Roberto Garduño: de profesor faltista a lavador de imagen de Adán Augusto

Por Ricardo Sevilla

Roberto Alejandro Garduño Espinoza, mano derecha del senador Adán Augusto López Hernández, amenaza al periodista Manuel Pedrero a través de mensajes de WhatsApp tras denunciar su veto en el Senado.

Pero, ¿quién es Roberto Alejandro Garduño Espinoza?

Su carrera, de un tiempo a la fecha, ha tenido un crecimiento meteórico. Y de ser un profesor faltista a pasado a ser jefe de prensa en el Senado.
 
Roberto Alejandro Garduño Espinoza, director de enlace de medios en el Senado, percibe más de 100 mil pesos por lavar la imagen de Adán Augusto López.

Considerado por sus alumnos como un profesor déspota y faltista, Roberto Alejandro Garduño Espinoza, mejor conocido en el mundo periodístico como Roberto Garduño, saltó de las aulas de la FCPyS a los pasillos de la Cámara de Diputados y finalmente a la Dirección de Enlace de Medios del Senado.

Ahí, fue acogido por el tabasqueño Adán Augusto López Hernández, quien rápidamente lo convirtió en uno de sus periodistas predilectos y eventual jefe de prensa.

Desde 2010, Roberto Garduño escribía para La Jornada.

Desde ahí, él también profesor de base de la Facultad de Ciencias Políticas de la UNAM, presumía defender causas izquierdistas e incluso mostró su simpatía por movimientos como el EZLN o por el propio Adán, a quien entre 2023 y 2025, le dedicó al menos 60 artículos para mostrar sus logros y “fortalezas”.

Artículos como “El mejor cacao del mundo es de Tabasco” o “Agradece Adán López a Jucopo de San Lázaro por diálogo franco” ya mostraban su lucrativa simpatía por el morenista.

Alumno de López Dóriga

Pero antes de incorporarse a La Jornada, Garduño trabajó al lado del “Teacher”, Joaquín López-Dóriga Velandia. López Dóriga es trunco de la carrera de Derecho y Garduño Espinoza es historiador. Es decir: ninguno de los dos estudió periodismo, pero ambos lo ejercen.

Garduño se graduó de la Facultad de Filosofía como licenciado en historia, cubriendo conflictos como la Huelga de la UNAM o la masacre de Atenco, se hizo de un espacio en las medios nacionales.

Desde entonces comenzó a cubrir la fuente de política y tejió simpatía con personajes como Lorenzo Córdova , ex consejero del INE.

Sin embargo, Roberto se ha cuidado de mantenerse a la sombra.

Aunque es profesor de planta, en la UNAM no existen registros sobre su salario o tipo de contratación. Solo se sabe, a través de sus alumnos, que cuando falta, manda a suplentes para cubrir sus clases y así continuar con la plaza.

Otra de sus ambigüedades radica en que, como periodista es Roberto Garduño, pero como militante es Roberto Alejandro Garduño y se permite arremeter, insultar o vituperear a cuantos usuarios lo increpen, señalen o contradigan. Tildándolos de estúpidos e ignorantes.

Además, Garduño Espinoza es maestro en utilizar a La Jornada como ventana para lavar la imagen del morenista a quien llama Adán López, quizá con la intención de sembrar en el imaginario colectivo una figura pulcra de su ahora jefe: Alejada del Adán Augusto de La Barredora.

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