Contundente rechazo a bases militares extranjeras en Ecuador

El electorado ecuatoriano frenó con fuerza la intención del presidente Daniel Noboa de abrir la puerta a bases militares extranjeras, modificar la Carta Magna y promover una eventual Asamblea Constituyente. El No se impuso en las cuatro preguntas del referendo, con una participación superior al 80%, enviando un mensaje político de amplio impacto interno y regional.

El ambiente político en Ecuador registró un giro inesperado y contundente luego de que la ciudadanía rechazó todas las propuestas del referendo impulsado por el presidente Daniel Noboa. La iniciativa buscaba modificar pilares institucionales, incluida la prohibición constitucional para permitir instalaciones militares extranjeras en territorio nacional, uno de los puntos más sensibles del debate.

Con más del 75.86% de votos escrutados y tendencia irreversible, el No se impuso en las cuatro preguntas. La negativa alcanzó 60.55% respecto a la eliminación del candado constitucional contra bases militares foráneas, mientras que la posibilidad de reformar el financiamiento público a organizaciones políticas también fue derrotada con 58.06%. La reducción del número de legisladores no prosperó, al obtener 53.48% en contra.

El punto más sensible y de mayor carga simbólica fue la pregunta vinculada a la eventual Asamblea Constituyente, considerada por diversos sectores como un giro de alto riesgo político. La propuesta registró una negativa de 61.61%, cerrando el margen de maniobra del Ejecutivo en su apuesta por renovar el marco constitucional.

Tras conocerse los resultados, Noboa reconoció públicamente la derrota y afirmó que continuará trabajando con las herramientas vigentes. El gesto fue interpretado como un intento por evitar un choque institucional y contener la lectura de debilitamiento político, tanto en el escenario nacional como en la percepción internacional.

Analistas en materia geopolítica consideraron que el resultado dejó implicaciones estratégicas más allá del ámbito interno, pues la negativa podría interpretarse como un mensaje indirecto hacia EUA, donde existía interés por ampliar su presencia militar en el Pacífico oriental, un punto clave frente a la competencia global con China y Rusia.

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