Etiqueta: René González

  • Calderón sí sabía

    Calderón sí sabía

    En noviembre de 2011, durante el último tramo del ominoso sexenio de Felipe Calderón, la Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal advertía sobre la violencia que se aplicaba como política de Estado, y de la reinante impunidad que llevaba al naufragio a grandes sectores del pueblo de México:

    “Como muestra están los hechos de impunidad muchas veces desconocidos, pero que a diario se suman a los ya consagrados por la denuncia social: el asesinato de estudiantes en 1968 en la ciudad de México; la desaparición forzada de incontables personas durante la guerra sucia en territorio mexicano; la muerte de niñas y niños en el incendio de la guardería ABC en Hermosillo; el asesinato de mujeres por motivos de género en Ciudad Juárez; la muerte de casi 60 mil personas en todo el país que como saldo deja hasta hoy la estrategia federal contra el narcotráfico… En cada uno de estos casos atroces el Estado mexicano ha violado sistemáticamente los derechos a la verdad, a la justicia y a la reparación del daño a las víctimas, cuyo respeto y pleno ejercicio es indispensable para abatir la impunidad”.

    (CDHDF-2001)

    Se trata de un recuento histórico de agravios, donde los sucesivos gobiernos del PRI y del PAN, solo supieron ejercer la violencia como único recurso para atender las legítimas demandas de amplios sectores de la población que exigían democracia, libertad y justicia; y también se trata de un diagnóstico a contracorriente del discurso oficial -de lucha contra la delincuencia-, se evidenciaba una estrategia que estigmatizaba la pobreza de las víctimas, y mantenía vigente la impunidad judicial de los victimarios que pudieran comprar su libertad:

    “Es desafortunado que en México esta situación, ya de por sí de alerta, se agrave por el actual contexto de violencia exacerbada y el uso desmedido de la fuerza del Estado, lo cual reafirma la urgencia de enfocar nuestro sistema de justicia penal hacia una perspectiva de derechos humanos, porque la corrupción y la ineficacia procesal del sistema inquisitorio –vigente aún en gran parte del país– incrementa la inoperancia de las autoridades responsables de garantizar un debido proceso a quienes son inculpados y de proteger integralmente a las víctimas, dando como resultado que, de acuerdo con diversos estudios realizados por organizaciones civiles y universidades del país, en promedio 98.5% de los delitos cometidos en México no sean adecuadamente investigados ni sancionados.”

    Aquel era un momento de oscuridad total en la vida pública de México, el pueblo se encontraba atrapado en medio de dos fuegos de una guerra inútil y absurda emprendida por Felipe Calderón -que hoy comprobamos lo que desde entonces se sospechaba y documentaba-, aquella guerra no fue para combatir a la delincuencia sino para favorecer a facciones criminales que proveían cuantiosos recursos a los operadores del propio presidente panista.

    Calderón tuvo como socio en el poder no un día o una temporada, sino largos años con sus noches y sus días donde las denuncias de miles de víctimas e inocentes no eran ni siquiera tomadas en cuenta por un aparato propagandístico bien aceptado entre instituciones, medios convencionales y ONG’s. Porque cuando una víctima denunciaba un atropello, a coro se repetía en tono de sorna: “algo estarían haciendo…”

    Desde 2020, ya cuando Genaro García Luna se encontraba bajo el escrutinio de la justicia, la ex embajadora estadounidense Roberta Jacobson declaró que el gobierno de Felipe Calderón tuvo en su poder la información sobre los nexos de Genaro García Luna con el narcotráfico cuando éste fungía como titular de la Secretaría de Seguridad Pública del gobierno federal.

    El reciente martes 21 de febrero, las autoridades judiciales de Estados Unidos, han informado que Genaro García Luna, el encargado de dirigir la lucha contra el narcotráfico durante el Gobierno de Felipe Calderón, ha sido declarado en Nueva York culpable de todos los cargos por los que se le juzgaba: Conspiración para la distribución internacional de cocaína; conspiración para la distribución y posesión de cocaína; conspiración para importar cocaína; delincuencia organizada y dar declaraciones falsas en su solicitud de naturalización al declarar que no había cometido ningún delito. 

    Bien dicen que a explicación no pedida, culpabilidad confesa: Una vez realizado el anuncio del veredicto unánime del jurado de Nueva York, mientras sus correligionarios panistas escondían la cara como avestruz en la Cámara de Diputados, el ex presidente Calderón ha publicado un tweet cargado de cinismo donde con puros dichos pretende deslindarse de su segundo a bordo, e intenta escupir al cielo ante lo irrefutable: por supuesto que es responsable por acción y omisión de generar un Estado fallido que sumió en la violencia a México, para intentar ocultar su origen espurio, mientras él y su equipo cercano aprovecharon para hacer negocios con la delincuencia organizada, en medio de la tragedia que desbordaba a los mexicanos.

    En aquel sexenio de la ignominia, Felipe Calderón traicionó a las instituciones mexicanas y a sus socios norteamericanos  solapando las actividades ilícitas de su principal colaborador, al mismo tiempo que traicionaba la confianza y la integridad de las familias de los servidores públicos honestos, de buena fe, que arriesgaron o perdieron la vida cumpliendo su deber, mientras en las altas esferas del gobierno federal se desplegaban perversas estrategias de complicidad e impunidad para favorecer a quienes se decía combatir.

    Pero a pesar de su carácter de autoridad espuria, que llegó al poder por vía de un fraude electoral, su mayor traición fue al pueblo de México, al que solo de nombre intentó representar; es un traidor por ser cómplice de todas las facciones criminales que lograron amplia influencia dentro de las instituciones mexicanas para garantizar sus privilegios de grupo y usar la violencia del Estado para acabar con sus competidores comerciales. Calderón era la cabeza de esta estructura criminal.

    A las viudas y huérfanos de aquellos soldados, marinos, policías, fiscales, jueces que actuaron con congruencia y amor a la Patria, mientras García Luna negociaba con el crimen, a todos ellos Calderón debe rendir cuentas. No más impunidad, más justicia para las víctimas. Calderón sí sabía.

  • 18 de marzo, al Zócalo con AMLO

    18 de marzo, al Zócalo con AMLO

    Durante las décadas de decadencia priista las conmemoraciones del día de la expropiación petrolera -decretada el 18 de marzo de 1938 por el General Revolucionario Lázaro Cárdenas del Río-, se fueron volviendo actos de profunda incongruencia; eran los años ochenta y noventa -los del viraje neoliberal- cuando el gobierno federal permitió el desmantelamiento silencioso y anti constitucional de la industria petrolera, para abrir la puerta a la inversión privada nacional y extranjera. 

    Fueron los disidentes neocardenistas, que enarbolaron por convicción verdadera el nacionalismo revolucionario -quienes todavía desde el interior del sindicalismo petrolero oficial-, evidenciaron las desviaciones de las cúpulas de Pemex y del sindicato petrolero, que con una mano festinaban con discursos elocuentes pero vacíos al General Cárdenas, mientras con la otra hacían todo tipo de maniobras para desde adentro entregar el petróleo a intereses ajenos al interés nacional. 

    El 18 de marzo de 1988 la insurgencia cardenista inspirada en la obra de Lázaro Cárdenas, irrumpió en el acto oficial priista del Zócalo capitalino, para con mantas que rompieron el escudo priista y la parafernalia del sindicalismo corporativo, dar un grito de inconformidad y disidencia, que fue también censurado por los medios convencionales de la época. 

    Pero la inconformidad con el viraje neoliberal ya no era un secreto a voces, fue creciendo hasta poner en riesgo la continuidad priista en el poder -durante aquel 1988-, cuando el sistema tuvo que echar mano del fraude electoral; pues fueron los petroleros de base los que señalaron en protestas abiertas o soterradas, que el neoliberalismo estaba destruyendo desde dentro los logros de la etapa cardenista de la revolución mexicana.

    Conforme el régimen priista se fue despintando y se fue desmarcando de los principios e ideales de la revolución mexicana -proceso histórico que se suponía era su cimiento ideológico-, y fue afianzando su maridaje con el PAN en aras de seguir al pie de la letra las recetas neoliberales “para adelgazar al Estado”, las reformas constitucionales necesarias para privatizar el petróleo fueron el centro de los esfuerzos de los gobiernos de Vicente Fox, Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto.

    El año 2008 estuvo marcado por la resistencia civil pacífica que desde el movimiento obradorista se organizó para hacer frente a la reforma calderonista que pretendía privatizar el petróleo; en un contexto muy adverso tras el fraude y la desmoralización social de 2006. El gobierno legítimo de AMLO -sin quebrantos ni dobleces- desplegó con imaginación y firmeza el movimiento nacional en defensa del petróleo, donde la organización en brigadas y la participación de miles de mujeres libres denominadas “Las adelitas”, fue esencial para detener la embestida con movilizaciones, consultas y un cerco total pero pacífico al Senado de la República durante varias semanas. “Habría que tomas aeropuertos y carreteras si fuera necesario para detener la traición a la Patria”, reflexionaba un Andrés Manuel muy moreno por haber recorrido todo el país en 2007, que hacía fuerza desde la adversidad. “Auxilio, socorro, nos roban el petróleo”, se escuchaba en plazas, mercados y escuelas, se abrían debates, foros, diálogos, y se hacían obras de teatro para ilustrar lo que significaría perder la tutela estatal de la “palanca de desarrollo nacional”. 

    Fue hasta el 12 de diciembre de 2013, en una sesión caótica, la Cámara de Diputados aprobó la reforma energética de Enrique Peña Nieto, con apoyo de 354 legisladores del PRI, PAN, PVEM y Nueva Alianza, en un momento de desconcierto al interior del movimiento porque Andrés Manuel López Obrador estaba hospitalizado tras sufrir un infarto, y aprovechando el día donde la religiosidad popular celebra a la Virgen de Guadalupe para consumar el atraco. 

    La reforma energética es uno de los pendientes para la consolidación de la 4aT, habrá que organizarnos para lograr la mayoría necesaria para derribar los candados de los neoliberales a favor de intereses privados; no obstante, aún en los estrechos marcos legales actuales, con el cambio de régimen conseguido por el pueblo organizado en 2018, se ha cambiado el rumbo y reorientado el  PEMEX a favor del interés general. 

    En diciembre de 2022 entre otros logros, la dirección general de Pemex anunció:

    1. “La política energética del gobierno federal logró dar vuelta a la situación de deterioro en que la administración anterior dejó a Petróleos Mexicanos (Pemex), la principal empresa del país. La petrolera logró aumentar en 200 mil barriles diarios la producción de 2019 a la fecha, alcanzó la meta de reponer en su totalidad las reservas de hidrocarburos, disminuyó los tiempos para comenzar a producir en los pozos y reforzó su contribución a la Hacienda pública.”
    2. “Pemex paga 5.6 veces más impuestos que las tres empresas privadas más grandes del país: América Móvil (Telcel, de Carlos Slim), Fomento Económico Mexicano (Femsa), que controla firmas como Oxxo y CocaCola, además de la cadena minorista Walmart”. 
    3. “La producción de petróleo crudo de Pemex alcanzó ya en 2022 los 1.9 millones de barriles. La meta para 2023 es llevarla a un millón 983 mil barriles por día, de donde no se moverá ya de manera significativa, dado que la administración actual se ha fijado en 2 millones de barriles diarios la meta de extracción del hidrocarburo. Para dejar recursos a las nuevas generaciones”.
    4. “Pemex aporta 97 por ciento de la producción nacional de crudo. Sólo tres empresas privadas (Eni, Hokchi y Petrobal) mantienen los contratos que obtuvieron con la apertura del sector en la administración de Enrique Peña Nieto y contribuyen con 3 por ciento de la oferta nacional”.
    5. “Este año 2023, 22 de cada 100 pesos de los ingresos federales serán aportados por Pemex, una proporción que la administración pasada había disminuido a 17 de cada 100 pesos. En esta administración, los ingresos públicos totales se han incrementado en 634 mil millones de pesos y, de esa cantidad, 361 mil millones de pesos, o 57 por ciento del total, son aportados por Pemex.”

    Resistimos, avanzamos y hemos vencido transitoriamente, por eso sobran motivos para volver a hacer del 18 de marzo una fiesta nacional en memoria de Lázaro Cárdenas, y del obradorismo como movimiento de transformación a favor del bienestar común; también para seguir fomentando la concientización del pueblo, y nunca más haya un país petrolero y un pueblo sin dinero. Ahí nos vemos en la plaza pública.

  • Obradorismo 2023

    Obradorismo 2023

    En el epilogo de la gran Marcha del Pueblo del 27 de noviembre Andrés Manuel López Obrador propuso la discusión y reflexión de las principales premisas del pensamiento obradorista, en aras de consolidar una corriente política, filosófica e histórica que planteó públicamente llamar Humanismo Mexicano y que significaría un legado para las generaciones subsecuentes, que defenderán y profundizarán la Transformación de México -más allá de la sucesión de 2024 y más allá del resultado en la elección presidencial-.

    El amor al pueblo en todos los actos de la vida pública, la opción preferencial por los pobres y desprotegidos, un Estado de Bienestar que logre derechos sociales universales, educación pública, gratuita y de calidad en todos los niveles, austeridad republicana como signo de buen gobierno, defensa de los recursos naturales como propiedad de la Nación, combate a la corrupción barriendo las escaleras de arriba hacia abajo, sistema de salud universal y gratuito, economía moral a favor de las mayorías, amor al prójimo en la acción política, son -entre otros- los principios que corresponden a una brújula programática anclada en la izquierda social -que significan ideales que han guiado nuestro camino, que se han traducido en conquistas del pueblo-, como el derecho constitucional a la pensión universal para los adultos mayores, y son también, el corazón del proyecto alternativo de Nación.

    De nuestro proyecto alternativo se han logrado realidades tangibles que favorecen el interés del pueblo, por ejemplo las nuevas universidades públicas Benito Juárez ubicadas geográficamente en zonas de alta marginación y conflictividad social justo donde los jóvenes habían sido excluidos de la educación superior; o, del combate a la corrupción se han recuperado recursos financieros para acciones de gobierno inéditas, como haber impreso dos millones cien mil libros de la colección “21 para el 21” de autores mexicanos, que se distribuyeron a maestros y maestras jubiladas, jóvenes becarios, a universitarios rurales, a integrantes del ejército mexicano, o en “librobuses” y bibliotecas de escuelas y comunidades. 

    No obstante, también se observan grandes pendientes para el porvenir. Por ejemplo, las reformas electoral, eléctrica y judicial, entre otras, que en el actual sexenio enfrentaron poderosas resistencias por parte de los residuos orgánicos de la vieja mafia del poder, que con argumentos falaces utilizaron la fuerza parlamentaria que todavía controlan en el Congreso de la Unión como un dique para contener los cambios profundos que demanda el pueblo. 

    A la defensa de privilegios, grandes sueldos, y canonjías que recibe la cúpula del INE la derecha la llamó “defensa de la democracia”, a la defensa de contratos leoninos amparados en la corrupción y el tráfico de influencias de administraciones del PRIAN que favorecieron los intereses depredadores de empresas transnacionales, la derecha les llamó “defensa de las energías limpias”, y así sucesivamente con el apoyo de los medios convencionales, han difundido narrativas incongruentes y perversas para retorcer la realidad y preservar el estatus de elites refugiadas en instituciones judiciales y electorales, universidades públicas, medios convencionales y grupos de poder económico; al que los neoliberales siempre fueron útiles y prestos a serles serviles.

    Ante este escenario ¿cuáles son las tareas del obradorismo en 2003? No olvidemos que, aunque parezca una obviedad para ganar el 2024 hay que ganar el 2023. En esa lógica las elecciones en el Estado de México significan en efecto “Una Batalla Maestra”. En términos operativos y electorales todos tenemos que poner nuestro granito de arena, y sumarnos a las tareas que consumen el triunfo de la maestra Delfina Gómez, por todo lo que significa para el asolado pueblo mexiquense sacar al PRI del poder después de casi un siglo de cacicazgos, malos gobiernos, opresión y corrupción que han sumido a poblaciones enteras a una vida marcada por la pauperización, la violencia y la desesperanza. Como aliciente para este reto, la maestra Delfina de manera auténtica concurre a los principios del obradorismo y ha expresado: “es bienvenido, todo aquel que quiera trabajar por su gente, todo aquel que entienda que el servicio público no es para tener una persona que esté atrás de un escritorio, sino que esté cercana a su gente”.

    Aunada a esta gran batalla político-electoral que se verificará en el Estado de México, subyace la moción que nos hizo nuestro presidente el 27 de noviembre: repensar y definir las bases del Humanismo Mexicano como cimiento del nuevo proyecto de Nación que nos alumbre hacia el post 2024, ahí debemos incluir las agendas pendientes en materia de reformas al poder judicial, al sector eléctrico, y al sistema electoral, y otras más que sería un buen propósito emanen de la voluntad y sabiduría del pueblo para radicalizar los cambios sociales y garantizar libertades, justicia e igualdad social para los mexicanos. 

    Será clave organizar debates, diálogos, reflexiones en todos los espacios del movimiento donde sea posible, pues contar con un programa claro y compromisos concretos es muy importante para marcar contraste con el bloque conservador que se ha unificado y quitado toda máscara para minar los caminos de la transformación. Además de mantener las tareas que han distinguido al obradorismo de base: informar tocando puertas casa por casa, profundizar la formación política personal y colectiva, y cada uno ser un medio de comunicación para enfrentar desde la lid pacífica y cívica, las constantes campañas de odio y la narrativa golpista de la derecha.

    La disputa por la Nación es permanente, este 2023 será un año premonitorio, quizá definitorio y no transitorio al 2024, es la lucha entre el bien y el mal, en el marco de un complejo y vigoroso proceso de concientización popular; en palabras de Martí Batres, apoyarse siempre en el pueblo: “Para la izquierda no hay más alternativa que apoyarse en el pueblo, si es que se quiere mantener su fuerza, sobrevivir en la dura lucha política y triunfar en la disputa nacional. Los grandes intereses económicos siempre estarán con la derecha, por más lobby que los dirigentes, funcionarios y legisladores de izquierda hagan. Los representantes de las élites llevan buenas relaciones con todos, pero en los momentos decisivos siempre estarán del lado de las fuerzas conservadoras”.

  • 23 años de la represión en la UNAM

    23 años de la represión en la UNAM

    Hace 23 años, a las 6:35 de la mañana del domingo 6 de febrero del año 2000, 2,260 elementos de la Policía Federal Preventiva, -es decir el ejército disfrazado de policía- irrumpieron en la Ciudad Universitaria de la UNAM, para romper mediante “una acción de Estado” la huelga en defensa de la gratuidad que el movimiento estudiantil del Consejo General de Huelga (CGH) había emprendido desde el 20 de abril de 1999: de la violación a la esencia de la Universidad Nacional por parte del Rector Francisco Barnés de Castro con la intención de privatizarla, se consumaba otra nueva violación, esa mañana de febrero a la autonomía universitaria.

    Aquel domingo, con la complacencia de los medios de comunicación convencionales, de las cúpulas de todos los partidos políticos, de las elites económicas y con el uso faccioso del aparato judicial del Estado, se implementó una de las más lamentables decisiones del régimen priista que llevaron a la represión de miles de jóvenes universitarios en todo el Valle de México, con más de 1000 detenidos, decenas de desparecidos y cientos de estudiantes con órdenes de aprehensión por ejecutar. El único “delito” de los estudiantes había sido oponerse al neoliberalismo que pretendía mercantilizar la educación superior.

    La huelga -no sin contradicciones y desencuentros en el seno del movimiento estudiantil- había durado casi 10 meses, había resistido por que se concitó con un gran consenso de la comunidad estudiantil, como medida difícil pero necesaria, bajo la tesis de “cerrar hoy la UNAM para lograr que este abierta para el pueblo siempre”. Antes de llegar a esta medida, 109 mil estudiantes fueron consultados y se instalaron 255 mesas de votación con participación directa en un proceso organizado por la Asamblea Estudiantil Universitaria el 15 de abril de 1999, escuela por escuela y salón por salón, y en su inmensa mayoría se pronunciaron por la abrogación del Reglamento General de Pagos (RGP), del reconocimiento de la obligatoriedad del Estado mexicano de otorgar educación pública, a favor de la democratización de la estructura de gobierno de la UNAM y del diálogo público como vía de solución al conflicto estudiantil. La Rectoría nunca quiso dialogar.

    Las preguntas de esta primera consulta para ejercer la democracia directa (el CGH realizó 4 ejercicios de este tipo algunos de carácter metropolitano preguntando también al pueblo de México en general), en este caso fueron:

    • “1.- ¿Estás de acuerdo en que el Reglamento General de Pagos es ilegítimo por la forma antidemocrática de su aprobación?
    • “2.- ¿Estás de acuerdo en que la educación pública media superior y superior debe ser gratuita y, por lo tanto, el Reglamento General de Pagos deberá abrogarse?
    • “3.- ¿Estás de acuerdo en exigir al Estado mexicano mayor presupuesto para financiar la educación pública hasta alcanzar 8 por ciento del PIB y una asignación extraordinaria de recursos para la UNAM en 1999?
    • “4.- ¿Estás de acuerdo en que tanto el manejo como los criterios de asignación del presupuesto de la UNAM sean transparentes y democráticos?
    • “5.- ¿Estás de acuerdo en que debe democratizarse la toma de decisiones de la estructura de gobierno de la UNAM?
    • “6. ¿Estás de acuerdo en que debe haber un diálogo público y directo entre las autoridades universitarias y el movimiento estudiantil universitario con garantías de solución al pliego petitorio?”

    En 2022, salió a la luz el libro colectivo Memorias del CGH: a 20 años de la huelga en la UNAM, con 40 voces que representan la diversidad del movimiento estudiantil de 1999-2000, son 542 páginas de testimonios, apreciaciones y análisis de una generación de jóvenes que supo sobreponerse a sus diferencias ideológicas y políticas para agruparse en torno a un objetivo común y un profundo acto de amor al prójimo: la legítima defensa del derecho de los estudiantes pobres de las siguientes generaciones a estudiar la universidad.

    El libro fue editado por la CNDH de manera gratuita, gracias a la invaluable intervención de su presidenta, la Mtra. María del Rosario Piedra Ibarra, y puede descargarse en su versión digital en:

    https://www.cndh.org.mx/sites/default/files/documentos/2022-07/Memorias_CGH_2022.pdf

    La aparición de la obra ha reanimado el debate de la vigencia de la lucha por la gratuidad de la educación; reaparecieron sobre la mesa los aciertos, errores, desviaciones, dudas, miedos, heridas y alegrías de una raza que se organizó para el espíritu siguiera hablando. El libro se ha presentado en foros de todo tipo, dónde siempre asistieron uno varios estudiantes activistas de aquellos años -que hoy siguen luchando por distintas causas en distintas trincheras-, y que tienen puntos de vista encontrados sobre la evolución de esos días intensos pero comparten la certeza de haber detenido la privatización y de lograr asestar la primer gran derrota de gran dimensión social a los neoliberales.

    En cafeterías, en el Restaurante Capi Carmona, en el Foro Alicia, en las facultades de Economía, Ciencias Políticas, FES- Aragón de la UNAM, en la ENAH, en la Ibero, en Guadalajara, Monterrey, Oaxaca, e incluso en el municipio más rico de México como es San Pedro Garza García, Nuevo León, el libro Memorias del CGH revivió añejas discusiones, balances, visiones y perspectivas, y volvió a poner en el centro la magnitud del autoritarismo padecido por cientos de jóvenes que fueron privados de su libertad en el alba de ese 6 de febrero -que no se perdona ni se olvida-. 

    En tiempos de Transformación, quienes venimos de aquellas jornadas hemos reflexionado sobre la importancia y vigencia de las demandas del CGH, plasmadas en la consulta universitaria del 15 de abril de 1999, donde la mayoría de los estudiantes expresó estar de acuerdo en que debe democratizarse la toma de decisiones de la estructura de gobierno de la UNAM, aspecto que a la fecha es un gran pendiente. 

    No es casualidad que, justo en esas anquilosadas estructuras de gobierno, desde entonces hasta nuestros días se refugian en la burocracia dorada los cuadros más reaccionarios del viejo régimen -que prefirió cobrar cuotas a los estudiantes antes que tomar medidas de austeridad o que moderar sus privilegios-; los mismos que clamaron y aplaudieron la represión de los jóvenes, los mismos que han hecho de la universidad una torre de marfil para la pedantería agazapada a nombre de una falsa “excelencia académica”, los mismos que no dan la cara ante el problema de los plagios de tesis, los mismos que quisieron excluir a los jóvenes de la posibilidad de estudiar y los llamaron “Ninis”, los mismos viejos funcionarios de los malos gobiernos de la PRIAN hoy disfrazados de intelectuales y profesores, que hablan a nombre de la democracia y que nunca han permitido la democratización de la UNAM. Las mismas viejas elites de la burocracia universitaria que hoy quieren usar nuestra universidad como ariete de los conservadores contra la 4aT. Los mismos hipócritas tecnócratas de siempre. 

    A 23 años, ni perdón ni olvido.

  • Amlito

    Amlito

    Las rémoras del antiguo régimen parapetados -principalmente en el poder judicial-, en este caso el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación siguen actuando en función de sus filias y fobias, de sus intereses políticos, económicos y de grupo, y en la lógica de una serie de motivaciones incluso ideológicas que nada tienen que ver con la impartición de justicia. 

    El TEPJF ha llegado al extremo -en sí mismo caricaturesco- de prohibir y censurar el uso de la imagen del “Amlito” para futuras coyunturas político- electorales, pues la Sala Superior de este órgano sentenció que “existe una base constitucional para determinar que el uso de Amlito es ilegal, debido a que el presidente López Obrador es un servidor público que no está contendiendo electoralmente, por lo que se viola el principio constitucional de equidad en la contienda”. ¡Pero sí AMLO no es ni será candidato ya!

    De esa magnitud es el temor al pueblo organizado que se apresta a luchar por la continuidad y profundización de la Cuarta Transformación de México en las elecciones presidenciales de 2024. El mensaje del TEPJF es que van pretenden volver a erigirse como un dique para la voluntad popular y anuncia -desde ya- la judicialización del proceso de sucesión presidencial. 

    Esta es una postura que, sin recatos, busca favorecer a los conservadores, y sus alfiles en el tablero político, como son el PRI y el PAN, tan acostumbrados históricamente a ganar en la mesa y con estrategias leguleyas, arrebatando lo que el pueblo no les otorga. Se configura un escenario donde las autoridades electorales (TEPJF e INE) se preparan para torcer la ley como forma de golpeteo político, con ello pagarían el favor de la vieja clase política que defendió los privilegios de estas elites agazapadas en la falaz “defensa de la democracia”.

    No es casual, y no deja de incomodar a los magistrados del TEPJF -que deberían de estar ocupados en cosas más importantes para los altos sueldos que reciben-, que el Amlito se difundió masivamente de mano en mano ¡hace 17 años!, durante las intensas jornadas de resistencia civil pacífica contra el fraude electoral de 2006, cuando el propio tribunal se negó a abrir todos los paquetes electorales y contar voto por voto los resultados de la contienda presidencial, como exigía el vigoroso y ascendente clamor popular.

    El Amlito es un símbolo de la resistencia civil, no solo es la imagen sonriente de nuestro presidente, sino el recuerdo y vigencia de innumerables luchas políticas y sociales -que quienes siguen detentando el poder judicial combatieron- y que hoy siguen empecinados en borrar. 

    No olvidamos a la gran publicista y activista Bertha “la Chaneca” Maldonado -quien murió en 2020-, considerada “la campeona de la frase pegajosa y breve”, quien en 2006 ideó la frase “Sonríe, vamos a ganar”, junto al Amlito que dibujó el reconocido caricaturista José Hernández durante la campaña presidencial Andrés Manuel López Obrador, y que se convirtió en baluarte de la resistencia cuando se consumó la usurpación del gobierno por parte de Felipe Calderón y la mafia del INE y del TEPJF. Con el Amlito, sin duda el monero Hernández sintetizó el sentido de alegría, convicciones democráticas y firmeza que preservó un movimiento que a pesar de las adversidades y la represión siempre conservó su carácter pacífico.

    Es una aberración que los magistrados del TEPJF piensen que van a detener el curso de la historia a punta de virulentas sentencias. El efecto de su desafortunada decisión ha sido otra vez un boomerang, frente al decreto el pueblo organizado inundó las redes sociales de Amlitos, compartiendo la figura en diferentes formatos, en perfiles y publicaciones en textos, videos, memes y fotos en todos lados de la aldea digital. Asimismo, volvieron a circular playeras, gorras, souvenirs, llaveros, pasteles, lonas, carteles, peluches, camisas, chalecos, hebillas, vasos, tasas, cobijas, cortinas y todo tipo de productos, y en Mercado Libre rompió ventas el Amlito, “compañero de hombro”. Porque algo que nunca comprenderán los poderosos cabilderos de las viejas élites, es que el Amlito y el obradorismo es una corriente de pensamiento político para la acción, anclada en el México profundo.

    Esta historia continuará y están por escribirse nuevas e inéditas jornadas, no sólo en 2024 sino también en los años subsecuentes, dónde el Amlito y todo lo que representa esta imagen sonriente de un pueblo desafiante y organizado, bajo las reflexiones del humanismo mexicano, estaremos bien despiertos y listos para defender lo logrado y conquistar nuevos frutos de justicia para los desprotegidos. 

  • Sabotaje

    Sabotaje

    El sabotaje es el penúltimo peldaño hacia lo más bajo en que está cayendo la inescrupulosa reacción mexicana en aras de descarrilar la transformación de México a cualquier precio. El último peldaño ya significaría declararse en contra del Estado de derecho, paradójicamente el mismo que usaron como parapeto y blandieron como dogma los años que abusaron del poder.

    El sabotaje es el daño o destrucción que se hace intencionadamente y de manera maliciosa en un servicio, una instalación, un proceso, etc., como forma de lucha o protesta contra el organismo que los dirige o bien como método para beneficiar a una persona o grupo que es contrario a dicho organismo, en este caso el Estado mexicano y el proyecto transformador. El delito de sabotaje está asentado en el artículo 363 del Código Penal de la Ciudad de México, el cual contempla el mismo como una causal de sanción con hasta 15 años de cárcel, así como la suspensión de los derechos políticos de uno a siete años.

    En el actual momento histórico de cambios profundos que vive nuestro país, los reaccionarios buscan beneficiarse políticamente a costa de consumar tragedias del pueblo, en una estrategia que termina por evidenciar la vileza de quienes mal gobernaron México durante el neoliberalismo.

    El accidente de la Línea 3 del Metro de la CDMX del sábado 7 de enero de 2023 donde lamentablemente perdió la vida una joven estudiante y hubo 106 heridos, aunado a otros incidentes y accidentes que han ocurrido en el Metro en el actual sexenio, han abierto -en el marco de las investigaciones pertinentes-, la posibilidad de que estén originadas por lamentables actos de sabotaje. Esto derivado de hechos como que las cajas negras de los trenes siniestrados el 7 de enero fueron retiradas intencionalmente; asimismo se han verificado nuevos incendios, y el 12 de enero una mujer fue detenida por arrojar aspas de fierro de una lavadora hacia las vías del STC-Metro.

    Algunos grupos y actores políticos del viejo régimen anclados en el conservadurismo han festinado sin tapujos los acontecimientos recientes en el Metro, en una lastimosa manera de sacar raja política, estuvieron ávidos de que los gobiernos de la transformación no ofrecieran resultados, tanto en el país como en la capital, pero como la Cuarta Transformación ha sido exitosa en el cumplimiento de compromisos a favor del pueblo, que mantiene un respaldo mayor al 70% en aprobación al gobierno en movimiento que encabeza Andrés Manuel López Obrador, ahora la derecha ha pasado de convalidar la infodemia y el sabotaje mediático sin fin, a solapar acciones sin escrúpulos de verdadero sabotaje, acciones que de ninguna manera se pueden politizar sino investigar, y de comprobarse como sabotaje debe darse con los responsables. 

    En las teorías del golpe blando, los medios convencionales y cómplices de la mafia del poder, se erigen en juzgados y ministerios públicos, para de inmediato señalar como culpables a los gobiernos transformadores, en la vieja idea de golpetear y socavar la legitimidad de las decisiones que han puesto fin a privilegios de grupos; después, cuando se investigan los hechos concretos y se muestra el verdadero trasfondo o contexto de las cosas, los medios convencionales nunca reculan o reconocen que sus hipótesis lanzadas al vuelo de su ira política, estaban equivocadas, pues parten de la premisa de calumniar para tiznar.

    El pueblo de México está cada vez más despierto, es quizá el logro más importante del sexenio: la revolución de las conciencias. Lo que se ve si se juzga, ya no somos una sociedad teledirigida, sino una sociedad que busca información veraz, el contexto de los hechos, y sabe guardar prudencia ante el alarmismo y el amarillismo. Han sido décadas de sabotaje mediático contra la verdad, pero ahora cada militante es un medio de comunicación; el periodismo crítico e independiente se ha extendido cada vez más, y son todos esos trabajadores de la comunicación y periodistas de pie que buscan la verdad para difundirla y refutar las falsas noticias, los verdaderos héroes anónimos de un país en transformación.

    Es importante guardar la calma, las autoridades seguramente harán su labor y en el caso del Metro van a desahogar las indagatorias hasta hallar los responsables de cada caso. No se debe difundir la histeria que busca sembrar la derecha en la población, y debemos tener la certeza de que se protegerá a la ciudadanía en el Metro y en todos los servicios que se ofrecen en la ciudad y en el país. La provocación y los saboteadores van a fracasar. 

  • La Cumbre de Líderes de América del Norte, victoria de la 4T

    La Cumbre de Líderes de América del Norte, victoria de la 4T

    Siempre se ha dicho que en política la forma es fondo. En ese tenor, la Cumbre de Líderes de América del Norte, que conjuntó a los presidentes de Canadá, Estados Unidos y México ha sido un rotundo éxito en todas sus dimensiones.

    Se entrelazan las imágenes de Joe Biden, Justin Trudaeu y Andrés Manuel López Obrador y sus esposas, sonrientes y fraternos, en diversos momentos del encuentro, con los resultados concretos positivos de las negociaciones de los principales aspectos tratados en los diálogos realizados en el corazón de México. 

    El desarrollo de esta Cumbre; la cada vez más fortalecida economía mexicana que tiene al peso más fuerte y apreciado como no ocurría en décadas; aunado al aterrizaje de los mandatarios de EU y Canadá en el Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles; han significado noticias buenas para la mayoría de los mexicanos, y un golpe demoledor para la minoría conservadora, que agoniza asfixiada en su propio odio y envidia, que los ha dejado atrapados en telarañas mentales de negación de la realidad.

    ¿Cómo se construyó esta Cumbre que reposiciona a México como faro de esperanza para los pueblos de toda América, y que regenera el orgullo y prestigio de México en el mundo? Sin duda, la convicción del presidente Andrés Manuel López Obrador de edificar durante los primeros años de su gestión un Estado de Bienestar con enfoque de derechos sociales para todos, donde predomina el interés nacional, el interés general, el interés superior del pueblo para lograr una sociedad más justa, más fraterna y más igualitaria. El Presidente ha sido congruente con la premisa que siempre planteó en este ámbito: “La mejor política exterior es la interior”, gobernando y transformando la realidad con amor al pueblo y bajo la opción preferencial por los más desprotegidos, ha generado una gran legitimidad y fortaleza que permite asistir al concierto de las naciones en condición de iguales, así sean las superpotencias, México acude a dialogar ejerciendo su soberanía, autodeterminación y haciendo valer los intereses de los mexicanos. 

    En este sexenio los países vecinos dialogan con un verdadero representante del pueblo organizado, no con un títere o cabildero de poderes fácticos como ocurría en los aciagos años del neoliberalismo.

    Pero no son solo motivo de aliento las fotos de los presidentes sonrientes y cordiales en un ambiente de camaradería en el histórico elevador de Palacio Nacional, o el hecho de que por primera vez un presidente de otro país es invitado al automóvil oficial del presidente estadounidense conocido como “La Bestia” en un gesto de verdadero respeto a López Obrador, además de todos estos botones de buena vecindad entre iguales, hay resultados concretos alentadores de la Cumbre. Entre otros:

    • 1. La inversión extranjera de Canadá en México ha aumentado en los 4 años del actual gobierno, alcanzando un récord histórico que no se había presentado desde que se tiene registro.
    • 2. Se abordó el tema de la migración de nuestros paisanos a Estados Unidos y se hizo el compromiso que se siga insistiendo en el Congreso de EUA para la regularización de los migrantes.
    • 3. Se suscribió un acuerdo de acelerar la integración y el crecimiento económico en Norteamérica, por lo que se integró un equipo para que el 25% de lo que los 3 países importan de Asia se produzca en adelante en Norteamérica
    • 4. Por primera vez se estableció el criterio de movilidad laboral entre México, EUA y Canadá, que busca fortalecer las vías de movilidad laboral entre los 3 países, como el programa de trabajadores agrícolas.
    • 5. Se realizará un plan para facilitar la ciudadanía estadounidense a más de un millón de mexicanos.
    • 6. Sobre las energías limpias, se observó que casi un tercio de la energía eléctrica producida en México es con energías limpias y que nuestro país redujo en 13% la emisión de gases con efecto invernadero.
    • 7. Se presentó el Plan Sonora y EUA y Canadá participarán con México para tener “un plan común” de electro-movilidad e instalaciones para vehículos eléctricos en los 3 países.
    • 8. En materia de seguridad se hicieron acuerdos sobre control de precursores químicos y fentanilo, y control de armas.
    • 9. En salud se estableció un grupo de trabajo de seguridad sanitaria para preparar un plan común para enfrentar la pandemia que aún vivimos, la influenza y otros riesgos de carácter sanitario.
    • 10. Se formalizó un plan para proteger y respaldar a los pueblos originarios y hacer una lucha común contra el racismo. Es la primera vez que se tiene un entendimiento de primer nivel de jerarquía para trabajar los 3 países.

    Los levantacejas, los intelectuales orgánicos del viejo régimen, y las remoras de las desprestigiadas elites políticas del neoliberalismo, naufragan junto con sus negros vaticinios, y los cuentos -que solo entre ellos creían- que habría una relación ríspida con México, que habría caos económico y devaluaciones. Hay relación de respeto, igualdad y fraternidad de México con las potencias de Norteamérica, se comparten valores de apoyo mutuo y la nuestra moneda está más fortalecida que nunca. Es una nueva derrota de la narrativa reaccionaria, y un triunfo de la Cuarta Transformación de México.

  • 2023: Año de Francisco Villa

    2023: Año de Francisco Villa

    Este año se cumple un centenario de la partida física -tras una emboscada perpetrada el 20 de julio de 1923-, del general revolucionario Francisco Villa. El gobierno de la Cuarta Transformación de México dedicará el año completo en memoria y homenaje al genio militar, dirigente nacional de la revolución mexicana, bandolero social y mítico representante de las causas sociales de los desprotegidos del alba del siglo XX. Nuestro preciado Robin Hood. 

    Una mañana de septiembre de 2022, retomando los dichos populares que se han compartido de voz en voz, el presidente Andrés Manuel López Obrador inició su habitual conferencia de prensa con una anécdota, que dijo se le atribuye al general revolucionario Francisco Villa, quien alentaba a sus Dorados -cuerpo élite de la División del Norte – cuando la situación estaba complicada, siempre les decía: “ánimo, que lo que viene está peor”. Pero después dio contexto a esta frase aseverando que le inspiraba arrojo ante la interminable guerra sucia, que el movimiento de la transformación de México ha vencido una y otra vez, gracias al respaldo popular.

    Existe toda una tradición muy rica de historias, frases y memorias que se han trasmitido entre generaciones para atesorar los principios del villismo, cómo un movimiento social histórico, legítimo y vivo a favor de los pobres; de ese potente arsenal de acontecimientos -como el hecho que Villa cuando fue gobernador de Chihuahua confiscó tierras para repartirlas, ordenó bajar el precio de la carne a un 85 por ciento menos de lo que costaba, aplicó la misma política con el frijol, el maíz y quitó los impuestos de importación en la Aduana de Ciudad Juárez a los productos básicos que consumía la población, entre otras medidas-, emana el convencimiento de que los de abajo pueden ejercer un programa de gobierno a favor del pueblo.

    El New York Times reseñó así el breve pero relampagueante gobierno de Villa en Chihuahua, ocurrido del 8 de diciembre de 2013 al 7 de enero de 1914 al fragor del proceso revolucionario que cimbraba todo México: “Sentía una verdadera pasión por las escuelas y estableció cincuenta planteles de educación en la ciudad. Hizo que el Ejército hiciera funcionar los tranvías, la planta de luz eléctrica, los teléfonos y el agua potable. Instaló molinos de harina y mataderos de ganado. Cerró las cantinas e hizo fusilar a uno de sus propios soldados cuando lo encontró en estado de ebriedad”.

    El notable escritor Paco Ignacio Taibo en una charla denominada Villa y la Revolución Mexicana efectuada en 2010 reflexionó: ¿Qué es lo que hay en esencia en el fenómeno del movimiento villista y el ejército de la División del Norte? Básicamente una cosa: la venganza. El derecho de los jodidos a vengarse de los abusos, de los agravios, de una sociedad mentirosa, fraudulenta. Benévola con el rico, cruel con el pobre; de una sociedad que produce miseria y en la cual hay una doble justicia y una doble moral”.

    Por su parte, y esto explica por qué Francisco Villa y el villismo han sido incomodos para las elites conservadoras de nuestro país, el historiador Friedrich Katz en su monumental obra Pancho Villa, señaló: “La ideología de Villa tuvo siempre consecuencias concretas. Su odio a la oligarquía se manifestó en la confiscación de sus tierras y propiedades. Su convicción de que debía producirse una redistribución de la riqueza se expresó en los masivos repartos de alimentos y otros bienes a los sectores más pobres de la sociedad. Su compromiso con sus soldados se reflejó en las enormes sumas que dedicó a los heridos, y a los huérfanos y viudas de esos hombres”.

    Ha dejado el villismo numerosas lecciones y definiciones donde predomina la opción preferencial a favor de los pobres, de la cual nuestro movimiento de transformación ha abrevado, asumido y potenciado en la construcción de un estado de bienestar y derechos sociales.

    Así como Pancho Villa nunca dejó de ver por los hijos y viudas de los soldados revolucionarios muertos en combate, hoy el cambio verdadero reivindica a los adultos mayores para que ejerzan como derechohabientes a una vejez digna, luego de haber ofrendado su vida al servicio de su Patria y al amor a su familia.

    La misma guerra sucia de los poderosos contra todo lo que ponga en riesgo el estatus quo y los privilegios de las élites, enfrentó el general Villa, lo llamaban ladrón o bandido, simplemente por estar del lado correcto, el de la historia y la defensa del pueblo.

    Pero como bien escribe Katz acerca de la coherencia de Villa a lo largo de su vida y hasta que una ráfaga de balas cerró sus ojos: 

    “¿Era Villa, como sus enemigos lo pintaban, un simple bandido deseoso de poder y riqueza? De haberlo sido, hubiera actuado después de su derrota a la manera de los corruptos políticos latinoamericanos, del tipo de Batista en Cuba o Somoza en Nicaragua, cuando son militarmente vencidos: se llevan lo que pueden del tesoro estatal con la idea de llevar una buena vida en el exilio. Villa tuvo la oportunidad de hacer otro tanto. Durante mucho tiempo controló el tesoro de la División del Norte. Wilson le había ofrecido asilo en Estados Unidos. Pero eligió volver a la vida dura, salvaje y en extremo peligrosa de un guerrillero”.

  • Pacto de silencio entre medios y el calderonismo

    Pacto de silencio entre medios y el calderonismo

    A principios del 2011 ya estaba echada a andar toda la estrategia delictiva para imponer de nuevo al PRI en el gobierno del Estado de México, mientras que la tortilla y el maíz alcanzaban aumentos anuales acumulados de 11% y 40% en sus precios. Al mismo tiempo, se vivía el enésimo escándalo dentro de la PGR sobre la colusión de funcionarios públicos para impulsar nuevos fraudes inmobiliarios.

    Pero al gobierno espurio de Felipe Calderón más le importaba en control de daños, frente al desastre de su administración de cara a las elecciones presidenciales del 2012. Así que lo que priorizaron fue mantener el control de la prensa convencional y así poder exigirles su silencio.

    El 24 de marzo de aquel año, presenciamos un acto de subordinación voluntaria de los medios de comunicación hegemónicos que, al firmar el acuerdo propuesto con un gobierno usurpador, aceptaron silenciar su cobertura sobre la violencia descarnada que se vivían en todos los rincones de México, y que durante los primeros años de ese sexenio no tuvieron pudor en llamar “guerra contra el narcotráfico”. Justo esta semana de fin de año, el presidente Andrés Manuel López Obrador recordó y expuso en la mañanera quienes fueron los “comunicadores y periodistas” que hoy atacan a la Cuarta Transformación, pero en aquel momento aceptaron callar su voz y renunciar a su responsabilidad social de informar por petición expresa del poder político. 

    Aquel pacto de silencio a cambio de prebendas, se nombró como Acuerdo para la Cobertura Informativa de la Violencia, donde confluyeron los dueños de los medios de comunicación masiva con los principales representantes del periodismo gansteril, justo quienes hoy prender ocupar el lugar de oposición política al gobierno de México. 

    Más allá de las vueltas que dio la vida, es fundamental recordar este hecho porque aquel silencio comprado, hoy es complicidad con el régimen represor de Felipe Calderón que aún tiene pendientes sendos juicios internacionales por contrabando de armas derivados del operativo Rápido y Furioso; así como las acusaciones directas de sus responsabilidades en crímenes de lesa humanidad y crímenes de guerra, frente a la Corte Penal Internacional, con sede en La Haya. 

    Esos comunicadores tienen responsabilidades directas el aceptar callar y mentir sobre la “guerra” que emprendió Calderón, supuestamente a las estructuras criminales, pero que en la práctica solo favoreció a uno de esos grupos, dejando como resultados concretos los altísimos índices de letalidad propios de países con guerras abiertas o bajo ocupación militar. Para justificarse, aceptaron la narrativa gubernamental de que todas las víctimas eran delincuentes, criminalizando de manera a priori a miles de mexicanos que fueron asesinados, secuestrados y desaparecidos, ya fueran por algún grupo criminal o por los propios agentes del estado en colusión con ellos. 

    Doce años después, estamos presenciando como las élites conservadoras que por décadas vivieron medrando el erario público se han refugiado en el ejercicio del periodismo, como también lo hacen con las organizaciones civiles, para constituirse en reacción a este gobierno y seguir defendiendo sus intereses de grupo o los negocios de sus patrocinadores. 

    Juzgar a la víctima o lucrar con estos relatos es un lugar que les gusta ocupar cuando denuncian supuestos “ataques y estigmatización al periodismo”, que, según ellos, solo promueven la “polarización y la escalada de la violencia.” 

    Pero el mero ejercicio de memoria que se promueve todas las mañanas desde Palacio Nacional, los vuelve a desenmascarar en su hipocresía, pues si el ideal del periodismo es la verdad, ellos prefirieron canjearlo por el confort de sentirse privilegiados en un país de injusticias y desigualdad. Esa es la verdadero doctrina e ideal que defienden: el puro amor a venderse por dinero.

    • Con la colaboración de David Toriz.
  • No atenten contra nuestra inteligencia, el caso Ciro

    No atenten contra nuestra inteligencia, el caso Ciro

    Tenía escasos segundos de darse a conocer el supuesto y condenable atentado a Ciro Gómez Leyva, cuando el habitual coro mediático de la derecha -parapetado en los medios convencionales de comunicación y en la red de Twitter- ya estaban acusando y responsabilizando al presidente Andrés Manuel López Obrador, y en el colmo del delirio, algunas voces irresponsables llegaron al extremo de señalarlo como el autor de tan lamentable suceso.

    El presidente ha sido muy claro: solidaridad con todo ser humano que se suponga es víctima de violencia, en este caso Ciro Gómez, e investigación a fondo de los hechos.

    Más aún, porque en sus orígenes nuestro movimiento precisamente vivió verdaderas etapas de represión, cerco mediático, persecución y censura, el presidente en su gestión ha sido un férreo defensor de la libertad de expresión, cerrando cualquier intención de buena o mala fe de regular las redes sociales u otros espacios de comunicación. 

    “Podré no estar de acuerdo con lo que dices, pero defenderé hasta la muerte tu derecho a decirlo”. Esta famosa frase de Voltaire -exalta el valor del respeto y la tolerancia, además del derecho a la libertad de expresión, cimientos todos para una sociedad democrática-, ha sido premisa al pie de la letra en el gobierno de la Transformación.

    De los hechos del jueves 15 de diciembre que presuntamente tenían por objetivo al periodista Ciro Gómez, los voceros de la derecha se apresuraron a erigirse en ministerio público, y a centrar sus especulaciones en una sola palabra y expedita conclusión de sus dotes periciales: atentado. No era robo, no era secuestro, no era confusión, en unos cuantos minutos los levantacejas de toda la vida ya tenían resuelto el caso, e incluso deslizaron al culpable, bajo repetir el guion que esto era responsabilidad de las supuestas “agresiones y descalificaciones del presidente a los periodistas en las conferencias mañaneras”. Acto seguido, procedieron a desatar campañas para pedir “el fin de las mañaneras”. Cosa que no ocurrirá porque el Pueblo ya ha hecho suyas las mañaneras precisamente como un espacio de información veraz y defensa del periodismo.

    El maestro de los montajes, Carlos Loret de Mola, escribió esta joya de manipulación en The Washington Post: “En un México ya acostumbrado a la violencia y los ataques recurrentes a la libertad de expresión, se ha cruzado un nuevo límite: el jueves 15 por la noche quisieron matar a Ciro Gómez Leyva, uno de los periodistas críticos más destacados del país. Se salvó gracias al blindaje de su camioneta. No fue un intento de robo o secuestro: fue un atentado y así lo aceptaron las autoridades”. “Lo aceptaron las autoridades” afirma Loret, la pregunta es ¿Cuándo’?, pues las investigaciones de la Fiscalía de la Ciudad de México están en curso y todavía no hay conclusiones.

    El guion de la derecha en su afán mezquino e inhumano de sacar raja de todo suceso que pueda afectar al gobierno transformador, ha sido difundido ampliamente desde el 15 de diciembre: “esto es un atentado”, “no hay libertad de expresión”, “el presidente ataca a los periodistas” y bla, bla, bla. Han sido estribillos machacados una y otra vez en programas de radio y televisión, columnas, editoriales y redes sociales.

    Nada más falso que no haya libertad de expresión en México, por primera vez en la historia hay un espacio donde todos los días cualquier periodista, reportero o columnista puede preguntar de frente al presidente y su gabinete sus inquietudes, dudas, y también puede ejercer críticas, señalamientos, quejas, y cuestionamientos, de cara al pueblo y sin tapujos, mordazas o censuras, como debe ser, y como debió ser durante sexenios que no era así. Tan hay libertad de expresión que el coro de la derecha precisamente ejerce su derecho a decir lo que quiera cuando quiera, y eso será siempre respetable en el ejercicio pleno de sus libertades.

    A su vez, cada semana el subsecretario de seguridad federal, informa personalmente en las conferencias matutinas los avances periciales de los siempre condenables ataques contra la vida de periodistas, de los resultados de investigaciones de cada caso que se presenta y de la detención de los responsables conforme a la Ley. Se trata en la mayoría de las veces de hechos que lamentablemente involucran autoridades o poderes fácticos de ámbitos municipales o micro locales. 

    El gobierno de México ha dispuesto de un entramado de mecanismos para proteger a los periodistas que por su labor informativa están en riesgo. Tras décadas de rezago en una cultura del derecho a la información veraz falta mucho para valorar y cuidar a nuestros periodistas de a pie, a los trabajadores de la información que cumplen con verdadera ética y valores, su labor en función de la comunicación social. Siempre se ha hecho distinción de los trabajadores de todos los medios, incluso los convencionales, de lo que son los dueños de los mismos.

    El 7 de junio de 1999, el popular conductor de televisión mexicana Paco Stanley fue asesinado, en ese entonces este hecho triste y condenable fue usado por la reacción en la Ciudad de México para desatar una campaña de odio contra el primer jefe de Gobierno electo democráticamente en la capital, el Ing. Cuauhtémoc Cárdenas. Toda la tarde y noche de ese día los medios no escatimaron en responsabilizar al Ing. Cárdenas. Después las investigaciones develaron un contexto donde estaban involucrados los nexos del comediante con grupos de la delincuencia organizada. No equiparamos aquel condenable hecho con el caso Ciro, pero el desafortunado manejo que han pretendido dar algunas voces del viejo régimen es muy similar; por ética y responsabilidad deberían de esperar el resultado de las investigaciones correspondientes, antes de lanzar campañas y graves acusaciones sin sustento. 

    No olvidemos que en la 1era etapa de “ablandamiento” de la receta del golpe blando de Gene Sharp, se plantea: “Promoción de factores de malestar, entre los que destacan: criminalidad, inseguridad, desabasto, manipulación del dólar, paro patronal (lockout) y otros”. Desde nuestro movimiento siempre hay que luchar por la verdad y el contexto de cada hecho.

    De comprobarse que el caso de Ciro se trató de un atentado u otra situación, las autoridades deberán investigar con que objetivo se dio este hecho, y quienes fueron los responsables intelectuales y materiales. Con la persona, siempre toda la solidaridad, pero no es menor que se investigue muy a fondo lo sucedido.

    La ciudadanía ha despertado y está cada vez más politizada, somos más los que ya no aceptamos tergiversaciones de la realidad con fines políticos, hemos avanzado mucho en la concientización del país desde aquel junio de 1999. Por favor, que los medios y voceros de la derecha no quieran atentar contra nuestra inteligencia. Que las autoridades hagan su trabajo, y que los medios informen con veracidad y con honor a la verdad. Nuestro total apoyo al presidente de México, ante el uso de este hecho -como parte de la embestida de los conservadores de ayer, hoy y siempre-.