Las detenciones de migrantes en la frontera sur de Estados Unidos se desplomaron casi 80% durante el año fiscal 2025. El descenso coincide con la llegada de Donald Trump a la Casa Blanca y la reactivación de políticas antimigratorias que cerraron la puerta al asilo y endurecieron los cruces desde México.
Durante el año fiscal 2025 —que abarca de octubre de 2024 a septiembre de 2025—, la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de Estados Unidos (CBP, por sus siglas en inglés) reportó 443 mil 671 “encuentros” con personas migrantes que intentaron cruzar la frontera sur de manera irregular.
La cifra equivale apenas al 20.7 % de los más de 2.1 millones de detenciones registradas el año anterior, lo que representa una caída cercana al 80 %. En términos simples: de cada cinco intentos de cruce que hubo en 2024, en 2025 sólo se registró uno.
El cambio coincide con el inicio del nuevo gobierno de Donald Trump, el 20 de enero de este año. Entre febrero y septiembre, su administración contabilizó 85 694 encuentros, mientras que los últimos cuatro meses del mandato de Joe Biden —de octubre de 2024 a enero de 2025— sumaron 357 977 casos.
El registro del periodo de Trump equivale al 19.3 % del total anual, un reflejo del impacto inmediato de sus medidas restrictivas: cierres fronterizos, eliminación de opciones de asilo y mayor presencia militar en la línea divisoria.
Los datos mensuales confirman la tendencia: en enero, último mes de Biden, las autoridades detuvieron a más de 61 000 migrantes; en febrero, ya con Trump, el número cayó a 11 mil 710 y se mantuvo entre 7 mil 800 y 12 mil casos mensuales hasta septiembre, alcanzando su punto más bajo en julio.
El desplome responde a la combinación de acciones punitivas en la frontera y la coordinación con México para reforzar retenes y devoluciones rápidas. Sin embargo, organizaciones humanitarias advierten que el descenso no implica una reducción del flujo migratorio, sino un aumento del riesgo: los cruces se han desplazado hacia rutas más peligrosas y controladas por el crimen organizado.
Aun así, la Casa Blanca ha presentado las cifras como una muestra del “éxito” de su política de “cero tolerancia reforzada”, una versión endurecida del modelo de 2018, con la diferencia de que ahora cuenta con el respaldo operativo del Pentágono y acuerdos fronterizos más estrictos con el gobierno mexicano.Mientras Washington presume la contención, las comunidades migrantes y las organizaciones civiles alertan sobre una nueva fase de criminalización del tránsito irregular, que podría agudizar la crisis humanitaria en la frontera compartida.
Con información de Emir Olivares y Arturo Sánchez para La Jornada.


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