Etiqueta: León Fernando Alvarado

  • Morena, a la izquierda

    Morena, a la izquierda

    La Casa de Atención Ciudadana de la senadora morenista por Guanajuato Antares Vázquez Alatorre se ubica en una colonia que en su momento fue la más aristocrática de León y que hoy ha venido a menos, aunque sin perder su exclusividad.

    El portón de la casa siempre está cerrado a piedra y lodo. Si alguien toca a la puerta, preguntan desde adentro, sin abrir, y cuando por fin se deciden a atender al visitante lo hacen asomándose misteriosamente por una mirilla para verificar que no se trata de un ataque terrorista contra la senadora.

    Se sabe que ahí atiende Antares Vázquez –no en persona, claro está, porque nuestra representante se encuentra en el Senado disputando jocosidad y media con Lily Téllez- porque lo anuncia una polvorienta lona publicitaria. 

    Adentro, una recepcionista informa que ahí se prestan servicios de asesoría jurídica y psicológica, aunque por el momento no está la psicóloga. La casa está vacía, fantasmal. ¿Será esa una posible explicación para que su 5º. informe de actividades, publicado en X el 24 de noviembre, cuando Antares buscaba la coordinación de Morena en Guanajuato, sólo muestre 2,322 reproducciones, 292 me gusta y 95 reenvíos, además de cuatro fotos que evidencian escasa asistencia de participantes  https://twitter.com/AntaresVazAla/status/1728236405401493562?ref_src=twsrc%5Egoogle%7Ctwcamp%5Eserp%7Ctwgr%5Etweet? Tan lejos de la gente y tan cerca de Twitter.

    El presidente López Obrador ha asegurado que abandonará la escena pública una vez que termine su mandato. Y no hay ninguna razón para no creerle. Nada de maximatos, nada de poder detrás del trono, nada de consejero áulico. Fiel a sus convicciones y con plena confianza en la capacidad política de un pueblo por fin despierto, AMLO dejará que Morena continúe su camino. Y que el partido llegue hasta donde y como quiera llegar.

    Habrá muchos asaltantes olfateando los puestos públicos, habrá una “cargada” de malhechores, vividores, cínicos, sinvergüenzas, aventureros y “chapulines” sumados al movimiento por la posibilidad de roer un “hueso” político: seguidores de Ricardo Monreal, bloqueadores y chantajistas aplaudidores de Marcelo que se conciben a sí mismos como una espectral segunda fuerza dentro de Morena, diputadas que llorando y emberrinchadas se despidieron ayer de Morena y que hoy se levantaron temprano para formarse en la cola de las inscripciones a la repartición de “huesos”. “Ambiciosos vulgares” que van por el cargo y no por el encargo.

    Morena, como lo evidencia el ejemplo con el que inició este artículo, parece más una agencia de colocaciones que un partido político que atienda las necesidades de la gente. Como si lo primero y casi único fuera conseguir el puesto, que voten por mí los que creen en Andrés Manuel y luego que se vayan a recoger verdolagas, al cabo ya conseguí lo que quería.

    Ya sin Andrés Manuel, el partido deberá cuidarse de estar siempre cercano a la gente para acompañarla en sus necesidades para no verse rebasado por el pueblo al que dice representar. Brindarle la orientación a quien se acerque y no despedirlo con un montón de propaganda que se irá derechito a la basura, empezando –y mucho habrán de perdonarme- por los soporíferos rollos teóricos del recién fallecido filósofo Enrique Dussel que nada le dicen al ciudadano de a pie, al ciudadano raso que se desloma en la fábrica de calzado o en la recolección de brócoli o echando “colados” en la obra.

    Sin López Obrador como guía aunque sí como ejemplo, Morena deberá actuar como un partido que encuentre su fuerza y su motivo de ser en la atención a las causas del pueblo, las que sean aunque sean pequeñísimas, aunque no coincidan con los tiempos electorales ni jalen votos a la causa.

    Que lo despidieron injustificadamente del trabajo sin darle su liquidación. Que no sabe integrar un expediente para solicitar un crédito ante el Infonavit y debe pagarle a un “coyote” cinco mil pesos para que lo haga por él. Que la persona no existe porque no tiene acta de nacimiento, ni nunca fue a la escuela, ni tiene credencial para votar, como algunos pobladores de San Juan de Abajo, en León, código postal 37864, donde sólo el 18.93% de la viviendas cuenta con agua entubada, existe un analfabetismo de 6.44% y un grado de escolaridad promedio de 6º de primaria, lo que los condena desde la niñez a ser chalanes en la fábrica o a la enfermedad de las adicciones o de plano a la delincuencia. ( https://mexico.pueblosamerica.com/i/san-juan-de-abajo-3/#fotos). Pongámoslo de otra forma: es la gente que no acudirá nunca a la Casa de Atención Ciudadana de la senadora Antares Vázquez.

    No son muchos votos, pero es lo que debe hacer un partido de izquierda.

  • Playlist roja

    Playlist roja

    Y si nada queda de esta rebeldía
    Queda la esperanza
    De que llegue el día
    En que ciegos mirarán

    Hoy que estamos ciegos / Enrique Ballesté

    Las décadas de los años ’60 a ’80 -hasta antes de que impusiera por la fuerza de la violencia el neoliberalismo como la ideología dominante en el mundo, con Chile como el primer laboratorio en vivo del modelo neoliberal a partir del golpe militar de 1973- vieron el ascenso de un arte comprometido con las causas populares.

    Fueron los años de la protesta. Se generaron diversos puntos de vista culturales que opusieron y estructuraron una ideología de izquierda que cuestionaba el control de la oligarquía sobre las masas establecido en América Latina y apoyado por los Estados Unidos.

    El arte ya no debería ser un ejercicio solipsista de contemplarse el propio ombligo mientras se soslayaba la opresión sobre las mayorías en los ámbitos político, económico y cultural, sino que debía adquirir un compromiso social donde el producto artístico –la literatura, el cine, la música- planteara un acercamiento crítico a una sociedad dominada por la voracidad de una clase enriquecida  siempre por la vía de la violencia.

    Esas críticas costaron la vida al periodista y escritor Rodolfo Walsh o la desaparición del novelista Haroldo Conti, en Argentina; o el asesinato a mansalva del cantante Víctor Jara a manos de los militares en Chile; o la muerte en enfrentamientos armados a los poetas Roque Dalton, en El Salvador, y al jovencísimo Javier Heraud, en Perú.

    En México, Salvador Castañeda, quien como guerrillero participó en la lucha del MAR (Movimiento de Acción Revolucionaria), ha escrito novelas en las que su experiencia militante es narrada con sobriedad (¿Por qué no dijiste todo?, Los diques del tiempo: diario desde la cárcel, La patria celestial, El de ayer es Él. El poeta David Cilia Olmos, miembro de la Liga Comunista 23 de Septiembre, ha publicado poemarios (Clandestino en la ciudad), y artículos sobre el movimiento social de los años ’70. A estos se suman las célebres novelas de Carlos Montemayor Guerra en El Paraíso, y Las mujeres del alba sobre laguerrilla de Lucio Cabañas en Guerrero y el asalto al cuartel Madera, respectivamente.

    Cantantes, compositores, cantautores como José de Molina, Judit Reyes, Amparo Ochoa, Sanampay, Grupo Zumbón, Óscar Chávez, Guillermo Briseño, Los Nakos,

    Gabino Palomares y muchos más constituyen un catálogo de artistas que abordaron en su obra los conflictos sociales de los que fueron testigos en su momento.

    Varios de ellos estuvieron presentes en huelgas, campamentos, marchas, o en los festivales de Oposición que organizaba el Partido Comunista, siempre al lado del pueblo, registrando sus luchas y dando testimonio de integridad personal entre ser y hacer.

    ¿Que cantaban sobre la necesidad de la revolución a los convencidos sobre la necesidad de la revolución? Podría ser. ¿Que eran limitados musicalmente? Tal vez. ¿Que sus públicos eran minoritarios? Y… tampoco podríamos decir que la Sinfónica Nacional reúne multitudes. Ninguna de las críticas que se puedan hacer a su trabajo desdibuja el hecho de que los músicos no titubearon en ir en contra de la corriente dominante. No fueron baladistas como Los Solitarios ni compositores como José Pablo Moncayo. Fueron cantantes de protesta.

    El presidente López Obrador ha propuesto una playlist de canciones que a su juicio promueven valores diferentes a los de los “narcocorridos”. Y el sábado 11 de noviembre se inauguró en Los Pinos la Sala Óscar Chávez como un homenaje a su trayectoria como músico y actor (El Caifán mayor se instala en Los Pinos https://www.gob.mx/cultura/prensa/el-caifan-mayor-se-instala-en-los-pinos?idiom=es ). 

    Esta columna, acorde con la inmensa modestia que la caracteriza, propone una playlist “para los más jóvenes”, para los que se convirtieron a la izquierda hace unos quince minutos –como Rommel Pacheco o García ´Harfuch- y para los que ya vieron pasar sus mejores años. Y como recordar es volver a militar (pintas, pegas, boteos, volanteos, marchas el 1º. de Mayo, escuelas de cuadros, marcha en defensa del salario y contra la carestía que por primera vez desde 1968 llenó el Zócalo con contingentes de obreros, campesinos, pobladores y partidos de izquierda), aquí está la playlist roja. Salud.

  • Mentirosa oposición

    Mentirosa oposición

    La actual disputa política entre partidarios de la 4T y opositores al cambio verdadero está más relacionada con una forma de ser que con una forma de pensar. No existe ninguna ideología en esa terca negación de la realidad de un país que se pone de pie luego del saqueo neoliberal al que lo sometieron los gobiernos prianistas, lo que hay es una psicología angustiada. Personalidades limítrofes que se debaten entre el deseo que los empuja y la realidad que los apaga.

    Por eso a los ideólogos de la derecha les resulta difícil estructurar un discurso cuerdo que presente sus demandas y sus críticas, válidas en todo caso.

    Y si ellos –los intelectuales de prepago, los medios de manipulación masiva y los académicos, entre otros- no pueden formular ese plan a pesar de sus altos méritos y sus muchos libros, ¿qué les queda a los lastimosos personajes que naufragan en la indigencia del pensamiento, como son los servidores públicos Téllez, López Rabadán, Gálvez, Álvarez Icaza o Madero o Martínez Cázares? Nada sino el grito y la chacota, o la imposición de su verdad a sombrerazos y falsedades.

    Esa es la forma de ser de la derecha, en el nivel que sea. En la derecha clasemediera y aspiracionista que engrosa las marchas ordenadas por el inquieto dictador Claudio X en defensa de los intereses oligárquicos están siempre presentes la hipocresía de presumir una solvencia en harapos, el ocultamiento de las cojeras morales en las familias, el fingimiento de sentirse magnates cuando le sacan sangre a la tarjeta de crédito para aprovechar las ventas nocturnas en Sears.

    Clase media media y media baja con ínfulas de barón. Colegiaturas en colegios particulares que se pagan con retraso. Misas dominicales en la parroquia del Sagrario, engominado el cabello, para saludar a los otros que integran su selecto círculo de menesterosos. Enmascarados bandidos que explotan a sus dos o tres sencillas empleadas de mostrador a las que no han inscrito ni inscribirán nunca en el Seguro Social.

    Clase media mentirosa que supervisa a conciencia la doble contabilidad de su empresa, la que se factura y la que “va por fuera”. Clase media que aplaude a huachicoleros, factureros y otros ladrones similares y conexos de la República Mexicana y los considera admirables tiburones de las finanzas.

    Con esa corrupta base social como caldo de cultivo, a los medios de manipulación, a los pasquines inmundos –que son tres, principalmente, si se incluye a la revista Proceso- a los feroces cabecillas intelectuales, a los jueces desvergonzados, a voceros y personeros pagados o gratuitos de la derecha les es fácil mentir impunemente una y otra vez, pero no elaborar un programa de acción que exponga sus puntos de vista.

    Mentirosos, salen a la calle a defender los privilegios de los jeques del INE y de la Suprema Corte. Carroñeros, afirman que se impidió el paso de la ayuda a los damnificados en Acapulco. Falsos, afirman que hay grave carencia de medicinas. El recuento podría ser casi infinito.

    Cinco años tienen ya de estrellarse contra el muro de una realidad que los desmiente y que debería haberlos ayudado a replantear su estrategia de mentiras y falsedades. Pero no. No cambiarían ni en toda una vida. Para qué, si ellos son así y así son felices.

  • Anclarse en ideales y principios

    Anclarse en ideales y principios

    La política neoliberal sumió al país en una debacle económica, política, ética y social que sólo la llegada de la 4T en 2018 pudo contener. Pero ya el daño estaba hecho. Las estructuras del país se hallaban en decadencia.

    El neoliberalismo instalado en la vida pública como proyecto para beneficio de unos cuantos necesitaba darle un barniz de legalidad al corrupto sistema del cual derivaba. Había que viciar la vida pública, hacer que el lodazal salpicara a todos para que ninguno pudiera darse baños de pureza. 

    Al llamado a la corrupción acudieron gustosos y apresurados integrantes de los poderes Legislativo y Judicial, distinguidos miembros de academias y universidades, intelectuales parasitarios que no han producido una idea valiosa, medios de manipulación masiva, desacreditados periodistas, partidos políticos en ruinas, así como los selectos farsantes instalados en los organismos autónomos. Y algo alcanzaron en el baño de lodo. Y luego de repartirse el botín se fueron a su casa felices y contentos. Y después, con ese dinero mal habido, les compraron el pan (y algunas joyas, y algunos viajes) a sus hijos.

    En medio de semejante descomposición social tuvo que integrar sus equipos López Obrador. Lo que encontrara disponible luego del desastre aunque pecara de pragmático. Y lo que había eran personajes como Lily Téllez o Germán Martínez Cázares. Ni modo. Por supuesto, traicionaron a la 4T. La traicionaron no porque sean malas personas sino porque nunca han conocido otra lealtad que no sea la de sus propios intereses.

    Es el mismo caso del grupo de diputados ebrardistas y monrealistas acuerpados en el grupo El Camino de México que hoy amenazan con la traición si no se da cabal cumplimiento a las exigencias de sus pastores. Dice, simulan, argumentan que son independientes y que obran en conciencia. Burdas patrañas detrás de las cuales se esconde su particular interés y el de sus caudillos.

    Olvidan que ellos no se representan a sí mismos sino que representan a la parte del electorado que votó por el proyecto de transformación de la 4T en la persona de ellos, pero no por ellos. Vamos a ponerlo en claro: el electorado votó por Andrés Manuel López Obrador. Quien ganó los votos fue AMLO.

    Nada salta como relevante políticamente cuando se revisa la biografía de los dichos diputados. Nada. No son líderes sociales. No hay masas detrás de ellos apoyándolos. Su trabajo político, como el de sus caudillos Ebrard y Monreal, se ha dado en las antesalas, en los pasillos, en las oficinas, pero no en las calles.

    Tal vez por eso su deslealtad al proyecto de la 4T y al electorado que votó por ese proyecto no sea tan sorpresiva. Estos diputados consideran, como antes lo hicieron Téllez y Martínez Cázares, que la diputación o la senaduría es similar a un bien mueble del cual pueden disponer a su arbitrio. Suponen que es como su automóvil particular que pueden vender o traspasar o prestar o alquilar o arrendar o transferir o endosar o ceder a quien ellos quieran.

    Pero los cargos públicos no son bienes particulares de los diputados y los senadores. Por decirlo así, son cargos prestados a ellos por quienes los eligieron. En sentido estricto –aunque sea un sentido estricto para ángeles y querubines- estos aspirantes a huertistas deberían consultar con sus representados para ver si ellos también están de acuerdo con el capricho de Marcelo Ebrard. Del de Monreal ni para qué hablar.

    AMLO ha señalado en múltiples ocasiones que es necesario “manejarse con principios y valores éticos”. En su conferencia del pasado 21 de junio dijo; “Recordemos una cosa: todo servidor público está al servicio del pueblo y tiene una responsabilidad cívica y social”. Y los diputados no son otra cosa que servidores públicos de quienes los eligieron. El presidente ha insistido en la necesidad de anclarse en principios, y la deslealtad al programa no es un principio. Es una traición y así se llama. Lo demás es retórica y vulgar ambición.

  • Los nuevos informadores

    Los nuevos informadores

    Hace años se llamaba a la prensa “el cuarto poder”. Se suponía que la prensa no se manchaba con los mezquinos intereses políticos para mantener su “independencia”, que se hallaba libre de pecado como si fuera un recién nacido, y que ejercía un verdadero contrapeso que equilibraba a los otros tres poderes para proteger al pueblo. En la vida real sucedía la paradoja de que quien mejor se beneficiaba de esta falsa imagen de la prensa limpia era, justamente, el poder político.

    En los hechos, la prensa era la recadera, la mandadera del verdadero poder. Ay de aquel imprudente que se aventurara a plantar cara al poder político, ay del remiso que sospechara una sombra de corrupción en el poder público, porque se hacía reo de persecución.

    Si así estaban las cosas, el politicazo en el poder se decidía por el escarmiento: “Éste está como los perros, que sólo entienden a “periodicazos””. Y se daba la orden a la jauría de dogos para que mordiera con “periodicazos” al opositor. Llegaban las notas falsas, las mentiras, las falsedades.

    Las dádivas del poder convertían a los reporteros en poetas. Un ejemplo es don Armando de Maria y Campos, que de López Mateos escribió: “(…) sus manos vírgenes de codicia y de maldad se tienden al porvenir en busca del mejor de los caminos del pueblo; y su ánima selecta, que no sabe más que amar a los hombres de su tierra y a la tierra de sus hombres está lista para donarse a México”.

    Da vergüenza repetir el encendido elogio don Armando el trovador, y no se deja de recordar que el “ánima selecta” del elevado prócer llamado Adolfo López Mateos fue el asesino intelectual de Rubén Jaramillo y de toda su familia. “Está establecido que la “Operación Xochicalco” fue ejecutada por el Ejército Mexicano por órdenes del presidente Adolfo López Mateos”, afirma la CNDH México en el texto “Asesinato de Rubén Jaramillo” (https://www.cndh.org.mx/noticia/asesinato-de-ruben-jaramillo).

    Para eso servía esa prensa cuyos propietarios no son periodistas sino traficantes que metían las manos en el negocio de las medicinas, de la construcción de reclusorios, de carreteras y de hospitales.

    Hoy, es la misma prensa que el 3 de octubre de 1968 “cabeceó” en sus portadas: “Limpian Tlatelolco de francotiradores” (El Universal Gráfico), “Balacera entre francotiradores y el Ejército, en Ciudad Tlatelolco” (Novedades), “El objetivo: Frustrar los XIX Juegos” (El Sol de México), “Recio combate al dispersar el Ejército un mitin de huelguistas” (Excélsior), “Energía contra los alborotadores” (El Heraldo de México).

    Es la misma prensa que se resiste a su desaparición y suelta sus últimos coletazos dinosáuricos. Prensa vendida, incorregible. Prensa corrupta, irremediable. Pasquines inmundos, insalvables. Prensa que no podría cambiar aun si lo quisiera porque no cuenta con la honestidad en su composición genética. La desconoce, y por eso le da lo mismo seguir burlándose de las almitas simples que leen los pasquines inmundos como si fueran los evangelios nuevamente revelados.

    Pero no todo está perdido. Una de las aristas de la renovación de la vida pública acelerada por la 4T tiene que ver con la información. Revistas como Contralínea o Polemón, sitios como Sin Embargo, Sin Línea, Los Reporteros o Sin Censura, y una lista de periodistas cuyos nombres sería prolijo enumerar pero todos ellos valiosos y valientes, proveen de información verídica a quien quiera contar con puntos de vista diferentes a los de los medios manipuladores.

    Lerdo -como es todo cambio verdadero- pero seguro -como corresponde a lo que ha de permanecer-, esta nueva línea editorial ha conseguido generar su propio espacio de cara a una sociedad que ha cobrado consciencia crítica de su entorno y exige que se le hable con claridad, sin rodeos, sin mentiras. La nueva prensa electrónica, los informadores críticos, pero sobre todo los lectores informados comprueban que hay un cambio paradigmas sociales a partir de la 4T.

  • Los héroes nacionales y los Símbolos Patrios

    Los héroes nacionales y los Símbolos Patrios

    Cuando la derecha fascista, racista y yunquista llegó a la Presidencia de la República en el año 2000 bajo la cobertura de las siglas del Partido Acción Nacional (PAN), tuvo que encarar un problema que rebasaba los asuntos propios del ejercicio de gobierno. Un problema ideológico.

    ¿Qué iba a hacer esa derecha hasta entonces derrotada con los símbolos y los héroes patrios en los cuales no cree? ¿Cómo haría coincidir su particular certeza de que hubiera sido preferible el blanco y barbado Maximiliano de Habsburgo frente al indio Benito Juárez, ateo, masón y enemigo de la Santa Madre Iglesia?

    ¿Esa derecha acaudalada y terrateniente que impulsó al crepuscular personaje llamado Vicente Fox a la Presidencia estaría de acuerdo en aplaudir el grito de “Tierra y Libertad” de Emiliano Zapata? ¿Se sentiría reflejada en la lucha libertaria de Francisco Villa? ¿Tendría al menos vaga noción de los trabajos y los días del general Felipe Ángeles dentro del ejército villista? 

    Ricardo Flores Magón publicó en el periódico Regeneración el 19 de noviembre de 1910, a unas horas del inicio de la Revolución: “El interés de los ricos es que los pobres sean pobres eternamente, porque la pobreza de las masas es la garantía de sus riquezas. Si no hay hombres que tengan necesidad de trabajar a otro hombre, los ricos se verán obligados a hacer alguna cosa útil (…) para poder vivir; ya no tendrán entonces esclavos a quienes explotar” ¿Coincide el empresariado con esta visión? Ellos no, pero la 4T sí y por eso declaró al 2022 como “Año de Ricardo Flores Magón”. También en ese terreno se da la lucha por el país.

    ¿Y qué razón darían los conservadores de un tal Lázaro Cárdenas si precisamente el PAN se fundó para luchar contra de la expropiación petrolera, el reparto agrario y la política educativa del cardenismo?

    En la lucha derechista por el control ideológico del país, incapaz de imponer su narrativa reaccionaria que enlista entre sus héroes a Agustín de Iturbide, a Porfirio Díaz y a Gustavo Díaz Ordaz, el rústico Vicente Fox optó por la solución de mutilar el símbolo del águila y la serpiente, que sobrevivió intacto a trescientos años de invasión española pero no a la demencia agreste de Fox. Para no quedarse corto en sus atrocidades, el entonces presidente ordenó desmontar de Los Pinos el óleo de Benito Juárez. No podía esperarse menos de él.

    Contrario a lo anterior, el presidente López Obrador ha sido cuidadoso en cuanto a la recuperación de la memoria histórica del pueblo. No hay fecha conmemorativa en el calendario cívico ni nombre ilustre en el diccionario biográfico que López Obrador pase por alto. Y eso forma parte de los cambios profundos que ocurren hoy en la mentalidad de un pueblo que ha recuperado su dignidad.

    Hoy, los libros de primaria hablan también de hechos que fueron soslayados por la educación neoliberal, como la matanza del 2 de Octubre de 1968 o los fraudes electorales de 1988 y 2006 mediante los cuales el prianato usurpó el poder que el voto popular entregaba a la izquierda. Ese conocimiento de la Historia (con mayúscula) habrá de conformar y consolidar el concepto que las nuevas generaciones tengan sobre lo que ha sido la vida pública de este país.

    Los neoliberales intentaron el despojo y la modificación de la Historia, quisieron borrarla con treinta años de neoliberalismo para que les resultara más cómoda y tersa su labor de saqueo frente a un pueblo desarticulado ideológicamente. Enfrentar a ese desmantelamiento ideológico ha sido otro de los aciertos de la Cuarta Transformación.

  • El vacío de la derecha

    El vacío de la derecha

    Nomás no pueden con la democracia. No es lo suyo. La desconocen los priistas, creadores del matrero arte de “embarazar” urnas o repartir “tamales” antes de la votación para asegurarse del resultado favorable. La amenazan los panistas, capaces de robarse una Presidencia de la República.

    Entes refractarios a la honradez, estos partidos responden caninamente a la voz del amito bueno que les gira instrucciones desde las cúpulas mediáticas, académicas o empresariales. Porque nomás los chicharrones de esas élites truenan cuando de elegir se trata. Y a sus partidos de prepago sólo les queda la obediencia ante el llamado. La vileza de la sumisión arrodillada. La mascarada que se disfraza de discurso enjundioso para aturdir la vergüenza de haber sido y el dolor de ya no ser. Pobres.

    Como carecen de la costumbre de tomar en cuenta a la gente, crean organismos-fachada que dicen representar a los ciudadanos y generan un festival de membretes vacíos. Mentirosas “organizaciones de la sociedad civil” cuya única misión en este mundo es hacer bola allá atrás en las conferencias de prensa del Frente.

    Y como los dirigentes partidarios ayunan en el terreno de las ideas, recurren a espíritus inertes como el de José Antonio Crespo para justificar el “dedazo”. Sentencia él, muy campanudo él: “Es verdad que Xóchitl fue electa por dedazo. El dedo mayoritario de la ciudadanía”. Da tristeza la lectura, porque sin duda hay maneras menos indignas de ganarse la pitanza. Recoger envases de PET y venderlos en la recicladora es mil veces más honorable que publicar comentarios tan vergonzosos. Pero que todo sea por Dios.

    Con respecto a la democracia, lo definitoriamente priista es una uniformidad de la “cargada”. La estampida tumultuaria de los “búfalos” que antes la formaban los políticos y hoy la integran intelectuales y académicos. La aprobación monolítica estilo Alejandro Moreno, que anunció la decisión tomada por “los 32 comités directivos estatales, los 2 mil 450 comités directivos municipales, los 90 mil seccionales en el país” de bajar a Beatriz Paredes de la contienda por la candidatura del Frente. Ni un solo disenso. ¡Alegraos, pastores, una redentora con huipil y jugosos contratos en las manos ha nacido entre nosotros!

    Pudieron ahorrarse los foros, los viajes y los pagos a la prensa vendida erogados para darle respiración artificial a la candidatura que nació cadáver. Pudieron darle un poco de recato a la supuesta contienda. Pero no pueden. No es lo suyo. Igual como les pasó a los dinosaurios que se empantanaron en un mar de brea del que ya no pudieron salir, los “dinosaurios” políticos se hundieron no en la brea, pero sí en las prácticas antidemocráticas que los hicieron famosos.

    ¿O de verdad supusieron que el vodevil frívolo y grotesco montado por el aciago señor X sería creíble a los ojos de la gente? ¿Es cierto, como aseguran, que su ejercicio solipsista al que no es invitado el pueblo fue respaldado por el pueblo? ¿Creen en serio que su establo de periodistas de cabecera y sus granjas de twitteros les atraerán una votación copiosa y con eso será suficiente? 

    La oposición sirve vino viejo en botellas viejas. Vino amargo, agrio, contaminado por las aguas del olvido que ya son los partidos opositores. Dinosáuricos, encarcelados en sus prácticas atentatorias contra la democracia, amantes del conato de participación que fomentaron durante meses para imitar el proceso preelectoral de Morena, sin el lastre de los resignados aspirantes que nunca serán nada –Creel, Paredes-, la derecha presume su mojiganga de baile parroquial con la cual cree engañar al pueblo. Con su pan –y su pri- se lo coma.

  • La ambiciosa vulgaridad

    La ambiciosa vulgaridad

    En otros tiempos, ser candidato de la izquierda a algún cargo público equivalía a que le cayera al señalado una desventura personal. Ni el pintor de brocha gorda, ni el maestro de primaria, ni los obreros del calzado, ni el empleado bancario, ni el vendedor de colchas a plazo y a domicilio, ni el irremediable subempleado, ni el trabajador del departamento de Limpia municipal, ni el sindicalista que militaban en el partido se animaban a entrarle. La candidatura implicaba para el arriesgado desentenderse un tanto del trabajo diario o ponerse a tiro de piedra del desempleo. Políticos profesionales no había.

    Comenzaba la campaña y, con los propios y escasos recursos, había que comprar la pintura y las brochas para pintar bardas con el nombre del candidato; preparar el engrudo para pegar carteles en paredes y postes de alumbrado público, y “picar” el stencil marca Gestetner para imprimirlo en el mimeógrafo (sólo los muy muy veteranos sabrán en qué consistía esta tarea, hoy paleolítica). Comprar el papel revolución donde se imprimirían los volantes; preguntarle al director de la primaria “Martín Muñoz” si siempre sí daría chance de usar el mimeógrafo escolar el sábado, si no para pedir su apoyo al FAT. Llevar a los periódicos locales los boletines de prensa que nunca se publicarían; entregar en la Presidencia Municipal la solicitud para el uso de un jardín o plaza pública. Finalmente, realizar la asamblea popular en la que a veces había más gente arriba de la tarima que abajo entre los asistentes.

    Aquello cambió. Hoy, una candidatura de la izquierda morenista es casi como pasar a ventanilla a cobrar una factura autorizada por el gerente de compras: es un triunfo seguro, aunque no gracias a Morena sino a pesar de Morena, un movimiento que no ha articulado una organización de base que apoye en los hechos el impresionante trabajo diario del presidente López Obrador para enfrentar los desquiciados esfuerzos de la reacción por regresar al poder.

    Pero esa seguridad electoral parece operar en su contra, porque se suman a ella “vulgares ambiciosos” como Germán Martínez, Lily Téllez, Ricardo Mejía Berdeja o el procurador del consumidor Ricardo Sheffield1 que se suponen a sí mismos como poseedores de un irresistible carisma popular cuando en realidad son apenas políticos minúsculos que se nutren parasitariamente del trabajo de López Obrador. Y como ellos, muchos más.

    Muchos más como Marcelo Ebrard, cuya ambiciosa vulgaridad provoca hoy el desbordamiento de pasiones, no sólo en Morena sino también en grupúsculos, como el partido MC, que se encuentran al acecho de lo que les caiga porque por sí mismos no tienen nada que ofrecer.

    El suyo, como todo desbordamiento que lo sea de verdad, es ciego y arrasa y se lleva por delante lo que se le ponga enfrente, trátese del equilibrio mental, la decencia política o la visión de futuro de país. Al grito de “después de mí el diluvio”, amarga como fue esta expresión desesperada atribuida a Luis XV, Ebrard vaticina una catástrofe para millones de mexicanos si no es él el próximo presidente del país. Que sea menos, don Marcelo.

    Lástima. Porque un equipo de unidad integrado por Sheinbaum, Noroña, Adán Augusto y Marcelo aseguraría una continuidad tersa de la 4T para el próximo sexenio frente a una reacción derechista obnubilada y absolutamente carente de cuadros políticos como los mencionados. Xóchitl, Creel, Paredes y la muchedumbre de periodistas, intelectuales y jueces que los apoyan palidecen y se empequeñecen hasta la miniatura si se los coloca al lado de estos cuatro verdaderos maestros de la política.

    Pero Marcelo no quiere que sea así. Prefiere romper, seccionar, acusar, minimizar, desdeñar, soslayar, burlar, bocabajear, amenazar, separar, destruir, sospechar, excluir. Como los “ambiciosos vulgares” enlistados líneas arriba, piensa que sus ambiciones personales se encuentran por encima del pueblo y del presidente que encabeza a ese pueblo. La realidad le está demostrando no es así.

    1 “Ricardo Sheffield Padilla es el candidato morenista que proviene de la ultraderecha. Fue alcalde de León de 2009 a 2012, como militante del Partido Acción Nacional (PAN). Antes fue conductor en Televisa del Bajío, subdirector jurídico del grupo Industrial Fox y socio de dos firmas de abogados.”
    ELECCIONES EN LEÓN: UN EX INTEGRANTE DEL YUNQUE VS. EL PRIMER CANDIDATO ABIERTAMENTE GAY
    Jennifer Olvera, estudiante, y Dulce Soto, reportera / Corriente Alterna | publicado el 02-06-2021 en https://corrientealterna.unam.mx/justicia-e-impunidad/elecciones-en-leon-un-ex-integrante-del-yunque-vs-el-primer-candidato-abiertamente-gay/

  • Tiempos oscuros para la derecha

    Tiempos oscuros para la derecha

    Lucha, lucha, lucha,
    No dejes de luchar, 
    Que aquí se está formando
    El poder popular.

    Consigna usada en las marchas de la izquierda

    La derecha se comporta como un ciego que quisiera atrapar un gato negro en un bodegón oscuro durante una noche sin luna.

    Sus desatinos van del fetichismo lingüístico de llamar “López” al presidente para menguar su aceptación popular, a las amargas lágrimas de un panista siempre postergado y hoy relegado al cuarto de los tiliches políticos. ¿Cómo se atrevió este desgraciado diputado plurinominal por el que nadie votó a desafiar a 30 millones de votantes? ¿Cómo? ¿Se atrevió?

    De la creación de una multitud de membretes de la “sociedad civil” para armar boruca en sus reuniones de serena reflexión sobre la tremenda realidad del país, a la resurrección de grupos momificados -como la Unión Nacional de Padres de Familia- que hace décadas vieron pasar las sombras de su triste gloria y ahora reaparecen en el papel de espantajos vueltos a la vida gracias a la misericordia del Señor. Del señor x. Alabado sea.

    Del juicio sumario al Amlito y su sentencia como el muñeco vudú que jala votos hacia Morena, a la prohibición de mencionar por su nombre a aquélla que viene desde abajo y que por méritos propios y sin apoyo de nadie aspira a devolver sus privilegios a quienes la pusieron ahí sin apoyo de nadie.

    De la unión contranatural de los partidos antagónicos agónicos disputando por saber quién obtiene la presea a la corrupción más desvergonzada y a la declaración más desopilante, a la candidata de los desarrolladores inmobiliarios que casi da de bruces en el suelo cuando la dejan pedalear una bicicleta como las que utilizan los aboneros para moverse por esas calles de dios. Esperpéntica escena, si bien jocosa.

    Su práctica política ha venido a enriquecer el diccionario de la picaresca nacional. A conceptos netamente priistas como “ratón loco”, “operación tamal”, “tacos de votos” y “casillas zapato”, la derecha ha contribuido con perlas como “nado sincronizado”, “fake news”, “litigio estratégico” y “lawfare”, que son las coartadas que utilizan para disfrazar su nostalgia por el presupuesto. Creativos que son los huerfanitos del dinero negro repartido en contratos subrepticios, los “yonquis” del billete ajeno que buscan desesperadamente el pinchazo de recursos públicos que les haga posible la sobrevivencia a estos presupuesto-dependientes.

    Lo único que impide su desgracia absoluta es el “maiceo” manirroto a los medios de manipulación masiva y a los gremios de intelectuales, académicos, universitarios y periodistas que la defienden al tiempo que viven su noche más triste y de la que muchos –como la revista Proceso o Pedro Ferriz- no verán el amanecer. Cae que no cae, gracias a estos farsantes por ahí va la derecha haciendo creer a algunos que existe políticamente.

    Desde el trapecio de su realidad, la derecha acrobática advierte graves riesgos financieros ahí donde 18 mil 635.7 millones de dólares de Inversión Extranjera anticipan oportunidades. (Comportamiento de la Inversión Extranjera Directa en México (enero-marzo de 2023)  https://www.cefp.gob.mx/publicaciones/documento/2023/cefp0232023.pdf). Anuncia baños de sangre mientras las estadísticas evidencian disminución de la violencia comparada con sexenios anteriores. (Homicidio a lo largo de los sexenios https://www.eluniversal.com.mx/nacion/homicidio-lo-largo-de-los-sexenios-con-calderon-repunto-una-montana-rusa-con-pena-y-con-amlo-una-meseta/).

    Suelta alaridos por la supuesta falta de medicamentos cuando la realidad muestra abasto suficiente. (Sube de 96 a 98% el Abasto de Medicamentos en el IMSS  http://www.imss.gob.mx/prensa/archivo/201608/138). Estima un descontento generalizado de la población cuando lo cierto es que ésta suscribe abrumadoramente el desempeño del presidente. (Aprueba 84% de la población el trabajo del presidente López Obrador de acuerdo con la encuesta Meba  https://www.sprinforma.mx/ver/destacados/aprueba-84-de-la-poblacion-el-trabajo-del-presidente-lopez-obrador-de-acuerdo-con-la-encuesta-meba). Anemia intelectual inducida por la falta de vitaminas presupuestales.

    Pero esa derecha todavía puede meter zancadillas matreras a la 4T. Sobreviven instituciones “autónomas” que  hacen de las suyas para entorpecer el avance, como el INE. Existe un poder judicial “huizachero” que descarta leyes porque les faltó una coma, o libera torvos delincuentes simplemente porque le da la brama, o reparte amparos como si fueran estampitas de primera comunión. Medran por aquí y por allá ONG’s acomodaticias que olfatean con rapidez y certeza los billetes, y también ellas hacen su parte. Parte abyecta y vil, pero parte al fin.

    Duele. Molesta. Cansa. Fastidia el trabajo de los “topos” de la derecha que comandan instituciones y organizaciones a las que presentan como garantes de la institucionalidad aunque su actividad más notoria sea la de poner piedritas en el camino. O, por lo menos, vaya, ampararse jurídicamente por algo. Por lo que sea.

    Pero nadie dijo que el avance de la 4T iba a ser fácil y terso. Y si la 4T despierta inquinas y enconos es señal clara de que el proceso avanza por el camino correcto. Malo que los medios masivos de manipulación hablaran bien de ella. Vergüenza que las mafias culturales aplaudieran a rabiar a la 4T como lo hicieron con Salinas o con Calderón. 

    La revolución de las conciencias es un proceso dialéctico que implica avances y retrocesos, importantes unos y otros a veces, pero siempre se camina adelante. Eso que ni qué porque no hay de otra y nomás esta nos queda. Ya vendrá el sexenio 2024 al 2030 y se consolidarán los avances. 

  • El saqueo llamado Fobaproa

    El saqueo llamado Fobaproa

    Desde hace casi 25 años, los mexicanos no recibimos ninguna contraprestación a cambio de una parte de los impuestos que pagamos. Esos impuestos pagados no se invierten en educación pública, ni en salud, ni en infraestructura carretera, o desarrollo rural, o cultura; tampoco suman al gasto en defensa, energía o protección ciudadana. Nada.

    Y no es poca cosa el importe, porque suma “de 40 a 60 mil millones de pesos cada año”, según informó el presidente López Obrador en una conferencia mañanera. Digámoslo de esta manera: es como si cada año lleváramos unas 50 mil bolsas negras para la basura con un millón de pesos cada una al domicilio de los saqueadores del país.

    Peor todavía. Esos miles de millones de pesos son apenas los intereses que pagamos por la deuda del atraco llamado Fobaproa y no implican una disminución en el monto de la deuda, que a la fecha arroja un adeudo de un billón de pesos y que sólo acabarán de pagar los mexicanos que anden por aquí en el año 2070.

    Pero, ¿qué es el Fobaproa? ¿Cómo llegamos a deber –y pagar- una deuda demencial sin deberla ni temerla?

    “Esto va para los más jóvenes porque no aparecerá en los medios de manipulación”, como dice el clásico. Jóvenes que, por ejemplo, hoy tienen 25 años de edad y que apenas en el ocaso de su lejana vejez habrán de ver la luz al final del oscuro túnel llamado Fobaproa.

    Veamos. Era 1994, al final de la borrachera neoliberal salinista. Vino el “error de diciembre” del gobierno de Zedillo que provocó que en 1995 la cartera vencida de los bancos se multiplicara del 15 al 44 %. 

    Bajo el bondadoso nombre de “privatización” ya se habían hurtado y rematado bienes propiedad de la nación como Telmex, Minera Cananea, Imevisión, y los bancos privados, nacionalizados en 1982 por José López Portillo.

    Los bancos eran una fiesta. En medio del carnaval de la corrupción salinista se daban créditos a diestra y siniestra, lo que generó “deficiencias desde la forma en que originalmente fueron otorgados, (porque) los créditos están mal constituidos en cuanto a su formalización documental, las garantías no están debidamente inscritas en el Registro Público de la Propiedad, (además) no existe seguimiento a la aplicación y destino de los créditos ni a su desempeño”, según el informe analítico sobre los adeudos enviados a la “panza” del Fobaproa publicado por López Obrador en el libro Fobaproa: Expediente Abierto (Grijalbo, 1999).

    Expliquemos en términos comunes lo que encontraron los expertos.

    Se otorgaron préstamos quirografarios –vulgares pagarés como promesa de pago- con la única garantía de la “probada solvencia moral y económica” del deudor; cuando vino la crisis, la presumida “solvencia moral y económica” de muchos empresarios se esfumó. Y cómo no, si lo que les da risa sociópata a los empresarios son los pagarés que firman ellos, los expertos en “maromas”. Ya que no había garantía que cubriera el documento, los deudores se negaron a pagar. Y díganme “insolvente” si quieren, nomás no pago.

    Los préstamos prendarios fueron otra guasa. Ejemplo. Un préstamo a una distribuidora de abarrotes se garantizó con las existencias de mercancía al momento de la visita de los funcionarios bancarios. Al ejecutar la garantía prendaria se encontró que ya no existían las latas de chiles ni las cajas de jabón ni los cartones de cigarrillos que habían respaldado el crédito. ¿Resultado? Que el banco envió el adeudo al Fobaproa. Y háganle como quieran.

    Los préstamos garantizados con hipotecas fueron otra sorpresa. El bien mueble estaba gravado, pero el deudor se hallaba casado con su esposa bajo el régimen de bienes mancomunados, de manera que no se podía realizar la garantía. ¿Qué hacemos, señor? Mándalo al Fobaproa.

    Fue el mismo destino de los préstamos refaccionarios, personales, prendarios, hipotecarios o agropecuarios: irse a engrosar el Fobaproa para vender los bancos a los inversores extranjeros, pero ya saneados, sin deudas. Ésas, que las pague el pueblo.

    Así llegamos al 12 de diciembre de 1998, con José Ángel Gurría como secretario de Hacienda, cuando los partidos PRI y PAN aprobaron que el Fobaproa fuera sustituido por el Instituto para la Protección al Ahorro Bancario (IPAB) con el cual nos endilgaron una deuda que oscila entre los 65 mil y los 100 mil millones de dólares.

    El senador Joel Padilla, del Partido del Trabajo, afirmó en una intervención en tribuna que “Se han pagado más de 2 billones de pesos y la deuda, lejos de disminuir, ha aumentado en un 67%. Se han pagado réditos por más de 630 mil millones de pesos en 24 años (y) los pasivos siguen sin disminuir, pese a los montos exorbitantes que se han destinado al pago de ese mecanismo, el gobierno destinará este año 51 mil millones de pesos, para continuar con el salvamento a instituciones crediticias”. Lo afirmó en 2019, pero como si lo hubiera dicho ayer.

    Fobaproa ha sido, es y será hasta el año 2070 uno de los robos más descomunales ejercidos en contra de los mexicanos y del cual se beneficiaron apenas unos pocos. Los casos reseñados no son ni los más abusivos ni los más cuantiosos, sino apenas pequeñas muestras del desaseo con el que actuaron los banqueros para endosarnos el resultado de sus pésimos manejos financieros.

    Lo que atenta contra la razón es que son estos oligarcas que reciben anualmente 50 mil millones de pesos a cambio de nada se quejen de los 4,800 pesos bimestrales que reciben como pensión los adultos mayores, lamento en el cual los acompañan los aspiracionistas que se sueñan multimillonarios cuando compran a meses sin intereses en las ventas nocturnas de Sears. Caray. No tienen vergüenza.