Documentos desclasificados muestran que la Dirección Federal de Seguridad abrió expedientes a estudiantes solo por solicitar ingresar a la universidad en los años 70.
La Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), fundada en 1974 durante el gobierno de Luis Echeverría, nació para atender la creciente demanda de educación superior de calidad y canalizar las demandas de la juventud tras los movimientos estudiantiles de 1968 y 1971. Sin embargo, documentos del Archivo General de la Nación revelan que desde sus inicios, todos los aspirantes a la UAM fueron objeto de vigilancia por la Dirección Federal de Seguridad (DFS), la extinta agencia de inteligencia del Estado mexicano.
Según los archivos, la DFS no solo espiaba líderes estudiantiles o docentes, sino también a cualquier joven que solicitara su ingreso a la universidad.

Durante décadas, la DFS espiaba a comunistas, líderes sociales, funcionarios, panistas, opositores, grupos criminales, narcos y estudiantes, incluyendo a figuras como la actual presidenta Claudia Sheinbaum, quien fue vigilada por el activismo de su madre, la científica Annie Pardo Cemo. La dependencia, adscrita a la Secretaría de Gobernación, fue posteriormente reemplazada por el Cisen y hoy forma parte del Centro Nacional de Inteligencia (CNI).
En sus primeros años, la UAM operó bajo la rectoría del arquitecto Pedro Ramírez Vázquez, creador del Estadio Azteca, el Museo de Antropología y otros iconos de la Ciudad de México. Actualmente, la universidad cuenta con 83 licenciaturas, 119 posgrados, cinco unidades académicas y 61 mil estudiantes, consolidándose como una de las instituciones más importantes del país en educación superior.
El hallazgo de estos documentos evidencia cómo la represión y la vigilancia política marcaban incluso el acceso a la educación, dejando un capítulo oscuro en la historia de la UAM y del México post-68.
Con información de Héctor Gutiérrez Trejo para La Crónica
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