Rey Trump y su corte de odio: gobierno de EUA propaga el racismo

Durante las protestas del No Kings Day, Donald Trump se autoproclamó simbólicamente monarca, mientras organizaciones civiles denunciaron que su discurso y el de la élite republicana fomentan el odio y la violencia contra migrantes y minorías. La administración trumpista ha desmantelado políticas de equidad, roto colaboraciones con organismos que combaten el supremacismo blanco y tolerado expresiones extremistas entre sus jóvenes líderes. La derecha radical, amparada por el poder y los jueces conservadores, consolida una narrativa racista que permea desde el gobierno hasta las calles.


El discurso xenófobo de Donald Trump y de los sectores más poderosos del Partido Republicano ha escalado a niveles inéditos. Durante las protestas del No Kings Day, el mandatario difundió un video donde se presenta como “Rey Trump”, arrojando una sustancia sobre manifestantes desde un avión. Poco después, la Casa Blanca publicó una imagen generada con inteligencia artificial que lo muestra coronado junto al vicepresidente J.D. Vance. Para organizaciones civiles, estas expresiones consolidan un clima de impunidad frente al odio y la violencia racial.

De acuerdo con el Centro Robert F. Kennedy de Derechos Humanos y Latino Justice, “la violencia contra los latinos y los inmigrantes está aumentando”, impulsada por mensajes provenientes “de los niveles más altos de autoridad”. Paralelamente, el gobierno ha eliminado programas federales de diversidad y equidad, castigando a instituciones que los mantengan con recortes de financiamiento.

A ello se suma la ruptura del FBI con organizaciones históricas como la Liga Antidifamación y el Centro Legal para la Pobreza del Sur, que documentaban crímenes de odio. Esta decisión, sumada a la filtración de miles de mensajes de jóvenes republicanos que celebran la esclavitud y ensalzan a Hitler, revela la normalización del extremismo dentro de las filas conservadoras.

Con una Suprema Corte dominada por magistrados leales a Trump, las impugnaciones a políticas discriminatorias han sido sistemáticamente desechadas. Recientemente, el máximo tribunal permitió reanudar redadas migratorias en California basadas en la apariencia o el idioma, abriendo la puerta al perfilamiento racial.

Mientras la violencia contra las minorías crece, el discurso oficial la legítima. Trump, que hoy enfrenta sus peores niveles de aprobación, se aferra al personaje del monarca que todo lo domina. Pero su corona es simbólica: el rey anda desnudo, y aunque todos lo ven, algunos todavía lo celebran.

Con información de Témoris Grecko para Milenio.

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