Miles de argentinos se movilizan en Plaza de Mayo para rechazar cambios laborales que limitan derechos. La CGT advierte sobre un paro nacional.
El jueves, Buenos Aires se convirtió en el escenario de una significativa manifestación. Miles de personas, convocadas por la Confederación General del Trabajo (CGT), salieron a las calles para expresar su rechazo a la reforma laboral propuesta por el presidente Javier Milei.
Los manifestantes se congregaron frente a la Casa Rosada, en la icónica Plaza de Mayo. La reforma, que limita el derecho a huelga y reduce las indemnizaciones, ha generado un profundo descontento, pues los sindicatos advierten que la iniciativa busca debilitar la unidad entre los trabajadores. “Esta reforma hace que los compañeros compitan entre sí”, criticó Julio Barroso, un delegado gremial de 51 años.
La propuesta se encuentra actualmente en discusión en el Senado, y la CGT argumenta que los cambios, que permiten jornadas laborales de 12 horas, son inaceptables. “No hay paz sin pan ni trabajo”, rezaban los carteles en la marcha, reflejando la preocupación de quienes temen perder sus derechos laborales.
Desde el gobierno, presentan la reforma como una forma de dinamizar el mercado laboral. Por su parte, el secretario de Trabajo, Julio Cordero, aseguró que la actual legislación paraliza las contrataciones y que los cambios permitirán aumentar la formalidad en el empleo. Sin embargo, algunos trabajadores como Pablo Ríos, de 44 años, sienten que la reforma beneficia a los empresarios. “Esto solo favorece a quienes manejan las empresas”, señaló.
La CGT, mayor organización sindical del país, ha liderado esta protesta, sumando apoyos de sindicatos que han realizado paros rotativos. Algunos grupos enfrentan obstáculos, ya que la policía impide el ingreso de autobuses que traen manifestantes. Esta medida se ve como un intento de reducir la participación en la protesta.
La tensión en el aire es palpable. Los trabajadores se movilizan por sus derechos, mientras el futuro del empleo en Argentina pende de un hilo. La próxima semana podría marcar una nueva etapa en esta lucha si el gobierno continúa avanzando con sus propuestas.














