Esta mañana, desde el Teatro de la Ciudad, Esperanza Iris, la Jefa de Gobierno, Clara Brugada, entrego instrumentos a los estudiantes beneficiarios del programa Do-Re-Mi-Fa-Sol.
Entre risas, aplausos y el sonido de flautas, guitarras y tambores, la Jefa de Gobierno de la Ciudad de México, Clara Brugada Molina, encabezó el arranque del programa Do, Re, Mi, Fa, Sol por Mi Escuela, que busca que la música se convierta en un derecho para la infancia capitalina.
En el histórico Teatro Esperanza Iris, niñas y niños de las primarias Lisandro Calderón y 30 de Septiembre ofrecieron un breve concierto para mostrar lo que han aprendido. Ahí, Brugada entregó nuevos instrumentos y compartió la meta: que cada estudiante de educación básica pueda elegir y aprender a tocar el instrumento que más le guste. “Queremos combatir la violencia con música; que las notas rojas se conviertan en notas musicales”, expresó emocionada.
El programa comenzó el año pasado en casi 100 escuelas y ha entregado 4 mil instrumentos, desde guitarras y violines, hasta saxofones y tambores. La meta para 2025 es alcanzar 15 mil instrumentos y llegar a 500 planteles, para que alrededor de 150 mil niñas y niños reciban clases gratuitas de música durante sus cinco años de primaria.
Brugada recordó que la música no solo despierta creatividad, sino que también aleja a la niñez de la violencia. “Si logramos que los niños toquen instrumentos, pocos se atreverán a tocar armas”, subrayó, al tiempo que afirmó que este es un compromiso con el futuro de las infancias.
La secretaria de Cultura, Ana Francis Mor, detalló que la enseñanza estará acompañada por músicos de distintos géneros para garantizar una formación diversa y rica. “Este programa no solo enseña melodías, también fomenta disciplina, escucha, respeto y sentido de comunidad”, destacó.
Para Enrique Cruz González, de la Autoridad Educativa Federal, esta iniciativa rompe la idea de que la música es un privilegio: “Hoy la educación se transforma cuando el arte y la cultura dejan de ser un lujo y se convierten en un derecho”, señaló.
Entre flautas, guitarras y tambores, Clara Brugada sembró una semilla de esperanza: que la música llegue a cada escuela de la Ciudad de México para que el sonido de las armas quede cada vez más lejos de la niñez.

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