Damián Zepeda, senador y exdirigente del PAN, prepara su regreso para buscar nuevamente la presidencia del partido, pese a venir del mismo grupo que provocó fracturas internas durante la era de Ricardo Anaya.
Damián Zepeda Vidales, nacido en Hermosillo Sonora en 1978, es uno de esos políticos hechos para el PAN: familia acomodada, escuelas privadas, maestrías en Estados Unidos y una carrera política que avanzó siempre por las puertas correctas. Muy “meritocrático” en el discurso, pero en la práctica un claro beneficiario del sistema de privilegios del PAN.
Preparación de Damián Zepeda:
- Licenciatura en Derecho por la Universidad de Sonora (mención honorífica)
- Diplomado en Marketing Político por la Universidad del Noroeste (2002)
- Diplomado en Políticas Públicas por la Universidad de Harvard (2005)
- Maestría en Administración de Negocios (MBA) por la Universidad Thunderbird de Arizona y el Tecnológico de Monterrey (2006)
Cargos Públicos:
- Secretario Técnico de la Comisión de Hacienda y Obra Pública del Ayuntamiento de Hermosillo (2001–2003)
- Jefe de Departamento en la Comisión Nacional de Acuacultura y Pesca (2003–2004)
- Director de la Unidad de Administración Interna y Vinculación de la Comisión Nacional de Acuacultura y Pesca (2004–2006)
- Visitador Regional de la Comisión Nacional de Acuacultura y Pesca en Mazatlán (2006–2007)
- Coordinador de Seguimiento de Programas Estratégicos de la Comisión Nacional de Acuacultura y Pesca (2007–2009)
- Diputado Local en la LIX Legislatura del Congreso de Sonora (2009–2012)
- Diputado Federal en la LXII Legislatura (2012–2015)
- Candidato a la Presidencia Municipal de Hermosillo (2015)
- Secretario General del Partido Acción Nacional (2015–2017)
- Presidente Nacional del PAN (2017–2018)
- Senador de la República (2018–actualidad)
Aunque presume haber empezado desde abajo, la realidad es que su trayectoria fue construida desde el círculo de confianza del panismo tradicional, desde sus primeros cargos como secretario técnico en Hermosillo hasta su paso por la Comisión Nacional de Acuacultura y Pesca durante los gobiernos de Fox y Calderón. Su historia está marcada por la misma estructura de favores, apadrinamientos y conexiones que él evita mencionar.
Lo que sí es imposible ocultar es que Zepeda formó parte del grupo más polémico del PAN: el círculo de Ricardo Anaya. No solo fue su aliado, fue su brazo derecho ambos fueron responsables del periodo en el que el PAN se convirtió en un partido dominado por una sola corriente que expulsó, marginó o silenció a liderazgos consolidados. Sus decisiones internas provocaron rupturas fuertes, acusaciones de imposiciones y denuncias de que el partido se había convertido en “una franquicia personal”.
Un episodio oscuro: el financiamiento raro en la campaña de Anaya
Aunque Zepeda no fue señalado directamente, su cercanía absoluta con Anaya lo dejó manchado por el escándalo del presunto lavado de dinero que golpeó la campaña presidencial del aspirante presidencial en 2018. En ese momento, varios panistas y analistas criticaron que Zepeda defendiera ciegamente a Anaya, incluso cuando la Fiscalía investigaba el caso de las triangulaciones con la famosa nave industrial vendida en Querétaro.
Para muchos dentro del partido, ese fue el punto de quiebre: Zepeda aparecía no como un dirigente imparcial, sino como un escudero político al servicio de un proyecto en caída libre.
El dirigente que dice querer “cambiar al PAN”, pero formó parte del problema
Hoy, desde el Senado, Zepeda exige que el PAN “recupere el rumbo”, aunque él mismo estuvo en el grupo que, según muchos panistas, lo descarriló. Habla de un partido sin identidad, pero durante su periodo como dirigente tampoco logró conectar con la gente común ni construir un proyecto incluyente.
De hecho, su paso por el CEN fue tan corto que para muchos solo fue un movimiento estratégico para mantener el control interno mientras Anaya se dedicaba a su campaña presidencial. Nada nuevo, nada fresco, puro reciclaje político.
Ahora quiere regresar… para arreglar lo que él mismo ayudó a destruir
Su anuncio reciente de que buscará nuevamente la presidencia del PAN parece más un intento por recuperar espacio que un verdadero proyecto de renovación. La disputa interna que viene entre él y Jorge Romero, operador de Marko Cortés, no es una batalla por principios, sino entre dos grupos que llevan años turnándose el poder dentro del partido.
Zepeda se presenta como el salvador que dará “una sacudida” al PAN, pero su discurso suena a copia de lo que ha dicho cada dirigente panista desde hace una década. Es difícil vender cambio cuando llevas 20 años viviendo de lo mismo.

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