Categoría: Luis Tovar

  • PRIAN, la verdadera sobrerrepresentación

    PRIAN, la verdadera sobrerrepresentación

    La frase “todo depende del cristal con que se mire” bien puede ser utilizada en este tema de la sobrerrepresentación que ha generado un debate interesante entre las fuerzas políticas del país y los “analistas políticos” que vienen apareciendo a diario desde que López Obrador alcanzó la presidencia de la República. La cuestión aquí es simple y poco margen de discusión habría sin tan solo nos remitiéramos a lo fundamental, es decir, a lo que está plasmado en la Constitución Política y no a la necesidad del bloque opositor de hacerse de más curules como la única vía para poder regatearle a la Cuarta Transformación el dichoso plan C por el que realmente votó la ciudadanía.

    Y es que en realidad estamos frente a la máxima aquella de “de lo perdido lo hallado” que le queda al PRI y al PAN para ponerle un colchón a la estrepitosa caída que les dejó el pasado proceso electoral, así que, si alguien espera que se vayan con su golpe, así como así, pues no. Esta y otras andanadas se convierten en sus últimos recursos, les asista o no la razón pues el chiste es ver de que cuero alcanzan a sacar aunque sea alguna correa.

    Pero en realidad, el tema de la sobrerrepresentación, si se observa a detalle, parece que no se encuentra realmente en MORENA, dado que su contundente victoria en los distritos de mayoría, deja plena constancia de ser una determinación de la voluntad popular y no en sí una estrategia del partido guinda para hacerse de una representación mayor. Observándolo desde ese cristal, los partidos de oposición tendrían la obligación de reconocer que fueron castigados en extremo por los electores y quizá sea hora de escuchar las voces autocríticas internas por muy pocas que sean, aunque en estos casos, a esas voces no se les puede dejar de criticar, siendo que aparecen con retraso y, como siempre, acabando los procesos. Tal vez si el resultado no fuera tan contundente como ya se mencionó, esas mismas voces guardarían el silencio complaciente que garantizan beneficios, pero resta credibilidad como ahora.

    Sin embargo, hay otro cristal para mirar la sobrerrepresentación. Si bien el sistema actual basado en las reformas electorales de 1977 (con sus modificaciones subsecuentes) pretendía garantizar la presencia de minorías en el Congreso frente a la hegemonía del PRI, en realidad no era otra cosa que una simulación disfrazada de apertura democrática y de poco o nada servía, dado que bastaba con usar la aplanadora legislativa para acabar con cualquier buena intención de un diputado emanado de la oposición. Pero hoy es todo lo contrario y se debe en gran medida al momento histórico por el que atraviesa el país a partir del cambio real de gobierno. Se cuenta con una sociedad más informada, con una democracia que empieza su etapa de consolidación y, sobre todo, con un cambio significativo en la cultura política del país que hoy optó por elegir a una mujer como presidenta de la nación.

    Por eso pareciera que el problema de la sobrerrepresentación no parece estar de lado de MORENA ¡sino que se encuentra exactamente en el lado contrario! Quienes hoy están tratando de sobrerrepresentarse en el Congreso de la Unión realmente son el PAN y el PRI, en virtud de que aspiran a obtener más diputados de los tienen derecho, ese derecho que les da la votación por un lado y por el otro, la legislación que ellos mismos aprobaron y que han usado para su cobijo. Así que son ellos quienes patalean todo lo que pueden con tal de sobrerrepresentarse y desoír la voluntad popular; pero si dudas quedan, tan simple como se dijo al principio: remitámonos a la ley para que no quede duda ni de la legalidad ni de la legitimidad de cómo habrá de conformarse la nueva legislatura.

  • Imbecilidades

    Imbecilidades

    Qué error de Anabel Hernández al expresarse de López Obrador pues las “imbecilidades” las dice un imbécil y dicho adjetivo es el insulto atinado para dirigirse a un tonto, nomás que si algo ha dejado claro AMLO es que dista mucho de serlo; es más, ¡todo lo contrario!, conduce de manera muy inteligente varios aspectos de la vida política, marca agenda, dirige un país a partir de un movimiento llamado 4T creado por él y logró colocar a éste en pocos años como una fuerza político electoral que hoy parece invencible. Más allá todavía: su inigualabable manera de incidir en la política nacional, rebasa la esfera propia del morenismo para alcanzar hasta a los partidos de oposición y que dicho sea de paso,  jamás descifraron la fromula para hacerle frente. Por esa razón parece que no se equivocan quienes sostienen que él mismo fue el verdadero causante de que Xóchitl Gálvez se convirtiera en la abanderada de la oposición tan sólo con una decena de declaraciones.

    Pero el insulto es poco menos que importante y pasa desapercibido hasta cierto punto cuando el destinatario no puede ser señalado por ninguno de los supuestos actos que pudieran colocar en duda la honorabilidad del presidente como el cuento ese de que existe una red de complicidad entre López Obrador y el cártel de Sinaloa. Tremenda patraña pudiera tener cierta cabida si nos remontáramos  a sexenios anteriores pero en la actualidad ¿qué evidencia alguna ofrece Anabel Hernández que pueda relacionar al tabasqueño con el narco, siendo que éste jamás tuvo relación con ningún personaje involucrado en ese mundo por sí o por algún tercero?.

    Por eso el dicho de AMLO acerca de una posible colaboración de la periodista con la DEA y que motivó la expresión “imbecilidades” de alguna manera hace cierto sentido pues no se trata de una acusación simple a partir del enojo justificado que trae consigo la calumnia y la difamación y menos si revisamos la larga cadena de acciones injerencistas en las que han participado diversos organismos internacionales así como agencias estadounidenses cuando se trata de desequilibrar a un gobierno y que han sido documentadas por décadas. Así entonces, resulta bastante creíble que exista una campaña orquestada desde el exterior para tratar de mermar cualquier cosa que se relacione con Andrés Manuel como persona (incluida su familia) o con su ejercicio de gobierno y a estas alturas a nadie le resultaría extraño o producto de la ficción. Digamos entonces que al no existir oposición capaz de contrarrestar la política lópezobradorista y con tales niveles de aprobación, aunado a la inminente mayoría calificada que tendrá MORENA en el poder legislativo y la fortaleza con la que llegará Sheinbaum al poder, solo le resta a intereses extra fronteras tratar de debilitar las instituciones a base de campañas de desprestigio que hacen recordar los viejos años de la revolución rusa. Para eso ¿qué mejor vehículo que una periodista como Anabel que en algún momento contó con cierto prestigio en el periodismo de investigación en el mundo del narcotráfico? Ah como se ha dado la historia de agencias como la CIA y la DEA en sus respectivos ámbitos, parece ser que las imbecilidades están más de lado del remitente que del destinatario.

    En fín, lo que sí se puede considerar como verdaderas imbecilidades es la demanda del magnate y evasor fiscal en contra de un grupo de comunicadores y periodistas, entre ellos compañeros de este medio. Son imbecilidades porque hay algo que el usurero no ve: el poder del dinero ha comprado la voluntad de jueces, pero no la dignidad de aquellos que crearon desde un espíritu independiente diversos medios para transmitir la verdad desde todas sus acepciones. Así que por más maromas que haga el famoso “tio Richie” dos cosas son inevitables: ni va a intimidar a nuestros compañeros y tarde que temprano, pagará sus impuestos. 

    PD. Cuando el hombre tapa la luna con un dedo, el imbécil mira el dedo.

  • ¿Qué esperar de MORENA?

    ¿Qué esperar de MORENA?

    La semana pasada hablamos del previsible fracaso que pudiera significar para algunos personajes de la oposición la idea de conformar un nuevo partido, especialmente cuando el inicio para nada es halagador pues la convocatoria fue extremadamente pobre. Las razones ahí están por más que los organizadores pretendan minimizarlas. Pero la pregunta aquí sería si, ante tal situación, realmente el futuro de MORENA como partido puede considerarse prometedor o si entrará a una extraña etapa de descomposición donde impere esconder la mugre debajo de la alfombra.

    No se trata de minimizar la trascendencia de MORENA en el escenario político como instituto, ni mucho menos los logros alcanzados, pero la contundencia de las elecciones recientes, así como  la hegemonía indiscutible que hoy ostenta, puede convertirse en un espejismo del que pocos dirigentes partidistas aceptarían reconocer. Es decir, hay una fuerza que se sostiene en buena medida por la militancia pero en mayor medida por el grueso de la ciudadanía que se siente identificada con la Cuarta Transformación pero que a su vez exige, no solo rectitud y congruencia, sino también ser escuchada y reconocida, lo que también se traduce en considerarse representada por el partido. No obstante, si hoy se consulta a la militancia, las acusaciones de ser ignorados por los cacicazgos, se cuentan por decenas en cada entidad.

    Por supuesto que resulta alarmante que si bien se ganen posiciones, estas sean cuestionadas desde varios frentes cuando se abre la puerta a personajes con trayectorias cuestionables y que sea más el pragmatismo y la rentabilidad electoral lo que se privilegie por encima de las coincidencias, ya ni siquiera ideológicas, cuando menos en el actuar transparente. Esa realidad existe y negarla es exactamente levantar la alfombra para esconder el polvo, pero de que ahí está, ni duda cabe. Ahora bien, no es por el camino de la descalificación la vía por la que se pueden evidenciar estas acciones, sino a través de la confrontación de ideas y del escrutinio permanente que aisle toda posibilidad de que algún colado ponga en tela de juicio el proyecto construido por miles de militantes y simpatizantes. Por cierto, aquí vale la pena abrir un paréntesis: no se trata de puros versus impuros o de pares e impares, luego resulta que la crítica pretende ser reducida a reclamo; de lo que se trata es de generar las condiciones necearias para que, quienes formen parte de este proyecto lo asuman sin doblez alguno y se cierre el paso a experiencias que dejaron personajes como Lily Téllez o Germán Martínez.

    La renovación de la dirigencia de MORENA está a la vuelta de la esquina y contar con una oposición más que pobre, por ningún motivo debiera minimizar la exigencia de proponer un liderazgo fuerte, legítimo y comprometido con la causa y con el momento histórico que vive un país que por primera vez será dirigido por una mujer; eso coloca la vara más alta para quienes aspiren a dirigir al partido. Por fortuna muchos cuadros, mujeres y hombres, especialmente jóvenes (habría que decirlo), cuentan con la experiencia suficiente para fortalecer la militancia y dirigir al partido por la senda marcada por la Cuarta Transformación.

    Durante el proceso interno y después con la candidatura, Claudia Sheinbaum se fue convirtiendo en un fenómeno cuya influencia trascenderá más allá de las fronteras. Considero incluso que será motivo de inspiración para mujeres de toda el orbe, pero su gobierno ocupará de un partido que se asuma como el instrumento donde tengan cabida todas las voces y no la de unos cuantos. Así que, menuda tarea queda y para nada será fácil, aún hay quienes pretenden quedarse en la inercia del pasado. Opciones para presidir hay muchas capaces y dignas, basta con que haya transparencia, certeza y que se consulte verdaderamente a los que a diario se ponen la camiseta: la militancia.

  • ¿Un nuevo partido?

    ¿Un nuevo partido?

    Bueno, quizá podría parecer viable si se toma en consideración la debacle de la oposición en su conjunto, la estruendosa crisis y sobre todo falta de legitimidad tanto del PRI como del PAN al interior y al exterior. En ese contexto, la pregunta obligada sería: ¿Cómo logrará el Frente Cívico Nacional dar cumplimiento a la Ley General de Partidos Políticos cuando los requisitos indispensables obligan a la celebración de asambleas donde participen 3 mil afiliados por entidad? Es decir, o se celebran asambleas al menos en 20 entidades, o cuando menos en 200 distritos electorales, además de que se prohibe la participación de organizaciones gremiales.

    Para empezar hay algo que los organizadores no contemplan: la escasa respuesta a la convocatoria a su primer asamblea es precisamente el reflejo de lo que se niegan a reconocer, es decir, que la ciudadanía no se siente identificada ni con los organizadores ni con su causa (cualquiera que esta sea), pues los intereses de los convocantes son más vistos como la defensa de privilegios de una vieja clase política, que como una vía de participación democrática. Y, aunque los principales orquestadores de esta iniciativa señalen lo contrario en el discurso, en el fondo se trata de una estrategia que les permita mantenerse en el escenario político, al menos mientras se configura la legislatura entrante donde su presencia será meramente testimonial.

    Pero el problema de pretender conformar un nuevo partido político en enero próximo como marca la Ley, puede convertirse en un fracaso si se toma en consideración que los liderazgos principales apenas inciden en las cúpulas y carecen de influencia en amplios sectores de la sociedad. Digamos entonces que sería hasta ingenuo pensar que habrá ciudadanos dispuestos a impulsar las asambleas convocadas por integrantes del desastroso frente opositor, cuando se han manifestado más a favor de la Cuarta Transformación en las urnas, con todo y la serie de calumnias, primero anti López Obrador y hoy anti Sheinbaum. Por esa razón, y si en el cálculo político está el de incorporar a desertores y expulsados de otros institutos políticos, incluido el hoy desaparecido PRD, lo cierto es que habrá quiénes opten por generar sus propias iniciativas y no someterse a otro liderazgo bajo la lógica de que más vale cabeza de ratón que cola de león.

    La pluralidad política debiera privilegiarse en cualquier democracia, siempre y cuando ésta represente realmente los intereses colectivos y no de unos cuántos como sucede ahora en Movimiento Ciudadano y como sucedió en el PRD desde hace varios años. Sin embargo, con la realidad a cuestas y con la evidencia que hasta el momento ha dejado su actuar, ¿Cómo demostrará una nueva fuerza política que responderá a los ciudadanos y no a los grupos de poder? Pues no, no hay elementos que hagan suponer que una fuerza emergente en esta coyuntura y con estos pésimos antecedentes, conquiste las aspiraciones (cuando menos) de un innegable sector de la sociedad que no se ve representado ni de un lado ni del otro. Así que esa intención quedará en eso: una intención.

    Lo que les queda a los convocantes, si realmente quisieran generar nuevos canales de participación, sería ajustarse a la realidad que los acompaña, regresar (en algunos casos) a sus orígenes, renovarse y optar por impulsar nuevos liderazgos que vayan más acorde con lo que hoy el país necesita pues apostar nuevamente por la calumnia, culminará en un nuevo palmo en las narices y, a cómo están las cosas, con el fenómeno político en el que se está convirtiendo Claudia Sheinbaum, poco habrá por hacer, más que vivir del recuerdo.

  • Seis años después

    Seis años después

    Por supuesto que hay un antes y un después, hay un hito innegable en la historia del país a partir de la llegada de López Obrador a la presidencia de la república. Pero digamos que el cambio de gobierno desde 2018 no sólo se reduce a las obras significativas ni a las políticas públicas características o emblemáticas de este gobierno; circunscribirlo sólo a ese parámetro sería una visión extremadamente reduccionista. Por esa razón, digamos entonces que si se quiere comprender en donde radica la trascendencia de este gobierno, habría que llevar el análisis todavía más allá y observar las nuevas maneras en las que la ciudadanía comenzó a involucrarse en el acontecer político. 

    Para empezar, hay que reiterar algo que la oposición se rehúsa a creer: una buena parte del pueblo (ojo: DEL PUEBLO), se siente representada por el presidente de la República; es más, no sólo se siente representada, se siente parte de, se considera actora y, por lo tanto, sin así pretenderlo, pareciera asumir una militancia activa del lado en el que identifican a Andrés Manuel. Ahora bien, de esa buena parte DEL PUEBLO, se desprende otra fracción: LA CIUDADANÍA que, conforme avanzó este gobierno fue tornándose más crítica y más interesada en informarse sobre temas trascendentales para el país que en el pasado parecían sólo pertenecer a una sola clase. Eso también se rehúsa a comprender la oposición, que los ciudadanos, sin importar el nivel socio económico, exigen de la práctica política argumentos sólidos para defender su respectiva visión de nación y no sólo las campañas mediáticas. En honor a la verdad, y eso se le debe a López Obrador, el contar con ejercicios de comunicación como las mañaneras o el fortalecimiento de medios alternativos de comunicación, tuvo como consecuencia que los ciudadanos se auto obligaran a adentrarse más en los temas que los atañen.

    Pero en ambos casos, insistimos en que esto no fue considerado por el PRI y el PAN, y no se trata en lo absoluto de una estrategia fallida ni mucho menos, en sí se trata de la propia característica de ambas instituciones de menospreciar al pueblo y a los ciudadanos como lo han venido haciendo desde hace décadas. Por lo tanto, no se necesita ser un experto para saber los motivos de la debacle electoral que hoy los coloca en el peor escenario político sin precedentes en su historia. 

    Estando así el panorama tras los seis años de López Obrador al frente del gobierno, viene una nueva etapa del movimiento que augura un futuro prometedor de la mano de Claudia Sheinbaum, pero si queda alguna duda del compromiso de la Doctora por construir ese famoso segundo piso, basta una mirada al gabinete que ha designado hasta el momento y que se caracteriza por el grado de eficiencia demostrada por cada uno de los titulares en sus respectivos ámbitos y no sólo eso, también destaca la lealtad con la que se conducen, la honestidad y la transparencia que no dejan de estar acompañados de la congruencia. Y, aunque todos ellos merecen notables expresiones positivas, hay un caso que en lo personal y como parte del movimiento campesino considero necesario enfatizar: Edna Vega Rangel no sólo es una excelente servidora pública, ha sido parte de los movimientos sociales, proviene de la lucha democrática desde mero abajo y siempre ha mostrado sensibilidad hacia el sector campesino. Un nombramiento de esa naturaleza deja para nosotros en claro que este gobierno reitera su compromiso ideológico con las causas que representamos y que las puertas que tuvimos que derribar durante muchos años, hoy estarán abiertas para atender los rezagos que aún prevalecen, por lo que considero que el caso de Vega Rangel merece mención a parte.

    Seis años después la expectativa de un México próspero crece y en un lapso breve comenzarán a verse resultados positivos para el país, pero para que eso suceda hay que sumarnos todos para aportar nuestro granito de arena pues no es lo importante la distinción entre esfuerzo mayor o menor, sino la suma de esfuerzos desde donde estemos.

  • El PRIAN y la negación del Apocalipsis

    El PRIAN y la negación del Apocalipsis

    Alito Moreno y Marko Cortés poseen una característica muy peculiar: ¡son bravucones! Y si no lo creen, bastaría con preguntar a una pequeña parte de la militancia que aún le sobrevive a los partidos que representan. Así ha quedado demostrado desde que tomaron las riendas de sus respectivos partidos donde la valentía que pregonan no ha sido más que una simulación, una sencilla apariencia que oculta el alto grado de sus limitaciones, particularmente el de la conducción política. 

    Vayamos por partes: Apenas esta semana el líder impresentable del PRI sostuvo un encuentro con los diputados federales y senadores electos. Cuentan algunos de los asistentes que el estilo soberbio del campechano eliminó de tajo los tibios reclamos de uno que otro que se atrevió a mencionar las causas de la debacle. Entre ellas, evidentemente los señalamientos del bajo rendimiento en términos electorales que ha experimentado ese partido, al menos desde 2018 a la fecha. Recordemos que en comparación con la anterior elección, el PRI sufrió una pérdida de poco menos de 2 millones de votos, además de la desbandada que se ha convertido en una constante.

    Ahora para la militancia real, el peligro es mayor y los colocará al borde de la desaparición total si, como todo indica, la camarilla de Moreno Cárdenas logra perpetuarse al frente del tricolor pues la modificación de los estatutos o el cambio de imagen (incluso el de siglas) de nada servirá para erradicar el cáncer que le representa su dirigente actual. Incluso, como si se tratara de una nueva edición del priísmo ochentero, hoy manifiesta Alito la necesidad del PRI de “reformarse” (algo así similar a la renovación moral, como si la crisis de legitimidad en lo interno y hacia la sociedad, sólo requiriera de cambios cosméticos y domésticos. Ante tal realidad imagínese ¿Qué futuro le espera a un partido cuya fuerza en el Congreso de la Unión apenas contará con 33 diputados que probablemente se reduzca más con el paso del tiempo?

    El caso del PAN es el que pudiera merecer un análisis más profundo. Para empezar las voces que hoy exigen la renuncia de Marko Cortés, son las mismas que callaron durante todo el proceso de selección de su candidata a la presidencia lo que no es más que el reflejo de la hipocresía que se ha convertido en una de las principales características de los destacados dirigentes del blanquiazul. A como están las cosas, siendo una oposición que poco margen de maniobra tendrá en el acontecer político (con todo y su aliado tricolor) el escenario no puede ser más catastrófico en tanto que no encuentran la forma de llamar la atención de la ciudadanía que dejó de creer en las calumnias y mentiras que utiliza para denostar a la Cuarta Transformación. En este escenario resulta aún más probable que la fuerza real que posee el PAN se ahonde cuando los grupos al interior comiencen a disputar la dirigencia y los principales cargos, especialmente en el congreso donde ni siquiera tendrán capacidad para hacer frente a la super bancada de MORENA, PVEM y PT. En esta etapa se verá en poco tiempo la manera en que el desgaste vaya mermando la vida interna del panismo hasta el punto en el que se lleguen las elecciones intermedias de 2027 que les obligará nuevamente a supeditarse a voluntades fuera de su propia organización interna.

    La militancia de ambos partidos tiene mucho que reflexionar, están conscientes de que el verdadero enemigo, el principal, está en casa en la figura de este par de bravucones, y mientras ellos y sus secuaces continúen negando el Apocalipsis por el que transitan, serán las bases las que se verán más afectadas porque queriéndolo o no, se cuentan por cientos de miles aquellos que se identifican con la ideología que les dio vida. Pero en este, como en otros casos (ahí está el PRD), Marko Cortés y Alito Moreno, prefieren mil veces aplicar la máxima de Jesús Zambrano: primero perder el registro que el cargo.

  • El triunfo de la reconciliación

    El triunfo de la reconciliación

    Nada de lo sucedido el domingo pasado salió fuera de lo previsto: ni el triunfo contundente de Claudia Sheinbaum, ni las posiciones alcanzadas, ni mucho menos la derrota moral del bloque opositor que terminó de configurarse cuando el INE salió a dar los resultados preliminares. Así que llegó la hora de cerrar este ciclo y darle vuelta a la página para entrar en un nuevo proceso que, conforme pasen las semanas, irá adquiriendo mayor relevancia. Este proceso sin duda es el de la reconciliación necesaria para un país que cuenta en estos momentos con todos los elementos para avanzar hacia la prosperidad.

    Entre los muchos elementos que se pueden analizar de la jornada electoral, uno de los más destacables es la afluencia de votantes que dejan para la estadística una participación de más del 60% de la lista nominal. Este elemento deja en claro que hoy se cuenta con una sociedad más informada que se dio cita en las urnas para expresar su voluntad y eso, innegablemente se debe en buena medida a los efectos de las conferencias mañaneras que durante los seis años de López Obrador al frente, fueron despertando el interés de propios y extraños en el acontecer político. Hoy, en cualquier estrato social, no existe conversación alguna que no incluya temas de carácter político y eso, de alguna u otra forma, contribuye a la democracia más allá de los intereses partidistas. Por cierto, la participación de los jóvenes en esta contienda también resulta admirable por la orientación del voto, pero eso será motivo de un análisis sociológico más profundo. 

    Tras la victoria, el mensaje de Claudia Sheinbaum es noble y obliga a verse más allá de su posición como ganadora y hoy como presidenta electa; también debe apreciarse como una mano extendida a la oposición para que tengan claro que su gobierno será de puertas abiertas en las que se privilegiará el diálogo en aras de reconocer a las fuerzas políticas, pues al fin y al cabo, con un gobierno legitimado en las urnas, se gobernará para todas y todos y eso incluye a la oposición. Sin embargo adquiere relevancia las últimas declaraciones de Xóchitl Gálvez: la primera su anuncio de la madrugada del 3 de junio reconociendo el triunfo de Claudia Sheinbaum, y segundo, el anuncio de impugnar las elecciones. En la primer declaración parece ser alentada por la evidencia de que nada se podía hacer ante tal ventaja y la segunda declaración parece más alentada por los partidos postulantes como clara estrategia mediática que terminará siendo en vano. Aquí el principal interesado es el moribundo PRD que tratará a toda costa de rasguñar el porcentaje pero claro, está muy complicado que sobreviva a la magnitud del desastre orquestado desde la cúpula.

    En fin, quedó la contienda en el pasado y marcará un suceso histórico para nuestra nación con el que inicia una nueva era donde todo indica que por fin se materializará la lucha de las mujeres, con nuevos aires y con un futuro prometedor pues en el ejercicio de gobierno y en todos los ámbitos, las oportunidades serán para todas y no para unas cuantas. El avance de las mujeres y su papel protagónico dejará de ser selectivo o por interés para convertirse en universal y esto no puede dejarnos más que la esperanza de que nuestro país, a pesar de los pesares, va que vuela para convertirse en potencia en un futuro más cercano del que nos imaginamos. ¡Felicidades Claudia Sheinbaum!, como te lo dije aquella tarde calurosa en la ciudad de la eterna primavera: me siento orgulloso de ti. Un abrazo y a trabajar en lo que sigue: hacer de México el país de los derechos y de las libertades. Un país progresista, solidario y fraterno con todo el mundo. ¡Que siga la transformación!

  • El día después del 2 de junio

    El día después del 2 de junio

    Amanece un lunes 3 de junio con mucha calma después de una jornada electoral intensa; el peso frente al dólar se mantiene fortalecido, los mercados caminan en un clima de estabilidad, los conatos de violencia no escalaron a mayores como sugería el bloque opositor. Despierta una inmensa mayoría del electorado con la satisfacción de haber depositado su voto a favor de la continuidad del proyecto encabezado por López Obrador, y sí: Sheinbaum se convierte en la primer mujer presidenta de este país dando declaraciones y otorgando entrevistas por todos lados a medios locales e internacionales. Llegan por uno y otro lado las felicitaciones de mandatarios de toda el orbe.

    En frente, la voz de los vencidos en la jornada trata de hacerse escuchar en cualquier medio que les abra espacio, aunque para este día, pocos minutos les son otorgados porque la nota principal es el triunfo de la morenista; así que no queda más remedio para los mandamases del bloque opositor que recurrir a los tribunales, aunque ese camino, poco o nada servirá en contra de un resultado tan abrumador. También comienzan las cúpulas a orquestar algunas acciones, quizá una movilización, algún tipo de mitin, algo que les permita mantener vigencia aunque pasada la efervescencia electoral, los hace saber de sobra que poca convocatoria alcanzarían a tener; sin más qué hacer, comenzará el conflicto entre partidos opositores para repartirse lo poco alcanzado, curules, presidencias municipales y una que otra gubernatura serán desde este día el nuevo foco del conflicto. De las bases ya ni hablemos, estás seguirán siendo ignoradas como cada vez que acaba una contienda. En el otro frente, Sheinbaun comienza a esbozar lo que será su gobierno y cómo conformar un gabinete que desde el principio equilibre el actuar del gobierno a partir de la valoración objetiva sobre las áreas a mejorar, los errores a erradicar y las políticas públicas que habrán de profundizarse.

    Es 3 de junio ya y la etapa post electoral irá generando un margen noticioso bastante amplio y todo se circunscribe a la nueva presidenta. Comenzará una era distinta de grandes desafíos que exigirán a Claudia Sheinbaum temple para ir ordenando al movimiento desde el interior. Sin embargo, éste se irá acercando al cenit sin que exista una sola posibilidad de detener los aires de cambio que llegaron en 2018 para permanecer durante mucho tiempo.

    Es 3 de junio y las voces que gritaban a los cuatro vientos en contra de Sheinbaum comenzarán a guardar silencio, quizá por prudencia o por cálculo político, o quizá porque se saben incapaces de argumentar con seriedad sobre la enorme diferencia entre el proyecto que ganó y que supo salir airoso pasando por encima de las calumnias y difamaciones. Aquí los que más resienten la derrota desde este 3 de junio son los colectivos que no hallaron forma de reinventarse cuando se demostró que el modelo imperante de organización gremial se había agotado; ya sin base muchos de ellos, irán siendo abandonados por aquellos que les ofrecieron revivir los años de bonanza. 

    El júbilo de este 3 de junio no comenzó ayer, sino desde el miércoles pasado donde cientos de miles de personas abarrotaron el zócalo capitalino para pasar lista y declararse listos para la contienda y respaldar a Claudia Sheinbaum. Desde ese día no quedó lugar a dudas de que no basta inundar la plaza principal de los mexicanos con gente, hay que inundarla de propuestas, de ideas, de verdadera orientación ideológica que es al final lo que otorga el triunfo a Sheinbaum.

    Es 3 de junio y todo indica que se acaba con una élite poderosamente económica que sucumbió ante el clamor popular, ese clamor avivado por la memoria de nuestros compañeros que iniciaron desde hace años en la izquierda, el de los estudiantes, de los obreros, de los campesinos, de los muertos durante el salinismo, de los muertos por la guerra contra el narco, del “comes y te vas”, el de la lucha indígena, el de la diversidad, el clamor de todas y todos que desde uno u otro rincón gritamos un ¡YA BASTA!.

    ¡Viva Claudia Sheinbaum!

  • Adiós PRD, adiós

    Adiós PRD, adiós

    Todo apunta a que la resignación de perder la contienda el 2 de junio llegó al bloque opositor y tanto a ellos como a sus principales voceros, incluyendo los de la prensa, no les queda más remedio que soltar la última carga de calumnias y mentiras para justificar tanto la derrota como el evidente distanciamiento con el ciudadano que sigue creyendo en el obradorismo. A veces pareciera que la lluvia de mentiras les hace creer en la posibilidad manchar la reputación de Sheinbaum que a estas alturas ya todos la observan como la próxima presidenta del país. Aunque dicha estrategia que ningún resultado positivo les trajo en todo lo que va de la segunda mitad del sexenio, se mantendrá todavía por mucho tiempo, esta poco permeará en lo que será el próximo gobierno, pero de que a la guerra sucia le queda camino, es indudable.

    El bloque opositor tiene mucho más qué perder a parte de la elección. El PAN por ejemplo llevará mano seguramente en las curules del bloque, lo que les significará fricciones con el PRI. Este por su lado, comenzará en una nueva etapa de reacomodo que verá otro episodio de desbandadas que lo alejará de las estructuras sólidas que llegó a tener en algún momento y, por último, el PRD está condenado a la desaparición inevitable que probablemente les deje algunas diputaciones, sin que eso les permita mantener el registro, aunque se aferren sus cúpulas a negarlo. Aún recuerdo la frase de Jesús Zambrano cuando decía que el muerto que vos matáis goza de cabal salud. ¿cuál salud? La desaparición está a la vuelta de la esquina y parece ser que la pena de hoy en el partido del sol azteca, será mucho más grande que la gloria que alcanzó a tener en algún momento.

    La desaparición del PRD también obligará a algunos movimientos a la desaparición, entre ellos una parte del movimiento campesino que en este proceso terminó por desdibujarse a tal grado que les obligó a sumarse a un bloque que desnuda las ambiciones personales. Los casos son conocidos y lamentables, pero más lamentable aún resulta la traición a los ideales y causas que les dieron vida, así que, dicho en términos jurídicos, la suerte del accesorio, será la misma suerte del principal, por lo tanto no les quedará más remedio que resignarse a la derrota y a su fin como movimiento.

    Es triste ver en qué acabó el perredismo y a los traidores de aquel movimiento hay que señalarnos abiertamente: tienen nombre y apellido y lejos de pasar a la historia como los grandes dirigentes y luchadores sociales que en algún momento aportaron a la construcción de la vida democrática del país, ahora sólo serán recordados como los sepultureros del perredismo que cambiaron la bandera de lucha por la matraca en los eventos de la derecha. Adiós al PRD y a sus orígenes, el daño está hecho y todo está perdido, pero nos queda (a algunos pocos) la nostalgia y a otros muchos la culpa, cada quien que ocupe el lugar que eligió en la historia.

    P.D. Un abrazo solidario al Movimiento Ciudadano, las diferencias son claras con su dirigencia pero ante la tragedia hay que ser solidarios pues la pena que acompaña a las familias exige la bondad y el humanismo de quienes hemos participado en las concentraciones. No resta más que desear pronta resignación y dedicarles oraciones a los deudos. Al mismo tiempo, también nos queda rechazar cualquier manifestación de burla o escarnio de los eternos miserables que viven en las redes sociales.

  • El voto ideológico de la CDMX

    El voto ideológico de la CDMX

    A inicios de esta semana tuve la fortuna de convivir con dos grandes amigos a quienes no sólo aprecio y tengo confianza, sino que además les guardo un cariño especial; ambos, exitosos en sus respectivos ámbitos, han mantenido una postura sumamente crítica al desempeño del actual gobierno y, más allá de toda diatriba, basan su análisis en la evidencia que en algunos casos resulta irrefutable. Pero, como el sentido crítico es lo primero que se privilegia, conocer sus puntos de vista resulta benéfico para quiénes pretendemos que en la próxima elección el voto favorezca nuevamente a la izquierda.

    Tocando la situación en la Ciudad de México, toda su argumentación deriva en un mismo resultado: la posibilidad de que Santiago Taboada logre arrebatar a MORENA la capital más importante del país, y si bien creo que muchos de sus argumentos poseen cierta solidez, también creo que la orientación del electorado no se reduce en la capital al voto de castigo en algunas alcaldías o, como es sabido por todos, a la práctica de la simulación a la que recurren varios personajes que no fueron elegidos para contender.

    Me parece que, tanto mis dos grandes amigos como los principales asesores de la campaña de Taboada (incluso él mismo) dejan de lado algo que es innegable: buena parte del electorado chilango (probablemente sin saberlo) tiene una orientación ideológica hacia la izquierda por el propio dinamismo de la ciudad pero también porque se trata de una sociedad sí con valores y tradiciones arraigadas como en buena parte de los pueblos originarios, pero también con ideas progresistas que han podido permear desde hace muchos años gracias a lo que identificamos con la izquierda y con los partidos identificados con esta; es decir, en su momento lo que representó el PRD que hoy está al borde de la desaparición y con lo que es MORENA en la actualidad aunque no se puede y menos se debe, dejar de señalar sus errores como movimiento, como partido y los que haya que identificar en el ejercicio de gobierno. Si alguna duda existe de la orientación ideológica del votante, basta con analizar el por qué del nulo crecimiento y/o aceptación de Movimiento Ciudadano por más que tratan de llegar a sectores tan exigentes como el estudiantado.

    La orientación de la que hablamos no es otra cosa más que el respaldo popular ¿a qué? Sencillamente a que desde que llegó el Ingeniero Cárdenas a gobernar el Distrito Federal, los avances han sido significativos, insisto: sin que eso soslaye en los errores que por supuesto existen pero que al ser colocados en la justa medianía, dejan muestra de que no será una contienda fácil, pero que al fin y al cabo, se impondrá el voto ideológico en favor de Clara Brugada con un margen significativo que evitará (como pretenden algunos) llevar el resultado a otras instancias tan faltas de credibilidad como el poder judicial.

    La operación política del bloque opositor se ha intensificado en la capital, al igual que las descabelladas mentiras como eso de que Claudia Sheinbaum va a cerrar la Basílica de Guadalupe en caso de ganar, lo que demuestra la desesperación de la derecha que hoy ve en la ciudad algo así como “de lo perdido lo hallado” pero lo que no saben, o quizá pretender ignorar, es que si se hiciera un estudio demoscópico acerca de las creencias religiosas de quienes votarán por MORENA y aliados en este proceso o, si dicho estudio se realizara a los declarados lopezobradoristas que no militan ni participan activamente en el movimiento, se sorprenderían al saber que un gran número (si no es que la mayoría) profesan entre el catolicismo y el cristianismo. Puede que sea paradójico si se trata de contrastar con el PAN y sus orígenes, pero de ese voto se ha decantado ya por la continuidad de la 4T, es innegable.

    Finalmente hay que aplaudir que un gran número de compañeros que históricamente han participado en la izquierda capitalina, hayan acudido al llamado para sumarse a la campaña de Clara Brugada y de Claudia Sheinbaum. Su aporte ha sido valioso y hoy, a partir de reconocerlos en su largo andar en la construcción de la democracia en la ciudad, aportan manos en el proceso actual, llamarán al voto, se movilizarán y, sobre todo, defenderán el triunfo lo que hace invaluable su apoyo. Pero todo eso tiene algunos actores visibles de esos que son todo terreno y que han logrado sumar esas fuerzas. Mi reconocimiento en especial a Lety Quezada a quien se le celebran tanto los métodos como los resultados. Enhorabuena.