Bolivia enfrenta un nuevo rumbo internacional tras balotaje presidencial

La segunda vuelta presidencial del 19 de octubre podría poner fin a dos décadas de hegemonía del MAS y redefinir la política exterior del país andino.

Bolivia vive un momento histórico. Por primera vez desde el retorno a la democracia, el país llega a una segunda vuelta presidencial, lo que abre la puerta a un posible giro en su política exterior y al fin de la hegemonía del Movimiento al Socialismo (MAS). La elección enfrenta dos visiones opuestas sobre el futuro internacional del país: Rodrigo Paz Pereira y Jorge “Tuto” Quiroga.

Paz apuesta por una política exterior pragmática, orientada a restablecer relaciones con Estados Unidos y Chile, fortalecer el comercio y mantener vínculos con antiguos socios del MAS, como China y Rusia, sin romper acuerdos estratégicos. “Se abandonarán las relaciones ideologizadas del MAS y se pasará a un pragmatismo económico”, explica Gustavo Pedraza, exministro boliviano.

En contraste, Quiroga propone un alineamiento más marcado con la derecha regional, priorizando la integración con Washington e Israel, y distanciándose de gobiernos de Venezuela, Cuba y Nicaragua. Su enfoque también incluye la revisión de contratos de litio con empresas chinas y rusas, aunque la profunda inserción económica de China en Bolivia limita la posibilidad de una ruptura total, según Raquel León de la Rosa, especialista en política China-Latinoamérica.

Durante los gobiernos del MAS, especialmente bajo Evo Morales, Bolivia desarrolló una política exterior Sur-Sur, fortaleciendo la integración regional y la cooperación con países como China, Rusia e Irán, mientras que la administración transitoria de Jeanine Áñez reorientó la diplomacia hacia Estados Unidos y rompió lazos con Venezuela y Cuba.

Otro eje clave será la relación con Chile y Mercosur. Paz busca retomar vínculos con Chile y promover la integración regional, mientras Quiroga critica Mercosur y apuesta por acuerdos de libre comercio con Asia y Europa.

El balotaje del 19 de octubre definirá si Bolivia continuará un camino de multilateralismo pragmático y comercio diversificado o si tomará un rumbo más alineado con la agenda conservadora y el eje Washington-Israel, marcando un nuevo capítulo en su política internacional.

Con información de Julián Ramírez para France 24

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