Etiqueta: Eduardo Hernández

  • Morena y su extraña concepción de la democracia

    Morena y su extraña concepción de la democracia

    No hay nada más patético que apelar al pueblo, pero nada más dientes para afuera; se insiste en el discurso una y otra vez de forma machacona, que el pueblo decide y participa, que la democracia se sustenta en el poder del pueblo, para enseguida hacer de los tres órdenes de gobierno, de la representación en el poder legislativo, federal y locales, así como de los cargos de dirigentes partidistas, nacional, estatales y municipales, el eje de la oligarquía morenista.

    Una cuestión central del estatuto de Morena es en realidad letra muerta: “un cambio verdadero supone el auténtico ejercicio de la democracia… que la representación ciudadana se transforme en una actividad de servicio a la colectividad, vigilada, acompañada y supervisada por el conjunto de la sociedad”.

    ¿Quiénes son los consejeros electos de Morena?

    El secretario de gobierno de la Ciudad de México, Martí Batres Guadarrama, el director del Instituto de Formación Política de Morena, el caricaturista Rafael Barajas “El fisgón”, la diputada federal Andrea Chávez y tantas otras personalidades de la Cuarta Transformación que son funcionarios, legisladores y dirigentes partidistas.

    Estos compadres y comadres quieren ser todo: Funcionarios y legisladores, dirigentes partidistas y a la vez consejeros del Congreso Nacional de Morena; carecen de la más mínima cultura política para abstenerse de participar para un cargo honorífico y darle paso a la militancia de base.

    Uno supondría que un partido como Morena tendería a ampliar la base de participación de su militancia, y que impulse una democracia horizontal, una democracia no discursiva, que en un órgano como es el Congreso Nacional se dé cabida a los morenistas de a pie, a “unos completos desconocidos” que no formen parte de las estructuras de poder, que no sean afines a ninguna figura política morenista, para que representen de mejor manera, los ideales de la cuarta transformación y vayan haciendo a un lado la ya tan absurda práctica de incorporar ex priistas, panistas, pvemistas y demás lacras del viejo régimen.

    ¿Cuál es el método democrático por excelencia para una conformación plural entre iguales?

    Ya algunas veces lo probó Morena y no se equivocó; el método democrático por excelencia es el sorteo, el cual se remonta a la Grecia antigua, que de forma libre y secreta todo militante de Morena, entonces sí todos, cúpula y militancia, se registren y puedan acceder a un cargo tan digno, honorario, en el máximo órgano de dirección como es el Congreso Nacional, y asuman representación legitima, no facciosa, que respete a cabalidad los documentos básicos de Morena, al pie de la letra.

    Las estructuras de poder morenistas han dado muestra una vez más de que la construcción de una nueva cultura democrática está cuesta arriba, es sumamente difícil contravenir el enorme postulado del sociólogo Robert Michels, quien con meridiana claridad ha marcado el derrotero histórico por el que atraviesan los partidos políticos de cualquier latitud; tarde o temprano todo partido concentra el poder en una oligarquía partidista.

    Con los datos presentes, las alianzas con sectores de la otrora mafia del poder, con la violación artera de los estatutos de Morena, con la incorporación de impresentables al gobierno de la Cuarta Transformación, se está acelerando la degradación del joven partido Morena, hegemónico para rato, sí, pero por una ruta poco atractiva para quienes quieren ver una transformación pulcra, no pragmática, con principios.

    Un proyecto partidista que no sea discursivo, como el que han adoptado la oligarquía morenista y el propio presidente de la República, que se justifican frente al espejo, argumentando lo más impresentables que son el PRI, PAN y PRD, en lo que tienen toda la razón, pero que no alcanza para sustentar un ideal de rompimiento con el antiguo régimen de corrupción.

  • Dejar morir al impresentable Partido Verde

    Dejar morir al impresentable Partido Verde

    La clase política mexicana le ha dado respiración artificial durante años al más aberrante de los partidos políticos nacionales: El llamado Partido Verde. 

    El engendro PVEM, creación de Jorge González Torres y herencia de Jorge Emilio González Martínez, ha gozado del contubernio lo mismo con el PRI que con el PAN, para lucrar con el erario; el colmo del asunto es que actualmente el contubernio del PVEM es con Morena, sostiene un claro amasiato con el presidente nacional morenista, Mario Delgado Carrillo.

    Mario Delgado incluso hizo campaña para el entonces candidato del Verde en San Luis Potosí, el también impresentable Ricardo Gallardo Cardona, en detrimento de la candidata de Morena al gobierno potosino en 2021, Mónica Rangel Martínez.

    Hagamos un poco de memoria, el PVEM, el esperpento político, hizo alianza con Vicente Fox Quesada en el año 2000, acción suficiente para que Morena lo mantuviera a distancia y lo dejara caminar hacia su sepultura política; no obstante, celebra sin rubor alianzas locales y para la integración del poder legislativo federal.

    En 2006 el PVEM apoyó la candidatura presidencial de Roberto Madrazo Pintado y para 2012 refrendó su apoyo al PRI como aliado de Enrique Peña Nieto, suficientes acciones para dejar que la ciudadanía ponga en el basurero de la historia a esta organización política, que lo mismo ha llevado a la hija de Ricardo Salinas Pliego a la Cámara de Diputados, que ha hecho del Congreso de la Unión la sala de descanso y de financiamiento del viejo verde Jorge Emilio González (antes niño verde), a quien el mismísimo Carlos Salinas de Gortari le allanó el camino para ser un eterno legislador, diputado federal y senador de la República.  

    Con la podredumbre del PVEM se puede armar fácilmente un voluminoso libro sobre la corrupción en México, por lo tanto, es incomprensible que la “Cuarta Transformación” mantenga relación con esta escoria.

    La ciudadanía sabe perfectamente que fue un impresentable pvemista el exgobernador de Chiapas, Manuel Velasco Coello, a través de su esbirro David León Romero (persona en quien confiaba López Obrador, háganme el favor), el que grabó y vendió a “Latinus” – Loret de Mola, las imágenes en las que dos hermanos del presidente reciben sobres amarillos con billetes; de hecho, a estas alturas hay elementos que permiten concluir que detrás de ese ataque político estuvo Roberto Madrazo Pintado, “Latinus” es su propiedad, es patrón de Loret.

    Recientemente supimos, por los “Martes del Jaguar” de la gobernadora de Campeche, Layda Sansores San Román, que Manuel Velasco y Alejandro Moreno “Alito”, impresentable presidente del PRI, se dicen “hermanos”; el PVEM y el priismo permanecen al acecho de la 4T y no se puede descartar que en cualquier momento tramen algún ataque en contra del obradorismo.

    Por todo lo anterior, la coyuntura de 2024 es el escenario ideal para que Morena deje morir al Partido Verde y toda su camarilla, que no celebre alianza electoral alguna; la reciente encuesta del diario El Financiero, refleja que el PVEM no le va a aportar nada a Morena; el morenismo continúa creciendo de la mano de la gestión del presidente López Obrador y ni la alianza PRIANPRD podrá competir con la abanderada presidencial de la 4T.

    Cabe recordar que el Verde, fundado en 1986 como Partido Verde Mexicano (PVM), participó en 1991 de forma independiente y perdió el registro, los González tuvieron que buscar nuevamente el registro en 1993, año en que se oficializó como Partido Verde Ecologista de México y desde entonces su estrategia ha sido venderse al mejor postor, ha sido un partido satélite por excelencia, del PRI y del PAN.

    Es una oportunidad inmejorable para que Morena contribuya a sanear el sistema político mexicano, que deje de una vez por todas morir al Partido Verde.

  • La #4T ¿infiltrada de calderonismo?

    La #4T ¿infiltrada de calderonismo?

    Generalmente, cada que se da un nombramiento en el gobierno del presidente López Obrador, me doy a la tarea de buscar el perfil del designado; así fue el día que vi en twitter la designación de un tal Víctor Manuel Lamoyi Bocanegra, hasta ese momento un perfecto desconocido para mí, de modo que empecé a indagar. 

    Para mi sorpresa, Lamoyi Bocanegra fue asesor del entonces candidato presidencial Felipe Calderón Hinojosa, en la campaña de 2006; es decir, este sujeto formó parte del círculo inmediato de Calderón, el equipo que le hablaba al oído y se reunía para planear cómo arrebatarle el triunfo a López Obrador; en concreto, Lamoyi Bocanegra era gente de Dionisio Pérez-Jácome Friscione, uno de los “brazos derechos” de Calderón Hinojosa, y que una vez consumado el fraude electoral de 2006, fue el primer coordinador de asesores del espurio presidente y Lamoyí Bocanegra, asesor en el equipo calderonista de la presidencia. Así es, Pérez-Jácome Friscione fue coordinador de asesores de la Oficina de la Presidencia entre 2006 y 2008, y a su lado estuvo Lamoyi Bocanegra. 

    Hoy, Víctor Lamoyi Bocanegra es Director General del Banco del Bienestar, una de las instituciones insignia de la administración de López Obrador; cómo son los caminos, no de la vida, de la política, en 2006 asesor de Calderón y a partir del 14 de diciembre de 2021, Lamoyi Bocanegra quedó al frente del Banco del Bienestar, en un claro autogol de Andrés Manuel, que o no sabe quién es Lamoyi, o sus colaboradores no se informan y mucho menos le informan.  

    El padrino de Lamoyi Bocanegra, es decir, Pérez-Jácome Friscione, dejó en 2008 la Oficina de la Presidencia para convertirse en Subsecretario de Hacienda y posteriormente Secretario de Comunicaciones; así, adivinó usted estimado lector, Lamoyi Boanegra acompañó en cada cargo a Pérez-Jácome Friscione; fue su coordinador de asesores en la SHCP y después su Oficial Mayor en la SCT. En síntesis: un alto funcionario del calderonismo es hoy un alto funcionario de la #4T. ¿Qué cosas no? 

    Agárrese, estimado simpatizante de la cuarta transformación: el pasado 8 de mayo del año en curso, el periodista Álvaro Delgado, quien desde su canal de youtube, junto con Paez Varela, desbordan la audiencia día a día, documentó que un señor ex panista – foxista – calderonista, José Antonio de la Vega Asmitia, diputado federal blanquiazul en 2005 y ex candidato de Acción Nacional al gobierno de Tabasco, impulsado por Vicente Fox en el año 2000, votó a favor del desafuero del entonces Jefe de Gobierno, Andrés Manuel López Obrador; no tendría nada de extraño si este sujeto no fuera actualmente uno de los brazos derechos del Secretario de Gobernación, Adán Augusto López Hernández. 

    Háganme el favor, pasar de ser enemigo acérrimo de Andrés de Manuel y querer descarrilarlo de la elección presidencial de 2006 a la mala, a despachar en Bucareli como Jefe de Oficina de uno de los “hermanos políticos” de López Obrador, sí, de Adán Augusto, el de las calenturas ajenas, el de los tiempos de Dios y su perfección, el de las arengas en clave #4T de los domingos en la adelantada sucesión presidencial. ¿Quién lo diría? 

    No puedo cerrar esta participación, sin hacer mención de lo que pretende ser un autogol más de la cuarta transformación, justamente de la mano del presidente de Morena, Mario Delgado Carrillo, quien abraza, en su claro estilo pragmático, qué pragmático, descarado y aberrante estilo, la eventual postulación del también ex panista – calderonista, Luis Fernando Salazar, al gobierno de Coahuila, un sujeto impresentable, oportunista, al que las bases morenistas y pro cuarta transformación han repudiado desde el primer momento en las redes, ante cualquier intento de que se le dé candidatura alguna. 

    ¿Qué pasa en la #4T, no tienen memoria o están empezando a importar un carajo los ideales?

  • La sucesión presidencial de la 4T: Tiempos vertiginosos

    La sucesión presidencial de la 4T: Tiempos vertiginosos

    El proceso a través del cual el presidente de la República y Morena definirán a su candidata o candidato presidencial para los comicios de 2024, ha transitado por varias fases en los tiempos de la “Cuarta Transformación”.

    El 5 de julio de 2021, en el marco de su conferencia mañanera, el presidente Andrés Manuel López Obrador mencionó a los funcionarios de su gabinete que podrían dar continuidad al proyecto morenista, de forma clara ya estaban al frente la jefa de Gobierno de CDMX, Claudia Sheinbaum Pardo y Marcelo Ebrard Casaubon, canciller; el ejecutivo sumó a Juan Ramón de la Fuente, Esteban Moctezuma, Tatiana Clouthier y Rocío Nahle, para abrir un poco la baraja, pero también para el relleno, como mandan los cánones.

    La política, como todas las dimensiones de la vida desde hace unas décadas, se encuentra en medio de la aceleración de los tiempos, el calendario ya no es lo que era, con la era de las tecnologías también aterrizó en el mundo “el imperio de lo efímero”, parafraseando al pensador francés Gilles Lipovetsky, valga esa expresión aplicada a la moda, también para el escenario político.

    Ya es cotidiano escuchar al presidente Andrés Manuel que le quedan poco más de dos años de gobierno, como si fueran a terminar mañana mismo; luego de que presentó su informe “A la mitad del camino”, el 1 de diciembre de 2021, el titular del ejecutivo tiene el cronómetro político en la mano. El 28 de abril de 2022, en reunión con legisladores de la coalición que apoya a la #4T, el nombre del secretario de gobernación, Adán Augusto López, salió a la palestra, como otro contendiente con peso específico; como en los tiempos del viejo régimen, el titular de gobernación siempre es un precandidato a considerar.

    Acorde con los tiempos de esta sucesión adelantada, el 12 de junio de 2022, en el corazón del último bastión fuerte del priismo, la Ciudad de Toluca, Estado de México, fue marco para el inicio formal del proceso de sucesión presidencial de la 4T, pero ahora desde la estructura del partido Morena; estuvieron los que son realmente precandidatos, Claudia Sheinbaum, Marcelo Ebrard y Adán Augusto López, justo en ese orden, con una percepción bastante clara entre los simpatizantes morenistas, respecto a la correlación de fuerzas.

    Ello es significativo porque representó también el inicio de los trabajos para arrebatarle el Estado de México al PRI y darle formal sepultura política en 2023, es decir, ratificar el previsible resultado de la contienda presidencial de 2024, desde 2023. Este ha sido el eje de los tiempos de sucesión de la “Cuarta Transformación”: julio y diciembre de 2021, abril y junio de 2022.

    Apenas ayer era julio de 2018, López Obrador ganó con 30 millones de sufragios y asumió la presidencia de la República el 1 de diciembre, arrancaba así su proyecto de política social, signo de la 4T, proyecto que ha caracterizado su visión sobre el futuro de México, en el que “por el bien de todos, primero los pobres”; para marzo de 2020 la peor catástrofe sanitaria de los últimos cien años azotaba a México y al mundo entero: más de 6 millones de decesos al 17 de junio de 2022 y una profunda crisis económica; el 24 de febrero de 2022 Rusia inició la guerra contra Ucrania y agravó el escenario económico mundial, para nuestra fortuna no escaló a guerra mundial en la que todos perderíamos.

    Hoy son tiempos políticos en México que miran más hacia el futuro inmediato, que al presente, el corto plazo está a la vuelta de la esquina, para ser precisos, el 4 de junio de 2023 y el 2 de junio de 2024, nuevo gobierno en el Estado de México y nuevo gobierno federal quedarán definidos en esas fechas, previsiblemente en clave 4T.

    Reserva

    No sería sensato cerrar esta participación sobre la sucesión presidencial morenista, sin reiterar lo que he dicho en twitter, las encuestas no son un método democrático; en la democracia participa ampliamente el pueblo; en ello, el presidente López Obrador y la dirigencia morenista están muy poco extraviados en teoría política, ninguna democracia se sustenta en encuestas; lo que sí es democrático son las elecciones primarias, ahí está para referencia la reciente experiencia Chilena, en la que el hoy presidente Gabriel Boric derrotó a Daniel Jadue, en las elecciones primarias de la coalición “Apruebo Dignidad”, celebradas el 18 de julio de 2021.

  • El liderazgo de Andrés

    El liderazgo de Andrés

    El líder carismático

    No cabe duda que caracterizar el liderazgo político del presidente Andrés Manuel López Obrador es una tarea muy complicada, hacerlo con base en la tipología clásica de Max Weber es quizá la única forma de encontrar un elemento dominante, el de Andrés (como se refiere Paco Ignacio Taibo a su amigo el presidente) es un liderazgo carismático, la revisión de cualquier elemento adicional significa adentrarse en un mosaico de complejidades.

    El carisma de López Obrador le permite llenar plazas y recorrer el país por enésima vez, despertando el mismo entusiasmo, incluso acrecentarlo por regresar como presidente de la República, una versión rockstar del carisma que permea entre las amplias capas de sus seguidores en pueblos y ciudades.

    El político de izquierda

    En diversos momentos, el presidente López Obrador se ha asumido como un político de izquierda, recientemente sorprendió citando a Federico Engels, algo que no se le conocía, sus referencias eran básicamente juaristas y maderistas, es en realidad un híbrido con matices de izquierda y nacionalismo revolucionario, que enarbola las causas de la justicia social a favor del pueblo, la clase trabajadora, los pobres y decidido impulsor del combate a la pobreza.

    El político conservador

    Al mostrar, en el mejor de los casos, una evasión respecto a un tema toral como lo es el aborto, López Obrador cae parado en el espectro del conservadurismo: no asume una posición clara de apoyo al derecho de las mujeres a decidir; conservador también es su discurso cristiano que a ratos es evangélico, a ratos católico, es un cristiano pragmático como lo ha calificado el sociólogo de las religiones, Bernardo Barranco, y conservadora también es su incomprensión de los feminismos.

    El líder populista

    En el marco de las contiendas presidenciales que López Obrador ha enfrentado, intelectuales del viejo régimen han retomado una y otra vez el definirle como un político populista, efecto neutralizado en 2018 con una victoria contundente de 30 millones de sufragios. La realidad es que Andrés Manuel reúne, efectivamente, características de líder populista, apela permanentemente al pueblo en su narrativa, entrega de forma directa los beneficios de los programas de Gobierno.

    Es reacio a la crítica de los “pasquines inmundos”, como ha llamado a algunos medios de comunicación; no obstante, su populismo no se presenta de forma pura, ha sido un presidente que respeta las determinaciones de la Suprema Corte y del poder Legislativo, lo que le aleja del dictador que en el fondo añoran las derechas y los intelectuales temerosos de sus propias sombras.

    Este rubro, el de líder populista, es el más complicado, los “teóricos del populismo” no necesariamente conocen el proceso político mexicano, sus mecanismos, ignoran o cierran los ojos ante la simbiosis que existió entre el poder político y los medios de comunicación, con carácter mercantil, el ‘chayote’ en toda su expresión, instrumento que en gran medida define al antiguo régimen prianista; en descargo del presidente, podemos decir que le sería prácticamente imposible tener una relación institucional Gobierno- medios de comunicación, la evidencia es que hay claros detractores viscerales de la 4T, mercenarios.

    El líder progresista

    Convoca a la alianza de las naciones latinoamericanas a favor de acuerdos comerciales para el desarrollo, lo mismo se reúne con Lula, Alberto Fernández, Xiomara Castro y Díaz-Canel, para tal propósito.

    “El líder neoliberal”

    En esta tesitura, para hacer más compleja esta tarea de caracterizar el liderazgo político de López Obrador, el Presidente nos sorprendió este 24 de mayo, redefiniendo a su eterno adversario: el neoliberalismo; señaló que lo que postula este modelo económico y político “no sería del todo malo”, si se pudiera aplicar sin corrupción.

    De un plumazo, AMLO “borró” toda la lógica del capitalismo rapaz, eso no lo desconoce obviamente, las leyes del mercado no son otra cosa que generadores de pobreza y crisis cíclicas, concentración en pocas manos de la riqueza global.

    Líder del Estado de bienestar

    No sería justo cerrar esta participación sin quedarnos con el Andrés que enarbola el Estado de bienestar, la versión más próxima a un líder que ha impulsado una política social desde que era Jefe de Gobierno en la Ciudad de México, una de las características de su liderazgo que le aproximan a la izquierda, la izquierda necesaria de nuestro tiempo. 

  • Un punto de la Reforma Electoral

    Un punto de la Reforma Electoral

    Uno de los objetivos de la iniciativa de reforma constitucional en materia electoral, que turnó el pasado 28 de abril del año en curso, el presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, a la Cámara de Diputados, es el relativo a que tanto los consejeros electorales, como los magistrados del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, sean electos a través del voto ciudadano.

    Sin embargo, la propuesta tiene un aspecto positivo y uno negativo; por una parte, la intervención democrática de la ciudadanía, quienes vía el sufragio universal y secreto darían un paso adelante para elegir a las autoridades electorales, sin duda alguna, esto amplia el cauce participativo en la toma de decisiones de los asuntos públicos.

    No obstante lo anterior, la iniciativa se queda corta, establece que serán los poderes de la unión los que harán una propuesta de veinte candidatos, es decir, veinte el poder ejecutivo, veinte el poder legislativo y veinte el poder judicial, para la integración del Consejo Electoral, así como diez cada poder para la integración del Tribunal Electoral, de tal forma que el ciudadano de a pie, el ciudadano profesionista, conocedor y experto de la materia electoral, quedaría a expensas del clásico padrinazgo de los poderes públicos, del poder político.

    Si alguien en lo particular estuviese interesado en participar, quedaría impedido de hacerlo de no contar con al apoyo de alguno de los poderes, el mecanismo es entonces cupular.

    El verdadero y auténtico ejercicio democrático sería que cada ciudadano interesado, que reúna el perfil profesional, los conocimientos en materia electoral, la experiencia pertinente, pudiera de forma libre postularse a los cargos en cuestión, garantizando con ello autonomía, profesionalismo, independencia, certeza, transparencia y demás atributos que la construcción del nuevo régimen que está en curso requiere, que se dé un paso más en la enorme escalera del reto que implica la edificación de instituciones ciudadanas, garantes de la imparcialidad hacia las futuras contiendas electorales constitucionales, de las que emanan los poderes públicos, sustantivos para la República.

    De no ser así, se pasaría de las cuotas partidistas del viejo régimen, a las cuotas de los poderes de la unión, al final de cuentas otra versión de lo mismo, cuotas de poder, con un mecanismo remodelado, quizá en detrimento de la imparcialidad, pero con certeza en detrimento de la mayoría de edad de la ciudadanía, la cual no requiere el tutelaje de los poderes de la unión para postularse a un proceso electivo universal, no requiere que los poderes públicos le hagan propuestas, por el contrario, que se involucre el ciudadano profesional en la materia electoral, de forma contundente.

    Así, tras un proceso de presentación de propuestas y programas de los ciudadanos participantes, de auténtica democracia del siglo XXI, el electorado contaría con elementos suficientes para determinar a los siete consejeros electorales y siete magistrados electorales que conformarían el nuevo Instituto Nacional de Elecciones y Consultas, así como la Sala Superior del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación.

    Para el filósofo de origen greco-turco, Cornelius Castoriadis, pensador fundamental sobre la democracia como régimen y no solamente como procedimiento, la piedra angular democrática radica en la autonomía del ciudadano y el vértice de la política en la capacidad de crear instituciones.