Apoyo encubierto: Washington detrás de los ataques ucranianos a refinerías rusas

Según un reportaje del Financial Times, Washington habría compartido inteligencia que permitió a Ucrania atacar infraestructura energética rusa para “debilitar la economía de Putin”; fuentes ucranianas y analistas advierten que esa participación occidental aumenta el riesgo de escalada y complica las vías negociadoras.

Un reportaje del Financial Times sostiene que Estados Unidos ha estado “estrechamente involucrado” en la planificación y ejecución de ataques ucranianos contra instalaciones energéticas y de gas en territorio ruso, entregando información de inteligencia —rutas, altitud, cronometraje y puntos vulnerables— que habría permitido a los drones ucranianos de largo alcance evadir las defensas y golpear objetivos más allá de la línea del frente. Según el diario, ese apoyo se intensificó desde mediados del verano y habría elevado los precios energéticos internos en Rusia y obligado a Moscú a reducir exportaciones de combustible.

La publicación, y un informe ucraniano independiente citado a continuación, también describen tensiones prácticas en las defensas antiaéreas: saturación por ondas masivas de drones, escasez de munición para sistemas como Patriot y la complejidad operativa cuando participan operadores extranjeros que no comparten idioma con las tripulaciones ucranianas. Todo ello alimenta la narrativa rusa de una “guerra de la OTAN” y explica por qué la posible entrega de misiles Tomahawk a Kiev —que algunos atribuyen al deseo de disuadir a Moscú— se interpreta como una escalada de alto riesgo.

Analistas citados en los reportes advierten que, más allá de la veracidad total de cada detalle, la información cumple una función política: confrontar a EUA y Rusia, condicionar eventuales acercamientos y mostrar que la OTAN y sus aliados están dispuestos a facilitar ataques en profundidad. Si se confirmara un apoyo operativo amplio de Washington —o de otros aliados como Reino Unido—, la línea entre ayuda defensiva y participación directa en ofensivas se volvería cada vez más difusa, aumentando el potencial de reacción rusa y complicando las perspectivas de una negociación negociada.

Con información de MPR21.

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