Sedena y Semar absorben más recursos para nómina y burocracia que Educación Pública, reflejo del aumento de funciones militares en la administración pasada.
El Proyecto de Presupuesto de Egresos de la Federación 2026 revela que las Secretarías de la Defensa Nacional (Sedena) y de Marina (Semar) recibirán 236 mil 679 millones de pesos para cubrir gastos administrativos, equivalente a 9.7% del total del ramo programable, que suma 2 billones 445 mil 888 millones de pesos.
El incremento responde a la expansión de responsabilidades de las fuerzas armadas durante el sexenio anterior, incluyendo la construcción y administración de infraestructura que antes dependía de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT). Esto provocó que el gasto en servicios personales de ambas dependencias sea 47.5% mayor que el presupuesto destinado a la nómina educativa, tradicionalmente el mayor gasto burocrático del gobierno.

La Sedena, encargada ahora de proyectos como el Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles, otras 11 instalaciones aeroportuarias, el Tren Maya y negocios turísticos asociados, tendrá 170 mil 753 millones de pesos, de los cuales 113 mil 508 millones irán solo a remuneraciones, es decir, 66.5% de su presupuesto total.
Por su parte, la Semar recibirá 65 mil 926 millones de pesos, destinados en gran parte a la restauración y administración del Corredor Interoceánico del Istmo de Tehuantepec, el control del Aeropuerto Benito Juárez, puertos y aduanas. Para salarios y prestaciones se proyectan 31 mil 854 millones, 48.3% de su presupuesto total, casi la mitad de todos los recursos asignados.
En conjunto, Defensa y Marina contarán con 145 mil 363 millones para servicios personales, superando a la Secretaría de Educación Pública, que destinará 135 mil 610 millones a salarios, es decir, 26.4% de su presupuesto total. Esto refleja la creciente centralidad de las fuerzas armadas en la administración pública y la burocracia federal, consolidando su peso financiero frente a otras dependencias estratégicas del país.
Con información de Dora Villanueva para La Jornada
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