Etiqueta: Luis Tovar

  • Un fenómeno llamado Claudia Sheinbaum

    Un fenómeno llamado Claudia Sheinbaum

    Para estas alturas y ya con la elección a la vuelta de la esquina, hasta las encuestas más conservadoras señalan el triunfo de Claudia Sheinbaum que por donde se mire es completamente irreversible. Quizá por eso las baterías de la coalición opositora centran su capacidad de operación en la Ciudad de México donde creen que existen condiciones para apretar la contienda.

    Ahora bien, a pesar de la narrativa excesivamente insidiosa que buscaba acusar a Sheinbaum de no tener autonomía respecto a Andrés Manuel o de ser apenas un apéndice de éste, lo cierto es que esos señalamientos poco pudieron permear en la opinión pública gracias a un aspecto que ha dejado muy claro la candidata morenista y que no es otra cosa más que su personalidad. En cada uno de los recorridos que realiza Sheinbaum, así como la contundencia de sus discursos han dejado en claro que posee una visión clara de gobierno y que logra sumar adeptos en distintos sectores de la sociedad. Una muestra clara es el resultado del encuentro que en días recientes sostuvo la morenista con empresarios mexicanos que ven en su virtual triunfo, la posibilidad de dar certeza a las inversiones de todo tipo.

    Lo anterior significa que el propio sector empresarial tiene confianza plena en que el arribo de Claudia a la presidencia, significará una nueva etapa que garantizará un clima de estabilidad económica que se traducirá en bienestar generalizado y que, en consecuencia habrá una nación más próspera para beneplácito de este y muchos sectores más.

    Claudia Sheinbaum se ha convertido en esta última etapa en todo un fenómeno de gran trascendencia que anima a los electores, incluidos los jóvenes que por primera vez ejercerán su voto, a participar en la contienda para expresar su clara identidad con quien hoy inunda de propuestas claras de gobierno bajo una lógica simple: erradicar para siempre los grandes males enquistados en la práctica política. Así que cada vez falta menos para que a ese fenómeno llamado Claudia Sheinbaum se le coloque la banda presidencial y vivamos, como dicen los propios empresarios, el momento histórico que significará un parteaguas en la historia del México reciente.

    Dicho fenómeno con su sencillez, pero también con una buena dosis de sabiduría, ha conquistado a las masas sin demagogia, con carácter sí, pero también con sensibilidad, por eso queda de sobra todo análisis de carácter científico para entender su impacto en el electorado, baste con caminar en las calles para darse cuenta que el nivel de participación en la próxima elección quedará registrado como el de mayor afluencia en la historia de las elecciones presidenciales; ya veremos el 3 de junio el resultado.

    Finalmente, la oposición ha determinado enfocarse en la elección de la CDMX y se empiezan a notar ajustes desde las dirigencias partidistas del frente para establecer una nueva estrategia que se acompañará del derroche de recursos desde otras entidades; ante esa situación, MORENA en la capital sabe perfectamente que en la CDMX no puede quedar lugar a dudas en el triunfo y que este debe ser, si no holgado, cuando menos con una ventaja considerable. Por esa razón, es de relevancia la tarea que hoy realiza Leticia Quezada Contreras respaldada por Claudia Sheinbaum quien opera en las 16 alcaldías haciendo un llamado a la unidad y logrando que muchas compañeras y compañeros que históricamente han participado en la izquierda, hoy se sumen al proyecto por convicción y no bajo la lógica de los cargos.

  • El agua como propaganda política

    El agua como propaganda política

    Después de los sismos de 1985 y la consolidación de las organizaciones civiles en la Ciudad de México, los movimientos sociales lograron encabezar las demandas más importantes de la ciudadanía en el contexto político y social, especialmente en esta ciudad que concentra el poder político del país. Grandes colectivos abanderaban las causas más nobles como el derecho a la vivienda, la alimentación, la salud o el trabajo. Incluso, este fenómeno de aquel entonces significó para la democracia un avance importante pues comenzaba la participación más activa de los ciudadanos, no sólo en los procesos electorales, sino también en las problemáticas de su entorno.

    Hay que reconocer que uno de los principales aciertos del recién aparecido PRD en 1989, precisamente fue el de contar entre sus filas a decenas de dirigentes políticos y luchadores sociales que encontraban en ese partido político a su principal aliado y que se identificaban plenamente con su declaración de principios que sin duda eran llevados a la práctica; especialmente los relacionados con los derechos laborales, el respeto a la diversidad y la lucha de las organizaciones populares por la vivienda digna y el medio ambiente sano. Por eso, hoy cualquier sobreviviente de ese largo transitar del PRD, desde sus antecedentes hasta su inminente desaparición, observa con una mezcla de nostalgia y rabia la manera en que ese partido se fue desdibujando y abandonando sus causas hasta reducirse en un apéndice de la derecha dada su necesidad de no desaparecer por completo. 

    En ese sentido hay que destacar que la otrora lucha del PRD por la vivienda o el medio ambiente, siempre buscó ser descalificada por el gobierno de Espinoza Villarreal quien acusó a los principales dirigentes de los movimientos populares de politizar las demandas en aras de restar la legitimidad de éstas; sin embargo, la andanada del oficialismo, poca oportunidad tenía para contener la fuerza que acompañaba dicha lucha pues, evidentemente había un cause político para su solución que lejos está de la idea peyorativa que se tiene de “politizar”. 

    La semana pasada tomó relevancia el problema del agua contaminada en algunas colonias de la Alcaldía Benito Juárez que derivó en un bloqueo “aparentemente” ciudadano que colapsó la avenida insurgentes y que exigió la respuesta del gobierno capitalino para esclarecer las causas y las acciones inmediatas para resolver el problema, particularmente para garantizar la salud de las personas. En este caso hay dos hechos clave que observar: el primero es la obligación del gobierno de la ciudad de ver el problema como una causa legítima y atenderlo bajo los procedimientos legales y administrativos que den certidumbre a los afectados. Mal haría el gobierno si descalifica de entrada la demanda por las razones que sean. El segundo hecho es el de reflexionar sobre la reiterada práctica de la oposición de lucrar con este hecho, más como propaganda política que cómo acompañamiento de la demanda o apoyo a los manifestantes. Por eso, en este punto hay que dejar en claro que nadie debe soslayar en la exigencia de la solución pronta al problema (en la medida de que exista), así como el derecho de cualquiera en esta ciudad a manifestarse; pero también vale aclarar que los mismos que hoy se erigen como defensores de cualquier causa (en este caso el agua en la Benito Juárez), son los mismos a los que nunca les ha importado en lo más mínimo la cuestión ambiental.

    Pero sea como sea y esperando que se esclarezca pronto quienes son los responsables, cosa que le corresponde al gobierno de Martí Batres, hasta eso hoy la derecha tiene algo qué agradecer a Andrés Manuel: que sin importar la orientación ideológica o si se pertenece o no a algún partido, los ciudadanos se van acostumbrando a salir a las calles para exigir sus demandas. Ay de aquellos que busquen “politizar” la demanda del agua porque en el pecado llevarán la penitencia.

  • Sheinbaum gana el debate y gana la democracia

    Sheinbaum gana el debate y gana la democracia

    El debate presidencial despertó un buen grado de interés en los mexicanos y dejó dos cosas claras: el triunfo indiscutible de Sheinbaum sobre sus contrincantes y el pésimo trabajo del Instituto Nacional Electoral en el diseño del formato al que se suman las pifias técnicas que estuvieron presentes durante todo el ejercicio. 

    Pero sin afán de soslayar en la ineficiencia del formato, el punto que más se debe destacar es el reflejo que trajo consigo el ejercicio democrático y que muestra lo que ha sido la oposición durante el largo transitar de la contienda: una oposición débil, carente de propuestas y empeñada en construir señalamientos a partir de calumnias sin ton ni son. Como era de esperarse, los promotores de Xóchitl Gálvez lanzarían toda una campaña en redes para aparentar un supuesto “triunfo” que a todas luces solo existe y que en su necesidad de salvar el barco, no les deja más remedio que admitir el fracaso aunque traten de disimularlo con narrativas por demás absurdas como esa que pretende señalar a Sheinbaum como arrogante y soberbia. Sin embargo el resultado del encuentro no deja espacio a la sorpresa, era evidente que al momento de debatir, Gálvez no podría salir airosa dado que sus limitaciones son por demás evidentes. Así que la estrategia no podría más que encaminarse a las acusaciones y a la vileza de (muy propia del panismo) de lucrar con tragedias como la línea 12 o la propia pandemia.

    Pero lo verdaderamente importante para el post debate es sin duda la imagen que se genera en los millones de espectadores que siguieron el encuentro y que no son precisamente los identificados como militantes o simpatizantes de algún partido o coalición en especial, sino de aquellos que se van identificando cada día más con la vida democrática y el acontecer político nacional pues hoy cuentan con mayores elementos para identificar qué representa cada uno de los contendientes. Por esa razón gana Sheinbaum el debate, de lo que insistimos, no quedaba duda pero al mismo tiempo gana la democracia. Y gana la democracia porque los ciudadanos indecisos en ir a votar en las próximas elecciones, seguramente saldrán a votar por alguno de los dos proyectos visiblemente contrarios; pero decimos los dos proyectos porque quien pudo tener una oportunidad para incrementar su visibilidad en esta contienda, o sea Maynez de Movimiento Ciudadano, terminó por caricaturizar su personalidad aun y cuando en el arranque de su participación no estuvo tan mal. Así que el equipo de Dante Delgado, tendrá que allanarse a los distritos electorales donde tiene una presencia probada y terminará por dejar de lado las aspiraciones presidenciales, qué dicho sea de paso, no existieron nunca ni en los más apacibles sueños de Dante.

    Ganó Sheinbaum, ganó la democracia y solo es cuestión de tiempo para ver a la Doctora como la primer presidenta de este país.

    PD

    Como a millones de mexicanos nos indigna la acción criminal del gobierno ecuatoriano, atropello nunca antes visto y que exige la condena internacional y señalamientos ejemplares de cualquiera que se diga demócrata en cualquier parte del mundo. Pero si bien causa indignación el actuar del gobierno de Ecuador, más indigno es que existan personajes mexicanos que celebren dichos actos, pero al fin Lily Téllez, ¿Qué se podía esperar?

  • El futuro de los chapulines

    El futuro de los chapulines

    La lista de chapulines en MORENA está más larga que la cuaresma, así que sería ocioso revisar cada uno de los casos y poco valdría la pena dedicar tiempo a los antecedentes de cada uno, al fin y al cabo, la militancia ya se ha encargado de sacar los respectivos trapitos al sol; pero lo que sí vale la pena es reflexionar sobre el futuro que les espera a dichos personajes a partir de que Claudia Sheinbaum asuma (como todo parece indicar) la presidencia de la República.

    En principio hay que decir las cosas como son, por más que se corra el riesgo de desatar el enojo de la dirigencia: abrir la puerta al “chapulineo” no es otra cosa que el reflejo de un pragmatismo vil contrario a los ideales de lo que supuestamente representa la Cuarta Transformación. Así que digamos que la estrategia (ingenua o no) de privilegiar la rentabilidad electoral por encima de la identidad ideológica, no es otra cosa que la consecuencia inevitable de una dirigencia que poco a poco se encamina hacia la ilegitimidad en tanto que no cuenta con el apoyo de las bases obradoristas y menos cuando se rehúsa a escuchar a la militancia que rechaza respaldar en las calles a personajes completamente impresentables en muchos estados de la república.  

    Pero si alguien en la cúpula de MORENA cree que la molestia quedará sólo en las bases y pasará inadvertida por quien hoy porta el bastón de mando de esta nueva etapa de la 4T, está completamente equivocado. Para nadie es un secreto que Claudia Sheinbaum tiene claro el pulso político de las entidades conforme camina por los rincones del país. Además es notorio que el carácter de Sheinbaum, así como su formación y la participación activa desde la construcción de MORENA, le ha permitido identificar en qué casos existen definiciones incorrectas que a la larga significarán un costo mayor para un movimiento que no termina por encausarse hacia la institucionalidad. Por eso el mensaje es más que claro: el plan C debe ser orquestado por quienes se rigen bajo los principios y no por el estricto sesgo electorero que te da para ganar una encuesta, pero no para ganar una elección como se verá reflejado en los comicios de junio. Así que todos aquellos chapulines que ven en esta jornada un día de campo y ya se celebran con un cargo público, poco margen de maniobra tendrán mientras la rienda del movimiento la sostengan la doctora.  

    En las definiciones de MORENA nuevamente se abrió la puerta a personajes tan cuestionables como en los casos anteriores, llámese Lily Téllez y/o Germán Martínez, que resultan ofensivos para el militante de a pie, pero en esta ocasión se volaron la barda, hasta pareciera que el verdadero opositor al movimiento se encuentra en casa y no en el frente opositor que nomás no levanta en las preferencias electorales. Sin embargo, todo parece indicar que en las reuniones a puerta cerrada, Claudia Sheinbaum ha dejado clara su postura de no convalidar a ningún candidato que pretenda jugar a dos bandas, para ella lo primordial es defender el proyecto y no reparará en lo absoluto en señalar a quien pretenda servir a otros intereses y menos a quienes se identifica plenamente por sus antecedentes.  

    MORENA tiene frente a sí muchos retos como partido, uno de ellos es la necesaria reestructuración que no puede esperar más aunque hoy resulte inevitable transitar por los comicios de junio. Por supuesto que sobrarán los que quieran dar más importancia a lo cuantitativo que en este caso se reduce al número de cargos obtenidos, pero la valoración debe ir más allá, a veces se gana perdiendo y en otras ocasiones se pierde ganando. Sheinbaum va a ganar la presidencia de la república y su triunfo también significará una nueva etapa para el morenismo en la que se cerrará la puerta a los chapulines cuyo futuro, no se vislumbra como envidiable en lo absoluto. No sólo se trata de la aspiración de los militantes, sino de un acto de justicia para todos aquellos que ofrendan sus fuerzas al movimiento más importante de las últimas décadas.

  • El debate antes del debate

    El debate antes del debate

    Pues si le faltaba algo de emoción al debate presidencial, nada mejor que el debate previo generado por la designación del moderador que recayó en la figura de Manuel López San Martín, personaje a quien MORENA solicita su inmediata remoción, dado que, en el punto de vista del morenismo, este no garantiza ni la imparcialidad ni la neutralidad que exige el ejercicio a partir de sus dichos vulgares en contra de Hugo López Gatell quien recientemente se incorporó al gobierno federal como asesor en materia de salud.

    En primer lugar, es cierto que un ejercicio de tal trascendencia obliga al INE a examinar a detalle los perfiles de las personas propuestas y, evidentemente, el primer elemento a valorar es la completa neutralidad de quien puede ser considerado como moderador, pero aquí cabe una pregunta apelando a la sensatez: ¿Quién en este momento cubriría tal perfil cuando es por demás evidente que casi la mayoría de los comunicadores se manifiestan abiertamente a favor de un candidato?

    Es decir, dicho cuestionamiento para nada sugiere que no exista alguien en ese noble oficio completamente neutral o imparcial, sin que eso signifique desconocer o rechazar su libertad de expresión, pero de que pocas opciones existen, es completamente innegable. Aquí valdría la pena reflexionar sobre las motivaciones que tuvo el INE para pronunciarse por López San Martín a sabiendas de que ese hecho, imprudente por decir lo menos, generaría una reacción obvia en contra por parte de la Coalición Seguiremos Haciendo Historia. Lo más sano evidentemente sería apelar a varios factores al momento de hacer una propuesta para moderar tal evento como la trayectoria, la conducta irreprensible en el ejercicio periodístico o, cuando menos, la actitud crítica tanto para un lado como para el otro.

    Pero a como están las cosas en el INE heredado por Lorenzo Córdova, una designación de esa naturaleza hasta parece plan con maña, misma que, de echarse para atrás, poco se dudaría en la narrativa acartonada que le seguirá acompañada de un “dadas las circunstancias actuales” tratando de afirmar una especie de veto desde palacio nacional o atentado contra la libertad de expresión.

    Sin embargo, en algo acierta el periodista al afirmar que el debate es entre los candidatos porque así es, la función del moderador en este caso, poca relevancia tendrá cuando la expectativa está centrada en las marcadas diferencias entre Sheinbaum y Xóchitl Gálvez a la hora de plantear sus propuestas y cómo se pueden materializar. Así que, los morenistas poco caso deberían hacer a este tema pues lo verdaderamente importante será que los espectadores logren constatar que la figura de Xóchitl Gálvez no representa oponente alguno para debatir contra Claudia Sheinbaum. Quizá ahora será más importante dejar en claro que frente a las propuestas viables que ha venido planteando la ex jefa de gobierno, no existen contra propuestas serias por parte del bloque opositor más allá de la diatriba y la descalificación per se.

    En eso radica la importancia del debate, en que la fuerza de las ideas de Sheinbaum radica en el respaldo de los votantes que saldrán a las urnas a refrendar el por qué su identidad con la Cuarta Transformación, así que, tanto el debate cómo la contienda, sin ánimo de menosprecio a cualquier ejercicio democrático, terminará siendo un trámite para llegar a lo que es inevitable: en junio los mexicanos tendremos la primer mujer presidenta de este país y será, sin duda, Claudia Sheinbaum Pardo.

  • Debate CDMX, PAN con lo mismo

    Debate CDMX, PAN con lo mismo

    Apenas termina cualquier debate y lo primero que salta por parte de los menos favorecidos en las encuestas es el ejército de bots tratando de posicionar un “ganamos el debate” como si con eso se lograra llegar a la conciencia o permear en el ánimo de los votantes que, dicho sea de paso, muchos ni los ven. Así pasó este domingo cuando los aspirantes a gobernar la Ciudad de México tuvieron el primero de los debates programados por el Instituto Electoral de la Ciudad de México; apenas terminó el debate y tarde se le hacía a Santiago Taboada y Salomón Chertorivski para alardear en redes sociales que el ejercicio democrático (aburridísimo pero democrático al fin) les había favorecido.

    Si se observa de manera objetiva, poco se puede rescatar de un debate cuyo formato permite más la descalificación que el planteamiento de propuestas. Sin embargo, es cierto que Brugada deja claro que lo que más le conviene a la capital es implementar en todo el territorio el programa de “utopías” como muestra de la justicia social y el desarrollo cultural de los capitalinos que ha sido una de las principales banderas de la izquierda mexicana, especialmente de la CDMX. A ese planteamiento hay que agregar que la propuesta de creación de un sistema público de cuidado, adquiere relevancia en una ciudad como la nuestra cuyo dinamismo ha significado cambios en el sector laboral, social y cultural. Una propuesta de esta naturaleza es sólida por varias razones, por lo tanto, de inmediato encontró en Taboada el desconocimiento del tema (que queda claro dado el perfil del panismo), así como la descalificación del “emecista” Chertorivski. 

    Mientras para Taboada el debate sólo le sería útil si recurría a la técnica de aventar la piedra y esconder la mano, para Chertoriviski representaba la oportunidad de plantear propuestas claras que quizá le generaran adeptos entre quienes no se identifican con ninguno de los dos bloques principales; el problema es que, a pesar de que algunas de las ideas que planteó el candidato naranja pueden considerarse viables para la ciudad, lo cierto es que carga con la pésima imagen de un partido que en momentos cruciales para la vida política nacional, opta por ir en contra del interés de las mayorías. Así, por más que una propuesta pueda ser atinada, esta queda marcada por la incredulidad y bajo sospecha de demagogia, y vaya que si algo se le da muy bien a Movimiento Ciudadano es la demagogia.

    Y de Taboada pues poco hay que señalar, salvo los temas que planta relacionados para resolver la problemática del agua que hoy alcanza crisis sin precedentes y que ciertamente son una de las principales carencias de esta ciudad, pero que en voz de cualquier panista termina siendo una completa incongruencia, pues en los gobiernos de Fox y Calderón se otorgaron como nunca concesiones de agua al por mayor y al mejor postor como hemos denunciado desde hace años las organizaciones campesinas. Así que, salvo un ingenuo pensaría que los hijos predilectos del neoliberalismo serían capaces de resolver la crisis hídrica cuando en su naturaleza se encuentra la rapacidad para acabar con los recursos naturales.

    El debate por la CDMX sólo deja un par de cosas en claro: por un lado que la alianza PAN, PRI y lo que sobra del PRD no tiene manera de articular propuestas para la ciudad más allá de la descalificación como sucede con su candidata presidencial; por otro lado, que Movimiento Ciudadano de manera alarmante se desdibuja en esta contienda también como sucede con su candidato presidencial, lo que seguramente llamará la atención de Dante Delgado quien al parecer, no alcanza a vislumbrar que entre los dos bloques se generará una gran ola electoral que arrasará con su partido minimizándolo en lo que es su verdadera apuesta: obtener el mayor número posible de escaños en los congresos.

    En ese sentido, no hablemos de un ganador o ganadora del debate para no caer en la subjetividad porque cierto es que son más los reclamos que las propuestas, pero si bien difícilmente se identificaría en esa condición a un ganador, lo que si se puede identificar de manera objetiva es que el gran perdedor de este ejercicio es el que se quedó en medio, tanto en la política nacional como en el debate chilango.

  • Por debajo de la alfombra morenista

    Por debajo de la alfombra morenista

    Pasarle el trapo por encimita a las inconformidades de la militancia o tratar de esconder el polvo del proceso interno debajo de la alfombra, puede convertirse en un verdadero dolor de cabeza para MORENA en la Ciudad de México si desde la dirigencia capitalina no se comienza a cerrar filas con todas y todos los que sienten menospreciado su trabajo militante. Peor aún, si en la capital se insiste como hasta ahora en abrir la puerta a personajes del panismo que meses atrás mostraban aberración a las propuestas de la Cuarta Transformación.

    Y no se trata de caer en el reduccionismo de señalar puros e impuros para cerrar o abrir las puertas del movimiento a alguien, sino de mantener congruencia a la hora de analizar las motivaciones reales de los que ahora dicen sumarse al movimiento alegando “coincidencias” y que anteriormente hacían todo lo posible para oponerse a la consagración de la capital mexicana como la más progresista en materia de derechos en América Latina. De lo que se trata es de dar la bienvenida a aquellos que realicen aportaciones significativas a la construcción del segundo piso de la transformación sin que impere más el pragmatismo y la rentabilidad electoral por encima de lo ideológico.

    Aunque precisamente el pragmatismo gana terreno a diario, lo extraño radica en la manera tan burda con la que los dirigentes tratan de justificar el ingreso de esos personajes, que terminan dejando más dudas acerca de lo que se espera en la próxima elección; si se tratara de la presencia territorial o de la influencia que tienen en los capitalinos, hasta podría entenderse, sin embargo, muchos de esos personajes apenas y se representan a sí mismos. Por lo tanto, pareciera que el costo de esa apertura puede ser a la larga mucho más caro al someter al movimiento a imposiciones desde fuera de la militancia.

    Apenas esta semana circuló una denuncia presentada en el Tribunal Electoral de la Ciudad de México que mandató a MORENA transparentar el proceso por el que se designó a la candidata en la alcaldía Xochimilco. El asunto legal hasta ahora, pareciera ser minimizado por parte de MORENA, sin embargo, en eso no radica el problema pues seguramente habrán de presentarse las pruebas necesarias que transparente el proceso y san se acabó. En realidad, el problema está en que el partido opte por atender lo jurídico restándole importancia a lo político pues el quejoso, más allá de las opiniones de cada quien, lleva años en el escenario político manteniendo una presencia importante en esa Alcaldía. Lo jurídico indica que ambas partes aportaran elementos a sus dichos y al final (ojo aquí) el tribunal habrá de decidir, con todo y lo peligroso que ahora resulta la cuestionable práctica de los impartidores de justicia; lo político exige que la dirigencia establezca canales de comunicación que partan del reconocimiento a la militancia del compañero y su aportación político – electoral al movimiento, lo que parece ser, hasta ahora no ha sucedido.

    Si este asunto empieza a tratarse por encimita, o si comienzan a barrer el problema hasta dejarlo por debajo la alfombra, no harán más que alentar a otros compañeros que se sienten con el derecho de recurrir a los tribunales.

    La queja presentada seguramente va a ser mal vista por muchos pero para otros puede que se convierta en una alternativa para legitimar el proceso, hasta ahí, probablemente haya condiciones para recomponer y para suscribir acuerdos que cierren filas por todos lados en beneficio de la capital; lo malo y que no está tan lejos de convertirse en una realidad, es que comiencen algunos a operar por “debajo del agua” a favor del bloque opositor que si algo tiene es dinero para comprar conciencias y en eso hay de todos los precios.

    Si alguien piensa que ese escenario no sucederá, estará pecando de ingenuo. Como se ha visto en otras elecciones, especialmente en las alcaldías de corte rural, lo que sobran son los vendedores de votos que en el Zócalo gritan a favor de Sheinbaum pero en el vips acuerdan con los de enfrente.

  • Todos somos Loret

    Todos somos Loret

    Y todos somos Lilly Téllez, Víctor Trujillo, Chumel Torres, López Dóriga, Lourdes Mendoza, etc. y todos, de una u otra forma, servimos a una camarilla de corruptos que utilizaron desde hace tiempo al periodismo como herramienta propagandística (la que algunos llamamos infocracia) basada en la mentira y en la calumnia para desprestigiar los proyectos políticos de izquierda que históricamente más se identifican con el pueblo.

    Claro que siempre ha sido así, aunque hoy, algo cambió; no, no cambió el cobro excesivo por difundir noticias falsas, tampoco los regalos exóticos y carísimos por hablar bien de alguien, mucho menos la aceptación en espacios de la socialité que gusta del cafecito en la torre virreyes, y menos cambió la narrativa vulgar del payaso Víctor Trujillo, personaje creado por “brozo” (leyó bien) que por cierto, éste está peor: a Loret le dan un pastel con todo y cereza sus jefes, a brozo sólo las migajas. Hoy lo que cambió fue la relación de #TodosSomosLoret con el régimen que siempre fue medida, mejor dicho “consolidada” de acuerdo a los ceros establecidos en el contrato de las áreas de comunicación social del gobierno federal hasta el sexenio pasado. Hoy, ya sin contratos, cerrada la eterna llave “compraperiodistas” y sin amigos relacionados en el poder, al menos no en el de Andrés Manuel, #TodosSomosLoret necesitaba obedecer a otro proveedor al que no le importe lo que se diga, cómo se diga, a qué hora se diga y donde se diga, siempre y cuando lo que se diga sea en contra de López Obrador.

    #TodosSomosLoret congrega a lo más afamado de la libertad de expresión en nuestro país, pero no se lea en torno de burla (aunque lo sea), admírese por la frescura y espontaneidad con la que emerge en las redes sociales gracias a la ternura que provoca Loret De Mola, quien no tiene más muestra de amor y agradecimiento a su público que dirigir unas letras muy sentidas hacia la opinión pública como si se tratara de una lectura dramatizada. “Gracias con todo el corazón porque otra vez he sentido un respaldo abrumador. El #TodosSomosLoret me emociona muchísimo, me inspira y me compromete”. ¡Vaya!, esas historias desgarradoras donde un solo hombre se enfrenta al tirano, son dignas de Hollywood, ¿Quién más que Loret para ser el protagonista?

    Por eso, estando así la película, resulta que #TodosSomosLoret representa el verdadero estandarte de lo que ahora se convierte en una causa (según el bloque opositor) respecto a la defensa de la democracia aunque nadie sepa explicar qué la pone en riesgo.

    #TodosSomosLoret hoy desplazaría al “Todos Somos Marcos” de 1994 por ser más genuino y noble, incluso más patriótico que la lucha por la reivinidicación indígena del EZLN.

     #TodosSomosLoret es hoy, aunque no llegue a ser tendencia (eso que mucho importa a los manipuladores de las redes sociales) un grito de auxilio a la comunidad internacional, sí, entre ellas, esa comunidad que acusa al narco presidente mexicano y que obliga al gobierno de Estados Unidos a decir que es mentira. Qué risa: Aquí, cómo cabría aquella expresión: ¡Se dio un balazo en la pata!, al menos así se escuchó murmurar a Ken Salazar la mañana siguiente que estaba leyendo el New York Times; “to shoot oneself in the foot”.

    En este tiempo de híbridos la ironía nos acompaña por todos lados, insisto, no se lea en tono de burla aunque lo sea, porque hoy es muy simpático cómo un corrupto de antaño trata de burlarse de la sociedad a la que cree que se le ha olvidado que hizo en gobiernos pasados. Hoy causa risa cómo personajes nefastos como Roberto Madrazo hablan de la no intervención en procesos electorales o la amenaza a opositores cuando él metió a la cárcel a compañeros de la izquierda. Por cierto, algunos de esa izquierda que hoy creen que la única forma de combatir a la otra izquierda es aliarse a la derecha; en fin. ¡No! No #TodosSomosLoret, por fortuna, pues sigue existiendo mucha gente que creyó en un ¡Ya basta! Que van a reafirmar en junio próximo.

  • El plan C del movimiento campesino

    El plan C del movimiento campesino

    Aunque en muchas ocasiones desde los partidos políticos se ha tratado de demeritar la trascendencia del movimiento campesino en la construcción democrática del país, lo cierto es que su participación ha sido fundamental en el terreno político desde el salinismo, aunque en los últimos años se enfrenten a una crisis sin precedentes que las coloca (en algunos casos) al borde de la desaparición. Las causas de dicha crisis son muchas empezando por su vida interna, pero se pueden destacar las más evidentes: el rechazo de los principales dirigentes al relevo generacional, la falta de formación de nuevos cuadros, la negativa a reconocer que el modelo de organización se ha agotado y, principalmente, la pérdida de legitimidad frente a sus agremiados a consecuencia de priorizar la participación electoral sobre la lucha por atender las demandas legítimas de sus militantes. 

    En un reciente estudio de investigación formulé la hipótesis de que, a mayor participación electoral del movimiento campesino, menor es la representación que alcanzan tanto en el Congreso de la Unión como en los espacios de gobierno relacionados con el sector. Resulta completamente paradójico que, entre más se involucran en las elecciones bajo el sesgo del pragmatismo, más alejada se encuentra la posibilidad de que sus liderazgos obtengan un cargo de representación popular que les permita establecer una agenda capaz de beneficiar al campesino. A eso habrá que sumar el hecho de que las designaciones para las diputaciones se deciden por los partidos políticos quienes priorizan a las cúpulas dejando fuera o, en el mejor de los casos, en segundo plano a aquellos personajes que pueden trascender en tareas legislativas relacionadas con el sector al que pertenecen.

    Igual de paradójico resulta el hecho de que muchas de las organizaciones campesinas identificadas en sus orígenes con la izquierda, enfrenten lo más severo de su crisis de legitimidad a partir que un gobierno de izquierda asumiera la presidencia en 2018. Pero las razones del distanciamiento con el propio gobierno de AMLO están más que documentadas, y, si bien existe un debate respecto a la postura de este gobierno (postura que comparto casi en su totalidad), la verdad es que varias de las organizaciones, más que iniciar un ejercicio de autocrítica, han optado por decantarse por el aislamiento o por sumarse al bloque opositor. 

    Sin embargo, en estos tiempos electorales, la práctica de utilizar a las organizaciones campesinas como parte del discurso entre dirigentes partidistas, es motivo de un análisis más profundo que exige examinar a todos los partidos políticos, sobre todo en este periodo en el que comienzan a realizar los registros para los aspirantes a diputados federales. En el caso de MORENA que como movimiento identificado con la izquierda estaría obligado a dar voz a los campesinos, no se observa la inclusión de algún liderazgo del sector para esos cargos. La misma situación se prevé en el bloque opositor donde todos los cargos se han distribuido sin que se valore lo que pueden aportar las organizaciones en el terreno legislativo.

    Pero por más manifestaciones tímidas o contundentes que puedan realizar los colectivos en las discusiones internas de los partidos ante la exclusión de las que son objeto, esa lógica se mantendrá sin que haya algo que pueda evitarlo pues pareciera que las grandes reformas que hoy requiere el campo mexicano, a pesar de que muchas de ellas van de la mano con las iniciativas propuestas por Andrés Manuel, quedan en segundo plano.

    Al movimiento campesino, al menos al que aún se reconoce ideológicamente en la izquierda, le queda en esta etapa reflexionar sobre el desdibujamiento que le representa priorizar la participación electoral sin que eso signifique quedarse al margen del proceso, pero este debe comprenderse como una importante vía para contribuir a la continuidad de la Cuarta Transformación y no como el único medio para su sobrevivencia. El plan C del movimiento campesino organizado es retomar sus causas y mantenerse fiel a su orientación ideológica en tanto que, a pesar de los avances, al campesino se le sigue quedando a deber.

  • La CDMX, el reto de la izquierda

    La CDMX, el reto de la izquierda

    Por fin acabó la tremenda incertidumbre de los aspirantes a gobernar las alcaldías de la Ciudad de México y con menos sorpresas que número de registrados, ahora comienza una nueva etapa que exige el máximo esfuerzo para alcanzar la unidad en medida de lo posible, así que de una buena vez, corresponde a los designados tender puentes de entendimiento con otras fuerzas que resultan fundamentales para obtener el triunfo en la contienda que, por supuesto, no será nada fácil.

    Claro que no se puede considerar el proceso como intachable, la falta de transparencia (que algunos van a negar) siempre deja algunas manchas difíciles de limpiar, entre esas manchas destacan los casos donde la terquedad de sentirse el o la más adecuada, provocan el berrinche / chantaje acostumbrado. Pero con todo y eso, todo parece indicar que la factura a pagar por las condiciones de opacidad e inequidad en algunas alcaldías no representará mayor problema. Sin embargo, la dirigencia estatal tendrá un enorme reto para ir fortaleciendo el nivel de comunicación con las bases que no dejan de ser ignoradas en varios lados, así que suerte para Sebastián.

    En esta nueva etapa va a jugar un papel decisivo Clara Brugada si logra mantener una línea de trabajo sólido con quienes realmente tienen un trabajo significativo en el territorio. Por ejemplo, para nadie es un secreto que haya malos resultados en alcaldía gobernadas por MORENA (Milpa Alta es uno de los más significativos), pero estos deben ser analizados con extrema objetividad, sobre todo cuando muchos están pensando que el plan B se reduce a la compensación con otro cargo y no a priorizar el trabajo desde la base. Así que las últimas definiciones deben orientarse a garantizar la continuidad del proyecto y no al cumplimiento de caprichos tribales. Ojalá la dirigencia nacional y la estatal logren comprender que este proceso (no la elección en sí) pueden convertirse en la mejor oportunidad para terminar con las viejas prácticas de uno que otro grupo. Por cierto, eso incluye a las propias organizaciones sociales que, conforme pasan y pasan procesos electorales, más se van desdibujando del escenario político y perdiendo legitimidad entre sus agremiados. Así que esto pudiera convertirse en una reflexión de que ha llegado la hora de retomar causas y principios y colocar los procesos electorales en un plano secundario, al menos para quiénes representaron en algún momento las causas tan justas como el derecho a la vivienda.

    Pero lo más importante por ahora para la izquierda auténtica que aún sobrevive, es el de ganar la capital del país de manera contundente para cerrar paso a cualquier duda sobre los avances que ha traído para la ciudad este proyecto comenzado desde el Ingeniero Cárdenas; especialmente cuando la campaña negra del panismo y su principal cómplice, está a todo lo que da y que no se puede definir de otra forma más que de hipócrita pues ahora resulta que quienes tanto han dañado al país, ahora vienen con la patraña de que representan la opción para salvarlo.

    Por esa razón la tarea no es menor, el esfuerzo corresponde a todos y no puede quedar solo en manos de las dirigencias y menos de los designados, hoy corresponde iniciar el esfuerzo unitario de arriba hacia abajo tanto como de abajo hacia arriba. Cualquier militante está obligado a dejar atrás el proceso interno y sumarse sin cortapisas a las tareas que van desde la plática con el vecino de a lado hasta el último minuto de la jornada electoral, así que ha llegado la hora de echar a andar la máxima aquella de suela, sudor y saliva por el proyecto pues sólo de esta manera habrá posibilidades de que la izquierda siga gobernando la capital.