Es impresionante el interés por adquirir el nuevo libro del presidente agotado desde su preventa, donde el título del mismo nos dice mucho. La razón principal, desde mi punto de vista es porque va dirigida a los jóvenes.
A estos jóvenes que les tocó digerir las ideas retrógradas de los conservadores, a quienes con el control de los medios masivos de comunicación les vendieron la absurda idea del individualismo y aspiracionismo, fomentando en muchos el egoísmo y la sumisión, en torno a las ideas difundidas por los falsos líderes de opinión.
Así vemos como se identificaron con figuras de renombre y en algunos casos con personajes de la delincuencia elevados a ídolos a través de series y noticias falsas. Así nace la ideología del aspiracionismo mal encausado hacia el materialismo, sin importar los medios de como lograr los objetivos de riqueza económica aún a costa del propio bienestar físico y emocional, inclusive poniendo en riesgo la libertad, a la familia, la dignidad. En fin, sin importar el costo.
Esto nos ha llevado a un proceso constante de sufrimiento en la sociedad, dónde ya se ve de manera “normal” que en nuestras propias familias exista alguien que delinque, que abuse o que se corrompa, con la absurda idea de que como todos lo hacen también se tiene derecho a aprovechar las oportunidades de enriquecerse a sabiendas de que se está delinquiendo.
Aún sin haber leído el libro del presidente, tengo la plena seguridad de que impactará a muchos ciudadanos, sobre todo en el aspecto humano ya que es indudable la capacidad que nuestro héroe viviente ha demostrado de como con el trabajo honesto se puede lograr beneficios tan impresionantes para el país, demostrando también que no hacían falta recursos, sino que sobraban ladrones.
Esperemos que no solo el ciudadano común que siempre ha marchado codo a codo con Andrés Manuel, tenga la oportunidad de alimentarse de la influencia humanista y honesta de López Obrador. Le hace falta a muchos colaboradores, representantes de morena, dirigentes, servidores públicos y sobre todo a los próximos contendientes de la elección más grande en la historia, asimilar el amor que emana de las entrañas mismas del presidente, las pasión con la que trabaja y se entrega en beneficio de su pueblo.
La tarea que nos deja el presidente es difícil, nunca nos engañó, desde su toma de protesta pidió el apoyo del pueblo para lograr los objetivos del proyecto, depende de nosotros que la cuarta transformación se fortalezca, ya logró convencer a muchos de que tenemos el poder de decidir, que nadie se engañe. Los servidores actuales y los que vienen son eso, servidores públicos, representantes del pueblo y como bien lo dice Andrés Manuel. El pueblo manda
A botepronto, evidentemente disgustada y al parecer demasiado airada, en respuesta al paquete de propuestas de reformas constitucionales que el pasado 5 de febrero presentó el presidente de la República, la doctora Denise Dresser, protagónica comentócrata de la derecha mexicana, espetó algunas contrapropuestas desde su cuenta de X. Las primeras no vale la pena recordarlas, y si traigo a cuento la última es sólo porque se puede usar como un buen pretexto. Textual, la descosida académica, escribió en un post que horas después borraría:
“Reforma constitucional para obligar a todos los miembros de @PartidoMorena a vivir en Iztapalapa”.
El insolente mensaje de la politóloga provocó de inmediato una reacción lógica: unos más indignados que otros, legiones de tuiteros señalaron el grotesco clasismo de la icónica docente del ITAM. Yo no me contuve y apostillé: “Si pudieran, nos meten a todos en Iztapalapa…” El monero Hernández, supongo que sorprendido, tuiteó que no se explicaba por qué nos sorprendía tanto el clasismo de la señora Dresser. José tiene razón en el sentido de que abundan pruebas constantes y sonantes de que el conservadurismo de nuestro país tiene entre sus ingredientes ideológicos esenciales el clasismo, el racismo, el sexismo, el chauvinismo y otras expresiones de discriminación basada en prejuicios. Así qué más que sorpresa, creo que lo que causó la estrambótica petición de la editorialista de Reforma, Latinus y Aristegui fue consternación —aunque mucha gente los usa como sinónimos, consternar no significa sorprender, sino conturbar mucho y abatir el ánimo de alguien—, y no tanto porque ella piense de ese modo sino porque se atreva a externarlo tan a las claras. Curiosamente, en México de 2018 para acá la derecha facha es cada vez más desfachatada.
En fin, hasta aquí el pretexto para preguntarnos ¿cuánta gente podría vivir en Iztapalapa?
Para empezar, hay que recordar que Iztapalapa —vocablo que proviene del náhuatl y significa “en el agua de las lajas o piedras labradas”— es una de las 16 demarcaciones territoriales —que no alcaldías— que conforman una entidad federativa denominada Ciudad de México. Es decir, Iztapalapa, uno de los asentamientos humanos con más prosapia prehispánica de la Cuenca de México, tiene el mismo nivel geopolítico que un municipio. Nuestro país se integra actualmente por 2,475 municipios, así que, uno de ellos, como Iztapalapa, representa sólo el 0.04% del total.
En cuanto a al tamaño de Iztapalapa, es fácil que te hagas una idea: observa un mapa de la República Mexicana y trata de localizar el lago de Chapala —casi todo se encuentra en Jalisco, y poco más de una décima parte en Michoacán—… Bueno, ese espacio seguramente coloreado de azul es diez veces más grande que Iztapalapa. En efecto, la demarcación territorial Iztapalapa ocupa poco más de 113 kilómetros cuadrados, menos del 8% de la superficie total de la Ciudad de México. Lo anterior quiere decir que la docta señora Dresser quiere meternos a todos los simpatizantes de Morena en una paupérrima proporción del suelo patrio. Si toda la Ciudad de México representa apenas el 0.1% del territorio nacional, Iztapalapa se extiende por el 0.0057%
Iztapalapa no es, por cierto, la demarcación territorial más extensa de la Ciudad de México. De hecho, Tlalpan, la demarcación más grande, es 2.7 veces más espaciosa. Y, ¡bueno!, la comparación con el municipio más espacioso del país es ridícula. Hasta inicios de 2020, Ensenada, Baja California, era el municipio más grande de nuestro país, con 53 mil kilómetros cuadrados —una extensión mayor que la de países completos como Costa Rica, Bosnia y Herzegovina, República Dominicana, Dinamarca, Países Bajos, etcétera—. Entonces, en Ensenada hubiera cabido 36 veces el área que ocupan las 16 demarcaciones de la Ciudad de México, ó 468 polígonos del tamaño de Iztapalapa. Sin embargo, Ensenada se dividió para crear dos nuevos municipios, San Quintín y Valle de Guadalupe, así que hoy el municipio más grande de México es precisamente San Quintín, Baja California, con casi 33 mil kilómetros cuadrados: una extensión 290 veces más grande que la de Iztapalapa.
Todavía en 2015, Iztapalapa era no sólo la demarcación territorial más poblada de la Ciudad de México, sino también el municipio con más habitantes de todo nuestro país (1.827 millones). Sin embargo, según los resultados del Censo de Población más reciente, la situación cambió: en 2020, Iztapalapa era residencia de 1’835,486 personas, mientras que en Tijuana, Baja California, vivían 1’922,523.
También conforme a los últimos datos censales, la densidad de población en México es de 64.3 habitantes por kilómetro cuadrado (hab./km2). Territorio no nos falta. Con todo, no estamos distribuidos de manera homogénea: mientras que en Baja California Sur viven 11 hab./km2, en la Ciudad de México la población relativa asciende a 6,163 hab./km2. Y al interior de la capital del país también podemos observar que la población no se distribuye igual por todo el territorio: prácticamente el total de los habitantes de la entidad residimos en la zona urbana, es decir, en el 54% del territorio de la Ciudad de México.
Con sus poco menos de dos millones de habitantes, la densidad de población de Iztapalapa, en donde la gran mayoría, efectivamente, simpatiza con Morena, es de 16,220 hab./km2. Hace pocos días se dieron a conocer los resultados de una encuesta realizada por El Heraldo de México en alianza con Covarrubias y Asociados, según los cuales el 73% de la población aprueba el desempeño de AMLO. En términos absolutos, estaríamos hablando de alrededor de 92 millones de personas, así que si atendiéramos la propuesta de la opinóloga aludida, me temo que tendríamos que vivir algo apretados: 812 mil 634 chairos por kilómetro cuadrado, ni siquiera un metro cuadrado por persona.
La lambisconería ha sido el recurso más común en México que utiliza mucha gente que busca beneficios económicos, posición o palancas para congraciarse con los jefes, figuras públicas y cualquiera que se crea superior, para no perder la chamba u obtener alguna ventaja. Pero más que una práctica degradante, en las esferas del poder en México, es una costumbre cultural y psicológica que resulta muy dañina porque consiste en colmar de lisonjas al poderoso, o mostrarse de acuerdo con todo lo que diga o haga, aun cuando sean toda clase de barbaridades absurdas.
En el ambiente político los aduladores necesariamente son miembros del círculo cercano del dirigente, quienes pueden llegar a ser bastantes. Quizá toda la oficina, la dirección, los asesores, miembros del gabinete, consejeros y demás. Las alabanzas sin tregua se lanzan siempre de lleno sobre la persona que puede repartir los bienes, sueldos, empleos, diatribas y hasta una recomendación curricular.
El lambiscón es una especie vergonzosa que trata de prosperar a la sombra de los poderosos y que a veces hasta posee la rara habilidad de cambiar de color según convenga a sus intereses. El común denominador es la sonrisa hipócrita, la aprobación irrestricta (de dientes para afuera) de todo cuanto dice o hace el adulado por medio del aplauso constante atronador y deshonesto, entre otros excesos. Así, el elogio interesado y falso reemplaza a la verdad, crea ególatras, adormece la conciencia y es una forma de corrupción. Los lambiscones son pues, una plaga.
Este bombardeo de lisonjas, por una condición netamente humana, marea hasta a la persona más sencilla, inteligente y preparada como digamos por ejemplo, una candidata. Recientemente, en un grupo político de Whatsapp una compañera de morena nos compartió una foto de Claudia Sheinbaum y una joven con un texto al pie que decía literalmente así:
“Has impartido lecciones ejemplares al demostrar que el verdadero camino reside en el trabajo dedicado a los demás. Frente a la influencia del dinero en la política, has destacado la construcción significativa a través de convicciones y organización social. Eres un ejemplo para las mujeres, desafiando las dudas que durante muchos años perpetuó el machismo y demostrando que podemos alcanzar el más alto espacio, tú puedes como la primera entre todas nosotras”
Imagine usted querido lector que nuestros políticos de morena sólo escuchen todo el día tanta zalamería porque son muy pocos los que se atreven a contrariarlos o mostrar desacuerdo. ¿No cree que cualquiera pierde el piso de alguna u otra forma? A donde quiera que va y a la hora que sea su equipo de trabajo siempre le da la razón y le repite que como él o ella ninguna. El Pueblo es quien paga más caro estas exageraciones porque se puede crear un tirano, el político puede dejar de escuchar, perder la sensibilidad política y descalificar comentarios reales y honestos que le puedan hacer simpatizantes o la población de a pie. Desde mi punto de vista la alabanza sin crítica constructiva, opera como una anestesia que impide a los políticos enfrentar los problemas del país en su verdadera dimensión y les da la sensación de poder y autoridad desmedidos.
Y es que la historia de los aduladores tiene raíces muy antiguas, pues los mismos subordinados de Moctezuma se cuidaban hasta de mirar al Tlatoani a los ojos, y los virreyes tuvieron siempre un numeroso ejército de lambiscones. En México independiente, nadie fue tan lisonjeado como Antonio López de Santa Ana, quien siempre tenía un séquito de generales y coroneles sin más misión que la de darle fuego para prenderle sus cigarrillos, servirle copas, conseguirle mujeres y prestarle todo tipo de servicios personales.
Recuerdo que Carmen Aristegui por ahí del 2012 atiborraba cualquier evento donde se presentara y la gente le gritaba entregada: ¡Presidenta! ¡Presidenta! Otro caso ocurrió en el 2020 cuando de pronto surgió de la nada un joven comentarista de televisión llamado Gibrán Ramírez a quien un sector amplio de la militancia morenista comenzó a alabar y a pedir que fuera el presidente nacional de ese partido. Ramírez ensoberbecido llegó al INE con su comparsa de aduladores a registrarse como aspirante, con el desenlace por todos conocido.
Ya lo ha advertido el presidente Andrés Manuel López Obrador quien ha dicho que “es lamentable el “papel de barberos” y “lambiscones” de quienes rodean a los aspirantes presidenciales”, porque resultan más papistas que el papa y por quedar bien pueden hasta afectar el proceso legal de las candidaturas como el caso de las pintas excesivas por toda la Ciudad de México apoyando a Claudia por parte de la organización SUMA cuya dirigente juvenil es María Teresa Ealy hija del dueño del periódico El Universal. (Pero ese es otro tema)
El escritor Carlos Fuentes declaró al respecto: “Uno de los más graves problemas humanos, es ser presa fácil del elogio que debilita la voluntad y el carácter y al que sucumben hasta los más indiferentes. Hoy los políticos no viven pensando en la gloria y la satisfacción del deber cumplido, sino que buscan el elogio y quienes están dispuestos a hacerlo sobran. Cualquier funcionario espera que se le felicite por su labor, se le reconozca y se le promueva a responsabilidades superiores, porque los incondicionales aduladores están pegados a sus oídos para susurrar lisonjas, reconocimiento y felicitación, para alejar la autocrítica y convertirse en consejeros de temas que normalmente desconocen”.
Por lo que desde aquí hago una respetuosa exhortación a la manera coloquial del Pueblo que observa: ¡Aguas Claudia!
A los siete meses de la recta final de la presidencia encabezada por Andrés Manuel López Obrador, el pasado cinco de febrero del presente año, dio a conocer veinte iniciativas de reforma, en materia de salud, educación, pensiones, energía, y demás.
Sin duda, el presidente busca descentralizar los intereses privados y personales que los sexenios pasados impusieron, mediante sobornos, pasando por encima de la ley. Todo con el objetivo de manipular la constitución a su antojo, sin importarles los daños de las y los mexicanos, sin importarles entregar a empresas extranjeras minerales, energéticos, e hidrocarburos, sin importarles dejar de surtir el medicamento necesario a las personas, sin importarles no otorgar apoyos sociales. Claramente lo único que le importaba al PRIAN, eran, son, y serán las utilidades que se metan al bolsillo de ellos y sus allegados.
Sin embargo, con estas reformas de la 4T: dieciocho constitucionales, y dos legales, de las cuales, expresó la secretaria de Gobernación, Luisa Alcalde, “pretenden retomar el sentido social de la constitución”. Es decir, se busca vuelvan a enforcarse en la promoción del bienestar de la gente, el pueblo, que por mucho tiempo fue pasado por alto en las administraciones del PRIAN.
Ahora, entre los temas de reforma, se encuentra establecer como derecho la pensión a adultos mayores, personas con discapacidad, apoyos al campo, becas a estudiantes de escasos recursos, capacitación laboral en el programa jóvenes construyendo el futuro, eliminar el deterioro de las pensiones neoliberales propuestas por Ernesto Zedillo y Felipe Calderón, el salario mínimo no se fije por debajo de la inflación, elección popular de ministros de la SCJN, eliminación de diputados y senadores plurinominales, reducción de consejeros electorales, reducción financiamiento a partidos, eliminación de vapeadores, considerar como delito el consumo del fentanilo, prohibición del maíz transgénico, prohibición de concesiones de agua en zonas con sequía, prohibición del fracking, el estado deberá garantizar la atención médica y demás.
Con la precisión y detalle de un viejo reloj ferrocarrilero Andrés Manuel López Obrador ha asestado un tremendo nocaut al de por sí moribundo bloque conservador neoporfirista, si los de PRIAN ya estaban de por sí arrinconados contra las cuerdas ante el proceso de 2024, ahora están en el suelo.
El anuncio de reformas a la Constitución presentado por el Presidente de México a la opinión pública y enviado al Congreso de la Unión justo el 5 de febrero -fecha emblemática que remite a la remembranza de que nuestra Carta Magna no es una concesión graciosa de oligarcas, sino el resultado de un proceso popular revolucionario-, ha sido un golpe político demoledor para los personeros de la politiquería, que pensaban que con engaños de campaña iban a lograr restaurar el antiguo régimen neoliberal.
Mientras las plumas pagadas y los levantacejas al servicio de Claudio X. González siguen buscando -desde los despachos de Latinus en Miami- mentiras y noticias falsas para alimentar la guerra sucia y la infodemia -en una estrategia que por burda y falaz les ha sido siempre contraproducente-, pero que inútilmente han seguido todo el sexenio y así seguirán; en el movimiento de la Cuarta Transformación se difundirán y argumentarán las propuestas del presidente, -en las plazas públicas, casa por casa, en las calles-, y se desplegará su esencia, que significa: establecer y recuperar derechos constitucionales para un Estado de Bienestar a favor del pueblo, -y devolver bajo esta perspectiva- a la Constitución de 1917 su carácter público, social y humanista.
Porque recuperar la esencia de la Constitución de 1917 es un punto medular en la disputa del proyecto de Nación emanado del humanismo mexicano, frente al proyecto depredador del neoliberalismo; no olvidemos que dos tercios del total de las reformas que ha sufrido la Carta Magna, o el 66%, ocurrió precisamente entre 1982 y 2018, los sexenios de la larga noche neoliberal. Se trató de un total de 494 modificaciones que incluyeron aspectos fundamentales para el interés nacional, como el de la educación, la tenencia de la tierra, los recursos del subsuelo, las condiciones de trabajo, los derechos humanos, los derechos de los pueblos indígenas, el Poder Judicial, entre otros.
El humanismo mexicano se concibe como la síntesis de las tres grandes transformaciones de la vida pública de México, para la construcción colectiva de la Cuarta Transformación, se trata de poner en el centro los derechos sociales, ante la visión de los tecnócratas que durante 40 años se dedicaron a saquear al país teniendo como ruta las llamadas privatizaciones a través de las contrarreformas a nuestra Constitución.
Las políticas neoliberales se consolidaron con Carlos Salinas, quien adoptó las medidas del “Consenso de Washington de 1989”, que implicaron privatizar los recursos naturales de la Nación y las industrias estatales, y liberar la inversión extranjera directa.
El fetiche de los tecnócratas fue el culto al supuesto “crecimiento económico” y para ello vender, regalar y “privatizar” los bienes de la Nación y del pueblo fueron el elemento base del neoliberalismo y su cimiento ideológico. Para tales fines, el salinismo efectuó reformas a la Constitución de 1917, a los artículos 3°, 5°, 27°, 31°, 82° y 130°. Los principios básicos de la doctrina neoliberal aplicados en aquellos años en México hicieron necesario adecuar el marco jurídico desde el abyecto poder legislativo, con ello se desmanteló la educación, el ejido, y la seguridad social.
Desplegado esencialmente por Salinas, el proceso de privatizaciones en México tuvo cuatro etapas: en la inicial, de 1984 a 1988, se realizó la privatización de varias empresas de diversa índole y actividad; en la segunda, de 1988 a 1999, se realizó la privatización a fondo de varios sectores, como los de siderurgia, banca y teléfonos; en la tercera, de 1995 a 2000, se profundizó aún más el proceso y se realizaron cambios constitucionales para vender los ferrocarriles y la comunicación vía satélite. En la cuarta etapa entre 2000 y 2012 lograron privatizar la industria energética.
De 1982 a 2018 pasaron a manos privadas nacionales o extranjeras, entre otras: bancos, industria azucarera, industria siderúrgica, fertilizantes, teléfonos, ferrocarriles, aeropuertos, líneas aéreas, petroquímica, petróleo, electricidad, grandes extensiones de tierras ejidales, playas.
Por ello, el paquete de reformas de AMLO que emerge como respuesta a las contrarreformas neoliberales, no solo es un asunto que demolerá el hueco discurso de campaña de las promesas de la reacción engañosamente presentado a favor de la gente -con las conocidas trampas del marketing político-; es una apuesta mucho mayor, se trata de restablecer el Estado de Bienestar con enfoque de Derechos, que había sido ya desmantelado y que costó vidas, de aquellos hombres revolucionarios y visionarios -que con profundo amor al pueblo y la Patria-, protagonizaron la División del Norte y el Ejército Libertador del Sur, y otros colectivos revolucionarios de 1910.
La revolución social se vuelve a insertar en la historia, esta vez de manera pacífica y con un ajedrecista político que les ha ganado de todas: todas.
Por más que se le quiera dar vueltas al asunto de la definición de las candidaturas en MORENA, en lo absoluto existe argumento sólido que explique la falta de información y transparencia en el mecanismo real para elegir a aquellos personajes que habrán de representar al movimiento en las próximas elecciones donde se elegirán cargos de suma importancia para el futuro de la Cuarta Transformación como es el caso de la CDMX, pero especialmente la conformación de la siguiente legislatura.
Si bien al interior de MORENA muchas voces se han pronunciado en contra de las encuestas, lo cierto es que ese ejercicio (que bien aplicado puede representar beneficios relativos), comienza hoy a perder legitimidad cuando se enfrenta al principal obstáculo que no es otra cosas que la tentación de hacer acuerdos desde la perspectiva pragmática de ganar por ganar la contienda, aunque eso signifique que se acepte a lo “peorsito” de otras fuerzas políticas como sucedió en Guanajuato con el diputado panista que sabrá Dios quien le permitió colarse al movimiento, a pesar de las evidentes vulgaridades que expresó en contra del movimiento y en especial de AMLO. Pero más allá de que exista un responsable (señalado por todos en la figura del presidente del partido), es claro que el riesgo mayor no está en la autoría intelectual de “alguien”, sino en la convalidación que terminará institucionalizando las definiciones para complacencia de los beneficiados y para decepción de un gran número de compañeros que a pulso y en el territorio se han ganado la oportunidad de representar dignamente lo que hoy se denomina plan C.
Por esa razón, innecesariamente MORENA deja todo listo para que buena parte de los aspirantes comiencen a inquietarse tras la falta de comunicación y transparencia de la que ya se ha hablado en muchas ocasiones, dicha inquietud comienza a tomar forma dado que esta semana comenzaron a filtrarse documentos que dejan claro que la exigencia de privilegiar los derechos político electorales dejarán de expresarse en las calles al no existir espacios de discusión en el partido, para ahora trasladarse a los tribunales competentes. Esto puede observarse desde diferentes ópticas, una de ellas seguramente será la descalificación desde el oficialismo partidista, pero entre otras imperará el clamor de uno que otro personaje que realmente ve preocupación las consecuencias que traerá consigo el “chapulineo” que está a todo lo que da en este proceso.
Como en otras ocasiones se ha planteado en este espacio, la principal problemática a la que se enfrenta MORENA está más en su interior que en lo que haga o deje de hacer el bloque opositor, pero pareciera que un señalamiento de esta naturaleza convierte en automático a cualquiera que se atreva a señalarlo en detractor o enemigo a pesar de que las evidencias hablen por sí solas. ¿Cómo se explicará a la militancia el por qué de las definiciones que benefician a quienes han atentado contra el movimiento? ¿Con qué cara se dicen diferentes y rechazan la existencia de tribus cuando en la realidad todo indica una distribución grupal? Eso en el mejor de los casos, porque así como se vislumbran las cosas, ni siquiera se entiende por qué se abre espacio a personajes como el diputado en comento.
Creo con firmeza que Claudia Sheinbaum representa la esperanza de que el país mantenga el rumbo conforme los intereses del pueblo, pero al mismo tiempo sostengo que ella misma debería exigir transparencia y una revisión enérgica de, hacia dónde se van decantando las candidaturas, de no hacerlo se permitirá al verdadero enemigo colarse impetuosamente en un movimiento que costó mucho trabajo construir y que (cosa no menor) se enfrenta a la etapa más importante de su transitar, es decir a la consolidación.
Si bien creo y respaldo el proyecto, me sumo a las voces que exigen transparencia y un no rotundo al “chapulineo”, no porque se requiera en el movimiento “pureza”, pero sí se requiere de un proceso que cumpla con la mínima dosis de legitimidad para que en el arranque de campaña se salga fortalecido desde lo interno y hacer frente a los adversarios, empezando por los de adentro.
Desde el momento en que la señora X pide observación de la OEA para las elecciones de México, pide un golpe de Estado. Así iniciaron los golpes de estado de Bolivia y Perú, con una queja disfrazada de visita que sirve de puente para que haya injerencia extranjera en los comicios.
La receta es la misma y la intención también. Se utiliza por lo regular a líderes manipulables, sin voluntad propia, inteligencia corta, capaces de hacer el ridículo sin tener conciencia de ello.
Como antecedente, dentro del territorio nacional, hubo una temporada de denuncia ante la Suprema Corte de Justicia de la Nación, donde no sólo se trató de judicializar la política sino de poner en manos de ministros y jueces su desarrollo.
Desde siempre en México los medios han servido como vanguardia de la guerra política en México, en este sexenio tuvieron la desvergüenza de mostrarse como un auténtico partido político, con todo y candidatos. Ya había impulsado a un candidato extraído prácticamente de catálogo, con una actriz como esposa, cuyo romance duró el tiempo del sexenio, fue el último engaño a los mexicanos pero ellos consideran que su producción mediática manipuladora sigue teniendo efecto.
Los medios están en la mejor disposición de contribuir con todo su poder al golpe de Estado para cerrar la pinza que empezó precisamente en sus redacciones, la judicialización de la política y la exigencia de la derecha de observar comicios por el peligro de un fraude.
Las diferencias abismales entre los candidatos en las encuestas es el único dique de contención que muestra la falta de lógica de que haya un fraude electoral. Por mucho que la derecha se esfuerce en decir que la competencia es reñida las diferencias se profundizan y alejan.
Sin embargo, esta visita llena de chistes y payasadas que no ocultan su verdadera intención que es patética y poco patriota. Con tal de estar en el poder no les importa que sean colocados en la Presidencia pro un gobierno extranjero a través de métodos antidemocráticos. La derecha sabe que últimamente es la única manera de ser gobierno.
El Código Penal y la Constitución señala claramente que lo realizado en Estados Unidos por la señora X, se llama traición a la Patria, lo cual debe castigarse severamente.
En este momento la derecha en México no tiene potencial, ha quedado estacada entre críticas sistemáticas e insustanciales y una incapacidad evidente para hacer política. La diferencia en las encuestas no se debe solamente a la eficacia del gobierno sino a la ineficiencia de una oposición que no sabe qué hacer cuando no tiene el poder en sus manos, de ahí que deba convocar a la injerencia extranjera y anunciar fraudes de los que ellos se favorecieron en innumerables ocasiones.
La candidata de la oposición visitó a Luis Almagro, impulsor de golpes de Estado en Bolivia, Perú y Brasil, para pedirle observadores en las elecciones que desde ahora las tiene perdidas. Es decir, que quiere hacer creer, a estas alturas, que puede ganar las elecciones y que hay alguien interesados en impedir ese triunfo fantasioso, que lo único que muestra es quiere apoderarse del gobierno por la vía antidemocrática. El recorrido de la candidata une los puntos de instituciones relacionadas con los golpes de estado en América Latina. Instituto Baker, The Washington Post, Wilson Center, la OEA, entidades impulsoras de golpes de Estados fueron los puntos de la gira de la señora X. Si se unen los puntos podemos tener bases sólidas que se organiza un golpe o, por lo menos está considerado como Plan B.
La mujer X, comediante involuntaria en esta visita a Washington, entregó una carta en la cual expresa su preocupación por el debilitamiento institucional y el contexto de violencia que se vive en México, alertando que podrían darse los comicios más violentos en la historia del país.
La violencia que fue intensificada por más de uno de sus actuales colaboradores en los sexenios anteriores. Ese extraño personaje surgido de las barracas conservadoras anunció además el camino por el que debe transitarse para consumar el golpe de Estado, al decir que en México existe la violencia política digital, así como la intervención ilegal de comunicaciones privadas, asegurando que, hasta el momento, se registran 85 agresiones contra diversos actores políticos, nunca entregó pruebas al respecto.
Luis Almagro es el padrino de los golpes de Estado blandos. Y la mujer X es la aguja que hilvana el derrocamiento de la democracia en México. Se le debe detener y castigar, lo mismo que a sus titiriteros.
En la primera mitad de 1863 había algo llamado “La Asamblea de Notables” conformada por 235 personas que, buscando el tipo de gobierno que querían para la nación, votó por la monarquía moderada, hereditaria, con un príncipe católico ofreciéndosela (la monarquía) a Maximiliano de Habsburgo, Archiduque de Austria1.
El 3 de octubre de 1863 el grupo de “notables” encabezados por José María Gutiérrez de Estrada acudieron al Castillo de Miramar en Trieste Italia, lugar de residencia del Archiduque y de su esposa la emperatriz Carlota Amalia, para ofrecerle ya en firme la corona, el “trono” de México, en lo que en nuestra historia sería conocido como “El Segundo Imperio”2, deseando tener para la República Mexicana un gobierno monárquico y por consiguiente ser ¡súbditos y lacayos de una corona imperial!
El 10 de abril de 1864, después de varios meses de negociaciones, se celebró la llamada Convención de Miramar donde Napoleón III se comprometía a prestar a Maximiliano ayuda militar hasta 1867, año en el que pensaba y creía que el Imperio Mexicano ya estaría bien afincado y tendría una armada propia, debidamente organizada para que se retiraran las tropas francesas que acompañaron a Maximiliano, las cuales, el naciente imperio mexicano debería pagar todos los gastos desde el momento de su salida de Europa, lo que quiere decir que el apoyo militar francés a los conservadores para que estableciesen su sistema monárquico en México, tenía que ser cubierto con excesivos intereses por este país, hecho que afectaría extraordinariamente la rehabilitación económica de nuestra nación3.
Traigo al presente esta pequeña parte de nuestra historia (muy resumida) porque cuando veo la pintura donde aparecen Maximiliano de Habsburgo por un lado y el grupo de “notables” del Partido Conservador por el otro, no puedo dejar de pensar que en estos tiempos modernos aún hay personajes equivalentes a esos “notables” que han acudido, a lo largo de este sexenio, a organismos internacionales, a naciones extranjeras y a la corona española para “acusar” a la “dictadura” que se instaló en México a partir del proceso democrático del 1 de julio del 2018 con el voto de más de 30 millones de mexicanos que obtuvo la coalición ganadora y “dictatorialmente” gobernante con el 53.19% del padrón electoral. Para mayor exactitud, el número de votantes para esa coalición fue de 30,113,483 (treinta millones ciento trece mil cuatrocientos ochenta y tres) ciudadanos que votaron en aquel proceso democrático por el gobierno que actualmente nos representa ante el mundo y reconocido también mundialmente, y que ante la apabullante asistencia de los ciudadanos a la convocatoria sexenal, al Instituto Nacional Electoral (INE) no le quedó de otra más que reconocer el triunfo del Licenciado Andrés Manuel López Obrador y no hubo manera de manipular el sentir y la decisión del pueblo: una elección libre en la República Mexicana.
Como se mencionó, ejemplos tenemos varios de los “notables” que han viajado allende las fronteras, desde empresarios, presidentes de la Coparmex, diputados, senadores, hasta la ¡CANDIDATA DE LA OPOSICIÓN salen de nuestra nación buscando la intervención de países, organismos o ciudadanos extranjeros en la vida y los procesos internos del país!
Hace unos días dicha candidata opositora viajó al otro lado de la frontera norte y tuvo una estadía de seis días en Estados Unidos en los que aprovechó para reunirse con diferentes organismos. Acudió a la sede del Consejo de las Américas, su antecesor el Grupo Empresarial para América Latina que fundó Rockefeller, organización empresarial identificada y vinculada con el libre comercio que promueve “los mercados abiertos para las Américas”. Estuvo también en el Wilson Center y se entrevistó con los principales medios como el Wall Street Journal, el New York Times, The Washington Post, con congresistas y autoridades de Estados Unidos, además de reunirse con el Secretario de la Organización de Estados Americanos (OEA) y con el Departamento de Estado entre otros … nada más y nada menos.
¿Y a qué fue la señora candidata? ¿Por qué fueron sus eventos a puerta cerrada? ¿Qué tenía que ir a ofrecer o porqué la urgencia de realizar esta visita y estas entrevistas y reuniones allá? Ahora nos ha quedado claro que en esta ocasión no acudió a ofrecer su patria y su nación para instaurar una monarquía, no. Fue a prometer devolver a las empresas extranjeras la energía eléctrica, prometerles la potestad sobre el litio, la entrega de nuestros recursos, si se puede entregar nuestra tierra y a solicitar la intervención de las autoridades norteamericanas para que vigilen, tengan injerencia, revisen, observen y si se puede y nos dejamos, avalen el proceso electoral que tendremos próximamente, y para que Estados Unidos intervenga en las políticas internas que única, exclusiva y solamente le competen al pueblo, a las instituciones y al gobierno de México, a NUESTRO PAÍS, QUE ES UN PAÍS IN-DE-PEN-DIEN-TE.
Han pasado ciento sesenta y un años desde aquel momento en que los conservadores fueron a buscar a Maximiliano de Habsburgo al Castillo de Miramar para ofrecerle a un extranjero los destinos de la nación y hoy como hace ciento sesenta y un años, esos conservadores no han cambiado nada, prefieren buscar la intervención extranjera, entregar los recursos y estar bajo el yugo de un gobierno extranjero, que a ver la forma de buscar un mejor destino para su patria, para su nación, para su país. No avanzan y desean fervientemente tener una monarquía a la cual puedan rendirle pleitesía, hincarse ante ellos, entregarles todo en aras de su desmedida ambición, creyéndose parte de esa monarquía sin lograr ver que lo único que son, unos apátridas, traidores vendepatrias.
Por eso recordamos, quien no quiere a su patria, no quiere a su madre… y tampoco tiene (madre).
Disgregando
1.-
Ahora la oposición moralmente derrotada, totalmente desquiciada y perramente envilecida, además de rancia y conservadora dice que las Propuestas de Iniciativas para las Reformas a la Constitución enviadas por el presidente son un distractor. Así la importancia que la derecha, la oposición le da al pueblo, no lo ven, no lo escucha y ni les importa. No ven el proyecto de Nación Soberana, no ven que las propuestas quieren regresarle a la Constitución su carácter social, para ellos sus proyectos son trasnacionales, de saqueo y de preferencia de entrega a extranjeros. Ahí está el Poder Judicial con la decisión tomada: prefirieron tirar la Reforma Eléctrica que aprobó el legislativo con el derecho que la Carta Magna le otorga, regresándole la preferencia a las empresas extranjeras, pasando aún sobre la Constitución y violando la soberanía y la División de Poderes.
No velan por los intereses, ni por la justicia ni los derechos de la nación. No les importa la investidura ni a su cargo.
2.-
Lo dicho, el presidente entregó el pasado 2 de enero su escrito para su próximo libro titulado ¡Gracias! Disponible a partir de la próxima semana. Ya estoy lista para adquirirlo y dármelo de regalo.
1 Nueva Historia General de México. El Colegio de México. El Segundo Imperio, 1863-1867 Página 469 2 Historia de México, tomo 9. Salvat Mexicana de Ediciones, S.A. de C.V. Páginas 2066-2067 3 Historia de México, tomo 9. Salvat Mexicana de Ediciones, S.A. de C.V. Páginas 2069
Hace unos días vimos ya sin mucha sorpresa cómo la candidata del supremo poder conservador, Xóchitl Gálvez, huía en Nueva York de las protestas de migrantes mexicanos que se manifestaban por su presencia en el país vecino. Hasta tuvo que usar una doble para poder escapar por la puerta trasera; ese lamentable hecho nos motivó a escribir las siguientes líneas sobre la fallida candidatura conservadora del PAN a la presidencia del país.
Producto chatarra
Desde un comienzo que surgió el nombre de Xóchitl para ser presidenta de México y que el mismo AMLO mencionó que era la candidata de Claudio X. González, vimos muchas simulaciones en ese bloque para imponerla a ella cuando no era el perfil mejor posicionado según los cánones neoliberales de la cultura política mexicana.
Aun así, impusieron su nombre como la candidata del PRIAN y trataron en un primer momento de construir un personaje cercano al pueblo, resaltando sus supuestos orígenes de izquierda e indígenas que la acercaban al gran grueso de la población, cayeron incluso en el ridículo de copiar las ideas del obradorismo como hacer mañaneras y defender los programas sociales.
Evidentemente, ese castillo en el aire se fue cayendo cuando en la práctica la candidata no podía renegar de sus principios conservadores y afirmó defender la guerra de Calderón, acabar con los programas sociales y acercarse a la oligarquía nacional y extranjera. Es decir, sacó su cepa neoliberal.
Se desinfló
Aunque inició con mucha fuerza por todo el cuerpo mediático que la impulsó, se fue desinflando por sus posturas neoliberales y porque su supuesta personalidad irreverente y hasta grosera no terminó de conectar con la ciudadanía ya que siempre se vio muy forzada esa actitud.
A eso le agregamos sus errores garrafales que nos muestran a una persona que no sabe qué decir si no tiene un guión (promter), por lo tanto no puede expresar sus ideas al pueblo porque son las de alguien más y ni siquiera se esforzó en estudiarlas.
Tal cual títere de la oligarquía y carente de contenido, tenemos una triste botarga que representa perfectamente la actualidad de la oposición…un cascarón que está agonizando políticamente.
Derrota tras derrota
Perderán nuevamente este año, 2024 será su tumba para una oposición que gobernó muchas décadas y lo hicieron bastante mal, empobreciendo a millones de personas en detrimento de su opulencia y enriquecimiento muchas veces ilícito.
La doble de Xóchitl es una metáfora muy rica, pues nunca ha sido ella la que nos habla en los spots y mítines, así como tampoco es la oposición la que se manifiesta políticamente desde 2018. Ambas, son solo una caricatura de lo que fueron o pretendieron ser, por eso recurren a máscaras, las cuales están degastadas y podridas, como su forma de hacer política…bye bye conservadores.
A todos nos queda claro, con una claridad cegadora, que las veinte iniciativas de reforma constitucional de Andrés Manuel López Obrador, no son otra cosa que un esfuerzo por distraer a la ciudadanía de los distractores que arduamente se ha esforzado la oposición por colocar en el centro del debate público, sin pruebas, sin evidencia, sin nada que los sustente más que la incansable cantaleta goebbeliana que busca hacer de la mentira una verdad a través de la repetida repetición de la mentira. Resulta antidemocrático que el presidente utilice su poder para ꟷaplastando la libertad de expresiónꟷ acallar la campaña infodémica de la opositora oposición, opuesta incluso a lo que defiende con tal de contradecir al gobierno de la CuatroTe, con veinte reformas que lo único que buscan es poner en riesgo el delicado equilibrio de privilegios que constituye la base de la injusta sociedad neoliberal que tantos años le tomó construir a las elites mexicanas, ese sistema de privilegios que permite que unos cuantos vivan rodeados de excesos y a la mayoría rodeada de nada.
Lejos de concentrarnos en elementos que profundizan la polarizada polarización de la polarizante sociedad mexicana, elementos como la perdida del poder adquisitivo durante el periodo neoliberal o el que “México era un país de unos cuantos”, deberíamos enfocarnos en que fue gracias al periodo neoliberal que los grandes millonarios y sus lacayos en el gobierno y los medios, pudieron aumentar sus riquezas de forma descomunal, que fue gracias al periodo neoliberal que se pudo rescatar a los banqueros y a sus amigos para que no tuvieran que vivir en la desgraciada desgracia en la que viven los obreros mexicanos, que fue gracias al periodo neoliberal que el país estaba en manos de unos cuantos que sabían como explotar al país para beneficios de esos cuantos.
¿Para que queremos enfocarnos en que los pueblos indígenas y afromexicanos sean consultarlos sobre obras que afecten su entorno? ¿Esas consultas traerán más riqueza a los pobres empresarios que arriesgando todo generan empleos al explotar a la ciudadanía? ¿Qué sentido tiene hablar de pensiones, cuando eso significa destinar dinero que podría engordad los bolsillos del gran capital y la clase política, a ciudadanos que durante toda su vida han malvivido y de igual forma habrán de malmorir? ¿Qué futuro tiene dar becas a estudiantes de familias pobres? Lo único que se va a conseguir es que esos estudiantes, cuando terminen de estudiar, exijan que se les paguen sueldos dignos y se nieguen a trabajar por una miseria, poniendo en riesgo el aumento de la plusvalía de los empresarios ¿Para que queremos garantizar la atención médica gratuita a todos los mexicanos? ¿Qué sentido tiene hablar de cualquier cosa como algo gratuito? ¿Por qué no garantizamos el pago universal de todos los mexicanos por todo lo que necesiten? ¿Por qué ahondar en los derechos públicos y no en el aumento de la riqueza privada? En fin, los cuestionamientos siguen, como bien indica la senadora plurinominal que pidió licencia indefinida para ser jefa de oficina de Xóchitl Gálvez, y quien encabeza la lista de diputados plurinominales del PAN para las próximas elecciones, Kenia López Rabadán, la legisladora por la que nadie voto y la próxima diputada por la que nadie habrá votado, todo ello es un gran distractor.
Que los trabajadores y familias puedan ser dueños de viviendas, es un distractor. Prohibir el maltrato a animales, es un distractor. Prohibir el fracking, otro distractor. Respetar zonas con escasez de agua y solo utilizar concesiones de uso doméstico, distractor. Prohibir vapeadores. Prohibir fentanilo. Penalizar las extorsiones y el fraude fiscal con factureras. Distractor, distractor, distractor. No permitir que el aumento al salario mínimo sea menor a inflación, distractor de distractores. Que el salario mínimo de maestros, policías, soldados, enfermeras no pueda ser menor a lo de los trabajadores inscritos al IMSS, distractor. Garantizar derecho a la educación y al trabajo, distractor. Que el Estado deba garantizar derechos de internet. Devolver a la CFE su carácter de empresa pública y estratégica, distractor y distractor. Reducir de los gastos a campañas y partidos políticos, disminuir regidores, evitar el uso de excesivas estructuras burocráticas, eliminar plurinominales, distractores que buscan acabar con los distractores. Jueces, magistrados y ministros serán electos de manera directa por el pueblo, distractor y sacrilegio. Que la Guardia Nacional se integre a la Secretaría de la Defensa Nacional, distractor. Convertir en política de estado la austeridad republicana, distractor que atenta contra el aspiracionismo. Por último, eliminar todas las dependencias y organismos onerosos y elitistas, supuestamente autónomos, distractor que atenta en contra de la democracia promoviendo la democracia misma.
Evidentemente, esas reformas no buscan mejorar el nivel de vida de los mexicanos, al reformar aspectos que permitirán mejorar el nivel de vida de los mexicanos. No. Lo único que Andrés Manuel quiere es que dejemos de hablar de lo aquello que careciendo de importancia resulta importante porque la oposición dice que es importante justo porque no es importante. Quiere silenciar la evidentemente no evidente complicidad de Morena y el crimen organizado que no sólo no se ha demostrado, sino de la cual incluso la DEA ha afirmado no tener prueba alguna. Los asesinatos y desapariciones en su gobierno que escandalosamente muestran una tendencia a la baja. La corrupción de sus hijos, que es corrupción porque la oposición dice que es corrupción y porque hay unos audios en los que se mencionan los nombres de sus hijos. Los legisladores de la oposición, dando ejemplo de debate, capacidad de dialogo y vocación democrática no van a caer en la trampa de discutir aquello que debe discutirse para definir el derrotero de México. No. Ellos insistirán en discutir y hacer eco de notas falsas y acusaciones que no sólo carecen de fundamentos, sino que no se preocupan por tener fundamente alguno.
Entrados en gastos:
Sin dejar de afirmar que lo que le preocupa es detener la inseguridad, tener médicos y un sistema de salud que funcione y que los mexicanos cuenten con un salario que les permita vivir dignamente, la oposición no sólo no está dispuesta a caer en la trampa de explicar porqué permitió que la criminalidad creciera al largo de todos los sexenios en los que gobernó, ni porqué abandonó el sistema de salud, o porqué no incrementó el salario mínimo. No. No. Y no. Tampoco van a caer en la trampa de legislar para establecer las bases que contribuyan a disminuir la inseguridad, mejorar el sistema de salud o garantizar que el salario de los mexicanos no pierda su poder adquisitivo. No. Lo verdaderamente importante, el foco de la oposición es evitar que nos distraigamos de los distractores que nos mantienen distraídos para que en un descuido Xóchitl llegue al poder y corrija todo lo que este gobierno ha destruido, restituyendo el sistema de privilegios y excesos que permitía a la clase privilegiada vivir privilegiadamente.
Carlos Bortoni es escritor. Su última novela es Historia mínima del desempleo.