Categoría: Diana Espejel

  • Enigmático

    Enigmático

    El 2 de junio llegó, de mi parte me deja un sabor enigmático. Primero, había datos que nos llevaban a pensar que el triunfo de la Doctora Claudia Sheinbaum era inminente, pero me tomó por sorpresa el avasallador 30 por ciento. Casi me siento tan sorprendida como los partidos opositores porque no lo veían venir, lo indican los dichos “no se vayan a dormir” “no dejemos que escondan los votos”. Lo que tampoco me esperaba era que poco más del 60 por cierto del padrón electoral participara, considero que son pocos, dado que representa casi lo mismo que la elección presidencial del 2018. 

    La elección despoja mitos que nos vendieron los medios de comunicación, resulta que los grupos de la clase media y alta también ha votado en mayoría por Claudia Sheinbaum. Más allá de estas circunstancias que los macrodatos nos permiten hacer, les invito a reflexionar aquello que está más a su alcance para comprender cómo impactó al prianismo la elección. Veamos algunas reflexiones que hace desde mi colonia. 

    Por azar del destino vivo en una colonia que desde 2021 parecía que estaba volcada al PAN, nunca vi nada de propaganda para el PRI y menos del PRD. El panorama que vemos en la calle son coches bonitos, nuevos, casas grandes, parques, es una zona que pintaba para votar por el panismo, pero si se cuentan los votos, Xóchitl, por ejemplo, ganaría sólo por 10 votos, pero en la mayoría de las 3 casillas que revisé gana morena en todos los rubros. Destaco que hoy miércoles 5 de junio de 2024, ya retiraron los carteles en donde gana Sheinbaum, creo que la “minoría” que perdió no está muy de acuerdo con los resultados, así como Xóchitl Gálvez y los dirigentes de los partidos que han anunciado que van a impugnar la elección y solicitan que se cuente voto por voto y casilla por casilla. Que lo hagan. 

    El gobierno de Andrés Manuel López Obrador tiene la obligación de garantizar la transparencia de la elección, no porque haga falta, ya que es contundente que la presidencia de la república será inamovible, sino porque eso les da a los seguidores del panismo seguridad de que los resultados son reales. En algunos casos la comprobación valdría la pena, pues hay dudas legítimas que puede tener la gente, más allá de la necesidad de los dirigentes, tenemos que comprender que sí representan a personas que confían en esa opción. 

    El respeto es fundamental en estos momentos para poder reconstruir un poco el tejido social que se ha mermado por el tema político. El enojo y los mensajes cargados al odio se acabaron entre los grupos de amigos que ahora solicitan dejar de lado el tema político. No sé si a ustedes les pasó que sus colegas, compañeros de trabajo o familiares dejaron de tener al centro las cuestiones políticas. Claro, no podemos pensar que va a durar poco tiempo, yo vi varias publicaciones de conocidos en Facebook que se burlaban de la decisión de la mayoría de los votantes el lunes donde “se devaluó el peso”. Una idea muy extraña porque son personas que, por su edad, tuvieron que vivir las duras devaluaciones de los años noventa. 

    Yo le deseo a la presidenta electa, Doctora Claudia Sheinbaum un mandato exitoso, con buenas decisiones, siempre apegadas a la mejora del país. Le reitero a la ciudadanía que la democracia no se acaba en las elecciones, sino que se nutre del seguimiento que tenemos que dar a nuestros representantes. Les invito a informarse de todo lo que realizan nuestros gobernantes para que nunca más nos usen para llenar sus bolsillos, para que no crean que tienen manga ancha para actuar como quieran. Y también les recuerdo que tenemos la posibilidad de quitar a la cabeza si no está dando los resultados que el país merece. 

    Les invito a solicitar la revocación de mandato para los gobernadores, alcaldes y diputados, porque si no asisten a las sesiones no merecen que les paguemos tanto. Espero que ahora que se le va el fuero a Taboada, por fin puedan imputar sus crímenes inmobiliarios y que el siguiente sexenio nuestro país tenga más desarrollo con bienestar. 

    Felicidades al pueblo de México por haber pensado su voto, porque es mentira que los votantes hayan elegido un partido y dado todos los votos. La gente expresó las decisiones que, en varios casos representaron un dilema y fue un voto complejo, pero respetable. Que todas nuestras elecciones sean así de responsables porque eso es un excelente mensaje para los políticos. Gracias a nuestros funcionarios de casilla, su trabajo es fundamental para el país y tengan por seguro que valen la pena soportar las groserías de la gente porque al final la mayoría les reconocemos su labor.

  • Se extingue la tolerancia

    Se extingue la tolerancia

    Hace quince días fui invitada a una reunión social en la que parte de los invitados congeniaban con el grupo al que representa Xóchitl Gálvez. De eso nos dimos cuenta después de hablar de temas diversos, la comida, las expresiones culturales de los lugares que frecuentábamos, si había sido complicado comprar boletos para ciertos eventos masivos, de todo un poco. El asunto fue que llegamos al tema de la política. 

    Hay que decir que había representación de todos los sectores, partidarios de MORENA, otros de los partidos de oposición y personas que se encontraban escépticas hacia una postura y otra. Resulta que comenzaron a plantearse algunas ideas, se expresaron comentarios del tipo “conozco a tal persona que tiene tales cartas dentro de cierto puesto dentro de tal institución y dice que el presidente hizo esto”. Que yo no dudo que exista esa persona, tampoco dudo que lo exprese, el asunto es que mi respuesta fue, de eso tiene que haber documentos que se pueden pedir por transparencia para denunciar esos actos. 

    Es interés de todos los mexicanos que existan pruebas de todas las acciones de los funcionarios y así como se encuentran discordancias en el manejo del dinero público de las administraciones, claro que las puede haber en esta. Porque las personas pueden no ser inocuas, pero esos datos deben estar. Resulta que después de unos minutos de discusión y de sacar tema tras tema, uno de los interlocutores expresó algo así: “usted tiene su postura y yo tengo la mía y no nos vamos a convencer, mejor hay que hablar de otra cosa”. Me sorprendió demasiado su intolerancia, dejó de mencionar temas y nosotros continuamos hablando, incluso con sus acompañantes. 

    Tengo que decir que me sorprendió mucho la actitud del señor, recordé el primer coloquio en el que participé en la universidad, estudiaba el primer trimestre de la carrera y una de las profesoras mencionó que nosotros después de haber estudiado con cierto profesor no saldríamos de la idea teórica que teníamos y ya no participó. En esa investigación analizábamos la movilidad social que tenían los estudiantes de distintas licenciaturas. Me sorprendió que en un espacio académico no hubiera oportunidad de diálogo, de colocar argumentos que fueran sólidos para persuadir los resultados que daban las encuestas que realizamos. Ese día regresé a ese momento en que sentí que mi trabajo era desestimado por nada, por ningún dato o teoría. 

    Mi reflexión del intercambio de la reunión social fue que, en ese contexto, tanto los partidarios del presidente y su movimiento, como quienes se mantienen en un espacio intermedio, están más dispuestos a la discusión de las opiniones que aquellos que se ciñen a la oposición. Veo una similitud en varios participantes de las marchas de las mareas rosas. Tuve oportunidad de ver a los asistentes en la marcha del 26 de febrero del 2024 en el Zócalo, la sensación de enojo y frustración imperaba, aunque la concentración era en defensa del INE, la consigna que más se escuchaba era en contra del presidente López Obrador. 

    Han circulado los videos de jóvenes reporteros y creadores de contenido que el pasado 19 de mayo del 2024 estuvieron en el Zócalo, es llamativo el video de Hernán Gómez, donde lo agreden, insultan https://vm.tiktok.com/ZMMwWQn27/ y vinculan con el narco. Sin afán de generalizaciones, las concentraciones de la llamada “marea rosa” desbordan la necesidad de violencia y frustración. Freud menciona en su texto: Psicología de las masas y análisis del yo, que la masa se convierte en irracional y motiva a sus participantes a realizar acciones que de forma individual no se atreverían. No encuentro ejemplo mejor del análisis del que disponemos de este autor que los integrantes de la marea contra AMLO y MORENA. 

    Me perece incomprensible que veamos la violencia inconmensurable a la que estamos sometidos todos los días en las grandes ciudades de México como para pretender que sea combatida a la fuerza. Quizá su lógica esté del lado del paternalismo histórico del priismo, donde a la fuerza teníamos que aceptar las condiciones que nos eran impuestas y podemos cuestionar una vez más el concepto tolerancia. Durante muchos años tolerar significaba en la sociedad algo así como permitir que existas e ignorar a quien tengo que soportar. Una degradación total de un valor que tendría que dar sentido al respeto profundo, a llevarnos a una profunda compresión de ideas, creencias o ideologías. Aunque, de un tiempo a la fecha, parece que incluso las derechas pugnan por dejar de permitir que los otros existan, una visión demasiado cargada hacia el fascismo. 

    A veces siento que se extingue la tolerancia y tenemos que rectificar el rumbo, de lo contrario la violencia no cederá. Porque pensamos que son minoría, porque quizá así lo sea, el riesgo está en el aparato publicitario al que tienen acceso esos grupos que buscan mover masas, que por lo pronto es un objetivo no completado y ojalá que así permanezca. 

  • Con todo mi corazón, perdono

    Con todo mi corazón, perdono

    Ayer miércoles 8 de mayo de 2024 el Monseñor Salvador Rangel Mendoza, Obispo Emérito de la diócesis de Chilpancingo Chilapa, dio a conocer un comunicado donde indica lo siguiente: “siguiendo los principios evangélicos de nuestro Señor Jesucristo, que perdonó a las personas que lo traicionaron, lo vendieron, lo juzgaron, lo torturaron y lo asesinaron, con todo mi corazón perdono a todas las personas que me han hecho daño por los hechos de los que he sido víctima, así como a aquéllos que me han revictimizado producto de la desinformación” https://aristeguinoticias.com/0805/mexico/obispo-salvador-rangel-rompe-el-silencio-no-presentare-ninguna-denuncia/.

    La argumentación que realiza el señor es impresionante, se empata al nivel de dios y asume que es una víctima de malhechores. Un mártir enredado en sucesos que se escapan por completo de su responsabilidad. Lo cierto es que ante la opinión pública no pasa de un clérigo más que deja en evidencia las hipocresías de un grupo que lucha por evitar la pérdida de fieles y en lugar de conseguir su objetivo lo que hace es convencernos más de que las contradicciones de los grupos religiosos tienen como fin último la extinción de la vida religiosa de las personas.

    El señor Salvador Rangel Mendoza, dice perdonar a los que le han hecho daño, al igual que Jesucristo; valdría la pena que el ego dado por su nombramiento dentro de ese culto religioso sea despojado porque no sólo se equipara a dios, sino perdona al mundo por sus faltas. No hay mayor muestra de deshumanización que esa. El concepto de deshumanización podría estar del lado del despojo del sentido humano del prójimo, utilizar a los demás como si fueran un objeto. Pero también, hace referencia hacia la pérdida de lo que nos hace terrenales, es decir, colocarse en el nivel divino. Eso es lo que hace el monseñor, ponerse al nivel de dios sin sus virtudes fundamentales.

    La carnalidad que evidencia al obispo es una muestra clara de su humanidad, de las circunstancias que nos hacen diferenciarnos de entidades divinas porque psicológicamente requerimos ese elemento para estructurar en nosotros un ente superior que guíe nuestras decisiones morales. Tener una creencia religiosa nos brinda una entidad interna que nos permita comprender la diferencia entre bien y mal. La declaración del monseñor hace evidente lo enferma que está nuestra sociedad cuando una institución como la religiosa hace todo lo posible por esconder los errores humanos y mostrarse partícipe del olimpo. No son ejemplos de vida, son ejemplos de muerte espiritual.

    Las personas tendrían que ser seres humanos deseantes, que puedan seguir sus impulsos bajo reglas y normas de convivencia cultural, social y moral determinada de forma consensual, no dictada por los miembros de élites que sólo pretenden perpetuar un sesgo de poder que se mantiene desde siglos atrás. El obispo y los padres de una iglesia no son parte de una divinidad, se hacen llamar representantes de dios en la tierra, pero eso no significa que sean inocuos a los sentimientos más humanos que hay en las personas.

    Considero que el señor tiene derecho a ejercer su sexualidad como lo quiera, la ciudadanía no tiene que juzgar a la persona por ello. Lo que consideren las personas pertenecientes a su clan religioso no tiene que importarnos a nosotros. Sucede lo mismo que con las personas de cualquier secta religiosa que comete un delito, el culto religioso no tiene que intervenir en la impartición de justicia. Porque bien lo decía la misma religión, hay que darle a César lo que es del César y a dios, lo que es de dios.

    Sucede lo mismo con las cuestiones electorales, en cada periodo democrático, hay una maquinaria que mueve la religión, al igual que otros poderes fácticos. La ciudadanía tiene que tomar en cuenta que las creencias religiosas no son parte del mundo político, se mueven en campos diferentes, es más, me atrevería a decir que tampoco las cuestiones económicas. Sé de cultos que obligan a su feligresía a consumir en ciertos lugares, que obligan a las personas a pagar cuotas estrictas, que manipulan a las personas para evitar que tengan una vida llena de experiencias culturales y sociales. Esto apaga al ser humano, limita su máximo desarrollo y también es una fuente de frustración y anomias sociales.

    Los fieles del culto religioso al que pertenece el obispo en cuestión tendrían que mirar su grupo con ojos más críticos porque la blasfemia en que incurren, no sólo con sus acciones sino con sus comunicados, es brutal. Yo no confiaría en una persona con tanta arrogancia como la que le lleva al personaje a equipararse con un ente divino, ni de este culto religioso ni de cualquier otro.

  • Cambio de servicio

    Cambio de servicio

    Hace un mes, tuve la necesidad de cambiar mi servicio de internet. La razón principal fue debido a la falta de regularidad de la señal, la imposibilidad de encontrar un buen menú telefónico para reportar fallas, que su aplicación se desconecta de forma constante y por la falta de eficiencia del servicio. Se une que su aplicación me obligó a brindarle mis datos biométricos, justo porque nunca pude reportar la falla de mi conexión a internet y aún realizo trabajo a distancia. La cereza del pastel, lo que definió la necesidad de cambio, fue la falta del pago de impuestos del dueño de la empresa Total Play, la constante falta de respeto al pueblo de México, sobre todo a las mujeres y al presidente de México. Me parece que son muchas cosas que se suman al problema. 

    Contraté un servicio que me convenció porque tenía una buena oferta solicité mi cambio de compañía, de mi número local y, cuando corroboré que todo servía, procedí a cerrar mi contrato con Total Play. Llamé, solicité la baja y la chica que atendió mi petición trató de retenerme en la empresa. Me ofreció que el mismo plan que tenía, con los mismos megas, lo mantendría durante seis meses pagando cien pesos menos. Le dije que no me convencía, que la otra compañía era más estable. Al ver mi negativa, me ofreció que a la mañana siguiente tendría en casa a un técnico que se asegurara de que el servicio fuera el mejor y más sólido. Me negué. 

    La señorita me solicitó las razones y le comenté que la nueva compañía me da un servicio simétrico, es decir, la misma cantidad de megas para subir datos que para bajar. Entonces ella me ofreció que lo mejoraba, que los megas que tenía mi paquete serían simétricos, igual para carga y descarga, pero con cien pesos menos al mes. Me negué, aunque estaba bien la oferta ella me pidió que les diera una última oportunidad. 

    Le dije que ya había padecido su aumento de precios en varias ocasiones sin previo aviso y que me había quejado lo suficiente, incluso en redes sociales, ante eso la empresa nunca se había tocado el corazón para evitar el gasto. Así que no valía la pena darle oportunidades a una empresa que tuvo por dos años la posibilidad de reivindicarse con su servicio. Entonces ella me ofreció el doble de megas con doscientos pesos menos al mes, durante seis meses. Ciertamente, por un instante, me arrepentí de haber hecho antes el cambio de servicio, pero sabía que no tenía ganas de lidiar más con su compañía, así que le solicité de nuevo la cancelación del servicio. 

    Después de media hora de hablar y tratar de evitar mi retiro, la trabajadora realizó la baja de mi servicio. Ya está corriendo mi segundo mes en la otra compañía y trabaja perfecto, tengo la esperanza de que siga así. Lo que puedo decir de la experiencia con los ejecutivos de Total Play, es que son personas trabajadoras, que hacen lo mejor para realizar su trabajo. No voy a negar que mi sentir en esa llamada fue de pena, porque sé lo que implica para la persona que me respondió, ella no tendrá una comisión por retenerme y son quienes cargan con las consecuencias de empresas que también explotan, sobre todo a jóvenes. 

    Mi intención con esta narración es hacer evidente que las personas que trabajan en las empresas del Grupo Salinas comparten con nosotros las condiciones y necesidades de trabajo. Esa misma necesidad los llevan a aceptar condiciones esclavizantes, demasiado estresantes. Recuerdo que, en el periodo de pandemia, uno de mis conocidos tuvo que ir a trabajar de forma presencial. Él trabajaba en las oficinas de Banco Azteca, cerca de Villa Olímpica, en la CDMX, al corporativo no le interesó que tuviera a su hija pequeña en casa, tampoco se conmovieron por sus colegas de pisos adjuntos que murieron por los contagios. El grupo empresarial sólo tiene interés de obtener mejores ganancias. 

    Ojalá que pronto más trabajadores puedan abrir los ojos y denunciar todas las violaciones a los derechos de los trabajadores que sus múltiples empresas tienen. No sólo en este grupo empresarial, sino todos los que hay en el país. Porque tanto clientes como trabajadores formamos parte de su necesidad y merecemos las mejores condiciones de servicio y trabajo. Espero que con el paso del tiempo se haga justicia a los trabajadores que han demandado al Grupo Salinas (por ejemplo, https://polemon.mx/embargan-tienda-elektra-de-salinas-pliego-en-puebla/), no es lícito que se gane dinero a costa de clientes y trabajadores. Que siempre las fortunas sean bien habidas y no fruto del abuso y explotación de las personas.  

  • Seres sintientes

    Seres sintientes

    A partir del 29 de marzo de 2024, en la Ciudad de México, es obligatorio registrar a los animales de compañía para aplicar la nueva Ley de Protección y Bienestar de los Animales. El Registro Único de Animales de Compañía (RUAC) era un proceso que estaba a disposición de los ciudadanos de la CDMX desde antes de la publicación de la nueva Ley. Había tratado de registrar a mi gatita desde antes, para que se tuviera el control de sus vacunas y quizá, en algún momento, tener acceso a servicios médicos, pero nunca pude ingresar a la plataforma, incluso en marzo o abril. 

    Con frecuencia en la Alcaldía en que vivimos hay campañas de esterilización gratuita para nuestros compañeros de vida, aunque en el momento en que esterilicé a la minina no estuvo disponible el servicio. Ahora cada vez con más frecuencia lo ofrecen en distintas zonas de la alcaldía y esto favorece tanto para los animales de compañía, como para las jaurías que a veces rondan nuestras colonias. Animales que conforman una manada ya que son abandonados en las calles o nacen ahí. Muchas personas se conmueven de ellos y dejan comida y agua en los alrededores para que puedan sobrevivir. 

    A principios de este año conocimos noticias que nos conmocionaron, sobre todo en el Estado de Puebla. Scooby, Huellitas y Muñeca, fueron tres animalitos que llevaron a la ciudadanía a las calles de la CDMX, tomaron el CBTIS 86 y algunas calles de Puebla. Pero esto sólo es el extremo de la crueldad que provoca la descomposición social que vivimos, deshumanizar el dolor de un ser que siente es comprobar que la violencia impacta no sólo entre personas, sino que permea de forma abrumadora a nuestras nuevas generaciones y es un llamado de alarma para la sociedad en general y los padres en particular. 

    Los animales de compañía además de necesitar de nuestros cuidados y acompañamiento están vinculados con nosotros afectivamente. Las muestras de cariño que tienen hacia nosotros son visibles, diferentes en cada especie, pero nos buscan, a pesar de no darles las mejores condiciones de vida. He visto a perritos que viven en las azoteas mover sus colitas cuando sus dueños suben para darles de comer. Son seres que confían a ciegas en nosotros, por ello sufren cuando son olvidados. 

    Justo es la razón por la que siempre estuve en contra de que lleváramos a casa de mamá animales, porque ella siempre era la que terminaba cuidándolos y habían ocurrido algunos accidentes porque no sabían andar solos, como sucede con ciertos perritos de la calle. Por mis actividades y lo limitado del espacio nunca vi como una opción tener una mascota. Sin embargo, en la pandemia, al ver la forma en que les costaba trabajo sobrevivir a los gatitos que rondaba las casas aledañas, tomé la decisión de adoptar una. Esa pequeña se convirtió en un soporte emocional muy importante, en especial cuando mi madre murió. 

    La gata y yo convivimos mucho y hemos conformado una manada que tiene un lenguaje propio donde puedo identificar si me está pidiendo de comer, salir al pasillo del departamento, que le abra la ventana o si pide que nos vayamos a dormir. Es muy exigente, tengo que jugar con ella, darle de comer, se enoja cuando no le hago caso, tiene un temperamento propio y durante todo el día necesita que le haga caso; incluso a las tres de la mañana, cuando me despierta para comer, porque no importa si le sirvió el dispensador, quiere que la lleve hasta su plato para que pueda comer a gusto. 

    La rutina se rompe cuando estoy enferma, es evidente que se percata que no estoy bien porque en esos días no solicita nada, sólo se queda acostada a un lado de mí. Se le olvida la necesidad de que la lleve a su plato de comida, ella sola va y no quiere que le prepare nada. Pero identifica el momento exacto cuando me siento mejor, porque ya comienza a pedirme que la abrace o que vaya a darle de comer. Nuestros animales de compañía son seres sintientes que requieren de nuestro cuidado y ahora, estarán respaldados por la ley para evitar más casos de maltrato. 

    Ayer platicaba con una conocida y me comentaba que tenía miedo de que después del registro se pudiera cobrar algún impuesto por el animal. Hasta el momento, no parece una opción. La situación es que las personas que no tienen ningún riesgo de ser sancionados por maltrato animal son quienes van a responder a la solicitud. Hay que ver de qué forma el gobierno capitalino resolverá que las personas realicen el registro. En las redes sociales he visto comentarios de las personas que desconfían que la CDMX tenga el registro de los animales. 

    La ventaja del RUAC es que sea más rápida la atención en el hospital veterinario de la CDMX https://www.agatan.cdmx.gob.mx/agatanhv, que asumo será un servicio que poco a poco se extenderá a todas las alcaldías. Quizá esa es la mayor ventaja que tengan quienes convivimos con mascotas. Además de que será una medida de prevención contra el abandono de animales. Por fin ayer, 10 de abril, conseguí registrar a mi gata, así que espero que todos puedan hacerlo sin contratiempo https://www.ruac.cdmx.gob.mx

  • Alta cultura

    Alta cultura

    El título de esta columna hace referencia a dos conceptos que declaran la importancia de la apertura a lo diferente, toma su nombre de la teoría del diálogo de Martin Buber, el diálogo y el encuentro son dos términos que buscan la posibilidad de encontrar una similitud en contextos de diferencia. Buber reflexiona su teoría en el contexto de la Segunda Guerra Mundial, la segregación, exclusión y creencias que dieron paso a masacres como la que sucede en Palestina en la actualidad. Negar la diferencia social, cultural o de cualquier índole es peligroso para la convivencia social 

    Una condición básica del diálogo en Martin Buber es la otredad. Esa condición que determina la evidente diferencia que existe entre un ser y otro. No podemos comparar la belleza que existe en un champiñón y un águila porque poseen características diferentes. Un hongo y un ave solo podrían figurar en la comparación de la belleza en la medida en que son apreciadas las cualidades estéticas de cada una. Para mi la belleza de ambos está en la forma en que sobreviven a condiciones específicas en sus contextos. 

    Una situación similar ocurre en las obras de arte. Cuando Duchamp colocó un “orinal” en un museo de arte moderno convulsionó los cánones estéticos hasta ese momento. Uno puede estar de acuerdo o no con evaluar la belleza artística de la obra, pero sin duda toma un valor especial con la crítica teórica que hay detrás de esos autores. ¿Eso significa que no es arte? Quizá no, si nos apegamos a su definición básica entendida como actividad creadora del hombre. Sería cuestionable su valor, claro, que esté en un recinto donde se muestra lo que se conoce como “alta cultura”, no significa que para todos va a significar lo mismo. ¿Esto significa que nos tiene que gustar? No, pero mueve nuestras emociones, entonces, logra el objetivo del arte. 

    Algo similar pasa con el estilo flamenco. Que, en lo particular no es de mi agrado. Me siento incapaz de ser conmovida por el género musical y tengo mis razones, que no es objeto traer a la discusión. Lo que me parece brillante del flamenco es la fuerza con la que ha permeado a la sociedad española y al mundo. Un canto de gitanos, una comunidad altamente excluida y estigmatizada, que poco a poco logró estar en el gusto de la gente y que ahora se presenta en salones de arte y que es conocido por prácticamente todo el globo terráqueo. Una forma similar a lo que le sucedió al corrido mexicano, que incluso se compuso para ser presentado como música de cámara. 

    En los tullimos días, ha ocurrido algo que atenta contra el derecho de los pueblos a conformar su identidad cultural y expresarla. Hablo de la pretensión de que las bandas de música en Sinaloa dejen de tocar en la playa, por el momento, hasta cierta hora ya que algunos turistas se han quejado de la contaminación auditiva que producen y la molestia que les producen. Al parecer, son los extranjeros quienes están en contra de esta expresión cultural, no podría asegurarlo, ya que acabo de ver a los extranjeros disfrutar de música en vivo muy estruendosa y a altas horas de la noche, claro, comparado con el estándar de Mazatlán que limita la música en la playa después de las 8 de la noche. 

    Hace algunos días estuve en Huatulco y me llamó la atención que en Sinaloa se quejen del estruendo que causa la banda; vi a los turistas extranjeros disfrutar mucho de un concierto en vivo que interpretaba todo el repertorio del rock en inglés de sus épocas doradas. Cabe destacar que eran adultos mayores que disfrutaban una noche de copas con un grupo que tocaba muy bien y que se escuchaba bastante fuerte. Un grupo de personas se encontraban afuera del antro escuchando el concierto, que estaba muy fuerte para mi gusto, era imposible no percatarse del ruido. 

    ¿Me pregunto si esos turistas estarían tan a gusto si la música fuera cumbia, salsa, un sonidero o la polémica banda sinaloense?  Porque quizá el “ruido” está bien cuando complacen mis gustos, no cuando es algo que me produce aberración. O el mundo tiene que estar priorizando mi estado de ánimo para evitar que me moleste por el ruido. Nos puede gustar o no alguna expresión cultural, sin embargo, no podemos prohibirla. Si no nos gusta el género, lo mínimo que podemos hacer es respetar el deleite de los demás, la diferencia está en reconocer el derecho del otro a vivir su vida. 

    Es una pena que algunos extranjeros, incluso algunos mexicanos no aprecien cualquier expresión cultural de nuestro país, pero eso no los faculta para exigir que desaparezca. Y sucede con cualquier tipo de indicio cultural, por ejemplo, las fiestas patronales. Recuerdo una profesora en la licenciatura que nos dijo “yo no soy católica, pero soy guadalupana”, no hay mayor expresión de nuestra cultura religiosa que no dio su brazo a torcer con la imposición de la religiosidad europea. Así son las bandas sinaloenses, un movimiento de resistencia ante un mundo globalizado que pretende sucumbir ante el neoimperialismo cultural.  

  • Guajolocombo

    Guajolocombo

    La habilidad del mexicano para denominar cosas es fantástica. Existe un área de estudio llamada “semiótica” que se encarga de analizar los significados que se asignan a los símbolos. Reconocemos que habitamos en un mundo lleno de signos, ya sean lingüísticos, visuales o sonoros. Los modos simbólicos se comparten con más o menos personas en la medida en que socializamos nos hace formar parte de un grupo social. Los códigos son construidos a partir de la experiencia y uso, si no tenemos el código es poco probable que se concrete el proceso de comunicación. 

    Dentro de estas construcciones hay una gran cantidad de formas comunicativas que poco reflexionamos en la vida cotidiana porque nos parecen naturales. Cosas como la forma de contar, cómo decimos buenos días, cuando pedimos en un restaurante la cuenta, cómo silbamos a los animales para que regresen al corral. Cada contexto crea su propio sistema de signos y códigos que hace única la comunicación entre las personas y gesta procesos de interculturalidad; no sólo por formar parte de ciudades distintas, sino que, incluso entre familias hay un sistema comunicativo específico. Este es el fundamento de las expresiones culturales de las demarcaciones. 

    En este contexto se enmarca la sorprendente creatividad que tienen los mexicanos de nombrar cosas, su picardía y referentes que usa para hacerlo es fantástica. Hablemos del “guajolocombo”, palabra que la cultura chilanga ha asignado para una versión de comida rápida mexicana ancestral, que contiene una torta de tamal, denominada guajolota y un atole. Es previsible intuir el origen del nombre en las cadenas comerciales de alimentos listos para llevar que forman parte del comportamiento alimenticio estadounidense y ha llegado a nuestro país desde hace algunos años.

    La oferta de comida rápida ahora tiene nuevos componentes que me gustan más y considero de mayor valor nutrimental. Nuestro primer ejemplo es el guajolocombo, que es delicioso y hay una gran cantidad de variedades, aunque en la Ciudad de México es posible encontrar en mayor medida el de hoja de maíz o el oaxaqueño. En algún cruce de calles, afuera de los mercados, del metro, de los hospitales, casi en cualquier lugar por las mañanas podemos encontrarlos. Es tan rápido de conseguir y para comer que el otro día, cuando viajaba en el Metrobús el conductor en medio del alto del semáforo pidió desde la ventana la torta de tamal y el atole, le tomó menos de tres minutos en hacer su compra. 

    Las quesadillas, los sopes, tacos o flautas también entran en la categoría, pero su preparación requiere más tiempo, así que no han conseguido funcionar de la misma forma que el tamal. En algunos lugares podemos encontrar carritos con fruta picada, lista para ingerir, aunque la oferta es menor. Lo que he visto proliferar es el paste. Los pastes son una especie de empanada que se puede rellenar de algún alimento dulce o salado, comida típica de Hidalgo, donde ya funcionaba como una comida rápida. Los mineros los consumían gracias a la funcionalidad del alimento, su higiene y facilidad de transportar en los túneles. 

    El punto de la higiene es algo que tenemos que considerar y resulta interesante tanto del paste como de la guajolota, ya que no es necesario tocarlo directamente. El paste que conocemos en la actualidad no tiene la misma forma que los que se hacían para los mineros ya que éstos terminaban en punta por ambos lados. De esta forma, los trabajadores que no podían lavar sus manos para comer, tomaban con sus manos sucias el alimento, pero sólo de la punta y al terminar la punta que sólo era masa se tiraba, pues ya estaba sucia. Algo similar sucede ahora con el tamal, sólo se toma el papel que envuelve la torta. 

    En este momento, los comerciantes han encontrado una nueva forma de emular las grandes cadenas de comida rápida y forma los llamados combos o paquetes, lo que mejora el precio de los productos. Hace un par de semanas encontré una tienda de pastes que tiene su propio combo en donde te venden un par de empanadasq con una taza de café. Me pregunto ¿cómo le llamarán a esta nueva modalidad? De seguro los mexicanos encontrarán un nombre adecuado. El asunto es que existe comida mexicana que bien puede funcionar como una opción nutritiva, más sana y “portable”, por ejemplo, las flautas, que también hay una moda de servirlas en un vaso para hacerlas transportables. 

    Considero que hay más alimentos que se han colocado bien en el gusto de las personas y que tendrían que conservarse así, pues hay también una tendencia de destrozar nuestra riqueza culinaria, por ejemplo, los esquites o elotes hervidos que ahora se preparan con frituras de marcas que contienen ingredientes altamente nocivos para los consumidores como los dorilocos. La cultura alimentaria tradicional comienza a gestar una lucha complicada con los comportamientos alimenticios de las nuevas generaciones y que impacta todo, desde lo que consumimos, cómo lo consumimos y qué signos son apropiados por los jóvenes. 

  • No hables con la prensa

    No hables con la prensa

    Con anticipación se lanzó la convocatoria para la marcha que se realizó el pasado 18 de febrero, pero hubo dentro de ella algo inusual, había una condición clara: “no hables con la prensa”. Hay múltiples videos muy desafortunados alrededor de la congregación, sobre todo aquellos que hacen gala de la agresividad de los participantes. Los argumentos que se pueden brindar a los medios y se encuentran en las redes sociales pierden su estatus y se convierten en prejuicios. 

    “El prejuicio generalizado es una tendencia a responder de manera hostil hacia cualquier grupo diferente del propio” (http://scielo.iics.una.py/pdf/riics/v12n1/v12n1a07.pdf).  Las hostilidades sustentadas tanto en los partidarios del gobierno actual, como de su contraparte están dejando de lado la posibilidad de dialogar con un grupo de personas que se encuentran en medio de los polos. Esas personas que miran con incertidumbre y desconfianza a ambos grupos. Ahí la importancia de evitar el contacto con los medios: poder sostener la idea de que la democracia está en peligro. 

    Considero que sí está en peligro la democracia. Siempre que haya un grupo que limite la libertad de la ciudadanía se corre el riesgo de trastocar la democracia. Una manifestación que se organiza sobre la consigna de limitar la libertad de expresión de sus participantes me parece un despropósito. La marcha en sí misma es un derecho que hemos visto en muchas ocasiones, a lo largo del tiempo, padecer bajo los regímenes autoritarios del pasado. La marcha del 18 de febrero fue un evento lleno de contradicción en este sentido. ¿Cómo podría salir a las calles sin la libertad de decir abiertamente las exigencias que motivan mi indignación? 

    Soy partidaria y aplaudo que los ciudadanos se manifiesten, que apoyen las luchas que ellos crean y que nadie coarte ese poder. Sobre todo, en un momento en el que se puede realizar sin el miedo de no regresar a casa, o de que los granaderos lleguen hasta tu departamento desde donde transmites todo lo que sucede. Hay que recordar aquellos que fueron sacados de sus departamentos alrededor de la cámara de diputados en la toma de posesión de Enrique Peña Nieto, en un momento donde llegamos a sentir que la expresión era un ejercicio vacío, sin sentido. 

    Hay quien esté de acuerdo, o no, con los motivos de la marcha del INE, de la marea rosa, de las del día de la mujer, no importa el objetivo de las manifestaciones, lo relevante es que se mantenga el derecho. Es menester de la ciudadanía evitar que el poder de un gobierno pueda llevarnos a la cárcel por manifestarnos, como en Argentina se pretende. Junto con la congregación está la libertad dehablar con la prensa, que sepa la opinión pública cuáles son las motivaciones que llevan a las personas a formar parte de un poder social y que no nos vendan la idea de que autolimitarse es mejor para un movimiento. Justo ese es el objetivo de este ejercicio, hacer evidente la razón de una inconformidad social. 

    La base de una sociedad es el respeto, que en el caso de esta manifestación parece que se ausentó de muchas formas. Primero las preguntas, que en la mayoría eran legítimas, en otros casos me parece que más que buscar las razones por las cuales se formaba parte del grupo, llevaban la intensión de desestimar a los participantes. En otras parecía que se pretendía persuadir a los manifestantes para que desistieran de su postura. Por lo mismo, la hostilidad crecía, incluso se tornaba en violencia. 

    Las bases de la pluralidad están en aceptar las diferencias y dialogar con ellas. Si no podemos realizar estos ejercicios el prejuicio y la segregación siempre van a ser una constante. Necesitamos aprender sobre interculturalidad, respeto, diálogo, reconocimiento y aceptar las diferencias. Saber que se mueven más por emociones que desde la racionalidad. Más de uno admite, “lo que quise decir”, porque se expresa primero el sentido visceral que la racionalidad. Somos seres humanos complejos, donde se mueven pasiones internas y es preferible familiarizarnos con esto, de lo contrario nuestra democracia no podrá avanzar. 

    El sostén de la democracia es la diversidad, la representatividad y la participación social. Sin ellos estamos más cerca de un autoritarismo que de las libertades. 2024 es un año de renovación, es una oportunidad para reinventar el país, de caminar todos hacia la construcción de una democracia renovada, en donde exista representación y nuevos contrapesos. El día de mañana comienzan las candidaturas y con ellas se aviva esta oportunidad de renovación. Esperamos que no sea desgastante el proceso para los ciudadanos. 

  • Los bailes latinos

    Los bailes latinos

    En el año 2017, en medio de una estancia de investigación viví tres meses en Belgrado, Serbia. Un país muy agradable y con muchos paralelismos culturales, sobre todo por el apoyo cultural que tuvo México con el pueblo Yugoslavo en el periodo de la Guerra no declarada entre la OTAN y la extinta nación. Para los serbios y buena parte de los países bálticos, ese periodo fue amenizado, si podemos usar esa expresión en el contexto descrito, por nuestras novelas, los actores que protagonizaron las historias que llegaron allá fueron famosos. La muerte de la primera actriz Helena Rojo, el pasado 4 de febrero fue recordado por buena parte de mis amigos en aquella nación. 

    Compartí en aquel año muchas experiencias con ellos, de las que más frecuentamos fueron las fiestas latinas. Los ritmos latinos gustan mucho, desde la salsa, cumbias, bachatas y claro, el reguetón. Que para ellos es una forma de disfrutar de la vida después de haber vivido la angustia constante de las alertas de bombardeos. Mis amigos serbios me decían que era impresionante el ritmo que las personas mexicanas, en particular y latinas en general, para ellos es una especie de habilidad innata, que traemos genéticamente por el hecho de haber nacido en la altitud en la que vivimos. Atribuían mi habilidad en el baile a eso. Les comenté que no había tal habilidad genética, más bien era una cuestión ambiental. No aceptaron lo que les mencioné, siempre se quedó esa idea de que hay algo particular en estos países que hace que todos los lugareños bailen. 

    Es temporada de carnavales y hace un tiempo llevo cavilando la idea de que mis colegas tenían un punto al atribuir una habilidad a las personas latinas, para el baile. He mantenido la idea de indagar sobre el tema y seis años después tengo una idea más clara. Las culturas latinoamericanas tienen un componente de tradición importante. Hace falta ver alguna festividad social donde las personas socializan a través del baile. Acaban de pasar las fiestas decembrinas, donde suele haber bailes de pareja o en grupo; los bailes rituales, como los de las bodas o los que se efectúan en la plancha del Zócalo capitalino. Estos últimos le encantan a uno de mis amigos serbios, además de pasar varias horas disfrutando de él, le gustaría bailar con los danzantes. 

    Espero que aún se mantenga la buena costumbre en las escuelas de educación básica de participar en los festivales con las danzas tradicionales de cada región de México. ¿Cómo no mencionar la Guelaguetza? Muestra internacional de los bailes tradicionales de las regiones que componen el Estado de Oaxaca. Una de las entidades del país con más índices de pobreza, azotado por la gentrificación que el turismo le ha traído. Justo he visitado el carnaval de la localidad de San Pablo Macuiltianguis, un pueblo pequeño lleno de tradición. Estos días he dado respuesta a la supuesta genética del baile que nos atribuyen. En el carnaval es muy frecuente que los niños de todas las edades comiencen a participar en los bailes que se organizan en las plazas del pueblo. A edades muy tempranas los papás disfrazan a los chiquitines para que puedan entrar al ruedo a interpretar el ritmo de la música. 

    Las familias participan de los eventos y hay horarios para cada edad; así todas las personas que radican en el lugar disfrutan de la fiesta, el baile y las actividades. La tradición se vive de una forma más concreta en estos eventos tan peculiares, pero eso no significa que sea exclusivo de una población. En otros escritos de esta misma columna he mencionado sobre lo que enseñamos a nuestras generaciones jóvenes y tiene que ver más con acciones que cualquier otra actividad o actitud. El baile, los deportes y todas aquellas actividades sociales son fundamentales para conformar una vida social amena que puede permitirnos construir un tejido social sólido. 

    El carnaval es un espacio social que permite la convivencia de los participantes. Es necesario reconocer qué elementos de estas fiestas permiten la descarga de pulsiones agresivas para evitar la represión de estos deseos impulsivos. Lo escribo pensando en el marco de la “Cuna del torito serrano” un baile que se presenta en la Guelaguetza, pero que tiene arraigo en el marco de un carnaval donde se representa la fiesta taurina, pero en lugar de que se asesine a un animal, los toros son representados por un armazón de madera con petates que lo cubren para darle la forma. Éstos son cargados por una persona que se abalanza a la multitud que baila en un ruedo, donde se juega la habilidad de quien baila, al esquivar el toro; y del que pega, al manejar bien el toro. 

    Estas cosas que nosotros vivimos como algo común son las que permiten que las personas que nos ven desde fuera piensen que hay genes especiales en nuestro cuerpo que nos hacen hábiles para ciertas actividades. Lo que no saben es que hay actitudes aprendidas desde pequeños que nos forman sin tener conciencia de ello. Por esta razón tenemos que analizar cómo formamos a nuestras generaciones jóvenes. 

  • ¿Quién es?, ¿qué estudio?

    ¿Quién es?, ¿qué estudio?

    Hay declaraciones impunes, que recuerdo cada vez que ocurre un nuevo atropello por parte de una funcionaria pública que brilla por su intransigencia y arbitrariedad. Su deshumanización se nota a todas luces, en cada palabra, en la forma de colocarse violentamente ante los otros o en su limitado léxico. Toma a cada incauto que se le para enfrente como si fuera una cosa que sirve a su conveniencia. Basta escuchar su conferencia de prensa del día 26 de enero “le ponen ahí unos zapes…” (https://www.elfinanciero.com.mx/cdmx/2024/01/27/le-ponen-ahi-al-senor-unos-zapes-sandra-cuevas-sobre-golpiza-de-sus-empleados-a-ciudadano/) dice. Es necesario pensar en lo que representa para nuestra sociedad. Creo que lo más representativo es el imaginario social de la frase “¿quién es?, ¿qué estudió?”. Como si no mereciera respeto toda persona por el hecho de serlo. 

    El fin de semana pasado comentaba con alguien la necesidad de algunos académicos por ser nombrados por su grado. Como si formara parte de su nombre de pila. En clase algunos estudiantes lo hicieron y cuando estuvimos en confianza les dije que lo evitarán porque nunca había usado mis grados. La chica me dijo que algunos familiares que los tienen exigen usar el grado porque “mi trabajo me costó” dicen. Claro que cuesta mucho, nos consta. Pero ¿eso define a una persona? Eso te hace portador de un halo de luz que hace que brille más el sol o por lo menos te obliga a seguir más las reglas, bueno, considero que no, porque la señora Cuevas tiene muchos doctorados y maestrías, que ciertamente no se notan. ¿En dónde se podrá percibir?

    Me pregunto, si nos topamos de frente a un hombre con el estilo de Albert Einstein caminando por las calles ¿qué impresión nos daría? Pienso en las fotos de Nikola Tesla cuando había regresado a Serbia, su figura tan esbelta, los ojos hundidos, parecía con cierto grado de desnutrición y murió sin dinero. Ambos genios andando por las calles de la Ciudad de México, un espacio social que comparten otras 28 o 30 millones de personas, quedarían desdibujados por la gente. ¿Qué les diríamos? ¿Reconoceríamos su grandeza? El punto es que lo que te define en el día a día es tu persona y cómo te conduces en sociedad. Los títulos o la ropa no te hacen mejor, lo que importa es la posibilidad de ser un ser humano. 

    Las características de las personas son diferentes, las vivencias nos forman y lo mejor es tener buenas experiencias; no sobre la lógica del capitalismo que indica que la felicidad está dada por las cosas que puedes adquirir, sino la plenitud que cada actividad nos puede brindar. También el fin de semana alguien me decía que dentro de su familia había una persona que echaba por delate un título como símbolo de autoridad ante los demás, a pesar de ser más joven. A estas juventudes representa la señora Cuevas, al vació de mente, espíritu, de ética y valores. A un grupo de personas que nosotros, como sociedad no llenamos del júbilo de ser, de vivir. Pequeños entes que caminan por la calle y que tienen una actitud bleseé, que a George Simmel le traducen como “hastío”, yo prefiero adherirme a la traducción literal del francés y pensarla como una herida social. La cual quizá no curemos nunca. 

    Por eso es indispensable pensar en nuestras juventudes, en las infancias, en esos seres para los que tenemos que ser diferentes. Cuando les pido a mis estudiantes “degradarme” al estatus de persona me convierto en ser humano, me hago más yo porque hablo desde todas las aptitudes y conocimientos desarrollados, pero le hablo al de la “palabra primordial” de Martin Buber, no le hablo al otro como una cosa, como a un Ello. Este autor es de mis favoritos en materia de humanismo. Su idea sobre las palabras primordiales se sostiene en la posibilidad de saber que cada una de las partes de la interacción son diferentes, pero dentro de esta diferencia siempre estará en el fondo el ser humano que nos hace partícipes de todo su ser. 

    Por ende, si el ser no tiene nada dentro, nada tiene que ofrecer. Pueden colgarse las joyas de la virgen María, puede tener títulos de todas las instituciones existentes en el mundo, pero al final no hay nada que le pueda brindar al mundo. El brindarse es el presente, es el dar y no del tipo eclesiástico que pensamos la palabra, sino en el sentido de que todo lo que te ha constituido, es lo que tienes para dar. ¡Cuidado! Ya hay varios jóvenes, incluso niños que no tienen mucho que ofrecer, porque su círculo cercano está igual de vacío. Lo vemos en las mesas de los restaurantes donde las familias ni se miran. Lo vemos en el desinterés de las crueldades de la guerra. 

    Buber lanza su teoría en el marco de la Segunda Guerra Mundial, su teoría es un llamado al reconocimiento de esos pueblos que no tienen el título de occidente, de los pueblos errantes y de la posibilidad de compartir con ellos la humanidad que la guerra les quitó. Que en ningún otro espacio público o privado deshumanicemos a los otros, incluso a los Benitos regados por el territorio nacional.