Categoría: Luis Piña

  • ¿De que lado de la historia estará la intelectualidad de izquierda?

    ¿De que lado de la historia estará la intelectualidad de izquierda?

    En toda transformación profunda, los intelectuales han sido piezas clave: dan sentido a las causas, les otorgan palabras, las defienden frente al embate del poder. México no es la excepción. Sin la fuerza de comunicadores, pensadores y artistas comprometidos con la justicia social, Morena no habría llegado a ser la fuerza política que es hoy.

    Sin embargo, la historia también muestra que las intelectualidades no son inmunes a los intereses propios. Bajo el manto de la crítica legítima, a veces se esconden disputas de poder, ambiciones personales o simples cálculos económicos. No toda crítica nace del compromiso con los ideales: algunas nacen del ego, de la nostalgia por no ocupar un lugar más protagónico, o de negociaciones que poco tienen que ver con el bienestar del pueblo.

    Hoy vemos, en momentos clave para el movimiento de la Cuarta Transformación, una actitud ambigua entre quienes se presentaban como sus defensores intelectuales. Cuando las campañas de linchamiento político se lanzan contra figuras del propio movimiento —como sucedió con Omar García Harfuch o, ahora, con César Gutiérrez Priego—, no basta con guardar silencio o mirar hacia otro lado. No basta con fingir una neutralidad que en los hechos alimenta la estrategia de sabotaje interno.

    Señalar errores es no sólo válido, sino necesario. Pero hay una enorme diferencia entre la crítica que busca corregir rumbos y el ataque que busca abrir fracturas. Y aquí es donde la intelectualidad tiene una responsabilidad histórica: reconocer cuándo su voz ayuda a construir y cuándo, consciente o inconscientemente, se vuelve instrumento de intereses contrarios a la transformación.

    Hoy más que nunca, es necesario preguntarse: ¿al servicio de quién está cada palabra, cada posicionamiento? ¿Al servicio del pueblo, de la justicia, de un proyecto de país? ¿O al servicio de cuotas personales, de plataformas mediáticas, de prebendas económicas?

    La madurez política que exige esta etapa de la 4T no sólo es tarea de los dirigentes y los militantes. También lo es de quienes se asumen como conciencia crítica del movimiento. Defender el proyecto no implica callar ante los errores, pero tampoco implica prestarse a linchamientos, purismos o pugnas internas que terminan favoreciendo a quienes siempre han querido frenar la transformación.

    La historia juzgará a todos: a quienes lucharon con lealtad crítica, y a quienes, desde la trinchera del “intelectualismo”, pusieron su vanidad por encima del bien común. La pregunta es simple, pero ineludible: ¿de qué lado de la historia queremos estar?

  • ¿Y la dictadura, no era acá?

    ¿Y la dictadura, no era acá?

    Mucho se ha hablado de cómo la política de Donald Trump ha cambiado el manejo de las relaciones comerciales y diplomáticas internacionales. Pero eso no sería posible sin la existencia de personajes que comparten su forma de actuar, ya sea por conveniencia política, ideológica o simplemente porque, al igual que él, son fascistas hambrientos de poder.

    Uno de los favoritos de la derecha latinoamericana es, sin duda, el presidente de El Salvador, Nayib Bukele, quien sostiene que el monopolio de la violencia debe estar en manos del Estado, en lugar de buscar la paz y la reconciliación.

    En días recientes, ambos mandatarios se reunieron en la Casa Blanca, en un encuentro que dejó a Estados Unidos al borde de una crisis constitucional, derivada del caso de la deportación de Kilmar Abrego García.

    Kilmar Abrego García es un joven salvadoreño que vivía en Estados Unidos desde hacía más de diez años. A pesar de contar con una orden judicial que impedía su expulsión del país, el gobierno de Donald Trump lo deportó a El Salvador.

    Abrego fue enviado directamente al CECOT, la megacárcel que alberga a miembros de las maras. Sin juicio, sin pruebas, sin delito: Estados Unidos lo subió a un avión y lo mandó de regreso a su país natal. Aunque la corte ordenó a la administración de Trump regresarlo y corregir el procedimiento, el mandatario se mofó frente a las cámaras durante la reunión con Bukele y le aventó la responsabilidad a la fiscal Pam Bondi.

    Con actitud claramente autoritaria y fascista, Trump declaró: “Eso no es problema nuestro, eso le toca a El Salvador”, a lo que Bukele respondió: “No, de malas, es un terrorista y se queda en el CECOT”. Ambos ignoraron abiertamente el mandato judicial.

    En resumen: Donald Trump desobedeció a la Corte Suprema de Estados Unidos, que días después ordenó frenar las deportaciones de migrantes bajo la Ley de Enemigos Extranjeros de 1798 y que siguen desobedeciendo.

    Y sin embargo, ningún medio corporativo en México y Estados Unidos levantó la voz. Nadie gritó “dictadura”. Nadie acusó a Trump de violar el estado de derecho o de secuestrar la justicia.

    La misma derecha y los mismos medios que montan escándalos por suspensiones judiciales en México, que acusan sin pruebas al gobierno actual de “avasallar a la Corte” o de “destruir la democracia”, hoy guardan un silencio cómplice frente a una de las violaciones más graves al orden constitucional en Estados Unidos.

    ¿Será que lo que molesta no es la forma, sino el proyecto político que se construye? ¿Será que lo que les duele no es la legalidad, sino que el poder lo tenga alguien que no responde a sus intereses?

    El silencio con Trump y la furia con México lo confirman: para la derecha, la ley es solo un disfraz, no una convicción.

  • La cloaca que destapó el Axe Cordenada

    La cloaca que destapó el Axe Cordenada

    Lo ocurrido la tarde-noche de este sábado 5 de abril en el llamado festival Axe Cordenada 2025 fue un suceso que no solo dejó la lamentable muerte de dos jóvenes, sino que destapó una cloaca de la que pocos se salvan.

    Lo primero que hay que resaltar es la falta de normativa y protocolos de actuación en la Ciudad de México. Y es que, a pesar de que la norma indica que los permisos de seguridad los otorga la alcaldía, en este caso, Miguel Hidalgo, el Gobierno de la Ciudad de México no supo cómo controlar el problema.

    El alcalde de Miguel Hidalgo, Mauricio Tabe, reaccionó hasta que salió de la boda de su amigo Santiago Taboada, por lo cual, a pesar de estos lamentables hechos, el festival continuó con toda normalidad. Incluso, las cuentas oficiales de Axe Cordenada hacían mofa de lo sucedido.

    El Gobierno de la Ciudad de México también fue endeble en su actuación. Debería intervenir ante la falta de gobernabilidad de la alcaldía; sin embargo, se limitó a emitir un comunicado donde informaba lo ocurrido y explicaba que la Fiscalía General de Justicia de la Ciudad de México haría las investigaciones correspondientes.

    El festival, para evitar que le clausuraran el segundo día, contrató a una empresa privada de paramédicos, quienes brindaron protocolos de reanimación a las víctimas y los llevaron al hospital del IMSS Bienestar Rubén Leñero. Horas más tarde, mediante un comunicado, el Gobierno de la Ciudad de México informó que los jóvenes habían muerto en el nosocomio. Sin embargo, fue la institución federal la que desmintió dicha versión y detalló que los jóvenes llegaron sin vida; es decir, los levantaron muertos.

    Desde la mañana del domingo 6 de abril, el alcalde Mauricio Tabe se ha dedicado a echar culpas y tratar de limpiar su imagen, mientras que la jefa de Gobierno, Clara Brugada, guarda un silencio sepulcral.

    Por otro lado, otro grave problema que destapó este hecho fue la corrupción que existe en el medio periodístico. Estos jóvenes ingresaron acreditados como prensa gráfica, eran fotógrafos, quienes hacían su labor sin contrato con su medio, sin paga, sin seguro y sin garantías. En el mundo del espectáculo, la gran mayoría hace fotografía, reportajes y escribe sin ningún incentivo más que la única satisfacción de ser publicado, reconocido y, principalmente, de disfrutar eventos importantes.

    Esta es una situación que muchos hemos padecido al inicio de nuestra carrera. En mi caso, por años estuve en la fuente de espectáculos por amor a esta profesión, por compromiso, pasión y gusto, algo que ocurre muy a menudo en esta industria.

    Pero este accidente es el resultado de una industria normalizada en la precariedad, esa que te hace creer que una acreditación a tu obra, concierto o festival favorito es suficiente como forma de pago. Que tu talento vale lo que dure una historia de Instagram.

    Desgraciadamente, en esta ocasión le tocó a Berenice y a Miguel ser doblemente víctimas: de un sistema que normaliza la muerte, de autoridades que no protegen a nadie más que a la inversión privada, y de un gremio que, entre abusos y romanticismos, ha aprendido a sobrevivir con lo mínimo.

    Descansen en paz Berenice Giles y Miguel Hernández.

  • Jueces y magistrados en las urnas: ¿quién merece nuestro voto?

    Jueces y magistrados en las urnas: ¿quién merece nuestro voto?

    Este 30 de marzo marcará un hito en la historia de México: por primera vez, se llevarán a cabo campañas para la elección de jueces, magistrados y ministros del Poder Judicial, tanto a nivel federal como local. Con ello, se pone fin a un capítulo oscuro en el que la justicia estuvo en manos de los poderosos y no del pueblo, como lo dicta la Constitución.  

    Como en toda elección, algunos candidatos son más conocidos que otros. Por ello, es responsabilidad de todas y todos informarnos sobre quienes aspiran a impartir justicia en nuestro país.  

    En ese sentido, mucho se ha hablado de quienes aún integran la Suprema Corte de Justicia de la Nación y que ahora buscan refrendar su labor mediante el voto popular. Tal es el caso de Loretta Ortiz, Lenia Batres y Yasmín Esquivel, ministras que, durante su gestión, han sido objeto de constantes ataques por intentar impartir justicia en favor del pueblo.  

    Lenia Batres es quizá una de las candidatas más señaladas por la oposición. Su perfil encarna el cambio que el presidente Andrés Manuel López Obrador propuso para la Corte. Licenciada en Derecho desde 2008, Batres conoce de primera mano las carencias y desigualdades que aquejan a la sociedad, pues, dos décadas antes de obtener su título, trabajó como cajera en un supermercado.  

    Por su parte, Loretta Ortiz cuenta con una trayectoria académica y profesional sobresaliente. Ha publicado una impresionante cantidad de libros y artículos, además de haber sido presidenta honoraria de la Asociación Americana de Derecho Internacional Privado.  

    Yasmín Esquivel es otra de las ministras que buscan su legitimación en las urnas. Su trayectoria es un testimonio de cómo el pueblo puede apropiarse de instituciones que, históricamente, han estado reservadas para quienes ostentan poder económico o político. Esquivel es doctora en Derecho y se formó en instituciones públicas desde el preescolar hasta la universidad; solo en la maestría estudió en instituciones privadas. Su preparación y experiencia la colocan como una figura clave en esta transformación judicial.  

    Además de quienes ya forman parte del Poder Judicial, también hay candidatos con una visión del derecho centrada en el bienestar ciudadano. Tal es el caso de César Gutiérrez Priego, quien decidió estudiar Derecho para defender a su padre y su familia de las inconsistencias y corrupción del sistema judicial. En carne propia vivió la persecución del Estado, particularmente durante el gobierno de Ernesto Zedillo, quien acusó a su padre de vínculos con el narcotráfico, mientras él mismo tenía lazos con el llamado Amado Carrillo el “Señor de los Cielos” y gracias a sus habilidades logró demostrar la inocencia de su padre.  

    Otro personaje relevante en esta contienda es Federico Anaya, a quien conozco desde hace algunos años, cuando fui consejero universitario impugnado de la Universidad Autónoma de la Ciudad de México. Durante aquella crisis, que derivó en una huelga estudiantil, Anaya asumió la defensa de los consejeros agredidos por la entonces rectora Esther Orozco. Su compromiso con la justicia quedó demostrado cuando, como abogado general de la UACM, resolvió casos de acoso sexual, defendió a estudiantes agredidos por la policía capitalina dentro del Metro y logró la emisión del primer título profesional con la identidad de una mujer transgénero.  

    Las cartas están sobre la mesa. Por primera vez, la ciudadanía tiene en sus manos la posibilidad de decidir quién impartirá justicia. ¿Elegiremos a quienes entienden la realidad del pueblo o permitiremos que la vieja élite se reinvente para seguir controlando los tribunales?

  • La reelección el sueño de Toño Ochoa, la pesadilla del municipio de Durango

    La reelección el sueño de Toño Ochoa, la pesadilla del municipio de Durango

    Mientras Durango enfrenta crisis de violencia familiar, desvío de recursos, falta de agua y abandono de colonias populares, el alcalde prianista Antonio Ochoa está más ocupado en asegurar su reelección que en resolver los problemas urgentes de la ciudadanía. Su gobierno, en lugar de representar un cambio o una solución, es la continuidad de administraciones marcadas por corrupción, ineficiencia y promesas incumplidas.

    Uno de los temas más alarmantes es el incremento de la violencia familiar, que ha convertido a Durango en un foco rojo en materia de seguridad y derechos humanos. Organizaciones civiles han denunciado el crecimiento de estos casos, mientras el gobierno municipal minimiza la problemática con discursos vacíos. El abandono institucional es tal que incluso colectivos feministas han tenido que acudir al Senado y al INE para exigir acciones concretas contra la violencia de género en la entidad y exhortar al actual alcalde a no abandonar sus responsabilidades en búsqueda de un segundo mandato en el municipio.

    A esto se suma el saqueo descarado de recursos públicos. Investigaciones han revelado facturas infladas y un ambiente de acoso laboral dentro del ayuntamiento, prácticas que han sido una constante en las gestiones prianistas. No es casualidad que millones de pesos destinados a combatir el hambre hayan sido desviados bajo estas administraciones, dejando a la población más vulnerable en el olvido.

    Pero la corrupción y la negligencia no terminan ahí. La crisis del agua en Durango es otra muestra de la incompetencia del gobierno municipal. Mientras las y los ciudadanos padecen la falta del líquido vital, la administración de Ochoa sigue sin ofrecer soluciones reales y sostenibles. En lugar de garantizar el acceso a este derecho fundamental, su prioridad es la propaganda política para intentar perpetuarse en el poder.

    Y como si fuera una tradición política indigna, las colonias más olvidadas de Durango vuelven a ser objeto de promesas vacías en vísperas electorales. Barrios enteros llevan décadas en el abandono, con servicios deficientes y sin infraestructura digna, pero el gobierno municipal solo recuerda su existencia cuando necesita votos.

    Durango merece un gobierno que realmente escuche y atienda las necesidades de la gente, no una administración que usa los recursos públicos para financiar campañas mientras la ciudad se hunde en crisis. La reelección de Antonio Ochoa no solo es un insulto para quienes han padecido su mala gestión, sino un peligro para el futuro del municipio.

  • ¿Justicia o montaje? La verdad incómoda sobre Izaguirre

    ¿Justicia o montaje? La verdad incómoda sobre Izaguirre

    Seguramente en los últimos días has visto en todos los medios de comunicación la famosa noticia de los artículos personales encontrados en el rancho Izaguirre, en Jalisco, al más puro estilo de una película de ficción.  

    Y sí, no cabe duda de que es un tema de relevancia como para no acaparar los encabezados de los medios. Pero, ¿te has puesto a pensar qué hay detrás de este hecho tan lamentable?  

    Antes que nada, quiero decir que este análisis lo haré con mucho respeto y con la intención de que cada quien saque sus propias conclusiones.  

    Hace aproximadamente una semana nos enteramos del terrible hallazgo en un rancho en Izaguirre, Jalisco. Un grupo de madres y familiares de personas desaparecidas llegó al lugar gracias a denuncias anónimas, algo muy extraño, a decir verdad.  

    No estoy culpando ni revictimizando a las víctimas; sin embargo, el desarrollo del descubrimiento y la manera en que se ha manejado la noticia muestran que hay personas detrás de estos hechos, personas que están lucrando políticamente. Y es que no solo se ha expuesto el tema de manera excesiva, sino que también han aparecido supuestos sobrevivientes que relatan lo sucedido ahí.  

    El segundo factor extraño es que este predio ya había sido cateado en septiembre del año pasado, es decir, seis meses atrás, cuando la Guardia Nacional detuvo a diez personas. Y disculpen, pero ¿a poco todos los artículos personales que encontraron ahora no los vieron antes? ¿En verdad es posible ocultar eso?  

    Dicen que en política nada es casualidad, y tomando ese principio, expongo el tercer factor que muestra el montaje. La noticia se dio a conocer el 11 de marzo, apenas dos días después de que se celebrara la cancelación de aranceles, que sin duda fue la primera victoria política de la actual presidenta. Incluso pueden ver lo que distintos personajes de derecha opinaban al respecto.  

    Cuarto factor: ¿qué personajes hablan del tema, acuden y convocan a marchar el sábado 15? Personajes como Javier Lozano, influencers que nunca han hablado de política y hasta Alazraki se montaron en el tema. A esto se suma que las tomas fotográficas y de video que circulan en medios son en su mayoría cerradas, para que la marcha parezca más tumultuosa de lo que en realidad fue. No existe una sola imagen abierta.  

    Y si eso no fuera suficiente, quiero recordarles cómo inició su campaña la candidata del PRIAN, Xóchitl Gálvez: con una marcha contra la violencia y los desaparecidos, acompañada por Ceci Flores, representante de madres buscadoras, así como con spots publicitarios donde aparecían zapatos y mochilas abandonadas. Sí, muy similar a lo que encontraron en el rancho Izaguirre.  

    No podemos negar que, desde que Felipe Calderón le declaró la guerra al narco, México ha estado sumergido en una violencia imparable que ha destrozado a miles de familias mexicanas. Tampoco podemos ignorar que los colectivos de búsqueda son apartidistas y genuinamente buscan a sus familiares. Pero a través de la historia mundial, la derecha ha utilizado la orquestación, la manipulación y los montajes para generar miedo y capitalizar políticamente el dolor.  

    Hay que preguntarnos: ¿por qué la derecha solo recuerda a los desaparecidos cuando le conviene? ¿Por qué no hicieron escándalo cuando se votaron reformas para garantizar derechos a las víctimas o cuando se presentaron estrategias reales de seguridad? La respuesta es simple: porque su objetivo no es la justicia, sino la desestabilización.  

    Es un hecho que los hallazgos en Izaguirre deben investigarse a fondo. Pero lo que no se puede permitir es que la derecha utilice la tragedia para golpear políticamente, mientras ignora cualquier avance en la atención a las víctimas y en la seguridad del país. Porque si realmente les importara el problema, estarían hablando de los decretos que Claudia Sheinbaum hizo sobre el tema. Pero dime, ¿viste a alguno de esos medios mencionarlo?

  • De señalamientos y simulaciones: la oposición y su espejo roto

    De señalamientos y simulaciones: la oposición y su espejo roto

    El tema del narcotráfico y la seguridad del país siempre ha sido relevante; no obstante, fue hasta el fraude de 2006 y la llegada del espurio Felipe Calderón a la Presidencia de nuestro país cuando adquirió una dimensión nacional sin precedentes.

    Ojalá la relevancia hubiera sido por un combate frontal contra los capos que no solo apostaban por la venta de estupefacientes, sino que también incursionaban en otros giros delictivos como el secuestro. Sin embargo, no fue así. La notoriedad de los cárteles de la droga se debió a la violencia desmedida, una violencia impulsada por el gobierno del panista, que, lejos de combatir al crimen, lo potenció con su fallida estrategia de guerra.

    Por años, se sabía que los capos estaban estrechamente ligados a los altos mandos políticos del país, pero era un tema apaciguado, confinado a ciertos rincones de la República. Se conocía el poderío de los narcos, pero su presencia no era tan avasalladora ni tan letal para la población civil como lo fue después de 2006.

    Como decía Andrés Manuel López Obrador, Calderón golpeó el avispero del crimen organizado y, en el proceso, se alió con uno de los cárteles para favorecerlo y despejarle el camino para convertirse en el más importante: el Cártel de Sinaloa.

    Esta alianza no solo está documentada, sino que su principal operador, el hombre encargado de la supuesta lucha contra el narcotráfico, está purgando una condena en Estados Unidos por narcotráfico. Claro, hablamos de Genaro García Luna, el artífice de una estrategia que dejó muerte, corrupción y descomposición institucional a su paso, avalado por Felipe Calderón Hinojosa.

    Resulta irónico que, casi 20 años después de aquel episodio sangriento e histórico, el país aún no se haya recuperado por completo y que quienes originaron esa debacle ahora pretendan construir narrativas para acusar al actual gobierno de vínculos con el crimen organizado.

    Mucho se ha dicho que AMLO recibió del Cártel de Sinaloa dos millones de dólares para su campaña de 2006, en una época en la que el dólar rondaba los 10.90 pesos. Es decir, que de los 899 millones 127 mil 845 pesos que gastó en campaña, suponen que el crimen aportó 20 millones, apenas el 2.22% de todo lo invertido. No tiene congruencia.

    Pero la principal incongruencia en esa narrativa es que, cuando Felipe Calderón se robó la Presidencia, el grupo delictivo más beneficiado por su gobierno fue precisamente el Cártel de Sinaloa.

    La mentira de que los gobiernos morenistas están ligados al crimen organizado se desmoronó aún más este sábado 1 de marzo, cuando se emitió una orden de aprehensión contra Silvano Aureoles, exgobernador de Michoacán, quien tenía hasta un búnker y rutas de escape blindadas en su propia casa.

    Esta noticia no es solo una más sobre políticos de oposición vinculados al crimen organizado. Silvano Aureoles no solo fue gobernador, sino también el principal financiador del medio de comunicación Latinus y, por lo tanto, el patrocinador estrella del “periodista” Carlos Loret de Mola, quien ha dedicado los últimos años de su carrera a fabricar “reportajes” para atacar al gobierno de AMLO y ahora al de la Presidenta Claudia Sheinbaum. Es decir, la oposición que acusa sin pruebas es la que, en los hechos, está hundida en la podredumbre del crimen.

    El discurso de los sectores conservadores es una paradoja en sí mismo: quienes incendiaron el país con su guerra absurda hoy juegan a ser los defensores de la paz. Quienes se beneficiaron de la complicidad con el narco ahora quieren dictar lecciones de moral pública. Quienes usaron el periodismo como herramienta de propaganda y encubrimiento hoy se presentan como adalides de la verdad. No hay mayor cinismo que el de los derrotados aferrados a su propio engaño.

  • Mentira repetida, miedo sembrado: el juego sucio de la oposición

    Mentira repetida, miedo sembrado: el juego sucio de la oposición

    Si entendemos la política desde la perspectiva occidental y capitalista, se reduce a la disputa por el control del poder económico, social y coercitivo, dejando en segundo plano el bienestar social y la reducción de desigualdades. La lucha no se centra en mejorar la vida del pueblo, sino en fortalecer estructuras de privilegio que benefician a unos pocos.

    Durante décadas, esta visión imperó en México. La administración pública no se concebía como un espacio para el servicio, sino como un negocio redondo donde los gobernantes se enriquecían a costa del erario, relegando las necesidades del pueblo a un plano secundario. El Estado se convirtió en un mecanismo para la acumulación de riqueza de la élite política y económica, consolidando un sistema profundamente desigual.

    Es evidente que cualquier cambio cultural enfrenta resistencias feroces de quienes se benefician del statu quo. La derecha mexicana, históricamente aferrada a sus privilegios, no ha escatimado en esfuerzos para mantener intactos sus intereses, recurriendo a la manipulación mediática, la desinformación y la difamación como herramientas para socavar cualquier intento de transformación.

    Desde antes de la llegada de Andrés Manuel López Obrador al gobierno de la Ciudad de México y, posteriormente, a la Presidencia de la República, la lucha política giraba en torno al control de la narrativa pública. El poder económico determinaba el discurso y protegía a sus beneficiarios: los políticos en turno no podían ser cuestionados, y mucho menos, señalados por corrupción o abuso de poder, es decir; no podían ser tocados con el pétalo de una flor.

    Sin embargo, todo cambió con la llegada de AMLO. Su gobierno impulsó una transformación profunda que desestabilizó los cimientos del viejo régimen. Ante la imposibilidad de competir con propuestas, la derecha recurrió a la estrategia más ruin de la propaganda: la mentira sistemática. Su política se basa en la desinformación, en la fabricación de crisis y en la generación de pánico social como un mecanismo para preservar sus intereses.

    Repetir una mentira hasta que se convierta en verdad se ha convertido en su estandarte. Apelan a la psicología de la repetición: cuanto más se difunde una falsedad, más se internaliza como realidad. Un ejemplo claro fue el informe de seguridad del gobierno de la Ciudad de México, que, con estadísticas verificables y el respaldo de la ciudadanía, mostró avances significativos en la reducción de delitos. A pesar de ello, la derecha insistió en que los datos estaban manipulados, sin presentar pruebas ni argumentos sólidos.

    Otro caso evidente fue la narrativa sobre la propiedad privada. Se intentó instalar la idea de que el gobierno de Clara Brugada pretendía expropiar viviendas, un discurso basado en la mentira absoluta, sin sustento alguno, pero con una carga emocional diseñada para generar miedo e indignación. Al más puro estilo de la propaganda nazi, se apeló al temor irracional para deslegitimar un proyecto de gobierno que busca mejorar las condiciones de vida de la población.

    Lo mismo ocurrió con los programas sociales. Se les tachó de “populismo”, “compra de votos” y “despilfarro”, cuando en realidad han sido herramientas fundamentales para reducir la pobreza y la desigualdad. Para la derecha, garantizar derechos es un peligro, pues amenaza su monopolio del poder. Por eso, han utilizado la desinformación para convencer a sectores de la población de que mejorar sus condiciones es, paradójicamente, un daño para ellos.

    El problema no es solo la mentira, sino su impunidad y la suavidad de abordar estos temas por parte del gobierno. La manipulación mediática ha sido una constante en la historia política del país, y en tiempos de redes sociales, las fake news se han convertido en un arma aún más poderosa. La derecha no necesita demostrar nada, solo sembrar la duda, explotar el miedo y aprovechar la desconfianza.

    Es claro que permitir que este juego de la derecha avance es peligroso para toda la sociedad, incluso, sin escrúpulos, los panistas y la derecha, utilizan estrategias antidemocráticas como el acoso y criminalidad de la prensa libre (caso Salinas Pliego) o promueven una invasión extranjera con tal de mantener sus propios privilegios. Es necesario que, en el caso del Gobierno Federal, la Presidenta Sheinbaum debería de comenzar a implementar mano dura en contra de quienes utilizan la ilegalidad para atentar con mentiras en contra del gobierno, mientras que, en el caso del gobierno de la Ciudad de México, Clara Brugada debería de empezar a controlar la narrativa y no hablar en medios cuatro o hasta cinco días después de que la mentira ya hizo estragos.

  • ¿Aranceles contra armas? Tal vez sea hora de cambiar el juego

    ¿Aranceles contra armas? Tal vez sea hora de cambiar el juego

    Hace unos días, uno de los temas que más resonaron en el país e incluso a nivel internacional fue la respuesta de la Presidenta Claudia Sheinbaum al señalamiento de que los cárteles de la droga mexicanos son organizaciones terroristas. La mandataria aseguró que, de ser calificadas de esa manera, las armerías norteamericanas serían cómplices, pues dotan de la mayoría de las armas de alto calibre a las bandas criminales mexicanas.

    Con gran autoridad, Sheinbaum recordó a los estadounidenses que el arsenal con el que cuentan estos grupos criminales proviene, en su mayoría, de Estados Unidos. Sus palabras no solo fueron un acto de firmeza diplomática, sino también un recordatorio de una verdad incómoda: la violencia en México no solo está alimentada por el alto consumo de drogas en Estados Unidos, si no, también por las armas que cruzan la frontera norte.

    Este hecho me hizo recordar una investigación que realicé en 2019, donde documenté que al menos el 70% del tráfico de armas de alto calibre en México tiene su origen en Estados Unidos. En aquel entonces, señalé en un artículo que para reducir la violencia en nuestro país era necesaria una cooperación bilateral real y efectiva. Esto fue mucho antes de que México presentara la demanda contra las armerías estadounidenses.

    En ese año, Donald Trump ocupaba la Casa Blanca y era principalmente él quien impedía cualquier intento de regulación en la venta de armas, escudándose en la Segunda Enmienda, a pesar de los constantes tiroteos en escuelas y espacios públicos en su propio país. Ahora, con su inminente regreso al poder, es difícil imaginar un cambio en su postura.

    El panorama para México luce complicado. La negativa histórica de Estados Unidos a asumir su responsabilidad en el tráfico de armas, sumada a la retórica belicista de Trump y sectores ultraconservadores que insisten en intervenir en nuestra seguridad interna, auguran años de tensiones diplomáticas. Ante esto, el gobierno mexicano tendrá que mantener una estrategia firme y clara para exigir el control de armas y evitar que nuestra crisis de violencia se siga alimentando desde el otro lado de la frontera.

    Es fundamental recordar que esta no es solo una cuestión política, sino una crisis humanitaria. Detrás de cada arma traficada hay una historia de dolor: familias desmembradas, comunidades aterrorizadas y vidas truncadas por la violencia que estas armas facilitan. No podemos reducir este problema a un mero debate diplomático cuando sus consecuencias son tan devastadoras en el tejido social mexicano.

    Además, la hipocresía del gobierno estadounidense queda expuesta cuando criminaliza a los migrantes que huyen de la violencia, mientras permite que sus propias empresas lucren con la venta indiscriminada de armas. Si realmente les preocupara la seguridad en la región, tomarían medidas efectivas para frenar el tráfico de armas en lugar de buscar excusas para intervenir en la soberanía de México.

    El reto está sobre la mesa. México debe fortalecer sus instituciones de seguridad y justicia, pero al mismo tiempo exigir con contundencia que Estados Unidos asuma su parte de responsabilidad. No basta con discursos, ni con demandas simbólicas: es momento de acciones concretas. Mientras las armas sigan fluyendo con facilidad desde el norte, el sur seguirá contando sus muertos.

    Y si el mandatario norteamericano amenaza con aranceles para hacer lo que ellos quieran, entonces México deberá pensar que producto norteamericano deberíamos de desincentivar en el país a través de aranceles. Puede ser que los productos agrarios norteamericanos están de más en México.

  • Revivir al Gigante Naranja: La Transformación del Metro

    Revivir al Gigante Naranja: La Transformación del Metro

    El Metro de la Ciudad de México es uno de los pilares fundamentales para la movilidad de la capital. Su buen funcionamiento debería ser una prioridad para cualquier gobierno, pues millones de personas dependen de él diariamente para desplazarse de un punto a otro.

    En ese sentido, la rehabilitación de la Línea 1, tras años de trabajos, parece estar entrando en su etapa final. Así lo dio a conocer la jefa de Gobierno, Clara Brugada, durante un recorrido reciente de la estación Insurgentes a Tacubaya, donde se comprometió a entregar un tramo más de la línea a finales de marzo.

    Es comprensible que el cierre prolongado haya generado molestias entre los usuarios, obligándolos a buscar rutas alternas. Sin embargo, es importante recordar que esta línea, inaugurada en 1970 por el genocida Gustavo Díaz Ordaz, tenía más de 50 años sin recibir una intervención de esta magnitud. Su deterioro era evidente: rastros de inundaciones, durmientes de madera rotos y trenes en condiciones deplorables ponían en riesgo la seguridad de los pasajeros.

    Fue hasta la llegada de Claudia Sheinbaum a la jefatura de Gobierno en 2022 cuando se tomó la decisión de modernizar por completo la Línea 1. La rehabilitación ha implicado la instalación de nueva infraestructura, incluyendo vías con materiales más resistentes, un sistema de pilotaje automático para mejorar la eficiencia y seguridad del servicio, así como la incorporación de trenes de última generación. Todo esto con el objetivo de garantizar un Metro más seguro, rápido y eficiente para los usuarios.

    Esta modernización es un paso indispensable para garantizar la movilidad en la Ciudad de México. Ahora, la gran tarea será asegurar el mantenimiento continuo del sistema y evitar que futuras administraciones dejen en el abandono lo que hoy se está recuperando. La inversión en infraestructura pública no solo mejora la calidad de vida de quienes dependen del Metro, sino que también refleja la visión de un gobierno comprometido con su gente.

    A pesar de las críticas y las dificultades, la rehabilitación de la Línea 1 demuestra que, cuando hay voluntad política, es posible transformar y mejorar un servicio tan esencial como el transporte público. Ahora toca a los ciudadanos exigir que este esfuerzo no sea en vano y que la modernización del Metro continúe en las demás líneas que también lo necesitan.

    Hay que recordar que el Gobierno de Clara Brugada, tiene como uno de sus principales objetivos, modernizar por completo este transporte, por ello, recordó que una vez concluidas las obras en la línea 1, iniciará con la rehabilitación de la Línea 3 (Indios Verdes- Universidad); sin embargo, aclaró que en una primera etapa no cerrará esta ruta, se harán trabajos nocturnos.