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  • ¿Cuál es el límite?

    ¿Cuál es el límite?

    Continúa el debate en Morena en torno a los cuestionables movimientos políticos que han ocurrido, que terminan por encumbrar a personajes que hasta hace poco tiempo, pertenecían a la oposición y que, además de haber combatido de manera férrea al gobierno y a sus representantes en el poder, son también acreedores de una dudosa reputación.

    Si ya de por sí al interior del gobierno federal, han existido movimientos que son raros, por decir lo menos, como en el que se vio envuelto hace una semanas, Mario Delgado, secretario de Educación Pública, ahora vuelve a ser tema de conversación, como si fuera lugar común, el nombramiento de Adrián Rubalcava, al frente del metro de la Ciudad de México. Para mostrar que no es un punto menor, incluso la presidenta tuvo que dar su posicionamiento, que no estuvo exento de polémica.

    Y es que, pareciera que después de la salida del presidente tabasqueño, a todo el mundo se le olvidó que él fue el primero en fomentar la crítica, no sólo externa, sino además, de los propios partidarios y afines al movimiento que él creó y en cambio, de su camino hacia el poder solo se recuerda, de manera parcial, el extracto de su último texto publicado en el que habla sobre las alianzas y adiciones de personajes políticos externos para apoyar un movimiento. Como ya he mencionado en otras columnas, parece una jugada ventajosa y poco honesta, el hecho de incluir en un discurso, el ejemplo antes mencionado y dejar de lado el contexto bajo el cual el presidente desarrolla su narrativa y que lo lleva a contar la anécdota.

    Todo ello ha generado inconformidad en un sector de la población que apoya al gobierno federal, argumentando de manera simplista la tibieza de quienes critican los cuestionables actos. ¿De verdad estamos en un momento en el que no se puede cuestionar bajo ningún pretexto los actos que emanen de los representantes políticos  de izquierda? Bajo la pregunta anterior, parece que algunos electores que favorecieron con su sufragio a quienes actualmente gobiernan y tienen el poder a nivel nacional, de repente ya no saben nada cuando critican las decisiones al interior del gobierno federal.

    Quienes llaman tibios o traidores a los que hacen uso del juicio ante las decisiones emitidas desde Morena o el gobierno, ¿le dan la razón al PRI y al PAN, cuando afirman que el pueblo es ignorante y que por ello, por ejemplo, no se debería elegir de manera popular a jueces el próximo 1 de junio?

    Si de aprovechar las frases célebres del expresidente se trata, podemos recordar que él hacía mención al tigre, de manera simbólica, al referirse al pueblo de México, poseedor de un gran poder pero que, durante muchos años se encontró dormido y que, finalmente, después de incontables agravios, una gran corrupción y violencia que lo aquejó, se encuentra ahora despierto. ¿Ha pensado la dirigencia del partido guinda que ese tigre que ahora está consciente, lo está también contra quienes quieran pasarse de listos, que se encuentren en su propio bando? ¿De qué manera van a lidiar con ese tigre si quienes deberían tenerlo contento, son quienes con sus decisiones lo vuelven a ofender?

    Por otra parte, es importante que la gente que votó en 2018 por la alternancia en el poder y el año pasado por la continuidad de la misma con el plan C, sea consciente que, en el pasado, por haberse quedado callada (en su mayoría), la población sufrió las consecuencias de las lacras de la política, que fueron paradigmas en los gobiernos del PRIAN, tal como mencionó el ex mandatario de Macuspana en una de sus conferencias mañaneras.

    A final de cuentas, la crítica no es porque se dude de las capacidades de los cuestionables políticos de reciente ungimiento y purificación, de desarrollar sus labores en un puesto en específico, sino por los antecedentes de quienes además apenas hace semanas o meses, eran férreos miembros de la oposición y golpeadores del proyecto de izquierda y de la presidenta Claudia Sheinbaum.

    ¿Ahora es en Morena donde se hacen tratos en lo “oscurito”? Si la visión ha cambiado y los grandes ofensores de la oposición ahora son aceptados en el bando oficialista, ¿cúanto falta para considerar a Felipe Calderón o a Enrique Peña Nieto, como futuros presidentes del partido o cuando menos personajes clave del mismo o de un gobierno de izquierda?

    ¿Cuál es el límite?

  • Hasta siempre José Mujica

    Hasta siempre José Mujica

    La historia de América Latina está tejida por figuras que, más allá del poder, encarnaron ideales profundos. José “Pepe” Mujica fue una de ellas. Su legado no solo vive en Uruguay, sino en cada rincón del continente donde aún se cree en la justicia social, la democracia participativa y la dignidad por encima del consumo. Hoy, a sus 89 años, el expresidente uruguayo ha partido, pero su palabra queda resonando como una brújula ética para las izquierdas del mundo.

    Mujica no fue un político tradicional. Fue guerrillero, preso político, agricultor y finalmente presidente. Su paso por el poder no fue para acumular privilegios, sino para desmantelarlos. Gobernó desde la humildad, rechazó lujos, vivió en su chacra y donó la mayor parte de su salario. Pero su austeridad no fue pose: fue coherencia. Ese ejemplo ha sido un faro para líderes como Andrés Manuel López Obrador, con quien compartió no solo una visión de país desde abajo, sino también una mística de transformación sin rencores.

    Ideológicamente, Mujica revitalizó a la izquierda latinoamericana desde la ética de la solidaridad y el sentido común. Defendió la soberanía frente al capital financiero y abogó por una integración regional sin hegemonismos. Pero su mayor lucha fue cultural: combatir el egoísmo y la indiferencia en un mundo dominado por el mercado. Como él decía, “no venimos al mundo solo a competir, sino a convivir”.

    En Uruguay, dejó un país más justo y libre. Legalizó el aborto, el matrimonio igualitario y la marihuana, no desde el capricho, sino desde la lógica de ampliar derechos y reducir daños. Bajo su gobierno, el país mejoró sus indicadores sociales y mantuvo su estabilidad democrática. No gobernó para el aplauso, sino para la posteridad.

    Mujica también le habló a los jóvenes con una claridad brutal pero esperanzadora. Los invitó a cuestionarlo todo, a no vender su vida por cosas, a rebelarse sin odio. Su discurso ante la ONU en 2013 sigue siendo una joya de humanidad y lucidez, un llamado urgente a frenar el consumismo y construir otra forma de habitar el planeta. Una visión profundamente afín a las juventudes que hoy, desde el feminismo, el ambientalismo y la lucha por la equidad, exigen una nueva izquierda.

    Hoy América Latina pierde a uno de sus mejores. Pero su ejemplo permanece. Como AMLO y ahora la Presidenta, Claudia Sheinbaum, Mujica demostró que se puede gobernar desde el amor al pueblo, sin traicionar los principios. Que la honestidad en política no es ingenuidad, sino fuerza. Que la humildad no es debilidad, sino coraje.

    José Mujica no buscó dejar monumentos ni estatuas. Pero dejó algo más profundo: una semilla. La de una izquierda con alma, con ética, con rumbo. La de un continente que aún sueña con justicia. Y esa semilla, mientras haya memoria y lucha, seguirá germinando.

    Porque los grandes no mueren. Se siembran.

  • EL PACIC: UN COMPROMISO DE COLABORACIÓN PARA PROTEGER EL BOLSILLO DE LOS MEXICANOS

    EL PACIC: UN COMPROMISO DE COLABORACIÓN PARA PROTEGER EL BOLSILLO DE LOS MEXICANOS

    En medio de la creciente presión inflacionaria que afecta a las familias mexicanas, la presidenta Claudia Sheinbaum ha renovado el Paquete Contra la Inflación y la Carestía (PACIC), un acuerdo estratégico entre el gobierno y el sector privado para garantizar precios justos en productos de la canasta básica. Este acuerdo, que tiene como objetivo no solo frenar el alza de precios, sino también proteger el poder adquisitivo de los mexicanos, es un paso crucial para mantener la estabilidad económica en tiempos complejos.

    El PACIC, firmado este lunes, mantiene el precio de 24 productos básicos en 910 pesos. Entre los productos cubiertos se incluyen alimentos esenciales como arroz, frijol, huevo, tortillas, azúcar, leche, y pan, así como artículos de higiene básica como papel higiénico y jabón de tocador. Este paquete representa un esfuerzo del gobierno para asegurar que las familias mexicanas no vean un aumento en los precios de estos productos, que son vitales para su bienestar diario.

    El objetivo central del PACIC es garantizar la estabilidad de precios en productos esenciales, lo que permitirá a las familias no solo tener acceso a alimentos básicos, sino también enfrentar la inflación sin un golpe adicional a sus bolsillos. Este acuerdo no es un control de precios, sino un compromiso voluntario entre el gobierno y el sector empresarial. En palabras de Sheinbaum, el PACIC se ha renovado para “cuidar la economía popular” y “proteger el bolsillo de los mexicanos”, estableciendo un precio máximo para los productos de la canasta básica, una medida que ayuda a mitigar el impacto de la inflación sobre las clases más vulnerables.

    En la firma del acuerdo, participaron grandes actores del sector privado, incluidos representantes de empresas como Bimbo, Bachoco, Walmart y San Juan, quienes se comprometieron a mantener los precios de estos productos. Este esfuerzo conjunto refleja un modelo de colaboración que involucra tanto al gobierno como a los empresarios para trabajar de la mano en la búsqueda de un equilibrio entre el mercado y la economía familiar. La participación de estos gigantes del comercio y la producción agropecuaria es fundamental para mantener la estabilidad de los precios en el mercado.

    El PACIC, sin embargo, enfrenta retos. Aunque el acuerdo actual ha sido bien recibido por la sociedad, la estabilidad de los precios en los productos de la canasta básica no resuelve por completo los desafíos económicos a los que se enfrenta el país. La inflación sigue siendo un tema de preocupación, especialmente cuando los costos de otros productos, como el combustible y algunos insumos industriales, siguen siendo elevados. Además, las presiones del mercado global, derivadas de factores externos, continúan afectando la economía de México, lo que hace necesario que el gobierno no solo mantenga este acuerdo, sino que también implemente otras medidas para abordar la inflación en su conjunto.

    A pesar de estos desafíos, Sheinbaum ha subrayado la importancia de mantener un enfoque de colaboración público-privada, que no solo involucra la protección de los productos de la canasta básica, sino también la estabilización de los costos de la gasolina, el diésel y el gas LP. Estos esfuerzos son fundamentales para garantizar que los mexicanos puedan continuar disfrutando de un nivel de vida adecuado, a pesar de las dificultades económicas que podrían surgir en el futuro.

    El impacto del PACIC no solo se refleja en el precio de los productos, sino también en el fortalecimiento del mercado interno y el bienestar social. Este acuerdo subraya la importancia de la coordinación entre los diferentes sectores de la sociedad, desde el gobierno hasta el sector privado, para lograr una solución integral que favorezca a todos los mexicanos. Además, este paquete se enmarca dentro de la estrategia de Plan México, que busca fortalecer la inversión interna y mejorar las condiciones económicas del país a largo plazo.

    El compromiso de Sheinbaum y su equipo en la defensa del bienestar económico de los ciudadanos refleja un esfuerzo constante para asegurar que los sectores más vulnerables de la población no sean los más afectados por la inflación. La renovación del PACIC, más que un simple acuerdo comercial, representa un actuar responsable de todos los involucrados para proteger los intereses de la mayoría de los mexicanos, un paso hacia una prosperidad compartida que se construye a través de la cooperación entre el gobierno y las empresas.

    El  PACIC es un compromiso de colaboración en tiempos de adversidad económica. Si bien no es la solución única para la inflación o los retos globales que enfrenta México, es una medida significativa que protege a las familias más vulnerables. El gobierno, en conjunto con el sector empresarial, ha dado un paso hacia una economía más equitativa, y aunque los desafíos persisten, la renovación del PACIC es un recordatorio de que la unidad y la colaboración pueden ser las claves para enfrentar los problemas económicos y garantizar un futuro más próspero para todos.

    • La columnista, Mariuma Munira Vadillo Bravo, es Maestra en Derechos Humanos y Garantías Individuales. Puedes contactarla en Facebook: MUMA Mariuma Munira, Twitter: @MariumaMunira.

  • ¿Quiénes derrotaron a los nazis?

    ¿Quiénes derrotaron a los nazis?

    Se cumplieron 80 años de la derrota total de la Alemania Nazi de Hitler a manos del ejército rojo de la Unión Soviética. En este aniversario salieron a relucir varios actos donde nos quieren mentir, diciendo que el gran ganador de la Segunda Guerra Mundial fueron los Estados Unidos, vaya cosa tan patética. De eso platicamos un poco aquí.

    Guerra imperialista

    La Primera y la Segunda Guerra Mundial se explica desde la economía política bastante fácil. Fueron guerras comerciales y expansionistas que buscaban conquistar mercados y esclavos para las grandes empresas mundiales de las distintas potencias.

    Así que no fue la maldad de Hitler ni de otros líderes lo que provocaron los conflictos bélicos. Incluso nadie puede negar que las grandes empresas echaron mano del fascismo para contener la revolución mundial del comunismo.

    Además de que la hipocresía de occidente dice que la Unión Soviética pactaba con Hitler cuando existen varios registros de que la URSS buscó a los demás países de la Sociedad de Naciones para que contuvieran a Adolf, donde siempre le negaron ese apoyo.

    De hecho, la mayoría de los países capitalistas coquetearon con los fascismos y se fueron entregando a Hitler sin poner mayor resistencia. Solamente que los intereses económicos de algunas potencias obligaron a entrar en conflicto bélico.

    Los números

    La gran ganadora de la Segunda Guerra Mundial fue la Unión Soviética, su pueblo. Quien entregó la vida de 27 millones de personas en contraposición de los poco más de 400 mil estadounidenses que perdieron su vida.

    Además, las verdaderas batallas decisivas fueron la de Kursk y Stalingrado que marcaron el rumbo del conflicto armado en favor del ejército rojo. El desembarco de Normandía fue importante pero ya la guerra estaba decidida para un lado.

    Y otro número interesante, más del 70 por ciento de las bajas nazis las provocó el ejército rojo en su ofensiva por toda Europa, donde también se apoyó de partisanos y resistencias locales antifascistas.

    Reescribir la historia

    Hollywood y toda la industrial audiovisual de Estados Unidos han transmitido propaganda política disfrazada de películas o videos “históricos” donde nos han querido vender la mentira de que los estadounidenses fueron quienes ganaron la guerra.

    Esta narrativa dañina solo entorpece la memoria colectiva. Historiadores serios de la talla de Hobsbawm y de Fontana han demostrado que el pueblo soviético ganó la guerra y no hay dudas al respecto.

    Estamos obligadas y obligados en este 80 aniversario de la gran victoria a continuar explicando quiénes ganaron la Segunda Guerra Mundial y derrotaron al fascismo, pues quienes mienten diciendo que ganaron son los primeros en aliarse a expresiones similares como la ultraderecha hoy en día. Sí, hablamos de los gringos y europeos ricos.

    Redes sociales

  • EL FALSO PROFETA Y EL HIJO DEL NEOLIBERALISMO

    EL FALSO PROFETA Y EL HIJO DEL NEOLIBERALISMO

    El pasado 11 de mayo, el periódico El Reforma publicó un artículo de opinión del “historiador liberal” y editor de la revista Letras Libres Enrique Krauze titulado “El verdadero hijo del 68”, en el autor exalta al ex presidente Ernesto Zedillo Ponce de León como un auténtico heredero del 68, aquel movimiento estudiantil y social en el que estudiantes de la UNAM e IPN, buscaban un profundo cambio democrático en México en favor de libertades políticas y civiles y culminó con la brutal represión en la Plaza de las Tres Culturas de Tlatelolco por las fuerzas militares aquel 2 de octubre de 1968. 

    En dicho artículo, menciona un capítulo histórico en el que un joven Zedillo de 16 años, estudiante de la Vocacional 5 del Instituto Politécnico Nacional y fundador del llamado grupo Emiliano Zapata, opositor a la Federación de Estudiantes Técnicos (FNET), fue testigo del cómo el Cuerpo de Granaderos irrumpió violentamente en las instituciones del Instituto Nacional Politécnico (INP) para golpear estudiantes y maestros. “Habíamos tratado de explicarles que no había ningún problema. Este acto de fuerza […]  da lugar a una expresión muy fuerte de inconformidad, ya no solamente en la Ciudadela sino en todo el politécnico…Y precisamente, en esa presencia de los granaderos, uno de los jóvenes que fueron golpeados fui yo. Desde entonces, emotivamente me involucré mucho…” así lo publicó el ex mandatario.

    Las reacciones no se hicieron esperar, la columna de Reforma causó indignación en redes sociales en el que acusaron al autor de omitir las terribles matanzas de Aguas Blancas y Acteal, y de torcer la historia al referirse a las acciones de ex presidente tecnócrata como “obras de buena fe” para construir mejoras en la democracia a partir de 1994, comparables a la Constitución de 1857. A través de un hilo escrito en X (antes Twitter) por Héctor Alejandro Quintanar, columnista y profesor de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM, analiza y exhibe con precisión las contradicciones del texto, así como la falta de honestidad del editor al acusar indirectamente el gobierno de la presidenta Claudia Sheinbaum y al ex presidente Andrés Manuel López Obrador de llevar a cabo un golpe de Estado a la democracia y a la libertad. Además, Quintanar señala la grave crisis que vive la derecha partidista mexicana al negarse a entender el presente, al omitir a personajes de la izquierda mexicana que jugaron un papel muy importante para el avance de la democratización del país y sobre todo a faltarle el respeto a las víctimas del autoritarismo. 

    Friedrich Nietzsche dijo una vez “el historiador debe ser un profeta del pasado”. Irónicamente, Krauze, quien lejos de ser un historiador serio y ha llamado a López Obrador “el Mesías Tropical”, se ha convertido en un falso profeta. Estudiando la Biblia, los falsos profetas aparentan predicar y hablar en su nombre de profecías, sueños y visiones, pero sus mensajes no vienen de Dios. Si alguien predica algo que va en contra de la Biblia es un falso profeta. Así mismo, es importante esperar para ver si dicha profecía se cumple. Si no sucede, es porque todo salió de imaginación de la persona o de otra fuente, pero no de Dios.

    Desde el 2006 hasta la fecha, el director de Letras Libres ha vaticinado disparates en contra del proyecto iniciado por López Obrador que han rayado en lo absurdo, hablando en el nombre de la memoria histórica en medios de comunicación sobre “la destrucción de la democracia”, “los peligros de una regresión autoritaria”, “la instauración de una dictadura en México” o el más absurdo “la conversión de una república a una monarquía”. Por el contrario, estamos en una situación peculiar, un proceso que se mueve constantemente y tratamos de entenderlo. La Cuarta Transformación ha logrado tres logros significativos: en la batalla comunicacional a través de sus conferencias matutinas o las Mañaneras del Pueblo contrarrestando las embestidas mediáticas y la difusión de noticias falsas que pretenden trastornar a la población; las políticas redistributivas o administración honesta del presupuesto con eficiencia en la que beneficiaron a 8.9 millones de personas trabajadoras con el incremento al salario mínimo y 5.1 millones de personas salieron de la pobreza entre 2018 y 2022 gracias a los programas sociales; y la imagen de un gobierno que gobierna para los intereses del pueblo sin responder a las oligarquías.  

    Ante la carencia de figuras honestas con credibilidad, moral y liderazgo para tener credibilidad ante la ciudadanía, las pretensiones de Krauze y Héctor Aguilar Camín al exaltar la figura de Zedillo, un, responde a los desesperados intentos por obtener de nuevo “apapachos”, es decir, generosas aportaciones para la estimulación de sus actividades académicas e intelectuales, que nunca estuvieron orientadas a cultivar el conocimiento de la población o a la defensa de los intereses de la ciudadanía. Más aún, la relación estrecha relación de Ernesto Zedillo con las empresas trasnacionales, lo convierten en un auténtico hijo del neoliberalismo y no en un heredero del 68, como lo pretende Krauze al intentar lavar su manchada imagen. Por ejemplo, ha sido el socio de la empresa ferroviaria estadounidense Kansas City Southern y está vinculado a los consejos ejecutivos de Procter & Gamble, Alcoa, Electronic Data Systems Corporation y Citigroup.

    ¿Qué nos queda por hacer? Hay que tener mucho cuidado, existe la posibilidad que tanto el Hijo del Neoliberalismo y el Falso Profeta aprovechen las relaciones con las empresas trasnacionales para intentar embestir el proyecto de la Cuarta Transformación, para intentar lograr que sus profecías se cumplan. Por lo que es necesario mantener a la población activa y organizada para seguir mejorando la vida democrática de México. Si un árbol da un fruto malo, se tiene que cortar y arrojar al fuego. 

  • El gran ¿problema? del metro CDMX

    El gran ¿problema? del metro CDMX

    El Metro de la Ciudad de México (segundo sistema de transporte colectivo más grande del continente americano después del de Nueva York) moviliza diariamente a más de 4 millones de personas. Se trata de la columna vertebral de la movilidad para la clase trabajadora, no solo de la capital, sino también de miles de personas del Estado de México que cruzan a diario la frontera metropolitana para sostener la vida económica de la principal ciudad del país.

    Pese a su importancia estratégica, el servicio que ofrece actualmente el Metro es deficiente. La falta de mantenimiento acumulado a lo largo de los años ha provocado múltiples fallas que afectan directamente la seguridad y la dignidad de los usuarios. Incendios, trenes detenidos por horas, escaleras eléctricas fuera de servicio y filtraciones de agua son parte del panorama cotidiano. Lo más grave es que para millones de trabajadores, el uso del Metro no es una opción, sino una necesidad ineludible. ¡No es aceptable que quienes sostienen esta ciudad viajen en condiciones tan indignas y peligrosas!

    Pero ¿a qué se debe la actual condición del Metro? Una de las razones fundamentales es la dependencia del subsidio público. El boleto cuesta 5 pesos desde 2013, mientras el costo real por pasajero ronda entre los 15 y 17 pesos, de acuerdo con estimaciones recientes. Esta diferencia se cubre con recursos del erario, lo cual ha permitido que el servicio siga siendo accesible para millones, pero también ha generado una presión constante sobre el sistema cuando no se acompaña de un presupuesto suficiente para mantenimiento e inversión.

    Esta problemática cobra una mayor relevancia cuando es objeto de un presupuesto que ha tenido un nivel de inversión insuficiente o que incluso en los años anteriores se ha visto recortado. Si bien en 2023 y 2024 hubo incrementos nominales, estos han seguido el deterioro acumulado y también han ido en consonancia con el crecimiento de la demanda, que en este último año se estima en un 7-8%. 

    En 2025, el presupuesto aprobado fue de aproximadamente 22 mil millones de pesos, cifra baja si la dimensionamos pensando en la magnitud del sistema y sus necesidades más imperiosas. El ciclo de inversión sistemático en aspectos que van más allá de los de modernización, de seguridad o de mantenimiento, permitirá que un servicio fundamental en la metrópoli más grande del país no colapse lentamente.

    Es importante aclarar que el subsidio y la no rentabilidad del Metro no son excusa para justificar sus condiciones actuales. Algunos librecambistas (neoliberales) podrían argumentar que esto se debe a la falta de competencia y a que se mantiene un “monopolio” estatal ineficiente. Sin embargo, en áreas clave es necesaria la intervención del Estado para garantizar derechos y dinamizar la economía. Así lo reconoce incluso el “padre del capitalismo” y uno de los principales defensores del libre mercado, Adam Smith, en su obra magna La riqueza de las naciones.

    “El deber del soberano consiste en erigir y mantener aquellas obras públicas e instituciones que, aunque puedan ser de gran ventaja para una sociedad, no serían emprendidas por ningún individuo o pequeño número de individuos, porque el beneficio no compensaría el gasto que cada individuo debería hacer.”

    Debe ser prioritario para el Estado el mantenimiento del sistema de transporte público; es necesario hacer visible la dignificación del trabajador incluso en su recorrido hacia el área de trabajo. No puede normalizarse la condición en la que actualmente se encuentra el Metro. El argumento de la falta de presupuesto es una falta de respeto si consideramos que los principales beneficiarios de este sistema son los grandes empresarios, quienes instalan sus centros de trabajo lejos de donde habita su fuerza laboral —vista por ellos como mera mercancía que crea mercancía.

    ¡Y son esos mismos empresarios los principales defensores de eliminar el subsidio, para que el Metro le cueste al trabajador su valor real! ¡Son ellos, los grandes capitales, quienes buscan la privatización del Metro mientras siguen pagando miserias a sus empleados!

    Ante esta situación, es urgente visibilizar el Metro como un derecho, y no como un privilegio que se subordina a la capacidad de pago del usuario. La defensa del transporte público debe ser una causa de toda la clase trabajadora, no porque lo utilice, sino porque en él se expresa la contienda por el sentido mismo que debe tener el Estado si va a servir al pueblo o va a continuar subordinado a los intereses del capital. Privatizar el metro, incrementar sus tarifas ante cada desembolso, continuar su desmantelamiento por no asignarle los recursos suficientes no son salidas inexorables sino decisiones políticas. Y como tales pueden y tienen que deconstruirse desde la organización, la exigencia social y la voluntad del pueblo.

    Afortunadamente, también se han realizado esfuerzos para recuperar y mejorar el sistema. Un claro ejemplo de esto es la renovación de la Línea 1 del Metro, que inició en 2020 y se prevé termine este año. 

    La rehabilitación consiste en el primer paso en la dirección de la modernización de la infraestructura con los trenes nuevos, con la renovación de las vías y la modernización de la señalización, pero dicho esfuerzo no debe asumir la condición de solución definitiva sino que más bien debe entenderse como una respuesta parcial a la crisis que invita a diseñar un compromiso estructural y de continuidad con la recuperación del Metro, ya que no puede ir ligada a proyectos puntuales o de reformas radicales del tejido de la asignación.

    Sin embargo, también hemos visto retrocesos clave como la designación de Adrián Ruvalcaba en la dirección del metro. 

    La elección de Rubalcava como director del Metro no solo pone en evidencia una falta de visión técnica, también nos muestra la corrupción que prevalece en las esferas más altas del poder. Rubalcava, un político sensible -por así decirlo- que no solo ha tenido un recorrido administrativo tortuoso, sino que ha estado envuelto en acusaciones de corrupción cuando fue alcalde de Cuajimalpa, es un ejemplo más que el sistema político mexicano sigue premiando a aquellos que están más cerca del poder, sin importar su capacidad para gestionar la provisión de servicios públicos imprescindibles. Este nombramiento parece más una cuota política que una decisión basada en la experiencia y competencia técnica que requiere la dirección del Metro.

    Este tipo de designaciones no solo son un retroceso para la mejora del Metro, sino que refuerzan la percepción de que las prioridades del gobierno siguen estando más alineadas con el clientelismo y el reparto de favores políticos que con el bienestar de los ciudadanos. Al elegir a Rubalcava, que ha sido parte de las estructuras políticas tradicionales, se envía el mensaje de que el sistema de transporte, vital para millones de trabajadores, sigue siendo tratado como un botín político. Esto no solo es un mal precedente para la transparencia y la eficiencia en la administración pública, sino que también pone en peligro las expectativas de una verdadera transformación del Metro, que sigue sumido en la inestabilidad y el abandono.

    La situación del Metro de la Ciudad de México pone de manifiesto un gran desajuste entre la importancia social del servicio y la atención que ha recibido por parte de las autoridades. Este sistema, que diariamente mueve a millones de trabajadores, está al borde del colapso por la falta de inversión, el mantenimiento inadecuado y la ausencia de una visión estratégica a largo plazo. Aunque iniciativas como la rehabilitación de la Línea 1 son un paso en la dirección correcta, son simplemente insuficientes ante una crisis estructural que demanda un compromiso real con el servicio público y un cambio de enfoque en la gestión del transporte colectivo.

    Es imperativo que el Metro sea tratado como un derecho fundamental de la población, no como un servicio subordinado a intereses políticos o económicos. La privatización y la eliminación del subsidio no son respuestas viables; por el contrario, debemos exigir una mayor inversión, transparencia y un enfoque centrado en las necesidades de los usuarios, quienes son la verdadera columna vertebral de esta ciudad.

  • Focos rojos en la 4T

    Focos rojos en la 4T

    En el ámbito político, no se le dan oportunidades a los corruptos ni a los traidores. Ruvalcaba no es traidor, porque nunca ha pertenecido a la izquierda, ni al pueblo que reclama justicia en este lastimado país. Pertenece al bando de los arribistas de los parásitos, de los corruptos que jamas han realizado una acción a favor de las causas populares.

    Ser chapulín es una nimiedad en su oscura y larga trayectoria dentro de los sectores políticos más deleznables. Ha sido acusado de violencia física contra periodistas y políticos.

    Sus vínculos con los Salinas de Gortari lo llevan desde haber sido novio de la hija del “hermano incomodo”, hasta “ahijado político” de Carlos Salinas. Está vinculado a “Los Claudios”; una banda de secuestradores, golpeadores y extorsionadores.

    Ademas de sus vínculos con René Gaviria, el funcionario de SEGALMEX que fue vinculado a proceso por los delitos de delincuencia organizada, en la modalidad de operaciones de procedencia ilícita y peculado.

    Además, posee amistad con García Harfuch, quien ha sido cuestionado por el caso Ayotzinapa. No se le dan oportunidades a quien sabes que no tiene intenciones de estar de tu lado.

    ¿Qué sucedió entonces con el nombramiento que dio Clara Brugada a Adrián Ruvalcaba frente a la dirección del Metro en CDMX? El nombramiento es a todas luces antagónico a los principios y a la carta enviada por la presidenta a MORENA.

    Si nos sumergimos en los saldos que la 4T ha dejado en su andar durante su administración, podremos ver grandes logros y grandes cambios, principalmente durante el sexenio de AMLO.

    Sin embargo, también podremos ver que el poder económico, el militar y el poder político del viejo régimen perduran en las reticencias a lograr una transformación sustancial del país.

    Los grandes capitalistas nacionales han sido intocados. Siguen siendo dueños incluso de lo que al pueblo le pertenece, como las concesiones en vías férreas; se apoderaron del espectro radiofónico y televisivo, de las playas y las otrora industrias paraestatales privatizadas por Salinas y su séquito de neoliberales.

    Los amigazos de Salinas, como German Larrea, Carlos Slim, Ricardo Salinas, etc., continúan gozando de sus inconmensurables fortunas, logradas a costa del pueblo.

    Desde otra arista vemos a un Salinas de Gortari trabajando desde el extranjero, reactivando sus alianzas. Un Carlos Salinas que no ha cruzado los brazos para recuperar lo que siente le fue arrebatado.

    Focos rojos como Ruvalcaba y Harfuch deben tener en alerta a la izquierda. Si no a Morena, porque están embriagados de poder muchos de sus lideres, sí, al pueblo. Porque somos nosotros los que como siempre, saldremos afectados.

    Los nombramientos de gente impresentable, no son errores de Clara o Claudia. Son imposiciones dictadas desde los amos del país. Desde el poder económico aunado a los otros poderes fácticos.

    “Solo el pueblo, puede salvar al pueblo”

  • Gobernar para el pueblo

    Gobernar para el pueblo

    La oposición en México antepone la ideología del partido en el poder a la administración pública desde una perspectiva simplista. Es decir, somete al escrutinio popular la idea de que al no ser de derecha es de izquierda y, por lo tanto, toda izquierda se encamina al comunismo. El resto de las actividades del trabajo no importan, simplemente anular la labor de la 4T en aspectos que no sean los políticos.

    Al tomar posesión de los cargos de elección popular, en todos sus niveles, la ideología de los triunfadores en las urnas diluye su pensamiento político en nombre del ejercicio del poder. Afirman que gobernarán para todos por igual, pero nunca dicen que dejarán en el olvido su manera de percibir la realidad a través de la ideología en la que desarrollaron su vida política y gracias a la cual ganaron los comicios.

    Podrán separarse de las responsabilidades partidistas, pero no distanciarse de su manera de pensar, porque, de ser así, no tiene caso votar, ni por ellos ni por nadie. Porque la población vota por una manera de gobernar, de acuerdo con el propio lineamiento establecido en la historia y confirmada en la campaña. Esto implica una secuencia de hecho, propuestas, objetivo e ideales que deben ser congruentes con la ideología de los elegidos, esté o no dentro de las promesas de campaña.

    Consideran que gobernar para el pueblo lo excluye, porque ello no se consideran pueblo. Es más trascendente la congruencia con la forma de pensar política que con la apertura de puertas de par en par, a los conflictos que surjan durante el mandato, tomando en cuenta que en algunos casos forman parte de las consignas de los opositores, problemas que se disfrazan de nuevos retos pero que forman parte de una realidad artificial, que logran convertir en hechos reales, gracias a los medios a su alcance, que son los más antiguos, creados y criados por los gobiernos anteriores.

    Sacrificar la personalidad ideológica por la justificación del cargo es un atentado contra la democracia, por mucho que se insista en que debe gobernarse para todos, desde luego, pero este esquema tradicional tiene que ver con lo administrativo y no con lo político. Es decir, debe entregare de igual manera y con puntualidad, los recursos económicos, pero no permitir que los proyectos de la oposición influyan siquiera en el gobierno.

    La oposición en México ahora quiere que se gobierne para todos en lo político y, desde el gobierno, se otorguen espacios a sus ideas, propuestas, proyectos y ocurrencias, tratando de confundir a la población, con la idea de que al no haber un lugar para su injerencia, hay un régimen autoritario, incluso dictatorial, como lo han difundido desde hace algunos años.

    A la actual oposición en México hay que recordarle todos los días quién tiene el poder, dentro de la democracia, y aunque parezca obvio, que no olviden que perdieron las elecciones y no por poca diferencia. Reclaman como si el voto les hubiera favorecido pero a la hora del debate, dentro y fuera del Congreso, pierden no sólo la coherencia como ente político sino la razón y adoptan la tribuna como callejón de peleas de barrio.

    La oposición debe supervisar que se cumpla el mandato del pueblo, que se ejerza su voluntad, ese sería su principal objetivo como oposición, de su observancia y cuestionamientos depende la honestidad del partido en el poder, pero operan haciendo creer que tienen detrás a millones de mexicanos que apoyan sus proyectos que nadie conoce, con seguidores que nadie identifica.

    Uno de los más graves problemas de la oposición en el país es que no se sienten parte de la sociedad, se consideran más allá del bien y del mal, su superioridad es incuestionable, como si la pobreza fuera más contagiosa que la pandemia.

    No se trata de que cada quien haga lo que le corresponde sino que lo realice dentro de las reglas que el gobierno, elegido por la mayoría, impone, porque en un gobierno donde la oposición actualmente está impedida de influir en las reforma de las leyes y, para impugnar cambios o transformar la normatividad. Además, carecen de la preparación necesaria, como lo han demostrado los legisladores de la oposición desde septiembre del año pasado.

    Cuando se le habla de adquirir el hábito de la lectura por lo menos en el caso del conocimiento de las leyes que van a discutir, o en el estudio mínimo de la historia o, por lo menos en saber cuántos artículos tiene la Constitución, los parlamentarios de la oposición mostrarán su ignorancia, producto del desinterés hacia sus tareas.

    El reclamo permanente de la oposición sobre la imaginaria cercanía a la dictadura, por la fantasiosa proximidad al comunismo, la terca percepción de la concentración de poder, resulta injustificado.

  • Sebastião

    Sebastião

    Recuerdo muy poco de aquella fotografía. La guardo en mi mente, pero hay más sombras que luces. Un hombre trabaja. Es muy fuerte, está cansado y desde el fondo de su mirada la cámara ha capturado su angustia, su rabia. ¿Cuándo vi aquella imagen? Quizá hace cuarenta años. Esa mañana, la fotografía del brasileño Sebastião Salgado transformó al joven que se fugaba de su depresión en el Museo de Arte Moderno del bosque de Chapultepec.

    “Lo que quiero –dice el fotógrafo brasileño– es que el mundo recuerde los problemas y a las personas […]. No quiero que la gente los mire y aprecie la luz y la paleta de tonos. Quiero que miren dentro y vean lo que representan las imágenes y el tipo de personas que fotografío”. Yo, querido Sebastião, quedé cimbrado desde la primera imagen que vi salida de tus ojos, tus manos y tu cámara.

    Sobre la tierra africana, el hombre avanza como un perro. Solo piel cubre sus largos huesos. Al fondo, una habitación de tela y, detrás, la oculta mirada de la lente atestiguan las pocas horas que le quedan. También yo, también nosotros, sufrimos ese instante que detuviste, que dibujaste con la luz y que miles de mujeres y hombres miramos.

    Un joven posa con la mano en la cadera donde por las inmensas escaleras centenares de trabajadores bajan en busca de oro. Son las minas que nos revelan la importancia del oro, del dinero, que convierte a la mayoría de las personas en seres explotados, y en otra fotografía veo que un joven por fin ha llegado al final de la escalera mientras una mano espera para rescatarlo del abismo. Salgado nos muestra la explotación humana, y en otra imagen los hombres escarban la tierra buscando el metal precioso, pegados a una montaña sin protección, como cabras montesas, de las que las vidas penden de los hilos de la avaricia de los dueños de esas tierras malditas de Minas Gerais.

    “Cuando llegué al borde de ese inmenso agujero –explica Salgado– vi pasar ante mí en fracciones de segundo la historia de la humanidad, la historia de la construcción de las pirámides, la historia de la torre de Babel, las minas del rey Salomón”.

    ¿Por qué sonríe ante la cámara ese minero mientras al fondo otro se asoma? ¿Qué chiste le contaste, Sebastião? Ese personaje me recuerda a los juegos de los albañiles mexicanos que practican boxeo y se tocan sus partes con extraños juegos que solo ellos entienden mientras cuentan chistes tontos y albures en los pocos minutos de descanso. El libro: Trabajadores.

    Lélia Wanick, la esposa de Salgado, ha hecho la maravilla. Ella crea los conceptos de sus proyectos, es su editora, su museógrafa y su amor, y lo ha acompañado toda su octogenaria vida. Ahora que la migración humana está en boca de media humanidad debido al avance del fascismo y la ultraderecha, hay que echar una mirada a Éxodos, que documenta a los refugiados del mundo, a los desplazados, a los migrantes que caminan en fila por causa del desastre sociopolítico y la pobreza que otra fatalidad, la miseria humana, engendra.

    El brillo de los ojos de los tres niños africanos reluce y entre las cobijas solo se ve parte de sus rostros. ¿Qué estarán pensando ahora que son retratados por Sebastião? Otro grupo se protege del sol y del frío y camina entre los pastizales. El artista los retrata de espaldas y un niño sonriente se asoma a mirarlo.

    Ahora son muchos migrantes que se detienen a descansar. El pequeñito parece preguntarle a su madre si todavía le queda un poco de leche mientras levanta su blusa; la gente, las tiendas de campaña y a lo lejos el implacable cielo nublado parecen observarlo todo.

    En la fotografía de Sebastião no todo es blanco y negro; hay demasiada riqueza en la gama de grises: gris explotación, negro devastación, oscuro gris guerra y hambre, blanco resistencia y solidaridad, gris verde belleza de la Tierra, porque también están los pingüinos, el elefante solitario, la cola de la ballena, el mar vuelto río, los niños en la balsa; en fin: la belleza de los pueblos originarios que habitan el mundo…

    Pero, luego de estar en Ruanda, Salgado enfermó. Había visto tantas muertes que estaba muriendo. Lélia lo motivó a replantar la selva que había desaparecido. Dejó la fotografía, pero en diez años regresaron hectáreas de selva y volvieron las aves, los insectos y los mamíferos. Revivió la selva… resucitó él.

    En “Amazonia”, la exposición que se acaba de ir del Museo de Antropología, pudimos ver cómo el dinero es solo una trampa de la humanidad, porque es sinónimo de muerte y genocidio. ¿Qué hace que ahora mismo exista un brutal exterminio en Palestina? ¿Por qué tanta guerra en pleno siglo XXI? ¿Quién llevó a un millonario e inescrupuloso delincuente a la Casa Blanca? Fueron los otros poderosos, es decir, los dueños del dinero. 

    Existen, sin embargo, comunidades felices, pueblos encerrados en la selva, en el paraíso, que no lo necesitan, que viven de lo que cazan y pescan, lo que recogen de los árboles, a los que respetan como el agua dulce y limpia de las vertientes del gran río.

    ***

    Zedillo aseguraba que el monto del Fobaproa ascendería a 180 mil millones de pesos. Se equivocó, pero solo por ¡2 billones 384 mil 472 millones! Y todavía este cínico viene a criticar el manejo de los únicos dos gobiernos progresistas.

    De las masacres en tiempos de Zedillo y de la diáspora de nuestros compatriotas luego hablamos…

  • Luz, Cámara y… a recuperar la soberanía nacional del Cine Mexicano

    Luz, Cámara y… a recuperar la soberanía nacional del Cine Mexicano

    A finales de la semana pasada, desde la Mañanera del Pueblo, la presidenta Claudia Sheinbaum anunció una importante inversión para renovar las instalaciones de los Estudios Churubusco, una noticia que dejó atónitos al sector cultural y a los cinéfilos del país.

    Si bien muchos podrían preguntarse: ¿Qué relevancia puede tener esto?, hay que recordar que el declive del cine mexicano comenzó en los años noventa, específicamente con la firma del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN).

    En el TLCAN, los servicios audiovisuales se abordaron principalmente en los capítulos relacionados con el comercio de servicios y la inversión. México acordó otorgar un trato no menos favorable a los proveedores de servicios de los otros países miembros, lo que implicó que no podía imponer restricciones que favorecieran a su industria cinematográfica nacional sobre las extranjeras.

    Esta decisión fue una estocada importante para la producción cinematográfica mexicana, principalmente porque, para entonces, Hollywood ya dominaba la industria a nivel mundial. En cambio, Canadá sí protegió su identidad cultural mediante reservas expresas.

    Los Estudios Churubusco son uno de los pilares más importantes e históricos del cine mexicano y latinoamericano. En este lugar se han rodado clásicos como Los olvidados, de Luis Buñuel; La perla, de Emilio Fernández; y Tizoc, de Ismael Rodríguez, la cual catapultó la carrera de Pedro Infante y María Félix.

    Incluso se han grabado películas importantes del cine contemporáneo, como Amores perros, de Alejandro González Iñárritu; El laberinto del fauno, de Guillermo del Toro; así como Y tu mamá también y Roma, de Alfonso Cuarón.

    La inversión que la presidenta anunció el 9 de mayo es un paso estratégico de alto impacto en términos culturales, económicos y simbólicos para nuestro país. Permitirá reducir los costos de producción del cine mexicano, atraerá proyectos que de otro modo se realizarían en el extranjero, ofrecerá espacios equipados para nuevas producciones nacionales y ayudará a recuperar la soberanía sobre nuestras narrativas.

    Otro punto relevante es la generación de empleos y la reactivación de la economía local, pues la industria cinematográfica emplea a miles de técnicos, creativos, actores y proveedores. Invertir en los Churubusco significa reactivar cadenas de valor locales: vestuario, escenografía, transporte, catering, entre muchas otras.

    En resumen, la rehabilitación de los Churubusco es mucho más que restaurar edificios: es una apuesta por la identidad, la memoria, la soberanía cultural y el futuro del cine mexicano. Puede convertirse en una plataforma para que México cuente sus propias historias, con autonomía y calidad técnica.

    Porque mientras otros firmaron para silenciar al cine mexicano y olvidar su valor cultural, hoy el Estado vuelve a apostar por darle voz. Y en tiempos donde sobran pantallas pero faltan historias propias, esa voz no solo debe escucharse… debe retumbar.