Categoría: Opinión

  • Tomar el cielo por asalto

    Tomar el cielo por asalto

    Pocos días conmemorativos son tan importantes como el que hoy nos atañe, un 23 de septiembre de 1965 unos campesinos y maestros intentaron realizar la hazaña del asalto al Cuartel Moncada de Cuba (doce años antes) en nuestro país al realizar el asalto al Cuartel Madera en Chihuahua, pero tampoco tuvieron éxito y fueron asesinados. Ese momento marcó el inicio de los movimientos armados en México y una organización armada tomaría ese día como nombre, la Liga Comunista 23 de septiembre. El presente texto es una reflexión acerca de este tema y de su importancia, así como de su vigencia.

    La Revolución Mundial

    Durante el siglo XX más de un tercio del mundo llegó a vivir bajo regímenes socialistas, los ecos de la Revolución Mundial sonaban en todo rincón del planeta. Sin embargo, eran detenidos o frenados por el capitalismo que se negaba a morir y empleaba todo mecanismo disponible, sin importar que eso implicara genocidios y demás crímenes de lesa humanidad.

    La Guerra Fría estaba en curso y absolutamente todo estaba permitido, el fantasma de una catástrofe nuclear siempre estuvo presente, pero también la competencia por ser el mejor modelo de vida se llevaba a la ciencia, la carrera espacial es un muy buen ejemplo de las magnitudes que podía llevar ese enfrentamiento o lucha entre capitalismo y socialismo.

    A pesar de toda la resistencia del bloque capitalista, las revoluciones seguían avanzando y la Revolución Cubana (1959) fue un faro de luz de justicia que influyó no solo en nuestro continente -aunque sí con más fuerza ahí- sino en todo el mundo. Demostró que la revolución armada era necesaria en esas condiciones para poder liberarnos.

    Los movimientos armados

    En ese contexto de revoluciones en el mundo y de Guerra Fría es que vuelven a surgir muchos movimientos armados en varias partes en las décadas de los 60´s y 70´s. Latinoamérica será uno de esos lugares, en todos los países veremos distintas expresiones de este fenómeno que demostraba el ánimo de transformar radicalmente las sociedades en beneficio de las mayorías.

    Así, en el México represivo de esos años tendremos distintos movimientos armados, desde los espontáneos hasta los más organizados que pusieron en jaque a algunas autoridades locales. Expresiones de guerrilla rural (como el Partido De Los Pobres y su Brigada Campesina de Ajusticiamiento liderada por Lucio Cabañas) y también urbana, precisamente de esta última existieron muchísimas organizaciones, algunas fueron realmente muy pequeñas células.

    Después de tantas derrotas es que varias organizaciones armadas deciden unirse y fundan la Liga Comunista 23 de septiembre en 1973 para centralizar la lucha por el socialismo y poder hacerle frente al Estado Mexicano y al capitalismo de nuestro país y del mundo. La Liga aglutinaba a grupos de revolucionarios de varias partes del territorio nacional y tenían una coordinación importante.

    No obstante, el Estado Mexicano se decidió a exterminar a la Liga como prioridad y fundó organizaciones como la Brigada Blanca que cazó, torturó y buscó exterminar a toda persona que pareciera subversiva. Esa época con múltiples violaciones a los derechos humanos se le conoce como la “Guerra sucia”.

    A pesar de esa implementación del terrorismo de Estado, la Liga tuvo grandes momentos como la fuga de algunos de sus militantes del penal de Oblatos en Guadalajara o el intento de insurrección que hicieron los enfermos en Sinaloa y que puso a temblar a las autoridades locales, entre otras.

    El derecho a la insurrección

     La Liga llega a 1981 para después desaparecer y quedar en la memoria histórica, esa que debemos tener muy clara y comprender ese proceso. Ellos y ellas nos demostraron que otro mundo es posible y que muchas veces debemos luchar de distintas maneras para poder conquistar lo que por derecho nos pertenece, nuestra libertad.

    • Redes sociales: https://www.facebook.com/chaarlie.brown.5 y twitter @CarlitosMarx5 
  • ¡Por favor, no provoquen a la oposición!

    ¡Por favor, no provoquen a la oposición!

    Para recordar el aniversario del infame golpe de Estado en Chile en contra del gobierno de Salvador Allende, el siempre ilustre, siempre carismático y nunca obnubilado diputado Gabriel Quadri, arrojó luz sobre nuestras mentes para contribuir al entendimiento de ese complejo entramado de resentimientos, miedos, desprecios e inseguridades que es el pensamiento conservador mexicano, del cual se nutre el heroico bloque opositor, al sostener que: es necesario desmontar el mito de Salvador Allende para evitar que su tragedia se repita. 

    Según Quadri de la Torre, el legado de Allende fue hundir a Chile en la peor crisis económica, social y política de su historia; llevar al país a un cruento golpe militar y a la feroz dictadura de Pinochet. De las cincuenta palabras que el diputado utilizó para reducir un proceso histórico complejo y doloroso, podemos desprender, por lo menos dos lecciones que nos ayudan a entender y cuidar la estabilidad emocional de nuestros conservadores, esa fauna salvaje y nociva que tanto ha hecho por México.

    En primer lugar, es evidente que la lectura que los conservadores hacen de la realidad es una lectura que lejos de abrazar la complejidad, elimina todo aquello que deba ser eliminado, para preservar una explicación impoluta de la existencia en donde un fenómeno se explica en sí mismo y deviene por sí mismo, sin importar su contexto. En otras palabras, la caída del gobierno de Salvador Allende sucedió porque existió el gobierno de Salvador Allende ¿Así o más fácil de entender? Los acontecimientos que condujeron a la culminación de un proceso, el devenir histórico de la humanidad, poco importa; A llega a B, porque A ¿para qué volver todo más complejo? Como diría Juan Gabriel ¿Qué necesidad?

    Por otro lado, y quizá todavía más importante, queda claro por qué para Quadri y el conservadurismo mexicano, son la CuatroTe y Andrés Manuel Lopez Obrador, quienes han polarizado y dividido a los mexicanos. Y es que resulta indignante que la clase oprimida, que digo clase, los desclasados, de buenas a primeras levanten la mano e intenten poner un alto a la lógica de privilegios y explotación con la que se conduce la clase dirigente nacional. Indignante que, lejos de estar agradecidos porque se les permite subsistir y ―en algunos casos― elegir la forma en la que van a morir de hambre, se quejen y busquen transformar sus condiciones de vida. 

    En ese sentido, la resistencia a todo movimiento social que busque transformar la realidad es desencadenada por dicho movimiento social. Es decir: Andrés Manuel Lopez Obrador y todo aquellos que lo apoyan, polarizan a los mexicanos no porque verdaderamente estén dividiendo algo que desde que México es México ha estado dividido, sino porque señalan esa división, se manifiestan agraviados por ella, ponen el dedo en la llaga. Y al hacerlo, no solo se vuelven responsables de la división, sino que también son responsables de la reacción que la clase privilegiada pudieran tener en contra de ellos, son responsables de la virulencia, desprecio, violencia de la oposición, que no tiene más alternativa que reaccionar como un animal acorralado ante que ve amenazado su estilo de vida.

    Entrados en gastos, se vuelve urgente comprender que es en este sentido en el que nuestra siempre amable y clasista oposición (nutrida por la siempre desinteresada clase privilegiada), toma como una afrenta que en la celebración de El Grito de Independencia, se lanzaran “mueras” contra el racismo y el clasismo. 

    Lejos de condenar su molestia, de censurar que reivindiquen el derecho al libre ejercicio del clasismo, el racismo y cualquier otra forma de desprecio que contribuya al control social y garantice los privilegios de una minoría; lejos de lamentar el patético esfuerzo de hablar de un clasismo/racismo inverso. Deberíamos estar agradecidos, frente a esta muestra de humanismo sin igual, por no reaccionar de forma violenta en contra del llamado para acabar con el clasismo. Es más, ha sido tan loable el comportamiento opositor, de cara a esta provocación, que ni siquiera han ido a la OEA para presentar una queja.

    • Carlos Bortoni es escritor. Su última novela es Dar las gracias no es suficiente.
  • 19 de siempre

    19 de siempre

    Este 19 de septiembre al filo del mediodía nos encontrábamos en un acto político cultural en el Eje Central Lázaro Cárdenas antes San Juan de Letrán, justo en la Plaza Cándido Mayo (la única en el mundo dedicada a un reportero gráfico), donde hubo una ceremonia prehispánica con humo de copal como mediador cósmico para pedir perdón a la tierra por los sismos de 1985 y 2017. En la cosmovisión ancestral el humo del copal simboliza: “el mediador entre el cielo y la tierra, entre la materia y el espíritu, entre vivos y muertos, lazo de unión del humano con el padre-madre creador, elemento que transporta las oraciones al ámbito divino”.

    Minutos después del habitual simulacro -propio de este día- y en el epilogo de la ceremonia del perdón, la tierra comenzó a estremecerse en punto de la una de la tarde con cinco minutos ante nuestra más demoledora incredulidad. Por supuesto, ya ante un sismo real la alarma que menos de una hora antes nos movilizó para el simulacro sonó demasiado tarde, cuando la tierra ya hacia olas que emborrachaban a los postes y cables de luz. Decenas de personas nos arrimamos como pudimos a la banqueta de la conocida avenida, con una carga emocional que internamente nos paralizaba -al punto que era difícil que las piernas respondieran y no temblaran como parte de la vibración que nos enraizaba con el asfalto gelatinoso-. Algunas personas comenzaron un llanto tristísimo. Pero ante eso, otras más se acercaron a abrazarlas y poner un brazo al hombro, mientras la sinfonía de movimientos parecía interminable.

    Al fondo la enorme estatua del General Lázaro Cárdenas parecía una esfinge milenaria que no compartía el nerviosismo de vehículos, trolebuses y transeúntes que quedaron sin moverse un milímetro más, como una fotografía que veremos cada 19 de siempre. 

    Que pequeños somos con nuestro egoísmo e individualismo cotidiano, efectivamente no somos nada ante el despertar de la energía. Por eso la más grande lección de cada 19 de siempre es saber reconocernos vulnerables y aprender a darnos la mano.

    Durante la ceremonia, antes del nuevo sismo de un 19 de siempre, una voz dijo unas palabras que nos conmovieron:

    “No estamos solos, entonces caminemos juntos”.

    El rayo ha caído no dos, quizá no tres, quizá siempre caerá en el mismo árbol…

    La Ciudad está condenada a los naufragios de cada septiembre, esta vez después supimos de 7.7 grados con epicentro a 63 kilómetros al sur de Coalcomán; aunque la generosidad colectiva de prevenirse cada vez más con mejores reglamentos y materiales de construcción y continuos simulacros es una grata noticia, en la que aún habrá que perseverar más; los expertos han señalado que los desastres naturales no existen, sino que se “construyen socialmente”, incluso han advertido que se debería conocer el riesgo sísmico de cada colonia de la capital como se identifica el código postal.

    Pero también, esa condena ha favorecido el inquebrantable y esperanzador despertar de la sociedad, su ánimo solidario y su espíritu fraterno, desde los sismos de 1957 y con mayor audacia en 1985, cuando el pueblo organizado se observó como el único garante de salvar al propio pueblo, ante el vacío e inoperancia de un gobierno corrompido hasta la inanición. Es la Ciudad la protagonista de cada 19 de siempre, pero no olvidemos que el desafío de la naturaleza también ronda las poblaciones de las costas sísmicas, lamentablemente esta vez las secuelas afectaron gravemente al pueblo hermano de Colima. No nos ocupemos de estas fechas con una obtusa visión chilango centrista. Si bien, la ciudad es de todos y somos todos. La ciudad se extiende hasta el mar.

    Escribió Carlos Monsiváis: “La ciudad admite la difamación de sus pesadillas y, también, los grandes instantes de la solidaridad, como el de septiembre de 1985, cuando luego de dos terremotos que costaron cerca de 20000 vidas, un millón de personas trabajan, algunas en condiciones de extremo riesgo, en las tareas de salvamento, rescate de cadáveres, organización de albergues, reparto de ropa y comida. A las atrocidades inventadas por la realidad se enfrentan las imágenes del heroísmo colectivo, del deseo de acompañar al prójimo en su tragedia. La Ciudad de México día a día se precipita a su final y, también a diario, se reconstituye con la energía de las multitudes convencidas de que no hay ningún otro sitio a dónde ir”. 

    El despertar de las conciencias ha sido un proceso arduo, colectivo y sobre todo individual; en uno de sus apuntes el propio José Revueltas, en congruencia con su conocida honestidad intelectual y personal, en un acto de severa autocrítica reconoció que ante el sismo de 1957 no entendió el momento y su papel, en una sacudida interna que le ayudó a comprender posteriores definiciones, que desempeñó ya sin equivocarse y situándose siempre al lado del pueblo. El 28 de julio de 1957 escribió: 

    “Ha caído el Ángel de la libertad, por efecto del temblor de esta madrugada. He visto su torso de oro al pie la columna, lo brazos rotos, el hacinamiento monstruoso de su cuerpo hecho pedazos. Daba tristeza. La multitud veía, comentaba, con una especie de aturdimiento sorprendido, mitad estupefacción y mitad gozo del privilegio de haber podido asistir a un hecho extraordinario y único. Los altavoces piden voluntarios para ir a remover escombros y extraer víctimas en el destruido edificio de Frontera y Álvaro Obregón. Me incorporo a un atestado camión con más de otros cien voluntarios.

    Me cuelgo de una de las rendijas, suspendido tan sólo de un pie. Me estorba indeciblemente un montón de libros que llevo en una mano, bajo el brazo, no sé cómo. Por fin tengo que desistir de continuar en el camión, o sea, que hubiera que renunciar a los libros para seguir ahí, y el dilema era ése: abandonar los libros o (no) acudir al lugar del siniestro para prestar mi ayuda. Con amarga y molesta contrariedad me decidí por no abandonar los libros. ¡Qué cosa terrible y simbólica! El dilema eterno del intelectual entre la acción viva y el engreimiento hacia su oficio. Este incidente y mi actitud no han podido separarse de mi mente todo el día, me han atormentado de un modo espantoso”.

  • Agua y demagogia

    Agua y demagogia

    Cualquier colectivo ambientalista que se mantenga fiel a sus principios y que actúe en torno a las causas que le dan vida, está obligado a levantar la voz de manera enérgica para exigir soluciones contundentes, medibles y verificables respecto a la crisis del agua. Basta ya de demagogia, ocurrencias y sobre todo aprovechamiento político de la situación alarmante sin propuestas reales que permitan identificar claramente las acciones a seguir y que éstas se reflejen en un manejo consciente y responsable del vital líquido.

    Académicos, intelectuales, políticos y pseudo ambientalistas se desviven en analizar las causas de la crisis hídrica. Todos coinciden en la importancia del vital líquido y en las consecuencias reales de que este recurso se acabe en un futuro muy cercano. Sin embargo, no se logran realizar acciones de corto plazo que vayan a la raíz del problema y que mitiguen los efectos del consumo irracional y la sobre explotación.

    Peor aún, a pesar de las graves afectaciones y el ejemplo que representa la situación reciente en Monterrey, ningún político ha colocado en su agenda resolver la problemática del agua como una de sus tareas principales. Esto es por demás aberrante, sobre todo cuando la evidencia muestra que las crisis alcanzarán niveles todavía más alarmantes. Monterrey en su experiencia reciente, requirió de la intervención del gobierno federal, ante la incapacidad del gobierno municipal y estatal de resolver la problemática.

    Pero, sin soslayar en sus responsabilidad y considerando que el 90% del tema agua es facultad del Gobierno Federal, hay dos grandes fallas de los gobiernos estatales y municipales: están por una parte el no hacer un diagnóstico, prospectiva y planeación, para su territorio y, en consecuencia, demandar al Gobierno Federal, las acciones pertinentes para no comprometer el desarrollo y la estabilidad social en sus demarcaciones y, por otra, en que históricamente sus organismos operadores de competencia directa (los servicios de agua y drenaje) se han visto como una caja chica de los gobernadores. Al fin y al cabo, pase lo que pase, siempre llega la CONAGUA a rescatarlos.

    Un dato interesante: No sólo la industria hace un uso excesivo del agua, primeramente lo hace la agricultura, mejor dicho la agroindustria que, para efectos prácticos, sigue las mismas prácticas de uso y manejo de agua que los industriales, situación que se agrava cuando según datos del Registro Público de Derecho del Agua de la CONAGUA, se extrae más agua de la autorizada por la propia dependencia. Aquí lo criticable es que las autoridades no han sido capaces de ejercer las acciones legales para sancionar a la agroindustria, pero no porque se carezca de un marco legal, una de dos: o los funcionarios responsables están coludidos o de plano la incapacidad es amplia.

    Por eso resulta patético que la crisis hídrica no deje de estar acompañada de la demagogia, si se revisan las plataformas de gobierno y los programas operativos anuales de gobiernos estatales y municipales, se verifica que los programas destinados para la infraestructura y uso y manejo de recursos hídricos son, por decir lo menos, insuficientes, caso similar sucede con el Gobierno Federal, al menos hasta las administraciones pasadas. Pero la cuestión aquí es destacar las razones por las cuales, no se implementan políticas públicas integrales que combatan esta crisis que pronto detonará en estallidos sociales sin precedentes.

    Por supuesto que una de esas razones es la corrupción que ha acompañado el otorgamiento de concesiones, sobre todo a las grandes transnacionales, pero existen otros como la ignorancia que permea en los funcionarios responsables de los sistemas de agua, véase la opacidad en el otorgamiento de concesiones desde el foxismo hasta Peña Nieto. No sólo eso, a la evidente inoperancia de las autoridades, hay que sumar la displicencia de los congresos estatales que poco contribuyen desde el ámbito legislativo para hacer más eficiente el marco jurídico y ajustarlo a las condiciones de cada entidad.

    En fin, resulta por demás incomprensible que, a pesar de los acontecimientos como el de Nuevo León, otras entidades dejen fuera de las prioridades el tema del agua. Quizá pueda comprenderse en los gobiernos que acaban de asumir el cargo este año, pero para nada les resta responsabilidad. Este tema debe tratarse en su justa dimensión y sobre todo prever los efectos negativos que puede llegar a alcanzar. Por ejemplo, para el caso de los campesinos, se debe comprender que toda crisis hídrica repercute primeramente en las actividades primarias, y, en consecuencia, detona otras problemáticas: las económicas y sociales, por ejemplo. 

    Es momento de hacer un alto inmediato, la crisis debe enfrentarse sin cortapisas y para esto no basta con recurrir a “los expertos” o a la demagogia política, se deben realizar trabajos en conjunto entre dependencias, congresos y colectivos para conformar un verdadero plan de acción, aunque afecte los intereses de las transnacionales. De lo contrario, estamos condenados a presenciar en menos de un año un estallido social que se presentará en varias entidades, sobre todo del norte del país. Si los políticos no son capaces de satisfacer esta necesidad, abramos paso a la sociedad civil organizada.

  • Grandes números / grandes estupideces

    Grandes números / grandes estupideces

    Nadie está libre de soltar una que otra barrabasada. Por supuesto, la probabilidad de hacerlo se incrementa en razón directa a la veces en las que uno opta por abrir la boca en lugar de quedarse prudentemente callado. Y claro, cuando uno se anima a hablar de asuntos de gran escala, la probabilidad de espetar estupideces mayúsculas aumenta de manera proporcional. Obvio: la cosa se agrava muy feo si uno no tiene ni la más remota idea de lo que está diciendo.

    El martes pasado, en el contexto del análisis del IV Informe de Gobierno del presidente López Obrador, el señor Antonio García Conejo, quien, en representación del estado de Michoacán cobra dieta como senador de la República y forma parte del grupo parlamentario del PRD, dijo: “Fíjense nada más: en el 2018 había cincuenta y uno punto nueve millones de pobres; en 2020, cincuenta y cinco mil punto mueve millones de pobres, y en el 2022, cincuenta y ocho mil punto uno millones de pobres…”

    Es decir, según el perredista, quien es abogado y estudió una maestría en Derecho de la Información en la Universidad Michoacana de San Nicolás, en México ocurrió un prodigio demográfico colosal, algo nunca antes visto: de 2018 —último año de gobierno de Peña— a 2022 —segundo año de gobierno de AMLO—, la cantidad de pobres en este país pasó de 55.1 millones a 55.9 mil millones, esto es, ¡las personas humildes se multiplicaron 1,073 veces! Imposible, ¿no? Los resultados del Censo de Población y Vivienda realizado por el INEGI en 2020 indica que aquel año la población total del país ascendía a 126 millones de habitantes…, y García Conejo afirma que entonces, por culpa de AMLO y sus esbirros de Morena, ya había 55.9 mil millones de pobres, ¡447 Méxicos de puros pobres!

    El senador también aseguró, muy preocupado él, que en 2022 en nuestro país hay 58 mil millones de pobres, o sea 58 millardos, 58 seguido de nueve ceros. Seguramente el legislador no está al tanto de que, según estimaciones de la ONU, el próximo 15 de noviembre, en todo el mundo seremos ocho millardos de humanos, es decir, ocho mil millones: un ocho seguido de nueve ceros. Así que los 58.1 millardos de pobres que hay en México según el senador por el partido del Sol Azteca alcanzarían para poblar siete planetas como el nuestro, y todavía sobrarían otros 2.1 millardos (la población en conjunto de China, Estados Unidos, Brasil y Rusia).

    Considerar la perspectiva espacial brinda otra forma de aquilatar el tamañote del dislate métrico del senador. El territorio de la República Mexicana es de casi dos millones de kilómetros cuadrados (1’960,646.7 km2), así que la densidad de población de nuestro país debe de andar rondando los 65 habitantes por kilómetro cuadrado (habs./km2). Tal es el promedio nacional, y la situación se presenta de manera diferente en distintos ámbitos: por ejemplo, mientras que la densidad de población en la Ciudad de México es de poco más de 6,163 habs./km2, en Baja California Sur apenas alcanza 11 habs./km2.

    A nivel municipal, las diferencias son enormes: por ejemplo, el municipio sudcaliforniano de Comondú tiene una población relativa de apenas cuatro habs./km2, en tanto que la demarcación territorial Tlalpan, en la Ciudad de México, reporta 2,225 habs./km2, e Iztacalco, también en la capital de la República, 17,522 habs./km2. Bueno, pues resulta que si el maestro en Derecho de la Información García Conejo tuviera razón, considerando sólo a los 58.1 mil millones de pobres que dijo que hay, la densidad de población en todo México sería de más de 29,000 habs./km2, algo que ni siquiera alcanza el país más densamente poblado del orbe, Mónaco (18,343 habs./km2).

    Habrá quien diga que el desacierto del senador García Conejo —un tercio de la bancada del PRD en el Senado, por cierto— se explica por la dificultad que todos los humanos tenemos para lidiar con grandes números. Por ejemplo, ¿qué tanta gente son esos ocho mil millones que seremos en menos de dos meses? ¿Tiene usted capacidad de visualizar ese monto? Para hacerlo, hace poco propuse el siguiente ejercicio mental: si yo le pidiera a usted que contara del uno a los ocho mil millones, y usted lo hiciera a una velocidad promedio de una unidad por segundo, obviamente de aquí al 15 de noviembre no le daría tiempo. Si comenzara a contar sin parar, sin un minuto de descanso ni para dormir ni para ir al baño ni para comer ni nada, tardaría ocho millardos de segundos, que son 92,592 días, esto es, 253 años y medio, más de un cuarto de milenio.

    Con todo, el senador perredista más que problemas de comprensión numérica tal vez adolece de la obnubilación típica en la oposición del México contemporáneo. ¿Por qué lo digo? Juzguen ustedes: en la misma intervención, el legislador ofreció dos datos que, me parece, no ofrecen mayor reto de comprensión: “Los programas sociales entre 2018 y 2022 se han duplicado y cuadriplicado en términos reales, como el apoyo a adultos mayores y Jóvenes Construyendo el Futuro, entre otros…” Fácil de comprender, ¿no? Los recursos que se le da a gente anciana y a jóvenes sin trabajo ni escuela se multiplicaron por dos y por cuatro. Bueno, pues en lugar de aplaudir el hecho, lo critica y dice que tales programas no han servido. De la pandemia y de la peor crisis económica que ha sufrido el mundo desde la recesión de hace cien años no dice nada, quizá no lo recuerde.

  • ¿En qué no mintió Samuel García?

    ¿En qué no mintió Samuel García?

    A casi un año de la llegada al poder de Samuel García, nuevamente, el estado de Nuevo León sufre del gatopardismo, pero a peor.

    Durante campaña, hubo un bombardeo de demagogia. Por toda la ciudad, se veían espectaculares de su imagen y con la muletilla “el único que…”. Pero todo eso ha quedado ahí.

    Resulta que los temas más importantes han ido a peor: seguridad, transporte, servicio de agua, entre otros temas, como la corrupción, solo relucen datos negativos.

    Sobre la seguridad, las últimas semanas en el estado han sido terribles para algunos neoloneses. Simplemente, este pasado lunes se registró un conflicto entre la policía estatal y un grupo delicuencial, en el municipio de Anaya. 

    A esto habría que sumar cómo el estado se ha posicionado en los primeros lugares en violencia contra la mujer y feminicidios. 

    Del transporte, por otra parte, los problemas no paran tampoco. Se aseguró, por ejemplo, que no habría aumentos al servicio de metro, pero a los meses se le dio luz verde. Según se afirmó, para mejorar el servicio. 

    A la fecha, no se nota ningún cambio. Máquinas dispensoras de boletaje fuera de servicio; que no dan cambio que deberían, entre otros detalles. Asimismo, de las instalaciones en general, no se nota mejora alguna. Al contrario, varias estaciones tienen mantas con leyendas de estar en mantenimiento.

    Ahora, sobre el transporte urbano, siguen habiendo unidades que no cumplen con las exigencias para brindar servicio. Tampoco han llegado las unidades de transporte que de prometieron, provenientes de China, las cuales, por cierto, se prometió que serían unidades eléctricas, y resulta que no lo son.

    Sobre el agua, el mismo Samuel García llegó a reconocer que no sabía cómo estaba la situación. Sin embargo, eso no le impidió decir en campaña que sería el ”único” en defenderla.

    Hay colonias que aún tienen problemas con el servicio del vital líquido, a pesar de la captación de agua de las últimas lluvias en semanas pasadas.

    Para ese punto, se alegó que no podían activar el servicio porque debía pasar por varios procesos, como si la gente no supiera que el agua saliera turbia o que no la pudiera utilizarla para otras actividades.

    Otra cosa importante sobre este punto son las tarifas del servicio. Agua y Drenaje de Monterrey sigue sin dar respuestas satisfactorias a las facturas de montos irreales que cobran por aire.

    Por último, sobre la corrupción, se ha revelado que el estado de Nuevo León ha realizado varios contratos millonarios con empresas fantasmas. Esto provoca que el “Nuevo León incorruptible”, exista la corrupción.

    Y no solo son casos con empresas fantasmas, sino que también de influyentismo, donde se contratan servicios de personas cercanas a gobierno o que forman parte de él.

    Peor aún, algunos funcionarios han sido premiados por hacer su trabajo, lo cual también es un acto de corrupción. Autoreconocerse no tiene ningún mérito.

    En fin, la lista parece ser algo larga. Por tanto ¿en qué no mintió Samuel García antes de llegar al poder?

    Con los datos aquí descritos, en cuatro rubros,  ha fallado rotundamente. Sin embargo, sí ha cumplido en algo. 

    Esto es: seguir utilizando redes sociales como red de información oficial, lo cual ya se ha detallado cómo esto es un asunto solo para ganar seguidores. 

    Pues bien, todo esto es seguir con la idea del «metaverso», donde todo es color de rosa.

  • VICENTE FOX O LO QUE NATURA NON DA…

    VICENTE FOX O LO QUE NATURA NON DA…

    [—Hola, Fox; habla Fox. Te llamo para invitarte a que nos tomemos una foto con los expresidentes y el actual. —¿Quiénes irían, Fox? —Iríamos tú, Salinas, Zedillo, Calderón, López y yo… —Pero, ¿va a ir ya sabes quién, no? —Así es. La idea es demostrar que México es primero. —Yo no voy, Vicente, te agradezco, pero va a ir aquel. Y falta Peña Nieto, y el pobre tendría que ir disfrazado. Además, por ahí andan diciendo que tú y no andamos muy bien de la cabeza…].

    ***

    Es difícil saber cuál de los expresidentes neoliberales le hizo más daño al país. Cuando pienso en Peña Nieto y en el agravio a los derechos humanos, la crisis por violencia, el enorme crecimiento de la deuda externa y, sobre todo, Ayotzinapa, me digo “este es el peor”; pero aparece Felipe Calderón y el drama de la guerra que se inventó este desmemoriado que un día sí y otro también escribe o reproduce mentiras en la red; y así llego a Fox, el expresidente ridículo, soberbio e ignorante, que dice llevarse a todos los presidentes de este siglo de calle, incluido a Juárez (sic), pero cuyo mayor “éxito” fue haber delinquido para que Calderón llegara ilegítimamente a la Presidencia. Y no hablaré mucho de Zedillo y su Fobaproa, el fraude del siglo; de Salinas y su neoliberalismo corrupto y devastador. Y vuelvo a lo mismo: es peor Miguel de la Madrid, que impuso al Innombrable, al Padre de la Desigualdad Moderna. Mi conclusión entonces es esta: ¡cada uno es peor que el otro! ¡Y viceversa!

    ***

    Han pasado 22 años desde que alcanzó la presidencia y el cambio que prometió fue un engaño. ¿Qué piensa de eso?

    Lo que dices es una marranada. Mejor díselo a López, que mira cómo está dejando al país. Pobre México, en manos de López y tan lejos de Estados Unidos.

    En su campaña, usted dijo que abriría las listas del Fobaproa y denunciaría a los corruptos, pero terminó condonando los impuestos a las grandes empresas. Perdonar 3 mil millones de dólares por la venta de Banamex fue una locura.

    En mi gobierno, nos enfocamos en los más pobres. A una vendedora de nopales que sale a la banqueta a vender sus productos le dimos acceso a que los empacara y echara a andar una pequeña empresa para venderlos a Estados Unidos, pero no quiso…

    Vicente Fox dilapidó en gasto corriente miles de millones de pesos provenientes de los altos precios del petróleo y la alta producción de barriles que llegó a su máximo histórico; abandonó a los pobres a su suerte en beneficio de los privilegiados, se postró ante el Papa y ante el presidente de Estados Unidos en agravio de Fidel Castro y por ende del pueblo cubano; además, ofreció a los ingleses nuestro gas en bandeja de plata. 

    Dijo que acabaría con la corrupción, pero permitió que los hijos de Marta Sahagún, Manuel y Jorge Alberto Bribiesca, traficaran influencias y manejaran información privilegiada con recursos de dudosa procedencia. ¿El caso Oceanografía fue el orgullo de su nepotismo?

    Mientes con todos los dientes. Liderando mi Gabinetazo me encargué de pillos, tepocatas, alacranes, alimañas, víboras prietas, pues admiré siempre a mi maestro Maquío (Manuel Clouthier).

    ¿Y de veras acreditó con él las materias de Historia, Civismo, Ética, Ideología, Formación intelectual?

    No lo sé, pero en mi gobierno cumplí con aquello que prometí: “honestidad, trabajar un chingo y ser poco pendejo”.

    Pero con Vamos México, la organización que fundó en 2001 Marta Sahagún, se allegaron de los recursos de la Lotería Nacional, los que también se fueron a empresas fantasma. ¿Qué les dice a los que le gritaban “no nos falles, no nos falles”? 

    Los mismo que les dije entonces, que me siento a toda máquina…

    Pero lo primero que intentó fue gravar con el IVA alimentos y medicinas… ¿Por qué es tan duro con el gobierno de Andrés Manuel López Obrador?

    Porque tenemos un Estado fallido. Con su política de “abrazos, no balazos” ha dejado que los criminales hagan lo que quieran, han criminalizado más la frontera. 

    ¿Qué hubiera hecho usted mejor como presidente de México?

    Yo hubiera hecho más o menos lo mismo que en aquel tiempo.

    ¿Hubiera vuelto a contratar a Genaro García Luna?

    ¿Quién es ese?

    ¿Cree que la oposición recuperará la Presidencia?

    Sólo falta que Va por México le suelte las riendas a los grandes candidatos que tenemos. ¡Y que abran las puertas, señores, a competir por México!

    Más allá de sus gracejadas, balandronadas y disparates, Vicente Fox pasa a la historia como un presidente por demás dañino o, en sus términos, “una tepocata, una víbora prieta”, pues nos dejó un país controlado en buena medida por el crimen organizado y connivente con el poder económico; redujo el tiempo del Estado en las concesionarias de los medios; no hizo nada en Atenco para evitar la violación y tortura de más de 30 mujeres. Peña Nieto dio la orden, pero él era el presidente; además, para colmo, apoyó a aquel sujeto del copete alto, en contra de su mismo partido, para que fuera presidente (o lo que haya sido). El que sacó al PRI de Los Pinos hizo todo para volverlo a meter.

    Producto del mercado, esta especie de Chapulín Colorado que tomó pastillas de grandotolina, exvendedor de coca-colas, nunca cumplió lo que prometió, así fuera “un vocho, educación para los hijos y un changarro”.

    Una de las escasas obras que hizo, con deuda pública, que ni siquiera inauguró en su sexenio, la terminal 2 del aeropuerto internacional de la Ciudad de México sufre un severo daño estructural, pero su rancho está incólume y, eso sí, critica todo lo que hace AMLO. ¿Qué nos dice al respecto?

    Que me veo obligado a estar en política porque al país se lo está llevando el carajo.

    ***

    Vicente, en Madrid, en el Congreso de la Lengua Española, usted llamó José Luis Borgues al escritor argentino. “Lo que natura non da, Salamanca non presta”, susurró el entonces director del Fondo de Cultura Económica, y dicen que eso le costó el puesto, pues Sari Bermúdez (de célebre apodo), titular del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes, lo escuchó. Diez años después, le atribuyó falsamente el Nobel al autor de El Aleph cuando felicitó al políticamente infumable Vargas Llosa olvidando a García Márquez. Han pasado otros diez años. ¿Ahora sí ya leyó el maestro argentino?

    […]

  • DE LA COHERENCIA AL GOBERNAR

    DE LA COHERENCIA AL GOBERNAR

    “¡Vivan los héroes anónimos!
    ¡Viva la libertad!
    ¡Viva la igualdad!
    ¡Viva la justicia!
    ¡Viva la democracia!
    ¡Viva nuestra soberanía!
    ¡Viva la fraternidad universal!
    ¡Viva la paz!
    Mexicanas, mexicanos:
    ¡Muera la corrupción!
    ¡Muera el clasismo!
    ¡Muera el racismo!
    ¡Vivan los pueblos indígenas!
    ¡Viva la grandeza cultural de México!
    ¡Viva México!
    ¡Viva México!
    ¡Viva México!”.

    Andrés Manuel López Obrador

    Como cada año, y como el resto de los mexicanos, estoy atenta de los vivas que grita el presidente. Andrés Manuel nos sorprendió a todos al no mencionar a los héroes de siempre. Y es que así es la Cuarta Transformación: su esencia es el pueblo, no los grandes líderes. 

    Quienes estamos en esa misma sintonía, lloramos al escuchar los vivas de este 2022. Porque nos reconocimos en ellos. Porque no fueron mencionados los nombres antiguos sino los ciudadanos de todos los días. Los actuales. Los que cada día luchamos. Y sí, que mueran el clasismo, el racismo y la corrupción que tanto daño le han hecho a este México nuestro.

    Además hizo honores a este día de festejo de la libertad nacional al dejar en libertad a 2,685 personas cuyos delitos no eran graves y que fueron encarceladas por no poder pagar una fianza, por no contar con un abogado o un traductor que los comunicara. Andrés Manuel hizo un acto de justicia en un día que lo ameritaba.

    Nuestro presidente es coherente con su filosofía y sus actos.

    Por su parte, la Jefa de Gobierno, con uno de sus discursos más conmovedores, entregó las llaves de la Ciudad de México a Julian Assange, quien por obvias razones no estuvo presente, pero sí su padre y su hermano, quienes las recibieron honrados.

    Total que Claudia y Andrés Manuel se las arreglaron para llegarle al corazoncito de uno y las lágrimas brotaron desde los más profundo.

    Finalmente, y no por ello menos importante, debo decir que tenemos al mejor gobierno en el peor momento. Y qué bueno, porque con los priístas ya nos hubiera cargado una inflación que sería sinónimo de quiebra total.

  • NO VOLVERÁN

    NO VOLVERÁN

    El PRI y sus adeptos tenían una frase muy común cuando eran gobierno o cuando los presidentes de la república en turno eran del prianato: “Si le va bien al presidente, le va bien a México”. 

    Hoy esa frase no la repiten más, porque perdieron el poder, cayeron en la trampa, perdieron la presidencia, sus prebendas y hasta las formas. Esa “pulcritud” o aparente civilidad política la sustituyeron cuando se dieron cuenta que muy probablemente jamás regresaran a gobernar este país.  

    Era una frase que se encargaron de propagar para hacerse de gobernabilidad artificial como la que siempre aparentaron a pesar de sus desastres en la gobernanza, era una frase que según ellos los hacía gigantes de la política. Los pintaba de cuerpo entero porque si bien intentaban aparentar una dualidad antagónica con el Partido Acción Nacional, no es menos significativo que el propio usurpador panista de cepa, Calderón Hinojosa usara un enunciado sinónimo: El “haiga sido como haiga sido”. Y es que su verdadero significado era el que gobernaban le gustara o no, a la mayoría electoral de México.  

    Sobre esas frases se generó y acumuló mucha sangre, sudor y lágrimas de miles y millones de individuos de nuestro pueblo.  

    En efecto, le iba bien al Presidente, pero no necesariamente a los mexicanos, le iba bien a el titular del Ejecutivo y a sus grupos de élite, amigos, compadres y empresarios que tenían tomado el gobierno como un comité a su servicio y al cuidado de sus millonarias ganancias con la inherente repartición entre los grupos políticos que se hacían del poder público.  

    En el prianato les iba bien a los presidentes y no necesariamente le iba bien a nuestro pueblo, los que sacaban los beneficios eran sus lugartenientes estilo Luis Videgaray, Emilio Lozoya, García Luna o Cárdenas Palomino. Les iba bien, yo diría excelente a los cárteles de las drogas que se expandían y se formaban nuevos de manera cíclica.  

    ¿Por qué? Pues porque evidentemente estos sátrapas del poder PRIANISTA entregaron las instituciones a los más oscuros intereses de grupúsculos de poder económico y fáctico infra constitucionales. Regalaron el Estado a intereses particulares de élite extranjeros y nacionales enriqueciendo a sus descendientes generaciones para que puedan seguir viviendo de su traición por los siglos de los siglos. Les importo un rábano el destino de sus compatriotas y de la mayoría de nuestro pueblo porque prefirieron asegurarse ellos y sus cercanos.  

    Para muestra un botón, en su entrevista reciente, de Carlos Loret de Mola (#LordMontajes) al embajador estadounidense Ken Salazar el mercenario comunicólogo revela ampliamente ese pensamiento y actitud apátrida, pues mientras el diplomático le asegura en innumerables ocasiones que su trabajo es velar por los intereses de su nación, el ridículo presentador cual vulgar traidorzuelo a la patria intenta una y otra vez obtener alguna declaración negativa hacia el primer mandatario de su país, que por cierto es el representante de TODOS los mexicanos por haber sido votado por una amplia mayoría en las urnas y por seguir siendo mayoritariamente apoyado en su gestión, lo cual demuestra que ese tipo de fauna mediática siempre ha actuado en contra del interés general del pueblo mexicano.  

    Por todo lo anterior, no podemos permitir que ellos y sus patrocinadores vuelvan por sus fueros al poder. No en esta vida ni en las que sigan.

  • PARA NO OLVIDAR… EL GRAN ENGAÑO

    PARA NO OLVIDAR… EL GRAN ENGAÑO

    Recordar nos mantiene vivos, alertas, conocedores. Y en un equilibrio, hay que usar esos “recuerdos” para aprender y crecer. 

    Nos situamos en las elecciones del año 2000, algunos las clasifican como uno de los sucesos que han “cambiado al país”. El PAN llega al poder, Vicente Fox llega al poder, a ¿sacar a quién o a qué? ¿Al PRI? Más bien fue un cambio pactado, antes de que se profundizara el descontento social. Un cambio superficial no alteraba realmente nada (para ellos), pero sí la perspectiva de la gente y eso es lo que buscaban, el poner un partido por el otro que estaba mejor disfrazado, total, ¿qué más da? ¿Qué más da cuando empresas transnacionales como Coca-cola se encontraban en el trasfondo, o eran parte de…? 

    Desde luego que continuó la privatización, la represión al pueblo, la pobreza, en fin, el mismo modelo: el neoliberalismo, siguiendo los pasos de personajes como la ex ministra de Inglaterra, Margaret Thatcher, quien acabó con los sindicatos y privatizó las empresas del estado. La represión a movimientos y pensadores de izquierda o que buscaban luchar por sus tierras, como ya mencioné, no fue excepción durante el sexenio de Fox, teniendo como antecedentes lo ocurrido en San Salvador Atenco, Texcoco, cuando Peña era gobernador del Estado de México, así como atacar al entonces jefe de gobierno de la CDMX, López Obrador, con un grupo del PAN encabezado por Diego Fernández de Ceballos, mismo sexenio en el cual también trataron de desaforarlo. 

    Vicente Fox llevaba en la frente una gran marca que, aunque no se veía, representaba su inmensa ignorancia. Llegó representando a las grandes empresas, era ex gerente de Coca-Cola, empresa que tuvo un grandísimo crecimiento en su sexenio y que se debió al TLCAN. Y así fue como se volvió más fácil encontrar en los pueblos más alejados Coca-Cola que agua, hospitales, escuelas o electricidad. Hasta arraigarse aquella bebida dentro de la cultura del mexicano, en nuestros días, incluso más que la bebida milenaria “Pulque”. 

    La popularidad del refresco incrementó al igual que la diabetes (se duplicó) entre 2000-2007. Sí, fue un gran cambio pero para la transnacional Coca-Cola y no para el pueblo mexicano, no para la salud del mexicano. 

    El PAN, la ultraderecha, y la principal fuerza de “oposición” en nuestro país que negocia para los magnates y sus empresas, que se subordina ante las órdenes de un Claudio X González, de un Gustavo de Hoyos. Esta vez, ¿para qué empresa buscarán el gran cambio? 

    Y ahora, solo va caminando en los grandes y exclusivos centros comerciales, en donde no lo vea el pueblo, en donde la historia no lo pueda juzgar, de su familia ni hablar…