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  • Lecciones del neoliberalismo: no toda inversión es buena

    Lecciones del neoliberalismo: no toda inversión es buena

    A propósito de la guerra comercial que protagonizan China y Estados Unidos y que, en términos mediáticos ha quedado delegada a segundo término debido al conflicto entre Rusia y Ucrania, se menciona en análisis políticos y económicos que el gran beneficiario del choque entre las dos mayores potencias económicas del mundo es México, ello debido a que la deslocalización que habían hecho originalmente empresas norteamericanas y europeas en suelo oriental buscaría un nuevo destino que ofrezca ventajas logísticas, de costos laborales, de certidumbre política y, sobre todo, que esté alineado con el bando occidental que dirige Washington, y el mejor candidato sin duda es México.

    La algarabía de los analistas que prospectan una inversión extranjera de miles de millones de dólares hacia nuestro país es motivo suficiente para ser optimista en los cálculos macroeconómicos con miras a la próxima década, sin embargo, la historia nos ha enseñado que no todo lo que brilla es oro.

    El periodo neoliberal se caracterizó por tener posturas claras en diferentes esferas de la vida pública. En la esfera geopolítica, significó subordinación del interés nacional al interés hegemónico de Estados Unidos a través de la entrega de recursos estratégicos (principalmente el petróleo) y de la intromisión en asuntos nacionales en materia de seguridad y soberanía alimentaria, entre otras; en la esfera de política nacional, significó el debilitamiento del Estado Mexicano a través de la creación de “organismos autónomos” en manos de la “sociedad civil”, y de la aprobación de un paquete de reformas estructurales (salud, educación energía y derechos laborales las más ominosas) y modificaciones a la constitución que, básicamente, favorecían el interés de las minorías, en contra de las grandes mayorías; en la esfera social, el neoliberalismo implicó una desvalorización de la cultura mexicana, aumento de la violencia y la corrupción, así como falta de liderazgos con visión nacional y humana; y en términos económicos, significó un aperturismo sin control con la consigna de inflar el PIB a toda costa, principalmente con la firma del TLCAN, pero también permitiendo inversiones en sectores estratégicos como la banca y energía, y tuvo como bandera principal a la privatización. De esta última esfera, interesa hacer un análisis más profundo por la oportunidad que representa el “nearshoring” respecto a Estados Unidos.

    El resultado de mucha de la inversión que se dio durante el periodo neoliberal no es del todo positivo. Atrajo a empresas de manufactura de bajo valor añadido o extractivista; empresas que pagaban sueldos de miseria a los trabajadores y cuya ventaja competitiva no se apoyaba en la innovación o diferenciación del todo, sino en costos laborales bajos; empresas a las que les fueron condonados millones de pesos; empresas que sometían autoridades y en contubernio con ellas tenían prácticas mafiosas a favor de sus propios intereses; y perfectamente se pueden correlacionar estos fenómenos con aumento de la desigualdad y la violencia por el descontento social que todo ello genera.

    Lo que ha enseñado la historia es que ninguna nación se ha desarrollado sin proteccionismo adecuado, ya que la trampa del neoliberalismo en su esfera económica consistía en permitir la inversión extranjera a diestra y siniestra, sin intervención del Estado y contra las PyMES mexicanas, y el resultado fue desastroso. Si la inversión extranjera no genera encadenamientos productivos y transferencia tecnológica, si no se compromete a pagar sueldos dignos a todos los niveles, si no se compromete a cuidar los recursos y el ambiente, si no paga los impuestos que debe o busca evadirlos, es mucho mejor prescindir de ella y no acudir al pragmatismo destructor que tanto daño ha hecho por intentar generar empleo. 

    México es un país respetado en el mundo y se sabe que la política nacional ha cambiado, pasando de un entreguismo subordinado de bajo coste a una política de mucha dignidad, humanismo, en favor de la inversión inteligente y con énfasis en la justicia y redistribución de la riqueza.

  • LA MANIPULACIÓN Y EL CHANTAJE

    LA MANIPULACIÓN Y EL CHANTAJE

    Estos dos conceptos se encuentran íntimamente relacionados, puesto que la manipulación es el objetivo del chantaje, es decir, que este se lleva a cabo para conseguir un fin especifico y al doblar la voluntad de alguien y someterla a los deseos de otro mediante una amenaza, se manipula a una persona en contra de su voluntad.

    Chantajes hay muchos y muy variados, pero el mecanismo es el mismo:

    Haz aquello o no lo hagas, so pena de un castigo sobre ti mismo, tu imagen o, en el peor de los casos, tus seres queridos, que son vistos como debilidades por el chantajista manipulador.

    El chantajista primeramente se coloca en la posición de poder que le da poseer algo que la víctima no, como puede ser la suficiente locura o crueldad para rebajar aquello que para una persona es intocable e invaluable a la mera categoría de una mercancía que se puede negociar e intercambiar por beneficios propios.

    Al chantajista sólo le importan sus fines, que siempre son egoístas, aún cuando los disfrace de consignas o una supuesta justicia en aras de resarcimiento por afrentas del pasado.

    Para el chantajista sólo importa conseguir su objetivo, que a menudo es, sobre todas las cosas, destruir al chantajeado, reducirlo a su esclavo, un títere cuyos hilos sólo pueda jalar él o ella, para sentir el poder que proviene de contemplar la voluntad de otro que, probablemente le agravió, en contra de sí mismo o sus más preciados intereses y así consumar una venganza sobre él que sea más dulce que la muerte o su desaparición, es decir, conservarle la vida, pero sólo para observarle cumplir los deseos propios como una extensión de él mismo, para proyectarse y extenderse en el otro y así suplantar su actuar sin tener siquiera qué tocarle un pelo, y quizá tampoco a quien se ve amenazado, puesto que la mera noción del daño que se describe en el chantaje, es a menudo suficiente para motivar al chantajeado a actuar en contra de su voluntad y a favor del chantajista.

    El chantaje es una expresión de violencia extremadamente destructiva, pues denigra la condición humana de todos los involucrados de la siguiente manera:

    El chantajista requiere una dosis enorme de indiferencia y rencor para llegar a deshumanizar no sólo a su víctima, sino a aquellos a quienes amenaza y a menudo lo logra convenciéndose a sí mismo de la pertinencia o justicia de sus acciones, ya sea en la persecución de una venganza o algún fin mezquino, que necesita ser encubierto detrás de una distorsión de la realidad que logre hacer tolerable el enorme daño expansivo que supone esta acción, pues las consecuencias a menudo se extienden más allá de la víctima, sobre todo cuando se le amenaza a través del daño a su familia, hijos, pareja o su propia imagen, en cualquiera de estos casos, la amenaza es hacia el exterior, lo cuál la obliga a actuar en secreto a veces dañándose a sí mismo en el camino o a otras personas.

    El chantajista debe lograr denigrar primero a su víctima al punto de dejar de sentir cualquier compasión por ella o su futuro, puesto que el chantaje debe ser creíble y para tal propósito, se debe acompañar de amenazas plausibles que parezcan realistas y por lo mismo, aterradoras para la víctima, que activa el mecanismo de supervivencia personal y en el peor de los casos, el instinto protector hacia su núcleo socio afectivo, por lo que el perpetrador debe hacerse de un fin más allá de cualquier filtro moral, para poder transformar todo aquello que rodee a su víctima, en medios para conseguir un fin, aún cuando se trate de personas inocentes y vulnerables, como los niños, por ejemplo, a quienes debe observar también como simples instrumentos para conseguir los propósitos que se haya fijado.

    La víctima es denigrada al tratársele como un títere y amenazársele con acciones que traspasan los límites de la cordura, además de que muchas veces, para lograr acreditarse, el chantajista cumple algunas de sus amenazas sin llegar a las últimas, pues estas dejarían a la víctima sin nada qué perder, de manera que siempre se cuida de mantener viva en ella, la zozobra que implica el que su caso puede ir complicándose cada vez más, mientras el chantajista avanza traspasando uno a uno los límites de la moral. La sensación de tranquilidad se pierde y se reemplaza con una noción constante de alerta que pone a la víctima en una situación de estrés exacerbado; una vez perdida esta sensación de seguridad, será muy difícil recuperarla, puesto que la víctima ha permitido que su paz sea robada y se ha violentado el respeto a su voluntad, lo cuál la dejará con fuertes cicatrices en su autoestima y le hará muy difícil recuperarse.

    Finalmente, las víctimas indirectas del chantaje, como pueden ser familiares, colegas, amigos, pareja o hijos, quienes reciben una dosis de violencia al ser rebajados a una condición de recipientes de las amenazas cumplidas del chantajista, son expuestos a información verídica o falsa, que destruya o dañe severamente la reputación de la víctima, hechos de la vida privada que distorsionen su imagen muchas veces, siendo expuestos a la revelación de secretos sobre la víctima, que dañarán su estado emocional, pues frecuentemente poseen un vínculo afectivo con esta y la revelación de hechos privados da la sensación de traición y destruye la confianza.

    El chantaje es tan pernicioso que puede orillar a otros a efectuarlo, pues suele llevarse a cabo a niveles delictivos o simplemente afectivos o familiares, sin que varíe en lo más mínimo su procedimiento, sino sólo los elementos externos de los que se vale, sin embargo, el daño es muy similar, pues lentamente destruye a quienes son víctimas de él, enrareciendo el ambiente y convirtiendo el entorno familiar en un lugar hostil, lo cuál es extremadamente peligroso, pues un espacio que debería considerarse seguro, es transformado en aquél en el que nadie puede sentirse a salvo, ni su privacidad, pues el chantajista siempre estará listo para tomar aquello que dañe a otro y utilizarlo en su contra.

    El chantaje destruye la confianza y la esperanza, pues abre la puerta a pensamientos deprimentes respecto a los semejantes, quienes pueden en cualquier momento hacerte daño si saben cosas sobre ti.

    La violencia que resulta del chantaje aísla a las personas, provocando que se vuelvan introvertidas y desconfiadas, las incapacita para entablar relaciones sanas basadas en la confianza y también distorsiona sus valores, pues al ser niños y convivir con un chantajista, es muy probable que eventualmente recurran a esta conducta como método para defenderse de algo que consideren amenazante o injusto, es decir, se habrá inculcado en ellos que la injusticia y la violencia, son maneras adecuadas de protegerse.

    Las personas que han sido expuestas a manipulaciones por chantaje desde su niñez, frecuentemente desconocen otra manera de conseguir cualquier cosa, su lenguaje está lleno de amenazas y, aunque no intenten cumplirlas, su mente está acostumbrada a funcionar de esa manera: si no existe el temor a una pena corporal o emocional, no hay motivación para hacer nada.

    Existen múltiples factores que pueden promover la manipulación por chantaje, siendo los entornos más propicios, aquellos en los que las creencias religiosas de tipo conductista (premio – castigo), forman parte activa de la enseñanza de valores, moldeando cada aspecto de la vida de acuerdo a modelos fijos e inflexibles de conducta, que son constantemente medidos de acuerdo a consecuencias y castigos corporales disfrazados de espirituales, que a su vez dañan a niveles más profundos que los físicos a quienes son sometidos a ellos.

    A menudo la noción de una deidad que basa su “gobierno” en amenazas y promesas de acuerdo al proceder y el nivel de obediencia de sus siervos, se encuentra equipada con mitos antiguos que describen el cumplimiento de esas amenazas, proveyéndole credibilidad suficiente para ser considerado capaz, lo cuál no sólo pone a girar el sistema de creencias de tales congregaciones al rededor del chantaje y la manipulación, sino que valida estas conductas y las eleva al nivel máximo de la superioridad moral, habilitando a las figuras de autoridad de tales estructuras a emular los mismos esquemas de control y convivencia.

    Al ser vistos como “actos divinos”, los episodios de chantaje y manipulación son ubicados en el espacio de aquello no sólo permisible, sino deseable, puesto que el fin último de los miembros de estas congregaciones es asimilarse a su deidad y seguir su ejemplo.

    Es fundamental señalar que estos patrones de conducta son generalmente disfrazados y ocultados entre todos los ritos y ceremonias, esforzándose por todos los medios de evitar ser explícitos en su implementación, no así en su ejecución, que por regla general, convierte estos espacios en autoritarios, verticales y promotores de la obediencia ciega, lo cuál los hace inseguros y muy propicios para el abuso en todas sus variantes.

    Sin temor a redundar, una vez más debemos reconocer la mano del neoliberalismo y la sociedad de consumo voraz como causante de fenómenos tan perjudiciales para el estado emocional y mental de la sociedad como el chantaje y la manipulación, resultante del proyecto de vida dominante en la actualidad, que asume los deseos y anhelos personales como único fin de la existencia y todo lo que rodea al individuo, como medios para lograr sus fines, sin importar absolutamente nada más, trasladando la amoralidad del capital a relaciones interpersonales que son despojadas de toda compasión y humanidad, lo cuál constituye el caldo de cultivo perfecto para el desarrollo de estos vicios y conductas anti sociales que lo mismo pueden manifestarse en la privacidad del hogar, como llegar a convertirse en forma de vida y obtención de beneficios económicos a cualquier nivel. 

    La manera de neutralizar y combatir el chantaje es fomentar la asertividad en la comunicación de la personas, una actitud activa ante los desafíos y retos que amenacen el bienestar personal y la promoción del valor y la esperanza basados en la capacidad humana para edificar el mundo que se desea, así como para aceptar los aspectos irremediables de la vida.

    También, a nivel social y educativo, alentar una convivencia horizontal entre las personas, promoviendo la empatía y la compasión evitando el juicio mutuo, de manera que las acciones se sometan constantemente al filtro de los efectos que pueden ocasionar en los demás, es decir, el desarrollo del sentido común. Una sociedad que se preocupa constantemente por el bienestar común, alentará la noción de empatía y solidaridad, que agrega acción a las simples limitaciones morales que presenta la mayoría de las creencias religiosas occidentales o incluso las actuales tendencias de puritanismo mediático y censura, es decir, una constante actividad en bien de los demás, que agregue servicio desinteresado y exalte las recompensas del trabajo colectivo ayudará a los integrantes de ese núcleo a valorar el bien que puede hacerse hacia los demás y el inmenso poder que poseen para transformar las vidas propias y de sus semejantes, que en un estricto sentido, es exactamente el mismo que se tiene para dañarlos.

    Los valores humanos como la virtud, la moral y la ética constantemente perseguidos pero no como un fin, sino como un medio para alcanzar el fin superior de la edificación de un ser humano pleno y feliz que, posteriormente construya sociedades semejantes, ayudarán a desterrar las ideas funcionalistas que son capaces de instrumentalizar cualquier cosa o persona para el alcance de fines egoístas de todo tipo, sin considerar ningún costo o efecto en el bienestar propio, el de los demás o el entorno.

    DA CAPO

    Actualmente el espíritu social se encuentra bombardeado por conceptos y dinámicas auto complacientes, que tienen como fin último el empoderar al individuo a través de la noción del deseo como un derecho y así promover la nula capacidad de aterrizar sobre las realidades de la vida, por más desagradables que estas sean.

  • El Perro Tuitazo: Prensa mexicana ignora protestas en Francia

    El Perro Tuitazo: Prensa mexicana ignora protestas en Francia

    El perro tuitazo de este final de semana es de Beth Castillo y expone como es que miles de franceses salieron a las calles de su país para protestar contra el aumento de edad de jubilación, nueva medida neoliberal de Emmanuel Macron, y que los medios mexicanos han ignorado convenientemente.

  • ¿Cómo llegamos al neoliberalismo?

    ¿Cómo llegamos al neoliberalismo?

    Al neoliberalismo llegamos por dos vías, primero por un proceso histórico social en México que se alinea a la experiencia internacional, es decir, el neoliberalismo no es privativo de México, sino que se ha experimentado en otras latitudes y se ha implementado, quizás con modalidades diferentes y con resultados diferentes, pero no es privativo de la realidad mexicana, sino que es un pensamiento que ha tenido sus experimentos en todo el mundo. Por otro lado, como segunda vía, decir que llegamos al neoliberalismo por la enseñanza del mismo, es decir, el neoliberalismo visto como un modelo social, económico y político que se implanta en un país y que busca resultados por medio de ciertas políticas, también fue impulsado por la educación, por medio de la enseñanza en las universidades y en otros centros de estudio que le dieron sustento y “validez” a este modelo y que justificaban su continuidad. En la ciencia económica, el enfoque que le da sustento y justificación al modelo neoliberal es el enfoque neoclásico. 

    Al ingresar a la universidad, por ahí del año 2001, era común que entre nuestros docentes y compañeros nos llamaran “hijos de la crisis”, un término que ahora lo entiendo y que era un tanto despectivo, ya que suponía que habríamos nacido a principios de los años ochenta y que éramos de esa generación que llegamos con la gran crisis en México de 1982 y de la cual se tuvieron grandes rezagos económicos insuperables. Para esta generación de economistas en México como en otras partes del mundo, su educación giró en relación al aprendizaje de la economía desde los ojos del enfoque neoclásico, es decir, un enfoque en el que impera una visión individualista y egoísta, poco realista y que exalta la supuesta racionalidad del individuo. Tristemente este enfoque se sigue enseñando en las aulas de las universidades, se siguen produciendo libros de economía con esa visión y se sigue derramando esta ideología que hace ver al individuo como un ente aislado, un hombre-burbuja, fuera de este mundo (ej. el libro Principios de Economía del profesor Mankiw). 

    En los años ochenta, el enfoque neoclásico era el enfoque predilecto en la enseñanza de la economía por parte de profesores que regularmente procedían del extranjero o que habían realizado sus estudios en el extranjero (con dinero público auspiciado por CONACYT), particularmente en Estados Unidos. Muchos de estos profesores fueron instruidos en universidades como Harvard, Yale, MIT, Chicago, entre otras, y se insertaron en universidades públicas o privadas, incluso muchos de estos ocuparon cargos públicos o puestos importantes en el sector privado o en organismos internacionales. Recuerdo que algunos profesores, en comparativa con nuestra “generación perdida”, comentaban que ellos ya tenían un “buen empleo” mucho antes de graduarse, en efecto, muchos de ellos trabajaron en Banco de México, NAFINSA, Hacienda o la Secretaría de Economía. Con un vasto conocimiento, pero con una línea de pensamiento determinada, comenzaron a instruir a sus estudiantes pasando esta visión neoclásica de una generación a otra. 

    Al llegar a las universidades, empezaron a separarse en grupos que hasta el día de hoy persisten en las universidades, aquellos profesores siguen aprendiendo y enseñando la economía neoclásica que viene de Adam Smith y que se impulsa con las aportaciones de otros economistas como Milton Friedman y muchos otros que le dieron continuidad y que han sido incluso galardonados con el nobel como el difunto Gary Becker, entre otros. En contra parte, otros grupos de profesores, no siempre bien vistos por los del enfoque imperante, eran identificados con otras corrientes de pensamiento como el keynesianismo, el marxismo, el pensamiento cepalino, el enfoque estructuralista, etc., muchas veces relegados con la justificación infundada de que estas corrientes habían “fracasado”. 

    El enfoque neoclásico trataba de aplastar a los demás enfoques argumentando que, por ejemplo, no tenían el nivel de “sofisticación matemática” para realizar un “estudio profundo” de la economía, que no podían “modelarlo” y que quedaban por tanto solo en argumentos. Sin embargo, esta pelea entre el enfoque neoclásico y otros enfoques como, por ejemplo, el enfoque marxista, iba más allá de una diferencia de gustos. Un claro ejemplo es que la economía marxista supone la existencia de clases sociales, cosa que el enfoque neoclásico no lo puede concebir dado que parte de que el individuo vive en un mundo aislado, sin clases sociales y por lo tanto sin conflicto por un excedente económico, esta supuesta “armonía” en la economía neoclásica se sustenta por el individualismo y todo aquello que perturbe este mundo ideal no obedece a una la lucha por la justicia entre dos clases sociales sino por “fallas” en el mercado que con el paso del tiempo se “ajustan”.

    De esta manera, se empezaron a enterrar a grandes autores que no se alineaban al enfoque neoclásico, ya sea relegándolos y colocándolo en los programas de estudio como optativas, o mofándose y minimizando sus aportaciones. No en pocas ocasiones, pensar distinto al enfoque neoclásico te valía una mala nota por el simple hecho de no estar alineado, es decir, estar bajo esta ideología neoclásica en muchas ocasiones hacía que se perdiera la objetividad en las evaluaciones, sin dejar espacio a la pluralidad o a la diversidad de pensamientos. Muchos profesores han dado la batalla y con dignidad han permanecido vigentes y coherentes con su formación y con su enseñanza de enfoques alternativos al enfoque neoclásico, hasta el día de hoy no han sido tentados por este veneno y se han convertido en críticos y han alzado la voz a pesar de la falta de espacios o al enorme presupuesto que se destina a los voceros del enfoque neoclásico que en la mayoría de las ocasiones va respaldado por las investigaciones y el financiamiento de organismos como la OCDE, el Banco Mundial, el BID, etc.

    También nos olvidamos de Keynes y para sepultarlo no en pocas ocasiones el post-keynesianismo y el neo-keynesianismo hacían de vez en vez una re-lectura maquillándolo cada vez más del enfoque neoclásico, claro, sin violar sus “fundamentos” o por lo menos eso decían sus fundadores. La ciencia económica cayó en un letargo matemático, olvidándose de la economía real y sobresaltando la economía ficticia. Este vacío intelectual y académico se profundizo al poner la educación al servicio de las “necesidades” del mercado laboral, de tal suerte que, con cierto rezago, los programas de estudio cada vez más se ajustaban a lo que demandarán los futuros empleadores, reduciendo así la ciencia económica a una simple disciplina funcional en donde únicamente se buscaba enseñar y aprender sólo aquello que “deja dinero”, y renunciando así a ciertas cualidades inherentes al economista como son su capacidad de análisis y de reflexión.

    El enfoque neoclásico de la ciencia económica privilegia en su sentido teórico la satisfacción del individuo, lo ve como simple consumidor de mercancías, mientras que al empresario lo reduce a un vulgar buscador de ganancias económicas. Es de esta manera en que se va estableciendo la idea de que un “país próspero” es aquel que produce, por lo tanto lo que interesa es producir y producir, para que haya más y más mercancías y que las empresas vendan y vendan, esa era la lógica de la llamada “economía de mercado”, es decir, aquella que ve a las personas como simples productores y consumidores. En una economía de mercado no se habla de inseguridad o de corrupción, tampoco se cuestiona si el consumidor tiene los suficientes ingresos para comprar, si compra lo justo o si le alcanza para vivir con lo que gana, no se cuestiona ni los salarios, ni su distribución o concentración, ni tampoco si hay diferencias por cuestiones de género, tampoco existe el Estado, es decir, no se discute sobre el nivel de bienestar de la población, es simple y llanamente una visión simplista del consumo y de la producción, del impulso al crecimiento económico a toda costa. 

    Bajo esta visión es que se empieza a poner en el centro de la discusión los determinantes del crecimiento económico, es decir, no importa nada más, lo que importa es crecer, no importa la pobreza o temas fundamentales como el desarrollo o el bienestar, para el enfoque neoclásico lo más importante es el crecimiento económico, esto se enseña en las facultades de todo el mundo, desplaza a otras áreas de la ciencia económica y todo lo que haga crecer a una economía es importante, dejando de lado incluso los temas éticos de la producción y comercialización, o discutir sobre los tipos de bienes o de servicios que se ofrecen en la economía y que pueden ser dañinos (ej. la comida chatarra), evidentemente bajo esta visión no se discute la salud, no existen las adicciones ni la salud pública solo existe la elección de las personas de forma “libre” y “autónoma” y todo lo que vaya en contra de esta “libertad” es autoritarismo, es socialismo, es comunismo, es dictadura. Es de esta manera en que se empieza a ajustar la vida económica real con la teoría, con lo que se enseña teóricamente en las aulas de clase universitarias.

    En la economía neoclásica se privilegia el crecimiento económico como algo imperante para toda nación y esto se ve reflejado en la producción de libros de macroeconomía que tienen la teoría del crecimiento económico como eje fundamental de todo su contenido. En estos libros se justifica que para el desarrollo o para erradicar la pobreza se requiere del crecimiento como antesala y toda la propaganda académica e intelectual se encauza en resaltar las aportaciones de los “grandes economistas” de renombre que tenían como propósito develar el “misterio” del crecimiento económico. El carácter social de la ciencia económica se perdió en el camino, los economistas se enfocaron más en el “estudio” que en la realización de acciones concretas para erradicar problemas tan graves como la desigualdad, la pobreza y la corrupción. Actualmente, el fracaso al combate de los graves problemas del mundo lo comparten tanto los economistas neoclásicos como los principales organismos internacionales. Este fracaso se sintetiza muy bien en las palabras de nuestro presidente Andrés Manuel López Obrador: “Progreso sin justicia, es retroceso”.

    De acuerdo con los neoclásicos y los neoliberales se suponía que el “éxito económico” lo traería el comercio internacional y la apertura económica (esto impulsado por la Organización Mundial del Comercio, OMC) y no fue así; o que se requería de una mayor financiarización y apoyos económicos por medio de la deuda (esto promovido por el Fondo Monetario Internacional, FMI) y tampoco funcionó; más recientemente se apelaba a que el crecimiento económico dependería de la innovación, el emprendimiento, la productividad, la eficiencia y la competitividad [impulsado principalmente por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), el Foro Económico Mundial (FEM) y el Banco Interamericano para el Desarrollo (BID)] y tampoco resulto, jamás llegó ni la abundancia ni el progreso, por el contrario, se acentuó la concentración de la riqueza y la desigualdad económica y social. Las políticas neoliberales fracasaron al igual que los argumentos cientificistas del enfoque neoclásico que se enseñaban y se enseñan todavía en las aulas universitarias.  

    Finalmente, hoy sabemos que el enfoque neoclásico y el enfoque neoliberal se fusionaron, hoy se pueden ver como dos mellizos que nacieron uno en la cuna de la academia y otro en la cuna de los organismos internacionales. Esta trama se puede ver en dos actos: 1) La política neoliberal paso de la política internacional a los organismos internacionales, y 2) de los organismos internacionales a la academia. Esta última sirvió para adiestrar graduados basados en un enfoque individualista que privilegiara el interés propio por sobre el interés social, en un mundo abstracto donde no existe la familia ni la sociedad y en donde impera la satisfacción, la búsqueda de la ganancia y el beneficio personal. 

    La economía como ciencia perdió su esencia y se alió a una matemática fría y sin escrúpulos, se privilegió la sofisticación de los modelos de una economía ficticia en relación al análisis de los grandes problemas sustanciales de una economía real. El enfoque neoclásico le brindó al enfoque neoliberal las herramientas técnicas y el respaldo “científico” que se requiere para llevar a cabo políticas económicas en favor de quienes detentan el poder a nivel global. El enfoque neoclásico y el enfoque neoliberal permearon tanto las universidades como los gobiernos, con dogmas y sofismas que les hicieron perder seriedad y respeto. La mayor parte de las principales universidades en el mundo padecieron este síndrome neoliberal y neoclásico y todavía no se curan de esta ideología. Por esta razón, muchas de las grandes facultades y centros de conocimiento han dejado de ser plurales en su pensamiento resaltando con ello su conservadurismo. 

    En naciones donde se ha implementado el modelo neoliberal, los gobiernos han quedado simplemente al servicio del poder, como simples administradores de los recursos públicos para intereses privados. A manera de ejemplo, es así como un egresado adiestrado en el enfoque neoclásico (ej. graduado de Harvard) se colocaba en una posición estratégica a nivel de gobierno (ej. Secretario de Hacienda o Gobernador del Banco Central) para implementar políticas neoliberales en favor de las grandes corporaciones (ej. No pagar impuestos o evadir el pago de utilidades). Las universidades del primer mundo se han dedicado a formar cuadros impregnados con la ideología neoclásica para después ser colocados en los puestos clave de cada gobierno (primeros ministros y jefes de estado) y hacer efectivas las distintas políticas neoliberales. En estos personajes el éxito se mide por el acaparamiento de las funciones del gobierno y el desmantelamiento institucional del Estado hasta reducirlo a únicamente oficinas burocráticas al servicio del poder económico y empresarial, sea este extranjero o nacional. 

    La devolución de impuestos, la entrega de concesiones, permisos, predios, etc., la privatización de sectores estratégicos y el adecuar a modo las leyes para hacer legal las malas prácticas económicas y políticas, son algunos de los ejemplos habituales llevados a cabo por esta élite del poder público y privado. Esa élite dorada reduce el presupuesto del gobierno al mínimo para el pago del personal operativo hasta convertirlo en poco eficaz y altamente burocrático, distribuyendo el resto al otorgamiento de dadivas para el pago de favores y la realización de actos corruptos más lucrativos y de mayor calado. Es de esta manera en que se avanza de forma putrefacta en la captación desde el poder ejecutivo a miembros del poder judicial y del poder legislativo en un país. En la actualidad es difícil distinguir al corrupto entre una comunidad de banqueros, empresarios, políticos o magistrados, en ocasiones todos ellos están coludidos y se apoyan mutuamente, establecen lasos entre sí, heredando e intercambiando sus posiciones de una generación a otra. 

    Para la sociedad, estos personajes neoliberales son deleznables, sin autoridad moral, se les reprocha su falta de ética, su ausencia de principios y de valores. A pesar de que se les rechaza y se les señala, no tienen mayor problema ya que los medios de comunicación, que son aliados a este poder putrefacto, se encargan de elaborar campañas mediáticas para enaltecer su respetabilidad. Al final del día, cuando se ven acorralados, suelen huir al exterior como diplomáticos, embajadores o regresar a su alma mater a ocupar alguna posición académica o cátedra en alguna facultad, o bien, beneficiarse del “fuero” al dirigir algún “centro internacional de investigación”, eso también pasa a nivel nacional, como por ejemplo en la UNAM que se ha convertido en una cueva de ladrones. Políticos de mayor descaro, pero con esta visión neoclásica y neoliberal, en un acto servil, pasan a formar parte de los consejos de administración de empresas transnacionales o del consejo de asesores de las grandes corporaciones que se vieron beneficiadas en su administración. 

    La historia no termina ahí, finalmente si hay impunidad los señores neoliberales siguen libres y en muchas ocasiones se quedan vigilantes de alguna “oportunidad” en el poder para regresar por sus fueros y darle vida a esa economía de muerte o necroeconomía que ha sido el modelo neoliberal, se pueden alejar del poder, pero dejan a su familia a cargo. Es muy importante tomar conciencia de que ambos enfoques, el neoclásico y el neoliberal, son dos caras de una misma moneda, el conservadurismo. El conservadurismo tiene una cara política y otra cara intelectual y se nutren una a la otra, ambas se justifican y se teorizan, se analizan una a la otra, se retroalimentan. Esta dualidad es la que se tiene que combatir, mucho del conservadurismo en México se encuentra no solo en la sociedad ni en los curules del senado o de la asamblea legislativa sino en las cátedras universitarias, el conservadurismo también se enseña y pulula en las aulas de clase.

    Por último, decir que el conservadurismo como forma de pensamiento se nutre de una educación neoclásica y de una forma neoliberal antiética de hacer política en la práctica. Es momento de erradicar de una vez por todas las dos raíces del neoliberalismo, una que obedece a la educación y otra que obedece a la política. El neoliberalismo normaliza la injusticia y el enfoque neoclásico normaliza el individualismo. Hoy, el presidente Andrés Manuel López Obrador nos ha dado una alternativa, de virar de una economía de muerte basada en el modelo neoliberal a una economía de vida bajo un modelo económico distinto, humano, ético y con visión social. Es sobre la base del Humanismo Mexicano que nos ha dado la oportunidad de sentar las bases para sustituir el enfoque neoclásico por el enfoque que brinda la Economía Moral y remplazar el modelo económico neoliberal por un modelo económico humanista basado en el Humanismo Mexicano.

  • Neoliberalismo y cultura

    Neoliberalismo y cultura

    “… la población mexicana ha vivido y sobrevivido a los estragos de este esquema que penetró más allá de lo económico, pues se presume que logró infiltrarse en el subconsciente social, educativo y cultural de gran parte de la población.” 1

    El largometraje El proyecto cultural del Neoliberalismo nos muestra de manera didáctica y clara la puesta en marcha en nuestro país de este modelo desde principios de los años 90 y a lo largo de seis sexenios, es decir a partir de Miguel de la Madrid y hasta Enrique Peña Nieto.

    Sin embargo, la descripción, análisis y reflexiones que nos invita a llevar a cabo este documental, a lo largo de poco más de hora y media, rebasa la cara más visible del neoliberalismo, es decir las privatizaciones, la pobreza, la corrupción y la represión.

    Y es que el propósito central de los autores es develar algo que suele pasar inadvertido y que se encuentra muy en el fondo de nuestra conciencia. Es decir, el sentido común que el modelo económico dominante creó e introyectó en la cotidianeidad de la sociedad mexicana. 

    Pero en ¿qué consistió esa narrativa? ¿cuáles fueron sus fundamentos y el sustento ideológico? Se comienza con el individualismo por sobre la colectividad. Las consabidas frases del tú puedes, eres tú, luego tú y solo tú promovidas por el modelo de la “superación personal” imperante por décadas excluye al “otro” o a los “otros” y a las implicaciones que las acciones del individuo tienen sobre la comunidad.

    El historiador Pedro Salmerón afirma que el neoliberalismo tiene una mercancía ideológica a la que llama echaleganismo. Qué útil resulta esta aportación sobre todo cuando la vinculamos con aquella idea socialmente reproducida y que sigue tan vigente acerca de que no importa tu condición social, siempre que se lo proponga “alguien puede llegar a ser millonario”; reafirmando que los verdaderos “valores” dependen del dinero que tengas disponible, “tanto tienes, tanto vales”. 

    En el auge del neoliberalismo, de acuerdo con cifras de la OCDE que el propio Salmerón subraya, México era el país con menor movilidad social, por lo que los millones de mexicanos pobres tienen más del 90% de posibilidades de seguir viviendo en la pobreza. 

    Si bien al neoliberalismo se le ha considerado solamente como un modelo económico este documental se explica que es mucho más que eso, es una doctrina, no un modelo económico, no es una política coyuntural. En realidad, es una reconfiguración histórica del capital, que modifica las relaciones sociales, reconfigura las formas políticas, los entramados culturales, las subjetividades, en fin, constituye un nuevo ciclo de acumulación del capital por despojo, como ocurrió con millones de hectáreas, con los recursos que en ellas se encontraban y cuyos propietarios originarios fueron echados de sus tierras, perseguidos o asesinados. La política represiva de los gobiernos prianistas encubrieron todo esto con, entre otras estrategias, una supuesta guerra lanzada contra la delincuencia y/o el narcotráfico.

    Les recomiendo ampliamente ver y analizar con atención El proyecto cultural del Neoliberalismo. Para ello, dejo aquí el enlace. 1El proyecto cultural del Neoliberalismo. Producción de John Ackerman. Narrado por Damián Alcázar. Se los recomiendo en esta liga lo encuentran: https://youtu.be/44iAkhHxrhg

  • Hacer historia

    Hacer historia

    Durante el neoliberalismo, historia era lo que pasaba sin el pueblo (reforma eléctrica para beneficio de extranjeros), a pesar del pueblo (“ni los veo ni los oigo”), o contra el pueblo (matanzas en Acteal y Aguas Blancas, despido de 44 mil electricistas de Luz y Fuerza del Centro).

    John Womack, el historiador del zapatismo, refiriéndose a las causas de la Revolución pero como si hubiera escrito apenas ayer sobre el México neoliberal, señaló: “A todo lo ancho de México, los hombres de empresa pensaron que no podrían mantener su nivel de ganancia o el vigor de la nación sin efectuar cambios fundamentales en el país1

    Y sacando las castañas del fuego con la mano del gato, -o para decirlo en un español decantado: utilizando como sus empleados a los presidentes prianistas- esos hombres de empresa se dieron a la tarea de ilusionar a México con la incumplida oferta de colocarlo en el primer mundo, en un embeleso que duró treinta y seis años.

    Sólo que antes había que tender un manto que oscureciera las verdaderas intenciones de intensificar la empresarial rapiña para que no nos diéramos cuenta de lo que en verdad sucedía.

    Así, por órdenes superiores los legisladores modificaron las leyes para entregar el país a las empresas extranjeras dentro de la legalidad. Todavía tuvieron el buen humor de llamar “Pacto por México” a lo que no era sino otro ejemplo de la voracidad empresarial.

    Así, los comentaristas periodísticos con doctorados en extranjía se convirtieron en jornaleros intelectuales que pusieron bajo tarifa sus opiniones. Los diarios y las radios no les fueron a la zaga y también cotizaron sus planas, sus portadas, sus horarios, su interesado silencio merecedor de bonificaciones como la eliminación del 12.5 por ciento del tiempo oficial de transmisión al que tenía derecho el Estado.

    Así, se crearon infinidad de “organismos autónomos” integrados por ciudadanos presuntamente impolutos, seres probos extraterrenales ajenos a bajas pasiones, próceres del servicio público que no pensaban en el dinero. Para que no prestaran oídos a engaños, se les cubrió de sueldos, viajes y privilegios que por su cuenta nunca hubieran alcanzado. Ejemplo de esto es el califato de Córdova, también conocido como Instituto Nacional Electoral (INE).

    Así, los intelectuales al mando y sus obedientes comparsas, debidamente aceitados con becas, exigieron medios para dedicarse a la creación de su obra sin sobresaltos económicos. Podrían editar revistas emocionantes para vendérselas al gobierno. Podrían publicar artículos equis y ganar, editar la recopilación de esos artículos en un libro y ganar, presentarse en ferias del libro con su recopilación y ganar, concursar para una beca con su libro y ganar, engrosar su currículum académico con el libro y ganar, convertirse en agregados culturales gracias al libro y ganar.

    Todos ellos –más científicos del Conacyt, profesores universitarios, políticos metidos a vendedores de medicamentos-, corrompidos hasta la médula, mentirosos hasta la vileza, incorregibles hasta la desvergüenza, serviles hasta el descrédito, pintaron la imagen de un México que sólo existía en sus abultados sueldos y ganancias, un México al que sólo le faltaba un detalle para ser ideal: la participación del pueblo.

    De ese pueblo eternamente olvidado, convenientemente marginado, incansablemente saqueado, abusivamente soslayado, vilmente engañado, mañosamente defraudado. El pueblo al cual el presidente López Obrador ha llamado a “hacer historia”.

    Para hacerla no es indispensable ser héroe ni arrojarse al precipicio envuelto en la Bandera. Es el heroísmo diario de vivir con honestidad el que se necesita para cambiar a México. Vivir como aconseja Silvio, en “La necedad de asumir al enemigo / La necedad de vivir sin tener precio” 2. 

    Consumar el heroísmo de ya no creer en los bandoleros que con su carita de forajidos negando ante el juez su participación en el asalto a la diligencia, publican sus falsas noticias sin el menor recato. Para eso se necesita al pueblo. Bertolt Brecht escribió: “El joven Alejandro conquistó la India. / ¿Él solo? 3”. No, por supuesto. Es el pueblo el que hace la historia cuando se da cuenta de que es el protagonista de los cambios. El pueblo que trabaja y al que tanto se le debe es el que contra viento y marea está haciendo la historia. Haciendo, por fin, su propia historia. 

    • 1 John Womack. Zapata y la Revolución Mexicana. Siglo XXI Editores, México, 2006.
    • 2 Silvio Rodríguez. El necio.  https://www.youtube.com/watch?v=bKr8guhNA1I 
    • 3 Bertolt Brecht. Preguntas de un obrero que lee, en Juan Brom, Para comprender la historia, Editorial Nuestro Tiempo, México, 1981.
  • Gobiernos neoliberales profundizaron la desigualdad en México: AMLO

    Gobiernos neoliberales profundizaron la desigualdad en México: AMLO

    A través de su conferencia matutina de este miércoles 21 de septiembre de 2022, el presidente Andrés Manuel López Obrador, indicó que, neoliberales impulsaron la desigualdad que existía en México, lo cual, fue observado desde la llegada de Alexander Van Humboldt.

    “Desde la llegada de Alexander von Humboldt a México, habló de la monstruosa desigualdad que existía en nuestro país (…) y aunque parezca increíble, esa desigualdad los neoliberales se encargaron de profundizarla“, expresó.

    El presidente López Obrador aseguró que los políticos neoliberales “inventaron lo de las nuevas políticas públicas” y no atendieron la “monstruosa desigualdad que se estaba propiciando con el modelo neoliberal.

    De igual forma, indicó que los gobiernos neoliberales promovieron “nuevos derechos” como los ambientales y de protección a grupos vulnerables para desviar la atención de la desigualdad que causa dicho modelo económico.

    López Obrador, aseguró que durante el neoliberalismo todo era entregar bienes a extranjeros, “acumular riquezas, ¡como nunca!”, a la par que se le saqueaba al país. No obstante, dijo que aun existen “unos cuantos” pero que deciden quedarse callados.

    Por otra parte, al ser cuestionado López Obrador, por el periodista Hans Salazar, sobre el caso de los ex trabajadores de la desaparecida aerolínea Mexicana de Aviación, el presidente de México declaró que hará lo posible desde el Gobierno de México, para apoyar a los ex empleados y atender sus demandas, explicando además un poco de como fueron usados y traicionados por los gobiernos de Acción Nacional.

    Es un asunto muy lamentable este tema, es de estos temas que se heredaron de la política neoliberal y de corrupción (…) Cuando privatizaron todo, cometieron muchas injusticias”, dijo.

    No te pierdas:

  • El Mejor Cartón del Día: usar un iPhone no te hace neoliberal

    El Mejor Cartón del Día: usar un iPhone no te hace neoliberal

    El perro tuitazo de hoy es extraído del Twitter del periodista Jorge Armando Rocha, quien expone como el Reforma llamó “neoliberal” a AMLO solo porqué fue visto usando un iPhone, para comunicarse con mandatarias y mandatarios estatales tras el sismo.

    Rocha explicó breve y claramente de lo que trata el neoliberalismo en realidad, el cual consiste en privatizar servicios públicos, desincorporar vienes estatales y venderlos a privados, osea, lo que hacían tanto el PRI y PAN en el pasado.

  • Neoliberalismo y reformas constitucionales

    Neoliberalismo y reformas constitucionales

    “… secuestraron al Estado y lo pusieron al servicio de una política económica que beneficia a minorías. Esto obedeció en buena medida a los compromisos que se hacían con gobiernos y con organismos financieros internacionales; entonces, arreglaron todo el marco jurídico para beneficio de una minoría, en contra de la mayoría del pueblo…”

    AMLO en la Conferencia Matutina del 4 de agosto de 2022.

    El espacio de las conferencias matutinas del presidente es hoy por hoy el único canal mediante el cual la población puede informarse, de primera mano, acerca de los principales temas de la agenda nacional. Esto ocurre no por que los mexicanos identificados con el cambio y la transformación creamos a pie juntillas en lo que presenciamos de lunes a viernes, sino porque efectivamente López Obrador ha sabido demostrar que al recurrir a Las mañaneras encontramos explicaciones claras, muchas veces sencillas, que no elementales, acerca del acontecer nacional, sus raíces en los sexenios neoliberales, así como la contextualización histórica de esos hechos.

    En el marco de las reformas constitucionales que se han promovido durante el gobierno de la 4T y de las que están pendientes, el presidente ha referido que los gobiernos neoliberales armaron todo un entramado jurídico, legal, institucional para que le diera soporte, aunque fuera solamente de manera formal a la “legalidad” impuesta a la mayoría en favor de un reducido grupo privilegiado.

    En la conferencia del pasado jueves 4 de agosto fue más allá de las alusiones o referencias a ese estatus quo legal pero injusto, inequitativo, abusivo y autoritario al presentar en la pantalla 16 de las principales reformas constitucionales aprobadas en el Congreso de la Unión por las fracciones de los partidos Acción Nacional y Revolucionario Institucional y, en el caso de la firma del “pacto por México”, también por el de la Revolución Democrática. Afirmó que lo hacía para que se comprendieran muchas cosases pedagógico, sobre todo para los jóvenes… (ellos) no supieron de las reformas a la Constitución que se hicieron en la época de Salinas o en la de Zedillo. 

    El contenido de la presentación relativa a las reformas fue tomado del libro de la propia autoría de AMLO, Hacia una economía moral1, y ofrece detalles de 20 reformas a la Constitución, aunque en la conferencia solamente se refirió a 16 de ellas. Cabe mencionar que son más de 130 las realizadas en los sexenios anteriores; sin embargo, la rápida y breve revisión facilita la comprensión del andamiaje o marco legal de las reformas que dieron sustento a la implantación del neoliberalismo en México. Hagamos una revisión de algunos aspectos en los que conviene poner atención.

    Las reformas de referencia fueron aprobadas, de acuerdo con sus facultades, en al menos una de las dos cámaras del Congreso de la Unión, por los legisladores del PAN y del PRI de los años 1989 al 2013 inclusive, es decir desde el sexenio de Carlos Salinas de Gortari hasta inicios del periodo de Enrique Peña Nieto. 

    Comprenden reformas que van desde la venta de empresas públicas, la privatización del ejido, las concesiones de tierras para la explotación minera hasta por 50 años en más del 45 por ciento del territorio nacional y exentas de impuestos, permisos a empresas privadas para la generación y venta de energía eléctrica en detrimento de las funciones propias de la CFE, la gratuidad de la educación pública solo a nivel de educación básica, aumento del IVA de 10 al 15 y después al 16 por ciento, privatización de los ferrocarriles nacionales, entrega de los Sistemas de Ahorro para el Retiro a financieras nacionales y extranjeras. 

    Aprobación del Fondo Bancario de Protección al Ahorro (Fobaproa), reformas a la Ley del Impuesto Sobre la Renta para conceder a las grandes corporaciones el diferimiento del pago de sus contribuciones, creación del Impuesto Empresarial a Tasa Única y el impuesto del 2% por ciento sobre depósitos que después se incrementó al 3%. 

    Ley de Petróleos Mexicanos para dar lugar a contratos incentivados a empresas privadas nacionales y extranjeras para la explotación exclusiva de petróleo y hasta por 25 años mediante la asignación de áreas o bloques del territorio nacional, reforma energética para entregar el 20% del potencial petrolero a empresas nacionales y extranjeras y aumentar la participación privada en la generación de energía eléctrica.

    En principio el “Pacto por México” suscrito por PAN, PRI y PRD no requirió de cambios a nuestra Carta Magna, pero originó privatizaciones en los sectores energético, educativo, seguridad social y comunicaciones, así como reformas en materia fiscal, laboral y hacendaria todas en favor de la clase dominante.

    Aprobación de reformas en materia de telecomunicaciones realizadas a los artículos 6, 7, 27, 28, 73, 78, 98 y 105. Estas modificaciones garantizan los derechos de las empresas, no así los de la ciudadanía, al aprobar la censura previa violan el derecho a la privacidad. Se nulificó el derecho de las audiencias, se eliminó la facultad de la Segob para supervisar contenidos y velar por los derechos constitucionales. Se omitieron derechos a las audiencias infantiles. 

    Reforma hacendaria que significó cobrar más impuestos a la mayoría de los contribuyentes, manteniendo los privilegios fiscales de las grandes empresas y los bancos. Se le otorgan al Ejecutivo facultades para ejercer un poder determinante en la política tributaria. Los cambios en el Artículo 39 del Código Fiscal de la Federación lo habilita para “condonar o eximir, total o parcialmente, el pago de las contribuciones y sus accesorios” y para “conceder subsidios y estímulos fiscales”.

    Sin embargo, el listado de las reformas que dieron sustento al neoliberalismo en nuestro país es mucho más amplio. Rodrigo Huerta Merodio en el texto citado al final de este artículo, analiza las reformas estructurales realizadas durante el neoliberalismo a la par de elaborar un listado cronológico de 117, a lo largo de los periodos de gobierno de Salinas (16), Zedillo (18), Fox (17), Calderón (38) y Peña (28), la mayoría aprobadas por los legisladores sin cambio alguno. Cabe referir algunas generalidades destacadas de cada uno de estos sexenios.

    Debido a que como lo señala Huerta Merodio las reformas llevadas a cabo durante el periodo de Carlos Salinas “fueron lesivas para la independencia, soberanía e integridad de la Nación Mexicana”, resulta ser un auténtico traidor a la patria en los términos del artículo 123 del Código Penal Federal, ya que “trabajó en beneficio de sus socios extranjeros y en detrimento del desarrollo nacional. Se realizaron 16 promulgaciones de reformas a la Carta Magna modificando 55 artículos. No por nada se le identifica como “el padre de la desigualdad moderna”. 

    No menos daño causó la política privatizadora en diversos ámbitos de la economía nacional por parte de Ernesto Zedillo. Y es que hubo mucho más que el Fobaproa en este sexenio. Se puso a disposición de los grandes capitales áreas estratégicas para la seguridad estatal, cuya apertura al capital privado, nacional y extranjero colocó a México en situación vulnerable. Se promulgaron 18 reformas, modificando 77 artículos. Ferrocarriles, comunicaciones vía satélite, puertos, aeropuertos, concesiones mineras, producción de energía, exploración petrolera y gas, sistemas de agua, limpia, aguas residuales, así como el oneroso rescate a la banca privada, aerolíneas, ingenios azucareros y de carreteras, entre otros. 

    Calificado en su momento como el líder de “la transición democrática”, Vicente Fox presidió “un cambio para que todo siguiera igual”. Durante este gobierno se le dio continuidad al modelo neoliberal iniciado años antes. El cambio de gobierno con un partido distinto al PRI resultó solamente un cambio cosmético, conocido como gatopardismo. Durante este sexenio se realizaron 17 promulgaciones de reformas. Se focalizó el beneficio de los negocios particulares, legales e ilegales, al amparo del poder público. Saneamiento público de los ingenios privados para después ser devueltos a sus dueños anteriores. Concesiones mineras en más de 30 millones de hectáreas. Se otorgaron permisos a empresas de energía nacionales y extranjeras, como las españolas Iberdrola y Unión Fenosa. Fox se esforzó en justificar la privatización del sector eléctrico. En petróleo la más beneficiada fue Halliburton, empresa que como lo afirma Huerta Merodio tiene entre sus accionistas a George W. Bush y Dick Cheney. Se continuó el proceso de privatización de la banca nacional. Ya en esta administración Genaro García Luna fue responsable de la Agencia Federal de Investigación.

    El segundo sexenio panista, ahora a cargo de Felipe Calderón, realizó 38 reformas a la Carta Magna. Llama la atención la sincronía en la continuidad del periodo neoliberal como lo prueba por ejemplo las modificaciones dirigidas a la privatización de la electricidad y los hidrocarburos. Al amparo del poder público Calderón se dedicó a hacer negocios. Huerta refiere las 8,414 concesiones mineras en más de 21 millones de hectáreas que sumadas a las ya otorgadas en otros sexenios abarcan la cuarta parte del país. Declaró la extinción de Luz y Fuerza del Centro, empresa importante en la generación y distribución de electricidad, para impedir que su sindicato fuerte se opusiera a las medidas que en materia de energía se produjeron. Iniciativas para reformar el sector energético abriéndolo a la participación privada en las actividades más rentables de la industria. García Luna ya es secretario de Seguridad Pública Federal.  

    Finalmente, durante los seis años de Enrique Peña Nieto se realizaron 58 modificaciones a la constitución, 81 a leyes secundarias. La reforma energética, enviada ya teniendo el respaldo del “Pacto por México, abrió el sector beneficiando a petroleras como Exxon Mobil, Chevron, Shell y BP. Huerta Merodio afirma que desde finales de 2014 hasta 2018 se concesionaron alrededor de 200 millones de km2, o sea la cuarta parte del Golfo de México, a 31 empresas extranjeras. Agreguemos las reformas: educativa, laboral, político-electoral, telecomunicaciones, entre otras. 

    El modelo neoliberal aplicado a plenitud. Los múltiples reconocimientos del establishment internacional a expresidentes mexicanos que hicieron toda clase de promesas desde hacer de México “un país del primer mundo”, generar “los empleos necesarios” y aplicar las “reformas estructurales” por el bien de México, tienen detrás al capitalismo depredador de bienes y recursos comunitarios, a la acumulación inconmensurable de riquezas, a redes de poder sustentadas en la corrupción en múltiples variantes y a la depauperización creciente de millones de mexicanos. 

    Ahora entendemos un poco más las poderosas razones de la narrativa opositora que se vale de todo, incluyendo el insulto, la difamación y la mentira, ante las afectaciones que con cada logro y avance en dirección del cambio reciben sus intereses. El triunfo y la permanencia de un gobierno que puso freno a la maquinaria neoliberal mantiene en riesgo la continuidad del dominio oligárquico. Por ello, el estudio del Consejo Coordinador Empresarial califica a este gobierno como el “sexenio perdido”. Y si lo ha sido, para los privilegiados. 

    La rápida revisión del entramado neoliberal nos da idea de la magnitud de las estructuras cimentadas durante los más recientes sexenios de gobiernos del PRI y del PAN. Ante el tamaño de todo ello, sobreponer la transformación y el cambio ha sido una tarea que efectivamente ha requerido más de 16 horas de trabajo cotidiano. Contar además con un proyecto bien estructurado que representa realmente una alternativa. El liderazgo de nuestro presidente y de su equipo ha sido consustancial al tamaño del reto enfrentado y por enfrentar. Sin embargo, tendrá que fortalecerse la transformación en los años venideros.

    Nuestra historia muestra que cada una de las tres transformaciones históricas, ocurridas en nuestra historia, ha producido su propio marco jurídico. En cada caso una nueva constitución ha sustentado precisamente el cambio. El Dr. Enrique Dussel, titular de la secretaría nacional de Educación, Formación y Capacitación Política de Morena afirma que el Constituyente para la 4T es una tarea que sin duda deberá llevarse a cabo. Ejemplos latinoamericanos muestran que los gobiernos progresistas han generado un nuevo marco jurídico, tales son los casos de Bolivia, Ecuador y Chile.

    El presidente López Obrador ha comentado: “… nosotros teníamos dos posibilidades: convocar a un nuevo Constituyente para hacer una nueva Constitución o hacer reformas que considerábamos básicas para avanzar en la transformación. Optamos por lo segundo, por hacer reformas, vamos a decir, estratégicas a la Constitución y ya lo logramos, nos faltan dos o tres que van a estar ya muy complicadas de aprobación, no van a ser fácil, de ser aprobadas…”. 

    La próxima semana mi artículo ofrecerá información acerca de algunas de las más importantes reformas promovidas por el gobierno de la Cuarta Transformación. 

    Si deseas ver el segmento en el que el presidente AMLO se refirió a las reformas constitucionales en tiempos del neoliberalismo puedes revisar los minutos del 1:57:00 al 2:14:35 en el siguiente enlace: https://lopezobrador.org.mx/2022/08/04/version-estenografica-de-la-conferencia-de-prensa-matutina-del-presidente-andres-manuel-lopez-obrador-786/ 

    • 1López Obrador, Andrés Manuel. Hacia una economía moral. Prólogo de Enrique Galván Ochoa, editorial Planeta. México 2019. Pp. 190.
    • Huerta Merodio, Rodrigo. El neoliberalismo en México a la luz de las reformas legales. Tangalan. Impreso en Middletown, DE. EUA. Pp. 135.
  • Las Reformas del PRIAN que nos costarán toda la vida

    Las Reformas del PRIAN que nos costarán toda la vida

    El neoliberalismo no sólo distrajo nuestra vista a un televisor, mientras los del cuello blanco se metían los fajos en sus bolsillos, ajustando el marco legal a su favor y al mismo tiempo callaban a los que levantaban la voz, dejando a su lado millones de pobres, saqueos al país y un aventón de la ventana más alta de un edificio a todos los jóvenes mexicanos. ¿Qué hicieron? Y ¿cómo lo hicieron? 

    Miles de millones de pesos destinaban a la publicidad para que les echaran flores, y también impulsaron programas televisivos que sólo adormilaban a los espectadores, inyectándoles miedo y distrayéndolos de lo que acontecía en el país; un claro ejemplo fue lo del chupacabras.

    Desde 1990 el PRI, PAN y sus demás cómplices impulsaron una serie de reformas a las cuales AMLO ha cuestionado ¿cuál de ellas benefició a los mexicanos? Y notoriamente no ha sido ninguna; llegaron a convertir nuestra Constitución en una de las más reformadas de todo el mundo, y todo a favor de los intereses particulares a costa de los públicos. 

    Unas de las muchas maniobras y de las reformas-saqueo, como les nombré, son: 

    •  En 1990 entregaron bancos que eran de la nación.
    •  En 1992 el PRIAN ajustó la “ley minera” en la cual concesionaban a particulares el oro, plata y cobre, sin cobrarles el impuesto sobre la extracción de minerales (cabe resaltar que los empezaron a pagar cuando entró AMLO), y que fue la explotación de minerales más grande de la historia mexicana. De tal modo que en 36 años concesionaron el 45% del territorio nacional.
    • Durante 1992, PRIAN aprobó una ley secundaria para que empresas, en su mayoría extrajeras, produjeran energía eléctrica, convirtiendo al gobierno dependiente de ellas, y comprando a precios elevados; además, muchas de estas empresas recibían dinero del gobierno cuando estas no debieron. 
    • En 1993, el PRIAN reformó para convertir la educación en un negocio, ya que solo sería gratuito el nivel básico (primaria y secundaria), dejando de un lado a manos de particulares el negocio de los niveles medio-superior y superior.
    • 1995 privatizaron y vendieron (a empresas nacionales y extranjeras) los Ferrocarriles Nacionales de México.
    • 1998 fue una de sus grandes jugadas, con el llamado “FOBAPROA”, en donde convirtieron la deuda de empresarios y bancos en pública, es decir la deuda privada en pública, implicando que la tengamos que pagar los ciudadanos por varias generaciones. Rebasando el billón 200 000 millones de pesos.
    • 2012 el PRIAN aprobó la reforma laboral, eliminando los derechos de los trabajadores; subcontratándolos, sin prestaciones sociales y con un salario pesimista.

    En evidente queda que aquellos que se oponen a la 4T, incluyendo desde políticos, televisoras como Televisa hasta ex presidentes como Felipe Calderón, no son nada más que teatreros, hipócritas e irónicamente contradictorios, ya que sus hechos cometidos muestran lo contrario. López Obrador ha impulsado contra-reformas, cuyo objetivo es fortalecer a la nación, hacerla más independiente y lograr más progresos; entre las presentadas figuran tales como: la reforma eléctrica, reforma electoral, y la integración de la Guardia Nacional a Sedena.  Sin embargo, muchos de los diputados del PRIAN no votan a favor de reformas, e inclusive han salido a agredir verbalmente a ciudadanos que salen a apoyar estas contra- reformas (que sí beneficiarían a México) promovidas por López Obrador.