Etiqueta: José García Sánchez

  • La inseguridad ficticia

    La inseguridad ficticia

    La inseguridad elevada al primer problema social de país infunde miedo y una sociedad con miedo es mucho más manipulable, por eso los regímenes anteriores insistieron en la gran magnitud de la inseguridad como el enemigo número uno de la sociedad mexicana.

    El régimen anterior imponía la obsesión por la inseguridad incluso antes de que el narcotráfico apareciera como el protagonista de la violencia en las calles: era necesario asustar a la población para que no cuestionara la acumulación de dinero que se otorgaba al supuesto combate a la inseguridad, se abrían posibilidades de recurrir a alternativas presupuestales directas ante la inminente lucha por salvaguardar la integridad de los mexicanos.

    Quienes colocaron a la población en el campo de batalla entre las autoridades y el narcotráfico fueron las autoridades. Con la ayuda de los medios los gobiernos colocaron a la población como carne de cañón en su lucha por una delincuencia que el otorgaba un gran poder de manipulación y un enorme presupuesto.

    Cuando el mido dejó de ser la guerrilla en México el origen del terror se trasladó al narcotráfico. La propia Dirección Federal de Seguridad fue clausurada definitivamente con el pretexto de su actuación represiva, aunque en realidad se intensificó posteriormente desde las diferentes corporaciones policiacas del PRI y del PAN. Derivó en el CISEN que era una oficina de persecución de disidentes, que designaban como enemigos del país, cuando, en muchos casos, luchaban por la libertad.

    La impunidad garantizada de los elementos de la DFS y luego del CISEN, es una asignatura pendiente de la justicia en México. Los integrantes dela Brigada Blanca que torturaban para ver si acaso eran sospechosos los detenidos, en su gran mayoría jóvenes, hombres y mujeres que sufrieron las peores vejaciones en nombre de la defensa de la integridad de una sociedad que en el fondo despreciaban y robaban.

    Los funcionarios de la DFS, de la Brigada Blanca, del Cisen, salían millonarios de sus funciones inexplicablemente. Un solo comandante, que eran intocables y considerados casi héroes de la patria, no quedó pobre luego de trabajar como represor de jóvenes mexicanos, actividad que disfrutaban ejecutar y ver.

    La inseguridad, la violencia, la lucha por el sueño de caminar por las noches sin miedo hizo de la población el objetivo de miedo, pero no de la inseguridad, problema que los funcionarios públicos desde Ávila Camacho hasta Peña Nieto, que implantaron una fuente de ingresos sin auditorías y una manera más sencilla de que el pueblo obedeciera.

    Los mexicanos conservan el miedo al comunismo, sobre todo una clase media desinformada y poco ilustrada, temor al que se suma el narcotráfico. Es una vieja costumbre el temor, que pasa de generación en generación sin más averiguación que la machacona insistencia de los medios sobre el grave problema número uno de México.

    Así como The New York Times participa en la campaña de montajes contra el gobierno, así también favoreció, junto con otros medios del vecino país, el miedo. Estados Unidos le convenía, como le conviene ahora, que la gente le diera prioridad una mentira porque de esa manera podría introducir soldados, agentes de la CIA, de la DEA y del FBI a territorios ajenos.

    Una manera de exorcizar el miedo es dando a conocer la verdadera historia de la guerra sucia, y así como hay homenajes post mortem, debe haber condenas a los muertos para que los mexicanos, de todas las edades, identifique, de una vez por todas, a los causantes originales del miedo, el cual no era gratuito porque en toda la existencia de la DFS sus agentes se dedicaron a castigar un pensamiento distinto al impuesto desde el gobierno a través de un partido político hegemónico, autoritario y represivo.

    Sólo con la condena a los numerosos integrantes de la represión que alcanzaron la impunidad con la muerte, se podrá conocer el origen del miedo inexplicable de los mexicanos hacia una inseguridad que se ha magnificado y colocado como la peor miseria humana en su historia del país.

  • Coartada de “perseguidos políticos”

    Coartada de “perseguidos políticos”

    Las estrategias para alcanzar la impunidad iniciaron con provocaciones verbales, uno de los primeros fue Felipe Calderón, quien, una vez dado a conocer el resultado de las elecciones de 2018, comenzó una serie de insultos contra Andrés Manuel López Obrador.

    La táctica brillante del ex usurpador consistía en hablar por todos los medios y hasta por los codos del Presidente, porque a la hora que llegara la justicia a aplicar la ley, pudiera decir, dentro y fuera del país, que era un perseguido político, debido a sus críticas” difundidas muchas veces en espacios pagados o a través de sus vocingleros que todavía transmiten Radio Fórmula. El Universal o Reforma.

    Posteriormente el usurpador da la orden a sus escribanos para que hagan lo mismo, provocar censura ante el cúmulo de insultos y mentiras. Así, quienes tenían cuentas pendientes con la ley, como delincuentes comunes y funcionarios corruptos, podían caber en la consigna de represión a la libertad de expresión., nunca le hicieron caso y sólo perdieron credibilidad.

    Comunicadores y funcionarios, líderes y militantes de la oposición hacen énfasis en la descalificación, incluyendo mentiras para justificarla, para alcanzar la impunidad acostumbrada. Toda una estrategia que de tanto repetir se hizo obvia.

    La búsqueda desesperada de cargos, puestos y candidatura habla de la urgente necesidad de inmunidad ante el cúmulo de delitos que han cometido, ejemplos hay muchos en todos los partidos Guadalupe Naranjo, quien fuera representante de Francisco García Cabeza de Baca en la CDMX; Jorge Romero, líder del cartel inmobiliario; Xóchitl que realizó tareas empresariales siendo senadora; Santiago Taboada, miembro activo del cártel causante de muertes por sus corruptelas; Ricardo Anaya, impulsor de la reforma energética, lavador de dinero; Santiago Creel, subastador de permisos para casinos; Enrique Vargas, golpeador de mujeres; Alito, quien hipotecó los edificios de su partido para seguir robando; etc.

    A quien fuera la candidata a la Presidencia de la República se le atribuye una serie de delitos que van desde el uso indebido de la administración pública hasta la violencia política de género, acciones que no sólo debieran tenerla no sólo inhabilitada sino en la cárcel; sin embargo, desde el expresidente López Obrador hasta la actual mandataria Claudia Sheinbaum, han sido muy cuidadosos en no castigarla, a ella y sus similares, como debiera ser, para no darle pretexto a toda la derecha de utilizar la aplicación correcta de la justicia como arma para aparentar persecución política.

    Algunos medios de Estados Unidos destacarían insistentemente la intención de castigar a la ex candidata a la Presidencia y no por sus delitos comprobados, sino por “no pensar igual” que la gente del gobierno, lo cual movería muchos grupos fascistas del mundo entero en favor de Xóchitl victimizándola. Se convertiría en la Corina Machado, pero con retraso mental.

    Aquí, la oposición sale ganando cualquiera que sea la decisión del gobierno. Si se aplica la ley tiene mártires que puede desatar no sólo un aumento en las simpatías de la derecha clasemediera sino hasta un golpe de Estado, si los políticos delincuentes conservadores siguen en la impunidad, como siempre ha sucedido, la debilidad del gobierno queda en evidencia.

    La administración pública, el nuevo Poder Judicial, la Presidenta, Morena y la 4T están entrampados con este grave problema al que debe darse solución cuanto antes. No sólo puede mostrarse la maniquea imagen entre tontos o autoritarios, ambigüedad que los conservadores han tratado de ver como las dos únicas dos caras de una moneda de la política mexicana, sino colocar una serie de incidentes como moneda en el aire con una parte del capital político.

    La revolución de las conciencias, reducida al Instituto Nacional de Formación Política, todavía no ha permeado lo suficiente como para asimilar que vientos como éstos no afecten la estabilidad política del Movimiento en el poder, puede que, suceda lo que suceda, no impulse ninguna reacción importante o bien puede, con ayuda de conservadores dentro y fuera del país, intentar descarrilar la 4T a sangre y fuego.

  • Oposición asesina el debate

    Oposición asesina el debate

    El estilo personal de ciertos personajes de la derecha en tribuna, tanto en la Cámara de Diputados como de Senadores, ha asesinado el debate. De por sí numéricamente la oposición no tiene trascendencia; sin embargo, se le otorga la voz ya que el voto no lo tiene consigo.

    En las sesiones del Congreso, una vez discutidos los temas se insiste en que debe manifieste unánimemente si se debatió completamente el asunto, para no dejar afuera a la oposición, esto es una cortesía de Morena que nunca ejerció otro partido con mayoría aplastante en el Legislativo.

    La estrategia legislativa que llevó a la derrota electoral a la derecha se intensifica. Ya no es sólo la estridencia de Kenia, Margarita, Lilly y Xóchitl sino la bronca callejera de Alito y el senador de Chihuahua, cuyo nombre todos queremos olvidar.

    Estos personajes con otros de comparsa expertos en peleas callejeras e insultos que se dedicaban a mostrar carteles al fondo o de impedir que se tome la palabra con educación y derecho, asesinaron el debate parlamentario den México.

    Panistas, priistas y emecistas, sabedores de que sus grupos parlamentarios no tendrían trascendencia, habilitaron un estilo de trabajar las leyes que sólo recuerda a aquellos diputados de hace 100 años, quienes debían portar pistola para resguardar su integridad ante el peligro que representaban sus colegas.

    La revolución acababa de terminar y para algunos seguía viva, hubo quienes creyeron que la gesta bélica continuaba en las curules, tal y como ahora sucede, violentamente. El debate es secuestrado hace 100 años, tal y como ahora sucede.

    La violencia antecedía los enfrentamientos a balazos en el recinto, ahora la violencia se anuncia próxima ante la muerte del debate parlamentario. Al ser asesinado el debate, secuestrado y ultimado por la derecha, lo que sigue es más violencia e ilegalidad, juegos extrapolíticos de exterminio que nada tienen que ver con una vida legislativa que goce de buena salud.

    Ante esta situación puede esperarse cualquier cosa, magnicidios, golpes de Estado suaves o militares, invasión de fuerza internacionales de ultraderecha en formación, etc.

    Patrocinados desde luego, por gobiernos establecidos, quienes negarán su intervención en dichas injerencias armadas. Estados unidos necesita sacudirse la responsabilidad de encabezar golpes de Estado contra regímenes democráticos y seguir autodenominándose el país más democrático del mundo, requiere de un grupo paralelo, al interior de los países, que realice delitos contra la democracia a través de intervenciones a la usanza del viejo oeste.

    Se trata de una guerra fría donde el diálogo debe estar muerto y sepultado para poder operar de manera violenta. Antes esta tensa condición la protagonizaban dos polos políticos, ahora son varios, algunos de ellos en América Latina, donde las oligarquías ya no quieren más que gobiernos de derecha. Y el triunfo de la izquierda en Uruguay lo aleja de sus propósitos y los muestra ante el mundo como débiles, frágiles, perdedores, etc.

    Para derribar estos regímenes deben dejar de practicar el dialogo como parte de una vida parlamentaria que encierra la esencia de su democracia. Así, sin diálogo no hay democracia, lo cual allana el camino hacia la intervención.

    Lo homicidas mexicanos del debate parlamentario desconocen, en su mayoría, lo que su actividad representa en la política, simplemente le dan rienda suelta a su patología destilando odio, resentimiento y traición.

    El diálogo es el idioma de la gente, de la mayoría de quienes caminan juntos con destino común, no de quienes dividen ni los que separan o polarizan, de ahí su desprecio por la palabra cotidiana. La derecha nada tiene que decir, por eso recurre al insulto y a la estridencia.

    Matar el diálogo en el Poder Legislativo y a la verdad, en los medios de comunicación compensa la falta de un Poder Judicial incondicional a las intenciones golpistas de la derecha.

  • Medios convencionales polarizan

    Medios convencionales polarizan

    Una de las nuevas estrategias de los medios convencionales es hacer creer a sus lectores que la opinión de la oposición divide al país. Así, se le otorga, desde uno de los poderes fácticos, mayor fuerza a otro poder fáctico. Ambos comulgan no solo con el conservadurismo desde su nacimiento sino comparten enemigo.

    La oposición representa, cuando mucho, a una quinta parte de la población o menos y su opinión refleja el modo de pensar de ese mismo porcentaje de mexicanos. Ni más ni menos.

    Basta y sobra con que algún miembro de la oposición, cuyos partidos políticos están a punto de perder su registro por falta de votos, para que esos medios tomen esa opinión como la contraparte de la opinión generalizada de la mayoría, que, por lo general, coincide con la postura del gobierno.

    La idea no es sólo darle a la oposición un lugar que no se ha ganado en las simpatías de la población, sino dividirla. Es decir, polarizar para hacer creer que la mitad del país se confronta con la otra mitad, se rechaza, incluso se odia.

    El lenguaje de odio de los conservadores en las cámaras, en los medios, en las marchas convoca a acciones violentas, reales, concretas y contundentes, donde haya heridos y muertos. Eso es lo que busca la derecha a través de los medios que por iniciativa propia realizan encuestas al vapor, incluso sin metodología seria, simplemente parten de un resultado final al que tratan de darle consistencia científica para convertirlas en propaganda.

    Los medios convencionales que iniciaron como periódicos y han terminado con 12 páginas de frivolidades pero sobreviven para que la gente crea que siguen influyendo en la sociedad, adolecen del mismo mal que la oposición. Nadie les hace caso, no son arte de nada, no existen, pero justifican sus horas extra de vida con estrambóticas noticias y propagandas disfrazadas de investigación o noticias.

    Los medios convencionales han fortalecido el pensamiento conservador en una minoría que se extingue todos los días de manera dramática, la realidad reta a los medios a desaparecer, pero sus intereses, que no son los de informar verazmente, son superiores a su dignidad y siguen apareciendo como si fueran importantes en la sociedad mexicana, tal y como lo hace la oposición en el país.

    Los medios se convirtieron en los voceros de una oposición inexistente por lo que su consumo también lo es. La desesperación los obliga a ser cada día más extravagantes, y ellos incluye el aumento sistemático de la violencia verbal en sus contenidos.

    Bautizan con el nombre de expertos, cuyos nombres nunca dan a conocer o los inventan para cuestionar disposiciones de gobierno o anuncios sobre la soberanía o el derecho. Inventan declaraciones de supuestos catedráticos de universidades que no existen. Pero difunden la idea de unos expertos que sólo son producto de una consigna de desgaste.

    La estrategia de los medios convencionales es un proyecto político de derecha y no un reflejo fiel de la realidad, que haya quienes los consumen también habla de que tienen una idea tergiversada de lo que representa informarse, porque su público lee los contenidos que quieren que sean reales aunque saben, de sobra, que no lo son.

    Es decir, consumidores de medios tradicionales, los medios y la oposición se han marginado de la realidad para darle una lectura al país que es ficción. Unos apoyan a otros, a sabiendas de que son minoría progresiva, pero no dejan de hacerlo hasta que se van apagando poco a poco hasta consumirse ante la falta de asideros con la realidad y la verdad.

    El nado sincronizado es un proyecto basado en la mentira, no sólo engaña sino que trata de ver como grupo fuerte a los conservadores aliados con el objetivo de crear un frente común, por lo menos informativo ya que no han podido cohesionar social o políticamente a los mexicanos.

    Los poderes fácticos intentan unirse para fortalecerse, pero se repelen por los protagonismos patológicos de sus actores les impide tener líderes y carecen de seguidores, porque pestos también quieren ser líderes en un círculo vicioso que los evidencia como aliados de una clase cada vez más alejada de la población.

  • Oposición sin cordura

    Oposición sin cordura

    No todos los opositores son de derecha ni todos los de la derecha están en la oposición, éstos últimos se organizan, con sus propios medios para actuar siempre de manera más radical y contundente.

    Cuando hay una mayoría aplastante contra las ideas de la derecha suele afirmar que se trata de un mesianismo, producto de la supuesta falta preparación de quienes tienen la mayoría. A partir de esa idea saturada de discriminación y racismo, emprenden un viaje por los adjetivos que en realidad son sinónimos pero el lenguaje nunca ha sido el tema fuerte para los conservadores, quienes no tienen el hábito de la lectura o la cultura.

    Por mucho tiempo, los conservadores, asociados en sus intereses con los medios e identificados en las creencias convencionales con los llamados “líderes de opinión” trataron de convencer a los mexicanos que quienes seguían a la izquierda eran pobres, ignorantes y tontos.

    La realidad les ha mostrado que no es así. Nadie es ignorante por creer en lo que cree o tonto por estar convencido de una idea política, por absurda que parezca; sin embargo, en su superficial manera de ver la realidad así lo determina, rápido y fácil.

    Todas las áreas de la razón y la legalidad creyeron poseerlas a lo largo dela historia. Así, se adueñaron no sólo de las leyes sino de las cárceles, en el más sentido estricto del término. El castigo era propiedad privada donde, en una franca nostalgia al esclavismo, determinaban quién serían encerrados y quiénes liberados, aunque los primeros fueran inocentes y los segundos culpables.

    La sinrazón de la gente progresista tenia eco hasta en los templos de más de una religión, dignos de una atención profesional de siquiatras los colocaba al borde de la locura.
    Sin embargo, podemos ver a algunos personajes dentro de la derecha que deberían tener, por lo menos una orientación psicológica y mayor estabilidad emocional, así como una relación poco más cercana a la realidad.

    Hay personajes que de pronto se sueltan cantando el himno nacional sin pretexto alguno, otros que se disfrazan con botarga, algunas no dejan de gritar en tribuna diciendo incoherencia, otras colocan el protagonismo personal ante cualquier tipo de idea, otros hablan de un triunfo de la derecha inexistente y de una algoritmo en el que se obsesionaron, otra más asegura que miles de haitianos fueron dotados de credenciales del INE para que votaran por morena y que la Presidenta es nazi, otro que se dice un ecuánime periodista se exalta ante cualquier palabra que no coincida con su muy limitado vocabulario, varios periodistas mitómanos y obsesivos, otra más en un alarde de esquizofrenia canta que es “pluri” y está a gusto, todos ellos a través de conductas estrambóticas que obligan a pensar en que les hace falta ayuda profesional.

    Las diferentes patologías, algunas de ellas que salieron a la luz por el odio a un gobierno que les arrebató privilegios, negocios, complicidades, en fin, una serie de delitos que eran parte de una práctica diaria y sus resultados eran adoptados como un patrimonio, sirvió como timbre para despertar la enfermedad mental que llevaban oculta.
    En las personas enfermas mentalmente la patología está ahí, pero se manifiesta con mayor claridad en momentos de crisis, el simple hecho de mantener como forma de vida un doble discurso habla de que algo está mal en la cabeza.

    Basta verlo en las pantallas de televisión o videos en internet para mostrar una conducta que no es normal, siempre están al borde del paroxismo y se exaltan ante el menor pretexto, mostrando una fragilidad e carácter que nunca habían exhibido, porque la gran mayoría son personas públicas ya sea dentro de la política el periodismo o la farándula, –que se funden y confunden– y esas expresiones, ademanes y gestos no los habían mostrado en el pasado.

    Se ven afectados seriamente por una realidad que parecen no entender. Pero insisten en que los enfermos, los manipulados los enajenados son otros.

    Si se compara la conducta, la manera de expresarse de Ferriz, Alazraki, Laura Zapata, Dóriga, Ciro, Lilly, Xóchitl, Lozano, Maru, Azucena, Pagés, etc., podremos ver que hay una patología clara en esa forma de convivir con la gente y conducir programas. Situación que puede desencadenar algún delito porque esta conducta agresiva, con un lenguaje cada vez más violento puede arrojar acciones homicidas o golpear a alguien ante la desmesura de su proceder y su nostalgia por el poder y la impunidad.

    Al mostrar agresividad progresiva, exaltación instantánea, violencia verbal sistemática, arranques de ira sin pretexto suficiente, ponen en peligro a la gente que los rodea, sabemos que se exaltan por temas muy determinados, por lo regular son los mismos estímulos los que alteran los estados de ánimo de ciertas personas, que tiene que ver con el gobierno y las personas que gobiernan, así como sus acciones y procedimientos pero esto ha dejado de ser normal para convertir en realidad en un peligro para México, porque su odio verbal hace que los conservadores conviertan el discurso en hecho y actúen violentamente con acciones contra cualquier persona que ellos consideran que defienden la 4T.

    Esa es la oposición, esos son los personajes que se convertirán en candidatos.

  • Libertinaje de prensa

    Libertinaje de prensa

    Los factores que integran un golpe de estado blando pueden ser controlables si se previenen a tiempo, como ha sucedido en México, la reforma al poder Judicial fue una de las maneras de descarrilar el golpe; la mayoría calificada, la lealtad en la presidencia de la CNDH, es a toda prueba, así como la armonización con los empresarios, sólo quedó un cabo suelto, que pareciera incontrolable y fuera de toda legalidad que son los medios convencionales de información.

    Poder Judicial, Congreso y empresarios parecieran ser indiferentes a la hora de ser convocados por una derecha resentida en México para orquestar y asestar un golpe de Estado.

    Desestabilizar a los líderes progresistas podría incluso aproximarse a Palenque, en un alarde de poderío para realizar una venganza, porque a pesar de que ya no ejercen el poder, los verdaderos líderes sociales en América Latina siguen siendo un problema vigente y una derrota electoral latente para la derecha.

    Así se muestra el ejemplo de Evo Morales, a quien la Fiscalía de Tarija, al sur de Bolivia, reviven una acusación que data de 2015, contra el ex mandatario por el delito de trata de personas. La policía boliviana intenta convertir a Morales en un prófugo de la justicia, al emitir una alerta migratoria que evitara cualquier intento de fuga.

    En México la prensa tradicional no ha dejado de lanzar estrambóticas noticias que no tienen asidero en la verdad y que intentan por todos lados desarticular la coherencia de un proceso de gobierno que tiene que ver con la seguridad, la salud, la economía, la educación, etc. Ante una nueva manera de gobernar, la prensa quiere hacer mella en los eslabones de la cadena que cada una de las actividades del gobierno se realizan con un proceso muy concreto y grandes posibilidades de éxito, de ahí su impulso por sabotearlos desde la mentira.

    Las primeras páginas de los diarios que todavía se imprimen en México se llenan de mentiras que se exhiben en los pocos kioscos que quedan en las calles, también forman parte de los titulares de la televisión dedicada a la desinformación y manipulan a una población que cree todo lo que emiten los medios.

    En el tema de la libertad de expresión se camina por el filo de la navaja, si se les da libertad absoluta pueden terminar por convencer a un grupo de personas con la suficiente fuerza como para instrumentar el golpe, no por su número sino por sus relaciones con los agentes especializados en las intentonas antidemocráticas.

    Por otro lado, si se les coarta el libertinaje actual de información falsa, la simple amonestación basta para señalar al gobierno como un represor enemigo de esa y todas las libertades de los seres humanos, asentados en los derechos que protege la ONU, organismo que discreta, pero de manera contundente, apoya los golpes contra gobiernos progresistas.

    La libertad de expresión es, en este momento, la punta de lanza para reorganizar el golpe de Estado en México, fue desarticulado momentáneamente y en parte, con la reforma al Poder Judicial y mientras se recompone la estructura de jueces y magistrados, la prensa hace estragos no sólo contra la verdad y en franco retroceso histórico, sino contra la democracia y la legalidad.

    Cada línea desde los medios tradicionales es una posible puñalada a la democracia mexicana, incluso podría envolverse en algún “sesudo” análisis de la derecha, una clave para detenerse, avanzar o actuar respecto al golpe que algunos sectores de la derecha tienen prisa por perpetrar.

  • En busca de la escisión perdida

    En busca de la escisión perdida

    Ante la falta de argumentos, proyectos, planes y programas de la oposición, en complicidad con los medios buscan cualquier gesto, señal, además que pueda interpretarse como el inicio de una división en Morena.

    La guerra de especulaciones sólo descubre lo dividida que es está la oposición y lo fragmentada la disidencia popular son líder ni partido. Situación responsabilidad de una serie de partidos políticos que se oponen a algo sin saber cómo ni por qué. A diferencia de una población que tiene, con razón o sin ella, motivo para no votar por Morena y están en todo su derecho.

    Las dificultades fueron elaboradas con cierta estrategia pero con mucha ingenuidad y falta de conocimiento al interior de lo que ahora es un gobierno federal, que, ha cambiado mucho, para bien o para mal, ha cambiado radicalmente.

    Una de las más sonadas interpretaciones de gestos de división fue aquel abrazo que los medios dibujaron como enemistad entre Claudia Sheinbaum y Clara Brugada. Corrieron ríos de tinta innecesariamente.

    Entre otras la de una ruptura entre la Presidenta y el ex presidente. Antes decían que eran uno mismo, que dictaba desde Palenque las órdenes y otros aseguraban que nunca se había visto salir de Palacio Nacional a López Obrador, que seguía agazapado ordenando y decidiendo el destino de México. Pero al ver que no les funcionaba esta fantasía, optaron por difundir un choque de trenes.

    Así, a la hora de decidir sobre la conducción de la Comisión Nacional de Derechos Humanos, se dijo que la reelección de Rosario Piedra, era orden, sugerencia o petición del ex presidente y que la presidenta tenía a su candidata, Nashieli Ramírez Hernández. Ni ruptura ni división, simple votación de un movimiento que está unido.

    El nado sincronizado de algunos columnistas que aseguran tener fuentes en palacio nacional inician el rumor, que otros por consigna o pago mensual continúan.

    Luego vino el rumor de que alguien del gobierno federal avisó al líder de la banda que atentó contra Omar Harfuch a finales de junio de 2020, que iban por él. Y la detención –que sería un logro, casi una medalla para el secretario de seguridad–, se frustró. Todo porque señalan que es el favorito de Claudia Sheinbaum para sucederla en 2030, faltan cinco años y muchos cambios, y los “fieles” al ex presidente filtraron la información para que no contara con ese logro.

    El desconocimiento de cómo se realizan las estrategias de seguridad no se realizan como antes. Estamos de acuerdo que todavía hay muchos funcionarios de anteriores gobiernos incrustados en la administración pública, sobre todo en seguridad, pero esto no implica que las cosas sigan igual, ni que pueda haber filtraciones como las había entre quienes vendían información del PAN y del PRI para evitar detenciones, lo cual era muy común.

    Otras muchas anécdotas que en gobiernos anteriores sucedían, pero, ante la censura imperante no trascendía y cuando se filtraba, lo minimizaban pero nunca los medios hablaban de división, ruptura, escisión irreversible, choque de trenes o formación de nuevos partidos a causa de las diferencias que todo gobierno tienen en su interior, en todo el mundo.

    Ante esas diferencias los partidos de oposición en extinción exigen auditorías, supervisiones, reportes, investigaciones y hasta intervención policiaca.

    Ni hay escisión ni unidad incondicional. Hay razones y acciones que conjugadas empujan un gobierno que, a diferencia de los partidos tradicionales, surge de un movimiento social con objetivos y éstos, cuentan con el apoyo de la población que, por fin, se siente incluida en la toma de decisiones, trabaja en favor del país.

    La oposición tiene en la posibilidad de escisión de Morena o del gobierno la única esperanza de fortalecerse.

  • Otro Negroponte en la embajada

    Otro Negroponte en la embajada

    Más de un panista estará feliz con la designación de Ron Johnson como embajador de Estados Unidos en México, ya no tendrán que viajar a Washington para quejarse con los funcionarios públicos del vecino país, más conservadores, tendrán uno en casa.

    Ron es capaz de armar un golpe de estado suave o no tanto, y es probable que esa sea su misión en estas tierras.

    El nuevo embajador, se anunció en tono de advertencia desde la oficina de Trump, que trabajará estrechamente con el Secretario de Estado, Marco Rubio, hijo de cubanos de Miami, radical ultraderechista con anhelos obsesivos por la Presidencia de su país adoptivo, quien hace unos meses, responsabilizó al ex presidente Andrés Manuel López Obrador de “entregar México a los cárteles de la droga”.

    La figura del embajador estadounidense, a quien todavía n o torga el beneplácito la Secretaría de relaciones Exteriores, invita a recordar a uno de los más oscuros e injerencistas embajadores de este país en el nuestro, el londinense John Dimitri Negroponte, también agente de la CIA y embajador en Honduras, mientras que Johnson lo fue de El Salvador, desde donde apoyó a Nayib Bukele.

    Cuando Estados Unidos envía un espía como embajador en lugar de un diplomático expresa una política más cercana al enfrentamiento que a la armonía. Nunca se imaginó Trump tener vínculos con na presidenta mujer al sur de su frontera. En su gabinete habrá menos del 10 por ciento de mujeres, La película “Ella dijo”, relata a un Trump no sólo machista y misógino sino acosador y agresor sexual, así como represor de la libertad de expresión. Basada en reportajes del New York Times.

    Negroponte ingresa a la CIA y lo mandan a Vietnam, a cargo del Programa Phoenix, finalmente forma parte de las negociaciones de los acuerdos de París en 1973 junto con Henry Kissinger.

    Negroponte fue objeto de controversia mundial al descubrirse en los años 1970 y 1980, sus actividades ilícitas en Latinoamérica, en general y en particular en Nicaragua, dirigió operaciones de la “contra”, iniciada por Reagan y continuada por Bush, padre, desde su puesto de embajador en Honduras, armando, equipando y entrenando a la Contra con ayuda de Otto Reich, un funcionario del Departamento de Estado de los Estados Unidos. Con este apoyo, lo “contras”, trataron de vencer al gobierno de Nicaragua, provocando la muerte de más de 50,000 personas, empleando métodos como la tortura, la desaparición y las masacres en masa contra la población civil.

    Al final de los años ochenta se convierte en embajador en México, desde donde realizaba labores de espionaje de Latinoamérica, en México no tuvo problemas durante su gestión porque sabía que más de un funcionario público del régimen de Carlos Salinas se ofrecería para agradar al vecino del norte. Llega a la embajada de avenida Reforma el 7 de marzo y se va, con la cola entre las patas, el 5 de septiembre de 1993, prácticamente todo el sexenio salinista fue embajador.

    Luego del atentado contra las Torres Gemelas fue nombrado por George Bush embajador ante la ONU, y más tarde en Irak en abril de 2004 después de la caída de Saddam Hussein. Guerras que el vecino país perdió desde Nicaragua hasta Irak.

    El 17 de febrero de 2005 fue nombrado jefe del nuevo Consejo de Inteligencia Nacional de Estados Unidos por Bush, para evitar errores de inteligencia como los del 11 de septiembre.

    Fue nombrado por unanimidad en el Congreso, “persona non-grata”, por su intervención en la invasión a Panamá y “armar guerras”, crear guerrillas internas y golpes de estado.

    Uno de los hechos más sangrientos promovidos por la CIA en América Latina es la guerra contra la Revolución Sandinista, desde entonces se lleva a cabo la campaña de fake news contra el país centroamericano. Esta guerra ha impulsado varias películas donde la injerencia de Estados Unidos es evidente, hacen sutil referencia, sobre la cual se han filmado varias películas, donde aparece tanto Reagan como Bush nutriendo de armas y asesoría a los contras con dinero producto del narcotráfico, mientras la esposa de Reagan, Nancy, cuyo eslogan es Just say no, (Sólo di no) refriéndose a una aparente guerra contra las adicciones.

    Ahora, con la llegada de Johnson se espera una piedra en el zapato en la administración de Claudia Sheinbaum con la presencia de este oscuro personaje. Su simple nombramiento es un claro mensaje a la presidenta mexicana de poca armonía y muchos problemas, un aviso que muestra un cambio radical en la relación entre ambos países, ante lo cual debemos tener presente las palabras del senador tabasqueño Oscar Cantón Zetina, quien dijo: “China podría sustituir a Estados Unidos como primer socio comercial”.

    Ya que su perorata no tuvo efecto en la política mexicana, ese nombramiento es un mensaje, un presagio, incluso una amenaza de Trump, todo un viajero en el tiempo que intenta crear su propia guerra fría y al intentar seguir viendo a América Latina el patio trasero de un imperio que se derrumba.

    No son los aranceles lo que le preocupan a Trump ni el repunte de la economía estadounidense, es que no soporta tener de vecino un país progresista. Le parece una falta de respeto, una irreverencia a la supremacía de quienes nunca fueron poderosos, pero él pensó que lo serían de por vida.

  • Programas de prevención

    Programas de prevención

    Uno de los errores de las administraciones del pasado era la separación de la prevención con la reacción a los principales problemas de la sociedad. Parecía que percibían los problemas sin causas y eran producto de una generación espontánea de conflictos.

    Una de las facultades de los programas sociales es la prevención generalizada de varios problemas, porque mientras mejor alimentada esté la población menos enfermará, por lo que es mejor invertir en que coma bien que en que sane de una enfermedad causada por las bajas defensas que la mala nutrición ocasiona.

    Lo mismo sucede con la educación, un profesor tardará menos en enseñar cuando los niños asistan a la escuela con un aliento por lo menos. Y así sucesivamente en una cadena de prevención que evita que la población deba sufrir una consecuencia de la falta de dinero, que es la causa principal de los problemas que ahora padece México, desde la inseguridad hasta la enfermedad.

    Sin embargo, para los nostálgicos del pasado que intentan ver el presupuesto del próximo año como un incremento permanente de salario, los programas sociales sólo sirven para que la gente sea perezosa y pierda el interés por superarse, como si hubieran dejado un país sin necesidades vitales. La descomposición social no alcanza los niveles de podredumbre que la derecha quisiera.

    Añaden a su visión corta de los programas sociales los apoyos a los jóvenes a quienes acusan de ser mantenidos y asalariados para que estudien, aseguran que las becas se van a la tiendita de la esquina para comprar cervezas. Puede ser real esta prolífica imaginación de los enemigos sistemáticos de las políticas públicas, de ser así, el dinero de las becas para jóvenes apoyaría también la economía doméstica al comprar las cervezas en una tienda y no en un supermercado transnacional, que es una manera más nacionalista de adquirir mercancías, con una distribución cerca de la gente.

    La oposición no acaba de entender que las acciones políticas tienen un origen y un destino, vicio impuesto por los medios que nunca explican las causas de los problemas que difunden en sus contenidos. La pobreza no es una elección de la gente, es consecuencia de una falta de equilibrios que surgen desde el nacimiento de los pobres. Lo mismo sucede con la riqueza material, donde los privilegiados no eligieron nacer en una familia acomodada, simplemente ahí surgieron.

    Tampoco es una cuestión de mala suerte sino de un proceso social cuyos gobiernos no quisieron distribuir el ingreso de manera más equitativa. Ante esta urgente necesidad de acortar las brechas entre los mexicanos surgen los programas sociales, que, dadas las circunstancias, surge la necesidad debe convertir en ley para evitar que sean alterados o cancelados porque quienes se niegan a ver sus alcances sociales, que no siempre son los que se muestran de inmediato como sucedió con los subsidios al empresariado sino a mediano y largo plazos.

    La oposición considera que gobernar ahora es tan fácil como lo fue para ellos cuando tuvieron el poder. Las fuerzas de la actual burocracia mantienen un ritmo de trabajo muy superior al del pasado en intensidad y resultados, de esto nadie habla. Incluso es en los niveles más altos de la administración pública, empezando por la Presidencia, donde se trabajan los siete días de la semana, comparado con el régimen anterior donde el presidente siempre estaba ocupado pero nunca trabajaba.

    Se labora para alcanzar los equilibrios que los gobiernos del pasado alteraron con la implementación de beneficios particulares desde el gobierno, lo cual no es un secreto para nadie.

    Así, los programas sociales no son un problema; son una solución que se convierte en derecho ante los excesos de quienes les arrebataron a los ciudadanos su derecho a ganar lo que es justo por el producto de su trabajo.

    Si en este momento llegar a un burócrata de hace 10 años al puesto que tenía, seguramente encontrará que dista mucho de lo que hacía. Y mientras más es el nivel de responsabilidad mayor es la diferencia con la práctica diaria de una tarea que pareciera ser sólo un paliativo, ese sí un remiendo, a la necesidad de empleo.

    La complejidad de la actual tarea de la administración pública empieza apenas a convencer del compromiso que implica ser un servidor público, larga y compleja intención que en su camino hacia la utopía puede transformar al país.

  • A pagar impuestos

    A pagar impuestos

    Seis años no fueron suficientes para que los mexicanos tuviéramos conciencia de la cantidad de evasores fiscales que existe en el país. Era esencial, vital incluso para la buena salud de las finanzas públicas la llegada de la reforma al Poder Judicial para que saliera toda la podredumbre de los delincuentes en esas oficinas.

    En estas operaciones están implicados no sólo los comerciantes, empresarios, consultores, renteros, que discretamente, pero de manera constante evitaron mermar sus ganancias evitando pagar impuestos o pagar menos, incluso forzando, con triquiñuelas que Hacienda les egrese dinero.

    En esas acciones están implicados los evasores, sus contadores, abogados, jueces, ministro y magistrados. Nadie puede negarlo. La evidencia es tal que pueden escribirse enciclopedias con acciones ilícitas de quienes no pagan impuestos y sus cómplices.

    Para un grupo de empresarios un buen contador no es aquel profesional preciso en las cuentas sino aquel que puede pagar menos impuestos, evadirlos o hacer que Hacienda regrese dinero al evasor. Lo mismo sucede con abogados y el resto de esa fauna que es evidente perpetra un delito, es decir son delincuentes.

    En México la impunidad ha sido una constante entre quienes tienen dinero. La justicia castigaba a los pobres y las leyes se aplicaban con severidad sólo a ellos. La discreción ala que obliga todo delito, creí una cadena de complicidad que formó no sólo grupos, bufetes, barras, consultorías, fundaciones, etc., sino que se infiltró en la política con la anuencia de partidos como PAN y PRI, cuyos líderes otorgaron espacios incluso en el Poder Legislativo y en el Ejecutivo.

    El hecho es que la evasión es un delito que afecta a todos los mexicanos, un delito grave que involucra afectaciones a salud, educación, bienestar, vivienda, cultura, etc. sin embargo, nunca hasta ahora se ha convocado, desde ningún espacio, público privado, denunciar esa transgresión.

    En México se pide denunciar hasta a quienes tiran basura en la calle, pero no se invita a denunciar a los evasores fiscales, delincuentes que actúan con premeditación, alevosía y ventaja contra una multitud de afectados. En nuestro país el evasor convive con sus víctimas y no lo sabemos.

    En los últimos años más de un consuetudinario evasor fiscal, reclamaba al gobierno carecer de medicamentos para los niños con cáncer, o vacunas y camas de hospitales durante la pandemia, cuando el origen de esas carencias era su deshonestidad en el pago de impuestos, que, en estos casos llega al homicidio de esos niños, cuya vida decían proteger.

    La discreción que los envuelve en un manto de honradez que compran también con dinero y es gracias a la red de complicidades que mantienen secretos que por generaciones se han beneficiado de estos ardides que terminan por crearle una grave crisis económica a México y a los mexicanos.

    Puede ser el que le renta la casa donde vive el ciudadano, el restaurante al que le dice que no a la factura al pagar al gasolinero, el carnicero, el mecánico, etc. No se trata de hacer una sociedad de chivatos, pero sí con compromiso social, que pueda denunciar los delitos puntualmente. Uno de los problemas por los que el narcotráfico es condenado por los gobiernos es que no paga impuestos, pero el delito en el fondo es el mismo. Algunos venden mercancías lícitas y otros ilícitas pero ninguno paga impuestos.

    Durante el nazismo y entre las acusaciones que se le adjudican a los cubanos de los años 60, se habla de una sociedad que, para salvarse de castigos o congraciarse con el gobierno, denunciaban a sus vecinos, amigos y hasta familiares de no estar de acuerdo con la ideología imperante. Ahora no es el caso, sino que habrá que ayudar a poner al corriente la justicia violentada por quienes deben investigar, sentenciar y sancionar a los delincuentes.

    Ahora sólo se trata de denunciar, incluso de manera anónima, un delito que por mucho tiempo simuló no ser ninguna infracción y que estuvo a punto de convertirse en una actividad normal, permitida y que cuando era descubierta, tenía todo el derecho de alcanzar la impunidad.

    Existen verdaderas fortunas creadas con la evasión fiscal, acumulación de dinero que no siempre tiene fines comunes, ni siquiera nobles. Son el insumo principal de discriminación y el clasismo. Nadie está en contra de la riqueza, pero limpia de evasiones y delitos, que no es muy común en México.

    Ahora no es el caso, sino que habrá que ayudar a poner al corriente los desequilibrios que produjo la justicia violentada por los que deben investigar, sentenciar y sancionar a los delincuentes.

    Es un delito clasista, elitista, que fortalece la discriminación e impulsa la desigualdad. Es decir, es un delito que lacera a todos los ciudadanos todo el tiempo.

    No pueden dejar de pagar impuestos quienes no hacen nada por ganar dinero.