Etiqueta: León Fernando Alvarado

  • Los cargos públicos y el patrimonio personal

    Los cargos públicos y el patrimonio personal

    Además del clasismo, el racismo y la corrupción –que deben morir, sí-, la invasión española a México nos dejó como herencia lastres arraigados que entorpecen el avance de nuestro país.

    Uno de ellos es el de considerar al servicio público como una oportunidad de enriquecimiento mediante salarios que fuera del gobierno les sería absolutamente imposible ganar y que desde luego no obtendrían en las empresas de los empresarios que los defienden.

    Otro, es el de suponer que el cargo que desempeñan es un patrimonio personal que pueden llevar y traer a donde y como quieran, pero no una responsabilidad ante quienes se lo otorgaron.

    Stanley y Barbara Stein, historiadores norteamericanos, preguntan en su libro La herencia colonial de América Latina (Siglo XXI Editores, 1982): “(…) ¿podía un alto funcionario europeo regresar de un puesto después de cuatro años de servicio con un excedente de ganancias (…)?” Un funcionario europeo no, pero uno español sí, y esa costumbre perdura hasta nuestros días en México.

    Veamos como ejemplo de abuso salarial el lacerante caso del tristemente célebre Lorenzo Córdova, consejero presidente del INE, quien al término del “cordovato” se habrá alzado con la friolera de 28 millones de pesos ($262 mil pesos mensuales1 x 12 meses x 9 años), cantidad que a un salario mínimo le tomaría 445 años de trabajo en la fábrica de calzado alcanzar ($172 pesos diarios2 = 63 mil pesos anuales x 445 años = 28 millones de pesos). 

    Es muy buena cantidad de centavos para quien ha hecho una especialidad de la persecución a periodistas como Erick Gutiérrez o Alina Duarte, además de obstaculizar elecciones y crear un chile chipotle enfurecido que nos dijo nuestro precio en plena cara a insumisos y retobados que reprobamos su despótico proceder. Obsérvese el tránsito que va desde “¡Este puño sí se ve!” del papá comunista Arnaldo a “¡Este sueldo sí se ve!” del hijo neoliberal Lorenzo en sólo una generación para que no digan luego que no hay movilidad social en México.

    Dice la 4T: “No puede haber gobierno rico con pueblo pobre”, porque no es justo que un asalariado requiera 445 años para ganar lo que un funcionario del INE obtiene en sólo 9 años. No: “No puede haber gobierno rico con pueblo pobre”.

    Como un escalofriante vaticinio de los saqueos por los que atravesaría México durante el siglo XIX con el porfiriato y el XX con el neoporfiriato neoliberal, escriben los Stein: “Los grandes buscaron los cargos coloniales por la oportunidad que éstos ofrecían de darles fortuna personal a ellos (y) a los miembros de sus amplias familias (…)”. Descripción que anticipa a ciegas a las aciagas familias Monreal, o Zavala Gómez del Campo, o Montiel – Del Mazo, o Salinas – Ruiz Massieu.

    Según los Stein, “a las colonias fluía una sucesión de virreyes elegidos entre la alta nobleza e investidos de amplios poderes discrecionales para su enriquecimiento”.  Sustitúyanse las palabras “alta nobleza” por “élite neoliberal” para darle una lectura acorde al clasismo y al racismo imperantes hasta 2018 y se entenderá la cita. El resto del párrafo no requiere modificación.

    En el caso de los cargos considerados como patrimonio personal, dicen los Stein: “Los cargos públicos en todos los niveles eran considerados como un instrumento legítimo para promover el interés privado por encima del bien común”. El interés privado dicta que un funcionario de cualquier Secretaría puede utilizar el vehículo a su cargo para llevar a los niños a la escuela o acudir con la familia a comer en un restaurante del centro comercial. Es una de las pequeñas raterías, además de la ociosidad durante el horario de trabajo, que complementan el sueldo. 

    Pero hay casos verdaderamente graves, como el de los senadores Germán Martínez Cázares y María Lilly del Carmen Téllez García (Lilly Téllez), quienes llegaron al Senado de la República por Morena y, al entrar en desacuerdo con el partido por la razón que sea, se llevaron el cargo conferido por los votantes para usufructuarlo políticamente de acuerdo a sus intereses.

    Nadie cuestiona su derecho a discordar del presidente López Obrador. Tienen derecho a disentir y a hacerse una trenza con sus nuevas creencias; a lo que no tienen derecho es a llevarse el cargo como si fuera un bien mueble de su propiedad que pueden trasladar a donde gusten.

    Ambos carecen de carisma y arrastre personal y si algo lograron fue por haberse montado en la ola lopezobradorista, lo cual es clarísimo en el caso de Martínez Cázares, pues llegó por la vía plurinominal sin que nadie votara por él. 

    Perdóneseme la grosería de hablar en primera persona para poner un ejemplo de lo anterior. En 2018, en las elecciones para gobernador, voté por Ricardo Sheffield no porque se tratara de Ricardo Sheffield sino a pesar de que se tratara de Ricardo Sheffield. Representaba a Morena, es decir a López Obrador, y voté por AMLO vía RS. Muchos malagradecidos llegaron a puestos públicos por la 4T y no por sus méritos políticos. Sería justo que regresaran el cargo y se dedicaran a construir su propio camino y que dejaran de beneficiarse de la lucha de aquél a quien hoy, ya senadores, tanto repudian.

    “¡Muera la corrupción! ¡Muera el clasismo! ¡Muera el racismo!”, dijo el presidente en el Grito del pasado 15 de Septiembre. La corrupción, el clasismo y el racismo forman parte de una herencia profundamente nefasta contra la que “hemos dicho basta y echado a andar”.

  • Los saldos políticos de la nacionalización bancaria

    Los saldos políticos de la nacionalización bancaria

    El pasado 1º de septiembre se cumplieron cuarenta años de la efímera nacionalización bancaria decretada por José López Portillo. 

    Con su característico histrionismo, López Portillo anunció: “He expedido en consecuencia dos decretos: uno que nacionaliza los bancos privados del país y otro que establece el control generalizado de cambios, no como una medida superviviente del más vale tarde que nunca, sino porque hasta ahora se han dado las condiciones críticas que lo requieren y justifican. Es ahora o nunca. Ya nos saquearon. México no se ha acabado. No nos volverán a saquear”. 

    Se equivocó. Los mismos ladrones de entonces nos volvieron a saquear doce años después, en 1994, mediante el atraco al que denominaron Fobaproa, el cual pagaremos hasta el año 2070 gracias a Ernesto Zedillo y a sus cómplices priistas y panistas. ¿De qué tamaño es el boquete? Véase: “Mientras los bancos mexicanos siguen acumulando ganancias históricas, las finanzas públicas tuvieron que desembolsar más de 11 mil 245 millones de pesos el año pasado para cubrir los intereses y costos de administración que se desprenden del rescate bancario impuesto hace 27 años, y cuyo pasivo rebasa un billón de pesos con un costo improductivo para el país.” (Se destinaron 11,245 mdp al rescate de bancos el año pasado, Dora Villanueva https://www.jornada.com.mx/notas/2022/02/02/economia/se-destinaron-11-245-mdp-al-rescate-de-bancos-el-ano-pasado/).  

    La nacionalización tomó desprevenidos a todos. Son inolvidables las fotos de los empresarios que asistieron a la Cámara de Diputados ese día; hundidos en sus sillones, desconcertados, mientras el pleno de los asistentes aplaudía de pie la medida. La izquierda, como Heberto Castillo, comparó la medida con la nacionalización del petróleo pues se abría la posibilidad de orientar los recursos financieros hacia el desarrollo nacional. 

    Como de costumbre, todo quedó en agua de borrajas porque se nacionalizaron los edificios bancarios pero no el flujo de capitales que corría por sus ventanillas y mucho menos el espíritu antimexicano de los ex dueños de los bancos. 

    Así, casi inmediatamente después de asumir el poder, Miguel de la Madrid les pidió perdón a los saqueadores: “primero (1983), les regresó un cúmulo de activos no bancarios (en especial la participación accionaria en empresas comerciales ligadas a los bancos) y emitió los bonos de indemnización bancaria (Bibs), con los que los ex banqueros se recompusieron de inmediato”, asegura el analista Carlos Fernández Vega. (Banca: rápido y oneroso camino a la extranjerización  https://www.jornada.com.mx/2001/05/20/004n1eco.html).

    Más allá de su significado económico, la nacionalización de la banca marcó la entrada de los empresarios a la política, a la que hasta entonces habían mirado con algún desdén y la habían dejado en manos de sus políticos priistas de confianza para que éstos llevaran a efecto los propósitos empresariales.

    Había que buscar un organismo político que los representara, y lo encontraron en el PAN, hasta entonces un partido que combatía al sistema presentándose a elecciones más con carácter testimonial que con verdaderas posibilidades de ganar una alcaldía, ya no se diga una gubernatura. Por citar un ejemplo, en las elecciones presidenciales de 1982, en los estados de Chiapas, Quintana Roo y Tabasco, el PRI obtuvo votaciones superiores al 90% de los votos emitidos. (Fuente: Resultados de la Elección de PRESIDENTE del año 1982, por Distrito https://web.archive.org/web/20170227002141/http://cede.izt.uam.mx:8089/cedeSys/faces/cede/records.xhtml?tableId=26 ).

    Había otro partido situado más a la derecha que el propio PAN. Era el PDM (Partido Demócrata Mexicano), con raíces en la guerra “cristera” y en el sinarquismo de ella resultante. Le hicieron la lucha por ahí. Según afirmó en una entrevista un miembro de El Yunque en León, el PDM fue infiltrado para sondear la posibilidad de asimilarlo. La opción pedemista se desechó porque el partido sólo tenía influencia limitada a la región del centro del país que fuera escenario de la guerra “cristera”. 

    El PAN se convirtió en el organismo-fachada de empresarios como Manuel Clouthier, quien hoy ocupa un lugar destacado en el santoral panista aunque antes quiso ser priista, según reporta la historiadora Doralicia Carmona Dávila: “En un mitin celebrado el 16 de agosto de 1971 (Clouthier) fue postulado como candidato del PRI a la presidencia municipal de Culiacán por su tío Jorge del Rincón, presidente de la Cámara de Comercio local; como finalmente el PRI designó a otra persona, Clouthier optó por la vía política que le ofrecían los organismos empresariales”. (Manuel Jesús Clouthier del Rincón 1934-1989 https://www.memoriapoliticademexico.org/Biografias/CMJ34.html ). 

    El PAN se pobló entonces de apellidos con aroma extranjero (Clouthier, Clariond, Coindreau) llamados los Bárbaros del Norte, que poco a poco desplazaron a aquellos que se apegaban a la doctrina panista (Bátiz, González Schmal).

    Seis años les bastaron a los empresarios convertidos en políticos para echar al basurero político la ideología del PAN (si alguna vez la hubo) y pactar con el gobierno de Carlos Salinas su debut en el reparto del pastel político al obtener su primera gubernatura en la persona de Ernesto Rufo, quien en 1989 ganó Baja California.

    Diego Fernández de Cevallos jugó un papel estelar en el bochornoso contubernio PRI – PAN y aceptó la quema de las boletas del proceso electoral que llevó a Salinas a la Presidencia, a pesar de que había una fuerte sospecha de fraude en perjuicio del candidato Cuauhtémoc Cárdenas, con lo que selló el maridaje entre las siglas partidarias, ya para entonces ayunas ambas de ideología a la cual defender.

    Desde ahí y durante los siguientes treinta años los dos partidos que siempre fueron uno se dedicaron regocijadamente a demoler el país. Urdieron medidas como la contención salarial a los obreros; permitieron la destrucción de los recursos naturales y el desmantelamiento de empresas fundamentales como Pemex y CFE; concesionaron la mitad del territorio a empresas extranjeras; crearon organismos “autónomos” tras los que escondieron sus incontables desmanes, y entregaron maniatado el país a las dos delincuencias organizadas que lo asuelan: la del narco y la de cuello blanco.

    Hoy, son esos mismos grupos empresariales los que operan el guiñol interpretado por el Prian, más la grotesca comparsa que responde al nombre de PRD. El encargado de manejar los títeres en el señor X. González, pero desde luego no es él quien tiene la última palabra. Mandan los intereses económicos que hace cuarenta años pusieron sus barbas en remojo. Con una pequeña diferencia que les hará más difícil regresar a su acostumbrado escenario de saqueo y robo: ellos siguen siendo los mismos ladrones de hace cuarenta años, pero el pueblo al que despojaron ya no es el mismo. Le van a batallar para reconstruir las condiciones mediante las cuales cometieron tantas fechorías.

  • Riesgos de trabajo. Las fábricas de calzado en León (Parte II)

    Riesgos de trabajo. Las fábricas de calzado en León (Parte II)

    Rompiendo (alegremente) la ley

    -¿Existe violencia contra las mujeres?

    Sí, mucha, muy notoria. Por esa violencia hasta se contrataron más hombres preliminares porque a las chicas que estaban en pespunte los supervisores les gritaban porque no lo hacían rápido o las invitaban a salir o les decían piropos que no sé si les gustaban o no, porque una cosa es el trabajo y otra lo personal. Se cambió el prototipo para que fueran más hombres y evitar esa violencia.

    -¿Qué otras situaciones se presentan en la industria del calzado?

    -Que trabajan menores de edad. Algunos de los pespuntadores solían llevar a sus hijos para enseñarles el oficio, jóvenes que ya no querían estudiar o que las familias no podían pagarles los estudios por ser numerosas o con carencias. Los papás los llevaban a trabajar y esto aumentaba los riesgos de accidentes. Una adornadora llevó a su niña de ocho años de edad porque no tenía con quien dejarla, la niña traía el cabello largo y suelto y al pasar por la cardadora le agarró el cabello; tuvieron que parar la máquina y cortarle el pelo. Terminó en un dolor de cabeza nada más.

    Hubo un accidente en una célula de pespunte integrada por seis hermanos: cuatro pespuntadores, la chica preliminar que empalmaba y recortaba, y el más pequeño de 14 años, que les ayudaba. Él cortaba hebras y por no usar tijeras las quemaba con encendedor. En el momento que lo enciende se le prende la ropa junto con las manos porque las tenía llenas de pegamento, tal vez había estado empalmando. Lo llevé al baño para curarlo, se le desprendió la piel como si le hubiera quitado unos guantes. Le apliqué picrato y una pomada y se las envolví con gasas. Tampoco tenía Seguro, así que lo llevé al Hospital Regional. Estuvo incapacitado casi un mes y luego regresó. Le pedí al dueño que le pagara su sueldo completo, que eran unos ochocientos pesos, lo que hoy serían unos mil doscientos, más o menos.

    Me tocó ver a otro cortador que manejaba la máquina clicken, que corta con suaje la piel mediante toneladas de presión en el brazo de la máquina. Él traía unos anillos enormes, muy apretados, no se los podía sacar. Pasó junto a él una chica con una blusita corta ya que se había quitado la casaca, él se le queda viendo y al dar click y bajar el brazo para cortar se lleva la palma de la mano, incluyendo un dedo. Lo llevamos al Hospital, donde tuvieron que cortarle la falangeta, se le inflaman mucho las manos, de suerte que no pudimos sacarle los anillos, ni los doctores pudieron quitarle los anillos, tuvieron que hablarle a un cerrajero para que se los quitara. Tampoco estaba dado de alta en el Seguro.

    Según cifras oficiales del Gobierno del Estado de Guanajuato, “se estima que el sector calzado brinda empleo de forma directa e indirecta a lo largo de toda su cadena productiva a alrededor de 141 mil personas en GTO. Este sector aporta alrededor del 3% al valor del PIB estatal. A nivel mundial somos el noveno productor de calzado”. 2 Pero que sea importante para la economía del estado no implica que se supervisen adecuadamente las condiciones en que desarrollan su labor los obreros.

    -¿Son adecuadas las instalaciones eléctricas en una fábrica de calzado donde hay un enorme consumo de energía?

    En este sentido, hubo muchos accidentes, es difícil que me acuerde de todos. En el departamento de Pespunte, como las instalaciones no tenían la supervisión debida, había cables expuestos porque la falta de limpieza generaba roedores y éstos mordían los cables. Así se generó un corto, hay el contacto de dos cables y truena, el corto se extiende por toda el área de Pespunte. Esa vez, se acabaron los contenidos de tres extintores para terminar ese conato incendio. Bajamos las cuchillas y se pudo apagar el corto.

    Otro conato fue porque estaban fumando, uno de ellos avienta el cigarro al piso, donde siempre hay solventes, y saltó la flama. En otro, se les cayó la clavija y al no tener el trifásico no hace tierra la conexión y se provoca el corto porque metieron los alambres pelones. Como diez máquinas de ese lado se apagaron, hubo que bajar las cuchillas para cortar la carga de electricidad.

    Conatos fuertes de incendio hubo como cinco, más tres explosiones del transformador que estaba afuera, en la azotea, hasta que se cambió todo, pero así era antes. Se elaboró el reglamento interior de trabajo porque no había, se trataba de generar conciencia en los trabajadores de que era su empresa para lograr un sentido de pertenencia.

    -¿La planta tiene salidas de emergencia?

    -La fábrica tiene una extensión de unos doce metros de frente por treinta de fondo, aproximadamente. Sólo había una salida de emergencia, con una puerta como de dos metros, la cual permanecía obstruida porque ahí ponían cajones de hormas y desechos de zapato de los que no se había hecho el par y se quedan en cajones como basura. Esos cajones tapaban la entrada.

    ¿Y dónde están las autoridades responsables?

    Con tantos accidentes que me tocó ver, tomé la determinación de ir a la delegación de la Secretaría del Trabajo y Previsión Social en Guanajuato a pedirles que revisaran las instalaciones y les dieran la capacitación correspondiente a los trabajadores. Yo fui, porque ellos nunca se presentaron a hacer revisión de nada. Nos llegaban demandas a través de la Julca (Junta Local de Conciliación y Arbitraje) pero ni por eso iban a revisar. Tuvimos como quinientas demandas, la mayoría resuelta con convenios, y digo ¿no se les hacía raro que hubiera tanta demanda?

    Fueron a la empresa ejecutores del IMSS, pero acudieron en relación no a determinar cuántos trabajadores estaban dados de alta en el Seguro o no, sino para arreglar un capital constitutivo que estaba pendiente con la empresa desde hacía cuatro o cinco años. De ahí en más, nunca en quince años se pararon a revisar las condiciones de trabajo.

    De Aguas Residuales, de Sapal (Sistema de Agua Potable y Alcantarillado de León), fueron cuando llegaron excesivos cobros de agua. Me envían al laboratorio para hacer los exámenes de aguas residuales para verificar que la fábrica no estuviera contaminando. Tampoco ellos acudieron a revisar, se dieron cuenta de que había una fuga en la tubería exterior y por eso eran los altos cobros.

    Fui a Impacto Ambiental para que revisaran las cabinas del extractor de gases donde se da spray y a que revisaran los decibeles porque es zona habitacional donde está la fábrica. Fui ante la CFE a solicitar que revisaran las cuchillas externas que están en los postes para que no se provocara un accidente.

    Era como trabajar en una empresa clandestina, con los riesgos que esto implica, por eso yo la consideraba una bomba de tiempo. Si hay una llamada de atención ahora que sucedió lo de la mina, considero que hay similitud con una fábrica de calzado y que también se debería atender.

    Y mencionar una fábrica de calzado es mencionar a casi todas, por parece como si estuvieran los lay out cortados con los mismos suajes. Esto que describo sucede en un 95% de las fábricas, incluyendo las picas que están constituidas en casas, donde hay niños pequeños y familias enteras inhalando solventes tóxicos. Me consta porque como nos maquilaban algunas tareas, les llevábamos el trabajo a sus casas, donde funcionan como pequeñas empresas. Ahí vi que en la sala comedor de la casa, donde se reunían a comer, había solventes, botes de cemento, halogenador, thinner, limpiadores, ahí trabajaba toda la familia. Estas picas están en colonias populares y suburbanas.

    En mis quince años de trabajar ahí, nunca, ninguna dependencia acudió por iniciativa propia a efectuar alguna revisión. Nunca.

    1 Costureras del 85, una historia de lucha tras sismo en México https://www.telesurtv.net/news/Costureras-del-85-una-historia-de-lucha-tras-el-terremoto-en-Mexico-20170920-0064.html

    2 El sector cuero-calzado se ha consolidado en GTO como uno de los motores de desarrollo en el estado

    https://invierte.guanajuato.gob.mx/leather-footwear/

    3 Bazán, L. y otros. (1988). La situación de los obreros del calzado en León, Guanajuato. Centro de Investigaciones y Estudios en Antropología Social. Ediciones de La Casa Chata, México

  • Riesgos de trabajo. Las fábricas de calzado en León (Parte I)

    Riesgos de trabajo. Las fábricas de calzado en León (Parte I)

    El accidente ocurrido en la mina El Pinabete puso de manifiesto las riesgosas condiciones laborales en las que se desarrolla el trabajo. Es lamentable que esta indigna situación de trabajo sólo llame la atención cuando ocurre una desgracia, como sucedió después del terremoto de 1985, el cual “destruyó más de 800 talleres, gran parte de ellos clandestinos, donde miles de mujeres trabajaban sin ningún tipo de prestación social. Más de 40.000 costureras se quedaron sin trabajo y sin derecho a una indemnización.”1

    Hay desgracias cotidianas que ocurren de manera silenciosa. Es el caso de los obreros del calzado de León, Guanajuato, cuya situación no le pide nada en materia de inseguridad y abuso patronal a las minas de Coahuila, de acuerdo con el relato que hace de su experiencia una persona, psicóloga industrial, que trabajó en una fábrica de calzado durante quince años. La fuente prefiere permanecer en el anonimato, así como reservar el nombre de la empresa. Ambas están plenamente identificadas por el reportero.

    La entrevista

    -¿Cuál fue tu puesto en la empresa y cuáles eran tus funciones?

    -Fui encargada de Recursos Humanos. Mi trabajo consistía en organizar los reportes para las incidencias diarias de trabajo y llevar la nómina. A los trabajadores se les pagaba por destajo, sólo había sueldo fijo para encargados y jefes de departamento.

    Al llegar a la fábrica todo fue nuevo y aterrador para mí porque encontré un lugar lúgubre y oscuro, sucio, desordenado, y por supuesto sin ninguna supervisión en cuanto a seguridad e higiene ni protección sobre riesgos visibles relacionados con el trabajo. Había agua en el piso, bolsas de hule, trozos de piel, cajas con suajes (el suaje es una placa de acero para cortar, doblar o marcar materiales blandos, como papel, tela, cuero, fomi, cartón corrugado, etc. Las placas de corte son tiras de metal con filo en un lado), suajes fuera de los contenedores de plástico, lotes de calzado desbordándose de los contenedores.

    Estaba todavía en la entrevista cuando llegaron a la oficina dos muchachos. Estaban trabajando en una célula cuando sucedió un accidente, a uno se le había enterrado la punta de una aguja de pespuntar en el globo ocular. Le pregunté al ingeniero que si lo iban a llevar al Seguro y me contestó: “No tiene Seguro”.

    Le pudieron extraer el pedazo de aguja que le había entrado al ojo, y como no estaba inscrito en el Seguro Social la empresa asumió el costo de la atención médica en un sanatorio particular. El muchacho duró dos semanas de incapacidad; afortunadamente, no se lesionó el ojo.

    Acepté el trabajo, el ingeniero me dijo que tenía carta abierta para establecer las medidas de seguridad que considerara necesarias y fue como organizar algo que no tuviera ni inicio ni final, muy caótico.

    -¿Cuántos empleados tenía la planta y cuántos estaban asegurados?

    Era un total de doscientos cincuenta trabajadores y sólo tenían Seguro treinta y cinco.

    -¿Cómo era el trabajo en la fábrica?

    Se cuenta con un departamento de Corte, luego el área de Pespunte, la de Montado, todas funcionando al cien por ciento, con dos bandas de Adorno, donde estaban las mujeres.

    -¿Cuál fue la situación que encontraste respecto a las mujeres?

    – Había un total de sesenta mujeres, en ese momento estaban embarazadas unas quince. De las cuarenta y cinco restantes unas veinte tenían entre 40 a 50 años de edad, y las demás estaban entre 18 a 25 años. A excepción las que están en pespunte y doblillado, todas trabajan de pie, incluyendo a las embarazadas. De las sesenta mujeres en la empresa sólo siete tenían Seguro Social, eso incluyendo al personal administrativo.

    Su único descanso es para ir al sanitario y a la hora de la comida. Le tienen que avisar al supervisor que van al sanitario para que se quede él o ponga a alguien en su lugar, porque la banda no se puede detener. A pesar de que en el Adorno sólo trabajan mujeres nunca hubo una como encargada, siempre fueron hombres y, lógico, esos supervisores abusaban de las muchachas.

    La jerarquía del supervisor implicaba que podía mandar a las preliminares a traerle de la tienda lo que se le ocurriera, un refresco, un pastelito, o decirles piropos, o hacer referencia a que se ven bien con tal ropa. Como que sus cualidades físicas superaban el trabajo que hacían, por eso las que le caían bien tenían el privilegio de ir a la tienda cuando quisieran. El supervisor les cargaba la mano a las desfavorecidas físicamente. Lo de darles permisos era con la finalidad de salir con ellas los viernes, porque los encargados las invitaban a bailar aunque trabajaran al día siguiente.

    Los supervisores no tienen capacitación para ser líderes, no saben organizar los tiempos, no tienen empatía ni saben dirigir al personal, su único fin es sacar la producción como sea. Las obreras reciben un sueldo muy esbelto, cuando entré eran como setecientos pesos a la semana, que hoy serían unos mil semanales, trabajando los sábados hasta las dos o tres de la tarde y diariamente de ocho de la mañana a siete y media, ocho de la noche toda la semana, menos una hora para la comida.

    La inseguridad en el trabajo

    -¿Hay situaciones de inseguridad en una fábrica de calzado?

    -Sí. Una, no había el cuidado debido para la organización de materiales e insumos en almacén. Esta falta de visualización de los materiales provocaba el desorden de que hubiera material en el suelo, lo que podía ocasionar algún accidente. Y así pasó con un trabajador que salió del baño y como estaba mojado el piso se resbaló, y se agarró de los suajes para no caerse. Los suajes están muy filosos, se cortó y tuvieron que darle veinticinco puntadas entre los dedos y la palma de la mano, casi tuvieron que unirle los dedos. Estuvo incapacitado por dos meses y medio, de los cuales la empresa le pagó medio sueldo porque ese trabajador tampoco estaba asegurado.

    -¿La empresa provee de equipo de seguridad a los obreros?

    No. Al llegar, pregunté por equipo de protección pero no había; después se compraron lentes especiales para pespunte, son como goggles, cuadrados, pero no los usaban. Tampoco había una comisión mixta de seguridad e higiene que vigilara lo que sucedían. Mi perspectiva ante la falta de seguridad en trabajo fue hacerlos cambiar conductas, pero la cultura en la industria del calzado, la cultura del obrero zapatero es enajenante, absorbe por completo la capacidad de percepción, no escucha alguna recomendación que le hagan, sólo quiere terminar pronto para salir tomar a cervezas o a drogarse.

    A veces, adentro de la fábrica traían el “mono” adentro de la boca, una estopa impregnada con thinner. El día de la entrevista de trabajo detecté a cinco trabajadores que en ese periodo de tiempo salieron con cubrebocas, hablo de antes de la pandemia, cuando no era necesario. Al preguntarle al ingeniero sobre eso me contestó que era porque traían el “mono”.

    Parte de esta enajenación se manifiesta por la dependencia a inhalantes y se vuelve una adicción a componentes tóxicos. En la fábrica hay mucho alcoholismo. Los muchachos entraban con refrescos y, una vez, al pedirles que me dejaran oler los envases me di cuenta de que era alcohol. De esto deriva la desintegración familiar, la violencia y la falta de autoestima que se observa en los trabajadores, sin contar con el enorme desgaste físico que es trabajar en una fábrica. Es como cavar tu propia tumba.

    -¿Qué medidas tomaste al respecto durante tu gestión?

    -Comencé elaborando un expediente por cada trabajador y conocer sus habilidades y sus nombres de manera individual. Se determinó cuántos hombres y cuántas mujeres había para llevar el control ante la Secretaría del Trabajo en Guanajuato en los formatos DC-1, DC-2, DC-3 y DC-4.

    -¿Se corrigió la situación con la comisión de seguridad e higiene?

    Sí bajaron, pero siguieron los accidentes. Los muchachos quemaban las hebras con encendedores estando cerca del halogenador (mezcla de solventes que se usa para preparar la suela de hule para mejorar el proceso de pegado) y provocaron más de cinco flamazos que terminaron sólo en un susto porque afortunadamente se pudieron apagar a tiempo. Se controlaron por haber establecido comisiones seguridad e higiene y haber capacitado a los integrantes de esta comisión a utilizar extintores que se pusieron en las áreas indicadas por el departamento de Bomberos, quienes ayudaron a establecer los metros que debía haber entre uno y otro extintor y nos indicaron sobre los señalamientos, porque nada de eso había.

    En la fábrica hay accidentes que no son tan comunes. En tres ocasiones hubo chicas que se sintieron mal al estar dando spray adentro de una cabina que tiene un extractor de los gases que se producen en este proceso casi al final del calzado; empezaron con accesos de tos, con los ojos irritados. Se fueron a su casa ese día y al otro día regresaron.

    Las experiencias descritas no son nuevas. En 1988, el estudio La situación de los obreros del calzado en León, Guanajuato, encabezado por la antropóloga Lucía Bazán, advertía sobre los accidentes de trabajo en la industria: “León ocupa el primer lugar del país por accidentes en las manos. Estos accidentes los sufren los trabajadores de casi todos los departamentos. Los cortadores suelen perder la yema de algún dedo con la navaja con la que cortan la piel. Los pespuntadores, frecuentemente se pican los dedos con la aguja de la máquina de pespuntar. En los departamentos de montado y acabado se han perdido muchas manos y dedos aplastados o arrebatados por las máquinas neumáticas y las fresas que giran a gran velocidad”. 3 Muy poco parece haber cambiado de entonces a la fecha, en perjuicio de los obreros.

    (Continuará)

  • Un país en disputa

    Un país en disputa

    El resentimiento actual de la derecha contra la 4T no se explica sin entender que desde su origen como nación nuestro país ha navegado entre dos corrientes en tensión una con otra. 

    Una, la del México profundo y negado, la de los mexicanos de a pie, los que se transportan en autobús, los que nutren las peregrinaciones a los santuarios que hay a lo largo del territorio, los que trabajan diez horas diarias en la fábrica de calzado sin prestaciones económicas ni sociales, los que le entran a las tandas, los que compran enseres domésticos a plazos, los que construyen sus casas con un cuarto hoy y otro mañana, según vaya agarrando agua la nube y se pueda comprar material de construcción.

    Otra, la del México aspiracionista, la de los tarjetadependientes que viven a salto de mata entre una tarjeta y otra, los que esperan las ventas nocturnas de Sears para comprar a meses sin intereses, los que tienen lo que se debe aunque deban lo que tienen, los que sueñan con los ojos abiertos en su realidad modorra de ambición, los que creen que el país se vería mejor sin Chiapas ni Oaxaca y de una vez sin indios, los que fetichizan al coche nuevo y al pelo engominado como sus boletos de entrada al reino donde por fin se hablarán de tú con la élite rapaz que los explota.

    Dos Méxicos inconciliables y en disputa. ¿De dónde procede el encono? Tiene la palabra el historiador Edmundo O’Gorman: “(…) el germen de México incluía, no uno, sino dos Méxicos distintos; y ya no resultará ni sorprendente ni vergonzoso el triste rosario de rebeliones (que) revelan, en el fondo, el inevitable y sordo conflicto de dos posibles maneras de ser, trabadas en el intento de afirmarse la una en la exclusión de la otra”1. Escrito está.

    La continuación del virreinato o la independencia; la sumisión al príncipe extranjero o la dignidad republicana juarista; el latrocinio porfirista o la rebelión de los peones y los campesinos; el neoliberalismo entreguista o la soberanía nacional. En palabras actuales, liberales o conservadores. Dos conceptos de nación diferentes y en pugna.

    El conflicto que, dice O’Gorman, está en el germen de nuestro nacimiento se exacerbó con las políticas neoliberales porque para la consolidación de su proyecto requerían negar a las mayorías, desgastarlas, desnaturalizarlas, despersonalizarlas y refundirlas en la categoría de vagos, perezosos, malvivientes, ladrones, sinvergüenzas ¡y morenos, por si fuera poco! 

    A cambio, se reservó para los aspirantes a criollos el derecho a excluir, la bondad de los sentimientos, el esfuerzo honrado y productivo, la grandeza de espíritu y los altos estudios, como si el color de la piel determinara la catadura moral. Mentiras y paparruchas para arrullar infantes.

    La 4T no hace distinciones entre los beneficiaros de los programas. Asumió el compromiso de que primero eran los pobres, pero no dijo que trabajaría exclusivamente por los pobres. Las becas y los programas sociales son para todos, y así puede verse a  damas empingorotadas hablando mal de la 4T mientras cobran, merecidamente, su pensión de adultos mayores.

    A pesar de ello, el encono que propagan los derechistas se alimenta del resentimiento racista y clasista de quienes hoy se sienten despojados por las políticas económicas y sociales de la 4T. 

    Carente de un programa que haga contrapeso a dichas políticas, la derecha residual recurre a la procacidad del insulto escatológico, a las fake news, a las plumas alquiladas con sobreprecio, a los desvergonzados medios que mienten como respiran, porque juzga que los apoyos y las becas son dinero suyo tirado a la basura y entregado para disfrute de los zánganos.

    Por mentar un ejemplo, en su ofuscación olvidan que nada más el Fobaproa que pagan hoy y pagarán hasta el año 2070 tiene un costo superior a los programas sociales del gobierno: “Datos de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público muestran que en los últimos tres años se han destinado 105 mil 915 millones de pesos –más que el presupuesto con el que arrancó la pensión universal para adultos mayores en 2019– para pagar los compromisos financieros de los bonos IPAB, la herencia que queda del Fondo Bancario de Protección al Ahorro (Fobaproa).” Es decir, se puede beneficiar a los mega ricos y aceptarles sus fraudes, pero a los pobres ni agua hay que darles.

    La embestida diaria y continua a la 4T sólo se explica desde ese matiz clasista y racista de una derecha desamparada de ideas, huérfana de líderes y necesitada de orientación para entender los cambios políticos y humanísticos en México.

    Las malas noticias para ellos no terminan aquí. Parodiando al clásico, se cuenta con suficientes evidencias no tan empíricas de que a los resentidos, a los medios de comunicación y a los periodistas y académicos que diariamente enlodan alegremente su profesión se les avecinan seis años más de vacas flacas. Muchos no los sobrevivirán porque dependen del presupuesto que hoy está cerrado; otros, seguirán afilando sus odios con una piedra de amolar cada vez más deteriorada. Hasta que entiendan que aquí se está viviendo una transformación social.

    1 O’Gorman, E. (1974). La supervivencia política novo-hispana. Monarquía o República. Universidad Iberoamericana, México. 

    Se destinaron 11,245 mdp al rescate de bancos el año pasado ( HYPERLINK “https://www.jornada.com.mx/notas/2022/02/02/economia/se-destinaron-11-245-mdp-al-rescate-de-bancos-el-ano-pasado/” https://www.jornada.com.mx/notas/2022/02/02/economia/se-destinaron-11-245-mdp-al-rescate-de-bancos-el-ano-pasado/

  • Una “Generación Perdida” a la mexicana

    Una “Generación Perdida” a la mexicana

    La 4T vino a terminar con los desvaríos neoliberales ascendidos a la categoría de dogmas. Que el aumento a los salarios era un factor que disparaba la inflación. Falso. Que a estas fechas, el dólar estaría por las nubes debido al erróneo manejo de la economía. Falso. Que ya no teníamos petróleo y había que vender a Pemex como chatarra. Falso. Que los ‘ninis’ eran un montón de haraganes reunidos en las esquinas. Falso también.

    Y que intelectuales, artistas, académicos, científicos, universitarios y periodistas eran seres aparte de la humanidad, sobrios en sus juicios, ecuánimes en sus dictámenes, objetivos en sus análisis, incorruptibles en sus funciones, insospechables de comprar el pan de sus hijos con dinero producto de la corrupción y la lambisconería. Nada más falso.

    De esta generación de artistas y académicos, una generación perdida en y por la marea neoliberal, se esperaba una contribución intelectual a la altura de sus estudios de doctorado, una sensibilidad artística que ayudara a comprender el momento actual del país. Y nos quedamos esperando.

    A cambio de esa ausencia, entregaron lo más triste, ruin y mezquino de su pensamiento y de sus personas. Enseñaron el cobre, pues.

    Uno de ellos, por ejemplo, el feroz cabecilla del grupo, atribuyó al mortal Enrique Alfaro las cualidades de Mariano Otero 1, jurista que se distinguió por “la defensa de los derechos y garantías de los ciudadanos ante la autoridad” 2. Igualitos Otero y Alfaro, como dos gotas de agua.

    Para elevar el nivel de debate, el jefe de los insurrectos que viste casaca de izquierdista (autor de la novela La guerra de Galio, una calca muy trompuda de Conversación en La Catedral, de Vargas Llosa) llamó “pendejo” 3 a López Obrador. Para mayor escarnio, es el autor intelectual del bárbaro mazacote electoral que responde al nombre de PRIANRD.

    La lista podría hacerse muy larga y aburrida, pero no estaría completa si no se consignara al “poeta” “cristiano” que, honrando su corazón desbordante de amor al prójimo, comparó al presidente López Obrador con Hitler 4. Sería injusto este recuento si pasara por alto a los majaderos entreguistas que, como peregrinos que adeudaran una manda al Santo Niño de Atocha, acudieron de rodillas ante el embajador norteamericano en México, Ken Salazar, a pedirle sanciones al dictador. No los echaron a patadas de la oficina porque Salazar tiene el amor propio que a los disminuidos ilustrados echan en falta.

    ¿Cómo se dio este abandono de la inteligencia? ¿Por qué renunciaron los doctores al ejercicio del talento? ¿Qué los hizo aborregarse en torno a sus dos pastores como ya no lo hacen ni los obreros cetemistas más desposeídos? ¿Por qué nunca una protesta, una actitud independiente que los desmarcara de sus líderes y les devolviera su autonomía?

    Porque no hay duda de que si los instructores lo ordenaran, poetas, intelectuales, científicos y académicos desfilarían por Reforma rumbo al Zócalo con mantas de apoyo a Nexos, o a Letras Libres, o a X. González, o a Reyna Haydee. Ya lo hicieron firmando manifiestos y entre eso y una marcha no hay mucha diferencia. Pero por lo pronto, si no hay mantas, que por lo menos haya tuits.

    La respuesta a las anteriores preguntas se encuentra en el aforismo puesto de moda por AMLO: Lo que no suena lógico, suena a metálico. 

    Ya instalados en la paradoja, se ha vuelto contra los intelectuales de derecha el lodo que alegremente arrojaron contra el gobierno. Así, el “ogro filantrópico” de Octavio Paz ya no habita en Palacio Nacional porque se mudó a las oficinas de Krauze y Aguilar Camín, nuevos ogros filantrópicos que dan y quitan prestigio y abren puertas. El “progreso improductivo” de Gabriel Zaid dejó su puesto en las obras del gobierno echeverrista para subirse a la literatura promovida por los iluminados gurús, la cual se publica en acreditadas editoriales sin acercarse a la obra de Revueltas, de José Agustín, de Sainz, de Leñero.

    Previa manita de puerco al genial poema de José Emilio Pacheco, “ya son todo  aquello contra lo que lucharon a los veinte años”. Son los académicos, intelectuales y periodistas bien informados que no vieron el saqueo o que si lo vieron se quedaron callados. Eso no suena lógico. Suena metálico.

    En alguna parte de La vuelta al día en ochenta mundos, JulioCortázar afirma: “(…) entre vivir y escribir nunca admití una clara diferencia.”5 Interpretaciones aparte, sugiere una vinculación estrecha entre decir y hacer porque se es lo que se escribe y se escribe como se es. Esta Generación Perdida mexicana, perdida en el mar de las complicidades, ha quedado a deber una obra sólida y contundente que se aleje de las excentricidades y que contribuya a explicar este momento de transformación del país. 

  • Independencia económica y soberanía nacional

    Independencia económica y soberanía nacional

    El neoliberalismo ha sido entre nosotros como la historia de Robin Hood contada al revés: se roba y saquea a los pobres para repartir a los ricos los productos del hurto bajo la forma de condonaciones de impuestos, contratos millonarios para obras inacabadas, remate de propiedades públicas a precios de ganga, contención salarial por décadas y el rescate financiero del Fobaproa -cuyos 552,300 millones de pesos más intereses pagaremos tres generaciones hasta 2070-, más la corrupción, la mucha, muchísima corrupción que hay entre los bribones de cuello blanco.

    Para que la aceptación de este saqueo fuera tersa y tomara como naturales los abusos había que socavar los cimientos culturales de la sociedad. Había que desmantelar el sistema de valores, tradiciones, símbolos y creencias que nos daban identidad para crear una nueva cultura, la de la corrupción galopante por la cual Enrique Peña Nieto abogó una y otra vez como parte de las características nacionales1.

    Los cuadros dirigentes de la academia, la intelectualidad y los medios de comunicación, ampliamente favorecidos por este despojo, jugaron un papel importante en el cambio de paradigmas. Modificaron desde el arte hasta el lenguaje, a veces con el simple trámite de no hablar de determinados temas, o de hacerlo despectivamente, o tildarlos de “populistas”. O negarlos en sus revistas y desaconsejarlo a sus becarios.

    En los años ochenta, durante la infancia del neoliberalismo, el arte era crítico y militante, pero ya para finales de siglo se desdeñaba este tipo de arte comprometido con la realidad social. 

    Así, los Zapatas de Arnold Belkin y sus murales con escenas de la Revolución, o la encendida manifestación de Efraín Huerta contenida en el poema “Amor, patria mía” (¡La grande y pura verdad, patria, la poseen / oh país, país mío, los esbirros, / los soldadones, los delatores y los espías!), serían francamente ridiculizados por quienes detentan ahora –sin que les pertenezcan y/o sin contar con una obra que los valide- los nuevos cánones estéticos.

    El lenguaje también sufrió estos desdenes. El vocabulario perteneciente al mundo del trabajo pasó al olvido: obrero, salario, sindicato, plusvalía. Términos como independencia económica y soberanía nacional se excluyeron del discurso público porque si ya no iba a haber clases sociales ni conflictos entre ellas, ¿para qué mentarlas, pues? Si se podía comprar en el extranjero lo que hiciera falta, ¿a quién le importaba la soberanía alimentaria, entonces? La ausencia de estos conceptos en la política lo que hizo fue colaborar a que se instalara la práctica política de la derecha como la única posible.

    La 4T ha regresado a escena lo que se creía extraviado. De este modo, por “independencia económica” entiende el esfuerzo para alcanzar la autosuficiencia alimentaria que evite una colonización a través de los alimentos; al mismo tiempo, busca la autosuficiencia energética con la construcción de la refinería de Dos Bocas impedir la subordinación a intereses foráneos. Hay independencia cuando no se busca el financiamiento exterior para desarrollar las obras de infraestructura necesarias. 

    Por lo que toca a la “soberanía nacional” el artículo 39 constitucional es claro: “La soberanía nacional reside esencial y originariamente en el pueblo. Todo poder público dimana del pueblo y se instituye para beneficio de éste. El pueblo tiene en todo tiempo el inalienable derecho de alterar o modificar la forma de su gobierno.” Palabras más, palabras menos, significa que nadie puede venir a imponer sus políticas en nuestro país, como lo hicieron el Fondo Monetario Internacional o el Banco Mundial durante los años de la pesadilla neoliberal.

    Este concepto le resulta incomprensible a la derecha, porque es nutrida su trayectoria como traidores a la patria. Arranca con la invitación a Maximiliano a que viniera a gobernar México, pasa por los tristemente célebres ex presidentes Díaz Ordaz y Echeverría actuando como espías para la CIA en México, recala en los diputados prianistas votando a favor de las empresas energéticas extranjeras.

    El gobierno de la 4T ha comenzado la recuperación de esa memoria histórica opacada. Que el AIFA, una de las obras emblemáticas del actual régimen, lleve el nombre del primero maderista y después villista General Felipe Ángeles, no es cosa menor si se lee entre líneas.

    Estos términos recobran su lugar en el discurso para recordarnos que los conceptos que representan deben regresar al espacio público porque con ellos se puede valorar si la conducta de los actores políticos es o no es a favor de México.

    Tomemos como ejemplo las visitas de Amparo Casar y Lorenzo Córdova al embajador norteamericano Ken Salazar –quien prácticamente los echó a la calle- para compartirle su aflicción por los excesos antidemocráticos del dictador Andrés Manuel y de paso pedirle su ayuda y quizá unos centavos para continuar su cruzada. Ese no es un acto soberano. Según el Diccionario de la RAE, se llama “entreguismo”: Tendencia a vender los intereses patrios a intereses extranjeros.3

    Tan claro como eso.

    1 Las veces que Peña Nieto dijo que la corrupción es una debilidad cultural

    https://laoctava.com/nacional/2020/04/10/las-veces-que-pena-nieto-dijo-que-la-corrupcion-es-una-debilidad-cultural” https://laoctava.com/nacional/2020/04/10/las-veces-que-pena-nieto-dijo-que-la-corrupcion-es-una-debilidad-cultural 

    2 AMLO da a conocer cifras de las concesiones mineras de anteriores sexenios

    https://www.eleconomista.com.mx/politica/AMLO-da-a-conocer-cifras-de-las-concesiones-mineras-de-anteriores-sexenios—20191224-0006.html” https://www.eleconomista.com.mx/politica/AMLO-da-a-conocer-cifras-de-las-concesiones-mineras-de-anteriores-sexenios—20191224-0006.html 

    3 Entreguismo

     https://dle.rae.es/entreguismo” https://dle.rae.es/entreguismo 

  • La derecha, sin nada que ofrecer

    La derecha, sin nada que ofrecer

    Poco a poco se empiezan a escuchar voces desde la derecha que sugieren aceptar lo inevitable: La oposición a la 4T no ganará la Presidencia de la República en 2024.

    Más allá de su rufianesco desafío de “hay tiro” y de su hilarante entusiasmo por perder sólo cuatro de las seis gubernaturas disputadas en junio (compa, otro éxito como este y estamos aniquilados), la realidad es que la derecha se encuentra ayuna de posibilidades para obtener el triunfo en la próxima contienda presidencial.

    Sin estrategia, sin principios, sin programa, sin ideales, sin cuadros, sin candidatos y hasta sin partidos, la derecha ha centrado su quehacer en la desinformación que se pueda generar a través de los medios y las redes sociales, pero ni los medios ni las granjas de bots hacen mella en lo profundo del pueblo.

    La táctica desinformativa no parece calar más allá de los damnificados por el cierre del presupuesto federal, quienes están dispuestos a consumir cualquier mentira en contra de la 4T. Pero véanse los números. En los resultados del Módulo sobre Lectura (MOLEC) 2020, el INEGI afirma que “Cuatro de cada diez hombres y dos de cada diez mujeres declararon leer periódicos1. Así, ¿cuál puede ser el impacto real del amarillismo de los pasquines en una población que en cambio ve al presidente trabajar incluso los domingos o bien cuenta con un apoyo del gobierno, como el 65% de los hogares mexicanos 2?

    La suma de tres partidos –dos, en realidad, porque suena muy imaginativo llamar así al PRD- no ha generado un frente opositor consistente, con un programa de acción que atraiga el interés del electorado.

    Los partidos son náufragos que sobreviven agarrados a la tablita del presupuesto. Por ejemplo, el PAN: “Con apenas 0.02% por encima de lo que pide la ley para seguir como partido político nacional, el PAN abrió las puertas de afiliación a todos los ciudadanos y a aquellos que se “arrepintieron” de votar por Andrés Manuel López Obrador en 2018”, informó Forbes México en julio del año pasado 3. Y el PRI se encuentra en situación no muy distinta, a la cual se suman los sucesivos escándalos de su dirigente nacional.

    Su renuncia a legislar -la pomposamente llamada “moratoria constitucional”- por instrucciones de sus titiriteros resulta incluso paradójica porque la Cámara de Diputados es la gran caja de resonancia política en el país. La única caja de resonancia mejor que la Cámara es la conferencia “mañanera” del presidente, donde éste marca la agenda del día a medios y políticos, pero es obvio que ahí no entrarán.

    Los ideólogos. Aguilar Camín y Krauze son las dos lánguidas luces de la derecha que lentamente se apagan, porque hoy superan los setentaicinco años de edad y rasguñarán los ochenta en 2024. Sin duda que su bilioso encono contra el proyecto popular de la 4T mantendrá viva su enjundia, pero a la Naturaleza los resentimientos personales le importan un comino y es previsible que su avanzada edad mengüe sus capacidades, por mucho que el odio sea su motor de vida para ponerse de pie cada mañana. Caray, y tan sencillo que sería comprarles miles de sus revistas para mandarlas al kilo y tenerlos contentos. Pero no.

    Sobre los presuntos prospectos presidenciables de la derecha, el pudor obliga a guardar misericordioso silencio. ¡Cuánta modestia se nota en Enrique de la Madrid, Luis Donaldo Colosio y Santiago Creel si se los pone frente a indiscutibles cuadros políticos como Claudia Sheinbaum, Marcelo Ebrard o Adán Augusto López! Nomás no les dejan orilla de dónde agarrarse.

    Casi como un acto de clemencia en medio de tanto desatino, la sensatez parece abrirse paso en el áspero entendimiento de la derecha. El señor X., formal arrendatario del frente de partidos opositor a la 4T, ha declarado en un tuit que ni sumados todos los votos opositores podrán derrotar a Morena en las futuras elecciones para la Presidencia4. Por eso propone crear “una soc. civil y una ciudadanía +activa, propositiva y perseverante”.

    Además de que parece tarde para enmendar una colección de ofuscaciones (la muestra más reciente de las cuales es el ataque al hijo de AMLO) y porque es evidente que una estructura partidaria no se crea en dos años, la idea tropieza con el insalvable obstáculo de que carece de programa e intenciones que incluyan al pueblo, siempre el gran ausente en los planes de la derecha.

    Es más fácil que ingresen al PAN fascistas de El Yunque o del DHIAC (Desarrollo Humano Integral y Acción Ciudadana) que obreros o campesinos por la sencilla razón de que estos sectores no son contemplados en su horizonte ideológico.

    A las anteriores dificultades se suma la más determinante, la que tiene que ver con recursos financieros. Habrá que ver si quienes distribuyen dinero a paladas entre partidos, periódicos, columnistas, ecologistas y entrevistadores consienten recibir a cambio migajas políticas que no alcanzan para la defensa de sus intereses.

    No tienen nada para la gente. La gente no tiene nada para ellos.

  • Y en eso llegó la 4T

    Y en eso llegó la 4T

    Parecía que nunca íbamos a crecer como ciudadanos y que seríamos para siempre los habitantes del país de la simulación y del engaño. Viviríamos en la perpetua minoría de edad ciudadana que requiere la guía de los que sí saben. Siendo unos niños, no se nos podía invitar a resolver los delicados asuntos de la república: La cosa pública, ¡y menos aún dejarla en nuestras manos!

    Éramos el problema y no la solución, pero había que contar con nosotros, desafortunadamente para ellos. Contar con los pueblos originarios y los barrios, con los villorrios que se tuestan al sol mientras agonizan calladamente a la orilla de las carreteras; con las comunidades marginadas de las sierras y con los polígonos de pobreza.

    Y para mantener las cosas bajo control, se vieron obligados a simular todo.

    Pusieron ante nuestros ojos organismos autónomos integrados y presididos al contentillo de la mafia del poder, como el INE, destacadamente. Vistieron con solemne toga de astracán a los magistrados que son al mismo tiempo una burla y una ofensa para la justicia. Voltearon de cabeza las leyes para que su despojo y el de sus invitados foráneos cupieran sanamente dentro de los códigos.

    Con Krause y Aguilar Camín al comando, corrompieron a toda una generación de intelectuales que ya nunca ofrecerán la obra que quizá pudieron escribir. Nadie en el cuerpo de la intelligentsia nacional, ninguno de sus integrantes, tuvo la claridad suficiente para vislumbrar el desastre moral, económico y social al que sometían al país la corrupción y el neoliberalismo. O no se animaron a verlo.

    “País de mentiras”, le llamó Sara Sefchovich en su libro. “El país problema”, lo calificó el caricaturista Abel Quezada. Fuera de eso y poco más, los intelectuales aplaudían a rabiar. Y para eso, de nada sirven sus posgrados en el extranjero si no perciben lo que sucede frente a sus narices.

    Pactos por México pagados a diputados panistas, huachicoleros de cuello blanco, monstruosas condonaciones de impuestos a los que más tienen, organismos fachada para simular la lucha contra la corrupción, personajes vinculados a gobiernos neoliberales presentándose con ropaje de luchadores contra la corrupción, empresarios dispuestos a chasquearles los dedos a los partidos.

    Se temía que empresarios, académicos y periodistas tuvieran algo de cínicos y sinvergüenzas, pero sus acciones le demostraron al país que las sospechas se habían quedado cortas.

    ¿Y la prensa? Bueno, es verdad que ésta nunca ha gozado de demasiado crédito entre la población, pero ahora es poco menos que agua de borrajas y sus golpes tienen apenas la contundencia de un golpe con un periódico mojado.

    Ventiladas sus mentiras en las conferencias mañaneras y expuestas sus miserias en las redes sociales todos los días, se estrecha su margen de maniobra hasta hacerse casi nulo. ¿O cuánta y cuál es la influencia de López Dóriga, Aristegui, Uresti, etcétera, fuera de su círculo de aplaudidores? Ésta: Entre nula y escasa.

    Universidades que rechazaban multitudes de aspirantes, institutos de investigación que estructuraban magníficos negocios y ninguna patente, organismos de promoción turística en el extranjero que eran una beca disimulada. Negocios de cuates, parientes, amigos, allegados, compadres, conocidos.

    Como el neoliberalismo no era un sistema que pudiera durar para siempre, llegó la 4T y mandó parar la simulación, el saqueo, las mentiras y, sobre todo, la corrupción, porque a escondidas de los dueños del país la sociedad mexicana había dejado de ser un niñote tonto de pantalones cortos y requería que se le hablara con la verdad para no perecer asfixiada entre la farsa levantada diariamente por los beneficiarios del sistema.

    Será difícil regresar a los hábitos anteriores porque se ha instalado en la sociedad una nueva forma de ser. No quiere decir que se erradicó la corrupción y no volverá más, ni que ya no habrá pobreza y que mañana habremos de entrar al paraíso. Que se les acabó el teatro fantástico, eso sí que es verdad.

  • Primero el pueblo, luego los partidos

    Primero el pueblo, luego los partidos

    Una de las propuestas contempladas en la iniciativa de reforma constitucional en materia electoral, enviada por el Ejecutivo a la Cámara de Diputados el pasado mes de abril, es la reducción del financiamiento a los partidos políticos. La medida, contrario a lo que afirman los detractores de oficio y beneficio, contribuiría decisivamente al fortalecimiento de la democracia. Veamos.

    A principios de los años 70, el PAN sufragaba sus gastos de operación mediante la rifa de automóviles y casas. Exhibía el vehículo en una esquina de la plaza principal de la ciudad mientras sus militantes ofrecían los boletos a quienes pasaban por ahí. El partido representaba a las clases medias conservadoras y éstas lo mantenían con sus cuotas. Más lo de las rifas.

    El partido todavía no había sido invadido por los neopanistas (los bárbaros del Norte, comandados por Manuel J. Clouthier) ni se había transformado en el organismo fachada de los empresarios que es hoy, y las pasaba negras para salir adelante con los gastos. Era tal su penuria que en los años 60, en Durango, el gasto por el perifoneo de los mensajes panistas se liquidaba en las oficinas del PRI. Hay quien recuerda el hecho.

    En la izquierda partidaria –pongamos que fuera el PMT (Partido Mexicano de los Trabajadores)- era todavía más heroica la resistencia en cuestión de financiamiento porque, al no contar con registro electoral, no recibía un centavo por las prerrogativas contempladas por la reforma política de 1977. Eso no era obstáculo para que en muchas partes del país hubiera un pequeño local del partido.

    Los militantes pagaban renta, luz y agua de su bolsillo, más los pasajes de segunda clase en el tren para asistir a las asambleas del partido en el Distrito Federal. Parte de los recursos provenía de los llamados “boteos” que se efectuaban al tiempo que se volanteaba algún escrito.

    Los términos “pinta”, “pega”, “boteo” y “volanteo” se referían a los trabajos de los militantes para difundir el mensaje del partido, y había que hacerlos personalmente porque no se podía pagar a alguien para que los hiciera. Hoy, esos términos se encuentran en desuso. Que era el “oro de Moscú” el que financiaba la actividad de la izquierda no pasa de ser una patraña para consumo de inocentes.

    El PRI sí que disponía a manos llenas de recursos para sus campañas. Llenaba de banderines y pasacalles las avenidas y acarreaba campesinos organizados por la CNC (Confederación Nacional Campesina) y trabajadores de la CTM (Confederación de Trabajadores de México) para darle cara de evento democrático de apoyo al candidato a aquella lastimosa imagen de acarreo. Pasado el candidato, todo se iba a la basura.

    Y fue ahí donde el PRI invitó a los partidos a sumarse a la simulación a través del descomunal financiamiento público que en la práctica acabó con la vida partidaria y la ideología de los partidos al atraer a las actividades públicas a una serie de personajes más preocupados por el cargo que por el encargo.

    Y quizá sea ese uno de los riesgos más notables del excesivo dinero en las arcas de los partidos, ya que siempre habrá alguien sin ideología y sin interés que piense que parte del dinero del partido abonaría muy bien en su cuenta bancaria. Y buscará la forma de llevárselo.

    El otro riesgo es que los partidos gasten en artículos que poco y nada tienen que ver con las actividades políticas, lo que se vuelve sospechoso. Daniela Barragán reporta en el portal de noticias sinembargo.mx (Libretas de lujo, viajes, ventiladores y otros gastos exóticos que pagamos a partidos https://www.sinembargo.mx/10-05-2022/4179332) que todos los partidos gastaron millones en “la compra de Libretas Moleskine, pines, tazas, un escritorio de chapa de madera y tacto piel, pruebas COVID, viajes, ventiladores y cursos”, más la parte que quedó en la opacidad sin comprobar.

    Cinco mil doscientos cincuenta millones de pesos ($5,250´000,000.00) son muchos miles de millones para que anden sueltos por ahí sujetos al capricho de quienes dicen ser representantes del pueblo. Conviene entonces ponerle un freno al gasto que nos facturan los partidos a los ciudadanos, como si desempeñaran un papel tan relevante.

    Si el partido representa la opinión de sus militantes y de quienes simpatizan con su ideología, no suena descabellado pedir que sean ellos los que financien al partido de su preferencia para que de veras lo sientan suyo y puedan exigir a sus dirigentes responsabilidad sobre el dinero.

    La reducción del financiamiento a los partidos fortalecería la democracia porque desaparecería a las castas dirigentes que gastan lo ajeno como si fueran pachás y se generarían condiciones para la creación de verdaderas bases militantes que darían vida a los cadáveres públicos que son hoy los partidos políticos.

    La cereza en el pastel corre a cargo de Horacio Duarte: “(…) es un viejo reclamo de la gente de que se deje de estar gastando dinero en los procesos electorales y el dinero que se pueda ahorrar se destine a temas sociales, de infraestructura y de educación”. Cualquiera pensaría que son exactamente las mismas causas por las que luchan los partidos.