Categoría: Sergio Macías

  • CRÓNICA DE LA HOJITA NEGRA

    CRÓNICA DE LA HOJITA NEGRA

    “Y ahora, ¿qué va usté a hacer?”.
    “¡Triunfar!”. El Libertador 
    respondió con loca fe.

    “A Bolívar”, Carlos Pellicer

    2018. ¿Qué hace a una persona dejar todo por alcanzar la meta? ¿Cómo puede un líder social recorrer el país varias veces, durmiendo y comiendo en donde Dios le dé a entender? Andrés Manuel López Obrador vio lo que ningún mexicano pudo ver: todos los paisajes, todos los climas; supo cómo vive la gente del México profundo, cuál es su realidad. Recorrió a ras de tierra todos los municipios, uno por uno, por caminos de asfalto y terracería. Dialogó con personas de todas nuestras culturas, y sobre todo conoció la pobreza, esa que a veces no podemos ni imaginar. El ahora expresidente de México sabía muy bien que todo eso y lo que vendría después iban a valer la pena.

    Tal vez esta anécdota, narrada por Antonio Pérez Garibay, diputado por Morena, precandidato a la gubernatura de Jalisco y padre del piloto Checo Pérez, nos ayude a entender la tenacidad de López Obrador. Todo comienza en un viaje a Huejuquilla, Jalisco, un municipio serrano que colinda con Zacatecas, un poblado muy humilde y con las calles hechas trizas. Por ahí no pasó Dios, solíamos decir de aquellos lugares cuyas casas a medio hacer tenían techos de lámina o cartón. El adolescente que fui conoció de ello cuando, harto de la vida, tomaba cualquier camión hasta su terminal y luego caminaba y caminaba hasta donde el destino y los zapatos alcanzaran. La Ciudad de México en los primeros años de la década de los setenta tenía aún muchas deudas con el pueblo.

    “Llegamos en camioneta, porque antes los candidatos a la Presidencia llegaban en helicóptero a los eventos. Todo maquillado. Él y yo en camioneta, yo manejando mi Suburban, César Yáñez con nosotros, y en Huejuquilla cuando nos dan las habitaciones para dormir dices ‘Dios mío’. Nos dieron llave por educación, pero la puerta, movías la chapa y se abría… Para él era normal. Nos dan las habitaciones y el baño de mi habitación […]. Era deprimente. El candidato no reclamó. Llegamos a las dos de la mañana manejando desde Guadalajara. Muy feo que estaba, y le pregunto: ‘Licenciado, ¿a qué horas nos vemos en la mañana para ir al mitin?’. ‘Nos vemos a las seis ya desayunados’. ‘Licenciado, son las dos de la mañana’. ‘Sí, está bien. Alcanza una hora para leer un libro…’.

    Cuando vamos al acto, andaban dos niños alrededor de él y todos nosotros atrás, parados. Y la niña, con una hojita negra, le decía: ‘Si no te comes esto, mi mamá te va a dar el té que no te gusta’, y el niño corriendo, y nosotros pensando que los papás estaban sentados en el mitin. Y la niña corriendo y gritando alrededor de Andrés […]”.

    ***

    1991. El joven López Obrador no para. Vaya que ha caminado, y ahora le toca hablar.Durante el éxodo por la democraciaorienta su discurso hacia la unidad.Esa unidad que nos legó y que tres décadas después es posible constatar en un nombre y un encumbramiento: Claudia Sheinbaum Pardo, presidenta de México.

    A un lado de él, Superbarrio deja ver lo interesante de nuestra idiosincrasia. Al otro lado están Cuauhtémoc Cárdenas y Porfirio Muñoz Ledo. “¿De dónde salió este muchacho? ¿Por qué tendrá tanto arrastre entre la gente?”. Tal vez eso está pensando Muñoz Ledo, el instruido político que ya había sido líder del PRI y secretario de Estado. Cuauhtémoc solo mira al joven tabasqueño con una envidia que parece quemarle los pies, como a su homónimo, el emperador azteca.

    “La Alianza Nacional Democrática –advierte el joven AMLO– pretende ser la unión de todos quienes en municipios, estados, regiones, en el Distrito Federal y a nivel nacional, hoy se encuentran movilizados y en protesta contra un régimen que ha decidido llevarlos a la miseria y reprime sus protestas amparado en la interpretación represiva de la legalidad existente. Esta alianza nacional democrática tiene que ser un movimiento donde todas las banderas y todos los liderazgos quepan […]. No podemos seguir luchando solos, desunidos y por lo tanto debilitados. No saquemos a relucir diferencias. Unámonos en torno a lo que coincidimos […]. No le hagamos el juego al gobierno. Actuemos todos con madurez, con responsabilidad y patriotismo, que el tiempo del cambio está maduro en el pueblo. No perdamos la oportunidad de salvar a la nación”.

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    2018. “Cuando se termina el mitin, Andrés toma a la niña y le pregunta: ‘¿Dónde están tus papás?’. ‘No, mi mamá está al otro lado’. O sea que vivían en la casa de al lado a donde era el mitin. Va Andrés con la señora y le dice: ‘A ver, señora, ¿cuál es el té que le da al niño que no le gusta si no se come la hojita?’. La hojita negra eran unas algas como las de sushi. ‘¿Cuál es el té que no le gusta?’. Entonces saca una coladera y le pone tierrita. Y le dice: ‘Es el té de tierra’. ‘¿Cómo que té de tierra?’, dice Andrés. ‘Sí, es lo que le doy al niño’. Saca la coladera y una olla caliente en leña, de esas ollas de barro, toda quemada y pone a calentar el agua y le pone tierrita, sin azúcar, sin nada. ‘Oiga, señora, ¿y para qué le da ese té de tierra o el alga al niño?’. ‘Es que el niño no trae nada de alimento y se les pegan los intestinos, y se mueren’. 

    Nos hizo que bajáramos todo lo que traíamos: panes, lonches, refrescos y los dejáramos ahí, y les dejó un dinerito.

    Siempre Andrés cuando viajábamos traía su computadora, siempre veía lo del siguiente evento, veía la agenda, y ese día recuerdo que agarró la computadora y la aventó al suelo de la camioneta, se le salieron las lágrimas y dijo a todos los que estábamos en la camioneta. [Silencio total]. ‘¿Ya ven por qué no le podemos fallar a esta gente?’. Ese es Andrés. A mí no me lo platicaron. Ese es Andrés”.

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    En ¡Gracias!, el libro de López Obrador, la palabra pobre o las derivadas de ella aparecen 220 veces. Bien dice la presidenta de México, Claudia Sheinbaum, citando a George Steiner, que lo que no se nombra no existe, y solo lo que se palpa y se siente se puede combatir. Así lo hizo Andrés Manuel cuando sacó de la marginalidad a nueve millones y medio de compatriotas, más los que se vayan acumulando.

  • EL ESPERADO AÑO 2000

    EL ESPERADO AÑO 2000

    Cuando por fin llegó el esperado año 2000, yo no quería saber nada de política. Era tal mi desencanto que decidí ponerme a correr. Aunque lento, cumplí mi meta de terminar un maratón. La llegada del nuevo milenio no le dio al traste a la configuración de las computadoras, pues el efecto en cascada nunca llegó. El verdadero error del 2000 tenía nombre y apellido: Vicente Fox. La presidencia cayó en manos de ese descerebrado, porque Cuauhtémoc Cárdenas se había vuelto un tipo muy soso. En México, todo era ya de un solo color y no era el que a nosotros nos gustaba. Desde entonces, Vicente Fox, el “Alto Vacío”, iba a hacer todo lo contrario de lo que prometió en la campaña. Lo único picudo en él eran sus botas, y apestaban a rancio conservadurismo.

    Años antes, tras el asesinato de Colosio, Ernesto Zedillo, el sucesor de Carlos Salinas, había acabado con mis ilusiones de que algún día las cosas cambiarían. A finales de los años ochenta, nos habíamos esperanzado con Cuauhtémoc Cárdenas y Porfirio Muñoz Ledo. La Corriente Democrática también contaba con Ifigenia Martínez, una mujer íntegra que luchó –ella sí– hasta el final, hasta entregarle la banda presidencial a Claudia Sheinbaum. A finales de los ochenta, el fraude que impuso a Carlos Salinas fue para muchos, para mí, un nocaut demoledor.

    En esos años, por todas partes se escuchaba de las tragedias que ocasionaba un monstruo invisible. El Chupacabras era una farsa, como todo el sexenio de Salinas. Lo único no simulado fue el saqueo. Carlos Salinas trajo consigo millones de pobres y decenas de multimillonarios. El monstruo ficticio devoraba animales; el verdadero Chupacabras desolaba al país vendiendo todo lo que podía vender, robando todo lo que podía robar, dejando al país en bancarrota y reprimiendo a los inconformes. No en balde, Andrés Manuel López Obrador llamó a Salinas el padre de la desigualdad moderna. Un retrato perfecto.

    Pero Salinas decía que vivíamos un “nuevo amanecer… un nuevo día”. Así cantaban en millones de televisores, en horario estelar, decenas de artistas jovencitos y no tan jovencitos, bonitos y no tan bonitos, desde Lola Beltrán hasta Rigo Tovar pasando por Pandora y Timbiriche. A todos ellos los puso a cantar el maquiavélico y espurio presidentito en el Canal de las Estrellas. La melosa canción decía cosas así: “Nuestro enemigo la pobreza / hay que acabarla con destreza, / la solidaridad es nuestra / con desarrollo se demuestra […]. Solidaridad, venceremos / desde hoy en adelante llevaremos tu ejemplo”. En serio, así cantaban y triunfales levantaban las manitas. La canción dura más de ocho minutos que parecen un siglo.

    Se necesitaba tener la cara dura para inventar un mundo maravilloso en un país cuyas políticas neoliberales dejaron en la pobreza a más de la mitad de sus pobladores. Luego del asesinato de Luis Donaldo Colosio, Zedillo continuó la hazaña, pues el creador del Fobaproa y privatizador del sistema ferroviario elevó ese porcentaje de pobres al 70 %. “Solidaridad, los tiempos malos son muy buenos / si somos águilas en vuelo…”. ¿Águilas en vuelo? ¡Pajarracos en picada, como los ahorros de los mexicanos! Zedillo aseguraba que el monto del rescate sería de 180 mil millones de pesos, pero el doctor en Economía se equivocó por 2 billones 384 mil 472 millones de pesos. 

    Veinte años después, seguimos tocando fondo cuando, casting de por medio, Televisa le contrató una esposa de mentiras a Enrique Peña Nieto, le inventó una historia, le escribió una tesis pirata, le voleó los zapatos y le puso un peinadito sangrón. 

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    1977. Andrés Manuel López Obrador termina sus estudios universitarios, pero no se titula sino hasta 1987 con la tesis Proceso de formación del Estado nacional en México 1824-1867. Tardó diez años porque al concluir sus estudios regresó a Tabasco y fue nombrado director del Centro Coordinador Indigenista Chontal. El ahora expresidente afirma en Esto soy: “En las comunidades indígenas me formé como luchador social. En la zona maya chontal tomé conciencia de lo que es trabajar desde abajo y con la gente pobre […]. Por ejemplo, en Tucta construimos los camellones chontales, algo parecido a las chinampas del Altiplano […]. Se fundaron escuelas, se alfabetizó, se construyeron centros de salud, viviendas, se crearon cooperativas de producción y transporte, se otorgaron créditos a la palabra para la agricultura y la ganadería; inclusive, abrimos una radio comunitaria bilingüe, XENAC, La Voz de los Chontales […].

    Cuando decidí enfrentar al régimen, el trabajo que había hecho en la zona indígena me permitió contar con el apoyo de la mayoría de los chontales. No es cierto lo que dicen algunos insensatos de que el pueblo es mal agradecido. Los indígenas fueron los primeros en respaldarme en 1988, cuando fui candidato del Frente Democrático Nacional a la gubernatura de Tabasco […].

    Luego del fraude de 1988, seguimos luchando y dos años después se ganó por primera vez el gobierno del municipio de Cárdenas. No fue fácil. Nos reconocieron el triunfo cuando emprendimos el Éxodo por la Democracia y caminamos 50 días de Tabasco a la Ciudad [de México]”.

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    2000. La cámara enfoca directamente el rostro pensativo de quien sería presidente de México. Las primeras canas comienzan a surcar la parte superior de las patillas. Ella, por su parte, es delgada y su cabello corto es muy rizado. La fotografía ya es icónica. Muestra la fuerza de la izquierda que ha modificado y modificará más la historia de México. Ambos, Claudia y Andrés Manuel, serían jefes de Gobierno de la Ciudad de México y, después, presidentes de la República Mexicana. Nada más.

    Cuando AMLO fue jefe de Gobierno, Claudia Sheinbaum, a cargo del programa de obras públicas, desarrolló una serie de infraestructuras de transporte urbano. Al frente de la Secretaría de Medio Ambiente de la CDMX, redujo la contaminación, además de que construyó y puso en marcha el metrobús, las ciclopistas y el segundo piso del Periférico. 

    Treinta y cinco años después, la horrible canción en algo acertó: “los tiempos malos [ahora] son muy buenos”.

  • SALVADOR Y ANDRÉS

    SALVADOR Y ANDRÉS

    Septiembre de 1973. El joven aprendiz de presidente llega a la Ciudad de México a estudiar. Ha conseguido una beca, con la que recibe alojamiento y comida en la casa del estudiante tabasqueño, en la colonia Guerrero, como él. Es delgado y de su cabello castaño parecen escaparse un par de rizos rebeldes, como él. Solo así se entiende que haya ido hasta Macuspana en el caballo de Lancillo, el hijo del ganadero, para inscribirse en la lejana secundaria, en lugar de quedarse a atender la tienda familiar.

    El joven oriundo de Tepetitán, Tabasco, tiene una mirada diferente que a mi entender revela un pensamiento agudo, sensible, y que parece mirarlo todo, querer conocerlo todo. 

    La palabra del maestro, un poder extraordinario

    Destino es palabra. Algo más que la suerte llevó a ese joven a estudiar en el salón de clases de Rodolfo Lara Laguna –su maestro de Civismo, quien en la secundaria ya le hablaba de los problemas sociales y políticos– y después en el aula de Raúl Olmedo Carranza –su profesor de Ciencia Política, quien le enseñó acerca del valor de Salvador Allende, preocupado por el golpe de Estado que se avecinaba–. Ambos maestros, orgullosos, saben que medio siglo después el insurrecto tabasqueño iba a cambiar, para bien, el rumbo de su país.

    Trabajadores de mi patria: Quiero agradecerles la lealtad que siempre tuvieron, la confianza que depositaron en un hombre que sólo fue intérprete de grandes anhelos de justicia, que empeñó su palabra en que respetaría la Constitución y la ley y así lo hizo.

    Las últimas palabras de Salvador Allende deben haber cimbrado en el ánimo de esa persona que no conoce lo que es claudicar. Entonces no lo sabía, pero ese joven les daría a los mexicanos necesitados de recursos económicos la oportunidad de estudiar (12 millones de becas cada año se dice fácil).

    En 1973, los estudiantes de Ciudad Universitaria y los de los diferentes planteles educativos del país se enteraron en los medios de comunicación del golpe de Estado en Chile y seguramente recordaron la matanza del Jueves de Corpus en México, hacía dos años, y la de la noche de Tlatelolco, de la que solo había pasado un lustro.

    Destino es palabra, y el primer decreto del gobierno que precedió al de Andrés Manuel, el de Claudia Sheinbaum, en su primera conferencia de prensa como presidenta de México, instruyó a contribuir a la memoria histórica sobre la matanza de estudiantes en Tlatelolco, catalogó estos hechos como un crimen de lesa humanidad y ofreció una disculpa pública por parte del Estado.

    A punto de dejar su presidencia, ese señor llamado Andrés escribió en su libro ¡Gracias! lo siguiente: “La traición de Augusto Pinochet fue abominable: es una mancha indeleble en la historia del mundo”.

    Trabajadores de mi patria: tengo fe en Chile y su destino. Superarán otros hombres este momento gris y amargo, donde la traición pretende imponerse. Sigan ustedes sabiendo que, mucho más temprano que tarde, de nuevo abrirán las grandes alamedas por donde pase el hombre libre para construir una sociedad mejor.

    Salvador Allende murió asesinado el 11 de septiembre de 1973, pero su legado aún perdura no solo en Chile. En México ha sido el ejemplo de lucha y humanismo del que abrevó Andrés Manuel López Obrador, nuestro líder, que ahora deja allanado el camino para su sucesora, Claudia Sheinbaum, quien de todas formas tendrá que espantar cualquier cantidad de moscardones pinochetistas, que los hay, y no son pocos.

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    El aldeano de Palacio

    Hace cuatro años, AMLO plantó en el jardín Emperatriz de Palacio Nacional ocho árboles tropicales: un flamboyán (de gran copa y flores rojas), un maculí, un guayacán (de encendidas flores amarillas), tres ceibas y dos palmas reales. “Espero que ya estén grandes cuando diga adiós a este mundo”, dijo aquella vez. 

    A algunas personas siempre les causó resquemor que Andrés Manuel haya venido del trópico. Nada mejor que eso. Su pasión por la naturaleza salvó a la Ciudad de México de una futura devastación, pues los grupos de la derecha, incluido el panista cártel inmobiliario, querían plantar edificios en vez de árboles, megaproyectos arquitectónicos en lugar de bosques, aeropuertos en vez de esos tercos lagos que no generan riqueza. El área natural protegida del lago de Texcoco y el nuevo bosque de Chapultepec son ya sitios emblemáticos. Sembrando Vida (el proyecto de reforestación más grande del mundo), las áreas naturales protegidas, la prohibición del uso de maíz transgénico y de la extracción de hidrocarburos por medio del fracking fueron y serán el legado de los gobiernos de la 4T orientados a combatir el cambio climático.

    Asimismo, el expresidente logró que el Congreso elevara a rango constitucional los derechos de los pueblos indígenas; combatió a los cárteles inmobiliario y farmacéutico, y al corrupto Poder Judicial; trató como se debe a los profesores, un gremio que había sido denostado en el sexenio de Enrique Peña Nieto… El legado que deja el aldeano de Palacio será materia de estudio para las próximas generaciones.

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    El viejo que vino del sureste aún tiene alma joven. Se va, pero deja los cimientos para el segundo piso, y una Guardia Nacional con 130 mil elementos para que nos protejan. Se va con dos millones y medio más empleos que cuando llegó (un récord histórico y una de las tasas de desempleo más bajas del mundo, similares a las de Corea y Japón); con la segunda moneda en el mundo más fortalecida frente al dólar, y eliminó la condonación de impuestos. Ahora nuestro país pasó a ser la economía número 12 del mundo, desplazando a España, Corea del Sur y Australia. Los jóvenes dejaron de ser ninis, pues en su sexenio se invirtieron en ellos cerca de 136 mil millones de pesos (¡20 veces más que en los cinco sexenios anteriores juntos!). Llegó hace seis años o hace cuarenta, cuando caminaba con un grupo de gente humillada, maltratada, vejada, robada. Pero llegó hasta donde se lo propuso y ahora somos más fuertes, somos legión, somos pueblo y no habrá poder prianista que nos humille. 

  • GREMIOS VEMOS, CORAZONES NO SABEMOS

    GREMIOS VEMOS, CORAZONES NO SABEMOS

    La madre del oftalmólogo 

    Una mujer muy amable nos recibe en el consultorio. Es optometrista y, sobre todo, una madre orgullosa: “Cuando llegó este presidente dio la orden para impedir que los médicos que se habían especializado en el extranjero pudieran hacer otra especialidad aquí. Por suerte mi hijo ya había comenzado sus cursos… Y todo para traer a médicos cubanos que no sirven para nada”. ¿Cuántas mentiras habrá en esas palabras? “Son los gremios –le digo a Eva–, son los gremios que odian todo lo que tiene que ver con AMLO y la Cuarta Transformación. Uno de ellos es el de los médicos”. 

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    “Llegó Obrador y quitó el Seguro Popular y casi no me dan mi última quimioterapia” –nos dice ahora nuestro querido y sano amigo. “¿Cuándo comenzó tu tratamiento?”. “En 2019”. “Pero el Peje entró en 2018; en 2019 ya no existía ese dizque seguro”. No solo mi amigo está desinformado. Organismos como el Coneval, con base en una encuesta nacional levantada en 2022 –escribe Zoe Robledo–, aseguraron que más de 30 millones de mexicanos perdieron el acceso a los servicios de salud. Gran mentira: se preguntaba a las personas si estaban afiliadas al Seguro Popular, ¡mecanismo que desapareció en 2018!

    La contratación de médicos cubanos es uno de los programas que ha permitido avanzar con el IMSS Bienestar, que atiende a cualquier persona en los 23 estados de la República cuyos gobernadores sí han querido mejorar la atención médica de su población.

    Mirar con las vísceras

    Con honrosas excepciones, algunos gremios en el país son como partidos políticos de oposición. Por ejemplo, los médicos no están con AMLO, y tampoco los intelectuales, principalmente los llamados orgánicos, que todos los días despotrican contra él en radio y televisión. Los otros intelectuales, los que llevaban 20 años recibiendo beca tras beca, premio tras premio, y cobraban millonadas por dictar conferencias, obviamente están en contra, como los abogados, ministros y jueces que están preocupados porque el futuro se les ha puesto oscuro al perder sus privilegios. Se incluye en esta cofradía anticuatroté a los cineastas y, cómo no, a los voceros (por no decir las guacamayas) de los medios de comunicación masiva que sin pudor obedecen a sus patrones; también los empresarios, una hermandad más pequeña pero muy poderosa. Entre los enemigos del gobierno hay muchos integrantes de la clase media desinformada (no todos), algunos movimientos feministas que no se dan cuenta de que este presidente es el más feminista de la historia, los delincuentes de cuello blanco, los narcos, las organizaciones de la sociedad civil, algunos organismos descentralizados que heredaron prebendas del pasado, los partidos políticos de oposición, muchos profesores universitarios e investigadores que siembran odio en sus alumnos. Y, claro está, los integrantes de la Iglesia católica que dicen cosas así: “El actual presidente es satánico”; “si ganan los que están en el poder, se viene el comunismo (…) con todos los males que trae consigo: falta de libertad, se arruina la economía, se combate a la religión y se empobrece a los pueblos, como está Cuba, o como está Venezuela, que era un pueblo muy rico, o Nicaragua”. 

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    El origen 

    27 de marzo de 2023. El presidente señala que el ministro que echó para atrás la reforma del INE se extralimitó, se excedió, pues esa era una decisión tomada por diputados y senadores. “Lo importante es saber por qué actúan así”, dijo, y advirtió que es un asunto político, mercantil. “No quieren que se reduzcan los sueldos de los altos funcionarios del INE. En eso consiste ‘el INE no se toca’”.

    Agudo, el presidente exclama: “¡Hay un plan C! Que no estén pensando que ya se terminó todo”. “¿Cuál es?” –le preguntan. “Que no se vote por el bloque conservador para que siga la transformación. Ni un voto a los conservadores. Sí a la transformación. Ese es el plan C. Ya lo aplicamos en el 18. Fue el pueblo el que dijo ‘basta’, y se inició la transformación: acabar con la corrupción, que es el principal problema del país, y hemos avanzado mucho limpiando de corrupción al gobierno, de arriba para abajo, como se limpian las escaleras, pero como se está llevando a cabo esta transformación, respetando la división, el equilibrio de poderes, porque hay un auténtico Estado de derecho, no como antes que lo que había era un Estado de chueco, una República simulada, donde una minoría era la que mandaba en México”.

    Es útil recordar cómo se originó todo, qué tuvo que pasar para aprobar la reforma al Poder Judicial. Es un hecho que el Poder Judicial, el búnker del conservadurismo, no solo frenó la reforma electoral, sino que también detuvo la energética. Desde que entró el gobierno de la 4T, jueces, ministros y magistrados no han hecho más que golpearlo. Así, cada sábado dejan en libertad a criminales de cuello blanco y de cuello ensangrentado. El día que Norma Piña no se levantó de su asiento ante la llegada del presidente presentó, simbólicamente, estúpidamente, su declaración de guerra.

    Recordemos el descongelamiento de cuentas de los delincuentes, como las de la esposa de Genaro García Luna, el mismo día en que lo declararon culpable, la libertad de Rosario Robles o de integrantes de los cárteles. ¿Recuerdan que un ministro iba a presentar un proceso de destitución de López Obrador por desacato? 

    El plan C es la respuesta de la población ante el cinismo de un poder judicial podrido y sin remedio.

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    Mi madre me comparte un video en el que una anciana recibe un regalo. “Ya no me compren cosas; yo ya me voy a morir” –dice. “Ábrelo” –le piden. Se trata de un amlito. Emocionada, exclama: “Ay, qué padre mi regalo”. Logra sacarlo de su caja y no para de reír. “Mire, trae su INE”. Uno de sus hijos o nietos le aprieta la panza al muñeco: “Abrazos, no balazos”. “Me canso ganso”. Entre carcajadas, abraza su nuevo juguete. La voz particular y cantadita del presidente que le ha cambiado la vida a millones de compatriotas grita: “Viva México”. Pues sí, que viva.

  • LA MÁQUINA DESPOBRETIZADORA

    LA MÁQUINA DESPOBRETIZADORA

    Cada cabeza, un mundo

    15 de noviembre de 2022. Miro con atención las noticias que desde hace varios días nos indican que hoy, ni un día más ni uno menos, seremos ocho mil millones los seres humanos. No entiendo cómo pueda obtenerse la cifra. Me imagino a una máquina sumadora (y restadora), multicolor y metálica, dando vueltas a unos engranes que hacen girar los marcadores cada que un nuevo pequeño se asoma a este mundo sin entender qué es lo que le deparará. Muchos tendrán un camino muy difícil; otros, más que eso. Mientras tanto, el gobierno de López Obrador sigue avanzando, a diferencia de los sexenios anteriores, como el del corrupto Peña Nieto cuyo eslogan era paradójico: “Mover a México”. Ese mismo día, en la Mañanera, el presidente muestra los avances logrados en salud, luego de que la pandemia por covid-19 exhibiera la enorme crisis que en ese sector padecía el Estado mexicano.

    Un día después, alcanzamos ese número mágico: ocho, dos círculos unidos, como el infinito. Ocho mil millones de seres de carne y hueso, gracias al esfuerzo descomunal de la India que muy pronto superaría a China por casi tres millones de habitantes. En 2023 habría cerca de mil quinientos millones de coterráneos del gran Mahatma Gandhi.

    En este lado del mundo, acaba de haber una marcha de conservadores que se dicen en favor del INE. Entre gritos de que ese instituto no se toca, le preguntan a una joven llamada Victoria por qué no se toca. A veces desquiciada y otras desquiciante, con voz de androide, casi sin respirar, vocifera esto: “Porque el INE nos da la democracia que Morena nos quiere quitar, porque Morena es comunista, ellos son marxistas, ellos son estalinistas y ellos son masones y quieren quitar a todos los católicos de México y a los judíos y a todas las personas que tienen creencias espirituales, y a todas las personas que tienen creencias democráticas, ellos las van a quitar, y por eso les quitan las medicinas de cáncer a los pobres niños, porque son satánicos, porque son masónicos, porque son comunistas, porque ellos les quieren quitar a los mexicanos todo lo que tienen para poderlos arreglar con papá gobierno”. 

    Definitivamente, en China, en India, en México somos muchos, y hay quienes están de más…

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    Un mundo sin cabeza y un México sin pobres

    Dicen que cada cabeza es un mundo, y el mundo está de cabeza pues es mucho mayor el número de pobres de lo que uno pudiera creer. Lo extraño es que pocos gobiernos se preocupan por ello. Se estima que en 2030 todavía habrá 575 mil personas atrapadas en el yugo de la pobreza extrema. 

    “Por el bien de todos, primero los pobres” fue el lema que acuñó desde un principio Andrés Manuel López Obrador. Y su máquina despobretizadora ha estado bien aceitada, ha funcionado bien. Ahora me imagino al Peje dándole vueltas a su máquina mágica y hablando con los ingenieros para ver de qué manera podría tener aún un mejor rendimiento. De acuerdo con los datos del Banco Mundial, en nuestro país, entre 2018 y 2023, se logró una reducción de la pobreza estimada en 9 millones 500 mil mexicanos. En otras palabras, cada minuto –en menos de lo que usted ha leído lo que va de este texto– tres mexicanos salen de la pobreza. Una persona a la que quiero mucho me decía hace meses, en relación con otra crónica (https://losreporteros.mx/la-alegria-de-que-haya-menos-pobres/) que le parecía patético que yo midiera la pobreza con el número decreciente de indigentes que veía en las calles. Pues esa organización multinacional llamada Banco Mundial hoy me da la razón. 

    Estorbosos y estorbados

    En México, al igual que en China e India, hay muchos tipos de individuos, y es fácil distinguir a dos: los estorbosos y los estorbados. Entre los primeros están los llamados opositores, que en México llevan seis años sin hacer otra cosa que tratar de detener la transformación cuyo primer piso está por concluir, aun y cuando esa extraña actividad estorbadora afecte a los mexicanos.

    ¿Qué sería de los éxitos del gobierno de AMLO si los grupos conservadores no hubieran estado poniendo obstáculos, dale que dale, dale que dale, con el propósito de detener este esfuerzo nacional? ¿A dónde hubiéramos llegado sin la desinformación de los medios de comunicación? ¿Dónde andaríamos sin las ruindades del Poder Judicial, sin los sucios manejos del poder económico liados con los políticos de oposición? En fin, con todo, no pudieron con la Cuarta Transformación, pero ¡cómo estorbaron!

    Cómo dieron lata los conservadores atentando todo el sexenio contra la transformación del país, por ejemplo, con los amparos promovidos por el exministro José Ramón Cossío y su equipo de Litigio Estratégico (con el dinero que Claudio X González recibía de Estados Unidos) para detener el Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles, la Refinería Olmeca, el Tren Maya, el Transístmico o el Insurgente México-Toluca, y obras diversas como la construcción de presas, carreteras, hospitales, etcétera. 

    Mentirosos y engañados

    También están los que engañan y los que se dejan engañar. Por fortuna, el pueblo de México es ahora mucho más consciente: se ha quitado las vendas de los ojos. Los mismos poderes fácticos se la pasaron mintiendo. Dijeron que este gobierno iría al precipicio, que seríamos Venezuela, que López no dejaría la presidencia pues se reelegiría, que compráramos dólares, que saliéramos del país. Me pregunto si los mentirosos mienten porque les conviene mentir o mienten porque no saben que mienten. Para el caso da lo mismo.

    Uno de los programas sociales de este gobierno es la Pensión para el Bienestar de las Personas Adultas Mayores. Hombres y mujeres de 65 años o más reciben seis mil pesos bimestrales. Me incluyo en ese paquete, pero hay quienes se dan su paquete y se hacen los humillados por este gobierno que les quitó los privilegios que no tenían, que les aumentó su salario y quizá mejoró su pensión. Ellos, sin embargo, se sienten ofendidos y dicen que ese dinero es de nuestros impuestos y que la pensión para adultos la inventó Fox, o incluso Peña… ¿Pueden creerlo? 

  • UN FALSO DICCIONARIO

    UN FALSO DICCIONARIO

    No hablamos el mismo idioma. Tampoco vivimos en el mismo país; o sí, porque ellos son precisamente los que, durante décadas, nos saquearon hasta que un sujeto que a veces llaman “López” o “Mesías tropical” llegó a la presidencia de la República apoyado por la mayoría de los mexicanos. Los saqueadores pertenecen a un grupúsculo; son personas ambiciosas que vociferan en los medios de comunicación masiva y sugieren e incluso aseguran que antes de la Cuarta Transformación todo estaba bien. Y sí, todo estaba bien… para ellos.

    El lenguaje de estos conservadores es –según ellos– puro, culto, limpio y esplendoroso, pues ha pasado por la lavandería de la academia de la lengua española, la que los acerca a la realeza.

    Ellos tomaron a México como un botín. Y continúan luchando para que las instituciones que veneran violen la Constitución, con el propósito de que el pueblo, que los aplastó en las elecciones pasadas, no obtenga la mayoría calificada en el Congreso –lo cual es su derecho– y pueda llevar a cabo una serie de reformas en favor del pueblo.

    ***

    21 de octubre de 2022. Leo en Contralínea una nota reveladora. “¡Que se vayan al carajo!”, exclama Andrés Manuel López Obrador en Chilapa de Álvarez, muy cerca de la capital de Guerrero, una de las entidades más desatendidas durante la pesadilla neoliberal. “Qué raro es verlo enojado”, me digo. “¿Saben cómo dicen que son estos programas [sociales]? Populistas, paternalistas, porque lo que se le daba a los de arriba, a los potentados, a eso le llamaban fomento o rescate, y lo poco que se les da a los pobres lo llaman despectivamente populismo, paternalismo”. Con sus palabras, AMLO comienza a escribir un nuevo diccionario, el de los conservadores. 

    En esta crónica intentaré continuarlo (con una pequeña ayuda de mis amigos Tania Rivas y Germán Castro).

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    Falso diccionario derechoso

    abajofirmante. m. Persona picuda, casi siempre rica, que firma textos valientes en contra del dictador.

    algoritmo. m. Programa de cómputo que en las elecciones modifica los votos para influir en el resultado. Donde dice “Xóchitl” debe decir “Claudia” y donde dice “Claudia” debe decir “Xóchitl”.

    analista. m y f. Comentarista imparcial y desinteresado que pertenece a la sociedad civil.

    autocracia. f. Reforma política maligna orientada a eliminar la pluralidad democrática y anular a la Suprema Corte de Ángeles. 

    autoritarismo. m. Régimen político de Morena que ejerce un exceso de autoridad y va directo al precipicio.

    beca. f. 1. Estímulo social que sirve de apoyo a niños, niñas y jóvenes. 2. Subvención destinada a que los beneficiarios no hagan nada y se conviertan en ninis (si es que aún no lo son).

    cadena. f. 1. Grillete. 2. Condena que personas fulgurantes le quitaron al pueblo y que el pueblo se volvió a poner.

    censura. f.Inacción del Estado en contra de opositores, marchistas, detractores, etc.

    chairo. m. 1. Amlover. 2. Limosnero. 3. Gente del pueblo dizque bueno.

    chayote. m.1. Maiceo. 2. Soborno que comenzó con la 4T, porque los periodistas ricos son ricos porque quieren, como los pobres son pobres porque quieren.

    condonación de impuestos. f. Ataque directo y abusivo a los grandes contribuyentes, que son el alma de la nación.

    conferencia matutina. f. Púlpito.

    corrupción. f. 1. Agravio a la nación que comenzó con Morena. 2. Actos malintencionados defendidos por organismos de la sociedad civil como MCCI.

    dictador. m. Señor que llegó al poder mediante el voto, gracias a un arrasador apoyo democrático, y que impulsó la democracia no solo como sistema político, sino también como forma de vida, y que termina su sexenio con al menos 70 % de aprobación.

    ecocidio. m. 1. Creación de un tren que preserva el medio ambiente y restaura las hermosas ruinas mayas. 2. Programa de rescate de la degradación ambiental en el que se han sembrado 1 200 millones árboles.

    éxito en la vida. m. Funcionario público que “la supo hacer”, en voz de algunos de sus amigos y familiares.

    INE. m.Cosa intangible.

    Latinus. m. Nuevo testamento buenaondita. cf. Aristegui Noticias.

    ley. f. La ley es la ley, pero en los bueyes de mi compadre.

    marcha. f. Junta veraniega de personas que usan lentes oscuros y sombreros Panamá, que visten de blanco o de rosa, que se robaron el verde y que no saben a qué van (ni en dónde tienen la cabeza).

    medios de comunicación masiva. m. pl. 1. Grupos y personas que saben hacer jugosos negocios. 2. Posverdad. 

    México. m. 1.País “tan lejos de Dios y tan cerca de Estados Unidos”. 2. Botín de políticos corruptos y cuatroteros que se quejan de que se llevaron todo y no les dejaron nada.

    nini. m. y f. “Ni estudia ni trabaja”, según un exrector que ni estudia ni trabaja.

    oposición. f. 1. Comentocracia. 2. Periodista o intelectual que dice representarse a sí mismo porque le da vergüenza decir qué representa.

    palero. m. 1.Youtubero. 2. Mañanero. 3. Defensor de gobiernos populistas. 

    pobres. m. pl. 1. Personas de color oscuro, con primaria trunca y que no entienden de finanzas ni geopolítica. 2. Pésimos votantes. 3. Personas cuya condición la tienen porque quieren.

    polarización. m. En un país, conflicto sumamente asimétrico debido a la hipnosis colectiva que provoca un tirano fanático.

    populismo. m. Sistema político que beneficia a los pobres con programas sociales y apoyos que buscan reducir la desigualdad social y lo único que provocan es que la gente no aprenda a pescar.

    posverdad. f. Verdad.

    programa social. m. Plan populista y paternalista que regala pescados a los pobres en lugar de enseñarlos a pescar.

    pueblo. m.1. Muertos de hambre. 2. Patarrajadas. 3. Personas morenas que gustan de comer pescado regalado. 4. Concepto que próximamente van a eliminar de la Constitución.

    reelección. f.1. Sufragio efectivo. 2. Teléfono rojo. 3. Palenque.

    rescate financiero. m. Programa gubernamental efectivo y aprobado por el Fondo Monetario Internacional.

    sobrerrepresentación. f. Mayoría calificada.

    sociedad civil. m. 1. Grupos de élite conformados por gente bien, pensante, buenaondita y adinerada. 2. No confundir con pueblo.

    Venezuela. f. 1. Figura literaria. 2. Símil del infierno. 3. Sitio al que están destinadas las almas que fueron tentadas por el populismo del Mesías tropical.

    votante. m. 1. Tonto. 2. Bicho distinto. 

  • MEDIOS, MENTIRAS Y ADEREZOS

    MEDIOS, MENTIRAS Y ADEREZOS

    Qué privilegio es vivir en el siglo XXI. Uno puede estar frente a una computadora que vuela, aprender, investigar, escribir y comunicarse con alguien al otro lado del mundo o solo de la cocina a la recámara. La tecnología nos hace viajar por todo el orbe sentados en una silla o recargados en la cabecera de la cama. Sin embargo, desde las redes sociales se andan con tanta cosa, con tanta ridiculez, como las de Atypical o Latinus, los auténticos opositores (dicho por ellos). 

    Vivir en estos tiempos tiene muchas ventajas. Por ejemplo, la medicina nos puede salvar la vida y, por lo menos en México, no hay conflictos bélicos, sino guerras mediáticas, pero podemos sobrevivir con ellas (y en algunos casos hasta botanearnos a los derechosos combatientes). El otro día, Mario di Constanzo decía que López Obrador nunca viaja, ni por el mundo ni en el país; que el presidente, después de la Mañanera, se pone la piyama y se va a acostar. Caray. Afortunadamente, también es posible asistir a la Semana Negra de Gijón, al otro día de la presentación de un libro del elocuente político y escritor Juan Carlos Monedero y escucharlo afirmar, con toda veracidad, que el presidente de México ha recorrido cuatro veces su país.

    Uno de los problemas del siglo XXI es que cualquiera, como el charlatán de apellido italiano y un montón más, pueden tener un micrófono y desinformar. Así sucede y sucederá desde las grandes plataformas de los medios, pues en nuestro hermoso y moderno país de todo se mira, de todo se lee, de todo se escucha en contra del gobierno de la 4T.

    En televisión abierta, en la prensa escrita y en la radio no tiene descanso el discurso fácil: “Este gobierno es el peor de la historia”, “el presidente es narcotraficante”, “la deuda adquirida en este sexenio nos va a llevar a la bancarrota”, “no se apoya a los deportistas que participan en las Olimpiadas”, “es ilegal la sobrerrepresentación de Morena y sus aliados en las Cámaras”, etcétera.

    Los medios tradicionales de desinformación no hablan de los millones que han salido de la pobreza; están en contra de las obras que se realizaron en este sexenio sin valorar su peso específico; omiten que el salario mínimo ha aumentado, que hay más empleos, que a pesar de los problemas externos el peso está fortalecido; que los programas sociales le han devuelto la sonrisa a mucha gente, por no hablar de cientos de logros más. Por eso la mayoría de la gente ya no confía en esos medios, y eso no lo digo yo, lo dicen las encuestas, como la del Inegi.

    22 de julio de 2024. El presidente muestra en la Mañanera cómo los medios de comunicación masiva en nuestro país registran una pérdida de credibilidad. “Ya no les creen. La gente en México está muy consciente. Entonces ya no se tragan tan fácil platos de mentiras bien aderezados y a veces también sin aderezo; 25 % se cayó la credibilidad de los medios en ocho años. Ellos no entienden los nuevos reacomodos… Piensan que el pueblo es tonto”.

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    El nado sincronizado llegó a los Juegos Olímpicos, pero el de las noticias falsas de los desinformadores. Ahora andan con la falacia de que no se les da apoyo a las nadadoras artísticas. ¡Si 37 millones de pesos no son ningún apoyo, no sé en qué planeta vivo! Mario Campa afirma que “la libertad de prensa ha sido siempre la voluntad del dueño de la imprenta, y en México que un puñado de milmillonarios controlen a un poder mediático alejado del interés general confirma la regla”. 

    También andan con el cuento de la sobrerrepresentación. Un buen ejemplo de sobrerrepresentación es justamente el de los medios de comunicación masiva inundado hasta el hartazgo por el pensamiento de la derecha y de la pseudointelectualidad. 

    ***

    28 de junio de 2023. Hace poco más de un año decía el presidente: “Vamos a dar a conocer el ‘Quién es quién en las mentiras de la semana’. Siempre es importante recordar que solo se trata de una pequeña muestra, porque la regla es que la mayoría de los medios de información solo se dedican a manipular; en sentido estricto son medios de manipulación, la regla, aunque hay excepciones honrosas; pero estamos hablando del 95 %, la inmensa mayoría de los medios de información”.

    Sin embargo, los que hacen periodismo objetivo, profesional, no vinculado al poder, ni al poder económico ni al poder político, merecen todo nuestro reconocimiento. Hay una tradición en México de ese periodismo que debemos de honrar siempre, el periodismo de Daniel Cabrera, de El hijo de Ahuizote, en épocas de mucho autoritarismo durante el porfiriato, que le tomaban su imprenta y lo encarcelaban una y otra vez. Y así, los Flores Magón tuvieron que irse a Estados Unidos a hacer el periódico Regeneración, porque en el porfiriato, si les iba bien, era la cárcel. Pero había represión, ley fuga, y así otros periodistas ejemplares.

    Después, como la prensa se fue entregando al poder, la fueron domando y con el paso del tiempo se apoderaron de los medios los dueños de las grandes corporaciones económicas y políticas. Ellos mismos se convirtieron en los dueños de los medios de información o impulsaron medios para tenerlos a su servicio y proteger sus intereses.

    Por eso, es muy importante reconocer la labor del periodismo independiente, verdaderamente independiente, el periodismo plural, y todavía más el periodismo que defiende las causas del pueblo, que está cerca de la gente y distante del poder; eso es lo mejor.

    Estamos pasando por un mal momento en cuanto a que los medios convencionales están muy cooptados, muy comprados, muy vendidos, muy alquilados; sin embargo, también hay esa minoría de medios que está actuando de manera ejemplar, muy agredidos también; los que no se suman al periodismo tendencioso y corrupto son hostigados y los acusan de no ser objetivos. Es como el mundo al revés”.

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    Bien afirma Juan Carlos Monedero en relación con los países latinoamericanos: “Ya va siendo hora de que dejemos de creer en esa cámara de eco que construyen los medios de comunicación y trabajemos por la democracia en todos los países”. 

  • RECUERDOS DE AGUA Y TIERRA

    RECUERDOS DE AGUA Y TIERRA

    Andrés Manuel López Obrador nace en Tepetitán, un edén rodeado de agua situado en Macuspana, Tabasco. Durante su niñez camina por la mañana rumbo a la primaria que lleva el nombre de un maestro y literato famoso en esos lares: Marcos Becerra. Más tarde, se zambulle en el río y juega beisbol con sus amigos –aún lo hace y les batea 300 a muchos de sus opositores. El presidente de México debe de haber tenido una infancia muy feliz. Él también, como dice la canción que canta Ana Belén, nació en el cincuenta y tres (“Qué te puedo contar que tú no hayas vivido, / qué te puedo contar que tú no hayas soñado”).

    Nadie podría decir que el tabasqueño es un hombre convencional. Ni siquiera en lo que hace a sus apodos. Jorge Zepeda Patterson los ha develado: Molido, Monaguillo, Americano, Piedra, Lesho y Comandante. Hasta en eso es grande nuestro entrañable Peje. Después de la escuela, el niño que fue nuestro obstinado presidente llega corriendo a atender la tienda de abarrotes de la familia.

    Mi vida, en cambio, es la de una persona común, y mi niñez chilanga no dista mucho de la de cualquier paisano nacido a finales de los cincuenta. Estudiaba en una escuela de la colonia Doctores, y en el recreo una línea imaginaria dividía los espacios para niños y niñas. A unas cuadras, mis padres rentaban un departamento que entonces me parecía enorme. Después nos fuimos a Jardín Balbuena, donde los aviones nos pasaban rozando la cabeza. A los diez años me cambiaron a una escuela de gobierno, y si bien no íbamos al río –en mi ciudad todos están entubados–, sí jugábamos futbol porque las calles eran retornos y no había tanto carro. Yo también obtuve apodos: Bobotín y Chagas (un cuñado afectuoso y un amigo extraviado aún me llaman de esta última forma). Como miembro de una familia de clase media, para mí la política era un asunto lejano. Pero en unos cuantos años llegué al Colegio de Ciencias y Humanidades Oriente, un plantel aún en construcción en cuyos campos pastaban las vacas.

    La educación secundaria la inicia nuestro presidente en Macuspana, la cabecera municipal del estado más obradorista de México, y la termina en Villahermosa, donde sus padres instalan un almacén de ropa: “Novedades Andrés”. En ese entonces conoce al poeta Carlos Pellicer. A los 19 años, la exuberante y fantasmagórica Ciudad de México (la que habrá de gobernar entre 2000 y 2005) le abre sus puertas en la Facultad de Ciencias Políticas de la UNAM, en la cual egresa y se titula con la tesis Proceso de formación del Estado nacional en México 1824-1867. “Origen es destino –dice el Fisgón–, pues para AMLO era fundamental conocer las especificidades y los problemas fundamentales del Estado que décadas después llegó a gobernar”. 

    “Recuerdo con cariño a mis maestras y maestros; a la maestra Guadalupe Antonio de la Cruz, y al maestro Joaquín González Paz, quien además de profesor era beisbolista” –escribe AMLO en ¡Gracias!, su libro más reciente.

    Yo, en cambio, no fue sino hasta que llegué a la escuela de Balbuena, de nombre León Guzmán (qué iba a saber que se trataba de un político juarista) cuando me topé con el conocimiento. Cómo recuerdo entonces mis libros de texto.

    Pero la manera de aprender en el CCH era muy distinta. Hablar en público y reseñar un libro de Nietzsche era cosa de locos para un sujeto que escuchaba a Los Ángeles Negros (con todo respeto a los músicos chilenos que aún me siguen gustando). Caray. Aprendí que no solo había que leer y copiar, sino entender, investigar y sobre todo desarrollar actitudes críticas.

    *** 

    ¿Qué trato de decir?

    Que AMLO es uno de los nuestros. Una persona del pueblo que tuvo la virtud de pensar en los demás. Así, muy joven convivió con los chontales, conoció su pobreza y admiró su riqueza cultural. Él siempre supo que el futuro se podía y se debía modificar (“No me pesa lo vivido, / me mata la estupidez / de enterrar un fin de siglo / distinto del que soñé”, dice aquella canción).

    ***

    En Villahermosa, Andrés Manuel toma clases con Rodolfo Lara Laguna. “Para dar su clase se apoyaba en el libro El buen ciudadano, pero con frecuencia […] nos platicaba sobre otros temas relacionados con los problemas sociales y políticos de esos tiempos […]. De él recibí una buena influencia y me abrió la inquietud hacia lo social, porque había sido dirigente estudiantil; hoy sigue siendo un hombre íntegro, juarista y de izquierda”.

    En 1973, en la Casa del Estudiante Tabasqueño, recibe alojamiento y comida. “En ese entonces no se rechazaba a tantos jóvenes en las universidades públicas, como sucedió después. Presentábamos examen de admisión diez y entrábamos nueve; en el periodo neoliberal o neoporfirista ingresaba uno de cada diez, con el pretexto de que no aprobaba el examen, cuando la verdad es que no había cupo por falta de presupuesto para las universidades y por el abandono de la educación pública”.

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    26 de junio de 2024. López Obrador habla con orgullo de los logros obtenidos en materia educativa: “Primero, apoyarnos para mejorar la educación en las maestras y en los maestros; respetarlos, lo que no se hizo antes, que se les maltrató y se les echó la culpa de que, si no se avanzaba en lo educativo, era porque ellos no asistían a dar clases; excusas, pretextos. Cuando lo que buscaban era privatizar la educación, entonces tenían que desacreditarla”.

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    La fundación del CCH, durante el rectorado de Pablo González Casanova, hace más de 50 años, tuvo como objetivo la innovación de la enseñanza universitaria y nacional, con el esquema de aprender a aprender, aprender a hacer y aprender a ser, y consideraba al alumno como un sujeto autónomo y capaz de captar el conocimiento por sí mismo. 

    Algo de similitud hay ahora en la creación de la Nueva Escuela Mexicana que ha impulsado el gobierno de la Cuarta Transformación, la cual sigue ocho principios: identidad con México, honestidad, respeto a la dignidad humana, cultura de la paz, responsabilidad ciudadana, participación en la transformación de la sociedad, interculturalidad y respeto por la naturaleza.

  • EN LAS TINIEBLAS DEL PENSAMIENTO CONSERVADOR

    EN LAS TINIEBLAS DEL PENSAMIENTO CONSERVADOR

    Durante mucho tiempo he tratado de entender por qué tantas personas, en su mayoría de ideología conservadora, se vuelven ciegas ante lo que salta a la vista, y hay bastante que indagar bajo el nebuloso velo de los opositores del sexenio que está por concluir, el del presidente López Obrador. 

    La respuesta –me parece– está en el pensamiento desiderativo.

    El pensamiento desiderativo es creer que algo es cierto solo porque se desea que sea cierto, sin entender ninguna razón que valga e ignorando los argumentos en contra. En otras palabras, consiste en la formación de creencias y la toma de decisiones en función de lo que se nos antoja, en lugar de lo que es evidente y racional. De hecho, la palabra desear proviene del latín desiderare, otal vez de dissidere, que remite a una separación, término del cual también proviene la palabra portuguesa saudade.

    Los artífices del pensamiento desiderativo son simpáticos: donde hay logros ven fracasos; si ahora hay cinco millones de pobres menos, ellos ven un gobierno populista; si la economía anda bien, se quedan callados o aseguran que vamos al despeñadero, pues AMLO es un demente y ahora su pupila, a la que él manejará como a una marioneta, llevará al país a convertirse en Venezuela; muchos de ellos van de incógnitos a los cajeros a sacar el dinero de los programas sociales, se quedan callados diez minutos y vuelven a la retahíla de descalificaciones; por supuesto que no ven que los programas de bienestar le han dado un respiro a una buena parte de nuestros compatriotas: eso no ha pasado, eso no existe, pues López es un dictador. Si el gobierno ofrece becas a los estudiantes, ese dinero lo usan para beber cerveza; si aumentó el salario de los trabajadores, eso perjudica a los empresarios; si se incrementó el valor del peso, eso no ayuda a las remesas ni a los exportadores. Donde hay ingenieros militares construyendo obras maravillosas, ellos ven militarización. Y ya ni hablar del Tren Maya, que está modificando el color azul turquesa del mar Caribe; y Deer Park y Dos Bocas contaminan y se inundan…

    Los artífices del pensamiento desiderativo ven lo que desean, y para colmo quisieran un país destruido en lo económico, en lo social, en lo político, así salgan ellos también afectados. Su mundo es el de la fantasía, pero de película de horror.

    Los artífices del pensamiento desiderativo salieron a festejar una falsa victoria electoral el 2 de junio. Y es que a veces esa forma de pensar se sostiene por la llamada falacia de consecuencia: algo es cierto porque de lo contrario las consecuencias serían terribles. 

    Los artífices del pensamiento desiderativo aseguran que este es el segundo peor gobierno desde 1934. Ven ambición hegemónica donde hay trabajo y honradez. Los analistas especializados, los comentócratas que escriben libros y publican artículos (es un decir) en revistas y periódicos de divulgación nacional, esos que aparecen en la radio y en las mesas de análisis de los noticieros de televisión tradicionales, se cuecen –o sea, se venden– aparte. Por eso el presidente tiene “otros datos”, y la información que ofrece ahí está, es cierta y verificable.

    ***

    7 de julio de 2024. Esperanzados, los jóvenes aguardan. Puede ser que ganemos –piensan algunos–, pues se ha corrido la voz. Ahora todos, mujeres y hombres, miran hacia el punto donde de un momento a otro aparecerán los resultados de la elección. Algunos se llevan las manos a la boca. Un colectivo de mil angustias mira la gran pantalla. Todos en la plaza están a punto de conocer el resultado. Aquella jovencita de pelo corto tiene sus manos en actitud de rezo. De pronto, el silencio precede a la victoria. Aparecen los números, pues en la vida de los seres humanos las cosas giran en torno a los números y dependemos de ellos. Llega la exclamación y todos saltan al unísono. Gritan. De su boca, garganta, pecho o diafragma, la exclamación detona un sentimiento otrora detenido; como la erupción de un volcán, gritan y saltan llenos de gozo; luego se abrazan y se besan al mismo tiempo que las lágrimas saltan de sus ojos brillantes. Aplauden, lloran, gritan, se mesan el pelo, se limpian el rostro. No lo pueden creer. Júbilo es la palabra que podría definir ese momento. Ha ganado el nuevo frente popular encabezado por el movimiento de la Francia Insumisa. Muy pronto, en las calles cantarán “La Internacional”.

    Los conservadores, mientras tanto, se han quedado con la champaña en las manos. Algunas jóvenes gritan improperios. Nadie disfraza su enojo. “Ce n’est pas possible”.

    El mundo, por fin, puede ver la luz al final del negro túnel del neoliberalismo rapaz. 

    ***

    8 de julio de 2024. El presidente ya se nota menos cansado. El suyo es el último jalón, pero sabe que no hay que aflojar. La temporada de zopilotes aún no termina. 

    “Aprovecho para felicitar a los dirigentes y al pueblo francés por lo que sucedió ayer. Hace poco yo dije en una entrevista […] que los pueblos del mundo son humanistas. Y son progresistas. Por eso la derecha, el conservadurismo, no tienen futuro, [porque] los pueblos en todo el mundo están a favor de la fraternidad y de la libertad y de la igualdad”, señala AMLO, feliz del triunfo de Jean-Luc Mélenchon, su amigo. El Nuevo Frente Popular ha ganado las elecciones legislativas de Francia y esto es el indicio de un “despertar” frente a la Europa “rancia de conservadurismo galopante”.

    ***

    Mélenchon había dicho en 2018 que “el triunfo de AMLO es un hecho que no implica únicamente lo mexicano. Es un hecho político de valor continental, mundial. El triunfo electoral de AMLO es un momento clave en la historia del mundo”. Y de vuelta a México, un año después, señalaba: “Necesitamos el éxito de Morena, necesitamos el éxito de AMLO. Lo necesitamos porque no tenemos ningún lugar en el mundo, fuera de América Latina, en donde somos capaces de apoyarnos para decidir. Esto funciona cuando se les da prioridad a los pueblos, a los pobres, funciona mejor que cuando se deja al rico enriqueciéndose siempre”.

  • LADRÓN DE BICICLETAS

    LADRÓN DE BICICLETAS

    Leo el anuncio. La Contaduría Mayor de Hacienda de la Cámara de Diputados (ahora Auditoría Superior de la Federación) requiere correctores de estilo freelance. En el inicio de la década de los ochenta hay guerra en Líbano y en las Malvinas. México no calificó al mundial de España. En Chiapas, el volcán Chichonal arrojó tanta ceniza que llegó a Japón y al Medio Oriente y redujo en 10 % la recepción de luz solar. Aunque soy uno de los afortunados que tienen empleo, el país está en quiebra y el desempleo aumenta día con día. Mal momento para comenzar una vida juntos Eva, nuestro pequeñísimo hijo Sergio y yo. El gobierno de López Portillo ha triplicado la deuda, y ahora equivale al 91.5 % del producto interno bruto. Una locura. Mi salario en la SEP no alcanza, pues la inflación está a tope (a finales de año llegará al 100 %). Corrijo tesis y libros, hago reseñas y ahora pruebo suerte en la calle de Parroquia en la delegación Benito Juárez (libre entonces de cárteles inmobiliarios). 

    Lo que veo es la escena de una gran película del neorrealismo italiano: Ladrón de bicicletas (1948), de Vittorio de Sica, en cuyas primeras imágenes un gran grupo de personas espera con ansias un trabajo y en cuyas imágenes finales decenas de hombres, empobrecidos, caminan sin rumbo hacia la nada. Solo a uno de ellos, el personaje principal, Antonio (Lamberto Maggiorani), lo acompaña su hijo (Massimo Randisi, de actuación magistral). La fila comienza en la entrada por Coyoacán y da vuelta. Pienso en irme, pero decido formarme. “Mucha oferta”, le digo a la compañera que ha quedado delante de mí. “Demasiada”, contesta. 

    Después de no tanto tiempo nos pasan a hacer el examen; se trata de corregir un informe de auditoría. El texto es casi inentendible y lleva muchos números y porcentajes. Pienso: “Primero las cantidades y después los porcentajes entre paréntesis”. Pongo a girar mi pluma roja del número 5. Aún no tenemos computadoras personales, así que ando por la vida con dos portafolios: uno para los diccionarios y otro para las páginas por revisar o los resúmenes por escribir. Me quedo en la chamba. Sumo esa a mis dos trabajos fijos y los que son por obra determinada. Cinco empleos debe tener una persona “normal” para sobrevivir a la crisis en la que nos tiene el PRI. Todavía no hay computadoras, pero qué bueno que ya se inventó el café. Bien decía la voz en off de la película: “El mañana aparecía lleno de angustia ante este hombre, pero ya no estaba solo”. Celebro que yo tampoco he estado nunca solo.

    “Ánimo, que se va a poner peor”, me diría, con fino humor, Andrés Manuel, el presidente que pudo cambiarle el rostro al país. Pues sí: en ese entonces se puso peor. La fuga de capitales, superior a los 8 mil millones de dólares, terminó por arruinar la endeble situación económica; luego, el terremoto de 1985 y la baja de los precios del petróleo, la caída de la bolsa de valores y, para colmo, el fraude en las elecciones de 1988.

    No tengo registro de cuántos caímos en el buró de crédito en la posterior crisis de 1994 y 1995. Los “expertos” hablan de la crisis en su balanza de pagos, las finanzas públicas, el error de diciembre, el efecto tequila. Los malos manejos de Salinas y Zedillo… Decían los zedillistas: “Salinas dejó las finanzas públicas prendidas de alfileres”. “Pero para qué se los quitaron”, reviraban los salinistas. Ambos eran iguales: neoliberales, a fin de cuentas. Lo que todos sabíamos es que los créditos no se podían pagar. Luego vino ¡el Fobaproa!

    “Esto para los jóvenes”, dice el presidente, siempre que se tocan los temas de corrupción de los gobiernos anteriores. Y también esto para los comentócratas que afirman que “el de López es el peor gobierno de la historia”. Deberían echarle un ojo a los gobiernos priistas y panistas, pues López Obrador dejará el peso, es decir, la economía, con los mejores índices en más de 70 años, con crecimiento, obra pública, incremento en empleo y salarios y baja inflación.

    ***

    1 de julio de 2024. Cómo ha llovido desde aquel lejano 1982. La vida me ha tratado bien, a pesar de los gobiernos de antaño. Nunca pensé que llegaría a ver a un presidente incorruptible, a un gabinete decente, y hay que dejar constancia de ello. Tal es la razón por la que escribo estas crónicas.

    El presidente es enfático en la Mañanera. “Que no nos digan que hay democracia cuando el pueblo es ignorado, es marginado. Democracia es cuando el pueblo es el actor principal, el protagonista principal. ¿Qué era lo que había en México? Una oligarquía… El gobierno de una minoría. Hay quienes dicen: el gobierno de los ricos. Yo digo el gobierno de una minoría con fachada de democracia. Ahora es un gobierno cada vez más democrático…

    ¿Y qué esperaban ahora? ¿Que el pueblo les aplaudiera y que –como los que viajaron de Madrid a la Ciudad de México en asientos de lujo– iban a votar todos por que nos fuéramos nosotros? Pues no, ahí está el resultado”.

    Un día como hoy, hace seis años, triunfó la Cuarta Transformación. Los funcionarios informan acerca del inicio del fondo de pensiones para el bienestar. Hay invitados que desde hoy recibirán el 100 % de su último salario.

    “Lo más importante –asegura López Obrador– es que se ha logrado reducir la pobreza en México, la desigualdad, algo que no se veía en décadas. Se ha avanzado, pero falta mucho. Ahora el pueblo, de manera acertada, decidió que continúe la transformación. Fue muy contundente el mandato del pueblo”.

    ***

    Miro con atención una caricatura de Antonio Helguera (1965-2021). Ernesto Zedillo apunta con una pistola mientras carga una gran bolsa con la palabra Fobaproa. “¡Manos arriba, esto es un rescate!”, dice el expresidente que nos dejó sin trenes y con una deuda descomunal. El gran monero –a quien tanto extrañamos– le puso, debajo de su chamarra, una merecida playera a rayas a ese ladrón que no precisamente robaba bicicletas.