El gobierno presentó la Política Nacional de Inclusión Financiera 2025-2030, el cual busca que más personas y empresas usen servicios formales, ahorren, paguen sin efectivo y accedan a créditos y seguros.
El gobierno de México presentó este miércoles la Política Nacional de Inclusión Financiera (PNIF) 2025-2030 con un objetivo claro: que más mexicanos y mexicanas usen servicios financieros formales que mejoren su vida.
El secretario de Hacienda, Édgar Amador Zamora, aseguró que el plan busca consolidar un desarrollo con bienestar, justicia social y cuidado del medio ambiente. “La inclusión financiera juega un papel primordial”, afirmó.
Las cifras muestran el desafío: menos de un tercio de la población tiene una cuenta de ahorro, solo cuatro de cada diez personas realizan pagos por transferencia y muchas personas siguen sin acceso a crédito o seguros.
La PNIF plantea cuatro propósitos concretos: primero, promover el ahorro formal y de largo plazo; segundo, facilitar el acceso al financiamiento formal, sobre todo productivo; tercero, aumentar el uso de medios de pago distintos al efectivo; cuarto, impulsar la oferta y contratación de seguros y servicios especializados.
La política incorpora por primera vez una perspectiva de género de manera transversal. También dirige acciones a grupos vulnerables: comunidades rurales, indígenas y afromexicanas, personas con discapacidad, adultas mayores, quienes reciben remesas y migrantes.
Además, la estrategia apuesta por generar y difundir investigación sobre inclusión financiera, información que servirá para medir avances, identificar barreras y diseñar soluciones más ajustadas a la realidad.
En el acto participó Victoria Rodríguez Ceja, gobernadora del Banco de México, quien afirmó que la inclusión financiera impulsa el progreso y la movilidad social: “Cuando más personas acceden a servicios financieros, pueden potenciar sus actividades y planear a futuro”, comentó.
Para mucha gente, los cambios pueden marcar la diferencia. Por ejemplo, María, dueña de una tiendita, podría ahorrar formalmente y acceder a un crédito para comprar mercancía, lo que le daría más seguridad económica y tranquilidad familiar.
El reto ahora será construir confianza en las instituciones y adaptar los productos a las necesidades locales. Si la política logra eso, más familias y pequeñas empresas podrán crecer sin quedarse afuera.


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