulsora de la xenofobia y por supuesto la homofobia. Sus discursos son elocuentes llamados al nuevo fascismo internacional del que forman parte otros líderes como el argentino Milei.

    Pero volvamos a México; para la derecha conservadora derrotada, la comunidad LGBTIQ nos hemos convertido en el enemigo a aplastar. La comunidad LGBTIQ somos uno de los sectores más mediáticos y por lo tanto un buen objetivo para los ataques de la derecha conservadora.

    El reto para la izquierda progresista mexicana es defender las libertades y la diversidad sexual que el pueblo de México ya ejerce. El retroceso no es opción; la derecha conservadora ya despertó, no es tiempo para dormir en nuestros laureles.