Tras casi dos meses del homicidio de un estudiante, el CCH Sur se prepara para reabrir sus puertas el próximo 17 de noviembre con nuevas medidas de seguridad. La comunidad universitaria acordó reforzar la vigilancia, crear brigadas internas y exigir más recursos para la salud mental, en un retorno marcado por la memoria y la reconstrucción de la comunidad estudiantil.
Después de casi dos meses del homicidio de un estudiante dentro del Colegio de Ciencias y Humanidades (CCH) Sur, la comunidad universitaria acordó retomar las clases presenciales el próximo 17 de noviembre, bajo un plan de seguridad reforzado.
Durante una asamblea que se prolongó por casi cinco horas, estudiantes, docentes, padres de familia y trabajadores coincidieron en que el retorno debe darse sin olvidar los hechos del pasado 22 de septiembre, cuando fue asesinado Jesús Israel. En el encuentro, se guardó un minuto de silencio en su memoria antes de iniciar los acuerdos. “No puede ser un regreso a la normalidad”, señalaron los asistentes, al subrayar la necesidad de fortalecer la unión entre la comunidad del plantel.
Entre las resoluciones adoptadas destaca la instalación de nuevas cámaras de videovigilancia, botones de pánico, torniquetes con identificador biométrico y 60 luminarias adicionales, medidas avaladas por la comisión local de seguridad del Consejo Universitario. En total, se prevé colocar 14 torniquetes ocho en el acceso principal y seis en el secundario. La comunidad, sin embargo, rechazó implementar revisiones de mochilas por considerarlas invasivas, aunque sí se aprobó eliminar el ingreso de vendedores ambulantes, al argumentar que algunos ofrecían productos indebidos dentro del campus.
Además, se acordó la formación de brigadas internas de seguridad para prevenir la venta y consumo de drogas y alcohol, integradas por personal capacitado en atención de emergencias y comunicación operativa. En el plano académico y administrativo, los asistentes exigieron mayor presupuesto para salud mental y bienestar estudiantil, la cobertura de plazas congeladas, nuevas contrataciones de vigilancia y más plazas de tiempo completo para profesores de asignatura.
Finalmente, los universitarios aprobaron impulsar una revisión integral de los protocolos contra la violencia de género y el acoso escolar, con el objetivo de actualizarlos y validarlos colectivamente. El regreso a clases, advirtieron, será un paso hacia la recuperación, pero también una oportunidad para repensar la seguridad, la convivencia y el compromiso de toda la comunidad con la vida estudiantil.

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