El primer ministro de Canadá, Mark Carney, anunció que su gobierno eliminará algunos contraaranceles impuestos a Estados Unidos, con el objetivo de maximizar el impacto en Washington, pero minimizar el daño a empresas canadienses.
Durante un evento en Columbia Británica, Carney explicó que no aplicarán represalias automáticas, sino que buscarán medidas efectivas para fortalecer sectores clave como la industria automotriz, a la que ya ofreció alivios si invierte y produce en territorio nacional.
Desde abril, el gobierno canadiense ha ajustado su política comercial frente a Donald Trump, quien aumentó aranceles a productos canadienses y causó controversia al decir que Canadá debería ser el estado 51 de EE.UU.

El giro de Carney marca una ruptura con la estrategia de “dólar por dólar” de Justin Trudeau, y contrasta con la postura más pasiva de México y la Unión Europea, que han evitado represalias similares.
A pesar del ajuste, la mayoría de los votantes respaldan una respuesta firme. Carney busca así mantener el apoyo popular mientras protege la competitividad económica frente a la escalada arancelaria impulsada desde Washington.