En un emotivo encuentro, familiares de 386 cuerpos no identificados en un crematorio de Ciudad Juárez clamaron por la intervención de la Fiscalía General de la República. La presidenta Claudia Sheinbaum escuchó sus súplicas mientras prometía apoyo a las comunidades indígenas.

Dulce, una adolescente de 14 años, se abre paso entre la multitud. Con una carta en mano, simboliza la esperanza de muchos. Cuando la presidenta Claudia Sheinbaum llega al estadio de Béisbol Juárez Vive, Dulce corre hacia la camioneta negra y, con determinación, extiende su mano a través del vidrio. La presidenta la abraza y recibe la hoja que contiene un mensaje urgente.

Las familias de los 386 cuerpos hallados en el crematorio Plenitud sienten que el tiempo se les escapa. Miguel Villanueva, un hombre que busca a su madre y a su hija, expresa su descontento: “La Fiscalía Zona Norte nos está dando atole con el dedo porque no hemos visto avances de las investigaciones. Hasta ahorita dicen que van 86 cuerpos, yo solo conozco a cuatro personas a los que ya les entregaron, ¿en dónde están los demás?”. Por su parte, Bertha Matías, otra madre en la búsqueda, comenta: “La FGE ha sido redundante en la información. Queremos expresarle las injusticias a las que hemos estado sometidos”.

En las gradas del estadio, miembros del colectivo Memoria, Dignidad y Justicia observan con atención. Sus miradas se cruzan con las de los políticos presentes. La presidenta se dirige, en especial, a las comunidades indígenas, prometiendo un plan de justicia para la Sierra Tarahumara y apoyo directo de 12,000 millones de pesos.
A medida que la presidenta aborda temas de economía y bienestar, las familias siguen esperando respuestas. La voz de Esmeralda Rosales, quien busca justicia por su madre, se alza entre el ruido del evento: “Lo único que quiero es que se haga justicia realmente y que yo pueda recuperar el cuerpo de mi madre y darle una sepultura”.
Las voces de quienes buscan respuestas resuenan con fuerza. En Ciudad Juárez, el anhelo de justicia persiste, y el encuentro de este viernes se convierte en un símbolo de la lucha y esperanza de cientos de familias que anhelan un cierre a su dolor. (Con información de El País).
