Los cárteles mexicanos han dado un salto tecnológico con el uso de “narcodrones” tipo kamikaze, entrenamientos en Ucrania y sistemas antidrones chinos, intensificando una guerra criminal cada vez más sofisticada y peligrosa.
La guerra criminal en México entró en una nueva fase tecnológica, ya que, de acuerdo con investigaciones de especialistas en seguridad de Europa, México y EUA, los cárteles han incorporado tácticas, entrenamientos y equipamiento provenientes del frente de Ucrania, donde integrantes del crimen organizado han sido instruidos como operadores de drones con visión remota y técnicas avanzadas de interferencia.
Los grupos criminales adoptaron drones comerciales modificados como proyectiles kamikaze, capaces de transportar explosivos improvisados —incluyendo granadas, municiones artesanales, cargas químicas y hasta C4—, lo que ha permitido ataques a bajo costo con alta precisión. Entre 2020 y mediados de 2023, se han registrado 605 ataques con drones explosivos, con picos de 260 agresiones solo en la primera mitad de 2023.
El CJNG encabezó esta escalada con una unidad especializada en drones agrícolas modificados para fines bélicos, mientras que otros grupos, como la facción de Los Mayitos del Cártel de Sinaloa, han invertido en sistemas antidrones de fabricación china, capaces de inhibir señales y derribar aeronaves no tripuladas. Estas herramientas, de acceso libre en EUA, han abierto un nuevo frente de disputa tecnológica.
La respuesta oficial ha sido insuficiente, pues aunque la Guardia Nacional ya opera inhibidores, los cárteles han comenzado a copiar estrategias de la guerra en Ucrania, como drones conectados por fibra óptica, imposibles de interferir electrónicamente.
El crimen organizado lleva la delantera en innovación, afirman analistas. Mientras los gobiernos avanzan lentamente, los cárteles consolidan un nuevo equilibrio de poder basado en drones, contramedidas y tácticas de combate cada vez más sofisticadas.
Con información de Andrés Rodríguez para El País.


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