El panista Eduardo Rivera enfrenta graves acusaciones por un posible desfalco de 200 millones de pesos, sumando un daño patrimonial total de 1,571.4 millones.

Eduardo Rivera, exalcalde de Puebla, atraviesa un momento complicado, pues se encuentra bajo la lupa tras las acusaciones de un desfalco de 200 millones de pesos, cifra que se suma a un daño patrimonial estimado en 1,571.4 millones. Esta situación ha puesto en jaque su imagen y legado.
La Auditoría Superior de la Federación (ASF) ha señalado irregularidades en la cuenta pública de 2023 y Rivera no ha logrado justificar estos hallazgos. La diputada federal del Partido del Trabajo, Nora Merino, asegura que este caso atraerá la atención de todos, y evidencia la falta de transparencia de Rivera.
El plazo para presentar pruebas ha vencido, y Merino criticó el silencio de Rivera ante las reclamaciones. Este vacío en la comunicación genera más dudas sobre su gestión, la cual se había promocionado como un modelo de honestidad.
Los documentos indican que, en 2022, la Auditoría Superior del Estado (ASE) había identificado un daño patrimonial significativo. Contratos asignados de manera directa y falta de comprobantes son solo algunas de las irregularidades detectadas.
La diputada también sugirió que parte de los recursos podrían haber sido desviados a su campaña para la gubernatura en 2024, lo que añade un nivel de seriedad a las acusaciones, ya que su derrota electoral resuena en medio de estas investigaciones.
Los cálculos son alarmantes, dado que de los 1,148 millones observados, más de 261 millones corresponden a daño patrimonial. Contratos manejados en el sector de comunicación social han levantado banderas rojas.
Los poblanos necesitan respuestas claras. José Chedraui Budib, el alcalde actual, denuncia un “hoyo financiero” que perjudica a la comunidad. Este legado de corrupción pone al descubierto la necesidad de una gestión más responsable en Puebla.
