Un incidente de violencia por parte de agentes del ICE ha dejado a una madre ecuatoriana y sus hijos en estado de shock tras la detención de su esposo en Nueva York.

El Servicio de Control de Inmigración y Aduanas (ICE) ha vuelto a estar en el ojo del huracán. Esta vez, una mujer ecuatoriana, Mónica Moreta-Galarza, vivió una experiencia aterradora cuando su esposo fue arrestado mientras asistían a su audiencia de asilo en Manhattan.

El suceso ocurrió en el edificio de la Federal Plaza, un lugar donde los migrantes suelen enfrentarse a situaciones tensas. Mónica y su familia huyeron de Ecuador tras recibir amenazas de muerte por parte de pandillas. Lo último que esperaban era enfrentarse a la violencia en Estados Unidos.

Cuando los agentes del ICE detuvieron a Rubén, Mónica, desesperada, suplicó: “Por favor, llévame a mí también”. En lugar de compasión, recibió una respuesta brutal. Un agente la empujó al suelo frente a sus hijos, quienes lloraban sin entender lo que sucedía. Mónica relató que la sometieron de manera violenta, golpeándose la cabeza contra el piso.
La escena fue captada por varios medios y generó una oleada de indignación. Tras el ataque, la familia se refugió en la oficina del asambleísta neoyorkino Daniel Goldman. “Esto es inaceptable”, expresó Goldman, exigiendo medidas disciplinarias para el agente involucrado.
Brad Lander, contralor de Nueva York, también condenó la acción de ICE. Aseguró que Mónica no representaba ninguna amenaza y que el uso de la fuerza fue excesivo. La situación ha reavivado el debate sobre las tácticas del ICE bajo la administración de Donald Trump, quien ha promovido políticas antimigrantes que han sembrado el miedo entre las comunidades.
Ecuador, a través de su Ministerio de Relaciones Exteriores, ha solicitado una investigación sobre el incidente. El gobierno ecuatoriano quiere respuestas y apoyo para Mónica y sus hijos, quienes también buscan asilo.
En medio de todo esto, la comunidad ha comenzado a organizarse. Sacerdotes y activistas han estado acompañando a los migrantes a sus audiencias, creando un escudo humano contra las detenciones.
Este triste episodio pone de relieve la vulnerabilidad de los migrantes en Estados Unidos. Mónica y Rubén solo buscan protección y una vida mejor para sus hijos, pero enfrentan una realidad hostil que parece no darles tregua.
