Etiqueta: Derechos civiles

  • Trump intensifica control sobre voces críticas

    Trump intensifica control sobre voces críticas

    Una nueva directiva de seguridad nacional amplía el alcance del aparato antiterrorista. Activistas y ciudadanos temen que se use para vigilar opiniones políticas y creencias personales.

    Donald Trump presentó la NSPM-7 rodeado de asesores en la Oficina Oval. La medida encendió alarmas entre grupos defensores de derechos civiles.

    La directiva busca identificar y frenar lo que el presidente llama “violencia de izquierda radical”. Ordena a agencias federales y locales trabajar juntas contra quienes considere una amenaza política.

    En el documento, la administración define señales para detectar posibles actos violentos. Entre ellas, menciona actitudes contrarias al cristianismo, al capitalismo o a lo que llama “valores tradicionales estadounidenses”. También apunta a quienes critican las políticas migratorias, raciales o de género.

    El asesor Stephen Miller afirmó que el plan “inicia una estrategia nacional para actuar antes de que ocurra un ataque”. Para lograrlo, el Gobierno reorientará las Fuerzas de Tarea Conjuntas contra el Terrorismo del FBI hacia la vigilancia de grupos e individuos.

    Estas fuerzas reúnen más de 4 mil personas y funcionan en cooperación con policías locales y estatales. Su gran alcance permite investigar sin notificar de manera directa al Congreso o a los gobiernos estatales.

    En la NSPM-7, el Departamento de Justicia recibe la misión de vigilar redes, organizaciones y financiadores relacionados con acciones políticas violentas. La lista de delitos incluye doxing, swatting, disturbios, saqueos, allanamientos y daños a propiedad.

    Para críticos como activistas y periodistas, la directiva borra las líneas entre violencia real y libre expresión. No aparece ninguna referencia al derecho constitucional de protestar o de disentir.

    Sebastian Gorka, encargado antiterrorista de la Casa Blanca, defendió la medida. Dijo que “la izquierda se niega a dejar la retórica violenta” y que Trump actúa “para proteger a los estadounidenses de amenazas graves”.

    Voces opositoras advierten que esto puede convertirse en una herramienta para acallar críticas legítimas. Temen que se vigile a personas solo por sus ideas o por participar en movimientos sociales.

    La tensión crece. Entre discursos encendidos y medidas cada vez más duras, muchos ciudadanos miran con preocupación el futuro de la libertad de expresión en el país. (Con información de Ken Klippenstein).

  • Se mantiene orden de cierre del centro migratorio “Alligator Alcatraz”

    Se mantiene orden de cierre del centro migratorio “Alligator Alcatraz”

    La jueza Kathleen Williams rechazó la solicitud del Gobierno de Estados Unidos de suspender su propio fallo que ordenaba el cierre progresivo del centro de detención de inmigrantes en los Everglades, conocido como Alligator Alcatraz, de acuerdo con información recopilada por El País. La decisión llega mientras el Departamento de Seguridad Nacional (DHS) apela formalmente la orden.

    El pasado jueves, Williams determinó que la población del centro debía reducirse en 60 días, por lo que debían trasladar a los internos a otras instalaciones y desmontar cercas, torres de luz y generadores. Ambientalistas y la tribu Miccosukee, que presentaron la demanda, celebraron la resolución debido a los impactos medioambientales y culturales que implicaba el centro.

    El Gobierno defendió la operación de Alligator Alcatraz, alegando que su cierre afectaría la seguridad pública y el control fronterizo. Sin embargo, organizaciones ambientales y legisladores como Maxwell Frost señalaron que la instalación alberga apenas 300-350 personas, a pesar de contar con capacidad para 2 mil, y calificaron a los argumentos oficiales de ser exagerados e infundamentados.

    Paralelamente, varias demandas de derechos civiles han denunciado irregularidades graves y condiciones inhumanas: detenciones prolongadas sin cargos, obstáculos al acceso legal, condiciones precarias como inundaciones, plagas y exposición a la intemperie, y deportaciones forzadas con firmas de salida voluntaria sin representación legal.

    El caso de Alligator Alcatraz refleja la creciente tensión en la política migratoria de Florida. Mientras la batalla legal continúa, la Administración DeSantis planea abrir un segundo centro, llamado Deportation Depot, en una prisión estatal del norte del Estado.