Etiqueta: Xóchilt Gálvez

  • Sustitutos en el espacio

    Sustitutos en el espacio

    Recientemente me reuní con familiares y amigos que no veía desde hacía mucho. Estas fueron las primeras vacaciones decembrinas que pudimos disfrutar plenamente después de la pandemia. Aunque a veces parezca que toda aquella locura del covid-19, la sana distancia, el confinamiento y las muertes sucedieron hace mucho, no es así… Un ser microscópico volteó al mundo de cabeza hace muy muy poco. No olvidemos que un tercio del sexenio de AMLO transcurrió durante la primera contingencia sanitaria global que experimenta la especie humana… No he leído o escuchado que nadie haga hincapié en ello: la de covid-19 es la primera pandemia mundial simultánea de toda la historia de la humanidad. De igual modo no deberíamos olvidar que la crisis económica que produjo la pandemia fue la peor en casi cien años. Peor: en México recibimos ese tremendo trancazo con un sistema de salud pública y en general un aparato de gobierno medio desmantelados después de más de 30 años de políticas neoliberales. Y con todo, ¿qué tal, eh…? Si sobran evidencias para demostrar que los resultados de este sexenio son magníficos, puestos en el gran contexto resulta que además son extraordinarios.

    Decía que durante estas fiestas navideñas tuve ocasión de conversar con amigos y parientes que tenía varios años de no ver. Comento dos pláticas que me parecen significativas.

    Una giró en torno a una incredulidad inverosímil; la otra terminó en una esperanza, igualmente inverosímil. Ambas ocurrieron durante la misma cena. La primera: Ali, una amiga, defendió el siguiente planteamiento, en referencia a Bertha Xóchitl Gálvez:

    — Considerando que el PRI y el PAN son partidos añejos que han detentado el poder durante décadas, necesariamente tienen en sus filas a gente dedicada de tiempo completo a la grilla, con largos y filosos colmillos y mañas bien aceitadas, así que resulta imposible creer que hayan puesto como su candidata a la Presidencia a alguien tan incompetente. Pero como la pusieron, la única explicación es que se traen algo entre manos y no tardarán en darnos una sorpresa.

    Me declaré en desacuerdo. Le dije que, en efecto y para acabar pronto, el PRIAN no tiene a nadie mejor: — A ver, ¿a quién pondrían en lugar de la señora que ni cuajó ni cuajará nunca?

    Su respuesta fue sorprendente: — Es que no los conocemos porque los tienen escondidos, pero deben de tener a alguien mejor, seguro, un líder capaz de convencer a más gente.

    — ¿No crees que para que un líder pueda ser seguido por muchas personas al menos y en principio tiene que ser conocido?
    — Bueno, sí.
    — Pues ahí está: no podemos identificar a ningún prianista capaz de sustituir a la señora X, luego entonces no tienen a nadie más.

    Ali ya no respondió nada, aunque no estoy muy convencido de que la haya hecho cambiar de opinión. Ali pertenece a la categoría de personas que prefiere pensar que tras los palmarios desatinos hay un plan oculto e incomprensible, antes que aceptar que buena parte de la realidad únicamente se explica por la insensatez humana.

    La segunda conversación la entablé con un mozalbete que hoy mide alrededor de dos metros de altura. Esa alzada resultó aún más insultante considerando que la última vez que lo había visto, el joven era un niño mucho más bajito que yo. Mi sobrino Lino me contó que admira a Elon Musk.

    — Es el fulano más rico del planeta, ¿no?
    — Es el segundo, tío. Pero eso no es lo que más admiro de él.
    — ¿Sus coches eléctricos?
    — No, tampoco. 
    — No me digas que lo admiras porque compró Twitter.
    — Menos.
    — Pues me doy, Lino.
    — Es admirable que Elon esté decidido a encontrar un planeta que podamos colonizar los humanos.
    — O huir en un momento dado, ¿no?
    — Sí, sí, si es necesario… ¿Qué te parece, tío?
    — ¿La verdad?
    — Sí, dime.
    — Una estupidez.
    — ¡¿Pero por qué?! 

    Le respondí lo que me parece una obviedad: es redomadamente idiota gastar recursos en una entelequia en lugar de aplicarlos en resolver problemas reales.

    — ¿Qué problemas, tío? No me vayas a decir que la pobreza o algo así…
    — Te parece que el asunto de la pandemia ya está resuelto, ¿no?
    — Claro.

    — Supongamos que está controlado ese virus…, pero qué crees: la pandemia de covid-19 fue la primera que de manera global y simultánea hemos enfrentado los humanos a lo largo de toda nuestra existencia. Antes no estábamos repartidos por todo el planeta y después no teníamos la capacidad de propagar un contagio con tanta rapidez como ahora. Fue la primera…, lo que significa que las condiciones están dadas para que haya una segunda…

    — Híjole…, y una tercera, ¿no?

    Luego le pregunté si sabía quién había pronunciado, literalmente, las siguientes palabras: “La humanidad ha abierto las puertas del infierno”.

    — ¿Un terrorista?
    — No.
    — Entonces ni idea, tío.

    — No fue un religioso extremista ni un ecologista exagerado ni el líder de un movimiento apocalíptico… Lo dijo, y hace unas cuantas semanas, nada menos que el secretario general de la Organización de las Naciones Unidas, Antonio Guterres…

    • Por el cambio climático, ¿no?

    Creo que a mi sobrino sí lo dejé pensando…

    Convivir con los demás ayuda a enterarse de que uno nunca ve todo lo que otros observan. Igual me equivoco, pero por lo pronto me parece que la oposición está tan mal y tan degradada que es más fácil que la humanidad encuentre un planeta sustituto que ellos hallen a alguien que sustituya a la señora Bertha Xóchitl y haga un papel menos lamentable. Seguirán poniéndole más capas de disfraz a la misma botarga.

    • @gcastroibarra
  • Chacota nociva

    Chacota nociva

    Tenemos que aceptar con todas sus letras que las estupideces siempre resultan más atractivas que los conocimientos relevantes. Chacota mata sapiencia. Guasa apabulla saberes. Las trivialidades tienen más poder de convocatoria masiva que cualquier tema profundo. Entre más superficial sea un asunto, más y mejor podrá seducir a los grandes públicos. Mientras que las cuestiones importantes a menudo no son fáciles de entender, las tonterías se digieren de golpe. La velocidad y la simpleza se llevan de maravilla, en tanto que lo sustancioso exige dilación. Así como es imposible reflexionar urgentemente, sería absurdo reflexionar hondamente sobre las distintas caras de una chanza antes de soltar la carcajada.

    Al cretino se le hace caso porque no cuesta ningún esfuerzo hacerlo. Los merluzos pueden resultar endemoniadamente graciosos, sobre todo porque dan pie a que la gente podamos burlarnos de ellos. Las tonterías de los demás hacen que las personas se sientan bien consigo mismas, así que suelen ser agradables de escuchar: las babosadas ajenas nos hacen sentir inteligentes y seguros. Un pastelazo en el rostro de alguien más es jocoso, y lo será más si no fue acometido con premeditación, sino a lo menso.

    Si usted, lector, está de acuerdo conmigo con lo que hasta aquí he dicho, entonces convendrá que la empecinada apuesta del PRIAN por la candidatura de la señora Bertha Xóchitl Gálvez no es del todo irracional. No me refiero a que la panista ex trotskista pro priísta tenga posibilidad alguna de ganar la contienda electoral a punta de dislates, no, sino que es probable que la jugada se limite ya nada más a tratar de distraer. Y si es así, admitámoslo, lo están consiguiendo. Vea usted si no es así…

    Hoy en la mañana, por ejemplo, el titular de la Secretaría de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano, Román Meyer, entre otras cosas informó que en lo que va del gobierno de AMLO, en México 1.9 millones de personas han salido de la carencia por calidad de espacios y vivienda, y 2.9 millones más han salido del rezago habitacional. Claro, para justipreciar ambos datos es preciso, además de ponerlos en un contexto temporal y espacial adecuado, conocer y comprender al menos los conceptos de “carencia por calidad de espacios y vivienda” y “rezago habitacional”. No son enchiladas. Además, como bien sabrá usted, suele resultarnos sumamente difícil comprender números alusivos a grandes magnitudes: uno lee 2.9 millones y resulta que en esos 12 caracteres va expresada la vida diaria de un montonal de gente de carne y hueso: 263,636 equipos de fútbol de once jugadores, con los que se podrían disputar simultáneamente 131,818 partidos; uno lee 2.9 millones de personas y difícilmente le vendrá a la cabeza que esa cantidad de hombres y mujeres equivale a la población total, en conjunto, de los estados de Aguascalientes, Colima y Baja California Sur. Y podríamos también abundar en lo que significa vivir en situación de carencia por calidad de espacios y vivienda, en lo que impacta en el desarrollo académico de los niños y adolescentes que asisten a la escuela, en la estabilidad anímica de una ama de casa…, pero ahí lo dejamos. Espero que con lo dicho sea suficiente para apuntalar el juicio: comprender cualquier cosa requiere tiempo y esfuerzo, y si es importante, pues más. 

    En cambio, cualquiera de los frecuentes desatinos de quien se autodenomina “una de las mejores ingenieras del país” se pesca al vuelo y da risa ipso facto. La señora agarra el micrófono y dice que el presidente López Obrador ni vio venir que ella sería la candidata del muégano conservador y, claro, a botepronto desata un tsunami de burlas.

    Ahora ya nada más recuerde un poco, reproduzca los ejemplos y medite: por un lado, una cascada de noticias importantes, trascendentes, que para entender en su justa dimensión requieren de tiempo y también de cierto trabajo mental, y por el otro lado las constantes y reiteradas trivialidades y chorradas de la señora elegida por el señor X, tonterías que no hace falta más que decidirse ya sea tomarlas por el lado cómico o enojarse frente a la palmaria degradación de la política en México. Me temo que muchos y muchas se van a ir por la fácil, y esa es la terrible nocividad de la señora Xóchitl Gálvez y sus secuaces: como venían haciendo desde hace mucho con su mal ejemplo y actuares, están envileciendo la política, ahora con humorismo involuntario, auto humillación y chacota.

    • @gcastroibarra
  • El perro Tuitazo: Xóchitl se arrepiente de celebrar a Milei

    El perro Tuitazo: Xóchitl se arrepiente de celebrar a Milei

    El perro tuitazo de este martes es de Jorge Armando Rocha y explica como es que Xóchitl Gálvez se exhibió al celebrar el triunfo de Milei, el ultraconservador que quiere privatizar la salud y la educación en Argentina.

  • Las mentiras de la señora

    Las mentiras de la señora

    La conozco: sé que goza y nada en la mentira como un pez en el agua.
    Pero no le proporcionaré ese placer. Romperé la red de mentiras
    en que quieran envolverme… Todo antes que la mentira y el engaño.

    León Tolstói, Anna Karenina.

    Tal y como tuvo que incorporarse una sección en las mañaneras para desmontar las mentiras de la semana, ya va siendo hora de que, con cierta frecuencia, tengamos que hablar de las mentiras de la señora. Me refiero a las trolas que, persistente, entre vacuidades, metidas de pata, dislates y risotadas lelas profiere a la menor provocación, o sin provocación siquiera, la señora Bertha Xóchitl Gálvez Ruiz, la desinflada candidata del muégano prianista. 

    La abanderada del conservadurismo no se destaca por sus dotes creativos, así que no nos enfrentamos a una plétora de embustes variados, sino más bien a la reiteración machacona de una ristra de chapucerías más o menos fijas. La mitomanía de la panista se expresa ligada a un combito exiguo de obsesiones: una autoproclamada identidad indígena avalada a punta de huipiles de marca, su presunto izquierdismo de trotskista de Polanco arrepentida, una dizque excelencia ingenieril certificada vía copy-paste, el cuento de la mujer que viene desde lo más recóndito del mismísimo México profundo —no se rían, eso dijo—, la supuesta frescura reducida a echar chingaos y aceptar cotidianamente que la “pendejió”, su imposible no filiación a ningún partido y su consecuente adscripción a esa entelequia que la derecha llama “La sociedad civil”, su juventud de sexagenaria, la pretendida defensa apasionada por las energías limpias desde la trinchera de los negocios sucios, su aspiracionismo embozado de espíritu empresarial, y un no muy nutrido etcétera.

    Ahora, las faltas a la verdad de la señora no sólo no son ni muy creativas que digamos ni muy variadas, sino que también, en su enorme mayoría, tienen que clasificarse como intentos de engaño. Porque vale la pena recordarlo: hay de maneras a maneras de espetar afirmaciones que no corresponden a la verdad.

    Un engaño no es lo mismo que un error. Si alguien te dice algo que sinceramente piensa que es cierto, a pesar de que no lo sea, a pesar de que no sea verdad, no podríamos decir que esa persona esté mintiendo. Un ejemplo: si cualquiera de nosotros viajara en el tiempo y el espacio para darnos una vuelta por Tesalia a mediados del siglo V a. C., y pudiéramos preguntarle a Hipócrates de Cos qué provoca la gripe, el señor, a quien en Occidente consideramos padre de la medicina, respondería que la gripe la causa un desequilibrio entre los cuatro humores del cuerpo. Nosotros sabemos que eso no es verdad, sabemos que la gripe la produce el virus de la influenza. Con todo, ¿podríamos decir que Hipócrates miente? No, porque Hipócrates estaría contestando lo que él piensa que es verdad.

    La cosa cambia si una persona sabe que lo que está diciendo no es una verdad fáctica, es decir, si suelta una mentira a sabiendas de que lo está haciendo. Por ejemplo, si yo ahora mismo me pongo lúgubre y te digo que vengo del más allá ya que morí ayer, entonces hay de dos: si yo realmente pienso que es verdad que estoy muerto, pues seré un hombre afectado por el Síndrome de Cotard o Delirio Nihilista, un enfermo mental, pero no un mentiroso; sin embargo, si sé que estoy vivo, pues estaré queriendo pasarme de vivo, tratando de tomarles el pelo, de engañarlos. En este caso, decimos que la persona miente toda vez que expresa algo contrario a lo que sabe, piensa o siente. Y no agrego “o cree” porque eso es harina de otro costal: la sentencia “Dios existe” es una creencia, una fe, que no puede clasificarse como verdad o mentira.

    Las mentiras que dispara cual metralla bien aceitada la señora Gálvez no son creencias, tampoco errores, son embustes, trolas, intentos de engañar a la gente. Por ejemplo, el fin de semana, en su eventito en el Monumento a la Revolución, la candidata del PRIAN a la Presidencia de la República, entre olvidos, guasas y risitas nerviosas, afirmó que ella “apoyó” que los programas del bienestar de la 4T quedaran protegidos como un derecho constitucional, cuando es un hecho fáctico que el PAN en pleno votó en contra. Otro garbanzo de a libra: la señora Bertha Xóchitl gritoneó el domingo que su padre le enseñó el valor del trabajo…, el mismo padre que ella misma ha dicho que era un señor que, por borracho, no trabajaba y la mantenía a ella y a su familia en la pobreza…, hasta que ella comenzó, claro, a vender gelatinas. Una más: también el fin de semana, en el mismo discurso, la señora X sostuvo:

    • “Es el momento de honrar nuestra historia…”, y
    • “Basta ya de la obsesión por la historia, ahí no está lo que queremos”

    Como suele ocurrirle, la palmaria contradicción encuera sus mentiras. Lucha en contra de la corrupción y es la candidata del PRI. Dice que es feminista y es la candidata del PAN. En fin…

    Resulta muy fácil evidenciar las mentiras de la señora. Conforme avance el proceso, si la derecha se empecina en la estrategia de la autoflagelación y la deja como su candidata, las mentiras de la señora serán más y más descaradas. Hay muchos quienes juzgan que lo mejor es no hacerle caso, no prestarle atención… Discrepo. Me parece que hoy nos toca a nosotros enfrentar su mendacidad. Quiero decir a la ciudadanía responsable, entre otras cosas, porque parte del riesgo es que la única opción seria que se presentará a la contienda, la doctora Claudia Sheinbaum Pardo, tenga que perder tiempo en tonterías. Ojalá que no. Ojalá que la candidata de Morena no tenga que atender mentiras y guasas. Ojalá que el contrapeso ciudadano sea suficiente, como hasta ahora lo ha sido. 

    • @gcastroibarra
  • EL Perro Tuitazo: Xóchitl no llega a la votación

    EL Perro Tuitazo: Xóchitl no llega a la votación

    El perro tuitazo de este miércoles es de Jorge Gómez Naredo y explica como Xóchitl Gálvez le quedó mal a los trabajadores del Poder Judicial que prometió ayudar y es que la panista no votó en el Senado debido a un elevador lento.

  • El país no estaba tan mal

    El país no estaba tan mal

    Con el valor que hace falta para para manifestarse vulgarmente cínico, la todavía no candidata indígena, impulsada por la ciudadanía y frenteamplista Xóchitl Gálvez, que ni es indígena, ni es impulsada por la ciudadanía y forma parte de un frente bastante estrecho, reducido y corto de miras, afirmó que con los gobiernos de los partidos Revolucionario Institucional (PRI) y Acción Nacional (PAN) “el país no estaba tan mal”. Así, simple y sencillamente.

    Es decir, el país estaba mal, pero no estaba tan mal. En otras palabras, lo que la mujer X, cuya candidatura ilusiona a todos aquellos que sabiamente no hacen más que mirarse el ombligo, sostiene, es que el sistema de privilegios que privilegiadamente privilegiaba a quienes ya eran privilegiados y dejaba en el abandono a quienes no quedaba más que abandonarlos, no estaba tan mal, y que el problema radica en haber permitido a un puñado de mexicanos —30 millones, el 53% de quienes votaron en 2018— imponer una narrativa que considera al saqueo como algo negativo y ve en el apoyo a los que menos tienen algo positivo. Esa esa narrativa y no la realidad la que nos ha llevado a pensar que con los gobiernos PRIANISTAS el país estaba mal.

    Se necesita tener los pies en la tierra y no estar tonto para pensar que la destrucción del sistema de salud, de PEMEX, la aniquilación de la autonomía energética y alimentaria, es igual a estar mal. Para nada, nada más lejos de ello. Los 30 años del experimento neoliberal no trajeron más que bienestar y libertad a la ciudadanía mexicana, el bienestar de no poder estar peor y la libertad de elegir la forma que cada quien prefiriera de morir de hambre, por eso se concesionó un porcentaje importante del territorio a las mineras, para que los mexicanos no tuvieran que cargar con el peso y dolor de explotar su propia tierra, por eso desaparecieron Conasupo y Barural, para que los campesinos tuvieran la libertad de elegir con quien malbaratar el fruto de su trabajo, o si lo malbaratan o lo tiran a la basura. Eso es el neoliberalismo, eso es el no “estar tan mal” de Xóchitl, el dar libertad absoluta a la gente, tanta que la gente no solo no sepa qué hacer con ella, sino que no pueda hacer nada con ella, liberarla maniatándola al darle un sinfín de opciones que les resulten inaccesibles. Por eso se realizó el FOBAPROA, para liberar a la ciudadanía de sus responsabilidades crediticias, al volverlas impagables, y de paso liberarlos de todo bien material. Pero no sólo eso, el FOBAPROA creó un sentido de identificación y pertenencia para todos los mexicanos, los unió con una deuda que cada uno tiene, incluso los no nacidos, para que se pueda pagar el noble rescate bancario que rescató a los bancos de la difícil tarea de prestarse dinero ellos mismos y mantener los privilegios de la clase privilegiada. En fin, el listado podría alargarse mucho más, pero el objetivo no es hacer un repaso histórico del encogimiento salarial, la desaparición de empleos, el aumento de la pobreza, la privatización de recursos naturales, los desplazamientos y matanzas que acompañaron a la guerra contra el narcotráfico en manos de un narcotraficante como García Luna, etc. No. Lo importante es que se entienda que todo eso era un bien estar para extender las libertades de la ciudadanía y que se logró gracias al neoliberalismo que ahora se condena desde una narrativa que tramposamente busca poner el acento en las necesidades de las personas y la dignidad de las mismas.

    Una narrativa que desde Palacio Nacional condena la condonación de impuestos a las empresas más ricas del país, que ve mal que entre Calderón y Peña perdonaran el pago de 366 mil millones de pesos a estas empresas, y que le parece corrupto que, a cambio de esos pesos condonados, las empresas invirtieran, perdón, financiaran, las campañas político-electorales de los PRIANISTAS. Una narrativa que prefiere crear programas sociales, peor aún, que ha elevado los programas sociales a rango constitucional, para apoyar a quienes más lo necesitan de forma directa, evitando intermediarios. Narrativa que ha sacado a nueve millones de mexicanos de la pobreza, que ha reducido la desigualdad entre los más ricos y los más pobres, que entrega becas a estudiantes (sin importar su promedio académico) para que puedan estudiar y puedan hacerlo garantizando el mínimo de sus necesidades, una narrativa que utiliza obras del Estado para contribuir significativamente al desarrollo de regiones históricamente abandonadas porque no son rentables para hacer negocios en ellas. Una narrativa, en resumidas cuentas, que hace a las personas dependientes de que el Estado desempeñe sus funciones y responsabilidades.

    Entrados en gastos

    Si permitimos que esa narrativa destructora de privilegios se expanda, consolide y siga sentando sus reales en el imaginario colectivo, engañándo con la falsa idea de que es preferible vivir mejor que vivir peor, con el maniqueo concepto de que todos tienen derecho a la vida digna, esa narrativa que apoyándose en la realidad ha modificado la forma en la que la gente ve las cosas, si no defendemos la defensa de los privilegios de los privilegiados, tendremos un país donde las clases explotadas querrán trabajar menos horas. Afortunadamente, esa gran prócer de la desigualdad y defensora de los privilegios y el derecho a vivir mal, Xóchitl Gálvez, se ha manifestado en contra de la reducción de la jornada laboral, “aún no es tiempo”, ha dicho con la sabiduría de quien sabe que hay cosas para las que jamás será tiempo. Aún no es tiempo, y nunca lo será, de eliminar los privilegios de las clases que tienen clase. Aún no es tiempo y nunca lo será de acabar con un sistema inhumano que permite que algunos vivan con excesos excesivos mientras el grueso de la población muere de hambre. Las clases explotadas deben entender que no están tan mal y aún no es tiempo de que estén bien.

    • Carlos Bortoni es escritor. Su última novela es Historia mínima del desempleo.
  • El Mejor Cartón del Día

    El Mejor Cartón del Día

    El mejor catón de este martes es de Qucho e ilustra todo el lastre con el que debe cargar Xóchitl Gálvez, más sus escándalos personales de presunta corrupción, plagio y tráfico de influencias, razón por la cual tal vez aún no despegue.

  • Título sin ingeniera

    Título sin ingeniera

    La evaluación que tendría que hacer la UNAM a un ciudadano cualquiera, si no fuera la Seño Equis. El Ciudadano Cualquiera, cursa una ingeniería o licenciatura, pero NO se titula en casi tres décadas.

    Debido que en todo ese tiempo se ha presentado como ingeniero/licenciado en “ponga aquí la profesión que usted decida”, ha cometido, continuadamente un delito que se llama USURPACIÓN DE PROFESIÓN, ya que “ejerce” indebidamente las tareas que acredita la expedición del título y cédula con que se prueba la habilidad teórica que se pone en práctica. Pero hasta el momento y para su fortuna, no hemos sabido de alguna persona que lo haya denunciado por este delito, en específico.

    Ya que no cuenta con un grado profesional, el último grado académico acreditable es la prepa, y como trabaja en el ámbito político, tiene que obtener SÍ O SÍ, el título que ampare dicha carrera, si es que quiere seguir ostentándose como licenciado o ingeniero y consolidar así, sus negocios. Aquí hay que aclarar que, por una feliz coincidencia, ese Ciudadano Cualquiera llega a ser parte de un gobierno federal, lo que le permite empezar a hacer negocios en los que promueve su negocio. Aquí, digamos que el negocio es de mantenimiento de edificios y aprovecha su cercanía con decenas y centenas de directores de área, secretarios de estado y funcionarios de todo tipo que pueden “ayudar y contactar” con quien se encarga de preparar las licitaciones para que coincidentemente se adecuen literalmente, a las necesidades que puede satisfacer la empresa de mantenimiento de nuestro Ciudadano Cualquiera.

    Y entonces, es aquí cuando a nuestro ciudadano se le complican las cosas, pues se ha presentado por décadas como licenciado o ingeniero, pero no cuenta con el título y la cédula que lo acredite legalmente y para ello, decide usar una de las formas de titulación que oferta la Universidad Nacional Autónoma de México, que en este caso, es un documento en que se manifiesta la experiencia laboral desarrollada como ingeniero/licenciado en _.

    Al efecto, elabora un informe donde (y aquí viene el detalle), DEBERÍA haber demostrado que todos estos años que ha lucrado con una profesión, adquirió una enorme experiencia y para ello vierte datos; pericia en la implementación de teorías convertidas en hechos; plantea la información de alguno de sus muchos proyectos (por el que haya cobrado y millonariamente). EN CAMBIO, nuestro Ciudadano Cualquiera vierte cualquier cantidad de información de proyectos de titulación de estudiantes de otros países; un informe gubernamental -del que no fue parte- y gráficas y diagramas de manuales operativos de máquinas e implementos comerciales. Elementos que incluyó sin citar con referencias (desde luego el formato APA, ni sus luces).

    Con este “documento”, y de manera sorprendente (porque la UNAM, supuestamente tiene métodos de comprobación de plagio), obtiene su título profesional.

    Si paramos en este punto, y el Ciudadano Cualquiera de pronto es confrontado con su realidad de usurpación de profesión, primero y en consecuencia, que el documento con que “se tituló” es apócrifo (porque no se trata de un ensayo personal sobre la experiencia profesional, sino de un vil plagio), la Universidad tendría que adoptar una postura de defensa de su propia credibilidad, pero no hablamos ya de ese ciudadano supuesto, sino de una senadora sin licencia, que es el rostro de una unión de partidos y que ha ido demostrando que es poco confiable pensar en una funcionaria sin remordimientos ni aceptación de las fallas en que ha incurrido en su vida “profesional”.

    En cambio, cuando se demuestra que su trabajo de titulación adolece de autenticidad y “acepta” que la pendejió (sic), reta a la Máxima Casa de Estudios sobre la presentación de un nuevo trabajo que demuestre que sí sabe lo que supuestamente debe saber cómo ingeniera en computación.

    Más allá de fobias, hay que explicar dos detalles. Aunque no se trate de una tesis, el plagio es indecente e indebido.

    Pero vamos por partes: en la elaboración de una tesis se propone un texto, investigación o idea de alguien más, para contradecirla o probarla. Y pueden hacerse todas las citas del mismo texto/autor, y se pueden citar párrafos o transcribir, inclusive, grandes porciones porque resultan necesarias e imprescindibles para la explicación que se busca dar. Si fuera un pasaje histórico, por ejemplo, es indispensable acudir a textos extensos, pero SIEMPRE, citando esas fuentes.

    Los tipos de citas son: citas cortas textuales o directas (con énfasis en el contenido, el autor o el año de publicación); citas textuales largas; citas no textuales o indirectas (específicas, no general); cita de otra cita. En la referencia bibliográfica se deben citar tanto fuentes impresas como publicaciones en documentos electrónicos.
    Pero en este caso, insisto, se trata de un trabajo de práctica profesional. El sustentante expone un proyecto personal en el que explica de qué manera, los conocimientos que ha desarrollado en esas casi tres décadas, le han permitido participar en una nueva técnica o mejorar un proceso.

    El caso de la seño equis, como dueña de dos empresas, de una (al 130%), que desarrolla servicios de mantenimiento a edificios inteligentes, pues sería fácil y no tendría que haber copiado y pegado trabajos de titulación de egresados de licenciatura de Perú, o manuales y proyectos ejecutivos.

    En conclusión, sobre el tema que dice sustentar, no tuvo la honestidad de exponer su experiencia propia y mejor copió y pegó todo. Ahí ya va mal.

    En segundo lugar, no se puede hacer excepciones con personas porque son funcionarios públicos, ya que de acuerdo al reglamento universitario, en lo relativo a la titulación, no contempla segundas oportunidades para ver, si la segunda, es la vencida.

    La UNAM sentará un pésimo precedente y se convertirá en un hazmerreir mundial respecto del prestigio que sustenta, si permite que esta mujer haga otro trabajo para que su título sea bueno, es una burla.

    En todo caso, ahí tiene al CENEVAL en el que puede, mediante un examen de conocimiento y práctica laboral, obtener su título. Pero así, no.

    Habrá que esperar la resolución de las autoridades universitarias, y ver si se apegan a su propia normatividad, o si por identidad ideológica neoliberal y por hacerle el favor a la candidata de oposición, no salen con un insulto monumental a todos los que nos hemos esforzado por estudiar y titularnos digna y legítimamente, en nuestra alma mater.

  • 2 de octubre, el PRIAN todo lo olvida

    2 de octubre, el PRIAN todo lo olvida

    Después de mas de 50 años del trágico hecho acontecido en Tlatelolco, si algo queda seguro es que el PRI, que por tantos años aprovechó el silencio de la gente, en parte por miedo a un sistema represor impuesto por el revolucionario institucional y en parte por no contar con las herramientas necesarias para hacer escuchar fuerte su voz, ante el silencio cómplice de los medios privados y a su vez por intelectualoides de prepago al servicio del viejo régimen; hoy ya no aguanta ni calla más, los atropellos que pretenden cometer tan pronto llegan al poder los políticos que se unifican en el Frente Amplio por México.

    No es gratis que cada vez que su candidata de facto, Xóchitl Gálvez, se acerca a comunidades marginadas por los partidos que representa, es corrida al grito de corrupta, por los integrantes de esas zonas rurales.

    La realidad que recibe en nuestros días a la todavía senadora, la sorprende lo mismo que a los dirigentes de los partidos que ella representa y al mandamás don dinero; piensan, con toda la sagacidad que les caracteriza, que las protestas en su contra son producto de gente comprada con los programas sociales, proyectos pensados para disminuir los síntomas de la terrible enfermedad que los partidos de oposición endilgaron a través de generaciones: la pobreza.

    No son capaces de pensar que el rechazo que hoy enfrentan es producto de ese pueblo cansado de ellos y sus falsas promesas; es el hartazgo de haber vivido un Tlatelolco, un Atenco, un Nochixtlán, un Iguala.

    Ni sus millones de pesos procedentes del sector privado, ni sus alianzas con actores de gobiernos externos, ni sus notas a modo en los medios moribundos que ya pocos ven, ni sus alianzas con los jueces y personas afines en el INE, pueden comprar la paz que le quitaron a la gente o resarcir su dolor, no les alcanza todo el dinero mal habido para mercar la conciencia de los deudos, que ahora sabe que tiene voto, voz y derecho para reclamar aquello con lo que se sienten inconformes y el Frente y sus dirigentes están comenzando a lidiar con otro hartazgo: el de sus donantes.

    Sus mecenas se están hartando también de la falta de resultados, de los estrepitosos descalabros convertidos en derrotas electorales, en el acotamiento cada vez más estrecho de sus lugares de acción, de ver que sus millones se los embolsan, como siempre han hecho, unos pocos, mientras el barco se hunde; ese proyecto convertido en naufragio que va en picada hacía el fondo de todo un mar lleno de las promesas incumplidas de Alito, Marko o Zambrano y que ya vislumbra su segundo descalabro consecutivo en elecciones federales, pues ese pueblo que despreciaron durante décadas, ahora les paga con la misma moneda y les desprecia a ellos.

    No debe ser fácil trabajar como comunicador al servicio de la oposición, ni dirigente de esta y mucho menos, candidata de ese “Frente”; después de todo, ya están marcados, son reconocidos y repudiados, aunque se vistan con traje y corbata, aunque salgan maquillados y empolvados en las pantallas, aunque truqueen fotos para quitarse peso y edad y aunque vistan huipiles y los acompañen con bolsos de cuero de lujo.