Etiqueta: René González

  • Historias de Apodaca, 1era Parte

    Historias de Apodaca, 1era Parte

    Los pueblos originarios. 

    Desde hace más de dos milenios todo el territorio de nuestro Nuevo León formó parte de una extensa área cultural que hoy conocemos como Aridoamérica.  Aquí vivieron durante siglos, cientos de pueblos que basaron su vida en la caza y la recolección de los recursos naturales que podían obtener del desierto y las montañas. Para ellos, el agua también era un tesoro y siempre procuraron asentarse en torno a sus fuentes. 

    En este Nuevo León ancestral coexistieron pueblos que fueron cazadores y guerreros de los que aún guardamos memoria de su nombre como son: Alazapas, Pelones, Catunajes, Guachiles, Gualeguas y Gualagüises.  Precisamente en este municipio de Apodaca aún se mantiene el nombre de Huinalá que corresponde precisamente a unos de estos milenarios pueblos. Hoy sabemos que, así como uno de nuestros equipos de futbol, existió un pueblo que precisamente fueron conocidos como “Rayados” por la forma que tenía para distinguirse de otras tribus pintado su cuerpo con rayas blancas y negras. 

    Muchos de estos pueblos fueron esclavizados al establecer las primeras minas de la región, otros, un poco más afortunados terminaron asimilados al resto de la población que aquí se asentó acompañando a los colonizadores, ya fueran tlaxcaltecas, mulatos o mestizos. Por eso ya no conocemos sus lenguas o las formas propias que tuvieron para ver al mundo. 

    Pero hoy, Apocada y todo Nuevo León es el hogar de integrantes de casi todos los pueblos indígenas de México que han encontrado en esta tierra las oportunidades para salir adelante ellos mismos, sus familias y todas las regiones de México con las cuales siguen manteniendo fuertes lazos culturales enriqueciendo nuestra vida comunitaria.

    De la Estancia de Castaños a la Hacienda de San Francisco.

    A finales del siglo XVI, consolidada la colonización del centro de México, y luego de la tortuosa expedición de Alvar Núñez Cabeza de Vaca que alcanzó por primera vez este territorio; se sumaron los esfuerzos de los colonizadores europeos por ocupar el noreste de la Sierra Madre a nombre de la Corona española.  

    Proveniente de la villa de Saltillo, el militar de origen portugués Alberto de Canto, reportó las primeras incursiones a lo que llamarían Valle de Extremadura en torno al río y los ojos de agua, donde fundaría una efímera villa en honor a Santa Lucia. Pero su búsqueda de riquezas minerales para explotar lo hizo avanzar hacia el oriente para llegar a las minas que consagró en honor a San Gregorio.

    Cinco años después otro militar de origen portugués, Luis de Carvajal y de la Cueva, es quien llega con una capitulación expedida por Felipe II para ser el gobernador del llamado Nuevo Reino de León, volviendo a fundar una villa en este valle con el nombre de San Luis Rey de Francia en 1582.  Y es precisamente uno de los integrantes de su expedición y su alcalde mayor, Gastar Castaño de Sosa, quien recibe la merced de un ojo de agua para establecer la Estancia de Castaños en 1585. Este asentamiento fue importante desde su origen porque justo estaba en el camino a las minas de Cerralvo.

    Los pleitos entre colonizadores europeos y su afán de seguir extendiéndose, provocó que estos asentamientos fueran de nuevo abandonados hasta la tercera y definitiva fundación de la ciudad de Monterrey por Diego de Montemayor en 1896, quien reclamó las mercedes abandonadas por los primeros fundadores. Así es como estas nuevas autoridades reclamaron la Estancia de Castaños a tres leguas de la capital del Nuevo Reino de León. 

    Es en este contexto, que el regidor y alcalde ordinario de Monterrey, José de Treviño le cambia el nombre por Hacienda de San Francisco en 1610, al pagar por ella 4 mil pesos y recibir la tierra, el agua e incluso los indígenas que ahí vivían. 

    Este asentamiento es el origen de nuestro actual municipio que se extendió a partir de sus primeras seis comunidades:  las haciendas de San Juan de Mezquital, la de San Miguel, Santa Rosa y los pueblos de Huinalá, Agua Fría y Encarnación o la Chona. Todo ello es el día de hoy la fuente profunda de este pueblo- ciudad conocido ya como Apodaca.

    (Continuará…)

  • Siguiendo los pasos de José Revueltas en Nuevo León

    Siguiendo los pasos de José Revueltas en Nuevo León

    José Revueltas viajó a caballo desde Sabinas Hidalgo hasta Estación Camarón en el norte de Nuevo León durante la primavera de 1934 para organizar una huelga de peones agrícolas, cuentan algunas fuentes, y él mismo recupera este episodio en las memorias que comenzó a escribir en los años setenta y que nunca terminó bajo el título de Las evocaciones requeridas.

    Sólo tenía 19 años, pero Revueltas ya era un aguerrido militante y ex preso político -con antecedentes en las Islas Marías-. Con un toque literario las fuentes dicen que el joven Revueltas galopaba con el cabello largo y negro ondeando en el viento hacia su destino para organizar una insólita insurrección agraria. Aunque en realidad el cabello largo lo utilizó al lado de sus incomparables lentes en sus últimos años de vida cuando era una especie de fantasma viviente, compañero bohemio e ideólogo de los estudiantes de la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM en el contexto del movimiento de 1968.

    En la primavera de 1934, año en que José Revueltas tuvo aquella incursión primero en Sabinas Hidalgo y luego en Camarón Nuevo León, México se incendiaba con el segundo levantamiento cristero, mientras todavía faltaban meses para que en diciembre asumiera el poder el General Lázaro Cárdenas del Río, en tanto el mundo se conmovía por comienzo de “La larga marcha China”, y la URSS adoptaba el “realismo socialista”.

    Hoy, de la Estación Camarón quedan únicamente vestigios y un nombre novelesco con tufo costero en medio de Aridoamérica para una garita ubicada entre los desérticos y hostiles caminos hacia Nuevo Laredo por un lado, o bien para andar hacia la milimétrica frontera con Estados Unidos que dejaron los liberales a Nuevo León para cercar los afanes anexionistas de algunos portavoces del conservadurismo del siglo XIX. Hasta allá llegó el inquietísimo militante Pepe con el sueño ferviente de desatar un levantamiento de los de abajo, que irradiara desde el norte para edificar una sociedad nueva.

    En Las evocaciones escribe José Revueltas: “El norte es tierra blancuzca e hiriente. Llanuras y desiertos todavía sin domar: ariscos, poblados de matojos y chaparros, de dolorosos cactus que martirizan, torturan la carne, casi símbolo de toda la tierra mexicana, india y dolida. El horizonte reverbera atravesado por los rayos de un sol impune, rojo como una bola de fuego”.

    Desde Sabinas Hidalgo y después desde Camarón, Revueltas escribe algunas cartas a su familia, haciendo un recuento literario del periplo, sin decir de sus afanes militantes: “Y así, como una grata sorpresa, se encuentra de pronto a Sabinas Hidalgo, Pueblecillo sin pretensiones. Tiernamente acurrucado, dulce.”

    Continua su reseña: “Los domingos, kermeses donde los jóvenes rompen huevos de sorpresas en las cabelleras de las damiselas, empolvándolas o policromándolas de confeti. Fiestas provincianas con música de viento. Bodas indisolubles con asistencia de todos los parientes y amigos, que son la mitad del pueblo”.

    Revueltas está alegre en Sabinas, de dónde en sus narraciones había contado que “las muchachitas eran muy lindas”, pero el rayo de la revolución lo guía a su nuevo destino.

    El 16 de marzo de 1935 escribe ya desde Camarón: “Querida madre, hermanas, etcétera: Desde ayer me encuentro en este lugar. Tuve que salir violentamente de Sabinas Hidalgo, donde me encontraba”. Y después les informa: “La noticia de una huelga en Camarón vino a sacarme de los idilios “sabinescos”, y salí volando para este lugar. Aunque creo que no les interese demasiado, el movimiento revolucionario es formidable. No hay descanso. Se nos avecinan cosas soberbias. Todo esto me hace estar encantado de haber nacido. Pienso no regresar a México después de que no hayamos hecho algo realmente de provecho en toda la región”.

    La insurrección fracasa, José Revueltas es detenido y su siguiente texto se denominará “Hacia las Islas Marías, en las cárceles del Norte”.

    La revista Defensa Roja dedica un número a José Revueltas en protesta por su detención y deportación a las Islas Marías. Lo describe así: “José Revueltas cumplió 19 años el 20 de noviembre, y tiene ya toda una historia revolucionaria (…) Ha dirigido numerosos conflictos de huelga: Camioneros de Tacuba, Vidrieros, C. de Peralvillo-Cozumel. Y finalmente la de los obreros agrícolas de Camarón, N. L., en donde se le aprendió y deportó a las Islas Marías con cuatro compañeros, después de más de dos meses de secuestro. Allí, como lo demás (sic), es obligado a trabajos forzados, sufre paludismo y las mil miserias de aquel penal, donde son peor tratados que los presos comunes”.

    La publicación se acompaña de dos fotos de José Revueltas a los 3 y 10 años de edad. De esta travesía de Camarón y su nueva estancia en las Islas Marías, surgen las motivaciones literarias del escritor para escribir su primera gran y fascinante novela Los muros de agua. 

    Casi un siglo después José Revueltas es para nosotros un símbolo de la perseverancia y la resistencia, un santo laico y patrono de las causas difíciles -pero necesarias- para abrevar de los caminos de la historia subterránea de las transformaciones. Escribió José Emilio Pacheco sobre él:

    “Ser escritor, militante y teórico son actividades que por sí solas convocan a menudo a la arrogancia, actitud desconocida en Revueltas que reunió las tres en su persona. (…) Nunca se hablará lo suficiente de su digna humildad que lo llevará a ser estudiante perpetuo, en contraste con nuestra generalizada pereza cultural; o de la magnanimidad con que daba lo mismo su tiempo que el libro penosamente adquirido o el escaso dinero que tenía en manos”.

    En nuestros días de esperanza y motivos para sonreír, en fechas que siempre nos traen las explicaciones requeridas de la justa dimensión para nuestro trasiego, independientemente de donde nos ubiquemos, en que tiempo, lugar, ciudad, rincón, región o espacio, como aquel Revueltas que cruzó el desierto con la firme idea de un levantamiento de los obreros agrícolas de Camarón, Nuevo León; nunca debe ser perene la chispa en los ojos, que miran de frente, quizá a veces erróneos o despreciados, pero siempre auténticos y conectados con el galopar del corazón encendido en llamas por la interminable búsqueda del bien común.

  • Por Esto!

    Por Esto!

    El camino del periodismo crítico en México ha sido forjado por la honestidad valiente de mujeres y hombres libres y patrióticos, que se han entregado con ética y convicciones a la función social de la comunicación. En un país tradicionalmente dominado por mafias de poder -que en las etapas del autoritarismo priista y el neoliberalismo tuvieron su gran auge y se expandieron favorecidos por la impunidad y el influyentismo que gozaban-, desplegar la empresa de construir un medio alternativo ha sido una verdadera hazaña. Además, eran los tiempos en que no había redes sociales y la información era monopolizada por los dueños de los medios convencionales y sus familias, que vivían de la adicción a los privilegios que les brindaba el gobernante en turno, y a los contubernios para hacer de la noticia también un negocio. 

    La premisa desde el poder era la insoportable disyuntiva de cooptar o callar a los periodistas. En aquel México del último tercio del siglo XX, cuando el PRI- gobierno se desvió de sus orígenes revolucionarios, surge la contribución de Mario Renato Menéndez, un periodista ejemplar, que hoy desde la labor de su trinchera tiene un lugar como uno de los grandes precursores de la democracia en nuestro país. 

    Las revistas Por qué? y Por Esto! fundadas por Mario Menéndez son ya una fuente esencial para comprender el México contemporáneo, pues en sus diversos formatos y épocas de diario y semanario, irrumpieron para que el periodismo de investigación, la búsqueda de la veracidad, la crítica al sistema, y una mirada social e independiente de la vida política y pública tomaran sentido, y los ciudadanos de a pie pudieran encontrar y hurgar en realidades que la mayoría de los medios callaban, minimizaban, censuraban o de plano tergiversaban. 

    La comprensión de los fenómenos sociales es multívoca, pero en un contexto donde las cadenas informativas yacían totalmente subordinadas a las elites de poder, la labor editorial de Menéndez no fue menor, pues se podían contar con los dedos de una mano los proyectos para dar voz a los sin voz, que en los años sesenta, ochenta y noventa principalmente realizó el periodista yucateco, sorteando todas las inclemencias administrativas, políticas, económicas y culturales a las que se enfrentó sin claudicar a sus principios y añoranzas.

    Desde Porqué? bajo la dirección de “don Mario”, como le llamaban sus colegas, significó la única ventana que dio a conocer de manera más detallada la cruenta represión a los estudiantes el 2 de octubre de 1968, por parte del régimen priista; asimismo, dio a conocer la aparición de la Asociación Cívica Nacional Revolucionaria de Genaro Vázquez, y del Partido de los Pobres de Lucio Cabañas que clamaban justicia para los pobres en Guerrero en la década de los setenta. 

    Preso político en Lecumberri, del que se cuenta fue liberado por la misma guerrilla popular, y después exiliado, Menéndez abrevó de cada lección de vida para consolidar un equipo de periodistas y colaboradores del gremio que arriesgaron su vida por el noble oficio de hacer saber la verdad, y evidenciar los abusos del poder a los ojos del pueblo trabajador. 

    Me formé a la izquierda desde 1988 por la historia (hoy lo sé) de honestidad valiente de Mario Renato Menéndez, periodista y cronista de la reinserción del pueblo de México -y de las luchas sociales de la Patria más grande-, en su propia historia. 

    En lo personal gracias a él, y a la revista Por Esto! que compraba con devoción casi religiosa en 1988, cada semana, en el puesto de periódicos del Mercado Moctezuma, pude saber que desde el sureste se cocinaba la esperanza con un gigante llamado Andrés Manuel López Obrador…

    Nuestro más profundo pésame a la familia de Mario Renato que partió este lunes 15 de abril; el pueblo de México encontrará en su obra desde el periodismo una fuente para comprender y luchar por el cambio social. Hasta la victoria siempre.

  • La Transformación de México en el espejo de Ecuador

    La Transformación de México en el espejo de Ecuador

    En la Conferencia Mañanera del pasado 3 de abril, un comentario del Presidente López Obrador provocó la furia del actual gobierno de derecha del Ecuador. Tomando el caso de sus últimas elecciones extraordinarias como un ejemplo elocuente de lo que sucede cuando confabulan los poderes mediáticos, el crimen organizado y los intereses de las oligarquías.

    El Presidente de México describió el atentando que 11 días antes del día de la votación, quitó la vida a unos de los candidatos presidenciales en medio de una criminalidad en aumento en aquella nación andina. Este magnicidio en pleno proceso electoral significó que la candidata de las fuerzas progresistas fuera rebasada por el candidato de la derecha, luego de una campaña insidiosa en redes sociales sugiriendo que había sido la izquierda quien había ordenado este crimen. 

    En Ecuador se pudo constatar una campaña de abiertas mentiras que estaba en consonancia con el amarillismo de los medios de comunicación hegemónicos quienes azuzaron el miedo y la zozobra entre los electores ecuatorianos. Tomando a la delincuencia organizada como el principal desafío para un gobierno que tiene el encargo de completar un periodo de 18 meses, se impuso el discurso de mano dura que pregonaba el empresario bananero nacido en Miami, Daniel Noboa.

    Cuando AMLO hizo referencia a estos hechos, sin mencionar ningún nombre o fuerza política ecuatoriana, mandaba un mensaje a los grupos de intereses y a los medios de desinformación en México, quienes, frente a su evidente declive, pudieran optar por profundizar las estrategias de abierta desestabilización y guerra judicial (lawfare) como sugieren los amagos mediáticos para invalidar la próxima elección presidencial o seguir azuzando la violencia. 

    Un día después, el gobierno conservador de Ecuador, alineado plenamente a los intereses de Estados Unidos, acuso a AMLO de intervencionismo y anunció la expulsión de la embajadora mexicana Raquel Serur. Lo que pocos repararon en ese momento, es que el verdadero motivo de la molestia que ya existía entre las autoridades ecuatorianas, es que, en la sede diplomática mexicana en Quito, ya se hallaba alojado y solicitando asilo diplomático, el ex vicepresidente Jorge Glas desde diciembre de 2023.

    El Gobierno de México haciendo honor a su larga historia de protección a los perseguidos políticos, anunció que al mismo tiempo que se retiraba a la embajadora, se otorgaba la condición de asilado a Glas, quien era objeto de una abierta campaña de estigmatización y criminalización, similar a la que obligo a exiliarse en Bélgica al expresidente Rafael Correa. Esa fue la decisión que hizo al gobierno fascista de Noboa romper toda la legalidad internacional imponiendo un cerco militar que dio paso a la incursión criminal del 6 de abril en nuestra sede diplomática para secuestrar a un asilado bajo resguardo de México.   Menos de una semana después, la condena mundial a este acto es unánime. Muchas serán las implicaciones de romper el orden internacional sobre las relaciones diplomáticas entre países soberanos. 

    Pero no olvidemos la advertencia que el Presidente quiso dar a todos los mexicanos cuando evoco la crisis social y política que provocaron los poderes facticos en este país hermano. La restauración autoritaria que se vive en Ecuador desde 2017 corresponde a la traición dentro del mismo Movimiento Revolución Ciudadana de quienes apoyaron a Lenin Moreno en su disputa con el correimos.  Ese momento sirvió para que las fuerzas conservadoras se reagruparan en contra del proyecto progresista que encabezo el presidente Rafael Correa durante una década en el gobierno. 

    No hay ninguna duda que las hondas relaciones entre los pueblos de México y Ecuador se restaurarán. Tenemos y admiramos los ejemplos de ecuatorianos que vivieron, pensaron y lucharon por las mejores causas del pueblo de México como Vicente Rocafuerte amigo del Padre Mier y primer historiador de la independencia en contra de Agustín de Iturbide; o el intelectual crítico Bolívar Echeverría nacionalizado mexicano, uno de los principales pensadores marxistas del mundo.

    El gobierno fascista de Daniel Noboa se ha atrevido a ir más allá, rompiendo el frágil orden mundial que impide que las diferencias se diriman por la fuerza entre las naciones. El contraste con el gobierno de Andrés Manuel López Obrador es evidente: el régimen de Ecuador ya es referente para la reacción conservadora que aspira a criminalizar las demandas sociales, vendiendo la ilusión de la seguridad bajo regímenes de excepción; en cambio AMLO, tan solo defendiendo la dignidad y la soberanía de nuestra patria vuelve a ser un referente de una verdadera transformación cuando se enarbolan y nunca se traicionan las causas del pueblo. 

    Nuestra aldeana y vanidosa reacción mexicana, como los llamaba José Martí, apenas está asimilando la dimensión histórica que para las luchas de liberación de Nuestra América sigue adquiriendo el de Tepetipán, Mascupana Tabasco; porque el indio macuspano que ellos desprecian, ya no solo es un referente de dignidad para los mexicanos. Hoy la causa de México es la lucha de la razón y el derecho en contra de todas las formas de violencia ejercida para mantener el poder de las minorías rapaces.   

  • La pedagogía política de AMLO para librar la censura (2da Parte)

    La pedagogía política de AMLO para librar la censura (2da Parte)

    Siendo Francisco I, Madero el iniciador de la Revolución, hijo de un hacendado y nieto de un gobernador; quien se hizo sensible a la situación política de México estudiando en universidades norteamericanas, pasando a promover la sucesión presidencial hasta que la cerrazón del régimen lo llevó a llamar a las armas a todos los mexicanos, propiciando en menos de seis meses la caída del dictador Porfirio Díaz. Su inquebrantable fe en la democracia hace que hoy sea considerado un apóstol de la lucha política por la que fue ejecutado.

    Siendo Emiliano Zapata el dirigente campesino por definición, formado por la cultura profunda de los pueblos que supo encabezar, para la lucha por la restitución de las tierras acaparadas por las haciendas y compañías deslindadoras que sostenía al régimen despótico de Díaz; quien supo responder a los largos anhelos de justicia con la obstinación por la causa agraria que nunca pudo ser compraba y solo fue cejada por la traición.

    Siendo Francisco Villa el representante de los humildes que viviendo en carne propia las injusticias, supo ponerse del lado de la revolución para demostrar sus cualidades como dirigente de los enormes ejércitos de hombres y mujeres del campo que lo acompañaron; quien sobreponiéndose a la traición que prevalecía, no dudo en mantener su amor por la patria en contra de los intereses del nuevo imperio del norte. 

    Siendo Lázaro Cárdenas el presidente que concretó todos esos anhelos de justicia por medio de la reforma agraria y la consolidación de la educación pública, logrando así el conceso popular necesario para hacer realidad la posesión única e imprescriptible sobre los recursos naturales como bienes de la nación, tal como se estableció desde 1917 en nuestra constitución.

    Ellos son los ejemplos que retoma López Obrador como las bases históricas del humanismo que hoy orienta su gobierno. Entonces, no necesita el Presidente hacer promoción de su propio proyecto si se coloca como heredero de las legítimas reivindicaciones del pueblo de México que hoy siendo anhelos por concretar y práctica política que va más allá de las leyes que hemos alcanzado.

    El menosprecio por la historia.

    Es elocuente el actual desprecio que tienen las fuerzas reaccionarias por esta historia compartida que recupera todas las mañanas el Presidente de México. No es inédito el interés por la historia de un dirigente político, pero sí lo es su interés por difundirla. Porque a diferencia de otros momentos donde la historia política sirvió como herramienta para legitimar la dominación o el orden que se pretendía conservar; hoy la ideología neoliberalprefiere difundir una idea de inmediatismo donde las relaciones sociales se reducen a la mera intervención de los individuos para cambiar de manera voluntarista las circunstancias históricas en las que estamos insertos.

    Hoy se vende la auto superación personal o la competencia individual como el verdadero motor que hace mover la vida de las personas, pretendiendo ignorar el conocimiento complejo sobre los procesos y los contextos sociales para vender la idea sencilla que el cambio solo es posible sí la persona lo quiere. A nivel cotidiano podemos encontrar elocuentes ejemplos de la superación personal que se ha impuesto como dogma económico, pero también es necesario conocer su elucubración teórica y el contexto histórico donde se impone esta visión que niega cualquier proyecto colectivo ya sea la comunidad, la nación o el Estado.

    A fines de la década de los ochenta en plena imposición de las reformas para desregular la intervención del Estado en la economía, la crisis política que hizo implosionar a la Unión Soviética fue utilizada como pretexto para afirmar que la historia como disputa de proyectos había llegado a su fin, con el supuesto triunfo del liberalismo económico como última expresión del sistema capitalista. Así apropiándose de la causa de la democracia y los derechos humanos el bloque hegemónico de países occidentales impuso la política económica neoliberal basada en este supuesto fin de la historia que tuvo en el derribo del Muro de Berlín, un símbolo para comercializar.

    Pero en menos de diez años, América Latina dio muestras de que esa ideología era una falacia al escenificar las primeras protestas globales a los dictados del FMI y el Banco Mundial y construyendo las primeras alternativas al modelo de libre mercado y control social por medio del consumo. En México, tanto el levantamiento zapatista como el triunfo de la izquierda en el Distrito Federal dejaron constancia que la historia que hacen las mujeres y los hombres siempre estará en disputa en tanto las elites pretendan seguir imponiendo sus intereses como valores para el grueso de los seres humanos. La historia es maestra de la vida y de la política.

    La historia sigue siendo la construcción del presente, nada más disruptivo para la oligarquía y nada más subversivo para los defensores de los privilegios, esa seguirá siendo la apuesta del Presidente López Obrador.

  • La pedagogía política de AMLO para librar la censura (1era Parte)

    La pedagogía política de AMLO para librar la censura (1era Parte)

    El inicio de periodo electoral ha implicado una aún más férrea fiscalización de los dichos cotidianos y ha profundizado la censura explicita de varios de los temas que el Presidente Andrés Manuel López Obrador desarrolla durante sus conferencias matutinas. Resulta irónico el actual celo que muestra el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, cuando los dos sexenios panistas fueron marcados por la abierta intervención de funcionarios federales promovida desde el seno del Poder Ejecutivo, a favor de la continuidad del régimen de corrupción, sin ninguna intervención significativa por parte del árbitro electoral para evitarlo.  Pero ya sabemos que el arbitro es un jugador más del equipo reaccionario.

    Así, teniendo vetada por parte del INE cualquier referencia al próximo proceso electoral y a los proyectos políticos en disputa, el Presidente de México ha recurrido a sus habituales referencias históricas como estrategia para eludir el cerco que pesa sobre sus palabras.  No es un tema menor el romper este cerco a su palabra, porque sin perder su derecho político a posicionarse sobre los grandes problemas nacionales, busca eliminar los pretextos que los partidarios del conservadurismo han comenzado a recopilar para intentar lograr en los tribunales lo que ya tienen cierto que no ganaran en las urnas.

    La posibilidad de anular por primera vez una elección presidencial en México, como denunció el propio Presidente en su conferencia del 12 de marzo; sería en los hechos un golpe de Estado “técnico” que intenta implementar la reacción mexicana y sus aliados trasnacionales frente a su propia incapacidad para la vida democrática. La prudencia en el actuar del titular del Ejecutivo está desbaratando este plan, al omitir en sus canales de comunicación y en sus intervenciones públicas, todas y cada uno de los contenidos o referencias señalados por la oposición; mismas que son validados con las medidas de censura dictaminadas por parte del INE.

    Pero resulta significativo, que algo que no ha sido perseguido por sus censores sean precisamente las referencias a la historia de México, recopiladas en su texto ¡Gracias!, donde AMLO recupera las contribuciones de algunos de los personajes de nuestras primeras tres transformaciones nacionales. Haciendo una lectura pausada de estos fragmentos de historia durante las pasadas dos semanas, el dirigente Andrés Manuel López Obrador mantiene su apuesta por la pedagogía política y la comunicación directa con el Pueblo, trayendo al presente los ejemplos de quienes se constituyeron en símbolos para mantener las luchas del pueblo de México. Porque solo para una visión conservadora, la historia es solo propia del pasado y en contraparte para nuestro Presidente, la apuesta por seguir construyendo el futuro.

    Sembrar memoria para cosechar conciencia

    La vida de quienes nos antecedieron en la lucha por la libertad, la justicia y la democracia; significa una fuente inagotable de lecciones para retomar en el presente. Pero no porque se trate de personajes de bronce que se nos imponen para su culto, sino porque siendo tan humanos como nosotros, supieron ir más allá de sus condiciones concretas para volverse los referentes de las causas compartidas por miles y miles en su tiempo, llegando a ser ejemplo para las generaciones que ellos no conocieron.

    Siendo Hidalgo el libertador humanista de la patria, quien abolió por primera vez la esclavitud, y luego de triunfar en el Monte de las Cruces se negó a tomar la capital del todavía virreinato evitando más muertes entre la población; quien no fue amedrentado por todos los insultos y calumnias que recibió ni por el edicto de excomunión que promovió la misma Iglesia a la que pertenecía, echando en cara a quienes lo juzgaban que ellos, solo tenía por verdadero dios al dinero.

    Siendo Morelos el genio militar que triunfo en tantas batallas con un ejército de campesinos y arrieros, que se hizo legendario por su retirada en Cuautla; quien por su origen humilde fue sensible a la desigualdad a que estaba condenado el pueblo cuando dicto en aquellos Sentimientos de la Nación: que las leyes… “moderen la indigencia y la opulencia… que se eduque  al hijo del campesino y del barretero igual que al hijo del más rico hacendado… que la soberanía dimana inmediatamente del pueblo.”

    Siendo Benito Juárez, el máximo representante de la Reforma liberal que supo mantener cohesionada a toda una generación de políticos extraordinarios hasta alcanzar la separación del Estado y de la Iglesia, promoviendo la libertad religiosa que posibilito la laicidad;  quien  con su voluntad de hierro fue el sostén de la República en la defensa de la independencia frente al imperialismo europeo, ejerciendo su cargo como abnegación personal, plasmó la conciencia de su origen en estos palabras:  “Los ricos y los poderosos ni sienten, ni menos procuran remediar las desgracias de los pobres, podrá suceder que alguna vez los poderosos se convenga en levantar la mano sobre un pueblo pobre, oprimido, pero eso lo harán por su interés y conveniencia, eso será una eventualidad que nunca debe servir de esperanza segura al débil.”

    Siendo Ricardo Flores Magón el pensador más coherente de la Revolución, hijo de un indígena de la Sierra Mazateca, quien renunciando a las recompensas de haber peleado contra las invasiones de norteamericanos y franceses al lado de Juárez,  promovió que Ricardo y sus hermanos se formara como abogado para ponerse siempre al lado de los débiles y los explotados;  quien sosteniendo su militancia en brillantes escritos de combate donde se articuló esta tradición comunal de los pueblos con el pensamiento libertario que definió su ideología hasta su propio sacrificio en prisión donde nunca dejo de promover la causa de la revolución y la libertad para el pobre.

    Continuará…

  • El hampa del periodismo contra la Transformación

    El hampa del periodismo contra la Transformación

    El sentido común nos hace suponer como transparente la afirmación la información es poder, más cuando asumimos que el derecho a la información es fundamental para la concientización; pero esta sentencia se comienza a complicar cuando reflexionamos sobre las fuentes y los medios por los cuales nos llegan los datos que se nos presentan como ciertos o inobjetables. Porque el periodismo como cualquier otra disciplina social, no puede separarse de una postura política propia. 

    De acuerdo a los principios que el célebre Ryszard Kapuscinski esbozó sobre lo que caracteriza al buen periodismo, es decir, aquel que está guiando por hondos principios éticos y convicciones políticas: la práctica de este oficio implica grandes dosis de sacrificio para sus trabajadores profesionales por tratarse de una actividad de tiempo completo, así como un enorme compromiso por quien lo ejerce para profundizar en el conocimiento de los fenómenos sociales que se registran. Sin embargo, hay un tercer elemento que, sumado a la necesidad de sacrificio y estudio, estaría contradiciendo la práctica del periodismo corporativo, que se ejerce como industria de desinformación al que hemos estamos sujetos en estas primeras décadas del siglo XXI.

    En la entrevista que abre el texto Los cínicos no sirven para este oficio afirma Kapuscinski que no se puede aspirar a hacerse rico con esta profesión, pues “ante todo, hay que ser un buen hombre o una buena mujer; buenos seres humanos…”en ese sentido el único modo correcto de hacer nuestro trabajo es desaparecer… existimos solamente como individuos que existen para los demás, que comparten con ellos sus problemas e intentan resolverlos, o al menos describirlos”

    Nada más alejado de esta concepción de un verdadero periodismo en beneficio de la sociedad, que la enésima campaña mediática a nombre de la libertad de expresión en contra del Presidente de México, desatada desde hace poco más de un mes en febrero para enrarecer el ambiente político de cara a las próximas elecciones. Ya que, en voz de sus propios voceros, ya la verdad no es lo relevante sino lo que se puede implantar como opinión pública a favor o en contra de algún proyecto político. La falacia como estrategia.

    Lo inédito de esta última embestida es que ha sido apuntalada por distintos medios norteamericanos, tanto los que se publicitan como independientes y sin ánimos de lucro (ProPublica) como los mass media corporativos con una larga trayectoria en la vida política de aquel país (The New York Times). Y es que en menos de tres semanas ambos medios replicaron viejas versiones de investigaciones ilegales realizadas en México, por agentes encubiertos de la DEA, para intentar vincular al entonces candidato de la izquierda, con acuerdos con diferentes carteles de la droga en 2006 y 2018, a partir de supuestos sobornos a sus allegados.

    Ambas diatribas fueron desmentidas por las propias autoridades norteamericanas que negaron cualquier investigación vigente, y los propios “autores” tuvieron que reconocer la falta de pruebas y el carácter especulativo de sus trabajos. Pero fueron materia suficiente para alentar la presente embestida de los sectores reaccionarios de México gracias a la permanente genuflexión que practican frente a los agentes de potencias extranjeras y a su mentalidad de súbditos de las viejas metrópolis colonialistas a los que les confieren total autoridad.    

    No puede asumirse como una expresión legitima del periodismo la calumnia, ni la difamación; y que hoy en pleno inició de las campañas políticas de 2024, vemos como suman a medios nacionales y presentadores de televisión, a la andanada de conjeturas y juicios temerarios que sin ninguna prueba intentan vincular a Andrés Manuel López Obrador con la figura de los carteles mexicanos que precisamente se han demonizado desde los Estados Unidos, cuyo estado niega cualquier responsabilidad en el tráfico de drogas. 

    La supuesta critica que ejercen estos verdaderos poderes fácticos, que no dudan en actuar como personeros de las agencias extranjeras, es la forma en que pretenden dar legitimidad a las campañas sucias en redes sociales; pero no perdamos de vista que son parte de una estrategia de desestabilización política que toma al periodismo como una actividad lucrativa.  El hampa del periodismo se evidencia cada vez más, frente a un pueblo que despierta desde una revolución de las conciencias que apenas comienza. Lo que se ve y se lee, si se juzga.

  • Benito Bodoque Alcalde y Jorge Arvizu “El Tata”

    Benito Bodoque Alcalde y Jorge Arvizu “El Tata”

    El abrazo solidario, las palabras de aliento y la cercanía de las compañeras y compañeros que comparten las vicisitudes de la lucha social, siempre es un aliciente en la vida política y personal de cualquiera de nosotros. Las exigencias y condiciones que impone la militancia de izquierda, significan verdaderas gestas históricas formuladas por pequeños y grandes sacrificios personales; pero se sobrelleva con alegría la adversidad cuando en el camino se marcha al lado de mujeres y hombres libres que comparten los mismos anhelos de justicia para los más necesitados y oprimidos. 

    Por eso, nunca será en vano, mantener presentes a todas esas compañeras y compañeros que compartieron afanes y esperanzas con nosotros, hasta que se adelantaron en el camino. Un homenaje constante a su vida, principios y convicciones, es una obligación inherente a quienes no dejaremos caer su estafeta y mantendremos vigentes sus ideales. Esas generaciones que nos antecedieron en la lucha viven en nosotros en los nombres y rostros de aquellas personas que conocimos en jornadas de resistencia; pero también en la evocación de aquellos que nunca conocimos, pero nos dejaron trazado el camino.

    Baste evocar a uno de aquellos miles de compañeros, aunque más conocido por su lugar en el mundo del entretenimiento, para hacer honor a esta obligación con la memoria y la conciencia. Estamos a punto de recordar, el mismo día del aniversario de la Expropiación Petrolera, la partida de un gran artista mexicano; el 18 de marzo de 2014 falleció por una insuficiencia cardiaca el artista Jorge Isaac Arvizu Martínez, mejor conocido como “El Tata”, recordado ampliamente por uno de sus papeles icónicos en la televisión mexicana. Habiéndose formado en la radio, Jorge Arvizu es un referente de la industria del doblaje mexicano, que acercó a todos los públicos de América Latina los principales programas norteamericanos, principalmente dibujos animados o caricaturas, producidos desde los años sesenta. 

    Pero lo menos conocido de la carrera de “El Tata”, fue el abierto apoyo que nunca ocultó al movimiento encabezado por AMLO desde los años de la resistencia y el Gobierno Legítimo de México, hasta la formación del Movimiento de Regeneración Nacional, convocando en voz de sus personajes más entrañables Benito Bodoque, a todo el pueblo de México a sumarse al movimiento. Participación que se hizo celebre cuando el propio presidente de México le brindó un homenaje en la conferencia mañanera del 14 de febrero de 2021 -con una imagen de Benito Bodoque a quien le dio su inolvidable voz y la personalidad con que muchas generaciones lo incorporamos a nuestro imaginario desde niños-. Y es en esta coyuntura que recordamos la serie de Don Gato y su Pandilla (Top Cat), donde la participación de Jorge Arvizu fue central para el enorme éxito que sigue teniendo esta serie de Hanna Barbera en México. Porque esa pandilla de gatos de Nueva York, fueron entrañables para una sociedad como la nuestra que solo contaban con su ingenio, cultura y solidaridad para salir avante en la vida. Lo colectivo sobre el egoísmo es la esencia de la pandilla de Don Gato.

    Precisamente desde nuestro contexto político es que podemos interpretar aquellas aventuras de los “marginales” de la sociedad que se hacen comunidad para cuidarse entre ellos. Hay un capítulo de Don Gato que recordamos para ilustrar la actualidad: La vista de mamá, (https://www.dailymotion.com/video/x8272ms) cuando precisamente Benito Bodoque hace creer a su mamá que él es el Alcalde de Nueva York con la esperanza que se sienta orgullosa de su hijo, y no crea que es solo un vago viviendo en un callejón. 

    Es Don Gato, el jefe de la pandilla quien no acepta la pesadumbre de su compañero si su mamá se da cuenta del engaño, planeando toda una estrategia para que ellos hagan creer a la mamá de Benito que su amigo en verdad es el Alcalde de Nueva York.  Así, siempre delante del policía Matute, la pandilla de gatos no duda en apoyar a Benito, porque es uno de ellos y no merece estar triste su amigo. “Roban” la patrulla de Matute para hacerla pasar por “vehículo oficial” de Benito Bodoque Alcalde, mientras la pandilla como buenos gatos de azotea lanzan confeti a la maravillada mamá de Benito a su pasó en un convoy imaginario por las calles de la metrópoli.

    Al final del capítulo, cuando su mamá tiene que regresar de viaje a casa, le confiesa a su hijo que no importa lo que sea, ella siempre lo va a amar por ser su hijo, y que siempre lo llevará en el corazón.  De este grato episodio y recuerdo, podemos extraer una lección política para seguir siendo coherentes en el presente, no importan los cargos, sino el servicio a la comunidad, no importa la ubicación en los escalafones políticos sino el sentido de pertenencia a una aspiración mayor: la búsqueda del bien común, el amor al prójimo, la solidaridad con el rezagado. Que nadie se quede atrás porque la pandilla, la comunidad, estará ahí. Los cargos son un medio, nunca un fin, el fin es el servicio, bajo el principio de mandar obedeciendo, entre iguales, servir al pueblo.

  • AMLO y la defensa de la Constitución social de 1917

    AMLO y la defensa de la Constitución social de 1917

    Con la precisión y detalle de un viejo reloj ferrocarrilero Andrés Manuel López Obrador ha asestado un tremendo nocaut al de por sí moribundo bloque conservador neoporfirista, si los de PRIAN ya estaban de por sí arrinconados contra las cuerdas ante el proceso de 2024, ahora están en el suelo. 

    El anuncio de reformas a la Constitución presentado por el Presidente de México a la opinión pública y enviado al Congreso de la Unión justo el 5 de febrero -fecha emblemática que remite a la remembranza de que nuestra Carta Magna no es una concesión graciosa de oligarcas, sino el resultado de un proceso popular revolucionario-, ha sido un golpe político demoledor para los personeros de la politiquería, que pensaban que con engaños de campaña iban a lograr restaurar el antiguo régimen neoliberal.

    Mientras las plumas pagadas y los levantacejas al servicio de Claudio X. González siguen buscando -desde los despachos de Latinus en Miami- mentiras y noticias falsas para alimentar la guerra sucia y la infodemia -en una estrategia que por burda y falaz les ha sido siempre contraproducente-, pero que inútilmente han seguido todo el sexenio y así seguirán; en el movimiento de la Cuarta Transformación se difundirán y argumentarán las propuestas del presidente, -en las plazas públicas, casa por casa, en las calles-, y se desplegará su esencia, que significa: establecer y recuperar derechos constitucionales para un Estado de Bienestar a favor del pueblo, -y devolver bajo esta perspectiva- a la Constitución de 1917 su carácter público, social y humanista.

    Porque recuperar la esencia de la Constitución de 1917 es un punto medular en la disputa del proyecto de Nación emanado del humanismo mexicano, frente al proyecto depredador del neoliberalismo; no olvidemos que dos tercios del total de las reformas que ha sufrido la Carta Magna, o el 66%, ocurrió precisamente entre 1982 y 2018, los sexenios de la larga noche neoliberal. Se trató de un total de 494 modificaciones que incluyeron aspectos fundamentales para el interés nacional, como el de la educación, la tenencia de la tierra, los recursos del subsuelo, las condiciones de trabajo, los derechos humanos, los derechos de los pueblos indígenas, el Poder Judicial, entre otros. 

    El humanismo mexicano se concibe como la síntesis de las tres grandes transformaciones de la vida pública de México, para la construcción colectiva de la Cuarta Transformación, se trata de poner en el centro los derechos sociales, ante la visión de los tecnócratas que durante 40 años se dedicaron a saquear al país teniendo como ruta las llamadas privatizaciones a través de las contrarreformas a nuestra Constitución.

    Las políticas neoliberales se consolidaron con Carlos Salinas, quien adoptó las medidas del “Consenso de Washington de 1989”, que implicaron privatizar los recursos naturales de la Nación y las industrias estatales, y liberar la inversión extranjera directa. 

    El fetiche de los tecnócratas fue el culto al supuesto “crecimiento económico” y para ello vender, regalar y “privatizar” los bienes de la Nación y del pueblo fueron el elemento base del neoliberalismo y su cimiento ideológico. Para tales fines, el salinismo efectuó reformas a la Constitución de 1917, a los artículos 3°, 5°, 27°, 31°, 82° y 130°. Los principios básicos de la doctrina neoliberal aplicados en aquellos años en México hicieron necesario adecuar el marco jurídico desde el abyecto poder legislativo, con ello se desmanteló la educación, el ejido, y la seguridad social.

    Desplegado esencialmente por Salinas, el proceso de privatizaciones en México tuvo cuatro etapas: en la inicial, de 1984 a 1988, se realizó la privatización de varias empresas de diversa índole y actividad; en la segunda, de 1988 a 1999, se realizó la privatización a fondo de varios sectores, como los de siderurgia, banca y teléfonos; en la tercera, de 1995 a 2000, se profundizó aún más el proceso y se realizaron cambios constitucionales para vender los ferrocarriles y la comunicación vía satélite. En la cuarta etapa entre 2000 y 2012 lograron privatizar la industria energética.

    De 1982 a 2018 pasaron a manos privadas nacionales o extranjeras, entre otras: bancos, industria azucarera, industria siderúrgica, fertilizantes, teléfonos, ferrocarriles, aeropuertos, líneas aéreas, petroquímica, petróleo, electricidad, grandes extensiones de tierras ejidales, playas. 

    Por ello, el paquete de reformas de AMLO que emerge como respuesta a las contrarreformas neoliberales, no solo es un asunto que demolerá el hueco discurso de campaña de las promesas de la reacción engañosamente presentado a favor de la gente -con las conocidas trampas del marketing político-; es una apuesta mucho mayor, se trata de restablecer el Estado de Bienestar con enfoque de Derechos, que había sido ya desmantelado y que costó vidas, de aquellos hombres revolucionarios y visionarios -que con profundo amor al pueblo y la Patria-, protagonizaron la División del Norte y el Ejército Libertador del Sur, y otros colectivos revolucionarios de 1910. 

    La revolución social se vuelve a insertar en la historia, esta vez de manera pacífica y con un ajedrecista político que les ha ganado de todas: todas. 

  • El 5 de febrero de 1917 y el obradorismo

    El 5 de febrero de 1917 y el obradorismo

    El proceso constituyente que dio como fruto la Carta Magna del 5 de febrero de 1917, fue protagonizado por la facción constitucionalista encabezada por Venustiano Carranza como Primer Jefe de este ejército; sin embargo, el Plan de Guadalupe que él había promulgado en marzo de 1913 para llamar a la insurrección en contra del usurpador Victoriano Huerta carecía de un programa social, atendiendo en su esencia a la urgencia de restablecer el orden legal de la Constitución de 1857. No obstante, en los estertores de la guerra revolucionaria que se había extendido por 7 años con grandes pérdidas para la población mexicana, sobre todo en las zonas rurales, sus redactores no pudieron hacer oídos sordos a las grandes reivindicaciones que habían empujado al pueblo de México a tomar las armas -para alcanzar una nueva transformación en sus condiciones de vida-.

    Enfrentado a la Soberana Convención de Aguascalientes que era sostenida por los ejércitos de Francisco Villa y Emiliano Zapata, el constitucionalismo tuvo que hacer alianzas con sectores sociales, a partir de incluir sus demandas como parte de su programa político. Así por medio de una reforma al Plan de Guadalupe, Carranza convoca a un Congreso Constituyente el 14 de septiembre de 1916.

    Los cerca de 220 diputados constituyentes fueron elegidos de todos los estados del país, por medio de elecciones que se realizaron el 22 de octubre, a partir de conformar distritos electorales por cada 70 mil habitantes, así fue como el centro y el sur del país contaron con una buena representación, frente a los estados del norte de donde procedía la mayor influencia del carrancismo.  

    La conformación de la asamblea constituyente reunida en la ciudad de Querétaro durante los meses de diciembre de 1916 y enero de 1917, estuvo compuesta no solo por representantes políticos o militares del constitucionalismo, sino por ciudadanos con grandes diferencias sociales y regionales, que no tuvieron empacho en retomar ideas del Programa del Partido Liberal o incluso del Programa de Reformas Políticas y Sociales de la Convención de Aguascalientes, posturas políticas con las cuales Carranza no sentía ninguna simpatía. 

    A los diputados que defendieron el carácter social de la revolución mexicana, se les llamaba “jacobinos, radicales” o el “ala izquierda” del constituyente. En su mayoría estos radicales fueron los revolucionarios que empuñaron las armas en los campos de batalla, para después defender sus ideas a favor de la colectividad en el ágora del parlamento.

    Los mayores debates se dieron para modificar la propuesta carrancista y terminar de ampliar los derechos que el jefe del constitucionalismo estaba dispuesto a reconocer, así los derechos sociales que no existían en la Carta Magna antecesora del 57 fueron incorporados, como derechos a la tierra, la educación y el trabajo. En estos debates, o donde se discutía el peso que tenía la Iglesia sobre aspectos de la vida pública a partir de la “instrucción educativa” que seguían impartiendo, es que emergieron las posturas más consecuentes para responder al clamor social, que en ese momento seguía latiendo en la resistencia que sostenían los zapatistas y las numerosas sublevaciones militares que seguían disputando el control de regiones enteras del país.   

    La visión de esos diputados, que habían participado como jefes militares o como testigos en la confrontación armada, y de muchos otros ciudadanos que tenían presente las condiciones de oprobio que habían prevalecido durante el porfiriato, fue indispensable para que el texto constitucional fuera sensible de los anhelos de las grandes mayorías que participaron en la Revolución. Así más que un texto que solo representara a una facción, el resultado fue un nuevo ordenamiento político que sentó las bases para el pacto social que predominó en buena parte del siglo XX, y que hoy prevalece como la Constitución Política de los mexicanos.    

    En todo movimiento transformador, entre los relámpagos que enciende la historia para incentivar los cambios profundos, siempre se dan las disputas entre facciones, en el caso de 1917 los diputados jacobinos o radicales buscaron ser congruentes con los anhelos del Pueblo, de los cientos de miles de héroes anónimos que habían dado su vida por un mejor país, libre de la dictadura. Entre los llamados jacobinos estaban Francisco J. Múgica, Cándido Aguilar, Heriberto Jara, Luis Espinosa, Froylán Manjarrez y Juan de Dios Bojórquez.

    Nos recuerda Martí Batres (2020) las palabras de Bojórquez -sobre porque el Congreso Constituyente se dividió en dos bloques, los renovadores y los jacobinos-durante las intensas deliberaciones de cada artículo del documento rector de México: “Bojórquez refiere el primer gran momento: el artículo 3o. Al fin se llega a la votación y con 99 votos por 58 de las derechas, se aprueba el dictamen de la comisión. El resultado de esta votación indica en qué proporción están los radicales, jacobinos, izquierdistas del congreso, frente a los liberales clásicos, tibios, de las derechas”. 

    En tiempos de transformación es indispensable recordar aquellos hombres de izquierda, radicales por ir a la raíz de los problemas sociales, jacobinos (como los radicales de la revolución francesa), y principalmente: sensibles y proclives a la locomotora del interés de las mayorías. 

    Hoy la disyuntiva de cara al 2024 no está en encaramarse en cargos, como si la realidad social fuera estática. La tarea del obradorismo es mantener viva la luz de los radicales de 1917 en la lucha por defender y conquistar los derechos sociales, ser firmes en la visión del humanismo mexicano ante aliados y acompañantes ocasionales, levantar la mira y seguir pugnando por un Estado de Bienestar con acceso universal a salud y medicamentos, educación pública y gratuita desde preescolar hasta doctorado, vivienda y escuela digna para el pueblo, instituciones de verdadera impartición de justicia, autosuficiencia alimentaria y soberanía energética. Por tal razón el Presidente Andrés Manuel López Obrador presentará justo este día las reformas que habrán de nutrir la agenda de nuestro movimiento para el porvenir.