Etiqueta: René González

  • Rosalía, por los jóvenes, y contra el clasismo

    Rosalía, por los jóvenes, y contra el clasismo

    El PRI reprimió a los estudiantes en 1968, en 1971, en 1999-2000, y en otros diversos y lamentables episodios de la historia negra del autoritarismo; después, durante “la docena trágica”, periodo que describe los dos sexenios mal gobernados por el PAN, los jóvenes fueron etiquetados desde el poder como Ninis “Ni trabajan, ni estudian” porque así les decían con sorna y cinismo precisamente aquellos funcionarios del neoliberalismo que tendrían que haberse responsabilizado de generar políticas públicas para que ocurriera justo lo contrario, y para que los chavos tuvieran acceso a educación y empleo, y no padecieran como único camino engrosar las filas de la delincuencia, que se enraizó en aquellos ominosos años del 2000 al 2012.

    Aún con el grave antecedente de abandonar a los jóvenes a su suerte -que caracterizó los oscuros tiempos de cuando el PRIAN detentó el poder-, los conservadores todavía se atreven hoy día a destilar su habitual racismo, clasismo y elitismo para descalificar el derecho de los jóvenes a la alegría, la felicidad, al desmadre, la música, la cultura y la contracultura y el gozo en los espacios públicos. Ahora resulta que además de excluir a generaciones enteras de un futuro digno, son los reaccionarios ya los nuevos “censores”, los guardianes de “buenas costumbres” en las que la derecha siempre esconde y anida su doble discurso y doble moral, “que nacos los que escuchan a Rosalía”, vierten en cadenas de troles y odio exhibiendo una vez más su incomprensión e intolerancia las voces del viejo régimen.

    Los caminos eficaces para la atención integral de los jóvenes desde una nueva mirada que no los reprima ni los excluya, ha sido una de las tareas más arduas y complejas para la Cuarta Transformación; para desplegarlas se han compartido premisas esenciales como el respeto a las libertades, el rechazo a todo tipo de represión, las becas para que ningún joven deje de estudiar por razones económicas, la ampliación de oferta educativa gratuita y de calidad a nivel superior, la construcción de nuevas universidades, y cosa no menor, la consolidación del Programa Jóvenes Construyendo el Futuro que hoy alcanza los 2 millones 491 mil 419  beneficiarios, de los cuales 1 millón 438 mil 245 son mujeres, como una política social encaminada a cubrir el déficit generado durante el neoliberalismo con el sector.

    Entre sus contribuciones sociales el Programa Jóvenes Construyendo el Futuro establece en sus reglas de operación que:

    • Para su cumplimento el programa otorga a los jóvenes aprendices: vinculación con un centro de trabajo para recibir capacitación en el trabajo, beca económica y seguridad social, apoyos que están integrados en un componente único.
    • La forma de operar del programa es completamente en línea a través de una plataforma digital que alberga el seguimiento de todos los procesos de éste. Dicha plataforma es el repositorio de toda la información y es el vínculo de comunicación entre el programa con los beneficiarios y centros de trabajo participantes. 
    • El pago de la beca es transferido directamente a los jóvenes aprendices, sin la intervención de ningún intermediario (funcionario, “coyote”, centro de trabajo, etc.), además, llegando los recursos (pago de la beca) sin cobro de comisiones a través de una tarjeta bancaria a su nombre. 
    • Al concluir su capacitación, los aprendices egresados reciben una constancia de capacitación en la que se describen las habilidades técnicas desarrolladas con la capacitación recibida durante su participación en el programa. También, al concluir su capacitación, los egresados cuentan con la orientación y vinculación a diversos mecanismos que les apoyan para continuar con su vida productiva, a través de la estrategia denominada Mes 13.

    En la 4aT se respetan los asuntos de la juventud en sus diversas formas, expresiones, gustos y libertades, es decir se hacen valer los derechos de los jóvenes; a su vez se atiende el fondo de las problemáticas sociales y económicas en que está inmersa la juventud, con políticas y programas enfocados a sumarlos a un empleo digno y al acceso a la educación como motor de su propia transformación. Este es el caso de Jóvenes Construyendo el Futuro.

    La derecha no comprende la magnitud cultural y social de una reunión pacífica, festiva y esperanzadora de casi 200 mil jóvenes en el Zócalo de México y sus inmediaciones, quizá tampoco saben que la interprete estudió en la Escuela Superior de Música de Cataluña, y mucho menos comprenden porque desde el corazón de la Patria, Rosalía compartió “La llorona”. Nunca más el olvido, nunca más la represión de nuestros jóvenes.

  • Miseria humana contra la Transformación

    Miseria humana contra la Transformación

    El domingo 23 de abril a las 15:32 horas en su cuenta de Twitter el Presidente de México Andrés Manuel López Obrador escribió:

    “Ni modo, amigas y amigos: salí positivo a COVID-19. No es grave. Mi corazón está al 100 y como tuve que suspender la gira, estoy en la Ciudad de México y de lejitos festejo los 16 años de Jesús Ernesto. Me guardaré unos días. Adán Augusto López Hernández encabezará las mañaneras. Nos vemos pronto”.

    Desde entonces se desató por parte de los voceros del conservadurismo, pasquines y granjas de bots en redes sociales, una intensa cadena de odio, afirmando y celebrando que el presidente estaba gravemente enfermo, “que le dio un infarto”, “que estaba internado en el Hospital Militar”, “que le dio una embolia”, y otras falacias, difundiendo incluso diagnósticos médicos falsificados; todo ello para que el rumor se viralizara y usar la salud de un ser humano como mecanismo de desestabilización política, ante la carencia de argumentos y el fracaso de la guerra sucia de siempre.

    La campaña de desinformación ha cumplido con todos los pasos de la receta para posicionar la Infodemia; entendida como la viralización, intencional o no, de contenido especulativo no verificado, que afecta la noción y el juicio de la opinión pública. Esta infodemia se basa en el manejo de:

    • Miedos. El motivador más poderoso para movilizar a la opinión pública digital es el miedo.
    • Dudas. La es el vacío resultante del miedo, de la incertidumbre.
    • Memoria Selectiva. El posicionamiento es más poderoso cuando se basa en la conexión con algún recuerdo emocional. En este caso recalcar que el presidente ya ha estado enfermo en otras ocasiones.

    Así, el relato mediático de la “polarización” política que se vive en México, se alimenta de las tristes muestras de miseria humana de quienes frente a cualquier padecimiento del Presidente de México expresan públicamente y sin pudor sus deseos de que todo termine con la muerte de quien consideran su mayor enemigo. 

    Pero, pensar que estas expresiones viles son muestras legitimas de los términos en los que se da el debate en nuestro país es: reducir la disputa política a mero revanchismo y expresiones patológicas de rencor frente al adversario político. Una vez más tenemos que afirmar que no existe polarización en la sociedad mexicana, cuando los intereses que defiende la oposición no alcanzan para conformar un proyecto que sea alternativo a la Cuarta Transformación puesta en marcha. No obstante, terminan siendo muy estridentes sus juicios y prejuicios, porque son magnificados por los medios de comunicación corporativos a su servicio, quienes añoran los años en que su actividad de propaganda se financiaba con subvenciones públicas.

    En realidad, no solo es un asunto de la representación política que perdieron los neoliberales en las urnas, sino, sobre todo, se trata de la pérdida de la hegemonía que impusieron en las discusiones públicas, luego de décadas de gobiernos priistas y panistas. Por eso abundan las reacciones estridentes frente a su incapacidad de plantear un verdadero debate, y lo que sobresale es un profundo rencor clasista y racista que profesan luego de haber perdido los privilegios que detentaron por décadas. 

    Sin duda, la salud del titular del poder ejecutivo es asunto de interés público y sujeto de atención periodística, pero la manera en que se editorializa los hechos, por medio de la manipulación, el amarillismo y la abierta mentira, develan más el carácter ruin de quien emite el mensaje de odio, que el supuesto contenido en forma de sentencia definitiva que pretenden transmitir. 

    En tiempo de canallas, solo se puede apelar a la conciencia de lo que se pone en juego con la disputa política por los medios democráticos que seguimos desarrollando los mexicanos. En el actual momento, mínimos gestos de civilidad política no pueden asumir quienes mantienen vivo el rencor de haber sido desenmascarados del papel de militantes de izquierda que usufrutuaron por décadas desde el PRD o de supuestos representantes de “la sociedad civil”, imposturas que utilizaron para depredar el presupuesto público atendiendo únicamente los apetitos de sus camarillas.   

    Porque solo quien odia compulsivamente puede desear la muerte de un ser humano, y tratar de justificarlo en juicios racionales o en elucubraciones acerca de un supuesto interés superior; sus sentencias son síntomas del mal que ellos mismos padecen como odio sin límites a quien piensa diferente.  Si bien, cualquiera de estas expresiones son motivo de escándalo para quienes las escuchamos, en realidad, evidencian de cuerpo entero el verdadero sentir de quienes no alcanzan a entender la nueva realidad política nacional. 

    Por eso, tampoco se puede pensar que las expresiones de odio de troles profesionales y de ocasión en redes sociales corresponden a una verdadera opinión pública; como tampoco lo es, la abierta manipulación de los hechos públicos que se hace todos los días desde los medios de comunicación corporativos. La realidad social mexicana es mucho más rica y compleja que ese supuesto “debate público”, porque solo cuando se caminan las colonias de las ciudades o se visitan las comunidades rurales, uno está en contacto con el verdadero sentir popular y las interpretaciones cotidianas de los sucesos. 

    Tenemos que estar alerta para evitar el odio destilado se extienda, contraponiendo la información veraz para el pueblo, y, sobre todo, con un proceso de acompañamiento y reflexión con quienes todos los días son los verdaderos protagonistas de la Transformación, como el Presidente de México nunca se cansa de repetir. Entre la gente sencilla esas expresiones de odio, simplemente no tienen cabida.  

  • Definiciones 2024. Es el movimiento obradorista

    Definiciones 2024. Es el movimiento obradorista

    Son tiempos de definiciones históricas, políticas y personales para el porvenir. Sobre los hombros de millones de mujeres y hombres libres pesa la responsabilidad de continuar y profundizar la Cuarta Transformación de México. 

    El pueblo que observó, escuchó, atendió, conoció, aprendió y supo de los principios y obra de Benito Juárez García de viva voz en la mayoría de las veces -en las luchas de resistencia contra la intervención cuando el presidente Juárez defendió la Patria con su vida en un periplo a bordo de una carreta por el México profundo-, lo que significó la construcción de una amplia base social y popular que a lo largo del territorio mexicano asumió como suyo el ideario juarista en la búsqueda de justicia, igualdad ante la ley, separación de la Iglesia y el Estado, respeto a los derechos, a las libertades, y el amor a un régimen republicano, y que, debido a la magnitud de la congruencia del presidente indígena -porque los hombres mueren pero las ideas perduran-, representó en el subterráneo de la historia toda una corriente de pensamiento liberal, que podemos caracterizar como el juarismo sin Juárez, y de dónde surgen los clubes liberales primero, y, anti reeleccionistas después, precursores de la revolución mexicana. Ya sin la presencia física de Juárez, los hombres del pueblo contemporáneos a su obra, dieron camino a su legado y enseñanzas que hoy es una raíz nítida de la Cuarta Transformación nacional.

    En nuestros tiempos el pueblo organizado ha observado, reconocido y apoyado los planteamientos transformadores de Andrés Manuel López Obrador en sus múltiples recorridos a todas y cada una de las comunidades del país. Es en el imaginario colectivo donde ubicamos las reflexiones sobre el Humanismo Mexicano, que significará el legado de todas y todos para seguir luchando por la regeneración nacional, para seguir organizados desde todas las dimensiones de nuestra nación. Seremos las mujeres y hombres libres que aprendimos en el movimiento obradorista otra forma de hacer política, fundada en el amor al pueblo, el trabajo de base casa por casa, el tocar puertas y despertar conciencias, y la premisa: por el bien de todos, primero los pobres, quienes habremos de preservar, mantener y profundizar la corriente del pensamiento obradorista.

    Hace 15 años el 10 de abril de 2008 comenzó la resistencia civil pacífica en defensa del petróleo, ante la reforma privatizadora que pretendía implantar el espurio Felipe Calderón. No eran momentos sencillos para el movimiento, veníamos del reflujo por la desmoralización de no poder evitar el fraude electoral de 2006, y de una despiadada satanización desde los medios de comunicación del plantón Zócalo- Reforma; pero ahí estaba firme ante un presente ominoso el presidente legítimo Andrés Manuel López Obrador, emulando precisamente el gobierno legítimo de Juárez desde la resistencia, ahora contra los vendepatrias y entreguistas del siglo XXI. AMLO incansable peregrino fundó casas del movimiento y comités en todos los rincones del país; para seguir informando, concientizando y sobre todo evitar desde abajo la entrega a intereses privados y extranjeros de nuestros recursos naturales.

    Aquel 10 de abril mientras los senadores tomaban la tribuna exigiendo un debate real sobre el futuro del petróleo, -entre ellos la gran Rosario Ibarra de Piedra quien durmió ahí cuidando la tribuna-, en las calles, atendiendo el plan presentado el 18 de marzo en el Zócalo, megáfono en mano, y con la sencilla pero vigorosa fuerza de sus palabras, la Dra. Claudia Sheinbaum Pardo, -una brillante académica que en los años de los tenis converse había defendido también la educación universitaria de los mismos afanes mercantilistas-, ahora organizaba a “Las Adelitas” y las brigadas para cercar con nuestros rostros, manos y principios todas las calles aledañas al Senado de la República. 

    En tiempos de bonanzas y victorias electorales el tren de la historia avanza tumultuoso, pero en las horas de la adversidad, en las luchas por nuestros derechos contra todo el aparato y poder del régimen, ahí la locomotora ocupaba los esfuerzos de las personas con principios firmes, y cuyo corazón se orienta por el amor a la Patria, como fue en aquellas intensas jornadas la labor de la Dra. Sheinbaum.

    Éramos 20 mil brigadistas del movimiento de resistencia civil pacífica para impedir la privatización de la industria petrolera nacional, 40 brigadas con 500 personas cada una, la nuestra se llamaba Francisco J. Múgica y usábamos paliacates verdes para distinguirnos, previamente en la Alianza de Tranviarios discutimos y aprobamos un “Manual para la lucha pacífica” buscando estar preparados para nunca caer en las provocaciones ni montajes violentos del gobierno usurpador. 

    Como consignan los recuerdos personales y algunas fuentes a las 13:00 horas la Dra. Claudia Sheinbaum, dirigente de las “adelitas” tomó el micrófono y dijo: “Acabo de recibir una llamada de los legisladores, ya tomaron la tribuna del Senado, se quedarán ahí hasta que se retire la iniciativa, porque el debate nacional que propusieron es una farsa”. Entonces comenzaron las acciones y se tomaron en trabajo hormiga las posiciones previamente acordadas, refirió el entonces independiente Proceso: “Caminando del Hemiciclo a Juárez al Eje Central Lázaro Cárdenas y por la calle Tacuba las mujeres se agarraron de los brazos y comenzaron a marchar rumbo al Senado coreando consignas y cantando: ‘Nos tienen miedo porque no tenemos miedo’. Bloquearon las calles de Donceles, República de Cuba, Filomeno Mata, Allende, entre otras, cada brigada se identificaba con gorras de diferente color: blancas, rojas, amarillas, verdes, rosas; todas estaban organizadas, llevaban comida y agua; se repartieron playeras con la consigna “Pemex no se vende, Pemex no se privatiza, Pemex se defiende”, o con la frase que López Obrador ha mencionado en sus mítines: ‘Las mujeres van a rescatar el petróleo como se pueda, con lo que se pueda y donde se pueda´. Por Avenida Juárez entró la brigada 12, mujeres de todas las edades, algunas cargando a sus hijos, llegaron coreando consignas”. 

    Después de tender el cerco civil al Senado, -que ya se había encerrado a si mismo con un cerco militar y policiaco, de miles de soldados, policías federales, antimotines, y vallas-, fuimos convocados al Zócalo el domingo 13 de abril. Fueron esos días de abril jornadas de implacable tensión, día y noche y medianoche, “Adelitas” y brigadistas volvimos a encontramos en una escuela popular de formación política en las calles bulliciosas del centro de la ciudad. Para destacar el carácter pacífico del movimiento en muchas horas permanecíamos sentados e inmóviles en banquetas y media calle; y dónde a pesar del desgaste de luchar contra el monologo del sistema partidista neoliberal, no se perdía la alegría y la esperanza. Había debates, charlas, uno que otro músico tocando rolas, obras de teatro “el loro negro”, películas, performances, y en una pequeña carpa, todo el tiempo a veces sin poder dormir, ahí estaba Claudia Sheinbaum evaluando y asignando tareas para resistir con sabiduría en la hora de las convicciones.

    Ante la disyuntiva que amerita la sucesión presidencial de 2024, la respuesta está en el corazón del movimiento, en la esencia de lo que hemos sido en tiempos difíciles, en las actuales horas de la gran transformación anhelada por muchos que ya partieron y dejaron como legado también una vida de lucha. 

    Son tiempos de definiciones, de caminar con quien ha caminado, resistido y luchado hombro con hombro con nosotros, quien predica también con ejemplo, humildad y firmeza, porque para saber a dónde vamos nunca debemos olvidar de dónde venimos. En la tradición del movimiento obradorista, de nuestras utopías que guían los sueños colectivos, hoy decimos, sí con respeto siempre al que piense diferente, pero con claridad: el Humanismo Mexicano trascenderá el 2024 y profundizará los cambios a favor del pueblo de México. Es Claudia.

  • 18 años del triunfo contra el desafuero de AMLO

    18 años del triunfo contra el desafuero de AMLO

    Tres días después de la manifestación popular más grande de la historia de México, en un mensaje a la Nación trasmitido en cadena nacional —como era la usanza ante sucesos graves—, el presidente Vicente Fox tuvo que recular públicamente y, en la vía de los hechos, detuvo el desafuero. Esta estrepitosa derrota política puso al panismo en la lona de la arena política y catapultó a Andrés Manuel como el candidato con mayores posibilidades rumbo a la sucesión presidencial de 2006. Fue uno de los más importantes, impresionantes y sonados triunfos del pueblo organizado.

    La noche del 27 de abril de 2005, con el rostro adusto y desencajado, dejando atrás su falso carisma —sin bromas bobas ni frases deshilvanadas—, el presidente Vicente Fox anunció la ‘renuncia’ del procurador general de la República, Rafael Macedo de la Concha, uno de los principales ejecutores del proceso judicial contra el gobernante capitalino. A su vez, informó que la Procuraduría General de la República (PGR) revisaría ‘de manera exhaustiva el expediente de consignación del jefe de Gobierno del Distrito Federal —a quien no mencionó por su nombre— en la búsqueda de ”preservar dentro del marco de la ley la mayor armonía política del país”. Y remató con la frase: ”A nadie se impedirá participar en la próxima contienda electoral”. Lo que fue tomado como la firma de la rendición. Más allá del mensaje foxista de claudicación, AMLO ya despachaba desde el lunes 25 en el Antiguo Palacio del Ayuntamiento, pues el apoyo masivo del pueblo concitado en el Zócalo —la gente llegó hasta la fuente de petróleos—, no solo era un mensaje demoledor ante la adversidad, sino que era la evidencia de un movimiento en ascenso. El pueblo era imparable, algo que el grupo en el poder esta vez leyó a tiempo.La editorial de La Jornada del 28 de abril es un documento de valía histórica que sintetiza los significados del desafuero y su desenlace:“Poder faccioso, nunca más.

    Fue un triunfo de la gente. Los ciudadanos que se movilizaron por decenas y centenares de miles hasta sobrepasar el millón, en la marcha del domingo pasado, en defensa de la democracia, la paz y los derechos políticos de todos, deben sentirse satisfechos por haber impuesto, en forma pacífica, civilizada y legal, una solución razonable y sensata a la polarización y la crispación en que se había sumido a la República por el empeño gubernamental de eliminar política y jurídicamente al jefe del gobierno capitalino, Andrés Manuel López Obrador, del escenario electoral del año entrante, con lo que no sólo se cometía un atropello contra el tabasqueño, sino también contra el derecho de los electores a emitir su voto por quien deseen”.

    Con el triunfo popular en la bolsa, como ha ocurrido en los episodios culminantes de su vida personal, AMLO actuó como estadista. En concordancia con su discurso del domingo 24 de abril, propuso diálogo con el gobierno federal para dar vuelta a la página y generar mejores condiciones para el cambio pacífico de régimen. “No hay que astillar la silla presidencial, sino nadie se va a poder sentar en ella”, solía decir.

    En una carta al presidente Vicente Fox, el jefe de Gobierno planteó un intercambio sin condiciones sobre el derecho a la libertad de elección del pueblo de México, y expuso que hacer valer las libertades ciudadanas “es una obligación de quienes venimos de los movimientos democráticos de oposición a los gobiernos priistas”. Así, le propinó otra cachetada con guante blanco al ex gerente de la Coca Cola.

    No obstante, el propio AMLO narró que, después de enviar estar carta, Fox lo recibió en Los Pinos; marcado por el resentimiento de la derrota. El presidente no atinó a leer la altura de miras del opositor, sino que simplemente atendió la reunión de manera seca y protocolaria, desaprovechando una gran oportunidad de evitar la polarización que el guanajuatense había iniciado, irresponsablemente, con el uso faccioso del Estado.

    Por ello, a pesar de la gran victoria, el movimiento de resistencia surgido al calor de la lucha se mantuvo alerta y activo. La mafia del poder no se iba a quedar cruzada de brazos ante la derrota foxista —como habría de verse tan solo unos meses después—. Desde el primer minuto del mensaje de Fox a la nación, cuando reconoció su derrota política, la mafia rumió entre telones la necesidad de reorganizarse e iniciar el contraataque.

    El gran cronista Jaime Avilés, visionario y comprometido como siempre, aseveró: “Los microorganismos ciudadanos que apenas hace unas cuantas semanas constituyeron el Lado Izquierdo Opositor (LIO) y lanzaron el Manifiesto Ladoísta, no se equivocaron al afirmar, en el punto 12 del documento, que la lucha contra el desafuero sería “breve, intensa y victoriosa” o —como establecieron en la exposición de motivos— que “antes, durante y después del desafuero” elevarían su “capacidad de respuesta”, sin apartarse de los principios básicos de la desobediencia civil que son “la creatividad, la firmeza y la alegría.

    De la efervescencia del triunfo sobre el foxismo, el movimiento tendría que arreglárselas para pasar a la promoción del voto, y hacer frente a nuestro talón de Aquiles: la defensa eficaz del voto en el proceso electoral venidero. No había tiempo ni para respirar. Pero aquellos días de abril de 2005, irrumpía una nueva fuerza social, y no podríamos entender el presente sin las jornadas de resistencia popular de aquellas mujeres y hombres del pueblo, de aquellos días intensos de quienes no se rindieron para sentenciar una historia que apenas comenzaba.

    • *Este texto forma parte de “Los años de la resistencia”, un libro de próxima aparición del autor del mismo
  • Heberto y AMLO, la larga lucha por la soberanía energética

    Heberto y AMLO, la larga lucha por la soberanía energética

    El Ing. Heberto Castillo Martínez partió el 5 de abril de 1997, ya no alcanzó a ser testigo directo del primer gran triunfo electoral de la izquierda en ese mismo año, cuando Cuauhtémoc Cárdenas encabezó un gran movimiento cívico que derrocó al PRI -en la primera elección para jefe de Gobierno del entonces Distrito Federal-. Tampoco Heberto imaginó quizá que la utopía de llevar al pueblo al poder nacional se lograría varios años, décadas, más tarde, en 2018, y que se ese gobierno emanado de la gente lograría cambios concretos a favor de la soberanía energética, por los que luchó en vida y obra el Ingeniero.

    Lo real es que Heberto es un indudable precursor de las victorias democráticas del movimiento transformador que hoy gobierna México. Sin su declinación en 1988 a la candidatura presidencial por el Partido Mexicano Socialista para apoyar la emergente Corriente Democrática del Ing. Cárdenas quizá nunca se hubiera logrado o hubiera tardado para otras épocas la unificación de las corrientes del nacionalismo revolucionario que rompió con el PRI y de las diferentes izquierdas que aglutinó el PMS. Heberto es una raíz viva, una raíz siempre crítica y autocrítica de lo que somos; siempre es y será preciso revisitarlo y recordarlo, con más razón a la luz de los acontecimientos de cambio que hoy cimbran los intereses de los vulgares entreguistas -que en su momento también fueron adversarios políticos e ideológicos de Heberto-.

    La izquierda electoral del pragmatismo ramplón -que terminó sumándose al PRIAN y algunos intelectuales orgánicos dizque progresistas- han querido desmarcar a Heberto de la 4aT, en el colmo del cinismo ese sector de la cúpula del PRD que fue el que traicionó los ideales que le dieron origen al partido que nació el 6 de julio de 1988 quisieran llevarse las banderas que sus propios hechos les arrebatan. La realidad es que el presidente Andrés Manuel López Obrador y el gobierno que dirige han tenido presente en todos los actos el legado de Heberto Castillo, en su lucha por la soberanía energética y la defensa de los bienes que son propiedad de la Nación.

    El 4 de abril -en otra jugada maestra que le da la vuelta a las intrigas golpistas de la oposición- después de la negativa en 2022 de los propios conservadores y sobre todo del PRI para dar reversa a la reforma privatizadora de Enrique Peña Nieto en materia de electricidad-, se ha anunciado por AMLO que el Gobierno de México firmó un convenio para comprar a la mayor productora privada de energía del país, la española Iberdrola, un total de 13 plantas de generación de energía eléctrica con un volumen total de 8,539 megawatts. Con elloIberdrola pierde 77% de sus activos en el país, que se recuperan para el interés nacional, luego de las traiciones a la Patria del “Pacto por México”.

    “Hoy el Gobierno de México firmó un convenio para comprar a Iberdrola 13 plantas de generación de energía eléctrica que formarán parte del patrimonio público y serán operadas por la CFE. Es una nueva nacionalización“, ha expresado el presidente López Obrador.

    Hace tres décadas, a esos mismos neoliberales entreguistas que hoy forman parte del bloque opositor, golpista y conservador, el Ing. Heberto los caracterizaba así: “De la Madrid presidente y Carlos Salinas secretario de Programación y Presupuesto implementaron una política de entrega de las empresas de la nación a la iniciativa privada. Entiéndase, de entrega, no de venta. Por ello se hicieron las operaciones tan sucias como las que afloran en estos días. Carlos Salinas entró a la Presidencia a saco, a fuerza, porque tenía que terminar la obra emprendida en el sexenio de Miguel de la Madrid. La venta de las empresas de la nación se dio de la manera más sucia que imaginarse pueda el más pillo de los negociantes. Por ello las enormes fortunas que amasaron los hermanos Salinas, todos ellos, y sus amigos cercanos, a quienes habrá que investigar fiscalmente en vez de amenazar tan torpemente a los ciudadanos, como lo hace la Secretaría de Hacienda mediante sus estúpidos anuncios por la radio y la TV para inducirlos a pagar impuestos”.

    Hoy por la voluntad e inteligencia popular soplan otros vientos, los privatizadores están contra las cuerdas; la memoria de Heberto se honra en la vía de los hechos, se recuperan para la Nación 13 plantas generadoras de energía eléctrica, y en materia petrolera desde 2021 Refinería Deer Park en Houston, Texas es propiedad de México (como también arengaba Heberto ¡Pemex Sí, PEUSA no!); significan hechos que superan las trabas legaloides y las trampas políticas de la derecha, para que nuestro país aproveche los recursos naturales a favor de lograr la soberanía energética. ¡Heberto vive, la lucha sigue! 

  • Plan C

    Plan C

    La historia de agravios de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) al pueblo de México no es nueva, se intensificó de la mano de los gobiernos neoliberales de 1982 a 2018, cuando el poder judicial yacía sumiso, complaciente, abyecto y era la simple comparsa legaloide de los abusos de los poderes ejecutivo y legislativo. En ese entonces, a la prensa convencional no le importaba que no existiera la división real de poderes, y que las decisiones se tomaran cupularmente desde el gatopardismo de la elite mafiosa del PRIAN. Tampoco, los medios le llamaban “dictadura” a los excesos de los tres poderes que actuaban coordinados como “aparato del Estado”.

    Por ejemplo, en septiembre de 2002 la SCJN declaró improcedentes 322 controversias constitucionales contra la reforma indígena aprobada por el Congreso de la Unión, que contravino los Acuerdos de San Andrés Larrainzar construidos con el propio gobierno federal por la representación de las luchas de los pueblos indígenas desde el movimiento zapatista. Previo a ese hecho, decenas de miles de indígenas de todas las culturas y raíces habían marchado a la Ciudad de México en la Marcha del Color de la Tierra, pero la SCJN dio la espalda a los pueblos originarios del país favoreciendo la política sorda del presidente Vicente Fox.

    En aquella época escritores, artistas e intelectuales disidentes manifestaron: “La resolución de la SCJN implica la renuncia del Poder Judicial para enfrentar una responsabilidad histórica, que ahora se suma a una serie de agravios contra los pueblos indígenas y, lo más alarmante, da un paso atrás en la vía hacia la democracia y deja abierto el camino a la violencia, pues vuelve a ignorar los derechos de esos sectores sociales”.

    El célebre escritor Carlos Montemayor aseveró en aquella coyuntura: “No han bastado 500 años para reconocer la dignidad y los derechos de los pueblos indígenas de México. Creo que gran parte del país adolece de la misma visión racista que la mayoría de los senadores y diputados de la actual legislatura. La SCJN optó por no enfrentarse con la ideología racista predominante entre los legisladores ni con la ceguera e indiferencia del Ejecutivo federal”.

    Otro ejemplo de golpe al pueblo y a la democracia ocurrió en octubre de 2014, el Pleno de la SCJN declaró la inconstitucionalidad de la consulta popular que propuso el Movimiento Regeneración Nacional (Morena) ante la reforma enérgica que implicaba la privatización del petróleo. En ese entonces la Corte no posibilitó el ejercicio del derecho de los ciudadanos a una consulta popular, argumentando que las actividades referidas en la reforma “pertenecían al régimen de ingresos del Estado mexicano”.

    En 2016, diez años después del fraude electoral de 2006 -que llevó al usurpador Felipe Calderón a ocupar el cargo de presidente de la república-, la SCJN canceló la posibilidad de que los paquetes de la elección presidencial de 2006 pudieran reabrirse y de que se realizara un nuevo conteo ciudadano, para un deslinde histórico de aquel golpe a la democracia. Y como éstos, pudiéramos referir innumerables ejemplos del papel de una SCJN sometida a la mafia del poder.

    En tiempos de transformación, la SCJN se ha convertido en el ariete contra los cambios políticos, sociales, económicos y culturales que promueve el pueblo organizado con AMLO al timón. La SCJN se quedó atrapada en un pasado ominoso. En la SCJN no ha habido cambio de siglo. Sólo que, ahora la SCJN se ampara en la división de poderes para seguir protegiendo los intereses y privilegios de las elites que todavía subsisten en algunas instituciones “autónomas” en la letra, pero totalmente dependientes y subordinadas a los poderes fácticos del antiguo régimen. 

    Lamentablemente, la SCJN se ha convertido en la cueva de Ali Baba y los 40 ladrones. Esto lo demuestra la decisión del ministro Javier Laynez Potisek, quien suspendió la reforma electoral conocida como Plan B. Lo que ha sido caracterizado por el Gobierno de México como “el arrancar las hojas a la Constitución”, porque con esta determinación se contraviene “el Artículo 105, Fracción I de la Constitución mexicana, que prohíbe las controversias constitucionales en materia electoral”. 

    Más aún, la SCJN defiende a capa y espada los altos sueldos de los consejeros del INE, lo que en sí mismo es anti constitucional, pues nadie debe ganar más que el presidente de la república en el servicio público. Simplemente -por conceptos de finiquito- al terminar su ominoso periodo al frente del INE, Lorenzo Córdova recibirá 9 millones104 mil 762.52 pesos…

    Ante estos hechos, el presiente Andrés Manuel López Obrador nos ha convocado a desplegar un ejemplar Plan C: “Que no se vote por el bloque conservador para que siga la transformación, ni un voto a los conservadores, sí a la transformación”.

    El presidente ha preguntado públicamente a la luz de la historia reciente de la SCJN: “¿Cuándo se había visto que le rechazaran en la cámara, en el Poder Judicial, en la Suprema Corte una ley al presidente? ¿Cuándo, si todo era: ‘Sí, señor, lo que usted diga, señor’ ‘¿Qué horas son? Las que usted quiera, señor’. El poder de los poderes era el Ejecutivo, el Poder Legislativo estaba subordinado; el Poder Judicial, lo mismo. Era el porfiriato o el neoporfiriato, o el neoporfirismo, con la máxima de que la Constitución se respeta en la forma, pero se viola en el fondo; ahora no”.

    En ese sentido el presidente ha referido la importancia de la historia de nuestros días. Es positivo se ejerza la división de poderes; sin embargo, es condenable se renuncie a la justicia en aras de convertir al poder judicial en un jugador más de la arena partidista. Se han quitado las máscaras, es la hora del pueblo, la hora del Plan C: ¡Ni un voto a los conservadores en 2024!

  • Múgica y el Zócalo del 18 de marzo

    Múgica y el Zócalo del 18 de marzo

    En la historia contemporánea quizá no hay plaza en el mundo que haya albergado tantas movilizaciones populares encabezadas en distintas etapas de una larga lucha por el mismo dirigente, como lo ha sido el Zócalo en los movimientos de resistencia y consolidación de la transformación de México encabezada por Andrés Manuel López Obrador -desde el Éxodo por la democracia en los años noventa hasta el 18 de marzo de 2023- que nos incita a la consolidación “sin medias tintas” de los cambios logrados con el empuje del pueblo organizado. 

    El Zócalo es el obradorismo, aunque hoy esta plaza ya queda chica a un movimiento que desborda y toma toda la ciudad capital en sus últimas convocatorias; ha sido el Zócalo la casa del pueblo, lugar natural desde dónde se reflexionan y definen las decisiones más significativas para nuestro porvenir.

    En los momentos determinantes de nuestra historia podemos encontrar las lecciones de cómo se abordó la coyuntura, -no siempre los resultados fueron los esperados-, pero sin duda el pasado significa una guía para entender mejor donde nos ubicamos en el presente, es la historia la maestra de la política y de la vida. 

    Desde esta majestuosa plaza, que incendió de entusiasmo la tarde pulcra que antecede a la primavera, en función del discurso que atestiguamos en aras de la consolidación del proceso de transformación -que tanto incomoda y sacude a los rancios poderes fácticos del viejo régimen corrupto-; hoy podemos parafrasear y discernir sobre tres momentos de nuestra historia, que se alumbran coordenadas a la luz de la visita simbólica del General Francisco J. Múgica este 18 de marzo -baluarte de la revolución mexicana-, y de las definiciones que pronto habrán de convocarnos para radicalizar la Cuarta Transformación de México -más allá del 2024-.

    Juarismo popular 

    En los años posteriores a la etapa dónde Benito Juárez condujo el país y tuvo el mérito de separar el poder político del poder religioso, tan solo cuatro años después de su último periodo presidencial comenzó la Dictadura de Porfirio Díaz, un personaje emanado del propio liberalismo, quien asumió el legado liberal desviándolo hacia un proyecto personal edificado en torno a la oligarquía y la acumulación de poder político y económico. 

    Paradójicamente, la semilla de la resistencia a la Dictadura -que décadas más tarde fue el germen de la Revolución mexicana-, surgió de todos esos personajes, grupos, habitantes de pueblos, rancherías y pequeñas comunidades que se formaron política e ideológicamente en torno a Benito Juárez durante el periplo del oaxaqueño por diversas regiones del país en defensa de la República, ante la intervención francesa.

    El pueblo que observó, escuchó, atendió, conoció, aprendió y supo de los principios y obra de Benito Juárez de viva voz en la mayoría de las veces, o de voz en voz, significó la construcción de una amplia base social y popular que a lo largo de México asumió como suyo el ideario juarista en la búsqueda de justicia, igualdad ante la ley, respeto a los derechos, libertades, y amor a un régimen republicano, y que debido a la magnitud de la congruencia del presidente indígena -porque los hombres mueren pero las ideas perduran-, representó en el subterráneo de la historia toda una corriente de pensamiento liberal, que podemos caracterizar como el juarismo sin Juárez, y de dónde surgen los clubes liberales primero y anti reeleccionistas después, precursores de la tercera gran transformación de México.

    Cárdenas y Múgica 

    Una duda que ha quedado para la historia -cuyos alcances volvió a dilucidar el presidente AMLO en el Zócalo del 18 de marzo-, que sigue siendo fuente de diversas teorías para explicarla, basadas en la interpretación de los usos políticos de la época es: 

    ¿Por qué el general revolucionario Lázaro Cárdenas del Río, siendo presidente de México no optó por apoyar al general Francisco J. Múgica como su sucesor natural en la silla presidencial, quien representaba la radicalización del proceso emanado de la revolución social de 1910-1917 y que precisamente en el cardenismo había observado -ya como proyecto de gobierno- el momento más luminoso a favor de los intereses del pueblo?

    Algunas voces establecen que fueron las presiones de los grupos de poder económico, tras el desgaste ante intereses muy fuertes nacionales y extranjeros por la determinación de Lázaro Cárdenas de expropiar el petróleo en 1938, por cierto, decisión en la que la opinión del propio Múgica fue definitoria.  

    El mismo general Cárdenas escribiría en sus Apuntes que “la candidatura del general Múgica representó las tendencias radicales de la Revolución Mexicana: su definida convicción en materia educativa, su actitud combativa frente a la labor del clero y su indiscutible honradez habrían hecho de él un buen gobernante, pero las circunstancias del país no le fueron propicias”.  

    A la postre la sucesión presidencial recayó en Manuel Ávila Camacho, quien fue presidente de México de 1940 a 1946, y dio un cambio de rumbo a los construido en el periodo cardenista. La historiadora Anna Ribera sintetiza: “Así las cosas, Cárdenas dejó la decisión en manos del partido cuya inclinación a favor del poblano ya se había manifestado. Veinte años después Cárdenas confesaría: “pensé que rectificaría el camino iniciado […] pero jamás esperé un viraje de ciento ochenta grados.” Y la analista concluye:

    “Las polémicas elecciones de 1940 dieron el triunfo a Manuel Ávila Camacho, y los almazanistas, que habían parecido dispuestos a todo, se replegaron al verse abandonados por su candidato. La maquinaria de la Revolución y su partido se impusieron para frenar el ascenso de la derecha, pero de forma simultánea para moderar y frenar las políticas sociales, cuya honda huella iría configurando paulatinamente el mito del cardenismo. “Cada seis años el país se vuelve otro país”, dice José Emilio Pacheco. Pero nunca lo hizo de manera tan evidente como en 1940”.

    La contribución de Heberto Castillo

    El Ingeniero Heberto Castillo con su declinación de la candidatura presidencial a favor de Cuauhtémoc Cárdenas en 1988 mostró un gesto de enorme patriotismo y altura de miras que quedó grabado en la memoria del movimiento democrático y en la historia de las luchas políticas y electorales; con este acto Heberto aglutinó a las hasta entonces irreconciliables corrientes de las izquierdas (algunas en su momento promotoras del abstencionismo electoral o la vía armada), con la corriente de signo nacionalista revolucionaria que defendió -primero desde el PRI y luego fuera del organismo-, los logros sociales producto de la revolución mexicana y la Constitución de 1917, incluidos la reforma agraria, el petróleo como bien de la Nación, la separación Iglesia-Estado y la educación gratuita, que serían la base programática del amplio movimiento condensado en el Frente Democrático Nacional del 88, y raíz ideológica de nuestro movimiento.

    De estos tres momentos: el país de Juárez sin Benito Juárez físicamente, el dilema de Lázaro Cárdenas sobre Francisco Múgica y la altura histórica de Heberto Castillo, podemos inferir algunas claves para sacar cada quien nuestras propias conclusiones, pues el presidente Andrés Manuel López Obrador al recordar a Múgica nos alerta a todos nosotros, a los posibles participes en la encuesta o definición de la candidata o candidato presidencial del movimiento de 2024, la responsabilidad de no equivocarnos, esta será una decisión que pesa en los hombros de AMLO pero sobre todo en nosotros, en los asiduos al Zócalo desde tiempos de resistencia: la respuesta está en el corazón de la Patria, en las lecciones de la historia y en el viento de primavera…

  • La 4ªTesla

    La 4ªTesla

    El presidente Andrés Manuel López Obrador recibió el miércoles 8 de marzo en Palacio Nacional a directivos y técnicos de Tesla, empresa especializada en autos eléctricos y tecnologías renovables, tras el reciente anuncio de inversión en el noreste del país, para una “gigafactory” que se instalará en Santa Catarina, Nuevo León; luego de que el gobierno de México planteó las condiciones básicas necesarias a favor de la población de la localidad, como mecanismo para que se aprobara la viabilidad del proyecto; en el marco del respeto de nuestra Soberanía y de la óptica de un presidente que gobierna de abajo hacia arriba, cuidando el interés general.

    “Avanzamos en el proyecto de la planta automotriz de Nuevo León y en otros. Vamos bien”, destacó el presidente en sus redes sociales, después de reunirse con la comitiva de Tesla, que estuvo integrada por el director de Políticas Públicas y Negocios de Desarrollo, Rohan Patel; el director de Mercado en México, Eugenio Grandio; y el director de Ingeniería, Logan Grant. Ahí se confirmaron los planes derivados de la llegada de la empresa dirigida por Elon Musk, uno de los hombres más rico del mundo, dueño también de Twitter y SpaceX.

    En la planta de México Elon Musk invertirá inicialmente más de 5000 millones de dólares con la idea de producir hasta un millón de autos eléctricos por año; el impacto de Tesla en las comunidades donde ha instalado “gigaplantas” ha sido mayormente positivo generando miles de empleos, impulsando la economía local y desarrollando infraestructura pública. La derrama económica de Tesla en Santa Catarina y en el área metropolitana de Monterrey es una buena noticia, no obstante, antes de posibilitar este cometido, el gobierno federal planteó las acotaciones necesarias para atender los retos ambientales, de infraestructura, de condiciones laborales, de impacto y de personal suficiente capacitado que significarían construir las posibilidades reales de éxito del proyecto.

    Este logro de la 4aT ha sido un duro revés para las motivaciones perversas de los conservadores que todos los días abren frentes contra el gobierno de AMLO; los reaccionarios primero difundieron la falacia que el presidente no permitiría instalar la planta, pues en la mentalidad entreguista y proclive a la subordinación de los derechistas no se explican que haya un gobierno que sepa poner en primer plano la soberanía y los intereses populares ante el gran capital. Por supuesto que se permitió la inversión de Tesla, pero bajo un marco de garantías para el desarrollo integral del pueblo. 

    Después, voceros del viejo régimen quisieron atribuir el triunfo al gobierno errático de Samuel García en Nuevo León, pero el propio Tiktokráta reconoció que solo había sido un acompañante de algunas negociaciones que de tiempo atrás fueron encabezadas por los titulares de las dependencias del gobierno de México, con ello dio un portazo a la nariz e insidia del inefable Loret de Mola.

    A la derecha le cayó como valde de agua fría que, durante su conferencia del 28 de febrero, el presidente Andrés Manuel López Obrador informó que acordó con Elon Musk, CEO de Tesla, que la planta se instale en Nuevo León, con la condición de que en todo el proceso productivo se utilice agua tratada y reciclada, además de que trabaje en conjunto con el gobierno para resolver la crisis hídrica a mediano y largo plazo.

    JPMorgan el banco más grande de Estados Unidos aseguro que la perspectiva de México con la llegada de Tesla es “brillante”. Los economistas de JPMorgan, entre ellos Cassiana Fernández y Gabriel Lozano, escribieron en un informe publicado el lunes 6 de marzo: “México es el lado positivo de América Latina, ya que se mantiene sobre una base sólida gracias a la resiliencia de la demanda externa, el consumo interno y la recuperación de la inversión fija”. En una calificación positiva para México escasamente difundida por los medios convencionales y los señores de las viejas mafias: que añoran que le vaya mal al país.

    Desde el noreste, en el otro punto de la frontera norte, el pasado 17 de febrero el presidente inauguró la primera etapa de la planta fotovoltaica de Puerto Peñasco, en Sonora, misma que iniciará operaciones el 1° de mayo de 2023. Será la planta solar más grande de América Latina y evitará la emisión aproximadamente de 1.4 millones de toneladas de CO2 anuales, lo que equivale a sacar de circulación a cerca de 270,000 automóviles. 

    Con estas acciones del gobierno de la 4ª Transformación, se demuestra el compromiso efectivo e integral con las energías limpia, verdes y renovables, y se desmienten las mentiras con las que los golpistas intentaron socavar la defensa del petróleo como propiedad de la Nación, pues se ha defendido el petróleo y se camina hacia la soberanía energética, al tiempo que se avanza en la infraestructura e inversiones necesarias para las energías limpias, las tecnologías renovables y el mayor uso de autos eléctricos.

    Este 18 de marzo será la fiesta de nuestra Soberanía, nos sobran motivos para festejar, de norte a sur y de este a oeste, se honra el legado de Lázaro Cárdenas con la defensa de nuestro petróleo y su uso como instrumento del pueblo para la economía nacional; con la nacionalización del Litio como mineral del presente y el futuro; a su vez, se favorecen acciones para la inversión pública y privada para potenciar las energías del porvenir, en una verdadera renovación y edificación del desarrollo sustentable anclado en los sentimientos e intereses de la Nación y en la defensa auténtica y eficaz de la Soberanía Nacional. 

  • Las mujeres, esencia de la 4aT

    Las mujeres, esencia de la 4aT

    Otra de las grandes trampas de la narrativa derechista -difundida desde grupos de poder y medios de comunicación convencionales contra la Cuarta Transformación de México- radica en desvirtuar el papel central y ejemplar de las mujeres en la conducción e implementación de las políticas y programas que están generando un cambio social, económico y cultural desde el México profundo, y a favor de los sectores históricamente excluidos y desprotegidos.

    Desde los orígenes del obradorismo como fuerza social del pueblo organizado en los años noventa y después en los años de la resistencia al neoliberalismo durante el cambio de siglo, las mujeres han sido el alma de nuestro movimiento, y las verdaderas protagonistas de una estructura social forjada a ras de tierra que han sostenido las luchas sociales, culturales y políticas que alumbraron la victoria del pueblo en 2018. 

    En el México contemporáneo, de las experiencias de las mujeres estudiantes de los movimientos universitarios de 1968, 1971, 1986-87 y 1999-2000 entre otros, de las luchas del movimiento urbano popular para buscar vivienda digna para sus hijos y familias, de las luchas de las costureras encabezadas por Evangelina Corona tras la negligencia gubernamental tras los sismos de 1985, de las luchas cívicas del Barzón cuando las mujeres y sus familias perdieron su patrimonio por el desastre económico priista, de las luchas en defensa del voto ante los fraudes electorales de 1988, 2006 y 2012, de la lucha contra el desafuero de AMLO en 2005, de la resistencia civil pacífica impulsada por el obradorismo en tiempos de la Convención Nacional Democrática, el Gobierno Legítimo de México, de las Casas del Movimiento, de las “adelitas” en defensa del petróleo en 2008, de todas esas mujeres que participaron, dieron su tiempo y vida, sacaron adelante a sus hijos, y también defendieron sus convicciones, enseñaron a luchar a sus vecinos, amigos y familiares, de todas ellas abrevamos todos, para seguir soñando y construyendo un México más justo, libre y fraterno.

    “Yo soy una mujer embarazada que viene a defender la patria y el patrimonio de mi hijo que viene en camino y de mi hija que está en mi casa”, decía una pancarta de una mujer anónima de la bridada “Enaguas Profundas” que defendía el petróleo como patrimonio del pueblo en las manifestaciones del 2008.

    No se podría entender la edificación de un Estado de Bienestar con enfoque de derechos sociales sin el papel de las mujeres en movimiento del cambio de milenio; gracias a esa larga lucha hoy 13 millones de 25 millones de personas beneficiarias de programas sociales son mujeres.

    Más allá de discursos oportunistas, y de los desplantes de los conservadores para buscar montarse mañosamente en las luchas de las mujeres, hoy los hechos son los que hablan: nueve mujeres son gobernadoras en sus estados, más que nunca en la vida pública del país son mujeres las que dirigen gobiernos locales. 

    En la 4aT por primera vez una mujer ha sido presidenta del Senado, también por primera vez una mujer dirige el Banco de México, y una mujer encabeza la prioritaria Secretaría de Seguridad a nivel federal.

    Por primera vez existe un gabinete paritario, se avanzó de la visión de las “cuotas de género” devenida de la “transición pactada” a la verdadera paridad. El principio de paridad es uno de los pilares fundamentales de la transformación. Para resolver los problemas y problemáticas de una sociedad que el neoliberalismo condujo a la degradación y la violencia, hoy las mujeres están en el centro de la toma de decisiones, para regenerar las condiciones básicas de vida con su sello, y que nunca más persista desde las altas esferas una visión complaciente o cómplice de la violencia hacia las mujeres. 

    Desde las nuevas masculinidades, nos corresponde respetar y reconocer todas y cada una de las luchas de las mujeres por sus derechos, y de cómo ellas decidan expresar su feminismo; y en el ámbito más general nos toca a todos seguir luchando por la paridad, por el reconocimiento a las contribuciones sociales, políticas y económicas que en todos los órdenes de la vida ejercen las mujeres.

    Falta mucho por hacer ante un sistema judicial que sigue teniendo características emanadas del viejo régimen, pero a partir de la clasificación en 2021 de los homicidios de mujeres como feminicidios, y reconocer la gravedad de esta lamentable realidad, se ha reducido este delito en 35.7%. Ahí está uno de los grandes retos de nuestro tiempo, abatir este y otros indicadores y brechas que nos remiten a la vulnerabilidad de las mujeres. En la lucha contra la violencia social, las desapariciones forzadas, los feminicidios y el machismo, cuenten las mujeres con el pueblo organizado.

  • Cuando los corruptos marchan

    Cuando los corruptos marchan

    Tres partidos políticos con registro nacional y todas sus prerrogativas (PRI, PAN, PRD); la mayoría de los dueños de los medios convencionales de televisión, prensa y radio; la burocracia dorada del INE, la UNAM, el poder judicial, y otros “órganos autónomos”; los aparatos administrativos y corporativos de gobiernos estatales y municipales todavía gobernados por el PRI, PAN y PRD; las plumas pagadas del viejo régimen; los intelectuales orgánicos; los expresidentes panistas instalados en el cinismo; los ex candidatos presidenciales del “Pacto por México”; las organizaciones fachada de Claudio X González; los artistas de pago por evento que ahora son ecologistas; todos ellos apenas y lograron llenar el Zócalo unos cuantos minutos, a lo más media hora, para gritar a los cuatro vientos y sin escrúpulos un monólogo irreductible: ¡No al fin de los privilegios de unos cuantos!

    Todo el andamiaje del antiguo régimen se volcó durante meses (desde noviembre de 2022) a preparar la movilización derechista al Zócalo, que fue anunciada en su ruta y pormenores por los voceros oficiales de las elites del pasado -desde noticiarios triple A en radio y TV y ríos de tinta en páginas de periódicos-; sin embargo, entre todos los poderosos promotores del desdichado convite no lograron juntar siquiera unas 100 mil personas, que, entre acarreados, ingenuos, tontos útiles, personas rebosantes de racismo, elitismo y clasismo, aspiracionistas, trapecistas políticos, los infaltables traidores y algunos personajes de buena fe, significan la edificación engañosa de esa torre de babel que hoy compone el bloque golpista y reaccionario en su capítulo mexicano, y donde las máscaras ideológicas han cedido el lugar al más primitivo desplante contestatario, donde la agenda se reduce a decir que no a todo lo que venga de la Andrés Manuel López Obrador, apostando a que le vaya mal a México para que esto suponga que los mafiosos se rediman de la corrupción que los distingue desde la médula. 

    Hoy los que acusan de “dictadura” pudieron llegar al mismo Zócalo que fue negado para el cierre de campaña de AMLO en 2018, como sin duda corresponde al pleno ejercicio de la libre expresión y manifestación, derecho que hoy brilla por su respeto irrestricto en el marco de la 4aT, y que esas voces hipócritas no denunciaron cuando se le negó a la oposición en aquel año electoral. Los que traicionaron las expectativas de cambio en el año 2000, los que operaron los fraudes electorales de 2006 y 2012, hoy se pintan de rosa como si la palidez del tono les diluyera la larga cola que se cargan.

    Cuando el odio es dirigente del contingente se muestran escenas como las de iracundos panistas desmontando una enorme lona con el logotipo blanquiazul y la efigie de Genaro García Luna en la plaza mayor, la cual se apresuraron a hacer trizas llevándose entre las patas la marca de su propio partido, como queriendo enterrar su reciente y nefasto ayer, del que hoy quieren desentenderse disfrazados de demócratas. 

    Cuando la falacia es la guía de la acción política ahí están las escenas de los marchantes queriendo borrar y despegar los carteles que activistas de otras posiciones políticas colocaron en puestos de periódico del primer cuadro denunciando el reciente veredicto contra Genaro García Luna por parte de una corte de EU -cuyo jurado por unanimidad lo ha encontrado culpable de criminal y narcotraficante-. Que lindos son esos demócratas que con una mano dicen defender las libertades y con la otra quieren callar las voces que les incomodan.

    Sin tibiezas ni medias tintas denunciemos la tramposa narrativa que quieren inaugurar los conservadores, los orígenes del dinero y las facciones que sostuvieron este mitin rosa gris, y los personajes camaleónicos de siempre que apuestan erráticamente a nuestra desmemoria. 

    Con humildad para el porvenir desde nuestra trinchera personal y colectiva despleguemos el balance y la autocrítica. En el caso de nuestro movimiento deben intensificarse las tareas de información, reflexión y concientización del proceso histórico fundacional del Estado Democrático de Bienestar y Derechos Sociales vigente que encabeza AMLO, así sea una sola persona de buena fe o cientos de ellas las que acudieron al llamado tramposo de mafiosos viejos lobos con piel de cordero del pasado domingo, de nuestra parte no debe escatimarse esfuerzo en llegar a todos los más posibles, pues nos asiste la razón, y con argumentos podemos abatir las taras y telarañas vertidas en coro por políticos rancios, y medios de comunicación cooptados por intereses de grupos de poder. 

    Desde 1988 el movimiento democrático y los movimientos sociales emergentes del pueblo organizado durante los años del viraje neoliberal llenamos el Zócalo unas 100 veces, y seguramente nos estamos quedando muy cortos en la cifra, en gestas de dignidad  y civismo ante aparatos de autoritarismo y represión, movilizaciones, marchas y mítines que eran comúnmente censuradas por los medios que hoy se promocionan como adalides de la democracia; cuando las  movilizaciones eran cualitativa y cuantitativamente verdaderas irrupciones ciudadanas, autónomas de poderes fácticos e independientes de elites económicas, como no lo fue la marcha del domingo 26.

    Pero nadie se llame a engaño, la reacción sigue al pie de la letra las recetas del golpe blando, van a calentar la calle con mentiras y más mentiras, haciendo de la infodemia su baluarte, por ello el reto de que cada militante de la 4aT sea un medio de comunicación alternativo es una tarea que exige verdadero patriotismo. Ellos tienen los medios, nosotros nuestra convicción para ir casa por casa, nuestro empeño y nuestro sudor. 

    El montaje de llenar el Zócalo con mentiras y acarreados tiene la intención de desacreditar hacia el exterior del país el camino de la transformación, por eso la urgencia y sincronía de llegar, tomarse la foto e irse; cuando los convocantes de la marcha de la ignominia tengan que discutir y enarbolar un proyecto de nación, acordar un programa y definir una dirección veremos que quizá el pragmatismo vulgar no alcance a sellar la desesperación de quienes durante años se llamaron diferentes entre ellos, y hoy sólo se exhiben. 

    Finalmente si el verdadero interés de los marchantes rosados fuera hacer valer la voz del pueblo sobre la Reforma Electoral u otros temas, podrían echar mano del instrumento de la consulta constitucional, juntando las firmas y solicitando la aplicación del instrumento para preguntar al pueblo su opinión. Pero, ese no es el caso, solo tratan de descarrilar la 4aT, además, sorpresa en las propias encuestas del INE un 75% apoya la reforma electoral, no sólo en su plan B sino en su presentación inicial más integral y radical.