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  • Cuando morir es un alivio…

    Cuando morir es un alivio…

    “El sentimiento de marginación, sumado a su problema de adicción a las drogas y la falta de un propósito general de vida, hace que valoren poco sus vidas y que la muerte, en cambio, sea vista como un alivio”. Explica Karina García Reyes, profesora de la Escuela de Sociología Política y Relaciones Internacionales y del Departamento de Estudios Latinoamericanos, University of Bristol, cuya tesis doctoral la enfocó en el estudio de la violencia del narcotráfico a través del análisis de las historias de vida de 33 biografías de narcotraficantes.

    La clave para atacar la violencia es entenderla: ¿de dónde viene?¿cómo se produce? ¿cómo lidiar con ella?. Y un nuevo enfoque para conseguirlo señala la profesora Karina es ubicar el contexto y preguntar a quienes la protagonizan.

    Por lo que se dio a la tarea de entrevistar a 33 hombres que trabajaron en el narco. Abordó temas como su niñez y adolescencia, alcoholismo, drogas, vandalismo, su incursión y papel en el narco. En términos académicos el estudio pone sobre la mesa una perspectiva que ha sido ignorada por funcionarios públicos y políticos: la de los perpetradores. En ese sentido de acuerdo a la académica Karina García, el análisis de la narración de esas vidas arroja luz sobre las posibles causas de su entrada en el narco y explica la lógica con la que entienden el mundo.

    La guerra del narco promovida por el expresidente Calderón entre 2008 y 2012 no estudio las causas, sino que atacó a grupos con lo que se vivió una de las épocas más inciertas y violentas en la historia del narcotráfico de México. Se incrementaron las balaceras, enfrentamientos entre cárteles y militares que empezaron como acontecimientos esporádicos y terminaron siendo eventos frecuentes sobre todo en el norte del país, lugar de donde es oriunda la profesora García Reyes y que recuerda como la creciente violencia se fue apoderando de muchos territorios, y se empezó a extorsionar a los negocios locales. “Si no pagaban su “derecho de piso” atacaban su negocio o les secuestraban a algún familiar. Poco a poco los negocios fueron cerrando y la paranoia aumentó debido a los mensajes que los narcos mandaban por redes sociales: “esta noche no salgan porque va a haber balazos”. Algunas veces estas amenazas resultaban ciertas.

    De acuerdo a lo que señala la doctora en sociología es necesario atacar las causas estructurales del narcotráfico en México. Y no solo declararles la guerra a los participantes. Desde una óptica de ustedes y nosotros. “Los buenos ciudadanos y los malos” óptica por demás ramplona, fácil y a todas luces limitada.

    De ahí la importancia de atacar las causas, de diferente manera. No a través de la violencia…Acabaríamos en otra guerra como la ya mencionada y llevada a cabo por Calderón. En la que: con cada aparente golpe a la cabeza, las bandas se escindían en facciones más pequeñas que se extendían  por todo el país. Cada cual en busca de su negocio. Los grandes cárteles del Norte, violentos y concentrados en el trasiego de drogas hacia E.U, se convirtieron en una hidra de mil cabezas: un enorme árbol genealógico de padres, hermanos y socios que fueron haciéndose con cada territorio. Dice Eduardo Guerrero Consultor de Seguridad, experto en narcotráfico y Director de Lantia Intelligence. Quien señala que en algunas regiones  el narco se ha adueñado del negocio  de la construcción, el cemento, los ladrillos y de sectores de la alimentación. La falsificación y venta de toda clase de productos de marca, desde relojes a colchones.

    En este sentido señala  Luis Astorga, doctor en sociología y uno de los grandes expertos en redes criminales en México. Habría que comprar una caña de pescar y sentarse pacientemente a la orilla del mar para tener la seguridad de que lo que uno se lleva a la boca no ha engordado las arcas del crimen. Decir narco ya es decir poco, o quizá decir todo. A principios de siglo, la cocaína era la división más poderosa del negocio, y aún hoy, llámese fentanilo o como quiera, la droga sigue siendo la gran fuente de rentabilidad. Lo que se llama cobro de piso, es decir, extorsión a todo aquel que monta una tienda, instala un puesto callejero o va en sillas de ruedas vendiendo cigarrillos…Antes El narco siempre anduvo por sierras y montañas, eran sus lugares de cultivo y sendas de paso, ya no. Poco a poco y por las enormes carencias de los pobladores, no solo han ido amasando comunidades rurales para que les cuidaran las rutas de trasiego de la droga y las casas donde guardaban las armas, dinero e incluso personas secuestradas. Se han extendido a las ciudades.

    El narco señala la periodista Carmen Morán Breña, corresponsal española, especializada en crimen organizado, ha convertido México en un agujero de arenas movedizas, desde hace tres  sexenios, con un poder criminal que ha diversificado el negocio hacia cualquier esfera donde suenen las monedas, de norte a sur, de este a oeste. Tiene un gran músculo social entre las comunidades rurales y barrios de las ciudades más pobres… y dice Breña. El narco no solo ha multiplicado sus negocios, del aguacate a la industria pesquera y maderera, el turismo, los taxis, los mercados de productos falsificados, las pollerías, la cerveza o el reparto del agua; también ensaya nuevos armamentos, desde bombas a drones y su penetración en el ámbito político, no se conforma ya con presionar a los gobernantes electos si no que coloca a su propia gente.

    El narco y su crecimiento exponencial, y correspondiente evolución de acuerdo a los expositores que sobre el tema elegimos para hablarlo: pone en la palestra su enorme crecimiento y hace imposible no verlo. Es una tarea indispensable el estudio serio que permita comprenderlo y derivar políticas públicas en consecuencia.

    En este sentido de acuerdo a la doctora en sociología Karina García Reyes. El discurso del narco tiene un componente clave: el machismo aprendido en los barrios y pueblos más pobres de nuestro país. Los 33 narcotráficantes estudiados y entrevistados…Le dan vuelta a un discurso. “Un hombre de verdad tiene que ser agresivo, violento y mujeriego”. Refiriéndose a la vida en su comunidad, como a una “jungla” haciendo alusión a la ley de la selva o más fuerte … “Cuando era niño, los niños más grandes, me pegaban, se aprovechaban de mí. Yo no era violento…pero tuve que volverme violento, más violento que ellos. Lo tienes que hacer si quieres sobrevivir en las calles. Siempre pensé que mi destino era morir, ya sea de una sobredosis o por una bala”

    Dice otro de los entrevistados por Karina García. Quien afirma. Los hombres no nacen violentos, los hacen y se hacen violentos para poder sobrevivir en ambientes hostiles. Los 33 jóvenes entrevistados, tienen como hilo conductor no haber tenido una figura paterna estable, sino de abandono  la mayor parte del tiempo y además de esa violencia (abandono)  cuando el progenitor estaba, había otra violencia la de los golpes y el alcohol. Este es uno de los factores estructurales que es urgente ser atendidos de manera estructural.

    Las experiencias de vida diaria de aquellos que viven en pobreza son el caldo de cultivo para todo tipo de violencia, dice García Reyes la (doméstica, de género, de pandillas) todo esto enmarcado por un tipo de violencia invisible (micromachismo, racismo, clasismo) y otra pocas veces reconocida la violencia estructural del estado con toda su indiferencia para hacerse de la vista gorda y muchas veces cómplice  ante un asunto al que  llaman  “problema tan complejo” mientras reciben jugosas ganancias.  Por eso es indispensable insistir en los programas sociales: educativos (nueva construcción de las masculinidades a fin de no incentivar y justificar la violencia) así como económicos (apoyos a madres solas, o jefas de familia y apoyos para que estudien los hijos).

    La clave es el cambio de paradigma: que los militares regresen a los cuarteles, que los problemas complejos se empiecen a resolver localmente. Hacer comunidad, tejer redes de apoyo y dejar a un lado el discurso binario que justifica la muerte de “ellos”, el cual solo alimenta hacia “nosotros”. Un discurso hueco.

    Y diseñar políticas públicas de mano de las mismas comunidades. Es decir con una línea política desde el gobierno central: que vea y sienta el problema del narcotráfico. Es decir lo comprenda a profundidad y que de manera conjunta con los gobernadores, regidores, alcaldes, no miren hacia otro lado, ni soslayen. Si no que trabajen en conjunto con los poblados y barrios más pobres, preguntarles, qué necesitan de la mano de trabajadores sociales, sociólogos y psicólogos, para entender el problema de cada comunidad y atenderla. Ese creo es uno de los grandes retos políticos, sacar a los jóvenes de la jungla (selva) como ellos mismos perciben sus inestables y violentas comunidades… “Cuando ves tantos de tus compañeros morir en peleas, de una sobredosis, baleados por la policía, tú piensas que ese también es tu futuro. Solo le preguntaba a Dios. ¿Por qué yo?, dice otro de los entrevistados por la sociología García Reyes para su tesis de doctorado. La pobreza se naturaliza, se entiende como una condición inevitable sin señalar responsables. Se da por sentado que alguien tiene que ser pobre y que no puedes hacer nada para evitarlo. De esta manera, se asume  que el destino de los jóvenes pobres es fatal… y que su muerte es para ellos un alivio.

  • EL ODIO COMO COMBUSTIBLE y Los mercenarios de la estrategia política 

    EL ODIO COMO COMBUSTIBLE y Los mercenarios de la estrategia política 

    “Las campañas son como un torneo. Tú sales a jugar y atacar”  Esto dice Antonio Sola, ideólogo  y estratega de la Ultraderecha, español de nacimiento y nacionalizado mexicano hace un rato, y quién es uno de los principales impulsores de una forma de hacer propaganda política desde lo visceral. Pues  señala que el electorado reacciona  desde la emoción, desde lo más básico, no desde el razonamiento. 

    A dicho personaje se le debe la campaña de “AMLO es un peligro para México” acuñada durante el período electoral del expresidente Calderón, quién nacionalizó a Sola; pues de acuerdo a nuestra constitución: un extranjero no debe intervenir en nuestros asuntos políticos. Y el susodicho se encargó de la campaña política del panista. 

    Sola, quién ha participado en 450 campañas en el mundo. Y que presume de acuerdo a su currículum de haber contribuido en campañas presidenciales de alrededor de 150 candidatos que han llegado a la presidencia; con lo que concluimos, que sabe de que habla. Actualmente Antonio participa y asesora a los emisarios del odio, de la oposición de nuestro país. Se posiciona desde el cuadrilátero de la Derecha, asestando golpes, mientras más traicioneros y bajos, ¡mejor! dice. Eso es lo que convence: las fake news, que enganchan como anillo al dedo con la parte más irracional del ser humano con el área menos evolucionada del cerebro, la que se encargó de nuestra  sobrevivencia; hace miles de años y que ahora amenaza con destruirnos:  la que no analiza a profundidad. La parte que se deja llevar por el impulso. Esa que piensa en la inmediatez. Esa que se detona cuando nos sentimos en peligro. El área del cerebro a la que es necesario enseñarle que la Inteligencia Emocional es el único recurso que nos queda para no destruirnos como humanidad.

    Antonio Sola es solo uno más de los rostros de esa lucha encarnizada por el poder: de los que tienen ya muchísimo, pero quieren más, mucho más, de los que enarbolan la Ambición como Bandera  para conquistar el sentimiento más visceral, el odio más profundo a través de la estrategia política. Ese odio contra todo lo que insinúe siquiera la posibilidad de detenernos y ser solidarios en serio, con los que menos tienen, y que es la población mayoritaria en el planeta. Y no a través del asistencialismo si no de la justicia social. 

    El odio vende, tiene un muy interesante margen de ganancia. Lo sabe muy bien el mencionado estratega de las campañas de la ultraderecha en el mundo. Quien maneja una agenda muy apretada, pues va de país en país. Ahí donde se requiera defender el libre mercado y el Capitalismo Salvaje, la competencia sin cuartel y a los dueños del dinero.

    El odio es el combustible para quemar la imagen del opositor y hacerlo arder, hasta cenizas. No importa le explica Antonio Sola a Sabina Berman como invitado en su programa: “Largo Aliento” del Canal 11. Si lo que se dice en los mensajes políticos es cierto o no…Eso es lo de menos…El asunto es acabar con el “enemigo” . La mayoría de los ciudadanos. No investiga, se va con la finta. Y ahora con las redes sociales las mentiras, las llamadas Fake news, se multiplican, vuelan como el peor de los virus, por todas esas venas de comunicación, que laten en cada uno de los celulares de cada habitante del planeta. FB, Tik tok, Instagram, Whatsapp, Telegram, Twitter, Yootube  y los que falten por descubrir, además de los medios tradicionales, como Radiodifusoras, Televisión que están plagados de información falsa. 

    La misma que no sale por casualidad, o por el ordenador solitario de un ciudadano. Si no de una industria, que está trabajando en tantas trincheras, que ni imaginamos. Desde la consultoría que identifica las debilidades del adversario. Como se hacen los comerciales, para cualquier producto, así se trabaja cada vez con mayor sofisticación para posicionar un personaje de la política como un producto. La estrategia política dirigida desde el referente del odio, busca descalificar, a través de la utilización de arquetipos, convertir en una caricatura al adversario. El miedo nos hace menos civilizados y cosifica al adversario.

    Los expertos estrategas en campañas políticas como Antonio Sola, quién estudio periodismo en la Universidad Complutense de Madrid, se han globalizado. Así que pueden estar en Salvador, como en Argentina o en África, ahí donde la Derecha o la ultraderecha los necesite. Son los Mercenarios de la Política. No importa cómo, ni que suciedad utilizar como él mismo dice, durante esa entrevista concedida a Sabina Berman: lo que importa es ganar, señala, sin perder, ni por un momento la sonrisa de su rostro…

    Y uno se queda pensando en lo escuchado alguna vez, sobre hacer de la política un arte, y en Ghandi el líder político que a través del ayuno, la oración y una actitud pacífica: logró vencer el colonialismo del imperio inglés. Qué lejos parece esta forma de detener las injusticias y de hacer política.

    A cada momento una mentira  repetida hasta la saciedad. Y lo más triste es que mucha gente lo cree porque lo dijeron en la tele…en la estación de radio del carro, en el grupo de whatsapp del grupo de la familia, o de vecinos, o del trabajo. Ojalá antes de compartir una información nos diéramos a la tarea de verificarla en varias fuentes, en medios serios, contrastar hechos, no dichos. Evitar a toda costa las discusiones acaloradas donde prevalece el odio por pensar diferente

    Así como aprender a Argumentar sin Insultar.

    Ahora es tan fácil editar desde una portada, un discurso, un rostro y todavía existe mucha inocencia en la mayoría de la gente. Muchos medios de comunicación. Exageran cualquier tema. Y como ya lo mencionó el estratega que exacerba las campañas del odio Antonio  Sola. No importa que sean mentiras…si no que la gente lo crea.

    El Colegio de México y su grupo interdisciplinario que analiza las campañas políticas, concluye que: “mientras los políticos se centren en discursos de odio, dejan de lado las discusiones importantes para la sociedad y llega un punto en que el rechazo a ciertos partidos cae en seguirle el juego a cadenas de desinformación”

    De acuerdo a varios grupos de Derechos Humanos que trabajan en el mundo; como por ejemplo: el Consejo de Europa y el Colmex en nuestro país. Coinciden en que para hacer una mejor política, así como acercarnos a una mejor democracia es indispensable la contención del discurso del miedo y del odio.

    “El discurso del odio  que es el que cubre todas las formas de expresión, que difunden, incitan, promueven o justifican el odio racial, la xenofobia, el antisemitismo, y otras formas de odio basadas en la intolerancia, incluyendo: la intolerancia expresada por un nacionalismo agresivo y etnocentrismo, la discriminación y la hostilidad en contra de las minorías, migrantes y personas de origen migrante. Así como expresiones destinadas a intimidar, oprimir o incitar al odio o la violencia contra una persona o grupo: por su raza, religión, nacionalidad, género, orientación sexual, discapacidad u otra característica grupal o individual. El odio hace que se insulte y humille a otras personas. El odio hace que las personas piensen que está bien usar la violencia”

    La idea es reducir los niveles de aceptación del discurso del odio en línea. Así como movilizar, entrenar e interconectar en línea a activistas en pro de los derechos humanos y desarrollar respuestas para respuestas constructivas.  

    Y llegar, tal vez un día no tan lejano a extinguir a personajes que hacen de la política un lodazal.

  • La imposibilidad de la Cordura

    La imposibilidad de la Cordura

    Porque toda guerra es irracional, ¡habría que acabarlas!. ¿Cómo?, ¿con más armas? 

    ¿Para alguien puede tener sentido creer que es posible una ganancia económica y territorial; ¿cuando asesinan a miles de niños, jóvenes, mujeres, madres y ancianos? ¿De verdad es posible que puedan dormir tranquilos los fabricantes de armas? Los países que han hecho de su venta un negocio que les reditúa cuantiosos dividendos y que aspiran a más enfrentamientos, pues el negocio de la Guerra, parece no tener fin.

    Son tantas las aristas de lo que sucede en Palestina, una misma raza enfrentada desde hace siglos, por asuntos en algún punto religiosos, territoriales, (léase poder) Y en los últimos años por negocio, por la industria de la muerte: las armas. 

    No existe explicación que convenza ante la tragedia de la muerte, replicada sin la mínima compasión, por quiénes asesinan a la población civil. Lo que sucede en esta última guerra se llama ya de otra manera. No es una guerra entre iguales. Esto es un Genocidio. ¿Cómo se puede defender la población civil? Que vive en medio de este conflicto. 

    Mientras el presidente de EU ve con beneplácito los miles de millones de dólares que aprueba el Congreso de su país, para acabar a Palestina y su “terrorismo” y los señala como los “malos” y a los judíos como los “buenos”. Entonces se simplifica la ecuación entre una lucha de buenos contra malos. ¿En serio? 

    Israel construyó un muro para separarse de los palestinos…Llego a estas tierras, poco después de la segunda guerra mundial a instancias de Inglaterra y Estados Unidos a la cabeza y como parte de una distribución geopolítica que después de lo sufrido con el Holocausto, le permitiera al pueblo judío regresar y por fin tener un lugar fijo. Miles de años habían pasado desde aquella sentencia bíblica con la que se les profetizaba que vagarían por todo el mundo, como unos eternos refugiados.

    ¿Qué pasó desde entonces? ¿por qué pareciera que no hay manera de que se entiendan? ¿De verdad se puede llegar a invadir un territorio…sin consecuencias? 

    Los hechos señalan que Israel no se conformó con el territorio original que buscó adueñarse de más. Un ejemplo de ello es lo sucedido en la franja de Gaza, lugar emblemático no solo por ser frontera con Israel, si no con el mar mediterráneo. Zona que actualmente se encuentra bloqueada por Israel. Tanto por mar como por tierra. Actualmente Gaza es una zona que representa la destrucción y desolación total de la guerra, habitada por palestinos que viven sin nada de lo indispensable, prácticamente sin luz, sin agua potable, sin comida…Alrededor de cada dos años hay una guerra peor que la anterior. Los palestinos no aceptan que Israel se haya adueñado de más del 70 por ciento de su territorio con el beneplácito de la ONU y que los tenga cercados. 

    Algo que es relevante y que apuntan los especialistas en el tema. Es como cada que se acerca una posible fecha para sentarse a dialogar y llegar a acuerdos entre Israel y Palestina, hay atentados importantes de uno o de otro lado. Pareciera que  a algunos les conviene que siga esta guerra eterna. ¿Quién gana? Es la pregunta. Mientras la población civil es la que sufre lo indecible. Y se cometen crímenes de guerra contra la población vulnerable de está región del planeta. ¿Quién gana? Y la respuesta parece ser solo una: La Industria de la Guerra y la imposibilidad de llamarlos a la cordura. Porque se tiene que estar completamente loco para destruir a otro ser humano y pensar que ese hecho traerá paz. 

    Si están tan enojados los líderes de este conflicto, y si ya se agotaron las vías diplomáticas: por qué no se enfrentan a mano limpia,  entre ellos, sin ningún arma. O lo que es mejor, por qué no juegan en un tablero de ajedrez, así de perdiz se podría medir la inteligencia del que gane.

  • La Derecha opositora en México asusta a la población con el comunismo como a los niños con el Coco…

    La Derecha opositora en México asusta a la población con el comunismo como a los niños con el Coco…

    Exactamente de la misma manera porque hasta la fecha sabemos que el popular Coco no existe, y que ningún régimen en el mundo ha llevado a cabo el famoso comunismo. O acaso ¿se ha llegado a que el Estado deje de existir? (tesis máxima del comunismo) 

    Suena a una utopía cada vez más lejana: en tiempos de capitalismo a su máxima expresión, léase globalización. “El ejecutivo del Estado moderno no es más que un comité para administrar los asuntos comunes de toda la burguesía o élites gobernantes” Y en el mejor de los casos y cuando en los gobiernos existen políticas sociales, en  administrador de dichos apoyos que favorezcan a los menos favorecidos. Entonces ¿de cuál comunismo habla la derecha? ¿En qué país se lleva a cabo?  

    Sabrán acaso a qué hace referencia el comunismo y cómo dentro de las paradojas de la existencia; precisamente la Derecha que tanto se asusta con el término y que se vanagloria de su fe cristiana.  Seguramente habrá escuchado aquella conocida afrenta de Jesús con los comerciantes fariseos que habían hecho de la vendimia, su máxima tarea en los templos. Tal como hoy. 

    Las grandes potencias. Investidas con su doble moral. Se persignan mientras clavan la espada en los países menos desarrollados. Sometidos a su poderío por las malas y hasta por las buenas (convencidos algunos de sus pobladores que algún día con mucho esfuerzo podrán alcanzarlos) Sin darse cuenta que para que pueda existir esa riqueza exorbitante de los unos tiene que existir la brutal explotación de los otros. Los países a los que todavía se llama en vías de desarrollo. Y aquí me detengo y me pregunto ¿En serio? Algún día nos desarrolláremos de manera orgánica, natural. ¿Sin la lucha de clases? “Toda la historia ha sido una historia de luchas de clases dominadas en varias etapas del desarrollo social” De acuerdo al clásico filósofo y sociólogo Friedrich Engels; Desde que la economía cobró importancia durante las primeras civilizaciones, la lucha de clases ha estado presente de una forma u otra.  

    Me atrevería a decir que incluso Jesús, uno de los líderes espirituales más importantes del mundo occidental hasta la fecha, sin duda era comunista. Hablaba de compartir en comunidad y de como al dar: se multiplicaban los peces y los panes. Promulgaba el amor y la generosidad como el acto más sublime para con cualquiera ser humano. Habló de los Derechos Humanos, de la Solidaridad y del amor como nadie.  En una época en que la lucha de clases era tremenda. Pues los desfavorecidos eran esclavos. 

    Siguiendo el pensamiento religioso y filosófico de Jesús y si lo aterrizamos a la realidad, se antoja como una gran utopía, un imposible. Porque hasta la fecha la historia de la humanidad, nos ha enseñado que el humano es educado en el egoísmo, y en la defensa de lo propio. Los proyectos de cambiar el concepto se han enfrentado a cruentas batallas en las que la gente no quiere renunciar a sus lujos y comodidades. Y en las que los ricos huyen de esos sistemas. Y en las que los Estados corren el riesgo de convertirse en dictadores crueles y despiadados.

    Siguiendo una de las frases con que uno de los teóricos del socialismo y comunismo (Engels) en abierta crítica a la religión que deja la justicia para una vida después, dijo que: “Los hombres no pueden ser más entretenidos con promesas sobre el cielo, ya reclaman establecer aquí en la tierra el reino de Dios” aquí está resumida para mi la tesis fundamental del comunismo. Establecer aquí en la tierra el reino de Dios. Se antoja lejana por más que luchen los menos favorecidos, y aún los gobiernos más civilizados y conscientes. Y los líderes más humanitarios.

    Para hacer esto una realidad se necesitaría una revolución del pensamiento de tal manera que no fuera necesario el Estado. Una sociedad tan civilizada es como el Coco con el que todavía se asusta a los incautos, ingenuos que piensan que de verdad sería posible en un mundo cada vez más competitivo, instaurar ese Comunismo tan civilizado y desarrollo máximo que suena tan hermoso como utópico. Entonces por qué lo trae a colación esa Derecha opositora, quizá por ignorancia de su significado y porque en nuestro país, ya no habla tanto de acabar con los programas sociales porque parece que empiezan a comprender aún y con todo su enorme egoísmo que es la única forma, no solo de no parecer impopulares, sino de tal vez: no desaparecer.

    El comunismo repito, exige como una de sus reglas  fundamentales que no exista un Estado. Si tiene un Estado no es comunismo, es socialismo.

    En Mexico, de acuerdo a como lo entendemos muchas de las personas que nos ubicamos con la social democracia, hemos entendido que en nuestros países subdesarrollados es urgente que se permita la participación del capital empresarial, pero acotado, para que asuma su responsabilidad social. Es decir que crezcan y den empleos que (dejen de ser precarios) así como obligar a los empresarios a que paguen impuestos que apoyen el crecimiento del país. Así como impulsar los programas sociales y combatir la corrupción. Es decir no un socialismo solo, en el que se acumulé el poder de todos los que conforman un país. Porque como todo lo absoluto, puede corromperse absolutamente.

    Todavía parece un sueño lejano, porque la oligarquía y la burocracia acuñada durante alrededor de 100 años en nuestro país se niega a actualizarse, y se ponen a querer asustar a la gente con la idea de un comunismo, imposible hasta el momento. Incompatible con el estado actual de la humanidad. 

    Por tal motivo me atrevo a afirmar que el actual gobierno aspira y trabaja porque exista una mayor cooperación entre todos. Clases menos favorecidas, Clase media y Ricos. Ya que nuestro país está conformado  por este gobierno de 3. Y en el que todos son importantes. Entonces ¿cuál comunismo? 

  • Ese cáncer llamado corrupción y su estela de destrucción…

    Ese cáncer llamado corrupción y su estela de destrucción…

    Recuerdo mi niñez, la adolescencia y la juventud unida a la palabra crisis económica. Se la escuché decir a mis familiares una y otra vez asociada a la situación que vivíamos en casa, y en el país. Recuerdo a los presidentes en turno: Díaz Ordaz, Echeverría, López Portillo, Miguel de la Madrid, Salinas de Gortari, Zedillo;  así como los conceptos y frases sueltas dichas por los adultos más experimentados al referirse a estos personajes. Hipócritas, vende patrias, acaparadores, corruptos, asesinos. 

    Cada etapa de sus gobiernos una afrenta para el pueblo. En la que todo se encarece y es más difícil acceder a una vida digna. Y de manera gradual se pierden oportunidades que son derechos plasmados en nuestra constitución: el derecho a la educación: hacen falta siempre más escuelas, desde educación elemental, hasta universidades. Por supuesto también el derecho a la salud, desde una perspectiva integral en la que el estado garantice, no solo el acceso a una revisión oportuna sino a los medicamentos. Al igual que en el tema de la educación, hacen falta escuelas, también hacen falta siempre más hospitales. 

    En este sentido también recuerdo claramente la palabra estado obeso; palabra para analizar con detenimiento. Ya que no se refiere al gasto asignado si no a la forma arbitraria de usarlo, mediante acuerdos no dichos, mediante los cuales los mandos altos o directivos podían hacer un uso discrecional de recursos que no les pertenecen (pues el estado bien entendido somos todos) pues todos en menor o mayor grado pagamos impuestos. Y ese uso discrecional permite que el funcionario en turno, tenga chófer, gastos para ropa, o representación. Y así de manera gradual y cínica seguir  usando un recurso estatal, ya sea local o federal con total impunidad o como la lámpara de Aladino. Recurso que a nuestros días es usado de manera todavía desproporcionada por el poder judicial. O Sea el Estado Obeso, lo entiendo que se produce cuando existe una desproporción en la utilización de los recursos en manos de unos pocos funcionarios  que se reparten los recursos para su propio beneficio. 

    Recuerdo con precisión mi peregrinar ya como adulta joven profesionista en oficinas gubernamentales y el fétido olor a podrido de la burocracia y su amiga la corrupción. Por qué cuál es el nombre adecuado que se le debe dar a directivos que se roban insumos para utilizarlos de manera personal; cuando los inmuebles estatales están prácticamente desmantelados. 

    Otro tema que se cuece aparte y que tiene el mismo olor fétido es el de los  sindicatos usan el poder para defender lo indefendible (plazas dobles) para vender las mismas o heredarlas sin importar las habilidades o capacidades. Tema este de los sindicatos que ha abonado de manera paradójica a la corrupción ya fueron concebidos para proteger al trabajador y que actualmente están casi por completo desvirtuados.

    Contado así pareciera un galimatías de corrupción que respira en todo el aparato de poder. Y que hacia afuera con las obras de infraestructura siguiera su crecimiento con Licitaciones que dan preferencia a los mismos empresarios de siempre. Es decir heredados por los antiguos gobiernos, y que tienen las concesiones por años de carreteras, aeropuertos, cárceles y hasta los baños del metro. 

    Lo brevemente expuesto no hace más que advertir que es indispensable la continuidad de un gobierno que requiere dejar un precedente en el cambio de prácticas que vayan hacia dejar de normalizar la corrupción. No como un tema secundario, si no como un tema vital de supervivencia. Seguir con el mismo modelo es dispararse una y otra vez en el pie.

  • La sociedad silente como abono para la corrupción

    La sociedad silente como abono para la corrupción

    Alguna vez hice una entrevista a un magistrado sobre una ley que estaba por aprobarse, y que era muy injusta para la población. Era el cobro de intereses sobre intereses o Ley del Anatocismo que afortunadamente fue derogada y que permitía el cobro agiotista para cualquiera que tuviera un crédito con cualquier sociedad mercantil. Recuerdo con nitidez su comentario sobre lo importante de  manifestarse por todos los medios para evitar que se aprobara. Y se refirió a la “sociedad silente”. Durante esa época 95/99 se organizaron comités de un grupo que se llamó el Barzón y que dio la pelea en todo México.

    Recuerdo que el magistrado me dijo que nuestro silencio como ciudadanos contribuía a que los que ostentan el poder en el ámbito que sea, sigan promulgando leyes contra el mismo pueblo; haciendo cobros excesivos y no atendiendo las demandas de la gente.

    Parafraseando a Jhon Steinbeck autor de Viñas de Ira, en el cual el autor nos plantea la lucha sin cuartel de los grandes acreedores (bancos, empresarios y gobierno) que solaparon en contra de una gran masa de desposeídos que vieron con desolación como la lucha de una vida se fue por el caño, cuando se desarrolló la famosa crisis de 1929 en los Estados Unidos y una de las peores recesiones económicas en el mundo.“Lo lamentamos. No somos nosotros. Es el monstruo. El banco no es como un hombre” “El banco es algo más que los hombres” “Es el monstruo. Los hombres lo hacen pero no pueden controlarlo” “Bien contestaron los agentes. Primero vendrá el sheriff, luego la tropa. Si pretenden quedarse serán asesinos. El monstruo no es como los hombres, pero puede obligar a los hombres a hacer lo que quiere.” 

    Voy a pensar en eso – dijo el colono – todos tenemos que pensar. Debe haber un modo de detener eso. No es como el polvo o los temblores de tierra. Es peor; es cosa hecha por los hombres y, ¡por Cristo! Nosotros podemos cambiarla”

    En ese sentido hoy quiero hablar, sobre nuestro silencio como ciudadanos y la participación social. Y reflexionar sobre cuál es nuestra reacción en todos los órdenes cuando nos enfrentamos ante la indolencia de cualquier servicio que devengamos: ¿qué hacemos, cuando nos cobran de más, o no atienden nuestras demandas? 

    Seguramente te ha pasado que escuchas muchas quejas en lo privado, algunas veces airadas, cuchicheos lastimeros en filas y charlas de sobre mesa, que no se concretan en denuncias formales ante las instancias adecuadas. 

    A la mayoría nos molestan las manifestaciones y reclamos, cuando se congregan muchas personas; se cierran calles, y tenemos que pasar por ahí. La paradoja es que se han tenido que regular las manifestaciones y expresiones ciudadanas a fin de beneficiar la movilidad de todos los ciudadanos. Sin embargo siguen siendo necesarias, cuando ya no se escuchan las denuncias, y los reportes y oficios son ignorados.

    Está vez quiero invitarlos a pensar en la necesidad de no claudicar cuando nuestras demandas son justas, y usar todos los medios a nuestro alcance para ser escuchados no solo por las autoridades y representantes de nuestra colonia, barrio, pueblo, de los que quisieron representarnos y trabajar para nosotros pagados con los impuestos de todos. También las empresas que nos ofrecen un servicio, nos quieren de clientes. Pero parecen olvidarlo una vez que se contrata el servicio, pasa lo mismo con muchos de nuestros gobernantes. Entonces la participación social es para siempre. Es un derecho que debemos ejercer, si no, ¿cómo se van enterar los que otorgan el servicio? A veces presuponemos que lo saben y que se hacen. Entonces con mayor razón. ¿No creen?

    Hace 5  años vimos como cristalizaba un sueño. Triunfaba una oposición progresista. ¿Qué entendimos con ello? Cada quién entendió lo que pudo de acuerdo a sus capacidades y contextos. Lo que es seguro, es que cada uno de los que votamos por el cambio queríamos que nuestro entorno mejorara. Teníamos expectativas; quizá unas más realistas y otras más idealistas y complicadas.

    Seguramente estamos de acuerdo en algo, ha sido una transición, nada sencilla. La gran cantidad de inercias: gran corrupción en todas las instituciones (sin una sola que se salve) ha hecho una gran mella en los sueños de varios. Mientras más idealistas, seguro más decepcionados. Porque no es posible cambiar en 5 años 80/100 años de un Aparato de Estado corrupto hasta la médula. 

    Lo más difícil, si somos realistas, ha sido cambiar la burocracia en cada una de las instituciones, que de acuerdo a nuestra constitución (una de las mejores del mundo) fueron concebidas para protegernos a los mexicanos. Pero, ¿Cómo cambiar la mentalidad de los servidores públicos, acostumbrados a la transa como a una segunda piel?.  

    De ahí las frases que todos hemos escuchado: “El que no transa no avanza”  “A mí que me pongan dónde hay” “De que lloren en mi casa, mejor en la tuya” “Un político pobre, es un pobre político” Cada una  de estás; refleja una sola cosa. Cada una de ellas. Absolutamente mediocre y miserable: falta de ética y de compromiso de servicio. Quienes las acuñaron por supuesto han sido los mismos burócratas o servidores públicos. Desde Presidentes y hacia abajo, atrás, a los lados. Los  que no son más que psicópatas integrados que encontramos también en la política, y que están en ella con el único fin de tener poder, acercarse a licitaciones amañadas y enriquecerse.  

    ¿Qué podemos hacer los ciudadanos? ¿De qué manera podemos hacer valer nuestros derechos?

    Podemos unirnos, formar una comunidad, recuperar espacios. Apelar a la consciencia cívica. Observar a cabalidad el lugar donde vivimos. Reunirnos con nuestros vecinos, hacer consensos y trabajar junto con la autoridad. Suena a una utopía todavía en México. Porque no han sido amigables las autoridades en muchos de los gobierno, ni nuestros representantes. Una vez electos parecen volverse amnésicos. Y se les olvida que están trabajando para nosotros,  y tuviéramos que suplicarles …

    A veces creo que el papel de los idealistas es el de creer que sí es posible vivir mejor, que no hay manera de que no suceda, que los bien intencionados somos más en el mundo,  y que efectivamente México está en un proceso de deconstrucción para construirlo sobre bases más firmes.

    Sé que no es posible cambiar de un plumazo, pero cuánta falta nos hace creer que son posibles los pequeños grandes cambios y verlos reflejados con ejemplos cercanos y cotidianos en nuestras colonias. Por eso votamos por el cambio, sabemos que es posible. Por lo mismo es necesario que los ciudadanos de a pie, opinemos, y señalemos lo que todavía falta por hacer. Las democracias se construyen proactivamente con la participación de los ciudadanos. 

    Sin duda han existido aciertos, pero es necesario decir  lo que falta por hacer y confiar que los que nos representan cumplirán su deber. Y que nosotros tenemos siempre la posibilidad de también trabajar en conjunto con nuestras autoridades. De eso se trata, de ir construyendo gobiernos que trabajen del lado del pueblo. 

    Tenemos que romper inercias y dejar de normalizar la corrupción, y dejar de ser un pueblo silente que solo se queja en lo oscurito. Así como participar apegados a la legalidad (de ahí la importancia de conocer nuestros derechos) y sobre hechos comprobables, no chismes, ni verdades a medias, de esas que abundan actualmente en internet, y que el ciudadano para saber si es verdad, necesita contrastar no solo porque parezcan “aparentes verdades furibundas” gritadas a voz en cuello por los oligarcas de los medios de comunicación, furiosos porque se les exige pagar impuestos acordes a sus cuantiosas ganancias, se les quita la concesión sobre los libros de texto y estos se hacen más acordes a una sociedad que  necesita avanzar sobre los temas de diversidad, género, racismo, clasismo. Así como mirar la historia de su país de manera crítica. No solo acumular conocimientos y repetirlos como merolico. Eso solo es memorizar. También es fundamental atender a un tema pilar en la formación de cada niño y joven, aprender a vivir en comunidad. Tema crucial en la participación social y de los nuevos libros de texto.

  • Son pobres porque quieren o la Cultura del “Echaleganismo”

    Son pobres porque quieren o la Cultura del “Echaleganismo”

    De acuerdo a lo que nos dice el diccionario: el “echaleganismo” no es otra cosa que el mito de la “meritocracia”, y aunque pueda parecer un término muy complicado de entender, en realidad es muy sencillo, pues en éste se cree que las personas pueden lograr todo lo que propongan si trabajan duro, en pocas palabras, si “le echan ganas” agregaría por si no acabara de comprenderse la idea, hacen méritos con quién sea que sea su empleador  o si trabajan por su cuenta para salir de la pobreza, lo lograrán tan solo con el poder de su voluntad y trabajando duro. Qué se lo digan al obrero/ra o peón  que desempeña diversos oficios y que sale desde las 4 de la mañana para cruzar la ciudad o su pueblo, y que regresa a su casa en la noche. 

    Con esta idea, para que las personas puedan llegar a la parte más alta de la pirámide social, alcancen privilegios y una situación de riqueza, solo necesitan talento, esfuerzo y dedicación; es decir su propio mérito. A pesar de que no suena algo imposible, esta idea no toma en cuenta EL CONTEXTO en el que se desenvuelven  todas las personas: si son ricas, tienen herencias, son trabajadores, o viven en situaciones de pobreza extrema.

    Esto es muy importante, ya que son situaciones que distorsionan la igualdad de posibilidades: “a pesar de la vasta creencia de que el ingreso es fruto del esfuerzo, la cantidad de ganas echadas no es proporcional al éxito obtenido”, explica Alice Krozer (Profesora investigadora del Centro de Estudios sociológicos en El Colegio de México con doctorado en estudios de Desarrollo por la Universidad de Cambridge. Ha escrito sobre la medición de la desigualdad, salarios mínimos, pobreza, género y el estado de bienestar. En su texto La mentira de la meritocracia, por lo que dice: para ser rico hay que nacer rico.

    Y aunque esto no quiere decir que las personas que son ricas no trabajan duro, al criticar el “echaleganismo”, se hace ver que ellos los que no nacieron ricos le “echan” tantas ganas como lo hacen otras personas; pero no todas logran acceder a un nivel más alto, debido a que viven en situaciones desiguales. Pues mientras el 74 por ciento de las personas que nacen en pobreza en México nunca salen de ella; con o sin ganas, mientras que aquellos que nacen ricos casi nunca pierden su posición y heredan los privilegios a sus hijos, explica Alice Krozer.

    La idea central de la meritocracia es el criterio de un orden en el que el mérito prima como criterio de distribución, sin embargo crea una contradicción ante sistemas que están basados en la selección mediante características adscriptivas como riqueza heredada, clase social, etnicidad, raza.

    Con lo que se concluye que la riqueza es una montaña sin cima; siempre se puede subir más alto. En la miseria no se puede descender más bajo de cero”

    “Es difícil entender a esta sociedad que sigue caminando para que el 1% de la población tenga el 99% de la riqueza mundial; realidad que sigue avanzando con la estrategia de los enriquecidos, la complicidad de personas con dificultades económicas que viven en crédito continuo, y que no acaban de despertar y darse cuenta que nunca les alcanza; que con trabajos llegan a fin de mes. Así como con la indiferencia de políticos y empresarios corruptos” Sin embargo todavía algunos se asustan de la palabra distribución social a través de programas sociales que apoyen a los que menos tienen. Así como se asustan de la idea de pagar impuestos altos que sean cobrados de manera justa a los que más tienen. Cuando la desigualdad social en especial en los países subdesarrollados como América Latina, como México; llega a ser obscena, como bien lo anotan los sociológos y esposos franceses, Monique Pincon Charlot y Michel Pincon, especialistas en clases sociales y pobreza.

    Y señalan que “Llega a ser obscena la riqueza de unos, así como terrible la pobreza de otros ( el 99 % de la población en el mundo) “Hoy en día, algunos conducen automóviles lujosos, poseen yates capaces de cruzar los océanos y habitan quintas rodeadas de parques encantadores. Ellos ganan en un mes lo que otros jamás podrán ganar en una vida completa de trabajo. En contraste, cada día hay más personas que viven en la pobreza: tú sin duda, has oído hablar del desempleo y sabes que en el mundo hay muchas personas que no tienen trabajo. Otros trabajan, pero no ganan suficiente para vivir bien: les falta lo necesario para comer, no tienen cómo ir al médico y nunca salen de vacaciones”.

    Con su estudio riguroso de las clases sociales, en particular de las élites.  Se propusieron resolver la pregunta que le da título a su libro. “Por qué los ricos son cada vez más ricos y los pobres cada vez más pobres”. ¿Cuáles son las raíces de la pobreza? La pobreza en el mundo tiene diversas causas: el colonialismo, la esclavitud, la guerra, las invasiones. La corrupción, empleos precarios (mal remunerados y sin prestaciones)

    Sin embargo todavía algunos se asustan de la palabra distribución social a través de programas sociales que apoyen a los que menos tienen. Así como se agobian ante la idea de pagar impuestos altos que sean cobrados de manera justa a los que más tienen. Cuando la desigualdad social en especial en los países subdesarrollados como América latina, como México; llega a ser obscena, como bien lo anotan los sociológos y esposos franceses, Monique Pincon Charlot y Michel Pincon. La pobreza y la desigualdad en México tienen raíces históricas ancestrales, que se relacionan con la estructuración desde tiempos coloniales, de una sociedad dual con grandes diferencias culturales, de acceso a oportunidades, y en su distribución geográfica o territorial. Así como de concentración de riqueza y poder. Entonces, ¿Solo se trata de echarle ganas?

  • Primero La Gente

    Primero La Gente

    ¿Qué puede servir de brújula ante la marea del caótico fenómeno descontrolado de expropiación de tierras selectivas; así como de los recursos naturales del planeta que dependen de un mercado cada vez  más voraz y destructivo con el planeta y su población?

    Quizá hacer hincapié en una educación que promueva el desarrollo de los seres humanos que vaya dirigida hacia un profundo sentido de comunidad, de solidaridad y de políticas públicas donde sea primero el bienestar de la gente.  

    Amartya Sen premio Nóbel de Economía en 1998 concibió una teoría sobre la búsqueda del Bienestar con la tesis de construir un Estado Rector que aplique políticas públicas que apoye la tesis de: Primero La Gente bajo la directriz del bien común y la compasión. 

    Al apoyar el desarrollo de la población de escasos recursos a fin de garantizar para todos las libertades políticas, los servicios económicos, las oportunidades sociales bajo el signo rector de una ética que proteja a la población más vulnerable y que pueda garantizar el derecho a la alimentación, a la educación, salud, y un lugar digno donde habitar. 

    Es decir un bienestar económico que promueva el desarrollo humano y que favorezca el desarrollo humano en todos los ámbitos.

    El bienestar se incrementará cuando las personas sean capaces de leer, comer y votar.

    Es decir privilegiar al ser humano, en vez de a los números como los antiguos economistas. Es decir no solo decir que los indicadores micro y macro económicos dicen que estamos bien, si no que se vea reflejado en la forma de vida de la gente.

    América Latina requiere que la población de escasos recursos, así como sus recursos naturales sean protegidos del capitalismo voraz no solo de los empresarios propios, si no de las grandes empresas trasnacionales, pues se tiene una larga constancia de atropellos en contra de su gente y naturaleza. 

    No se pueden dejar las políticas públicas de un país a expensas de los empresarios y sus buenas intenciones. Se requiere una directriz firme que proteja a los más pobres. Por eso: Primero La Gente. 

  • La sociedad del híper consumo y la Soledad

    La sociedad del híper consumo y la Soledad

    ¿Para qué compramos? ¿Lo necesitamos? ¿Consumimos para nosotros? O en el imaginario nos vemos luciendo ese bien para los demás, y para nosotros de pilón. Para pertenecer a un grupo social, para sentirnos aceptados, aprobados y entonces aprobarnos también nosotros. Hasta que llegue el nuevo producto, más moderno, más actual, más veloz, ¿más qué?…

    El consumo como un viaje, un dopaje nuevo. En el deseo de escapar de la realidad que no aceptamos. Como una forma de huir de la rutina y los vacíos existenciales a través de las compras.

    Cuanto más aumentan las exigencias de aparatos más eficientes y que nos prometen más comodidad, ropa más sofisticada y de marca, más se ensanchan las arterias de la frustración por no poder adquirir ¿lo mejor?

    Los grandes consorcios comerciales de los capitalistas nos han sumergido en el bucle psicológico del híper consumo, en que compramos, casi por comprar, en un impulso, lo que realmente no necesitamos, acorraladas todas nuestras defensas conscientes por una oferta inmisericorde de artículos que prometen hacernos la vida ¿más cómoda? ¿más moderna? y todos queremos, aspiramos a ser como los líderes de opinión en que se convierten los artistas, los youtubers, los famosos que admiramos. Publicidad empresarial que además ya viene integrada a nuestro teléfono celular: publicidad brutal que promueve cada tercer día un nuevo producto con variaciones que prometen hacerlo mejor y que además adquieren aquellos a los que queremos parecernos. Hasta convertirnos en eternos aspiracionistas, desterrados en nuestra fantasía de la clase trabajadora en la que la mayoría nacimos: desclasados que sueñan en tener aunque sea un poco de lo que prometen los mercados globales a precios bajos, para todos. En una aparente democratización que llega a través de los grandes consorcios para los que cada ser humano es un posible cliente.

    Dentro de una cultura que quiere que el consumo sea cada vez más rápido: una y otra vez como un vicio al infinito, como un paliativo a la vida difícil de nosotros, los individuos ante la miseria cotidiana, como una forma de compensar nuestra soledad, decepciones, frustraciones íntimas o profesionales. 

    En el que hay un aspecto casi terapéutico ante la bulimia de nuestra vida que nos ayuda ¿a sentirnos mejor? Dentro de una paradoja de una cultura de ansiedad, de angustia por comparación con otras vidas a las que accedemos de inmediato por las redes sociales. 

    Durante mucho tiempo los sociólogos han desentrañado el misterio del consumo que parece desde una perspectiva “irracional” (compra de tarjetas de crédito que se convierten en impagables)…La gente no compra las cosas para sí mismas si no que las compran para ser sujetas de la admiración, para que se las vean los demás. Para diferenciarse de los que no pueden acceder a los que ellos sí, para generar envidia, para distinguirse socialmente, para competir con los otros, para ganar un lugar, un prestigio…como un signo de pertenencia a la clase que quisiéramos acceder.

    De acuerdo al análisis del sociólogo y filósofo francés Gilles Lipovetsky El híper consumo se relaciona directamente con el fenómeno del vacío existencial en la persona post moderna.

    En el contexto de 1950-1970/s en el desarrollo de la sociedad de consumo masivo y de la llamada “democratización” de los productos y su generalización de bienes de consumo como el refrigerador, el wc (baño que hoy damos por hecho en cada casa) el teléfono por cada familia, la televisión, el coche. Productos que eran el ideal de la modernidad y estatus en cada casa y que hoy ha cambiado por los pluriequipos en los hogares. Ya que ahora han cambiado para volverse símbolos de consumo cada más individualizados, ya no es un aparato por familia, ahora cada individuo tiene el suyo. Su propio televisor, uno por cuarto, su propio teléfono celular, su propio auto en algunos sectores sociales.

    Al capitalismo le interesa cada usuario como un posible híper consumidor. En los hogares esto se ha reflejado en personas aisladas (incluso los niños) en el mundo de sus aparatos, recluidas en su espacio y su tiempo (encerradas en su cuarto) y comprando por redes bienes efímeros con los que olvidar la paradoja de su incomunicación. 

    Lo que ha desembocado en una nueva fase del capitalismo y su globalización que Lipovetsky denomina una sociedad de híper consumo, híper individualista. Con lo que se exacerba la soledad, así como una serie de sistemas que mantienen enganchados a los usuarios a la mercadotecnia con que los bombardean: nuevos celulares, pantallas de TV, PC, Modas, Ropa, Menús, Cómo y Dónde comer o divertirse (turismo, bares, gym, shows) así como las exigencias de calidad, de nuevas normas sociales de lo chic o cool. Como por ejemplo ser eternamente jóvenes, delgados…Lo que lleva a los híper consumidores a una mayor frustración y depresión. Aislados cada uno en sus equipos electrónicos y comunicados con gente desconocida que les da quizá un me gusta, o varios, que no alcanzan para paliar el sentimiento de aislamiento. Lo que obviamente no se traduce en el calor real de una familia, una comunidad o el lazo profundo de la solidaridad.  

    Quizá habría que crear una asignatura en las escuelas y en las áreas de trabajo; que nos hiciera reflexionar sobre las siguientes preguntas:

    ¿Cómo vivir hoy en día sin televisión, sin teléfono, sin computadora? ¿Cómo vivir fuera de la espiral mercantil? ¿O preguntarnos si se puede hacer esta vorágine más humana?  Menos dañina con el medio ambiente y con cada uno de los que habitamos el planeta.