El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, anunció que enviará fuerzas de seguridad a San Francisco como parte de su campaña para endurecer las políticas migratorias y “recuperar” ciudades gobernadas por demócratas. La decisión ocurre en medio de una ola de protestas nacionales contra la militarización urbana y las medidas del Gobierno federal.
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, aseguró este domingo que planea “hacer grande” la ciudad de San Francisco mediante un nuevo despliegue de fuerzas federales, similar a los realizados previamente en Chicago, Portland, Washington y Los Ángeles. La medida forma parte de su ofensiva nacional para reforzar las políticas migratorias y, según sus palabras, “expulsar a criminales”. “Iremos a San Francisco”, aseguró en una entrevista con Fox News, donde lamentó que la ciudad “era una de las grandes del mundo, pero hace 15 años se torció, se volvió ‘woke’”.
Durante la conversación, el mandatario comparó la futura intervención en San Francisco con los operativos previos en Chicago y Washington, donde aseguró que “la gente nos quiere”. Con un tono triunfalista, sostuvo que sus despliegues anteriores habían devuelto la seguridad a la capital estadounidense y presumió haber “expulsado a mil 700 delincuentes profesionales y criminales de otros países”. “Washington era una trampa mortal”, afirmó, “ahora es la ciudad más segura del país”.
Trump volvió a cargar contra las ciudades gobernadas por demócratas, a las que describió como “inseguras y desastrosas”, y prometió que las “va a salvar”. También aprovechó para criticar los obstáculos judiciales que enfrenta su administración, especialmente los fallos que han frenado sus intentos de federalizar a la Guardia Nacional o de financiar el cierre parcial del Gobierno. “Lo que está pasando con los jueces es terrible”, expresó mientras insinuaba que podría recurrir a la Ley de Insurrección, una herramienta legal que permite el despliegue militar en el interior del país.
El anuncio del presidente coincidió con un fin de semana de protestas masivas bajo el lema No Kings (“Sin Reyes”), en las que cerca de siete millones de estadounidenses se manifestaron en más de 2 mil 700 puntos del país. Las movilizaciones denunciaron la militarización de las ciudades, la violencia en los operativos federales y la concentración de poder en la figura presidencial. En el centro del debate, San Francisco emerge ahora como el próximo escenario de una tensión que combina política, migración y control social.

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