Etiqueta: Izquierda

  • “No somos iguales”

    “No somos iguales”

    Leía hace días a Orión, un compañero de Los Reporteros MX, expresaba su molestia sobre la postura de la izquierda frente a algunos acontecimientos, y si, tiene toda la razón, todas y todos los que nos decimos de izquierda e informadores, tenemos la obligación ética de señalar lo que algunos actores del gobierno hacen mal, punto, si no lo hacemos, si guardamos silencio o justificamos lo injustificable, caemos exactamente en lo mismo que criticamos de la derecha, nos volvemos solapadores, y sabemos bien que solapar en política, es traicionar al movimiento.

    Homenajes como el de Evelyn Salgado a Rubén Figueroa, o la cercanía de la izquierda con personajes cuestionables, no pueden ser normalizados, no se arreglan con silencio, no se maquillan con discursos, no se justifican con pretextos.

    Los Rubén Figueroa padre e hijo fueron caciques priistas de Guerrero ligados a las peores atrocidades, muertes, violaciones graves a derechos humanos y represión estatal.

    El padre, figura central de la guerra sucia, desapareció a cientos en los “Vuelos de la muerte”, asesinó a Lucio Cabañas y Genaro Vázquez Rojas.

    Rubén Figueroa, el hijo, responsable político de la masacre de Aguas Blancas. Ambos simbolizan autoritarismo, impunidad y violencia en la historia del estado de Guerrero.

    Recordemos por qué AMLO dice “no somos iguales”

    No es una frase de soberbia, sino un principio ético, actuar distinto a la vieja política, no reproducir sus vicios, no traicionar la esperanza ni el mandato popular, actuar distinto a los que destruyeron al país.

    “No somos iguales” significa transparencia, congruencia, no cerrar los ojos, significa crítica interna, rendición de cuentas y coherencia con el pueblo.

    Y precisamente por eso, quien se considere de izquierda debe entender que señalar los errores no es debilitar al movimiento, es fortalecerlo. La crítica honesta es parte del compromiso, porque una izquierda que se autocorrige es una izquierda que no se parece a lo que tanto ha combatido.

    La presidenta Claudia Sheinbaum dijo en su discurso pasado…
    “La transformación verdadera no es solo económica y social, también es ética y moral, para que perdure debe nacer desde el carácter, honestidad y la convicción de quienes han sido llamados a conducirla”.

    Esto me hace recordar dos de los pilares fundamentales de la ética política, la responsabilidad…

    Implica que los actores políticos respondan por sus acciones y decisiones, asumiendo consecuencias legales, sociales y morales.

    Integridad…

    La integridad es lo que separa una transformación histórica de una simulación, integridad es actuar igual en lo privado como en lo público.

    Cuando la izquierda evita ver sus fallas, destruye estos pilares y un movimiento sin ética está destinado a pudrirse desde adentro.

    Sabemos que la 4T es un proyecto más grande que cualquier nombre, la 4T no puede sostenerse sobre homenajes equivocados, complicidades locales o personajes nefastos reciclados del pasado. A La Cuarta Transformación, a la izquierda hay que sostenerlas con congruencia, no con silencios.

    Otro puntito que les quiero comentar es el Humanismo Mexicano, si, ese que no permite solapar abusos, ni avalar atrocidades, no permite mirar hacia otro lado, no permite justificar errores solo porque los cometen “los nuestros”.

    Que se entienda bien, homenajear a Figueroa no es un acto menor, es un golpe a la memoria de las víctimas, un insulto a Guerrero, una burla y una afrenta a la izquierda que exige responsabilidad.

    Les mando un abrazo fraterno.

  • El derechista Rodrigo Paz ordena la detención de Luis Arce, expresidente de Bolivia, por presunta corrupción

    El derechista Rodrigo Paz ordena la detención de Luis Arce, expresidente de Bolivia, por presunta corrupción

    Este miércoles, el presidente de Bolivia, Rodrigo Paz, recientemente posesionado el 8 de noviembre, ordenó la captura de su antecesor Luis Arce, sin notificación previa. Esto ha creado un ambiente tenso en el país, ante los crecientes cuestionamientos sobre el uso político de la justicia durante el inicio del gobierno de Paz.

    La detención se produjo en el barrio Sopocachi de La Paz, la ex ministra de Presidencia de Bolivia, Marianela Prada, denunció la situación a través de un video en la red social Facebook:

    “Quiero denunciar ante el pueblo boliviano y la comunidad internacional que hace un momento acaban de secuestrar al ex presidente Luis Arce Catactoca, en el barrio Sopocachi, de la ciudad de La Paz (oeste)​​​. En este momento me dirijo a la Felcc, donde tenemos conocimiento que se lo habrían llevado”, dijo Prada.

    La Fuerza Especial de Lucha Contra el Crimen (Felcc) es quien captura a Luis Arce, acusándolo de presunta corrupción en el caso Fondo Indígena, el cual permaneció archivado durante años y su reactivación ocurrió semanas después de que Rodrigo Paz asumiera la presidencia el pasado 8 de noviembre. 

    Lo anterior, ha generado críticas entre analistas y sectores opositores, que ven en la detención un posible intento del nuevo gobierno por perseguir a figuras de la anterior administración política.

    El Fondo Indígena, creado en 2005 para administrar recursos del impuesto directo a los hidrocarburos (IDH), ha sido objeto de varias investigaciones por presuntas irregularidades. No obstante, voceros y dirigentes sociales señalan que la reapertura del caso contra Arce carece de sustento jurídico y responde más a una estrategia de Paz para consolidar control político.

  • El fiscal oscuro

    El fiscal oscuro

    Por Laura Hernández

    Siempre he dicho que Alejandro Gertz Manero es un ser profundamente oscuro que en realidad ha operado por mucho tiempo para favorecer los intereses de la derecha desde la izquierda.

    Ha obstaculizado el avance de las investigaciones y la resolución de casos importantísimos de corrupción como el de Emilio Lozoya, con lo cual impide la impartición de justicia y con ello cancela la posibilidad de consolidar uno de los principales objetivos del proyecto de transformación que es LA LUCHA CONTRA LA CORRUPCIÓN.

    La derecha, desesperada por perder sus privilegios, está dando la batalla cultural cada vez más agresivamente. La violencia y la desestabilización son su único recurso. Por tanto, la narrativa que está creando se construye en gran parte gracias a las “filtraciones” que estoy segura provee Gertz Manero a la derecha.

    El ejemplo en este mismo momento es esta filtración que suelta en torno al cofundador de Miss Universo para embarrar a Pemex y a Morena, y de paso cuestionar y tumbar el certamen que, dicho sea de paso, ganó una mexicana afín al gobierno de Claudia Sheinbaum. En política nada es casualidad y esto es el principio de la batalla que desde la izquierda tenemos que dar para evitar que la derecha se organice internacionalmente para dar un golpe de Estado en nuestro país.

    Much@s en la izquierda piensan que esto es muy “viajado”. Si no aprendemos de la historia latinoamericana en torno a esta realidad, no estamos entendiendo nada.

    Ojalá lo destituyan. Estemos muy pendientes de lo que pueda suceder y cerremos filas en torno a nuestra Presidenta Claudia Sheinbaum.

    Actuemos anticipadamente, de lo contrario la lucha de tantos años está en riesgo.

    Laura Marcela Hernández Aguilera.
    Médica con especialidad en psiquiatría (UNAM). Activista y militante. Obradorista. Ex delegada estatal de morena Chihuahua.

  • Detienen a Tyler Robinson, presunto asesino de Charlie Kirk en Utah

    Detienen a Tyler Robinson, presunto asesino de Charlie Kirk en Utah

    El sospechoso se entregó tras ser convencido por familiares; Trump confirma custodia y exige justicia.

    El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, confirmó este viernes que Tyler Robinson, presunto asesino del activista Charlie Kirk, está bajo custodia “con un alto grado de certeza”. Trump destacó que la Administración federal colaboró estrechamente con la policía local y el gobernador de Utah para lograr la detención, describiendo la operación como “increíble” dadas las limitadas evidencias iniciales.

    El mandatario calificó a Charlie Kirk como una “persona excelente” y expresó su deseo de que Robinson sea condenado a muerte por su crimen. Además, describió el ataque como resultado de la retórica de la “izquierda radical”, responsabilizándola de la violencia política.

    Por su parte, el gobernador de Utah, Spencer Cox, confirmó que Tyler Robinson es el presunto responsable del asesinato de Kirk, ocurrido el miércoles durante un evento en la Universidad del Valle de Utah. El joven se entregó a las autoridades tras la intervención de un familiar, quien contactó a la policía para facilitar la detención.

    Según Cox, las autoridades revisaron imágenes de vigilancia del campus y localizaron a Robinson llegando en un Dodge Challenger. Vestía camiseta marrón, pantalones cortos claros, gorra negra con logo blanco y calzado claro; al momento de ser arrestado, su vestimenta coincidía con la de los videos. La detención se realizó cerca del Parque Nacional de Zion, en St. George, a unos 400 kilómetros al sur del campus.

    El FBI señaló que el tiroteo fue un “ataque selectivo”, llevado a cabo desde el techo de un edificio cercano durante una sesión de preguntas y respuestas con estudiantes. Este caso ha generado preocupación nacional sobre la seguridad en eventos públicos y el creciente riesgo de ataques dirigidos contra figuras políticas y activistas en Estados Unidos.

    Las autoridades reiteraron que continuarán proporcionando información conforme avance la investigación, garantizando la seguridad en la región y la rendición de cuentas ante un crimen que conmocionó a la comunidad académica y política.

  • ¿Quiénes son los enemigos?

    ¿Quiénes son los enemigos?

    No toda izquierda es verdadera izquierda, y, de hecho, parece que hay una izquierda muy extraviada en sus conceptos más fundamentales. Defender la naturaleza y cuidar los recursos está bien, pero caer en el ecologismo que provoca la pérdida de competitividad de una economía no lo está; defender a las mujeres víctimas de violencia está bien, pero caer en el falso feminismo que radicaliza y clama por un inexistente patriarcado no lo está; defender la tolerancia para personas con preferencias sexuales está bien, pero hacer pensar que los valores de la familia tradicional son anticuados y de derechas no lo está; priorizar la visión de soberanía energética y alimentaria está bien; pero caer en falsos y exacerbados patrioterismos o divisionismos como país no lo está; extender la mano a quien lo necesita, al migrante, al pobre, y al enfermo está bien; pero lucrar con esas banderas para un beneficio personal no lo está; apoyar a la cuarta transformación como proyecto de éxito para México está bien; pero solapar todo lo que hace Morena y los herederos del obradorismo no lo está; recordar la historia para no repetirla está bien, pero no repudiar el imperialismo o sus formas más atroces de conquista como un genocidio no lo está. Entonces, ¿quiénes o qué son los verdaderos enemigos y contra qué debemos unirnos como izquierda?

    El primer gran enemigo de la verdadera izquierda es el liberalismo o neoliberalismo en su interpretación más moderna. Es falso que el mercado se regula solo, es falso que el objetivo de las empresas sea el bienestar social, y es falso que sin la intermediación del Estado una sociedad será más próspera o que, en pocas palabras los fuertes no se aprovechen del resto para su propio beneficio. Incluso en los países occidentales más avanzados donde claman por una supuesta libertad para el empresario, siempre hay mecanismos para impedir que la voluntad de este último se imponga sobre las grandes mayorías, y en México, a principios de los 80, nos quisieron hacer creer que la solución para todo era la privatización porque los empresarios son más eficientes en la administración de organizaciones, cuando toda la evidencia científica empírica ha mostrado que servicios tan importantes como la salud, la educación o el transporte suelen empeorar cuando pasan a manos de particulares.

    El segundo gran enemigo es el capitalismo en su concepción e interpretación anglosajona, aquel que ha logrado deshumanizar a las personas por dinero, diluir conceptos culturales tan importantes como la familia y la comunidad, destruir economías locales en beneficio de las grandes empresas extranjeras, poner y controlar políticos que se supone que deberían estar al servicio de las grandes mayorías, entregar recursos naturales y permitir la contaminación y sobre explotación de la naturaleza, empeorar la calidad de vida de las personas a pesar del desarrollo tecnológico y los grandes avances científicos, pervertir elementos tan básicos como el ocio, el descanso o la recreación, y priorizar el crecimiento del capital por encima de todas las cosas, incluso de las personas.

    El tercer gran enemigo es, a nivel macro, el imperialismo gringo y su derivación más perversa: el sionismo. El supuesto país de las libertades y la democracia es, en realidad, el causante de las mayores desgracias, invasiones, hambre, perversión, destrucción y muertes en el mundo. Nada ni nadie ha hecho tanto daño como la clase política estadounidense y su máquina de guerra distribuida a lo largo y ancho de todos los 5 continentes, y los demonios que la controlan están, principalmente, en Israel y tienen como propósito último culminar el genocidio que tiene lugar en Gaza para, después, seguir agrediendo y conquistando territorios y recursos en el Medio Oriente, de tal manera que puedan cercar a sus grandes adversarios geopolíticos: Rusia y China.

    La derecha ha utilizado estrategias para dividir a la clase trabajadora y hacernos perder foco sobre los verdaderos enemigos. Es importante dar la lucha no solo a nivel de derechos o políticas públicas, sino a nivel cultural y de conceptos, y no permitir que los propagandistas y sicarios a sueldos de las oligarquías impongan la verdad que le interesa a sus dueños.

  • BREVE HISTORIA DE LAS IZQUIERDAS MEXICANAS

    BREVE HISTORIA DE LAS IZQUIERDAS MEXICANAS

    ¿Qué es lo que entendemos por las izquierdas? Son aquellos grupos, partidos, gobiernos, corrientes ideológicas y formas de pensamiento que postulan derechos y luchan para que más personas los tengan y tengan acceso a la riqueza material y cultural de la sociedad y la usufructúe. Así plantea Rodríguez Kuri, historiador y profesor-investigador del Colegio de México, en el libro titulado Historia mínima de las izquierdas en México, de la Colección Historia Mínima coordinada Pablo Yankelevich. Este tomo abarca las metas de las izquierdas mexicanas y de sus protagonistas, como el Partido Liberal Mexicano de los hermanos Flores Magón, el Cardenismo, Vicente Lombardo Toledano, José Revueltas, el Partido Comunista Mexicano, el Movimiento Estudiantil de 1968, las guerrillas mexicanas, el levantamiento del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) y la llegada de Andrés Manuel López Obrador en el 2018.

    Tras el estallido de la Revolución Francesa (1789), esta estableció las coordenadas de la política contemporánea al establecer la soberanía popular como fundamento de la representación política, es decir, colocar en el centro de la discusión “la cuestión social” o la “nivelación de las clases” lo que distinguió a aquellos que defendían posturas de derecha e izquierda. Rodríguez Kuri plantea tres puntos fundamentales para problematizar cuando se habla de las izquierdas en México, cómo su definición, la Constitución y la geopolítica. No sólo se basan sólo en proyectos políticos-electorales o en los actos de gobierno, estas se definen, tratan de instituir conceptos y formas políticas, económicas y jurídicas que promuevan la igualdad, es decir, todos los hombres y mujeres somos iguales ante la naturaleza, ante la ley o ante Dios. Han existido y existen, izquierdas sociales y culturales que permean y definen realidades en la alta cultura, la cultura popular, la comunicación de masas, la educación, la salud, las iglesias, los barrios urbanos, las luchas por la salud reproductiva, la sustentabilidad ambiental y los esfuerzos por defender los recursos naturales.  

    Por otro lado, la Constitución de 1917 se convirtió en el insumo ideológico, político y retórico fundamental del cual han desprendido los movimientos sociales en México. De acuerdo con el autor, esto ha sido un elemento poco estudiado más allá de los perfiles ideológicos específicos, artículos constitucionales como el 3, 27 o el 123 les permitía invocar como fuente primigenia de justicia para que las organizaciones de izquierda movilizaran grupos populares. Así, por ejemplo, el caso del ingeniero Heberto Castillo Martínez, cuya capacidad política y experiencia tanto en el movimiento estudiantil de 1968 como en el Movimiento de Liberación Nacional, le permitió revindicar la organización autónoma y pacífica de los ciudadanos cuya consigna radical era el artículo 39 de la Constitución, que autoriza el cambio de régimen. Este artículo en particular, se convirtió en la fundación mítica de la soberanía popular, la llave maestra de toda epopeya en el futuro, ya que los documentos básicos del Partido Mexicano de los Trabajadores (PMT) en 1974 y la Primera Declaración de la Selva Lacandona del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) de 1994, citaran este articulo fundamental de su lucha. 

    ¿Cuál es la principal responsabilidad intelectual para cualquier militante de la izquierda en México con respecto a la realidad geopolítica? La geopolítica es otra determinante estratégica, el cual ha producido un escenario pleno de claroscuros y proyectando imágenes de las izquierdas más allá de sus verdaderas fortalezas organizativas. Todavía cabe señalar, la importancia de saber cómo funciona el sistema político estadounidense, a dónde se mueve, sus intereses y sus enemigos. Los 3,000 km de frontera con los Estados Unidos, una integración comercial, financiera y laboral que no dejó de crecer en todo el siglo XX, han proyectado una sombra grande, cuyas respuestas han sido muy variadas. Para ilustrar, el autor toma como ejemplo cómo el gobierno de Lázaro Cárdenas neutralizó la posibilidad de una intervención militar directa de los estadounidenses, alentada por los sectores de la prensa y de los grupos de intereses tras la expropiación petrolera (1938), gracias a la explotación de los ánimos progresistas y anti-oligárquicos de grupos en la coalición del New Deal y las necesidades estratégicas del gobierno del presidente Franklin Delano Roosevelt ante el ascenso del fascismo en Europa, de modo que les permitió obtener autonomía y apoyo estratégico del gobierno estadounidense hacia México.  

    ¿Por qué es fundamental hablar sobre la relevancia de las izquierdas mexicanas en la historia? Estamos en una situación muy peculiar, un proceso como la Cuarta Transformación que se mueve y se trata de entenderlo comprendiendo que este proceso es resultado de aquellas luchas de las izquierdas mexicanas, con el fin de que la ciudadanía acceda a la riqueza para disfrutarla.  

    Este libro fue publicado en el 2021, a mitad del sexenio de López Obrador, cuyo proyecto de transformación ha reunido un gran número de movimientos sociales, al igual que sus demandas para construir un proyecto y materializar una democracia. Rodríguez Kuri, como estudioso de la política contemporánea y de los problemas de cambio cultural asociado a la urbanización, realiza un breve balance y reflexión historiográfica sobre las izquierdas en México. A pesar de ser un tema muy complejo y con una mayor amplitud temporal, su narrativa es muy didáctica para hacerlo más accesible con un público lector fuera del ámbito académico. 

    Por lo que hago una cordial invitación a los lectores a leer este tomo de la colección Historia Mínima para sumergirse en las circunstancias y las luchas que emprendieron los hermanos Flores Magón, Lombardo Toledano, los estudiantes del 68 y muchos más a abrir caminos para permitir más derechos, para más personas. 

    Bibliografía

    • Rodríguez Kuri, Ariel, Historia mínima de las izquierdas en México, primera reimpresión, México, El Colegio de México, A.C., 2022, 228 p. (Colección Historia Mínima)
  • Claudia Sheinbaum lamenta la muerte de Pepe Mujica: “Ejemplo para América Latina y el mundo”

    Claudia Sheinbaum lamenta la muerte de Pepe Mujica: “Ejemplo para América Latina y el mundo”

    La Presidenta Claudia Sheinbaum expresó este martes su profundo pesar por el fallecimiento de José “Pepe” Mujica, expresidente de Uruguay, a quien calificó como un referente moral, político y humano para América Latina y el mundo.

    “Lamentamos profundamente la muerte de nuestro querido Pepe Mujica, ejemplo para América Latina y el mundo entero por la sabiduría, pensamiento y sencillez que lo caracterizaron. Externamos nuestra tristeza y pésame a familiares, amigos y al pueblo de Uruguay”, escribió la mandataria en su cuenta oficial de X (antes Twitter).

    El mensaje presidencial refleja no solo una pérdida personal y diplomática, sino también el reconocimiento de Mujica como una figura cercana a los valores de la Cuarta Transformación: austeridad, compromiso social, dignidad en el ejercicio del poder y una vida coherente con sus ideales.

    Mujica, quien gobernó Uruguay entre 2010 y 2015, fue un ícono global de la izquierda ética, exguerrillero, defensor de los derechos humanos y promotor de políticas progresistas. Su estilo de vida sencillo, su pensamiento profundo y su autenticidad lo convirtieron en un referente para líderes políticos y sociales de todo el continente.

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  • Anarcoinmovilismo

    Anarcoinmovilismo

    Una de las principales críticas que históricamente se le ha hecho a la izquierda es su escaso pragmatismo para unirse frente a un enemigo común. Mientras la derecha (en la mayoría de los casos) ha logrado mantener un movimiento unitario, la izquierda se ha caracterizado por una fragmentación constante. Esta diferencia es fácil de entender si se considera el objetivo de lucha de cada bando: mientras la derecha siempre buscará la supervivencia de lo establecido (especialmente de la estructura de clases), la izquierda, por más “tibia” que sea, tenderá a cuestionar lo existente en nombre de una búsqueda constante por la justicia.

    Y es precisamente en esa “búsqueda por la justicia” donde se encuentra la principal problemática. La razón es sencilla: cada corriente tiene su propia definición de justicia y su propio ideal de sociedad. Así, mientras algunas vertientes de izquierda podrían aceptar la existencia de clases sociales siempre y cuando exista mayor justicia redistributiva, otras exigirán la abolición total del sistema capitalista. A su vez, algunas posiciones promueven la desaparición inmediata del Estado como forma de organización social.

    En esta maraña de visiones, cada grupo pretende imponer su idea de justicia desde el inicio del camino, lo cual hace casi imposible llegar a acuerdos sin que unos deban alinearse con otros. ¿Cómo podría ponerse de acuerdo un marxista, un anarquista y un socialdemócrata? El primero abogará por una revolución que desemboque en una dictadura del proletariado; el segundo también hablará de revolución, pero con el fin de abolir cualquier forma de autoridad estatal; mientras que el tercero optará por reformas pacíficas que mejoren las condiciones materiales de los trabajadores dentro del marco del sistema.

    Y es aquí donde planteo una pregunta al lector: ¿existen hoy condiciones reales para una revolución? Marx afirmaba que las revoluciones comenzarían en los países más desarrollados industrialmente, donde las contradicciones de clase y la extracción de plusvalor serían más evidentes. Sin embargo, la experiencia histórica ha demostrado lo contrario: Rusia, China, Cuba… Ninguno de esos procesos ocurrió en países industrialmente avanzados.

    Hoy vivimos en un mundo en el que los “socialismos reales” han caído (con honrosas excepciones que aún resisten como ejemplo de dignidad). Nuestras sociedades tienen memoria histórica, y en muchas de ellas no existen ni las condiciones materiales ni el deseo colectivo de emprender un proceso revolucionario.

    Esto no significa que la búsqueda del socialismo sea un despropósito. Lo que afirmo es que concebirlo como objetivo inmediato puede ser un error estratégico si no se parte de las condiciones concretas y de las verdaderas aspiraciones del pueblo. Es por eso que lanzo una segunda pregunta: en ausencia de condiciones revolucionarias, ¿vale la pena seguir priorizando la revolución socialista en el siglo XXI? ¿O acaso sería más sensato luchar, en lo inmediato, por beneficios tangibles para la clase trabajadora, sin perder de vista el horizonte utópico pero partiendo de dónde realmente estamos?

    Dentro de esta diversidad de la izquierda, el anarquismo representa quizá el punto de mayor ruptura con las demás corrientes. No solo rechaza el capitalismo como el marxismo lo hace, sino que también niega cualquier forma de autoridad, jerarquía o institucionalidad, lo cual lo vuelve profundamente heterogéneo respecto al resto del espectro izquierdista. Mientras otras corrientes pueden llegar a aceptar (aunque sea de forma estratégica) el uso del Estado como herramienta de transición o regulación, el anarquismo lo concibe como enemigo absoluto, lo que dificulta la articulación de una estrategia común. Esta postura radical, aunque ética en su rechazo a toda forma de opresión, muchas veces termina siendo una traba en el terreno práctico, pues convierte al anarquismo en una fuerza que, al negarse a todo compromiso táctico, rompe los frágiles puentes que podrían construir una izquierda unificada.

    La insuficiencia de una articulación táctica ha conducido a que muchos de los sectores de izquierda empiecen a quedar atrapados en interminables debates sobre la supuesta pureza ideológica, mientras el avance del capital sigue su curso al margen de cualquier resistencia estructurada. En el mejor de los casos, las discusiones giran entonces en torno a cómo salvaguardar los principios irreductibles de cada corriente ideológica, en vez de plantearse cómo podrían transformar en el corto o mediano plazo las condiciones materiales de vida. Esa actitud puede parecer coherente desde una lógica interna, pero no deja de ser funcional al sistema que explícitamente se busca combatir, ya que deroga cualquier posibilidad de acción conjunta.

    En este mismo marco aparece otra figura común: la del ultra que, desde la comodidad de la pureza ideológica, critica con vehemencia a toda izquierda que se atreve a gobernar, participar o ceder en algo para avanzar en reformas. Se trata de una postura que se refugia en la superioridad moral de la inacción, como si mantenerse al margen de todo proceso institucional fuera en sí mismo un acto revolucionario. Esta posición, que se dice radical, no solo se desentiende de las condiciones materiales y políticas de las mayorías, sino que termina por alimentar una narrativa de derrota permanente: todo lo que se hace está mal, toda participación es traición, y solo lo inmaculado —aunque esté fuera de la historia— merece respeto. Pero la política no se hace en el vacío ni desde la torre de marfil; se hace con contradicciones, con límites, y sobre todo con pueblo. Negarse a todo por mantenerse “coherente” puede ser cómodo, pero no transforma nada.

    Por eso el reto del siglo XXI no es el de dirimir debates estériles sobre quién es la verdadera izquierda, cuál corriente es capaz de mantener un mayor grado de coherencia ideológica, sino proponer un proyecto común que recupere las necesidades del presente, sin renunciar a un horizonte de transformación; no se trata, por tanto, de renunciar a los ideales, sino de comprender que estos solo parecen tener sentido cuando se mojan, es decir, cuando se encarnan en procesos concretos, en luchas reales, en victorias parciales que permitan abrir la puerta a cambios más profundos. La izquierda no puede seguir condenándose a sí misma a la irrelevancia a causa de su propio corsé.

    Pero tampoco hay que confundir esto con la entrega total al reformismo ni con la aceptación de que el sistema puede humanizarse del todo; se trata más bien de aceptar que, sin una buena organización táctica y sin una lectura realista del contexto, la utopía deja de ser horizonte y se convierte en una excusa para el no-accionar. Si ha de haber transformación social, no puede depender solo del deseo abstracto de unos pocos iluminados, sino de la capacidad de las mayorías para construir poder popular a partir de sus condiciones, desde donde están y hacia donde sueñan.

  • México, mar de izquierdismo

    México, mar de izquierdismo

    Con la postpandemia vino para el mundo una reconfiguración geopolítica, el mundo que conocíamos ya no lo es más y día a día los cambios se aceleran. La paz subjetiva que reinaba el mundo desde la caída del muro de Berlín, ahora se transforma en incertidumbre ante nuevas potencias que surgen y un imperio que ve morir su hegemonía. 

    Nuestro siglo XX parece, como he dicho en otras columnas, una copia fiel de lo sucedido hace cien años; hago énfasis en copia, ya que incluso los símbolos comienzan a verse repetidos; desde el saludo “romano” de los ultraconservadores en los Estados Unidos, hasta la creciente popularidad del AfD en Alemania, sin dejar atrás el genocidio que sucedió al apartheid en tierras palestinas. 

    En América Latina los movimientos con características fascistas también comienzan a emanar como resultado de los países que habían durado décadas en crisis. Argentina actualmente tiene como jefe de Estado a un personaje que toda su vida política ha defendido los intereses de  los grandes capitales internacionales en suelo sudamericano y, curiosamente, llegó al poder de un país con una de las reservas de litio mas grandes del mundo. 

    Sin embargo, en México nació una resistencia popular que ha impedido el ascenso de estos movimientos ultraconservadores. A diferencia de otras naciones latinoamericanas, donde la desesperación y el descontento han sido canalizados por liderazgos de extrema derecha, en México las mayorías han optado por un proyecto de transformación que prioriza la soberanía, el desarrollo social y la justicia histórica.

    Esto no significa que el país esté exento de amenazas. La oposición, debilitada y carente de un discurso propio, ha recurrido a estrategias desesperadas, desde la judicialización de la política hasta la promoción de narrativas de miedo y desinformación. A ello se suma la presión de actores externos que ven en México un territorio clave en la disputa geopolítica global, ya sea por sus recursos estratégicos o por su posición como vecino inmediato del país que aún se asume como líder del mundo occidental.

    En México la amenaza interna no es la del fascismo, en nuestro país tenemos como principal enemigo al fantasma del priismo que parece estar recorriendo los pasillos de las oficinas del que podría convertirse en un nuevo partido de estado. Sin embargo, este tema lo abordaré en la columna del siguiente miércoles. Por el momento podemos celebrar que somos una isla de izquierda en un mar de fascismo. 

  • La Presidenta Sheinbaum expresa su cariño a Pepe Mujica: la mandataria busca una llamada con el líder uruguayo

    La Presidenta Sheinbaum expresa su cariño a Pepe Mujica: la mandataria busca una llamada con el líder uruguayo

    Hace algunas horas, José “pepe” Mujica, hizo del conocimiento público que el cáncer en su cuerpo se ha expandido, decidiendo no continuar con ningún tratamiento médico debido a su frágil estado de salud. Ante esto, la Presidenta Claudia Sheinbaum expresó su respeto y cariño al líder uruguayo.

    Desde el Salón de la Tesorería de Palacio Nacional, la mandataria mencionó que tiene un especial cariño por Mujica, al cual también le agradeció por su paciencia y compartir sus pensamientos a lo largo de su carrera política, siendo un símbolo para toda América Latina.

    “Aprovecho para decir que nuestro cariño, nuestro agradecimiento por su sapiencia, por su pensamiento, por compartir todos estos años. Gracias por su sencillez, por su modestia y gracias por representar un símbolo para toda America Latina y creo que para el mundo entero”.

    Sheinbaum Pardo adelantó que buscará agendar una llamada personal con Pepe Mujica, que en más de una ocasión visitó la Ciudad de México en el sexenio del ahora Expresidente Andrés Manuel López Obrador. Es de recordar que en dichas ocasiones, Mujica se reunió con la ahora lideresa del Ejecutivo.

    “Vamos a buscar una llamada personal y le deseamos que mejore, siempre”, remató la presidenta.

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