Categoría: Luis Tovar

  • ¿Por qué el movimiento campesino opta por el silencio?

    ¿Por qué el movimiento campesino opta por el silencio?

    Uno de los principales enemigos a los que se ha enfrentado el movimiento campesino en los últimos años sin duda es Monsanto. Su poderío económico le ha valido para hacerse de numerosos aliados en oficinas de gobierno y en las cámaras de representantes que velan por sus intereses y que garantizan por la vía legislativa el control casi absoluto de los destinos de las políticas públicas para el agro. 

    Hasta hace algunas décadas, esta lucha logró movilizar a miles de trabajadores agrícolas que denunciaban el contubernio de las autoridades de la otrora SAGARPA y las transnacionales, cuyas disposiciones no hacían más que beneficiar al sector empresarial sin importarles en lo más mínimo las evidentes desigualdades a las que se enfrentaban los campesinos productores de menos de 20 has. y que sufrían las atrocidades del modelo neoliberal implementado desde el salinismo mismo que terminó por sepultar los anhelos de justicia para el campo con la ridícula modificación al capítulo agropecuario del tratado de libre comercio que desde su origen solo lastima a los productores mexicanos.

    Aunque los efectos de la crisis en el campo se resintieron más en los gobiernos del PAN y en el periodo de Peña Nieto, hoy estamos en una condición similar que es consecuencia de esa política muy propia de la derecha. Acabar con la inercia resultaría imposible en un solo sexenio, pero bien pueden sentarse las bases para erradicarla si se apuesta por la soberanía alimentaria que, por cierto, en el discurso hasta la derecha pregona, pero en la acción ha sido todo lo contrario. La enorme diferencia con el gobierno actual y que me parece un acierto desde mi posición como parte de un movimiento campesino, es que López Obrador se atrevió a decretar la prohibición del glifosato y a la prohibición de la importación del maíz.

    No es un tema menor, esa decisión de Andrés Manuel hace un poco de justicia (pero justicia al fin) a las demandas eternas de nuestro movimiento, no solo evidencia que el Estado es quien debe poseer la rectoría sobre la política pública, también hace evidente (incluso) a quiénes desde su propio movimiento, traicionan al campo como es el caso de Ricardo Monreal y uno que otro senador de la república.

    Tal como sucede con el maíz, ahora es el café mexicano el que se unirá al debate en torno a las medidas que se deben adoptar para reivindicar su importancia económica y cultural. Por esa razón, resultan hasta absurdas las declaraciones del presidente del Consejo Nacional Agropecuario que minimiza los efectos del cambio climático y que además propone que se deben hacer nuevas variedades genéticamente modificadas para que la producción tenga un mayor rendimiento. Es decir, nuevamente basan la apuesta sobre los beneficios económicos dejando de lado la salud y el bienestar de los campesinos. Nuestro país no ha dejado de ser una potencia en la producción de café, sin embargo ha bajado su posición en el ranking mundial y no precisamente a consecuencia de las prácticas en la producción en tanto que muchas de ellas mantienen su vocación artesanal, lo cierto es que han sido los consejos reguladores y los intereses de transnacionales como Nestle, así como los funcionarios corruptos, los causantes de que el café mexicano no desarrolle el potencial que llegó a tener hace un par de décadas.

    En conjunto todo esto lleva a cuestionar de manera enérgica las razones por las cuáles muchos de los movimientos campesinos que han dedicado parte de su lucha contra Nestle o Monsanto, hoy hagan mutis en el mejor de los casos, lo peor es que otros están más preocupados por los acontecimientos políticos y la sobrevivencia política sin reparar en las graves consecuencias de aliarse a los principales promotores de estas transnacionales que por cierto son los mismos de siempre. 

    Es claro que debe de mantenerse una postura crítica al gobierno de AMLO, pero esa postura no debe abandonar la objetividad, los errores del actual gobierno en el ámbito agropecuario están claros y hay que señalarlos en su justa dimensión, pero esa misma objetividad nos obliga a dejar de lado posiciones mezquinas y reconocer que Andrés Manuel ha sido capaz de empezar por lo primero que ocupa el campo: evitar a toda costa que los transgénicos y la importación sigan ganando terreno frente a la producción nacional. Falta mucho por hacer e insisto, se han cometido errores, pero es más error negar que este es un acierto y que, como colectivos debiéramos respaldar la disposición decretada desde Palacio Nacional.

  • Y ahora el maíz transgénico

    Y ahora el maíz transgénico

    El Consejo Nacional Agropecuario, muy fiel a su costumbre de fabricar escenarios catastróficos cuando ve en riesgo sus intereses económicos por alguna iniciativa o decreto, nuevamente recurre al discurso alarmista que augura penas y hambruna para la población de aprobarse las medidas impulsadas por el actual gobierno en el tema del maíz transgénico.

    Al igual que la discusión sobre la prohibición del glifosato, no es de extrañarse la mentira vil con la que tratan de argumentar la defensa de este cancerígeno igual que lo hacen actualmente en contra de la prohibición de las importaciones de maíz transgénico propuesta por AMLO a partir de 2024. Ahora sale el CNA con una mentira más que trata de esconder su verdadera preocupación, argumentado que dicha prohibición siginifacría el fin del 42% del PIB alimentario y que esto afectaría a las familias mexicanas porque la disminución del grano obligaría a incrementar el porcentaje de impotación que por cierto, ha alcanzado sus niveles máximos por un claro estancamiento en la producción desde los gobiernos de Felipe Calderón y Vicente Fox, y sí, esa tendencia hasta ahora, no se ha podido revertir por más que el gobierno de López Obrador insista en priorizar la soberanía alimentaria.

    Juan Cortina Gallardo, presidente del CNA vuelve a operar con sus cabilderos y utiliza los medios de comunicación a su alcance para vaticinar (avalado por “especialistas”) que la prohibición impactaría en la inflación, lastimando los bolsillos del consumidor; además miente al asegurar que el uso de maíz transgénico no genera riesgos para la salud aún y cuando invesigaciones del Instituto de Ecología de la UNAM han demostrado científicamente los daños potenciales que ocasiona para la salud como el cáncer, las malformaciones congénitas y los abortos espontáneos. Pero al igual que en el tema del glifosato, no sólo causa preocupación que el decreto de López Obrador se enfrente a la oposición de los operadores de Monsanto, sino que haya senadores de MORENA como Ricardo Monreal que avalen la posición del CNA sin que les importe en lo más mínimo ni la soberanía alimentaria ni la salud de los consumidores.

    A pesar de la enorme riqueza biocultural del maíz y lo que representa en la cultura mexicana, tanto para el consumo humano como para el consumo no humano, hoy se pretende someterlo nuevamente a los intereses económicos que optan por continuar bajo la política de importación, principalmente proveniente de los Estados Unidos que actualmente ronda más de los 20 millones de toneladas importadas. Esta práctica pudiera revertirse si la política pública se encamina a la prohibición total del maíz transgénico reconociendo que las variedades nativas poseen propiedades con capacidad probada para satisfacer la necesidad alimenticia, lo que reduciría los efectos nocivos del transgénico. Sin embargo, como ha sucedido desde la aparición del modelo neoliberal, las transnacionales han encontrado en las cámaras tanto de diputados como de senadores, importantes aliados que terminan doblegándose ante ellas sin recato alguno.

    Es completamente cierto que la actual demanda de maíz no logra cubrirse con la producción nacional, pero también es cierto que la causa ha sido el abandono del sector agrícola y que lejos nos encontramos de solucionarlo, es decir, difícilmente podría lograrse en el corto plazo, sin embargo el principal problema era comenzar con la prohibición y para ello, el decreto presidencial, por supuesto que constituye el primer avance, pero este ahora se ve en riesgo por la absurda postura de Monreal y varios de sus correligionarios. No obstante, toca ahora a colectivos presionar en la cámara de senadores para que no se concrete este nuevo atentado a la salud de los consumidores.

    Monreal marca su destino al ponerse al servicio del CNA y Monsanto, al menos la postura de la CODUC como organización campesina es clara: defenderemos la soberanía alimentaria a toda costa y eso implica primeramente oponernos a quiénes hoy defienden el maíz transgénico. Si esa es la ruta que habrá de seguir el senador traicionando a AMLO, en el pecado llevará la penitencia.

  • ¿Quien ganó en la marcha?

    ¿Quien ganó en la marcha?

    En el contexto de la marcha de respaldo al INE, apelando a la objetividad le pregunté a varios personajes, cuantos asistentes calculaban que habrían asistido. La respuesta que recibí me extrañó, tanto de un bando como de otro y con desánimo debo manifestar que ni uno ni otro se acerca para nada a la realidad. 

    Verdaderamente me resulta por demás absurdo que las versiones o “la guerra de cifras” no solo sea tan dispar, sino que además parezca lo realmente importante. Me desanima porque no comprendo la razón de aferrarse a reducir el éxito o fracaso de la marcha a los números, sobre todo cuando en ambos lados, estos números sean fantasiosos por decir lo menos.

    Para empezar no se puede tapar el sol con un dedo, la marcha evidentemente fue copiosa a pesar de las voces que auguraban un fracaso, pero esas mismas voces se rehusaron desde antes de la marcha a preveer que la participación sería considerable pues los organizadores contaban con suficientes recursos para garantizar el aforo. Por eso insisto en que el tema de fondo no son los números sino los efectos y consecuencias de la movilización. O sea, ¿Quién gana, quien pierde y qué sigue?

    Respondo a este cuestionamiento con una aseveración que para muchos parecerá una locura: el ganador de esta nutrida movilización es López Obrador y expondré mis razones que al tiempo, quizá puedan encontrar razón.

    • Nadie rechaza el derecho a la libre manifestación. Los manifestantes no encontraron un solo elemento que obstaculizara su tránsito como sí sucedió en las grandes movilizaciones de colectivos democráticos desde hace décadas.
    • Es legítimo el acarreo de asistentes como mecanismo para hacerlos llegar, sin embargo, poca fue la sociedad que se organizó para asistir a un reclamo que les parece genuino, más bien prevaleció la operación de los grupos de la oposición. No discutiré lo auténtico de la movilización, pero lejos está de parecerse a movilizaciones como la de 1988, 1994 o 2006.
    • La consigna de “el INE no se toca” construye una narrativa vacía que no discute los puntos de la reforma, se opone pero no propone. Es más, no hace referencia a un solo punto de la reforma planteada por el ejecutivo.
    • En una dictadura es impensable la falta de fuerza pública para inhibir la asistencia o reprimir la marcha, ¿Dónde está la dictadura de AMLO entonces? Algunos dirán que incidió en la Comisión Ambiental, pero eso es una falacia.

    Es López Obrador el principal beneficiado de esta movilización, demostró que la única manera que puede encontrar la oposición para hacerle frente, es mediante el derroche de recursos y no en el debate de las ideas. Demostró que a la clase política que dañó a este país, les faltan liderazgos con verdadero respaldo ciudadano como el que si posee el tabasqueño. No solo eso, deja en evidencia que el aglutinamiento de fuerzas disímbolas a las que poco les interesa la democracia o el INE, únicamente los une el odio hacia el tabasqueño por arrebatarles el poder.

    Sin embargo, los simpatizantes de López Obrador, lejos de mantener la narrativa del fracaso de la marcha, lo que deberían de hacer, es optar por la autocrítica y celebrar que haya sido una afluencia considerable, pues en una democracia como la nuestra que hoy enfrenta el debate entre la continuidad o el regreso al pasado, lo necesario es enaltecer la garantía de expresarse libremente, se esté de acuerdo o no con las motivaciones. De hecho, paradójicamente, a más asistentes, más elementos tiene AMLO para legitimar su gobierno, pues hubiera resultado catastrófico cualquier acto de represión por mínimo que fuera. Ojo, la descalificación hacia la marcha tampoco es precisamente sana, lo que se reprocha son las motivaciones de los convocantes y estas para nada tienen que ver con el INE. 

    En lo personal me manifiesto a favor de la reforma, pues el INE ha carecido de lo que en esencia le dio vida. Ugalde y Lorenzo Córdova no son para nada garantes de la imparcialidad y la certeza con la que debe conducirse el Instituto, ni Woldenberg lo fue aunque ha sido lo menos “peorsito” pero no se trata de reducir los problemas del Instituto a los personajes, se trata de revisar la actuación y lo que debiera ser más importante: que realmente responda a lo que necesita el país, un instituto garante de la democracia bajo sus principios rectores.

    Por cierto, un buen ejercicio para los que dicen defender al INE, sería que consultaran la opinión de los titulares de los Organismos Públicos Locales de los Estados acerca de la reforma. Actualmente los OPL lejos están de ser autónomos, sin excepción, se encuentran sometidos al INE de diversas formas, una de ellas es la abultada nómina engrosada por asesores “recomendados” de Lorenzo Córdova y Ciro Murayama. Para muestra varios de los consejeros y asesores del IECDMX.

    Con esta marcha ganó López Obrador y no, no se trata de una filia, sino de una valoración que trata de ir más allá de las visiones reduccionistas que creen que lo importante fue el aforo, dejando de lado lo realmente importante que es el efecto. La reforma avanzará evidentemente con modificaciones y quizá sean mínimas, pero al final de cuentas, nuevamente AMLO declarará el resultado (sea cual fuere) como necesario y de beneficio para la democracia y como un logro de su gobierno.

  • La falsedad del Consejo Nacional Agropecuario

    La falsedad del Consejo Nacional Agropecuario

    La desesperación ha llegado a lo máximo en el Consejo Nacional Agropecuario con la discusión pendiente en el Senado de la República sobre la prohibición del glifosato, pues abiertamente, se manifiesta y opera a favor del uso de este herbicida. No es para menos, el CNA no representa los intereses del campo mexicano ni mucho menos los de los campesinos; se trata de un organismo al servicio del Consejo Coordinador Empresarial y de las transnacionales que vela por beneficios económicos sin que les importe en lo más mínimo, la salud, el campo o el medio ambiente.

    A pesar de las evidencias científicas, producto de estudios independientes como los realizados por la Organización Mundial de la Salud (OMS) o la Agencia Internacional para la Investigación sobre el Cáncer (IARC) que demuestran la peligrosidad del agrotóxico por su contenido cancerígeno, el CNA niega los resultados y no sólo eso, afirma que no existen alternativas para reemplazarlo acusando que la iniciativa impulsada por López Obrador es ambigua. Por esa razón, se ha visto en las últimas semanas a operadores del poderoso MONSANTO en los pasillos del Senado, cabildeando intensamente para frenar el dictamen que, de aprobarse como está estructurado, representaría un verdadero acto de justicia ambiental. No hay que perder de vista que MONSANTO es el principal opositor a la iniciativa, dadas las cuantiosas ganancias que le genera la patente y el uso de este compuesto organofosfarado, al que ha logrado insertar, además de la agricultura a gran escala, en la jardinería de las casas o la agricultura urbana.

    Pero la postura del Consejo Nacional Agropecuario y su operación para comprar conciencias en el poder legislativo no es nada nuevo, para nadie han pasado inadvertidas las sumas millonarias que destinan para tal efecto. Tanto el CNA como el Consejo Coordinador Empresarial operan de esa forma, cada que ven la posibilidad de que una iniciativa les afecte de manera directa en lo que realmente les importa que es el beneficio económico. Así quedó demostrado en la reciente Reforma Eléctrica que lograron detener desde el Congreso. Aquí el problema no radica en la postura, insistimos en que defienden sus intereses, sin embargo lo preocupante está en lo que parece ser una posición endeble de algunos senadores de MORENA que parecieran no entender los impactos positivos que pudiera significar para la salud y para el medio ambiente la aprobación. Nuevamente, como hemos señalado en reiteradas ocasiones, persisten los despistados morenistas que van en sentido contrario a lo que se supone es la Cuarta Transformación.

    Por cierto, el Consejo Nacional Agropecuario, que no representa a un solo campesino de este país, ha hecho un par de señalamientos que por su ridiculez vale la pena mencionar: 1. La iniciativa es “ambigua y con profundo desconocimiento del tema” y 2. Posee un enfoque “ideológico y prohibicionista”. Para empezar, mis compañeros campesinos de la CODUC ofrecen al CNA un curso intensivo sobre cómo proteger el sistema agrícola sin el uso de transgénicos y agrotóxicos, así podrán constatar que, ni es ambigua ni tiene desconocimiento, ¡al contrario! Garantiza la salud y la preservación del ambiente. Por otra parte, efectivamente tiene es prohibicionista y con un enfoque ideológico. De eso se trata, de prohibirlo en su totalidad por los riesgos que representa. Por cierto, ¿de cuando acá la lucha en contra de la transgresión al orden natural dejó de ser ideológica? 

    Estando así las cosas y retomando la frase de AMLO de “fuera máscaras”, de una vez que vaya quedando claro, qué senadores de MORENA están dispuestos a traicionar al campo mexicano poniéndose de lado del brazo ejecutor de las políticas neoliberales aglutinados en el CNA y en el CEE cuando fueron ellos cómplices de quiénes acabaron con el agro. Por lo menos para que, en aras de los procesos electorales que se vienen, sepamos exactamente quiénes, tanto en el Senado como en la SADER, se oponen a uno de los más grandes logros del ambientalismo. Hay que estar atentos.

    Para acabarla de amolar

    “Rateros, ladrones, corruptos. A marchar todos, día 13, ahí nos vemos”… Así convocó vía twitter Vicente Fox a la famosa marcha que impulsa la oposición para “defender al INE”. No hay que ser muy ingenioso para imaginar el derroche de recursos que destinarán para nutrir la movilización, el acarreo pues (practica recurrente de todos, incluido MORENA). Por lo tanto, no es el aforo lo que habrá de evaluarse, sino realmente cómo percibe la ciudadanía a la Reforma Electoral y su percepción de la marcha. Dicho sea de paso, si debemos defender al INE, pues desde que terminó la gestión de Woldenberg, con todo y sus asegunes, el instituto cayó en decadencia desde la gestión del grisáceo empleado de Elba Esther Gordillo. Defendamos al INE pero de los que hoy lo tienen secuestrado, entre otros, Lorenzo Córdova y Ciro Murayama.

  • Talento para mentir

    Talento para mentir

    Felipe Calderón me parece el personaje más cínico en la vida política de nuestro país, militarizó al país durante su sexenio y hoy se manifiesta en contra de la presencia de las fuerzas armadas en tareas de seguridad.

    Sumergió a la nación entera en un clima de violencia nunca antes visto y hoy habla de la crisis de inseguridad; impulsó una supuesta guerra contra el narco y hoy es parte de las voces que acusan (sin prueba alguna) nexos de AMLO con el cártel de Sinaloa.

    Sus políticas económicas afectaron de manera significativa a la población y su gestión resultó incapaz de resolver una sola de las demandas con causa social.Por ejemplo en el sector campesino, de la misma manera en que su antecesor Vicente Fox, hizo todo lo posible por desmantelar el aparato estatal dejando al agro a merced del modelo neoliberal y no sólo mantuvo la continuidad y avance de las empresas transnacionales, terminó por consolidarlas en el marco legal.

    Calderón Hinojosa, en su era, tuvo un sello característico: ordenó la vinculación de las empresas privadas con la clase política para beneficiarse en dos planos, el económico y el electoral. La estrategia empleada por Calderón durante su mandato consistió en dividir y corromper al movimiento campesino creando numerosos membretes que acaparaban los recursos destinados para el campo establecidos en programas sociales.

    Incluso en la Ciudad de México, aparecían organizaciones pseudo campesinas que se beneficiaban de esos programas sin que jamás llegaran a uno solo de los núcleos agrarios de la capital.Con Calderón la economía popular recibió golpes trascendentales como el famoso “tortillazo” de inicios de su sexenio que no hizo más que evidenciar lo endeble de su gobierno en todas las áreas y cuyo resultado, a pesar de la demagogia empleada y el uso reiterado de un discurso por demás populista, culminó con la legitimización del gobierno federal al alza en los precios de la tortilla, pactando con las empresas acaparadoras de siempre como MINSA, BIMBO y con la complacencia del Consejo Nacional Agropecuario, o sea con los privilegiados, dejando desprotegido y en completa exclusión al campesino de a pie.

    De hecho, en aquel entonces, solo la Confederación Nacional Campesina fue reconocida con interlocución con el movimiento campesino. Nada raro tratándose de la huella priísta que siempre transitó en los gobiernos blanquiazules.Para nadie es un secreto que, durante el calderonismo, el “tortillazo” fue el precedente de la crisis alimentaria que vio el encarecimiento de la canasta básica que creció al menos en un 65% y que obligó a Calderón a presentar un plan de liberación de gravámenes para la importación de arroz, maíz, soya, trigo y sorgo a sabiendas que medidas de esa naturaleza, terminarían a la larga agudizando la crisis alimentaria.

    No quedó hasta ahí, incluso llegó a implementar burdos programas asistencialistas que sostenían que con 7.8 pesos diarios, una familia de cinco integrantes tendría oportunidad de comer arroz, frijol y totilla ¡Dos veces al día!El caso es que el amasiato de Calderón con las empresas dejó en claro el menosprecio al sector campesino que en la actualidad sigue padeciendo las consecuencias de las políticas neoliberales características de su mandato.

    Por esa razón hoy llama la atención el cinismo con el que señala Felipe Calderón las políticas actuales y sí, tiene razón, para mentir se necesita talento, para ser cínico, también. Pero bueno, el cinismo calderonista y la mentira no asombran, lo que asombra es la desmemoria de algunos, pues a pesar de la evidencia que nos otorga la historia, hoy existen organizaciones campesinas que traicionan sus causas y tradiciones para sumarse a movimientos identificados con el PAN.

    Felipe Calderón excede de manera inexplicable su nivel de cinismo, sobre todo con las declaraciones recientes del secretario de gobernación sobre una posible investigación o denuncia en La Haya. Salta la duda, o está libre de toda acción que lo vincule con García Luna y sus nexos con el narco o de plano no le queda más remedio que “echarse para adelante” como Alito para no desdibujar sus pretenciones políticas (o las de Margarita) antes de tiempo.

    Opto por la segunda con la esperanza de que la justicia llegue para los miles de muertos inocentes durante la guerra contra el narco.

    Para acabarla de amolar

    Salinas Pliego es todo un fanfarrón al que no le quedó más remedio que pagar en abonos chiquitos para pagar poquito sus impuestos. Este tenaz delincuente fiscal, cuyo origen de su fortuna ha sido más que documentado, arremete de manera grosera contra aquellos que evidenciaron sus mecanismos para evadir al fisco.

    Entre expresiones vulgares trata de ocultar la profunda molestia que le ocasiona haber pagado 2 mil 772 millones de pesos (y sigue adeudando otros 31 mil millones).

    El caso es que, tanto los simpatizantes de la Cuarta Transformación como los opositores al régimen, deberían de reconocer que este es un triunfo claro con nombre y apellido, mismo que terminó siendo temible en el SAT y que hoy tiene muy nerviosos a varios.

  • CDMX, ¿bastión de la izquierda?

    CDMX, ¿bastión de la izquierda?

    Pareciera ser que la oposición de nuestro país se encuentra completamente echa bolas, o bien comienzan a resignarse dada su incapacidad de articular un movimiento unitario en el ámbito electoral o de plano, cada partido terminó cayendo en la cuenta que sólo les resta definir estrategias que cuando menos les permita mantener una presencia digna en la cámara de diputados capaz de hacer contrapeso a MORENA después de la elección de 2024. Mientras el PAN tiene claro que es la única fuerza real opositora en la que se aglutinarán varios de los enemigos de López Obrador, en Movimiento Ciudadano tratarán de sortear el proceso con la misma lógica que han utilizado hasta ahora y que les ha dado representación importante. El PRI no tiene más que aminorar la desbandada aunque poco podrán hacer por detener la estrepitosa caída atribuible a Alito Moreno y el PRD, desgraciadamente (como todo indica) perderá su registro.

    Pero aún estando así las cosas, si se analiza desde un punto de vista objetivo, habría que reconocer que la oposición si está valorando un aspecto que probablemente MORENA esté dejando peligrosamente de lado y se trata nada más y nada menos que la elección de la Ciudad de México. Este tema es de suma relevancia, pues por más que los liderazgos morenistas en la capital quieran tapar el sol con un dedo, en honor a la verdad, más que madruguete o albazo, las aspirantes de la oposición que comenzaron a hacer públicas sus intenciones de contender para gobernar la capital, lo hicieron en buen momento. Por supuesto que las figuras de Kenia López, Xóchitl Gálvez o Sandra Cuevas, lejos están de representar un proyecto de ciudad acorde a lo que requiere la capital con toda su versatilidad y complejidades, pero lo que no se debe dejar de lado, es que está ciudad vivió hace poco más de un año, un proceso electoral que modificó por mucho la hegemonía con la que gozó el PRD en su momento y posteriormente MORENA.

    Quizá el principal problema del morenismo capitalino sea el de circunscribir las actividades del partido a la agenda de gobierno y a la figura de López Obrador, pero esto no sugiere que las acciones emprendidas por Claudia Sheinbaum sean malas, todo lo contrario, su gobierno ha consolidado la visión de la izquierda haciendo de la capital una ciudad de derechos más que de leyes. Sin embargo, lo que no se coloca por parte de MORENA en el centro de atención, son las alcaldías en las que el desempeño ha sido pobre. Esto se convierte en un verdadero problema que pudiera resolverse si los cacicazgos hicieran a un lado la soberbia y comenzaran por articular a quienes se identifican con la cuarta transformación.

    Si se realizara un ejercicio de autocrítica, se debería de considerar en su justa dimensión las verdaderas razones por las que se perdieron en 2021 Alcaldías clave como la Cuauhtémoc o Tlalpan y, por supuesto que éstas no se debieron al carisma o trabajo político de las hoy alcaldesas, sino a la incapacidad de MORENA de anteponer el proyecto por encima de los intereses de grupo. Y, aunque los niveles de aceptación de estos dos casos se encuentran por debajo de lo “decoroso”, la realidad es que defenderán esos territorios haciéndose valer de todo lo que se pueda, sea legal o no.

    Existen voces que tratan de minimizar esta situación y que suelen irse con la finta de que la ciudad se ganará caminando dado que el resultado electoral de la presidencia arrastrará el capitalino, pero esta es una visión sumamente reduccionista, la experiencia vivida en el 2021 debería de ser el parámetro para ir midiendo a los posibles contendientes emanados de MORENA y los alcances que se pueden lograr. Ojalá que las ya pocas, pero significativas fuerzas progresistas de esta ciudad, comiencen a articularse en torno a un proyecto plural e incluyente que discuta lo verdaderamente importante y que es blindar a la CDMX  regresándola a la calidad de bastión de la izquierda. No hacerlo, sería tanto como quedarse al margen del proceso y, para como están las cosas, un triunfo de la derecha sería un fracaso y un retroceso que no se puede permitir.

    Se puede cuestionar todo a la oposición y argumentos sobran, pero en este caso, pareciera un acierto haberse adelantado, por eso MORENA está obligado a operar desde ya con la ciudadanía y con la militancia, quiénes pudieran ser los próximos abanderados.  

    Para acabarla de amolar.

    Adán Augusto López anda de arriba para abajo en plena operación política y nadie puede decirse sorprendido de las capacidades del Secretario de Gobernación, en cuanto a generar canales de diálogo para lograr su cometido, (en este caso el cabildeo con los congresos estatales respecto a la permanencia de las Fuerzas Armadas en las calles); tampoco sorprenden sus “modos” muy tabasqueños para generar polémica; ya durante su comparecencia dejó en mal las recriminaciones de la oposición en el senado y, en esta semana le tocó un “llegue” al gobernador Enrique Alfaro. A este distinguido militante de MC no le bastó con ser exhibido por el titular de la SEGOB, todavía creyó viable publicar un video en redes sociales con sobrada molestia para desmentir al tabasqueño. Alguien por favor debiera decirle al gobernador jalisciense que “a confesión de parte, relevo de pruebas”.

  • La jauría

    La jauría

    Entre las pésimas e históricas características y costumbres de la administración pública, suelen destacar las pugnas y disputas entre servidores públicos, ya sea por escalar en los cargos, permanecer en ellos hasta perpetuarse o, como ya es una costumbre, por aspirar a convertirse en los sucesores. Si bien no es una practica que se reduzca exclusivamente a gobiernos emanados de un partido en particular, cuando menos en la izquierda si ha sido uno de sus principales problemas desde que esta accedió al poder.

    Por ejemplo en la Ciudad de México donde el PRD accedió al Gobierno de la Ciudad en 1997 y, posteriormente en la elección democrática de Jefes Delegacionales hacia el año 2000, connotados compañeros de lucha figuraron en los principales cargos, tanto de elección popular como para ocupar las estructuras de gobierno. 

    Por supuesto que varios de ellos poseían las cualidades necesarias para ser designados en lugares clave, ya sea por trayectoria, perfil o capacidad, pero esto no era precisamente la constante; se contaban por cientos los espacios nombrados para darle juego a las fuerzas políticas dentro del perredismo de aquel entonces cuyos cuadros carecían del perfil para realizar una labor destacable, o peor aún, eran designados bajo el deplorable sello del nepotismo. 

    Esta constante a la hora de definir los espacios, sin duda trajo consecuencias negativas palpables que obligaban a los electores capitalinos a mostrar su rechazo al perredismo con una peculiaridad: mientras que, en los gobiernos de Cárdenas, López Obrador, Ebrard, incluso el de Miguel Ángel Mancera, se alcanzaban transformaciones importantes para la CDMX, lo cierto es que, en muchas de las hoy Alcaldías y las diputaciones locales, la izquierda quedaba mucho a deber, luego entonces, las razones de la ciudadanía para castigar al perredismo en las urnas sobraban: falta de resultados, nepotismo, corrupción, escándalos, etc.

    A dichas razones se sumaban las pugnas internas que no sólo quedaban en el interior del PRD, sino que se trasladaban a la administración pública gracias a la fallida lógica de querer circunscribir las actividades partidistas a las acciones de gobierno; pero, aunque queda claro que estas no son las únicas causantes de la decadencia y debacle que disminuyó al PRD de tal manera que al día de hoy lo tienen al borde de la desaparición, lo real es que fueron parte fundamental, eso no se pone en duda.

    Esto lo mencionamos a colación de la renuncia de Tatiana Clouthier a la Secretaría de Economía y a las declaraciones que hace a Enrique Galván Ochoa de “La Jornada” en la entrevista telefónica que le concedió apenas un día después de la renuncia. Sin profundizar en las motivaciones y en los personajes a quienes dirige sus dichos, lo cierto es que ese señalamiento hecho por la sinaloense de que “una jauría rodea al presidente y no deja avanzar proyectos, le llevan mentiras” debiera ser motivo de reflexión. ¿A caso hay una mentira en los dichos de Tatiana? ¡Por supuesto que no! No se puede tapar el sol con un dedo y quien pretenda hacerlo, será porque precisamente sabe que tiene razón o se siente aludido.

    Y es que por más que se tratara de ocultar, lo evidente es que en todos los niveles existen funcionarios que lejos están de comprender lo que es la Cuarta Transformación planteada por el presidente y sobre todo, distan mucho de entender que los cargos públicos son una responsabilidad que se transmuta en otra trinchera de lucha, ¿para qué? Pues sencillamente para servir al pueblo y demostrar qué proyecto representa mayores beneficios a la sociedad, si el que representa la izquierda o el que se ha ejercido de manera reprobable en este país. Por esa razón, más que intentar caer en el juego de la oposición de sacar raja política de la dimisión de Tatiana, debería de ser un claro llamado de atención y, como ya se dijo, a la reflexión especialmente por ser ella quien lo señala, pues se trata de un personaje que a mi parecer, a pesar de la renuncia, mantiene lealtad a un proyecto, incluso más que a la persona.

    López Obrador expresó en el 2020 que Clouthier era una persona con principios, integra y honesta, hoy puede que el presidente tenga molestia por la renuncia, quizá (paradójicamente) por el reconocimiento y aprecio a su persona, pero con toda seguridad, en el fondo atesore la lealtad con la que ejerció sus responsabilidades desde la campaña electoral. 

    A este gobierno le restan un par de años, aunque en el terreno electoral y con las elecciones en puerta de 2023 y 2024, el tiempo será más corto. Quedan temas pendientes que sin duda son trascendentales y reformas que, por su vocación, son esenciales como la electoral. Ojalá que la dimisión de Tatiana tenga como consecuencia el reagrupamiento de los verdaderos compañeros de lucha del presidente para defender el proyecto y darle continuidad más allá de este sexenio, pero, al menos al día de hoy, y, contrario a los planteamientos genuinos de AMLO, la jauría que rodea al presidente y no deja avanzar proyectos (cualquiera que estos sean en beneficio de todos) parecieran ir ganando terreno.

    Para acabarla de amolar

    En los documentos filtrados por la dichosa guacamaya, fueron circulando en whatsapp textos en formato pdf fechados el 9 de agosto de 2022 con el titulo “Cuatro campos del poder Ciudad de México”.  El campo social menciona una serie de organizaciones de distinta índole en las que aparece identificado parte del movimiento campesino. Es cierto que hasta 2019, previo a la pandemia, había un esfuerzo unitario de organizaciones campesinas bajo el nombre de Frente Auténtico del Campo en el que participaban la CODUC, el MST, CIOAC y la UNTA; lo curioso es que los datos, fotografías de los liderazgos principales y nombres, así como el total de las organizaciones que conformaban el FAC, son completamente erróneos.

    Probablemente en el imaginario colectivo, nadie duda del hackeo que sufrió la SEDENA, aunque oficialmente prevalezca la duda, pero, lo evidente, es que ese archivo fue completamente manoseado; o los autores de la filtración carecían de los datos precisos empezando por la fecha, o de plano sólo lo hicieron al aventón. Si en el plano campesino así de equivocados andan, ¿cómo estará la demás información?

  • El freno a la inflación

    El freno a la inflación

    Por supuesto que la crisis económica por la que atravesamos hace más que necesario impulsar un pacto para reducir el precio máximo promedio de la canasta básica y evidentemente que esta medida, impulsada por el gobierno federal, se encamina a poner un freno contundente a la inflación para que se aminoren los efectos de dicha crisis en los bolsillos de los mexicanos que aún recienten los estragos que dejó tras de sí la terrible pandemia que vino a transformar la vida de la sociedad.

    Más allá de cualquier posición política, lo destacable es que se preserven los subsidios otorgados por la administración lópezobradorista a los ya de por sí altos costos en la electricidad y los combustibles, además del congelamiento a las tarifas de autopistas concesionadas, iniciativas que se suman al incremento necesario al salario mínimo para 2023 y que forman parte de la estrategia planteada en el paquete contra la inflación y carestía dado a conocer en mayo. 

    Resulta entendible que esta estrategia en el marco del Apecic (Acuerdo de Apertura contra la Inflación y la Carestía) lo suscriban 15 empresas entre las que destacan Wal Mart, Chedraui, Grupo Gruma – Maseca, Minsa, y Bachoco, entre otros, por estar ligadas al sector; sin embargo, para los campesinos de este país, particularmente los productores de cero a veinte hectáreas, esta estrategia puede augurar un escenario poco favorable, en tanto que se desdeñan espacios de participación ciudadana en los que se abra el debate y se les tome en cuenta para ser partícipes del diseño de la política pública para el campo.

    No sólo eso, si bien no se soslaya en la importancia de un acuerdo de esta naturaleza, este tiende a ser insuficiente si no se acompaña de un presupuesto digno para el campo que no precisamente significa un incremento, sino lo que hemos demandado por décadas y que no es otra cosa que la reorientación del gasto público para el sector que frene la voracidad de muchas de las empresas que hoy suscriben el pacto.

    Desde el movimiento campesino, particularmente el aglutinado en la CODUC, podemos citar un claro ejemplo, nuestra reiterada demanda contra el peñanietismo que, de manera descarada y a costa del erario financió con miles de millones de pesos (a fondo perdido) a empresarios allegados a gobernadores, como es el caso de Jesús Vizcara de SuKarne. Basta con revisar los informes de la Auditoría Superior de la Federación que muestran la manera en que estos proyectos, no sólo resultaron un fracaso y estuvieron marcados bajo el signo de la corrupción, sino que además afectaron el presupuesto destinado para el campesino de a pie.

    Por supuesto que la crítica no puede quedar hasta ahí, si nos apegamos a la objetividad, también se debe reconocer que las propias organizaciones campesinas, en muchos casos fueron abandonando sus causas para ajustarse a los programas clientelares y su uso corporativista que terminó restándoles autoridad moral y que a la postre sólo benefició a las grandes transnacionales. Sería faltar a la verdad el rechazar que esa práctica significó cuantiosas ganancias a algunos líderes, tanto en el aspecto económico como el político.

    Pero más allá de la crítica hacia quiénes hoy suscriben el acuerdo y la autocrítica necesaria para quiénes conformamos parte del movimiento campesino, hoy lo necesario es ampliar ese pacto y tomar en cuenta las aportaciones que puede generar el movimiento. No se trata de manifestarse en contra de un acuerdo cuya esencia es la lucha contra la inflación, tampoco de restarle legitimidad, sino de trabajar en conjunto para que en este país logremos la tan anhelada autosuficiencia y soberanía alimentaria.

    Por esa razón y contrario a los malos augurios de los intelectuales y analistas financieros, este acuerdo puede alcanzar dimensiones favorables para todos los sectores si, bajo la rectoría del Estado, se determinan las bases para que todas las voces sean escuchadas y tomadas en cuenta. 

    Para acabarla de amolar

    Durante la marcha del 2 de octubre del pasado domingo, presencié las manifestaciones de rechazo por la presencia de la politóloga Denisse Dresser. Siendo parte dirigente del movimiento campesino, reivindico el derecho de cualquier persona a manifestarse, esté o no de acuerdo con su ideología, pero en este caso, hay una duda que me acompaña desde ese día y que, al leer la columna de la politóloga publicada en el periódico Reforma, poco a poco se me fue disipando: ¿Cuales fueron las verdaderas motivaciones de Denise Dresser para asistir a la marcha a sabiendas de que se encontraría con inconformes que la increparían? Por más que no quiere uno pensar mal, su asistencia, más que una muestra de identidad y solidaridad con el 68, parece provocación. 

  • La desproporción emocional del presidente

    La desproporción emocional del presidente

    Así de ese tamaño fue la expresión utilizada por Dante Delgado al ser entrevistado por Ciro Gómez Leyva para referirse a Andrés Manuel López Obrador con motivo de la reciente discusión sobre la guardia nacional. En el terreno de las descalificaciones y la verborrea que acompaña a los personajes políticos aglutinados en “la oposición”, una expresión de esta naturaleza podría ser cualquier cosa al calor del momento, pero no, en lo absoluto queda como una expresión más de un opositor, si se analizan a fondo varios factores, en un futuro cercano constataremos que trae consigo la estrategia de construir una narrativa que haga ver a Andrés como un loco.

    Bueno, de entrada, el presidente al menos en el imaginario de la oposición, si que está loco, acabar de esa forma con el régimen de privilegios de los que gozaban los lastres del sistema (políticos, empresarios, intelectuales, periodistas, etc.) no podría darse en una persona cuerda, sino en un desequilibrado mental incapaz de respetar a la oligarquía. Pero más allá de ese imaginario y lo simpático que resulta ver a la desenfrenada y desesperada oposición no hallar la manera de disminuir los adeptos del presidente, vayamos a lo serio: No es un tema menor los alcances que puede tener el uso sistemático de estas expresiones.

    Los dirigentes de los partidos analizan una y otra vez los elementos que constituyen su fracaso frente a Andrés. Electoralmente no son competitivos a pesar de las disputas en MORENA (que las hay); políticamente no ven frutos reales que se traduzcan en nuevos adeptos y por si fuera poco, sus alianzas parlamentarias sólo han tenido un par de logros significativos como la Reforma Eléctrica o el regreso a comisiones de la iniciativa de Reforma de la Guardia Nacional. Pero la verdadera alianza, la que realmente les importa que es la electoral, no sólo se tambaleó, prácticamente feneció y ni por donde puedan nuevamente reorganizarse. Pero este escenario no incluye a Dante Delgado precisamente, el veracruzano tiene más que claro el papel que debe jugar desde aquí hasta el 2024 y no es otra cosa que oscilar como una oposición a Andrés Manuel sin mezclarse con la otra oposición, salvo en coyunturas de carácter legislativo. Esta pose no es nada nuevo, de hecho, ha sido una de las principales características del actuar político de Dante Delgado, el ir anteponiendo lo que electoralmente le reditúe e incremente sus prerrogativas como partido, por encima de cualquier proyecto democrático o lo que signifique una alternativa para la sociedad. Por supuesto que es criticable el actuar del senador, pero nadie puede negar que le es efectivo; gobierna tres estados y municipios importantes entre los que destaca Monterrey, eso sin contar su presencia significativa en el congreso federal y en los locales. Es cierto, a Movimiento Ciudadano le reditúa más ir sólo en los procesos electorales dado el crecimiento que le representa, pero el mismo Delgado entiende que en las contiendas electorales de 2023 y 2024, esa realidad comenzará a cambiar en sentido negativo.

    Por esa razón Dante se encuentra ante la necesidad de actuar y ganar terreno frente al propio presidente, pero sabe que por la vía del debate abierto o el actuar de sus representantes populares poco obtendrá (de la actuación de los gobernadores de MC mejor ni hablemos). De ahí que peligrosamente comience a utilizar este tipo de expresiones cuyo objetivo es incidir en el imaginario colectivo para hacer ver a AMLO como loco, como un mandatario con desproporción emocional. Pero esta estrategia no sólo es de Dante; sumemos la publicación de Mario Di Constanzo en su cuenta de twitter: “Conozco bien al presidente, lo traté muy de cerca y mucho tiempo y les puedo asegurar que su estado mental no es el de antes”

    Tratándose de la oposición y la violencia desproporcionada a la que nos tienen acostumbrados, poco falta para ver un nuevo atentado a la inteligencia de la sociedad y, por muy descabellado que sonara, no asombraría que en los próximos días se vaya incrementando este tipo de señalamientos encaminándolos hacia supuestos “problemas mentales del presidente”. No olvidemos que uno de los principios en los que puede “faltar” el presidente de la nación es el “impedimento mental”. 

    Por su puesto que un escenario de tal naturaleza jamás se concretaría, pero utilizarlo como parte del discurso político, es de las últimas herramientas que le quedan a personajes tan detestables como Dante Delgado. A pesar de eso, poca mella harán en la opinión pública, está claro que Andrés se perfila para terminar la última etapa de su sexenio con la mayor aprobación de la historia del presidencialismo en México y con una oposición a la que se le acabó el tiempo.

    Para acabarla de amolar.

    Qué habilidad ha mostrado el Secretario de Gobernación en las últimas semanas, sobre todo cuando se trata de hacer frente a la oposición. No sólo es firme y contundente ante quiénes han querido exhibir fallas en el gobierno, tiene una gracia que genera empatía entre propios y extraños. Quizá por eso, muchos que anteriormente veían a Marcelo Ebrard como el único capaz de generar equilibrios entre las fuerzas políticas, comiencen a ver al responsable de la política interior como una alternativa real para la sucesión. Dicen los “analistas” (videntes del acontecer político) que todo está definido hacia la jefa de gobierno, pero… a más de uno, como que ya le entró la duda.  

  • Agua y demagogia

    Agua y demagogia

    Cualquier colectivo ambientalista que se mantenga fiel a sus principios y que actúe en torno a las causas que le dan vida, está obligado a levantar la voz de manera enérgica para exigir soluciones contundentes, medibles y verificables respecto a la crisis del agua. Basta ya de demagogia, ocurrencias y sobre todo aprovechamiento político de la situación alarmante sin propuestas reales que permitan identificar claramente las acciones a seguir y que éstas se reflejen en un manejo consciente y responsable del vital líquido.

    Académicos, intelectuales, políticos y pseudo ambientalistas se desviven en analizar las causas de la crisis hídrica. Todos coinciden en la importancia del vital líquido y en las consecuencias reales de que este recurso se acabe en un futuro muy cercano. Sin embargo, no se logran realizar acciones de corto plazo que vayan a la raíz del problema y que mitiguen los efectos del consumo irracional y la sobre explotación.

    Peor aún, a pesar de las graves afectaciones y el ejemplo que representa la situación reciente en Monterrey, ningún político ha colocado en su agenda resolver la problemática del agua como una de sus tareas principales. Esto es por demás aberrante, sobre todo cuando la evidencia muestra que las crisis alcanzarán niveles todavía más alarmantes. Monterrey en su experiencia reciente, requirió de la intervención del gobierno federal, ante la incapacidad del gobierno municipal y estatal de resolver la problemática.

    Pero, sin soslayar en sus responsabilidad y considerando que el 90% del tema agua es facultad del Gobierno Federal, hay dos grandes fallas de los gobiernos estatales y municipales: están por una parte el no hacer un diagnóstico, prospectiva y planeación, para su territorio y, en consecuencia, demandar al Gobierno Federal, las acciones pertinentes para no comprometer el desarrollo y la estabilidad social en sus demarcaciones y, por otra, en que históricamente sus organismos operadores de competencia directa (los servicios de agua y drenaje) se han visto como una caja chica de los gobernadores. Al fin y al cabo, pase lo que pase, siempre llega la CONAGUA a rescatarlos.

    Un dato interesante: No sólo la industria hace un uso excesivo del agua, primeramente lo hace la agricultura, mejor dicho la agroindustria que, para efectos prácticos, sigue las mismas prácticas de uso y manejo de agua que los industriales, situación que se agrava cuando según datos del Registro Público de Derecho del Agua de la CONAGUA, se extrae más agua de la autorizada por la propia dependencia. Aquí lo criticable es que las autoridades no han sido capaces de ejercer las acciones legales para sancionar a la agroindustria, pero no porque se carezca de un marco legal, una de dos: o los funcionarios responsables están coludidos o de plano la incapacidad es amplia.

    Por eso resulta patético que la crisis hídrica no deje de estar acompañada de la demagogia, si se revisan las plataformas de gobierno y los programas operativos anuales de gobiernos estatales y municipales, se verifica que los programas destinados para la infraestructura y uso y manejo de recursos hídricos son, por decir lo menos, insuficientes, caso similar sucede con el Gobierno Federal, al menos hasta las administraciones pasadas. Pero la cuestión aquí es destacar las razones por las cuales, no se implementan políticas públicas integrales que combatan esta crisis que pronto detonará en estallidos sociales sin precedentes.

    Por supuesto que una de esas razones es la corrupción que ha acompañado el otorgamiento de concesiones, sobre todo a las grandes transnacionales, pero existen otros como la ignorancia que permea en los funcionarios responsables de los sistemas de agua, véase la opacidad en el otorgamiento de concesiones desde el foxismo hasta Peña Nieto. No sólo eso, a la evidente inoperancia de las autoridades, hay que sumar la displicencia de los congresos estatales que poco contribuyen desde el ámbito legislativo para hacer más eficiente el marco jurídico y ajustarlo a las condiciones de cada entidad.

    En fin, resulta por demás incomprensible que, a pesar de los acontecimientos como el de Nuevo León, otras entidades dejen fuera de las prioridades el tema del agua. Quizá pueda comprenderse en los gobiernos que acaban de asumir el cargo este año, pero para nada les resta responsabilidad. Este tema debe tratarse en su justa dimensión y sobre todo prever los efectos negativos que puede llegar a alcanzar. Por ejemplo, para el caso de los campesinos, se debe comprender que toda crisis hídrica repercute primeramente en las actividades primarias, y, en consecuencia, detona otras problemáticas: las económicas y sociales, por ejemplo. 

    Es momento de hacer un alto inmediato, la crisis debe enfrentarse sin cortapisas y para esto no basta con recurrir a “los expertos” o a la demagogia política, se deben realizar trabajos en conjunto entre dependencias, congresos y colectivos para conformar un verdadero plan de acción, aunque afecte los intereses de las transnacionales. De lo contrario, estamos condenados a presenciar en menos de un año un estallido social que se presentará en varias entidades, sobre todo del norte del país. Si los políticos no son capaces de satisfacer esta necesidad, abramos paso a la sociedad civil organizada.