Categoría: León Fernando Alvarado

  • Claudia, Presidenta con A

    Claudia, Presidenta con A

    Los primeros cuatro días de Claudia Sheinbaum al frente del Poder Ejecutivo nos garantizan que el suyo será un sexenio trepidante, lleno de emociones y de regocijos sin fin, como lo fue el de López Obrador. Serán tiempos interesantes estos en los que juntos seguiremos haciendo Historia.

    Los adversarios a la transformación democrática, social y política del país pondrán todo su empeño en seguir cuesta abajo en su rodada, como quiere tercamente el tango. Sueñan –sigue el tango de Gardel- con el pasado que añoran, el viejo tiempo que lloran y que nunca volverá.

    No los desalienta caer en el ridículo intelectual, nada los merma en su torpe vocación de conos de entrenamiento a los que hay que esquivar y en sólo cuatro días ya manifestaron su desacuerdo ante la decisión presidencial de no invitar al rey de España a la toma de posesión de Claudia, como si alguna falta hiciera la presencia de ese anacrónico y grosero personaje hijo de un regio y monumental corrupto.

    El Poder Judicial, para no quedarse atrás en el teatro bufo que orquesta la derecha en contra de los intereses nacionales, se decidió por la comodidad del descanso antes que por el cumplimiento de sus deberes y se otorgó a sí mismo una prórroga a su paro de labores para abultar los 8 mil millones de pesos que les llevamos pagados de nuestros impuestos por no hacer otra cosa que no sea gritonear sus despropósitos.

    Los magistrados sólo interrumpirán sus vacaciones con todo pagado para revisar si la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos es constitucional y no está infringiendo su ley particular –la que nos quieren imponer ocho ministros a 120 millones de mexicanos-; y si así fuere, que el dichoso librito se vaya al fuego del golpe de estado con todo y el Congreso de la Unión que lo reformó.

    Como corolario de este recuento no exhaustivo de iniquidades conservadoras exhibidas en sólo cuatro días, resulta que dos regresivos cómicos de mala muerte pretendieron mofarse de la presidenta Claudia Sheinbaum, quien serena y científicamente los volvió al olvido que serán y que les corresponde como los personajes misóginos que en realidad siempre han sido.

    Claudia es continuidad y es cambio a la vez. Continuidad y profundización de los cambios ya instituidos por la transformación del país. Cambio al situar a la mujer en el lugar que le toca dentro de la sociedad, que ya no podrá relegarla, obviarla, pasarla por alto y dejarla de lado. 

    El cambio profundo pasa por sutilezas decisivas como la de exigir que se la llame “presidenta” y no “presidente” porque “lo que no se nombra no existe” según reza la frase por todos conocida.

    El senador Gerardo Fernández Noroña insistió en que el título correcto es “presidente”. Tiene razón, porque los sufijos latinos –ante y –ente significan el que realiza o la que realiza, sin distinción de género, y forman sustantivos o adjetivos derivados del verbo.

    El primero de los sufijos mencionados se aplica a los verbos terminados en –ar. Así, de cantar – cantante, de danzar – danzante, de caminar – caminante. Y los verbos terminados en –er y en –ir adoptan el sufijo –ente. Por ejemplo, el verbo absorber se vuelve absorbente, obedecer – obediente. Y en –ir, como dormir se forma durmiente. En fin, perdóneseme este excesivo esfuerzo de profesor de Español que ya dio la clase.

    Contra viento y marea (aunque sea rosa) y aun contra las leyes de la gramática, el sexenio de Claudia Presidenta con A tendrá a la mujer en un plano sobresaliente y será brillante, ascendente, creciente y deslumbrante. Para los conservadores será otro sexenio torturante, menguante y asfixiante. A la reacción derechista no le quedará otro papel más que seguir delirante.

  • Conciencia de clase

    Conciencia de clase

    El ingeniero Heberto Castillo escribió su libro Historia de la Revolución Mexicana (Editorial Posada, México, 1977) a lo largo de los dos años y ocho meses que estuvo preso en la cárcel de Lecumberri a causa de su activa participación en el Movimiento Estudiantil Popular de 1968.

    En el prólogo de la obra destacó: “He tratado que este libro (…) sea accesible a los trabajadores con estudios primarios”. Más adelante, siguió exponiendo los motivos que originaron el libro, y señaló:

    Quiere ser un libro de divulgación que permita a los trabajadores conocer un poco del pasado reciente de México y les haga ver que han sido los explotados como ellos actores principales de la historia, y que en la medida que lo entiendan así, les sea menos difícil construir un México más libre y más justo, donde sean ellos, los trabajadores, los creadores de riqueza, quienes decidan el rumbo de la nación.

    Perdónese la extensión de la cita. Hoy, en una actualización del lenguaje, tal vez donde dice trabajadores deba leerse pueblo en general. o simplemente ciudadanos.

    Heberto –fundador del Partido Mexicano de los Trabajadores (PMT) en septiembre de 1974, junto con el líder ferrocarrilero Demetrio Vallejo y estudiantes presos políticos del movimiento del ’68 como Luis Tomás Cervantes Cabeza de Vaca y Eduardo Valle, el Búho, más miles de mexicanoscoloca en el centro de sus afanes de formación a los trabajadores con estudios primarios porque ellos son en realidad los que deben decidir, y deciden ya en la 4T, el rumbo político del país aunque sea cierto que la presidenta Claudia Sheinbaum arrasó a la derecha en las recientes elecciones presidenciales con 36 millones de votos provenientes de todos los estratos sociales y no sólo de la clase popular.

    Otro ejemplo de material para la formación política del pueblo son las conferencias “mañaneras” del presidente López Obrador, que han contribuido decisivamente a la creación de una conciencia popular sobre la realidad que se vive en el país. En un lenguaje claro y preciso, el presidente ha provisto una multitud de elementos para que la gente, el pueblo raso, el pueblo que se gana la vida bajo el sol, se forme una idea sobre su realidad. En alguna conferencia el presidente dijo textualmente: “Los trabajadores son el alma de la Cuarta Transformación”.

    Por eso extraña cuando se contrasta la afirmación de AMLO con los vigorosos esfuerzos formativos del Instituto Nacional de Formación Política (INFP) de Morena, ya que éstos parecen ir en sentido opuesto a la propuesta de colocar al pueblo en el centro de la atención.

    Al menos, es la impresión que queda cuando uno se entera que hay un curso llamado “Feminismos, política y decolonialidad”. Surge una primera pregunta frente a tan tremendo título: ¿Cuántos de los 2 millones 300 mil afiliados a Morena podrían definir sin titubeos y a la primera el término “decolonialidad”? 

    Segunda pregunta: ¿La palabra “decolonialidad” formará parte de lo que López Obrador ha calificado como “términos neoliberales” que tanta sorpresa le causaron, hasta el punto de comprometerse a afirmar: “Estoy haciendo un diccionario de las nuevas palabras del período neoliberal”? 

    Última pregunta: ¿Cuántas de las mujeres que se ganan la vida y la de sus hijos en el taller de calzado, en la pizca de la fresa o del brócoli, en la planta Silao de General Motors, en la recolección de PET y de cartón, detrás del mostrador de un OXXO o vendiendo chácharas en el tianguis, podrán sentir como suya la preocupación por la “decolonialidad” al grado de sentirse atraídas por el tema y dedicarle tiempo al estudio y apropiación del término?

    Se revisan los contenidos del canal de You Tube del INFP y qué se encuentra. Bueno, pues que hay una entrevista con Ramón Grosfoguel titulada “Más allá del multipoder: la transmodernidad”. Ni más ni menos que uno de los que anda buscando para distraerse aquel trabajador que ha cumplido sus diez horas de trabajo diario en la fábrica y anhela la relajación mental que sólo puede procurar el análisis de la transmodernidad. 

    Si ese trabajador codicioso del saber y la lectura quiere informarse, documentarse y prepararse políticamente, la página de internet del INFP le ofrece títulos placenteros que podrá descargar en su celular para que los lea con la comodidad que siempre presta la letra chiquita. Ahí encontrará “Semiótica para la emancipación” y “Posverdad, plusmentira”, ambos de Fernando Buen Abad, los que sin duda podrá discutir a profundidad con sus compañeros de la fábrica a la hora de la comida, mientras se come sus tortas sentado en la banqueta o en el marquito de una puerta, donde no pegue tan fuerte el sol.

    El INFP afirma en su página de Facebook que “para comprender de forma cabal y profunda los problemas de nuestro presente, es necesario contar con herramientas analíticas de gran calado (?) que nos acerquen cada vez más a la naturaleza de nuestra realidad social”. Lo cual es incomprensible y contradictorio porque aspira a comprender de manera “cabal y profunda” lo que apenas será acercarse “cada vez más” a la realidad.

    Durante su gestión como secretario de Educación Pública, José Vasconcelos mandó editar, en los famosos Libros Verdes, obras clásicas como los Diálogos de Platón, las Tragedias de Esquilo y de Eurípides, La Ilíada de Homero, las Vidas Paralelas de Plutarco. 

    El propósito de Vasconcelos fue acercar al pueblo a lo más brillante del pensamiento occidental. Muy noble propósito al que sólo le faltó una cosa para verse realizado: un pueblo que supiera leer. Parece que de alguna manera el justo empeño de Vasconcelos coincide con el del INFP: los dos soslayan la existencia del pueblo al que pretenden dirigir sus trabajos y perseverancias. Pero ahí siguen los trabajadores “con estudios primarios” esperando que alguien se acuerde de ellos. Que los vea como sujetos constructores de su propia historia, como quería Heberto. A ver si ahora sí.

  • Derrotar a los necios

    Derrotar a los necios

    ¿Podría decirse que el triste y vergonzoso espectáculo que está dando el Poder Judicial en su conjunto y la Suprema Corte de Justicia de la Nación en lo particular al quebrantar el orden constitucional una vez más como es su costumbre, pero esta vez más sólo para su beneficio, es una consecuencia obvia de las políticas de la 4T? Porque, aunque los jueces han hecho un chiste de sí mismos, de todas maneras se necesita mucho talento político para motivar que esos perfectos caradura juren que están defendiendo la “independencia judicial”. No es fácil.

    ¿Sería posible pensar que el presidente López Obrador no hubiera calculado todas las vilezas que está dispuesta a cometer, entre la alegría y el alborozo, la mayoría de los integrantes del Poder Judicial con tal de conservar sus privilegios? Difícil creerlo así, porque si algo conoce al detalle el presidente de la república, además de la Historia del país, es el nivel de bajeza en el que vive, se desenvuelve y medra dicho Poder.

    Ese poder judicial que encarceló a los ferrocarrileros en 1959 y a estudiantes y maestros en 1968, y que en tiempos recientes se prestó al desafuero del propio López Obrador, además de cometer un sinfín de atrocidades legales contra el pueblo, ¿tendrá la capacidad de engañar al presidente y mostrarse como un Poder respetuoso de las leyes, cuando ni siquiera se sujetan al mandato constitucional de no devengar salarios mayores a los del presidente? No, definitivamente. 

    Evidenciado en su patética desnudez, mostrándose en vergonzosos paños menores jurídicos de donde se desbordan las lonjas de la corrupción, el Poder Judicial ha dejado de ser una junta de sombras reunida en la casa de ¡un magistrado! para juramentarse contra la decisión de 36 millones de votantes reformar la impartición de justicia tal como hasta ahora la conocemos.

    La conjura de los necios validó que el Poder Judicial perseverara tenazmente en sus vicios: que soltara peligrosos integrantes de la delincuencia organizada en fin de semana para que se impidiera la posibilidad de que se les cumplimenten órdenes de aprehensión pendientes en su contra; que liberara las cuentas bancarias a los mencionados personajes para que volvieran a tripular sus automóviles de alta gama; que enviara a descansar a sus casas a personajes políticos o ligados a la política y a políticos para que desde la comodidad de sus sillones, rodeados de sus nietecitos, siguieran adelante con sus fechorías; que se soslayara por años la urgencia del pago de impuestos de empresarios acostumbrados a evadir sus obligaciones fiscales, y que descartara leyes que beneficiarían al pueblo mediante la consolidación de empresas públicas como la Comisión Federal de Electricidad.

    Y a cambio de lo anterior, sólo esperan que ese Poder castigue con severidad extrema a la pobreza para que quien no alcance a comprar la justicia sea refundido en la cárcel: es curioso que tratándose de gente pobre las fiscalías siempre sean eficientes y elaboren expedientes de manera tan pulcra y minuciosa que los jueces nunca encuentren fallas al debido proceso, tan abundantes éstas cuando se trata de indiciados por delitos de narcotráfico.

    Si el sujeto pasa diecisiete años en prisión sin ser sentenciado, como en el caso de Israel Vallarta, pues será cosa de la mala suerte en la aplicación de la ley del embudo, que es la que manejan con sorprendente soltura jueces y magistrados.

    Aun si por hoy no se aprueba la reforma judicial –digo, es un decir– no sucederá nada fuera del cálculo político del presidente López Obrador y sólo será cuestión de tiempo para que el evento ocurra. El mejor ejemplo de que una vez movidos los engranajes de la historia éstos ya no se detienen es su propia candidatura presidencial, derrotada a fuerza de mañas en 2006 pero vencedora en 2018 y más aplastante todavía en 2024. 

    El presidente López Obrador convirtió la enajenante necesidad externa de justicia en una necesidad interna expresada en la lucha por liberarse de esa enajenación. En otras palabras, la táctica de presentar la reforma es una parte menor en la estrategia final y concluyente de evidenciar de manera incontestable ya no la necesidad sino la obligación de reformar al Poder Judicial.

  • El Maromero Enmascarado (vs. la 4T)

    El Maromero Enmascarado (vs. la 4T)

    Después de permanecer agazapado en las sombras selváticas, arrinconado en el ropero de los triques viejos, el “capitán” Marcos reapareció en los terrenos de la poesía para darnos a conocer lo que piensa de AMLO y de una vez por todas acabar de hundir su enmascarada figura en el ánimo popular. Qué bueno que lo hizo, porque el 64% de aprobación popular a la figura presidencial necesitaba el apretón de tuercas que sólo el aguzado “capitán” podía darle.

    A su juicio, el presidente López Obrador encarna los peores defectos de los presidentes del país desde Díaz Ordaz hasta Peña Nieto. Y así nos lo hizo saber.

    En la paradoja donde los extremos juntan sus misticismos hasta volverlos delirantes, la ultraderecha empresarial y la ultraizquierda de cartón piedra representada por Marcoshacen corto-circuito. Va paradójico ejemplo a continuación: “El hecho de que la población no entienda lo que va a pasar no quiere decir que nuestro diagnóstico sea falso, nuestro diagnóstico es correcto, la población lo puede o no entender”, afirmó Aguilar Camín en televisión, que es idéntico a los señalamientos del “capitán”. ¿Así, o más juntitos?

    Marcos describe a López Obrador de una manera que ni a los más perturbados opositores se les hubieran ocurrido. Asegura que AMLO muestra las características presidenciales que justamente el fascismo empresarial le recrimina no tener. ¿O qué más quisieran los fachos disfrazados de empresarios que López Obrador tuviera la perversidad de Salinas para que los enriqueciera de nuevo hasta el embrutecimiento? ¿Qué más le pedirían a la hadita buena de los deseos que AMLO ostentara la ignorancia enciclopédica de Vicente Fox para abusar de él como hicieron con el ingenuo labregón1 de Guanajuato hasta hacerlo soñar que su esposa un día sería presidenta? Las descripciones que hace Marcos, ahuyentados de ahí los argumentos pero no el resentimiento, sólo retratan el rencor que ahoga al “capitán” por no haber sido él quien condujera la transformación del país.

    Las crónicas marquianas serán sin duda solaz y venganza de los medios de manipulación mediática contra AMLO sin que al pueblo, verdadero y único interesado en el asunto de la vida pública, le importen esos poéticos berrinches de niño gordo ilustrado porque no moverá un centímetro su apoyo a la política de la Cuarta Transformación que lo sacó del olvido para situarlo en un lugar protagónico en la vida pública del país.

    Es obvio que los proyectos políticos de AMLO difieren radicalmente de los de Marcos, pues mientras éste se extravía en el catatónico mar de la retórica construida por los flashazos y las páginas periodísticas, AMLO, modestamente, trabaja para que disminuyan los índices de pobreza, negocia para que se incremente el salario mínimo en 120% a lo largo de su sexenio, aumente el índice de empleo, se cobren equitativamente impuestos a los anteriormente beneficiados por las condonaciones impositivas para que se redistribuya con justicia esa riqueza generada por los trabajadores. Con tanto trabajo no le queda tiempo ni para ir al cine (“¿A qué horas?”, respondió cuando en una mañanera un reportero le preguntó si había visto la película “¡Que viva México!”) ni para responder las diatribas del Zapata redivivo que sueña ser Marcos.

    La labor del presidente que pronto se va ha llegado más lejos de lo palpablemente enumerado en el párrafo anterior al convertir la política en un asunto cotidiano que se ve, se vive y se discute en el ámbito público. La política, cierto, ya no es sólo asunto de políticos, aquellos seres encorbatados que calzaban finos mocasines y tenían un espinazo flexible hasta la deshonra. 

    Hoy la dignidad -antes hurtada, escamoteada a los pobres- es asunto cotidiano y cualquier persona se expresa con firmeza, claridad y conocimiento de los asuntos políticos que le afectan. En cambio y como parte de la transformación del país, los borreguiles acarreados que antes nutrieron las concentraciones priistas hoy se visten de rosa y son llevados a manifestarse para evitar “que el dictador nos convierta en Venezuela”, como reza su intoxicado discurso circular sobre el que vuelven una y otra vez.

    Marcos es una voz más en el coro de los que sobreestimaron su figura y supusieron que la revolución se haría con ellos o mejor no se haría, como Cuauhtémoc Cárdenas o Roger Bartra. Mala apuesta. “Los trabajadores son el alma de la Cuarta Transformación”, expresó el presidente en una conferencia. Es el pueblo el que tiene ahora la palabra. Lo otro es una mascarada carnavalesca que ya no tiene lugar en una sociedad transformada a la que no comprenden. Tal vez, nunca la han comprendido.

  • Vivir de prestado

    Vivir de prestado

    De acuerdo con el Padrón de Afiliados de partidos políticos reportado por el INE con datos a 2023, Morena cuenta con 2.3 millones de afiliados, siendo el partido más numeroso de acuerdo con dicho padrón.

    Quizá el número encierra a personas comprometidas con su militancia hasta niveles existenciales, así como a distraídos que se afiliaron sin saber lo que hacían, o a algún bromista que se tomó a la ligera lo que estaba haciendo, o a quienes la vida ya no les alcanzó para ver la conclusión del primer piso de la 4T. 

    Pero aun si se deducen del total de afiliados estos últimos casos, el universo de convencidos morenistas no decrecería en proporciones críticas. Así, supongamos por un momento que existen en las filas de Morena dos millones de afiliados plenos, conscientes de su compromiso, entre los que se cuentan personas que provienen de todas las clases sociales, con distintos niveles de educación formal y desde luego de distinto origen regional. 

    Entonces, la pregunta es ¿cómo le hizo Morena para no encontrar entre sus 2 millones de afiliados a unos 20 mil candidatos* que representaran genuinamente a la 4T más allá de todo cuestionamiento? Preguntado de otro modo, ¿no hay en sus filas siquiera un 1% de personas medianamente capacitadas para desempeñar puestos de elección popular? Vamos, porque pensar que Sergio Mayer sí es una persona muy competente para desempeñarse como diputado es flexibilizar el concepto hasta volverlo chicloso, acomodaticio, digamos. Y una última pregunta, ¿que ha causado la incapacidad de Morena para preparar sus propios cuadros dirigentes?

    Sí, podrá argüirse, pero también son afiliados a Morena antiguos priistas y panistas que, como modernos Saulo de Tarso, encontraron en su camino a Damasco la luz que los hizo abandonar el paganismo de la oposición (“Saulo, Saulo, ¿por qué me persigues?” Hechos 9, 1-7) para convertirse a la luz redentora de la Cuarta Transformación que les abría de nuevo las puertas a los cargos públicos a ellos, que siempre se habían mostrado dispuestos a entregar lo mejor de sí mismos por la causa del pueblo.

    Podría suponerse, pero eso es malévolo, que cuando en sus partidos se les cerraron los caminos a los puestos públicos encontraron que la 4T los acogía en el amoroso cobijo de sus brazos y abandonaron su anterior ideología o lo que hiciera sus veces, si alguna vez la tuvieron.

    Porque cuando se piensa en Alma Alcaraz (candidata perdedora de Morena a la gubernatura de Guanajuato, diputada local por el PAN en Sinaloa, secretaria general de tal partido en dicha entidad, y diputada plurinominal federal por el PAN) o en Ricardo Sheffield (militante del PAN durante 25 años hasta 2018, -¡qué coincidencia!- habiendo sido diputado local, diputado federal, presidente municipal de León y subsecretario de la Reforma Agraria en el gobierno de Calderón y hoy presunto senador de Guanajuato por Morena), se concluye que el partido no ha podido generar una propuesta ideológica sólida que vaya más allá de atraer cuadros formados en otros partidos. Y aun así, haciendo de tripas corazón, hubo que votar por ellos, es decir, por la marca triunfadora llamada Morena. O de plano por AMLO y por Claudia Sheinbaum.

    Véanse los casos mencionados sólo a manera de ejemplos, porque como estos y otros mucho más espectacularmente funestos abundan en las listas de Morena. Al mencionarlos no se duda de su ética ni de la sinceridad política con la que hoy puedan acompañar los trabajos de la 4T. Tampoco es señalar que en Morena los hay puros e impuros, o fundadores y arribistas, o constantes y veleidosos, ya que “hasta las piedras cambian de parecer”, de acuerdo con el presidente López Obrador.

    No. La pregunta es ¿por qué Morena no ha generado sus propios cuadros dirigentes? Al mismo tiempo, ¿la Regeneración Nacional también alcanzó a quienes participaron en la Degradación Nacional desde partidos como el PAN o el PRI? Si esto no es tanto como vivir de prestado, pues… ¡aleluya!

    *”Para la elección federal será 1 presidente, 128 senadores 500 diputados a la Cámara Baja. El INE en coordinación con los Organismos Públicos Locales desarrollarán las actividades para la elección de Gubernaturas, Jefatura de Gobierno de la Ciudad de México, Congresos Locales, Ayuntamientos, Juntas Municipales y Alcaldías. En total se elegirán más de 19 mil cargos; en particular se destaca en los estados de Chiapas, Ciudad de México, Guanajuato, Jalisco, Morelos, Puebla, Tabasco, Veracruz y Yucatán, la elección para determinar la titularidad de las Gubernaturas.”

  • El Fisgón y el perro de la tía Cleta

    El Fisgón y el perro de la tía Cleta

    “Algo tendrá el agua cuando la bendicen”, previene el refrán, y algo habrá hecho (mal) El Fisgón para que el presidente López Obrador haya salido en una “mañanera” a exhibir los blasones partidarios de Rafael Barajas El Fisgón como la  fórmula presidencial para deslindarse de una crítica a alguien a quien quiere “mucho”, dijo. 

    Antes, el grupo de moneros y opinadores cercanos al Fisgón habían montado un recio esprit de corps en el entorno de éste para prevenir que los díceres populares mancharan con el pétalo de una reflexión a quien es figura prominente de dicho círculo. En descuido, hasta habrían aparecido los hashtags  #TodosSomosElFisgón o #ElFisgónNoSeToca. Pareció olvidarse que aquí el único intocable es el pueblo, porque permanece, y no las figuras, porque son fugitivas.

    ¿Qué pasó? ¿Por qué el revuelo? Porque Barajas tuvo a honra defender la presunta diputación plurinominal obsequiada al bailarín Sergio Mayer por Mario Delgado, hoy dirigente de Morena y mañana secretario de Educación Pública (¡agárrense de la mano y tráiganse el rosario que dejé arriba del ropero!) 

    Para El Fisgón, “es una idiotez” hacerle reproches al regalo que Delgado entregó Mayer y mandó que los concurrentes a la liza pública se guardaran sus opiniones con un atronador “¡Que se callen!” que acobardó incluso al mismísimo chamuco que mora en lo más profundo del averno.

    La figura política de tercera o cuarta fila que es Sergio Mayer carece de relevancia aquí. Él mismo exhibirá en su momento que a) no es un Demóstenes en la tribuna del Congreso porque no lo ha sido antes y tampoco lo será en el futuro; b) que traicionará a la 4T a la primera oportunidad porque ya lo hizo antes y se dará maña para volver a hacerlo (Historia de traiciones. El bailarín Sergio Mayer está en el ojo del huracán  https://www.sinembargo.mx/02-07-2024/4521104) , y c) que en su infinita desventura, apenas encubierta por los 36 millones de votos que obtuvo en las pasadas elecciones, Morena se encuentra tan huérfana de cuadros que no le queda más remedio que ofrecerle a personajes como Mayer sus candidaturas. Morena obtuvo 36 millones de oportunidades de escoger la sensatez, pero ¡dónde va a encontrar otro como Sergio Mayer! Ni que se dieran en maceta talentos como ese.

    Lo preocupante es lo otro. El tono y las maneras. El Fisgón –y sus defensores, todo hay que decirlo- afirma no haber llamado “idiota” a nadie, pero como el lenguaje es insobornable y no depende de nuestro temperamento a la hora de emplearlo, es claro si alguien escribe un poema es un poeta, si pespunta una chinela es un pespuntador, si se alcanza una genialidad es un genio, si toca el violín es un violinista, y si alguien piensa, supone, pergeña o propone una “idiotez” es un “idiota”. Como dice el clásico en las mañaneras: “Esta ancheta (el lenguaje, digamos) está muy angosta y no hay para donde hacerse”, o como se dice entre zapateros leoneses: “Ya no me dejaste orilla para donde hacerme”.

    No debe llamarse a la pudibundez al usar el lenguaje. O no en mi caso. Mis primeras letras las encontré en fábricas de calzado leonesas donde el albur, el calambur, el caló, la jerga y la germanía prosperan en un medio donde la brutal explotación del trabajador encuentra apenas una grieta de alegría en la festividad de las palabras. Y he reporteado en decenas de centros de rehabilitación para enfermos de alcoholismo y adicciones, conocidos como “anexos”, donde cada sesión de terapia es una ventana a la condición humana percibida a través de las palabras. Abordar tribuna en un anexo… ¡aaah, eso es eutanasia!

    Y el “que se callen” proferido después de décadas de silencio de la gente, después de lo que costó hablar con voz propia sin usar la voz impostada de locutores, periodistas, periódicos, televisoras, estaciones de radio que le hablaban al gobierno fingiendo que hablaban a nombre del pueblo para obtener las canonjías con las que se enviciaron. “Que se callen” es reincidir en el pueblo la historia del perro de la tía Cleta que la primera vez que ladró le rompieron la jeta, y el horno social no está para esos bollos autoritarios y descalificadores.

    El Fisgón llama cuenta de falsa bandera a la Catrina Norteña, un personaje que utiliza X Twitter para expresar sus puntos de vista, no siempre coincidentes con los de Rafael Barajas. El Fisgón ya nos previno contra Catrina y contra los spin doctor que astutamente les dan la vuelta a los argumentos y los vuelven contra su generador. No es este el caso porque el gordito de lentes (aka el Conde Nando) que aparece en la fotografía que encabeza esta columna existe, goza de cabal salud y está por ponerle punto final a esta colaboración donde sólo se pide respeto a las diferencias y un lenguaje que considere al otro su igual y no un menor de edad al que hay que decirle cómo haga las cosas.

  • Una nota contra el olvido

    Una nota contra el olvido

    Eran los tiempos dorados del priismo, cuando el llamado partidazo amordazaba a la sociedad apoyado en sus tres pilares: CTM, para maniatar a los obreros; CNC, para inmovilizar campesinos, y CNOP como resumidero de todos los que no pertenecieran a ninguno de los dos anteriores: paleteros, abogados, contadores, boleros, arquitectos, locatarios del mercado.

    Los tiempos priistas de las frases vacías que se convertían en programas de gobierno. Al presidente Ruiz Cortines le debemos dos delicatesen declarativas: “México, al trabajo fecundo y creador” y “La marcha al mar”. Echeverría opacó tamañas brillanteces mentales con su “Arriba y adelante”, frente al cual López Portillo opuso el tibio “La solución somos todos”. Años más tarde, recompuso la figura y pasó a escribir la Historia con letras de oro al afirmar “Defenderé el peso como un perro”. Pero el peso, ay, siguió muriendo. Se devaluó.

    Queda en manos de Miguel de la Madrid el corolario de este recuento de abusos verbales. En su toma de posesión se permitió esta firme advertencia que tanto nos tranquilizó: “No permitiré que la Patria se nos deshaga entre las manos”. De la Madrid es el presidente que legó a la Patria –que terminó de deshacerse en sus priistas manos- una inflación acumulada de 4,030% y una devaluación del peso de 3,100% en su sexenio.

    No era fácil enfrentar a ese priismo que cuando perdía, arrebataba. El PRI de las urnas quemadas, de los tacos de votos, del carro completo en el Congreso. Y de la desaparición o asesinato de opositores.

    A todo lo anterior y con todos los presidentes hay que sumar una enloquecida corrupción y una represión que muchas veces fue sanguinaria. Porque no son sólo el ’68 y el hoy famoso “halconazo” del Jueves de Corpus de 1971.

    Es también la “caravana del hambre” de los mineros de Nueva Rosita, Coahuila, en 1951, cuya crónica escribió de manera magistral José Revueltas en Marcha del hambre sobre el desierto y la nieve. Una marcha de protesta de cinco mil mineros, cientos de mujeres y algunos niños que caminaron desde Coahuila hasta la capital de la república sin que el presidente se dignara recibirlos. La revista La Nación, órgano oficial del PAN, en su número 491 del 12 de marzo de 1951, tituló en la portada La caravana de mineros “entre el pinto y el colorado” y se unió a la prensa reaccionaria afirmando que eran un grupo de 300 personas y algunos campesinos que robaban “(…) que eran simples agitadores u “obreros rojos”. El PAN de siempre poniéndose en contra de los obreros. Más de 100 de esos llamados “obreros rojos” fueron “heridos a culatazos (…) despedidos y obligados a regresar a Coahuila en jaulas para ganado” según el reporte de la CNDH sobre la represión de 1951-1967

    Es también la represión al movimiento ferrocarrilero encabezado por Demetrio Vallejo y Valentín Campa en 1959, a raíz del cual Vallejo fue encarcelado en la prisión de Lecumberri y liberado hasta 1971 para salir y junto a Heberto Castillo, preso político de 1968, fundar el Partido Mexicano de los Trabajadores (PMT).

    Son la represión al Movimiento Revolucionario del Magisterio, de Othón Salazar y de profesores opuestos al régimen charro del SNTE; al movimiento navista del doctor Salvador Nava en San Luis Potosí, en 1961; el asesinato del líder agrarista Rubén Jaramillo en 1962, en Morelos, y de Efraín Calderón Lara, el Charras, en 1974, en Yucatán.

    Suma la represión a los médicos, en 1965; a los estudiantes de la Universidad de San Nicolás de Hidalgo, de Morelia, en 1966; o la matanza de Atoyac en 1967; o los asesinatos de Xavier Ovando y Román Gil, asesores del Frente Democrático Nacional, previos a las elecciones presidenciales de 1988.

    No son, desde luego, todos los actos de barbarie que realizó el gobierno priista en contra del pueblo. Es apenas un reducido compendio en el que falta la persecución a la guerrilla mediante la llamada guerra sucia y la represión a innumerables movimientos sindicales a lo largo del país. Uno de ellos, por ejemplo, la huelga de la planta de Cinsa-Cifunsa de Saltillo, en 1974, asesorado por sindicalistas del Frente Auténtico del Trabajo (FAT) como Filiberto Sánchez González y Arturo Alcalde Justiniani.

    El presidente López Obrador asegura que debe haber perdón, pero no olvido para los hechos del pasado. Y esta es una brevísima nota contra el olvido que serán si no se les recuerda a quienes con su lucha dieron forman la raíz ideológica de la 4T y su segundo piso.  

  • No aprendieron nada

    No aprendieron nada

    Es la hora en que la derecha y sus intelectuales, académicos, periodistas, comentaristas, medios de manipulación y líderes de los partidos-basura siguen en shock después de haber sido arrollados por un tren (maya, por supuesto) cargado con treinta y seis millones de votos.

    No reaccionan, no dan de sí más allá de algunos conatos de análisis cuyo propósito es encontrar culpables de ese desastre anunciado que fueron las pasadas elecciones presidenciales para la ambición derechista de regresar al poder a continuar con el saqueo del erario nacional, el reparto de privilegios y apapachos, la venta del país a los extranjeros, las exenciones de impuestos a los poderosos y otras corrupciones agrupadas bajo la etiqueta de “neoliberalismo”.

    En lugar de sentarse a reflexionar juiciosamente sobre las causas que los llevaron a la catástrofe electoral, los autores de ésta continúan con prácticas que ya demostraron sobradamente su ineficiencia, como son la creación de noticias falsas (¡Claudia Sheinbaum falleció en un accidente carretero!, ¡se viene un ciclón que devastará cinco estados norteños!), el ocultamiento de hechos que deberían presumirse, como el rescate de los restos de los mineros de Pasta de Conchos. Nada. No aprendieron nada. Gritería para las mentiras, silencio ante las verdades.

    Serviría como una ayuda contra la obnubilación derechista lo asentado por el ex ministro Arturo Zaldívar en un mensaje de Twitter del 4 de junio. Escribió: “Hay tres grandes razones que explican el triunfo de MORENA en estas elecciones: 1. La figura del presidente @lopezobrador. 2. En esta administración se logró que la gente más necesitada tuviera un mejor nivel de vida. 3. El fenómeno de @Claudiashein y su conexión con el pueblo de México”.

    ¿Será cierto lo que asegura Zaldívar? Vamos viendo.

    1. Al 14 de junio, el porcentaje de aprobación al presidente López Obrador es de 60%, según #AMLOTrackingPoll que publica el diario El Economista. Punto para Zaldívar.
    2. Se cuenta que en su consulta una dentista, como buena seguidora de Xóchitl, renegaba de las becas a estudiantes, las pensiones a adultos mayores y los programas sociales de la 4T mientras atendía a una adolescente. La madre de la joven le preguntó “¿Sabe con qué le va a pagar mi hija su tratamiento dental? Con el dinero que ahorró de sus becas. ¿Se lo puede recibir, o no? Si no, para que ahí le deje porque nosotros no tenemos para pagarle”. La dentista siguió con su labor y seguramente votó por Xóchitl para que se quitaran los programas sociales y ella se quedara sin pacientes que atender porque de ese tamaño es la necedad derechista. Elevar el nivel de vida de la gente más necesitada también pasa por los tratamientos bucales, así que otro punto para Zaldívar.
    3. “@Claudiashein y su conexión con el pueblo de México”, afirmación respaldada con una votación para ella superior incluso a la obtenida por el presidente López Obrador. “Conexión con el pueblo de México”, apuntó el ex ministro.

    Pero la derecha no entiende algo ni con esos socorros al entendimiento. En una conferencia  de prensa, el senador panista Damián Zepeda, una de las pocas voces sensatas de la derecha, criticó la actuación de su partido en las pasadas elecciones y propuso una reingeniería del mismo apoyado en la “sociedad civil”. Quieren apoyarse en la “sociedad civil”, se refieren siempre a la “sociedad civil” y nunca al “pueblo” en términos que los retrata en su clasismo y su racismo. 

    Nunca se ha visto al panismo sumarse a una marcha campesina o a una protesta obrera, porque eso sería como ofender a sus patrones, y porque lo que más claramente identifica a la derecha es su pasión por la conjura en las sombras de la noche, como los iniciados de El Yunque; o las confabulaciones entre los de arriba para pagar campañas en X twitter realizadas desde el extranjero. 

    Hoy, la derecha maneja la “desestabilización económica” como lo hizo con Echeverría; la “corrida contra el peso” igual que en la época de López Portillo; o las “turbulencias financieras” de Miguel de la Madrid. Para decirlo coloquialmente, hoy quieren asustar con el petate del muerto (financiero) a uno que está curado de espanto y se llama López Obrador. ¡Asústame, panteón! 

    La derecha no se ha dado cuenta de que estamos en otros tiempos, que existe un pueblo diferente al que manipularon por décadas, que vivimos en otro país que ya no es nada más suyo sino de todos. No aprendieron nada de los resultados de las elecciones. 

  • Segundo piso

    Segundo piso

    Al asumir la Presidencia de la República en diciembre de 2018, el presidente López Obrador encontró un país prácticamente en ruinas, roído hasta la médula por la corrupción del sistema, saqueado en sus riquezas y ofertado como saldo a los extranjeros, con una violencia generada desde el poder gubernamental como lo demuestra el caso García Luna, con una clase trabajadora recibiendo salarios apenas en el nivel de subsistencia, y un campo olvidado como consecuencia de la política neoliberal que arrasó con lo poco que quedaba de él hasta convertir las milpas que en otros tiempos se veían a lo largo de las carreteras en imágenes nostálgicas.

    El andamiaje necesario para presentar al desastre como una normalidad contó con la decidida colaboración de las élites económica, periodística, intelectual, académica y científica, acostumbradas a estirar la mano para recibir la dádiva gubernamental, fuera mediante la condonación de impuestos o el apoyo a sus proyectos personales, meros disfraces del chantaje al que sometían a un gobierno delincuencial para que el reparto del botín presupuestal fuera equitativo. Equitativo para ellos.

    Las élites previeron darle una manita de barniz democrático al saqueo para que la comedia representada adquiriera ligeros matices de realidad y perpetraron la idea de conformar institutos “autónomos” y “ciudadanos” a su gusto y conveniencia que les dieran la cobertura necesaria para legalizar el atraco a la nación. Para asegurar el silencio de los probos “ciudadanos” integrantes de estos institutos sólo había que asignarles sueldos y prebendas que jamás conseguirían ellos por su cuenta desempeñando un trabajo honrado. ¡Y a darle, ahora sí! ¡Manos a la obra! ¡El país es nuestro!

    Con una labor paciente, incansable, perseverante y tenaz, de todos los días –sin metáfora-, el presidente López Obrador fue evidenciando la enorme farsa a la que estábamos sometidos los ciudadanos. Llamó por su nombre a los corruptos y ellos mismos fueron colocándose en su lugar. Cayeron las máscaras de periodistas que se decían aguerridos, como Carmen Aristegui, y que eran parte del séquito de la oligarquía bajo el eufemismo de la tibieza.

    Después de López Obrador, no se podrá hablar de periodismo crítico del poder, sino de “pasquines inmundos”. Se acabaron los intelectuales juiciosos que analizan el pulso del país con la ecuanimidad que les da el conocimiento para dejar a los famélicos que suplican la vuelta de las limosnas a cambio de ensayos y dictámenes favorables a la labor gubernamental. Los mexicanos que dicen estar contra la corrupción, ángeles impolutos traídos al país para vigilarles las manos a los gobernantes quedaron en miserables mentirosos acostumbrados al dinero fácil. Los partidos alguna vez hegemónicos quedaron en organizaciones mafiosas dispuestas a causar daño severo al presupuesto y a los habitantes de sus demarcaciones, como contaminarles el agua, para alcanzar el poder.

    Gracias a la 4T se ventiló la vida pública y se hizo cada vez más pública, como acostumbra proponer el presidente López Obrador. El segundo piso de la transformación, que correrá a cargo de la doctora Claudia Sheinbaum, sin duda habrá de beneficiarse de la labor iniciada por el presidente. Cada actor público ocupa hoy el lugar que siempre le había correspondido en el engaño, la mentira y la falsedad. 

    Y nosotros sabemos quiénes son, dónde se encuentran, cuántas marrullerías están dispuestos a desempeñar, en qué canales de televisión aparecen injuriando a la inteligencia, quiénes son sus implacables patrones y cuánta flexibilidad tienen en el espinazo cuando se agachan para recibir instrucciones y qué difícil les resulta enderezarse para caminar como la gente, cuáles desplegados periodísticos firman, quién paga la tinta de los periódicos donde publican, hasta dónde son capaces de llegar en su abyección, cómo se llaman y a qué están jugando. La lucha por la verdad ya la ganó la 4T. A la doctora Claudia Sheinbaum la esperan retos diferentes. 

  • Un voto por la verdad

    Un voto por la verdad

    Los desfiguros de la derecha se volvieron tan repetitivos, cansados y hasta aburridos que agotaron nuestra capacidad de asombro ante las necedades. Es cosa de todos los días ver, leer y escuchar la gritería de los infames que defienden lo más aborrecible que le ha sucedido políticamente a este país como son los partidos que se ocultan detrás de la constelación de mafias dolosamente llamada “marea rosa”.

    En el impudor de su borrachera declarativa, se atreven a llamar “narcopresidente” a López Obrador cuando cuentan entre sus filas a Felipe Calderón, cuyo secretario de Seguridad Pública está preso en los Estados Unidos por narcotráfico y cuya hermana “Cocoa” se llevaba de tú con “La Tuta” (“Cocoa” le hablaba a “La Tuta”, le pedía favores. Yo lo denuncié y Calderón mandó matarme: Lemus. https://www.sinembargo.mx/17-12-2019/3697912). Desvergonzados como son, lanzan a Tim Golden, ProPublica y Anabel Hernández a soltar acusaciones insostenibles contra AMLO.

    Mentiras son, pero verdad es que al PRI sí que le viene de lejos el linaje del narco y lo trae en su sangre como “(un) posible precedente sentado por (Miguel) Alemán: parece que se benefició del tráfico de drogas, en su caso del opio”, asegura Andrew Paxman en el libro Los gobernadores. Caciques del pasado y del presente (Grijalbo, 2018). Y con esa carita manchada por las lágrimas del narcotráfico el prian solicita el voto.

    Vergüenza tras vergüenza, incansable, la derecha miente para dar la impresión de que le importan los asuntos públicos, cuando lo único cierto es que defiende su corrupción, lastimada por la política de la 4T. Forma una “Comisión independiente sobre la pandemia de Covid 19” que concluye previsiblemente con un informe desfavorable al Ejecutivo. Falsifica una “propuesta” “ciudadana” y “apartidista” como una cortina de humo detrás de la que operan los despreciados partidos que integran al Prian y la llama “marea rosa” para engañar a los que suplican ser engañados para tener algo y a alguien que los acompañe en su clasismo.

    La derecha requiere una dosis diaria de autoengaño para volver menos devastador el informe de su desastre electoral que le entregarán las urnas el próximo 2 de junio. El placebo que mengüe en la derecha los dolorosos daños que se le infligieron al sacar el presupuesto de sus abusivas y corruptísimas manos. El breviario donde encuentra consuelo a su desamparo presupuestal la desaseada corte de los milagros integrada por periodistas, académicos, comentaristas y científicos sociales. La derecha que reclama un desahogo a la pena de haber perdido el protagonismo social.

    Para aumentar el desconcierto donde los conservadores dan fallidos palos de ciego sin ton ni son, el presidente López Obrador les lanza anzuelos a los que se prenden como si en ellos les fuera la vida. Les da lo menos y ellos entregan lo más.

    Por ejemplo, propone que los fideicomisos del Poder Judicial se inviertan en la reconstrucción de Acapulco y de inmediato se organiza una marcha para no entregar ni un centavo. Demuestra la corrupción de María Amparo Casar al cobrar indebidamente una voraz pensión por viudez y rápidamente intelectuales y periodistas salen a defenderla y a mostrar el cobre del que están hechos porque si evidencian a uno los evidencian a todos. ¿Esperaba el presidente que sus reclamos encontraran una respuesta sensata? Por supuesto que no, porque no es tan inocente. Pero consiguió su objetivo: mostrarlos tal como son, sin disfraz.

    La última mentira a la que le apuesta la derecha, ese clavo ardiendo al que se agarra para no caer al vacío, es generar un ambiente de inquietud que les permita judicializar los resultados de la votación del próximo 2 de junio, que claramente no les favorecerá. Afirma que a causa de la violencia existen amplias zonas del país donde no hay condiciones para votar, o que hay atentados en contra de opositores, o que será una elección de Estado.

    Patrañas y cuentos para dormir inocentes que se vendrán abajo si acudimos a votar masivamente a favor de los partidos que integran la coalición “Sigamos Haciendo Historia” para poner en práctica el Plan C. Porque es el pueblo el que otorga la legitimidad a un gobierno, no lo que determine un puñado de traidores e intrigantes agazapados en instituciones corruptas.