Categoría: Patricia G.C.

  • El neoliberalismo y otras demoliciones

    El neoliberalismo y otras demoliciones

    “Les pregunto: ¿Cuántas políticas neoliberales fueron en contra del pueblo? TODAS. ¿Y cuántas a favor de la gente? NINGUNA.”

     – López Obrador en la mañanera de hoy. 

    ¿Quiénes fueron los responsables de la crisis económica, política y social en México? La respuesta a esta pregunta nos conduce a quienes realmente detentaron el poder político en México. No solo basta con culpar a los personeros de clase o administradores del aparato de Estado, desde Miguel de la Madrid Hurtado hasta Enrique Peña Nieto. No basta con decir que es el patrón de acumulación de capital, ni mucho menos, se puede decir, como lo hace el Consejo Coordinador Empresarial, que es la corrupción, ya que esto desvía de su responsabilidad a la burguesía en México. Por tanto, los responsables son el llamado bloque en el poder en México. Sus formas de acumular capital, sobre las que se levantan todas sus formas de vida social, son las causas de las crisis.

    “El legado económico y social del neoliberalismo al concluir el foxismo e inicio del período presidencial de Felipe Calderón, se resume en: estancamiento económico (con un crecimiento de apenas el 2.4 por ciento); la falta de empleos formales; el grave deterioro de los salarios reales; la concentración de la riqueza y la exclusión social; un mayor flujo temporal y permanente de trabajadores hacia los Estados Unidos en búsqueda de mejores expectativas de vida”. 

    Unidos y unidas a nuestro presidente hemos avanzado y hemos escrito varios capítulos de este libro llamado La Cuarta Transformación. El tiempo pasa y los neoliberales siguen anclados en su eterno imposible, el poder; creyeron que las oportunidades para seguir saqueando al país jamás terminarían, pues creyeron mal y esto les ha golpeado en el meritito ego, en los bolsillos y en sus privilegios. Se han vuelto agoreros del mal y se regocijan inventando y fraguando fatales predicciones y acontecimientos. Que si el T-MEC, que si el Tren Maya, que si la refinería Dos Bocas, que si el AIFA; los trae movidos, este cerrar filas, esta lealtad, esta confianza y apoyo a nuestro presidente los avasalla.

    Sí, esos neoliberales son los mismos que llevaron a los mexicanos a la pobreza extrema, los mismos que llevaron a México a estar en los primeros lugares en corrupción e impunidad; aunque al parecer hoy por hoy se les borró de la memoria todo lo que hicieron años atrás. Son descarados, critican porque nos ocupamos, y digo ocupamos  porque estamos en un gobierno democrático en donde las mayorías decidimos  y participamos; nos ocupamos junto con nuestro presidente de los temas que a ellos ni les inquietaban cuando gobernaron por décadas. Eso sí, se acuerdan de que existe gente pobre, niños y niñas enfermos, ven a los que han sido invisibles, claro, unos meses antes de cualquier elección, ¿a poco no? 

    Los neoliberales no tienen ni una pizca de sensibilidad por los temas sociales, sus discursos y palabrerías de odio ya son una clara evidencia de su derrota moral. 

    Y sí, aún queda mucho por hacer. Unidos y unidas reconstruyamos con un gran espíritu democrático el tejido social, basados en la igualdad y la justicia.

    De lo que no hay duda, es de los terribles resultados de los gobiernos neoliberales de las últimas décadas. 

    Termino parafraseando a Milton Friedman… “Si pones a los gobiernos neoliberales a cargo del desierto del Sáhara, en cinco años habrá escasez de arena”.

  • Cambia, todo cambia… 

    Cambia, todo cambia… 

    “Cambia lo superficial
    Cambia también lo profundo 
    Cambia el modo de pensar
    Cambia todo en este mundo”. 

    Así cantaba la queridísima Mercedes Sosa, y yo, desde que conocí a AMLO, le aposté al cambio, no he dudado ni un minuto que el país está en excelentes manos, a diferencia de la desconfianza que me generaban gobiernos anteriores, expresidentes que llevaron a la nación a la decadencia, los conservadores que han insistido en entregar a la nación a los extranjeros, esos que han hecho gala de la impunidad, del poder. 

    Ellos y ellas que en décadas propiciaron un sistema de derroche, de saqueo de los recursos públicos, esa derecha rancia que en su estrecho pensar es que existimos mexicanas y mexicanos de primera y segunda clase. Los diputados y senadores del PRI, PAN, PRD que anteponen sus intereses particulares a los de la nación, por ejemplo, votando en contra de la reforma eléctrica; los neoliberales “han llegado a una guerra sucia, a partir de estrategias mediáticas protagonizadas por grupos de intereses creados”, como menciona AMLO.

    He observado que el virus más resistente al cambio es el status quo, sí, ese sesgo que es una tendencia, parece moda entre los conservadores que quieren que las cosas no cambien y que todo siga igual, es como el refrán de “más vale lo malo conocido que lo bueno por conocer”. Esto es un ardid para el crecimiento, para el desarrollo, para la democracia, para los cambios sociales y políticos, parte de la sociedad mexicana ha preferido por décadas tener líderes corruptos que tener que hacer cualquier gestión para  cambiar de líder.

    ¡Veamos! Una cosa es sobrellevar que los conservadores convoquen movilizaciones de FRENA, tener al INE disfrazado de árbitro cuando es bien sabido que es un jugador PRIANISTA, tener a la flamante prensa sicaria, y otra muy distinta es la desigualdad, el hambre, la ignominia, los abusos y la miseria que han sufrido millones de personas en nuestro país en manos de los conservadores, y neoliberales. 

    La “oposición” quiere mantenerse en el status quo y por ello, hoy por hoy está desierta, y desdibujada. El odio contra el presidente y el clasismo anquilosante del que hacen gala, les ha pasado una factura muy alta que tiene un sabor a desesperación y derrota, por no tener un solo argumento que se le pueda enfrentar a este cambio, a esta transformación. 

    Ni hablar, aferrarse al status quo los ha llevado a negar la única verdad inherente, esencial en la vida: el cambio.

  • ¿Y si, sí?

    ¿Y si, sí?

    El politólogo estadounidense Gene Sharp, considerado el padre de la idea de los golpes blandos, señala que la naturaleza de las guerras en el siglo XXI se ha modificado notoriamente mediante la divulgación de mentiras y propaganda a través de medios de comunicación, así igualito a lo que estamos viviendo en nuestro país. 

    Gene Sharp dice que en un golpe de Estado blando, se emplean armas económicas, sociales, psicológicas y políticas en contra del gobierno para desestabilizarlo, corromper a la sociedad y sobre todo, destruir a  toda costa la credibilidad del primer mandatario y sus funcionarios.

    El golpe blando contra el presidente López Obrador continúa; los principales actores de este golpe son Claudio X González Guajardo y los “intelectuales” Enrique Krauze y Aguilar Camín; el ex rector de la UNAM José Narro Robles; los medios de comunicación que buscan crear confusión; la alianza PRI, PAN y PRD. En el poder judicial está lo fuerte, hay fuego amigo, hay personajes que no han estado a la altura de la encomienda presidencial; por ejemplo, están los jueces otorgando infinidad de amparos; amparos para el aeropuerto, para la refinería, para el tren maya, para políticos corruptos; en fin, los conservadores de este país insisten en derrocar a un gobierno democrático, un gobierno legítimo, porque los  gobiernos que impulsan cambios son espiados, son temidos.

    Para desestabilizar un gobierno democrático y obtener el control de los recursos, la economía y la política a favor de los intereses de la élite llevarán a cabo estrategias no convencionales; destruir la escala de valores de la sociedad es el fin máximo del golpe blando.

    Estas son las fases golpistas de acuerdo a Sharp:

    “Primera: Ablandamiento, se llevan a cabo acciones para generar y promocionar un clima de malestar, como “denuncias de corrupción” y “promoción de intrigas”.

    Segunda: Deslegitimación del Gobierno, se procede a desarrollar intensas campañas en defensa de la libertad de prensa y de los derechos humanos acompañadas de acusaciones de totalitarismo contra el gobierno en el poder.

    Tercera: Calentamiento de calles, esta fase se centra en la lucha activa, en la promoción de manifestaciones y protestas violentas, usan para sus fines al movimiento feminista y al movimiento ecologista, por nombrar algunos.

    Cuarta: Combinación de diversas formas de lucha, en este punto se llevan a cabo operaciones de guerra psicológica y desestabilización del gobierno, creando un clima de “ingobernabilidad”.

    Quinta: Fractura institucional, esta es la fase final y tiene por objeto forzar la renuncia del presidente mediante revueltas callejeras para controlar las instituciones, mientras se mantiene la presión en las calles; paralelamente se va preparando el terreno para una intervención militar, mientras se desarrolla una guerra civil prolongada y se logra el aislamiento internacional del país””. 

    Continuemos atentxs, y unidxs, apoyemos a nuestro presidente para que todas las reformas y las iniciativas que favorecen a todo el país, y sobre todo a los más necesitados, se concreten.

    Para no suponer, pregunto; ¿y si existiera la posibilidad de que en algunos de los crímenes que se han dado en estos tres años de mandato en nuestro país, estuvieran metidas las manos de expresidentes, empresarios, mercenarios de la información? ¿Y si las víctimas de estos crímenes son daños colaterales de un golpe blando? ¿Y si, sí?

  • Que no se les haga bolas el engrudo

    Que no se les haga bolas el engrudo

    Recordemos que la primera Cumbre de las Américas se llevó a cabo en Miami en 1994, en el mandato de Bill Clinton. En la reunión se redactó una declaración de principios y un plan de acción que fueron firmados por los 35 países, se reúne a los Jefes de Estado y de Gobierno del hemisferio occidental para discutir sobre políticas comunes, búsqueda de soluciones y desarrollo de una visión compartida para el futuro de la región en las áreas económicas, sociales y políticas. 

    En fin, el tiempo pasa lento e inexorablemente, aun así, todo cambia y las cumbres cambian también, desde el nada afortunado comentario de Vicente Fox: “Mira Fidel, vienes, comes y te vas”, han pasado infinidad de sucesos, en esta ocasión la Cumbre de las Américas se realizará en Los Ángeles, California, bajo el lema “Construyendo un Futuro Sostenible, Resiliente, y Equitativo” y sí, en Los Ángeles, el lugar donde viven muchísimos latinos, Estados Unidos excluye a Cuba, Venezuela, y Nicaragua, argumentando que no respetan la Carta Democrática de las Américas y por lo tanto su presencia es ‘non grata’

    Los países que asistan a la Cumbre deben de ser países democráticos y que no atenten contra los derechos humanos, obvio esto desde la perspectiva del hegemón Estados Unidos. Yo me pregunto ¿por qué EU, con su historial de golpes de estado que América Latina conoce muy bien, y violaciones de derechos humanos dentro y fuera de su territorio, sigue siendo el bastión de la democracia? 

    Definitivamente no ha sido correcto el condicionamiento que hace Estados Unidos a los participantes de la Cumbre. La política de EU no debe de basarse en imposiciones, en castigos económicos; ya no está ‘el horno para bollos’, hoy por hoy tenemos un gravísimo escenario post-Covid que golpeó brutalmente al Continente Americano en lo humano y económico, por eso en esta Cumbre tendrían que sentarse a dialogar los 35 representantes sobre el tema de migración y crimen organizado, así como el funcionamiento e imparcialidad de la OEA. Adicionalmente, Estados Unidos no puede ignorar que Latinoamérica está volteando su visión hacia China, mientras que Rusia representa una presión constante en el continente. 

    AMLO está planteando una política distinta, de iguales con el país de Joe Biden. México al pedir la inclusión de estos países está ejerciendo su soberanía y liderazgo, no me podrán negar que, en los últimos años, tanto de forma popular como política, se ha comenzado a ver a Estados Unidos como lo que verdaderamente es, una nación neo imperialista en crisis. 

     “Se puede preguntar por qué estamos dándole tanta atención a México. Es porque en una Cumbre de las Américas se requiere que México esté allí con su liderazgo”, mencionó el político y ex secretario del Interior de Estados Unidos, Ken Salazar.

    Entonces, ‘que no se les haga bolas el engrudo’, AMLO en este caso, no está pidiendo alianzas, está pidiendo inclusión; a diferencia de lo que opinan los neoliberales, no está validando violaciones a derechos humanos que se pudieron dar bajo estos regímenes, está buscando unidad total en todo el continente aprovechando las fortalezas de cada país. No me quedan dudas, el gran líder continental es Andrés Manuel López Obrador.